domingo, 30 de septiembre de 2012

La novena puerta, by Roman Polanski

Película de Polanski, basada en una novela de Arturo Pérez Reverte y con participación de Enrique Urbizu en el guión. Suena bien, eh? Bueno, pues como casi todo lo que suena bien de primeras termina sonando como el culo.

Vaya por delante que leí "El club Dumas" hace mogollón de años y que no me acuerdo de nada. Vamos, que no puedo establecer comparativas con la novela, ni para bien ni para mal. Sólo puedo decir que la película es una especie de "Código da Vinci" pero a lo Polanski, o sea, con la semilla del diablo de fondo. Sé que Polanski es un apasionado del género demoníaco, pero... realmente era necesario esto, Roman?

Desde el principio todo es un puro disparate. Un bibliófilo fumando y bebiendo coñac mientras estudia un tesoro bibliográfico del siglo XVII???? Y el mismo bibliófilo paseando por toda Europa en un macuto un ejemplar único de incalculable valor????? Pero qué me estás contando????

Claro que para personaje imposible el feliz dueño del ejemplar, un coleccionista que tiene un pedazo de bunker para guardar su colección con toda clase de medidas de seguridad, y sin embargo le entrega tranquilamente su más preciado volumen a Deep, un pringao que vive en un apartamentucho de mierda, para que se lo lleve a su casa y analice si es auténtico o no. Madre mía, qué nivel de confianza! Es como si el director del Louvre le entregara la Mona Lisa a la restauradora del Ecce Homo de Lorca para que se la llevara a casa a hacerle un arreglito.

En fin, como bibliófila aficionadilla, me pasé toda la película sufriendo y mordiéndome las uñas cada vez que veía a Johnny Deep fumando mientras manipulaba el supuesto tesoro de la corona, y pasando las páginas como si del Pronto o el Diez minutos se tratara, que sólo le faltaba chuparse el dedo para pasarlas. Claro que si te fijas en el ejemplar en cuestión ya te das cuenta de que las posibilidades de que eso sea un libro antiguo auténtico son las mismas de que la momia de Tutankamon se levante mañana cantando el Porompompero. Unas hojas blancas y limpias como la patena, una encuadernación impecable, ni un signo de deterioro, ni una leve manchita de humedad... Que digo yo que no es tan complicado hacer que un libro parezca viejo, Polanski, tío.

Coñac va coñac viene, whisky va whisky viene, cigarrito va cigarrito viene... Todo esto justo encima del famoso ejemplar único. Y venga a echarle ceniza encima, toma ya! Creo que no había sufrido tanto viendo una película desde "Precious". Y por lo menos Precious era una petarda llorona y a ratos daban ganas de asesinarla pero este pobre libro... qué coño había hecho para tener todo el día al puto pirata del Caribe este echándole ceniza sin piedad?

viernes, 28 de septiembre de 2012

Remando al viento, by Gonzalo Suárez

V- Voy a admitir que a veces soy repelente.

A- Aunque no tan gafapastas como piensa mucha gente.

Y- Y  Hugh Grant no es mi actor favorito.

A- Aunque en esta peli está el nene hasta bonito.



C- Creo que este truño es vacuo y pretencioso.

A- Aunque el paisaje, lo admito, sea precioso.

C- Creo que Mozart y Beethoven dan un punto vacilón.

A- Aunque a mí me ha parecido un rollazo del copón.

Los amos de Brooklyn, by Antoine Fugua

Cuantas más pelis veo de Antoine Fugua más penita me dan los americanos; vaya mierda de policía que tienen. El que no es un corrupto de cojones es un matao y el que no es un guarro y el que no es un cobarde y el que no es un pringao como la copa un pino. No tienen ni un puto poli en condiciones. Para que luego nos acomplejemos nosotros con nuestras fuerzas de seguridad.

En esta peli tenemos, en plan muestrario, 3 tipos de polis. Bueno, en realidad hay más pero de protas tenemos un trío. Están Richard Gere, Ethan Hawke y Don Cheadle; dos blancos y un negro; un guapo y dos feos; dos jóvenes y un viejo; el bueno, el feo y el malo.

El bueno es Gere. El tío se ha tirado 20 años de poli y ha conseguido no meterse en casi ningún fregao, a pesar de toda la mierda que le rodea, que no es poca. Le quedan seis días para jubilarse (oh, jubilación, qué bella palabra, y qué lejana e imposible para casi todos los mortales) y, como no podía ser de otra manera, en esos seis días la caga. Para colmo, como ya es habitual en Gere, se nos ha enamorado de una puta, muy pretty woman porque es muy mona, pero que no nació tan de pie como la Roberts. Además esta puta nos ha salido negra de nacimiento, vaya por dios.

