sábado, 31 de marzo de 2012

Sed de mal, by Orson Welles

Prometo que no hablaré de la genial y mítica escena inicial de 3 minutos, ni de picados y contrapicados. Sólo hablaré del chasco que me he pegado con esta película, que es menos chasco teniendo en cuenta que para mí ya es un clásico, y nunca mejor dicho, pegarme planchazos con los clásicos.

Me centraré en dos aspectos básicos de cualquier película:

1. Guión: absurdo de principio a fin. Diálogos de pura pena y escenas de verosimilitud más que dudosa. Por poner un sólo ejemplo que no desvela nada porque ocurre al principio de la peli: un chorizaco con unas pintas de matón que te mueres intercepta en medio de la calle a la esposa del policía Vargas y la insta a que le siga, que tiene un recado para su marido. Y ella por supuesto, como haría cualquier señora normal de policía, le sigue sin dudarlo y naturalmente se mete en una encerrona. Y esto es nada más empezar, pero podría contar hasta 1500 por el estilo.

2. Caracterizaciones: chuscas como he visto pocas. Charlton Heston es un poli mexicano. Cómorrr? Dirá más de uno. Pues sí, se le pone un fino bigotillo postizo y ya está caracterizado como mexicano. Y la estatura? Dirá algún otro. Qué pasa? Es que nunca has visto a un mexicano de dos metros? Pos no. Y además, para más delito, el resto de mexicanos de la película sí que tienen cara de mexicanos y unos 40 centímetros menos que Heston. Pero qué me decís de Marlene Dietrich haciendo de pitonisa gitana? Cómorrrrrrrrrrrrrr????? Pues también; a ésta se le pone una peluca morena, un montón de colgantes y una baraja de cartas en la mano y ya está caracterizada. Y luego hay un actor que hace de recepcionista de motel totalmente tarado que le hace pensar a una si todos los recepcionistas de motel americanos no serán un colectivo laboral muy perjudicado. A ello contribuye también que la esposa de Vargas-Heston no es otra que Janet Leigh. Sí, señoras y señores, la que también se las tuvo que ver en cierta ocasión con otro recepcionista tarado en un motel de carretera. Supongo que se acordarán.

En fin, un despropósito de principio a fin. Para colmo, aburrida hasta la muerte; la acción, rocambolesca y arrítmica. Lo mismo se para media hora en una memez que no lleva a ninguna parte, que despacha en dos minutos algo que sí tiene un significado importante en la resolución final.

Lo mejor que tiene es que es cortita. Y que, como la vi en casa, pues no pasé sed ni de mal ni de nada.

jueves, 29 de marzo de 2012

Missing (Desaparecido), by Constantin Costa-Gavras

Qué pena que mi crítica número 500 no hubiera sido ésta. Qué pena que sea la 501 y que el 10 que tenía reservado para su predecesora vaya para ella. Qué pedazo de película!

Y qué pedazo de actor! Si dije una vez que Jack Lemmon había hecho el papel de su vida en "Días de vino y rosas", que creo que lo dije, no tengo más remedio que rectificar. O al menos, plantear una duda: interpretó mejor al borracho tirado de los días de vino y rosas o al padre desesperado de "Missing"? Probablemente no haya respuesta para esto porque Lemmon puede destrozarnos el corazón tanto en una como en otra, puede hacernos llorar, sentirnos impotentes, despotricar contra el mundo y, lo que es peor, mirarnos a nosotros mismos y ver lo que no nos gusta ver. Qué tremendo actor, y qué poco aprovechado para el drama! Sí, ya sé que en la comedia era casi dios pero este tío es una fiera azotando lacrimales.

Luego está el 11S, esa fecha que a todos nos ha quedado en la memoria por lo que ya sabemos pero que mucho antes había quedado marcada a fuego en la memoria de los chilenos. Aprovecho la coyuntura para abominar desde aquí de algunas críticas que he leído que casi casi justifican lo que pasó aquel día en Chile. "Bueeeeeno, aquello llevaba camino de convertirse en una segunda Cuba, Allende era esto o lo otro, blablabla blablabla... Oiga, por qué no va y se lo cuenta a las familias de los miles de desaparecidos durante el gran movimiento de salvación nacional? Por qué hay gente que, aún hoy en día, justifica con total desvergüenza la oleada de desapariciones, torturas y muertes que aquellos días se llevaron a cabo?

Gran película, tremenda, impactante, brutal. Esas escenas de reconocimiento de cadáveres en lugares ocultos, donde se apilaban cientos y cientos de cuerpos... Eso no se lo ha inventado nadie, está ahí, documentado. No son cuatro periodistas izquierdosos y carroprebenderos los que lo cuentan; está en juzgados, en documentos oficiales... miles de desaparecidos, miles de torturados. Cómo nadie puede justificar algo así, por favor?

La película trata el tema del golpe militar y de la posible implicación americana con suma delicadeza. Impacta profundamente el proceso por el cual ese padre conservador, fiel al gobierno de su país y a sus valores patrióticos, va transformándose a medida que va entendiendo, sospechando, mirando a su alrededor, conociendo la realidad chilena, la vida de su hijo y su nuera, su trabajo... Es un cambio demoledor, todos sus valores tirados por tierra, y lo peor, un hijo desaparecido del que nadie parece saber nada.

Costa-Gavras hace un retrato impactante de lo que significa una dictadura, de lo que es la represión, los toques de queda nocturnos, el miedo de la gente, el puro pánico. Si tuviera que elegir una escena para reflejar todo esto sería la del terremoto. Decenas de personas encerradas en un hotel y aterrorizadas por un fuerte temblor de tierra pero que no se atreven a salir a la calle porque fuera están las metralletas y los disparos. Eso es el TERROR. Gracias, Constantin, por contarnos tan maravillosamente bien esta historia de miedo.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Días sin huella, by Billy Wilder

Hoy me había hecho un propósito. Era mi crítica número 500 y quería dedicarla a una peli que mereciera la pena, que convirtiera en memorable tan memorable número. Un clásico, a ser posible. Joder, y va y se me presenta Billy Wilder, ni más ni menos. Qué suerte! Esto está pensado para mí y para mi crítica 500. Una gran película para un gran número.

Y ya tenía mi puntuación preparada: un 10, lo prometo. Peeeeeero pasó lo que pasó. Os cuento:.

• Empieza la película con el listón altísimo, 10.

• Cuando Jane Wyman descubre que Ray Milland empina el codo más de la cuenta y le dice tal que así: "Debes de tener una razón muy poderosa para beber. Un médico la averiguará y te curará." bajamos de sopetón a un 6. No he oído una frase más imbécil, hablando de alcohol, en todos los días de mi vida.

• Cuando el tipo está en la ópera viendo el brindis de la Traviata y le entra el mono y empieza a poner unas caras rarísimas y unas muecas horrorosas (que una se pregunta si tan difícil es llevar una petaca en el bolsillo de la chaqueta, si uno sabe que es alcohólico y le pasan estas cosas), ya vamos por el 4. Para más inri se sale de la sala y, a pesar del monazo no tiene el menor inconveniente en ponerse a ligar con una desconocida, olvidando por completo que está loquito por agarrar la botella y darle un traguito. Dos tetas pueden más que dos carretas y por lo visto también pueden más que un monazo impresionante. Aquí ya nos ponemos en el 2.

• Espero el final para ajustar la nota.  Pues bien, si el diálogo del médico era el más tonto que había visto hasta la fecha, el diálogo final lo supera con creces. La estupidez en esta película va en contínuo crescendo. Definitivamente esto es para cero patatero.

Problema? Hablamos de Billy Wilder, que son palabras mayores. Segundo problema: es mi crítica 500 y estaba predispuesta al 10.

Qué hago, qué no hago? Pues nada, voy a subir un escalón en mis apreciaciones, corro un tupido velo sobre el estúpido final y me remonto al momento "ligue en la ópera" cuando aún iba por el 2, y con inmensa benevolencia, ahí me planto. Un 2 justito y prometo a quien no haya visto la película que estoy siendo muy generosa.

Y hasta aquí ha llegado mi crítica número 500, que de verdad, me hubiera gustado que hubiese sido muy distinta, todo halagos y exclamaciones de admiración, pero que se ha quedado en esto.

De verdad, pensar que Billy Wilder firma esto es para darse a la bebida. No se me ocurre mejor razón para pillar una tremenda cogorza.

martes, 27 de marzo de 2012

Un cuento chino, by Sebastián Borensztein

Vacas que vuelan, chinos que aparecen de la nada y de los que es imposible deshacerse, noticias curiosas guardadas en un álbum, muchas tuercas y tornillos y muy poca conversación... básicamente así podría resumirse esta película de Sebastián Borensztein en la que lo que más destaca sin duda es, una vez más, la presencia del protagonista, Ricardo Darín.

Y más destaca aún si tenemos en cuenta que el co-protagonista es un chino casi  tan expresivo como la momia de Tutankamon. Yo de chinos no sé mucho, y es cierto que la fisonomía oriental me confunde un montón, pero prometo que he visto chinos que sonríen y gesticulan, y lo puedo demostrar. No me explico por qué no han escogido para el papel a un chino de ésos en lugar de poner frente a Darín a este señor cuya faz carece de la menor expresividad, ni para bien ni para mal.

En fin, la historia es curiosa y el guión no es malo. El personaje de Darín, un obsesivo-compulsivo solitario y gruñón, está bastante conseguido. Este tipo de caracteres normalmente provocan bastante comicidad, son muy buenos para hacer reir a cuenta de sus manías, y es fácil que despierten la simpatía del espectador... Como contrapunto, ya digo que el chino acompaña poco; es difícil empatizar con él y con su problema. Tampoco entiendo muy bien el personaje de la vecina paciente, tontorrona y pesadísima enamorada del ferretero. Personalmente me sobra, no le veo la necesidad.

En definitiva, la película divierte, entretiene, cumple con su objetivo, pero de ahí no pasa. Coincido con mi amiga Valdemar en que la relación entre Darín y el chino de tan repetitiva resulta cansina y que el tema, como mucho, da para un corto largo. O bien, le falta algún que otro ingrediente que justifique una mayor duración.

sábado, 24 de marzo de 2012

Viridiana, by Luis Buñuel

En general estoy comprobando que las películas de Buñuel envejecen mal. Pueden resultar impactantes en un primer momento pero no aguantan bien el paso del tiempo. Ya me pasó con Belle de Jour y ahora nuevamente tengo esa sensación con Viridiana. Tendrá la genialidad fecha de caducidad?

Mis seis puntos para "Viridiana" son por:

1. La bacanal de los pobres. Lo mejor con diferencia.

2. Viridiana sacando su corona de espinas de la maleta y colocándola en la cómoda. Tremendo.

3. El momento necrófilo de Fernando Rey y Viridiana vestida de novia. Supererótico.

4. Una frase de Paco Rabal: "Siempre supe que mi prima Viridiana terminaría jugando al tute conmigo". Simplemente genial.

5. La niña saltando a la comba bajo el árbol del ahorcado. Momento transgresión total.

6. Viridiana  rezando el ángelus con sus indigentes en el campo, con su peculiar look vieja'l visillo de José Mota. Qué duro es ser pobre!

Para mí el momento cumbre de esta película es sin duda alguna el festín de todos esos personajes esperpénticos que nos regala Buñuel. Qué grandes Lola Gaos y María Isbert! En general todos los secundarios están magníficos, pero en esa secuencia que no tiene desperdicio hacen un verdadero alarde de brillantez. Además es divertidísima.

La parte de crítica religiosa que tanto resalta todo el mundo, sinceramente, me parece bastante grosera, muy poco sutil. La extrema beatitud del personaje de Viridiana se presta bastante al cachondeo burdo; de Buñuel se esperaría algo un poco más... fino, menos mascadito. A fin de cuentas se supone que su público no es tonto, no?

viernes, 23 de marzo de 2012

Las dos caras de la verdad, by Gregory Hoblit

Ingredientes: abogado resultón y creídillo, fiscal rubia y monilla, juez negra, crimen sangriento, una pizca de sexo, acusado esquizofrénico, arzobispo asesinado y juicio con su correspondiente jurado popular.