El feo es Cheadle. Feo y negro, la hemos cagao. Éste es un poli infiltrado y sufridor donde los haya. Lo hace francamente bien porque es igual de negro que todos los malos y no se ríe ni una mijilla en toda la película, pese a lo cual al espectador no lo engaña, pero a sus compinches los tiene a todos encandilaos. Os podéis imaginar, carne de cañón.

El malo es Hawke. Aunque no es tan malo. El pobre es católico practicante, tiene una mujer asmática y una casa llena de moho y, como no puede utilizar anticonceptivos porque su religión se lo prohibe, ha engendrado algo así como 20 chiquillos a los que no puede mantener ni de coña, y dos más que vienen de camino. Porque encima el tío es un as de la fertilidad, y ahora le vienen mellizos. Tremenda putada. La mujer asmática en el hospital, la casa que se cae a pedazos de la humedad, los niños cada uno a su bola, los mellizos empujando a la asmática para nacer... Y a todo esto rodeado de pasta. Quién coño no se haría corrupto con este panorama? Ni el santo Job podría resistirse.

El bueno, el feo y el malo; Gere, Cheadle y Hawke; Richard, Don y Ethan; Eddie, Tango y Sal; los tres mosqueteros; el trío lalalá; la santísima trinidad policial. En definitiva, un piñazo como una casa sólo apto para incondicionales de Fugua y para policías corruptos que quieran aprender las artes delictivas de sus colegas yankis. El resto abstenerse

miércoles, 26 de septiembre de 2012

El año de las luces, by Fernando Trueba

A mí me gustan mucho las primeras películas de Trueba, no lo puedo remediar. Tienen una frescura y un tono ingenuo, casi como de opera prima, que me encandila. Por gustarme, me gustan hasta los títulos. Me gustó que llamara a su primer largo “Opera prima”, que parece una perogrullada, pero oye, no se le había ocurrido antes a nadie. Y me encantó tanto el ambiente como el nombre de “Belle epoque”, lo mismo que me encanta este “Año de las luces” que nos muestra ese momento único en la vida en el que salimos definitivamente de la nebulosa algodonada de la infancia y, oh milagro, se hace la luz. Y aparece como por arte de magia la tierra prometida, o sea, el sexo y el amor.

Me gusta también el toque Azcona del guión. Con esos personajes típicos de nuestro cine de toda la vida: la estricta gobernanta (esa maravillosa e inimitable Chus Lampreave), el cura con sobrina (tremendo don José Sazatornil), la matrona gruñona (Ayyy, Rafaela Aparicio, qué grande), el rojillo con retranca (Manuel Alexandre, inmenso)… y esos jovencísimos Jorge Sanz y Maribel Verdú, que casi crearon escuela como pollinos enamorados. Qué tiernosssss! De esta peli me gustan hasta los niños, que ya es gustar.

Trueba y Azcona, Azcona y Trueba, tanto monta monta tanto, saben darle un regustillo diferente al cine sobre la posguerra. Desde la comedia, con una vena satírica importante, creando personajes inolvidables, que nos llegan y nos conmueven, rodeándose de actores entregados y convincentes… Y sí, ese tipo de cine se echa de menos. Y esos guiones completitos, finos, punteros, en los que no falta un detalle.

Desde aquí mi homenaje a ese genio que fue don Rafael, q.e.p.d. Sinceramente en la comedia española no ha tenido rival ni tiene sustituto. Tal vez hayamos perdido el sentido del humor y la capacidad de reirnos de nosotros mismos o quizás es que no ha aparecido la persona adecuada, pero el caso es que hace mucho tiempo que aquí no se hacen más que dramones o pelis de miedo, y cuando alguien se lanza a hacer comedia, pues sale “Fuga de cerebros”. Qué pena, señor!

martes, 25 de septiembre de 2012

Somewhere, by Sofia Coppola

Cristiano está triste. Qué tendrá Cristiano? Ésta ha sido la comidilla de las últimas semanas en todos los medios desde que Cristiano Ronaldo metió un gol y no pegó ni un miserable bote para celebrarlo. Entonces le preguntaron y dijo que no celebraba los goles porque "estaba triste". Como es de imaginar, elucubraciones mil: triste por qué????? Triste porque la afición no lo mima? Porque no lo mima el club? Porque no le pagan lo que se merece? Porque le apena hacer la declaración de la renta? Porque su novia Irina Shayk está hecha un adefesio cuando se levanta? Por qué estará este muchacho tan triste? Pues bien, Sofia Coppola viene a explicarnos cómo va esto de la pesadumbre de los ricos.