Preparación: se mete todo en la thermomix y programamos 10 minutos, a 90º y velocidad 4. Y ya está, se hace solo; listo para consumir.

Lo mejor... Bueno, lo mejor no, lo único medianamente presentable, Edward Norton.

Lo peor... Obviamente todo lo demás.

Si esta crítica te parece pobre y simploncilla te diré que estoy totalmente de acuerdo y que está al nivel de la propia película.

La verdad, no merece mucho la pena dedicarle más de cinco minutos a esta patata. Me voy a hacerme la manicura francesa o alguna gilipollez por el estilo.

jueves, 22 de marzo de 2012

AzulOscuroCasiNegro (Azul oscuro casi negro), by Daniel Sánchez Arévalo

Verdaderamente increíble, asombroso, espeluznante... que la misma persona que ha dirigido este pedazo de película haya podido concebir un producto tan vomitivo y soez como "Primos". Aunque claro, si tenemos en cuenta que entre medias se dejó caer con esa sarta de despropósitos que fue "Gordos" ya la cosa extraña un poco menos.

El gran misterio de Sánchez Arévalo consiste justamente en eso; en la respuesta al enigma de cómo un talento como el que nos dejó adivinar y hasta tocar en AzulOscuroCasiNegro ha podido deteriorarse en tan poco tiempo de esa forma para dar lugar a esos dos engendros indigeribles de cuyos nombres me gustaría no tener que acordarme.

Lo que en su opera prima era sencillez, naturalidad, sentimiento, intensidad,  impecable contención, delicadeza y exquisitez ha derivado inexplicablemente con el tiempo en burdez, artificio, topicidad, vana sensiblería, futilidad y exageración. Nada de lo que prometía se ha cumplido, y en cambio nada de lo que se ha cumplido se veía venir en AzulOscuro.

De esta peli me gusta todo y me encantan todos los actores, pero destacaría a un inspiradísimo Raúl Arévalo en su pequeño papel secundario, protagonista de una historia paralela con cierto punto grotesco pero a la vez muy tierno, mérito que atribuyo casi en exclusiva a su pericia interpretativa. Lástima que el primo Dani no lo dejara ahí para que siguiera su camino y haya seguido contando con él para sus bodrios posteriores. Una verdadera putada.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Gordos, by Daniel Sánchez Arévalo

"Gordos" es una película tan grasienta y estomagante como la mayoría de sus personajes. Es más, no tenía nada contra los gordos hasta que la vi y decidí que o ser gordo es sinónimo de ser imbécil o eso es al menos lo que piensa Daniel Sánchez Arévalo.

La promoción de este filme estuvo inevitablemente ligada a los impresionantes cambios de peso de su protagonista principal, Antonio de la Torre. Prensa, televisión, radio... todos los medios, se volcaron en mostrarnos a de la Torre en su delirante proceso artístico-estético: gordísimo, gordo, menos gordo, casi normal, normal y delgado. Plan reality-show. Y no digamos ya después del estreno; entrevistas, reportajes, debates... y sí, tal como era de prever, detrás no había mucho más.

Una serie de historias ridículas, con personajes igualmente ridículos, todos ellos preocupados hasta la obsesión por su peso, su aspecto y sus medidas. Problemas sobredimensionados, tópico tras tópico, personajes estereotipados e interpretaciones desbordadas; principalmente de la Torre, que parece que después del esfuerzo físico del engorde-adelgace decidió que ya había hecho bastante y que hasta ahí había llegado.

Sinceramente, no merece la pena jugarse el pellejo y la salud ni para representar a un personaje tan absurdo y poco interesante como el suyo ni para colaborar en una película tan estúpida y llena de lugares comunes. Supongo que lo hizo soñando con cienes de premios por su inusitado sacrificio personal, el Goya entre ellos; me alegro de que no se lo dieran. Ser actor es mucho más que hacer todas las gilipolleces que te pida un director para dar vida a sus delirios; luego además hay que actuar.

domingo, 18 de marzo de 2012

El día de mañana, by Roland Emmerich

En esto del cine siempre es bueno tener claro qué es lo que quieres ver y qué esperas. Si te pones a ver una peli de catástrofes, como es ésta, probablemente no buscas diálogos brillantes ni personajes de enjundia ni siquiera interpretaciones magistrales: lo que quieres es entretenimiento, acción y sobre todo efectismo; quedarte pelipúntico, carnegallináceo y ojiplático a base de contemplar desastres naturales y espectáculos dantescos. Bien, pues eso esta peli lo consigue con creces, lo cual significa que el propósito del director al rodarla y el tuyo al verla se cumple satisfactoriamente.

Ahora bien, si te pones a ver una peli de éstas esperando presenciar una obra de arte, una reflexión sesuda sobre la vida y la muerte o un guión impecable, solvente y redondo... pues es normal que te pegues un planchazo de la hostia, que es lo que parece haberle pasado a un montón de gente que dice haberse sentido profundamente defraudada con este producto diseñado para dar susto y pare usted de contar.

Si te ha pasado eso lo primero que tienes que plantearte es qué clase de expectativas tenías al ponerte a ver una historia anunciada como catastrofista rodada además por el mismo director de "Independence day". Querías ver "Hamlet"? "Annie Hall"? "Guerra y paz"?

Otra queja que leo con bastante frecuencia es que la acción de las pelis de catástrofes, mira tú por dónde, siempre pasa en los USA. Señores, señoras, trans... los productores, el director, los actores, los guionistas, los técnicos... todos son americanos. Quieren que sitúen la acción en Nepal o en Australia? A ver, piensen un poco: dónde suelen transcurrir las pelis españolas? En Nigeria?

Bueno, y una vez dicho esto en defensa de la película, tengo que decir también que efectivamente es una mierda como la copa un pino, tal y como dice mucha gente y como era de esperar, pero eso sí, no le falta un detalle: huracanes, tsunamis, glaciaciones repentinas, derretimientos súbitos de icebergs, tormentas de granizo... Una recopilación de desastres naturales como no he visto otra igual. Un disfrute total para los amantes del catastrofismo heavy como la que suscribe.

Y además sale Jake Gyllenhaal, un actor por el que tengo debilidad desde Brokeback Mountain. Aquí hace un papel tan chusco y poco interesante como la propia película pero bueno, como es un chico muy mono y prometedor, le subo un punto por él. Total, un dos y estoy siendo muy generosa.

Sleepers, by Barry Levinson

Una verdadera pena. Un reparto como éste (De Niro, Hoffman,  Bacon, Pitt, Patric, Gassman...) y una historia tan prometedora... y al final se queda en planchazo.

Hay dos partes claramennte diferenciadas en la película: la primera, donde se cuenta la infancia de los chicos en su barrio, su amistad, sus travesuras, sus familias, su complicidad con el cura "progre" interpretado por De Niro...hasta ahí todo bien. Luego hay un punto de inflexión, cuando se acaba súbitamente la infancia de la pandilla a raiz de un error de graves consecuencias, y entramos en el reformatorio.

Segunda parte: empieza bien, la dureza de la vida en el centro, la panda hijoputas que tienen como guardias, los maltratos y abusos, etc. El filme progresa adecuadamente. Hasta que los niños se hacen grandes y entramos de sopetón en los años 80, y empieza el desbarre.

Vamos a ver; esto en definitiva es la historia de una venganza. Lo digo para mi amiga Valdemar, que dice que no sabe muy bien de qué va esta historia, por lo mucho que quiere abarcar; y hasta cierto punto lleva razón. Lo que pasa es que todo esto que he contado es algo así como los preliminares de la gran venganza. De hecho el libro de cabecera del narrador de la historia es "El conde de Montecristo", que no deja de ser a fin de cuentas otra novela sobre ajustes de cuentas. Y ahí es donde falla el guión hasta las trancas: la venganza es chusca, hace aguas por todas partes, es tan fantasiosa que resulta imposible de creer, y presenta tantas lagunas que deja una sensación cortante, como de coitus interruptus.

En esta última parte, que supuestamente debería de ser el culmen y darnos las satisfacciones debidas por todo lo que hemos visto anteriormente, pues el director la caga de plano. Hace un montaje enrevesadísimo en el que intenta abarcar lo divino y lo humano, se arma un lío de la hostia, y la sensación que queda es de... pluffff. Y casi dos horas y media para esto?

De todas formas ya digo que toda la primera parte es muy buena y merece la pena ser vista. De Niro y Hoffman están fantásticos en sus papeles respectivos de cura bueno y abogado borrachuzo, y Kevin Bacon haciendo de guardia malo malísimo también lo clava. El resto cumple sin más.

jueves, 15 de marzo de 2012

Mi Gitana (TV), by Alejandro Bazzano

Prometo palabrita del niño jesús que hablo de oídas... bueno, y también de un poquito de zapeo, que tengo que reconocer que a mí el mando se me va muchas veces él solito pa tele-5 sin poderlo remediar.

Pues bien, he aquí unas cuantas perlas pilladas al voleo en algunos de estos involuntarios renuncios:

1. Tú me quiereh, gitana? Máh que a mi vía. (La Panto con Cachuli en los albores de su loco amor)

2. Vete a tu casa ehta noche, que tú tiene una familia y yo un nombre y una honra que cuidá (La panto a Cachuli, después de hincharse a follar)

3. Señorita, me pasa con el número der Caná Sur? (Zaldívar a una telefonista después de ver por la tele a Cachuli escondido debajo de una manta saliendo de ca la Panto)

4. Kiko, tú también tieneh que poné de tu parte, que to no pué sé pedí y pedí, hijo. (La Panto al niño antes de soltarle 3000 leuros pa irse de marcha)

5. Maribé, que zomo gitano. (Agustín Pantoja a su hermana, que se está tirando a un señor casado)

6. Quiero que seah mi gitana, mi mujé, mi arcardesa (Cachuli a la Panto, en pleno apogeo erótico)

7. Hueles a jembra (A que no sabéis quién a quién?)

Y tachán tachán tachán... la mejor con diferencia; trending topic en twitter e inolvidable recuerdo de esta maravillosa serie:

8. Éze no, que er verde te rezarta er vello!!!! (La mamá de la Panto a su hija, probándose ropa)

Impagable doña Ana.

La naranja mecánica, by Stanley Kubrick

Tenemos la exclusiva del diálogo que tuvo lugar entre Kubrick y su personaje Alex, interpretado posteriormente por Malcolm McDowell, diálogo que fue el origen de esta película.

Stanley: Me ronda la idea de hacer una película sobre la violencia en estado puro, sin coartadas ni tontas justificaciones.

Alex: Drugo, estás besuño. Goboras como un glupo.

S: Esta sociedad está enferma y quiero mostrarle al mundo la facilidad con la que manipulan nuestras mentes desde el poder.

A: Tú tás pianitso. El fuegodoro que te has piteao te ha rasreceao.

S: Será algo diferente, brutal, impactante. La gente alucinará y todo el mundo se dará cuenta de mi genialidad.

A: Tienes que sasnutar más. Qué straco! No te copo. Tienes el rasudoque de un schuto.

S:  Será una encarnizada sátira de la sociedad futura consumida por la violencia y el salvajismo.

A: Cupérate una coschca y échate una ruña con la milicienta. Los atristos y los ominosos cuentan con tu inspiración.

S: Será tan hermosa de ver y de oir que deslumbrará los sentidos y la mente. El mundo se rendirá a mis pies.

A: Sí, tú exprímete la rasurera y videa bien. Qué yarmolazo me estás dando! Me duele la quijotera y hasta los vidrios.

S: Querrás ser tú el protagonista de tan magna obra?

A: Manda yarboclos! Anda y piteemos, que me spato con tanta chepuca.

Y así fue como se gestó la mítica y kúbrica naranja mecánica, sin duda alguna el mojón cinematográfico más estomagante jamás rodado. Eso sí, te lo pasas bomba jugando al nadsat.

miércoles, 14 de marzo de 2012

A los que aman, by Isabel Coixet

Leo varias sinopsis de esta película y todas vienen a contar lo mismo: chico quiere a chica, que a su vez quiere a otro chico, que a su vez quiere a otra chica. En fin, el cuento de nunca acabar, que además es más viejo que el mundo. Pero yo tengo otra versión, que es la siguiente: sosito se enamora de sosita, que a su vez se enamora de chulazo, que a su vez se encoña de un pepinazo de tía, que a su vez es Monica Bellucci ni más ni menos.