Stephen Dorff se ducha con el brazo en alto porque está escayolado; Dorff nada en su piscina; Dorff se duerme viendo a dos strippers bailar en su dormitorio; Dorff conduce su Ferrari; Dorff se ducha con el brazo en alto; Dorff mira a una vecina que le enseña las tetas; Dorff conduce su Ferrari; Dorff mira los mensajes de su móvil; Dorff se ducha con el brazo en alto; Dorff mira patinar a su hija; Dorff cena spaguettis; Dorff mira a las dos strippers bailar; Dorff toma un whisky en su terraza; Dorff mira por la ventana; Dorff se ducha con el brazo en alto; Dorff deja que una chica le firme en la escayola... En definitiva... Dorff está triste, qué tendrá Dorff?

No, no voy a hacer demagogia barata como sí la hace Coppola Jr. Sé perfectamente que los ricos también lloran y sufren y se deprimen. También sé que muchas estrellas del cine y la música son alcohólicas y/o drogadictas y que sus vidas no son tan maravillosas como nos podríamos imaginar. Vale, lo sé. Pero como lo sé, tía, cuéntame algo que no sepa. Cuéntame, por ejemplo, qué coño les pasa. Cuéntame por qué, teniéndolo todo, se sienten tan vacíos y tan fatal. Intenta hacer que yo, simple mortal que flipa nadando en una piscina cuando hace calor, comprenda por qué esta gente se siente tan triste.

Conste que lo quiero comprender. Que quiero solidarizarme con ellos, y si hace falta, apadrinar a alguno. Apadrino una estrella y le mando una postal en Navidad, igual consigo que sean algo más felices y se sientan menos desgraciados y menos solos. No sé, qué podría hacer por ellos? Veo sus películas, los admiro cuando pasan por las alfombras de colores, copio sus estilismos y sus peinados, sigo atentamente sus vidas, miro cómo son sus casas cuando las enseñan en el Hola... Qué mas quieren que haga? Por mí que no quede; yo por que sean felices, oye, lo que sea.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Secuestrados, by Miguel Ángel Vivas

Me reí mucho leyendo la crítica de mi amiga Valdemar sobre esta película. Decía ella que Fernando Cayo es un señor bastante gafe y que es un peligro para irse a vivir con él a las afueras. El caso es que a mí me sonaba la cara de este tío pero hasta que no leí su comentario no me acordé de que efectivamente era el papá del niño de “El orfanato”. Pues sí, chica, y añado algo más: ser pariente de este señor tiene un nivel de riesgo como para pensárselo.

En fin, mucho plano secuencia y mucha pantalla doble, pero muy poca chicha. Por cierto, Vivas te planta las pantallas dobles en los momentos más tensos y te vuelves loca mirando para un lado y para el otro. En un plano la madre y la hija chillando, en el otro el padre a punto de cargarse al secuestrador… Eso no es cine, eso es mala leche. Al final no te enteras ni de lo que pasa en un lado ni en el otro pero sí te estresas un huevo.

Luego muchos gritos, mucha hiperventilación y muchísima casquería…. Vamos, hay una escena en la que la chica incluso resbala a causa de la sangre y las vísceras. Este director debería tener cuidado porque cualquier día se le escalabra en un rodaje un empleado entre tanta excrecencia plasmática y pa qué queremos más.

Y en fin, también mucho tópico. Pero de todos los topicazos del género yo el que peor llevo es el del secuestrador violador. No me parece serio, creo que es intrusismo criminal. En la delincuencia cada uno tiene su especialidad, como en cualquier otro sector. Me parece una tomadura de pelo que todos los delincuentes estén más salidos que el pico una plancha y siempre anden metiendo mano a las protas buenorras. Un poquito de porfavor! Dónde esta la profesionalidad? Vaya mierda de secuestradores, macho!

Rostros (Faces), by John Cassavetes

“Faces” es una película extraña, básicamente es una película de caras. Hay mucho histrionismo, mucha exageración, como en todas las películas de caras. Y también hay muchas risas, pero no, no es una película graciosa, ni mucho menos.