Vamos a ver, esta historia no hay por dónde cogerla.  Los dos sositos dan una grima del cagarse. No sé, se pasan todo el tiempo diciendo cosas como: "Me amas? Pero también cuando duermes? Y cuando sueñas? Sufres por amarme? Sigues amándome? Pero oye, aún me amas?"... Y así un día y otro y otro; un repelús del copón, todavía tengo los pelos como escarpias. Es de extrañar, pues, que el chulazo francés al que tanto y tan malamente ama la sosita se suba por las paredes con tanto "teamo meamas?" y se pegue unos cuantos revolcones con ese pedazo de tía que es la Bellucci, que encima habla su propio idioma y practica la esgrima como dios sin comerle la cabeza sobre el amor?

Coixet, además de gafapastosa y repelente, es un coñazo de tía. Y quien quiera que hiciese el casting para esta peli se lució bien lucido con los dos sositos. La protagonista es una tía con voz de niña de cinco años, tal vez muy apropiada para el guión, ya que el sosito se colgó de ella a los 10 años y claro, lo que pega es que no crezca. Pero joder, entonces que tampoco le crezcan las tetas, que se quede mocita y punto. Qué sentido tiene que la tía evolucione físicamente, se haga mujer, le venga la regla, se case y practique el sexo, y luego hable como si estuviera en el parvulario? Qué pretende Coixet con esto? Invitarnos a la pederastia?

Y  luego otra cosa: qué coño le pasa a esta tía con las nubes? El narrador se pasa la vida hablando de las nubes, de los distintos tipos de nubes, sus formas, sus colores, su textura y espesor... Hay hasta un monólogo entero dedicado a las nubes. Fue tal vez rodando esta película cuando se le ocurrió a la directora el famoso anuncio de compresas cuyo lema era "A qué huelen las nubes"? A mí, viendo este piñazo, me huelen a algodón de feria mezclado con churros, coliflor hervida y boñiga de vaca a la vinagreta. Vamos, para olfatos muy "selectos".

martes, 13 de marzo de 2012

Réquiem (El exorcismo de Micaela), by Hans-Christian Schmid

Rollo morollo al canto. He visto a chicos malotes en el programa "Hermano mayor" más poseídos por el demonio que esta Micaela. Qué digo "Hermano mayor"? En mi propia casa! Es más, cualquiera que haya presenciado alguna vez un berrinche adolescente ha visto algo parecido a la supuesta posesión diabólica de Micaela.

A mí lo que sí me fascina de esto de las posesiones es que nunca le pasan a un ateo; siempre es a gente hiperreligiosa y superobsesiva con sus creencias. Y claro, así cualquiera es poseído. Porque el mérito real está en tomar posesión del espíritu de una persona que pasa del demonio como de la mierda, y digo yo que si el demonio existiera de verdad podría perfectamente poseer a cualquiera sin distinción de raza, sexo, edad o religión. No sé, esto de las posesiones es muy complicado para mí.

En mi opinión entre el exceso de efectismo de las pelis americanas sobre el tema y este exceso de contención debe de haber un virtuoso término medio que sería interesante practicar. Vamos, que no hace falta que al poseído le dé vueltas la cabeza ni hable en arameo y ochenta lenguas más, pero que tampoco estaría mal que hiciera algo más que chillar y tirarse al suelo, que es una cosa que el que más y el que menos ha hecho alguna vez  en su infancia sin necesidad de posesiones diabólicas.

En fin, que el producto me ha parecido de una insulsez y una pobreza expresiva de antología. Y que para  exorcismos de éstos mejor os mando un vídeo de mis hijos cuando los castigo sin bajar a la calle o sin ordenador, que para devolverlos a su estado natural sí que tengo que hacer yo un exorcismo de verdad.

lunes, 12 de marzo de 2012

Lágrimas negras, by Ricardo Franco y Fernando Bauluz

Ricardo Franco murió antes de terminar de rodar esta película, y la tuvo que terminar su ayudante Fernando Bauluz, al que al parecer, después de esta experiencia no le quedaron ganas de volver a repetir como director, porque aquí empieza y acaba su obra. El resultado es tan irregular y extraño como las propias circunstancias del rodaje.

Voy a hacer esta crítica contestando a mi amiga Valdemar, que por lo visto no se cree nada de esta película. Para empezar no se cree la escena inicial en la que se produce una especie de "violación" por parte de Ariadna Gil al chaval interpretado por Fele Martínez. Bueno, Val, primero hay que tener en cuenta que no es lo mismo que te viole cualquiera a que te viole Ariadna Gil, que eso tiene un nivel. Y si esto no te convence te diré que yo no veo esa escena tanto como una violación porque me da la impresión de que a Fele le pone la tía y la situación desde el principio, vamos, que con sus pelos de loca y su comportamiento más de loca todavía pues al tipo le da morbo. Y el morbo, que es una cosa bastante inexplicable en muchas ocasiones, hace milagros con la circulación sanguínea.

En cuanto al resto de la historia y a la obsesión del chico por el personaje de la piradísima Ariadna, pues mira, yo he visto en la vida real hacer cosas mucho más gilipollescas por una tía.

Esto del amor es tan incomprensible que no me cuesta nada creerme lo que nos cuentan Franco y Bauluz, por no hablar de que la locura es algo muy atrayente para muchísima gente. Los locos pueden tener un nosequé y un sexapil que te cagas, sobre todo si además de locos son guapos y estilosos, como es el caso de Gil.

Yo aquí lo que no me creo ni de lejos es que un tío con el pavo de Fele Martínez en esta película, con ese personaje insustancial y sosito a más no poder, traiga locas a dos tías del tallaje de Elena Anaya y la propia Gil. Eso sí que no entra dentro de unos niveles mínimos de credibilidad. Ahí o bien ha fallado el director de casting o la dirección de actores o es que mismamente el propio Martínez se creía el papel todavía menos que Valdemar.

En definitiva, un resultado raro, que no termina de convencer y unas interpretaciones pelín chuscas. Incluso Ariadna, con los gestos esos rarísimos que hace con los ojos, sobreactúa que da gusto. Esta mujer, que normalmente es bastante comedida y sobria en sus actuaciones, aquí hace un despliegue de muecas que ni Jim Carrey en sus mejores tiempos, oiga. Hombre, ya sé que interpreta a una desequilibrada pero tampoco hay que exagerar, digo yo.

sábado, 10 de marzo de 2012

La piel que habito, by Pedro Almodóvar

Rectificando, que es gerundio. Rectifico, rectifico y rectifico. Y rectificar es de sabios.

Siempre he dicho que a mí de Almodóvar me gustaban las comedias, sobre todo las de sus inicios, pero que en el drama desbarraba como nadie. Ésa era mi tesis almodovariana y él se ha encargado, peli tras peli, de confirmármela... Hasta llegar a "La piel que habito",  donde me ha destrozado todos los esquemas y el pedazo de cabrón este me ha dejado patidifusa (Patty Difusa, que diría él).

También sostengo hace tiempo la teoría de que Almodóvar se retroalimenta de su genio primigenio (uysss, qué chulo me ha quedado esto) y que es incapaz de crear nada nuevo. Bien, pues vuelvo a rectificar, y no se me caen los anillos. Sí que es capaz de crear, y de conmover y de hacerle un corte de mangas y darle una patada en el culo a sus muchos detractores, incluída yo.

Que me va a seguir cayendo como el culo? Sí. Que es un tío creído, pretencioso y grotesco? Pues también. Bien es verdad que con ese talento yo dudo de si no estaría igualmente un poco endiosadilla, para qué nos vamos a engañar. Que la piel en la que habito tampoco es de piedra.

No voy a comentar nada del argumento porque todo lo que se diga es destriparlo. Sólo diré que Elena Anaya me ha devuelto al Almodóvar fascinante y genial. Porque a Pedro lo hacen sus mujeres; lo bordó con Carmen Maura y ella sacó lo mejor de él y viceversa, pero hasta Elena no ha encontrado otro alter ego capaz de hacer honor a sus historias.  Para mí Penélope Cruz es el mayor fraude de la historia del cine español, probablemente una de sus peores actrices y con toda seguridad la de voz más chillona y estridente.

De los demás actores, mención especial a Banderas, un tipo que por lo general hace verdadera bazofia interpretativa pero que aquí milagrosamente saca también lo mejor de sí mismo y hasta convence. Si algo no se le puede negar a Pedro es su maestría dirigiendo actores, hasta a los más peores.

La sorpresa de verdad ha sido Jan Cornet. Cuando le dieron el Goya revelación pensé que había sido algún tipo de concesión de la Academia, de cuyo criterio a la hora de premiar me fío casi tanto como de una tarántula brasileña, pero reconozco que en su breve aparición consigue transmitirnos con convicción el miedo y la indefensión de su personaje. Bravo por el director, que le ha sacado al chaval su jugo interpretativo al máximo, y bravo por él, que lo tiene, porque de donde no hay no se puede sacar na de na.

Qué más cuento sin contar lo incontable? Ah, sí, que la peli tiene fallos, es verdad. Lo del vestido del final, por ejemplo,  pero estoy totalmente convencida de que no son fallos, sino guiños. Y por qué lo creo? Porque sólo un tipo tan creído y gilipollas como Almodóvar es capaz de meter un sapo tan gordo en una peli con el único objetivo de que la gente al salir comente cosas como:  "tú has entendido lo del vestido?"

Ah, una cosa que no se me puede escapar en esta crítica. La Academia española es una  mierda como la copa un pino. No me puedo creer que teniendo esta película, que es la puta ama, mandaran para los Oscars "Pa negre".

Lamentable, deplorable, absurdo.

jueves, 8 de marzo de 2012

Antes del atardecer, by Richard Linklater

Leo por ahí: miradas de pasión... naturalidad... crepuscularidad de la madurez... conversaciones inteligentes... relación sincera... etc etc etc.

Joder, la gente en qué mundo vive? O en qué mundo vivo yo? O esto qué es? Cómo es posible que donde mucha gente ha visto sinceridad, inteligencia, pasión y naturalidad yo sólo vea estrategia de combate, escaramuza, juego de poder y puro y duro artificio? Vamos, un cortejo en toda regla sin más tonterías ni más nada.

Señores, esto es de manual. Yo te digo, tú me dices, te adelantas, regateo, te placo, te acercas a la meta, no te dejo, vas muy rápido, tiro para atrás, te tienes que ir, quiero que te quedes, me acerco, estás a tiro, me separo un poco, no lo bastante para que creas que es imposible, te picas, quieres más, te doy la mano, pides más, no, tienes que irte, un poco más... Jodeeeeeer, quién coño no ha jugado a esto???????

Sinceridad, inteligencia, pasión y naturalidad? Señores, señoras, gente en general... esto está estudiao desde el neolítico y más visto que un tebeo. Tanto él como ella. Los dos saben desde el principio lo que hay y sólo se trata de ver dónde, cómo, cuándo y quién lo dice un poco más claro.

A veces las críticas de una película son desoladoras; en este caso al por mayor. Pensar que hay tanta gente que cree que este proceso que se cuenta aquí es algo maravillosamente romántico y especial me deja patidifusa. Significa que nunca han vivido nada igual o que lo han vivido y siguen pensando que es una experiencia única?

Yaaaaaa, ya sé. Soy insensible, una arpía sin alma ni sentimientos ni corazón. 50 negativos, lo peor. Pero... es culpa mía que la gente lo flipe?

Pequeñas mentiras sin importancia, by Guillaume Canet

Al leer la sinopsis de esta película inmediatamente me entusiasmé, como la gran capulla que soy: una francesada sobre la amistad, guauuuu, no me la pierdo. Y como de costumbre cuando se me hacen los ojos chiribitas con algo, planchazo al canto.

A ver cómo cuento yo esto. Resulta que es una panda de amigos de toda la vida, de incondicionales, vamos; se ven casi todos los días, se van de vacaciones juntos, salen a menudo, etc. Bueno, pues uno de ellos tiene un accidente en el que casi la palma y se queda el chaval muy malito en la UCI. Y qué hacen sus amigos íntimos del alma? Lo primero llorar, llorar muchísimo. Y lo segundo decir que como está en la UCI tampoco pueden hacer nada por él y que mejor se van todos juntos de vacaciones. Qué mejor manera de homenajear al amigo que se debate entre la vida y la muerte. Aviso de que no estoy contando nada que no se vea en los 5 primeros minutos de los interminables 150 que dura el engendro este.

Bueno, pues a partir del gran éxodo, ya del amigo creo que se acuerdan un par de veces o por ahí y el resto del tiempo se dedican a aguantar las gilipolleces de uno de ellos, el que interpreta François Cluzet, que es el que pone la casa, las copas y el condumio, vamos, el paganini, que invita a cambio de que le soporten estoicamente las chorradas que se le ocurren, que no tienen límite. En fin, un planchazo de campeonato porque, aparte de que se pasan la vida bebiendo vino, que eso sí es muy francés y me encanta, ese charme que suele tener el cine gabacho brilla por su ausencia en todo lo demás. Son todos una panda de horteras de tomo y lomo, a cuál más mamarracho y más repelente.

Imposible compararla con películas sobre la amistad de ésas que llegan al alma. "En la ciudad", de Cesc Gay sería para mí, dentro del género, el modelo a seguir: historias auténticas, diálogos ricos, emociones intensas... Este bodrio parece más una especie de parodia de peli de amigos. Hombre, para reirse un rato puede valer, pero poco más. Y es tan insufriblemente larga como un parto sin epidural.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Bicicleta, cuchara, manzana, by Carlos Bosch

Después de ver este documental una se queda con la duda de si ha visto una historia sobre la enfermedad de Alzheimer o bien una elevación a los altares de la figura indiscutiblemente atractiva de Pascual Maragall. Una especie de hagiografía en vida, vamos. Pero la cosa, me temo, va más por lo segundo.

Desde el primer momento se hace hincapié de un modo insistente en que la forma de abordar la enfermedad de Maragall es extraordinaria, ejemplar y valiente, vamos, la de un hombre fuera de lo común, la de un luchador nato. La sensación que queda es que el resto de las personas que son diagnosticadas de esta terrible enfermedad la afrontan cobardemente, se hunden en la miseria y en absoluto le echan la energía y los cojones de este señor. Por lo visto el hecho de que haya montado una Fundación para investigar sobre el mal le convierte en una especie de gurú del Alzheimer, un mecenas de la salud mental.

No, mire usted; la principal diferencia entre este señor y el resto de los mortales es que su posición, sus medios económicos y su evidente carácter público le permiten hacer este tipo de cosas. Ni es el primero ni el único; la lista de celebridades que padecen un mal y se dedican en cuerpo y alma a luchar contra él, recaudar fondos y propiciar todo tipo de investigaciones es larguísima: Carreras con la leucemia, Gemio con las enfermedades degenerativas infantiles, Christopher Reeves con la investigación en células madre, etc. Es más, toda esa gente que padece esas enfermedades llamadas "raras" que no interesan a nadie, fijo que se daría un canto en los dientes por que a algún famoso le tocara la china y moviera cielo y tierra por encontrar un remedio para su mal. Es un clásico, y además entra dentro de lo normal.

De por sí ya este tono hagiográfico a mí me echa bastante para atrás, porque soy poco propensa a regocijarme con las vidas de santos. Pero si esto fuera poco, lo peor es que se intenta huir tanto del dramatismo y del morbo que podría provocar el tema que no parece que esté una viendo una película sobre el Alzheimer. No creo yo que las personas que estén padeciendo en su familia este terrible mal puedan sentirse mínimamente identificadas con la historia de este señor simpatiquísimo, con tanta vitalidad, que habla con todo el mundo por la calle y se enfada porque le esconden las llaves de su coche para que no conduzca. Vamos, si no fuera porque una sabe que este documental va sobre una persona con Alzheimer nadie lo diría.

No sé, yo entiendo que se pretenda mantener la dignidad de esta persona y no se hable ni mucho menos se grabe en los momentos de pérdida de lucidez pero hombre, de ahí a que no se vea por ninguna parte nada de la pesadilla que supone para las personas que rodean a estos enfermos... pues tampoco. Desde luego si pretendían acercar la enfermedad al gran público y concienciar a la gente lo veo muy difícil de esta manera. Este señor durante toda la cinta parece más sano que una pera, como si su degeneración progresiva no fuera más que un fantasma del que han oído hablar pero que no se intuye ni mínimamente en la película.

Personalmente no creo que la actitud de Maragall sea especialmente valiente ni espectacular; creo que la inmensa mayoría de las personas, cuando reciben un palo como éste, lo afrontan con toda la dignidad posible y se enfrentan exactamente a la misma lucha con las mismas ganas. Habrá quien se hunda y se rinda de primeras, claro, pero seguro que son los menos. Cada cual lo afrontará en la medida de sus posibilidades pero no me gustan nada las historias en las que se pretende ensalzar el valor y la gallardía de alguien por la vía facilona de dotarle de unas cualidades de las que supuestamente carecen el resto de los mortales.

En definitiva, no me ha gustado el tono laudatorio del documental. No creo tampoco que refleje en absoluto la realidad de las personas que padecen este mal, ni mucho  menos la de sus familias, que normalmente se ven obligadas a afrontarla con escasísimos medios y poquísima ayuda externa. Y por último tampoco veo especialmente meritorio que alguien monte una fundación de ayuda a la investigación sobre una enfermedad de la que se ha concienciado porque no ha tenido más remedio, al haberle tocado la china. Mérito tendría si esa concienciación le hubiera venido por generación espontánea, pero vamos, luchar por un remedio contra el mal que uno padece tampoco es la cosa más excepcional del mundo.

Conste que Maragall es un tipo que me cae genial y sin duda debe de ser una gran persona pero como para beatificarlo por luchar contra su Alzheimer... pues va a ser que no.

martes, 6 de marzo de 2012

Garaje (Garage), by Lenny Abrahamson

Qué es un tonto? Desde luego no el que dice tonterías. En esta peli dicen tonterías todos menos el tonto.

Película de corte intimista, con toques costumbristas y el encanto de una maravillosa fotografía del paisaje rural irlandés. Una historia sobre la pureza, que nos mete en la piel de una persona de mirada limpia, sin maldad, que vive por y para sus pequeñas rutinas, sin ambiciones, sin proyectos de futuro, que aborda el día a día sin pedir nada más que un poco de calor, algo de cerveza, tal vez un rato de charla si hay suerte.

Pat Shortt, con gran intuición interpretativa, da vida a este personaje sencillo y entrañable que nos terminará sorprendiendo y emocionando. Supuestamente es un tonto pero, como suele suceder, la tontería circundante conseguirá superarle con creces. Shortt borda el papel y consigue acercarnos tanto a Josie que es difícil no compartir con él esa apertura al mundo de los "listos" que tantos problemas le traerá.

Una peli para pensar; no está mal pensar de vez en cuando en las gilipolleces que mueven el mundo, en los prejuicios, en las convenciones sociales, en las miradas sucias que sólo ven maldad, en la rigidez moral que pretenden imponernos en esta supuestamente laica, libre y bienpensante sociedad del carajo. Josie, que es un tontito de pueblo, nos enseñará más en 90 minutos que un curso entero de Sociología. Y por favor, no confundir con Forrest Gump; esto es otro mundo.

lunes, 5 de marzo de 2012

Sin límites, by Neil Burger

Érase que se era un tonto empastillao bajo una chopera. Poco más o menos así podría titularse esta película, porque resume perfectamente lo básico de la trama, por llamarla de alguna manera.

Un tío colgaísimo, sin oficio ni beneficio, más guarro que la potota, va y se toma un día una pastillita que casualmente le regala su excuñao, con el que lleva algo así como chiquicientos años sin verse, y con la pastillita le da un subidón que te cagas y en un par de días se hace millonario. Conste que no estoy revelando nada porque esto se ve en el minuto 3. Y nada, a partir de aquí todo es un sindiós: el tío a tope, se lava la cabeza, que falta le hacía, limpia su piso que se caía de mierda, la novia flipá, mafias que lo persiguen, empresarios de éxito que se lo rifan, peeeeero...  hasta aquí puedo contar.

La típica estética videoclipera que ya, por lo vista y requetevista, resulta tan cansina; un actor que dicen por ahí que es guaperas (en fin, sobre gustos...); una historia de amor de fondo, cómo iba a faltar; y un gancho muy desafortunado: Robert de Niro haciendo uno de esos papeles que dice una: por qué, Bob, por qué lo has hecho, si tú no tienes necesidad de esto?

A ver, la verdad es que la peli entretiene y se deja ver tranquilamente sin caer en el sopor; tiene sus ratitos de acción, su mijita de intriga, su correspondiente escena vomitivo-sanguinolenta... vamos, que no le falta un detalle. Si no fuera porque el guión es más flojo que un muelle guita y porque los actores están del primero al último pa pegarles una somanta palos, incluído mi adorado Roberto... podría hasta casi aprobarla por los pelos. Pero sinceramente, visto lo visto, me niego. Igual con una pastillita de ésas...

domingo, 4 de marzo de 2012

Mi refugio (Le refuge), by François Ozon

Premio especial del jurado en San Sebastián 2009, lo cual no es en absoluto garantía de nada, si acaso de muermo. Ya sabemos la clase de premios especiales que dan los jurados estos. Personalmente desconfío cada vez más de los premios en festivales,  salvo los del público, que obviamente coinciden un poco más con los gustos del idem.

Yo no creo que esta peli sea de premio; si acaso de premio a la mediocridad. No disgusta pero tampoco entusiasma; no es para vomitar pero tampoco para tirar cohetes. Vamos, que ni fu ni fá ni chicha ni limoná. Ni siquiera es muy francesa, que como mis muchísimos seguidores saben, es uno de los elementos que yo más valoro en una película. No lo puedo remediar; me pasa como a los yanquis progres, que me encanta todo lo francés.

La historia va de una drogadicta embarazada que se cuelga de un homosexual. Tiene muchos momentos "Verano azul" de paseítos por la playa y tal, y también tiene sus ratitos "Sexo feliz", para los incondicionales del tema, con la particularidad de que el sexo es con una señora embarazada de verdad, ya que la actriz protagonista, Isabelle Carré, parece ser que aprovechó su gestación para rodar esta historia que despierta tan pocos entusiasmos salvo para el jurado de San Sebastián de 2009.

También los forofos de la maternidad naturista disfrutarán viendo la barriga de esta señora casi todo el tiempo al aire. A mí, por ejemplo, eso me gustó porque las barrigas de embarazadas me molan un montón y si la propietaria es alguien de confianza casi siempre se la toco. Y si es Navidad, paso mi billete de lotería por ella, al igual que por la calva de los calvos. Por mi parte es el único atractivo que le encuentro a la película.

viernes, 2 de marzo de 2012

Cuestión de principios, by Rodrigo Grande

"Una función sobre la ética en tiempos de pura estética". Me gustó esta frase de Lluís Bonet Mojica para La Vanguardia y por eso elegí esta película, además argentina y comedia, y para remate interpretada por mis adorados Federico Luppi y Norma Aleandro, vamos, un caramelito.

Y no defrauda. Sí, es una historia sobre la ética pero también sobre la estética del mundo de la empresa y de los negocios. La pregunta es: está todo en venta? La respuesta no es sencilla porque no es ni sí ni no ni todo lo contrario. La película plantea la reflexión pero a lo largo de la cinta no siempre está clara la respuesta y ni siquiera al final obtenemos un dictamen concluyente.

Inmenso, como siempre, el gran Luppi; adorable, también como siempre, aquella inolvidable novia con Alzheimer llamada Norma Aleandro; y sin complejos frente a los dos monstruos, Pablo Echarri, al que conocí con impecable corrección académica en "El método" pero que aquí está mucho más convincente y auténtico en el papel de directivo joven y cabrón.

En definitiva, una buena historia, un guión sólido y bien trabado y unas interpretaciones magistrales para hablarnos de esa cosa que no se sabe muy bien qué es ni cómo se come que se llama "principios"