John Cassavetes nos cuenta una historia mil veces vista pero nos la cuenta a través de las caras de sus protagonistas: la cara de Gena Rowlands enamorándose despacito de un inmenso John Marley; la cara de éste pidiéndole el divorcio a Lynn Carlin; la cara de Carlin cuando Marley le pide el divorcio; la cara de Carlin seleccionando hombre para la venganza; la cara de Marley reencontrándose con Rowlands; la cara de Carlin desmayada… Mil caras para mil emociones.

Pero entre todas ellas, yo me quedaría con las caras de Marley y Carlin en la escena final de la escalera.

Rotunda y demoledora. No apta para burócratas del amor.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Secretos de familia, by Niall Johnson

Me lo temía. A pesar de que el humor británico me suele gustar bastante, el hecho de que anduviera de por medio el inefable Rowan Atkinson me daba pálpitos poco prometedores. Y por supuesto se hicieron realidad.

La primera parte de la película me la pasé enterita haciéndome preguntas de muy difícil respuesta, si no imposible. Por ejemplo: Qué clase de tía se casaría con un señor con la cara de Rowan Atkinson y encima cura? Qué clase de tía sufriría porque un marido como Rowan Atkinson no la tocara? Por qué una familia de clase media normal que vive en una casita normal con un par de hijos normales ya crecidos y autosuficientes necesitaría un ama de llaves? En fin, son cosas que pasan en la película y que una no termina de entender muy bien, y todo esto provoca que los personajes sean totalmente increíbles y sus circunstancias vitales más increíbles todavía. Ni siquiera la presencia de Kristin Scott Thomas, que aquí hasta se contagia de la fealdad y la tontuna de Atkinson, consigue darle cierta verosimilitud argumental al filme.

Después de más de hora y media de sopor y estupor a partes iguales la historia da un giro brusco y ahí es donde aparece el humor negro y sí, sube un poco el nivel, pero precisamente cuando la cosa empieza a resultar divertida, la acción se precipita y el desenlace llega en un pispás. En lugar de sacarle partido a ese giro y explotarlo al máximo, Johnson nos deja a dos velas y decide finiquitar el asunto en diez minutos y si te he visto no me acuerdo.

En realidad el personaje que soporta todo el peso de la trama es el de la peculiar ama de llaves, interpretada con gran acierto por Maggie Smith, la única que hace un trabajo digno de mención. La pena es que el director se tira casi toda la película intentando explotar la supuesta gracia de Atkinson en detrimento de la única actriz que podría haber salvado su bodrio de la quema. Y claro, le ha salido el churro que le ha salido. Normal.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El abrazo partido, by Daniel Burman

La comedia argentina nos ha regalado a lo largo de la historia unas cuantas joyas memorables. Los argentinos son gente graciosa, eso es indiscutible, no hay más que recordar la mítica “Esperando la carroza” con aquella maravillosa e inolvidable China Zorrilla que “quitaba el sentío”.

En esta película tenemos a un personaje muy parecido, la madre del protagonista, interpretada por Adriana Aizemberg, que para mí ha sido un gran hallazgo. En cambio el chico en cuestión, a pesar de que ganó en su día el Oso de Plata en Berlín... Pssss, ni fu ni fa, ni chicha ni limoná. Los momentos más divertidos y jugosos y los diálogos más chispeantes sin duda corren a cargo de la tremendísima Aizemberg, que se come a todos los demás con patatas. Sólo por ella la película merece la pena.

El resto, muy poco interesante. La historia empieza con gancho, presentando a los peculiares personajes que pueblan la galería en la que trabaja el personaje principal, y la cosa promete, pero luego se queda en eso, en mera promesa, transcurre sin pena ni gloria, y a ratos incluso se hace pesada y plomiza.

Si no fuera por Adriana probablemente no hubiera terminado de verla, porque hubo un momento en el que me desenganché por completo de la historia. Pero sólo por verla a ella turboverborrear a la porteña a velocidad de vértigo me quedé hasta el final. Y no me arrepentí porque en el desenlace sí que la Aizemberg se explaya. Totalmente descacharrante.

martes, 18 de septiembre de 2012

Criadas y señoras (The Help), by Tate Taylor

Películas sobre el racismo es verdad que hay muchas y muy buenas, pero a mí ésta me ha gustado especialmente porque va un poco más allá. No sólo aborda las relaciones interraciales sino también otras igualmente fascinantes y complejas, como son las relaciones domésticas entre criadas y señoras. En ese ámbito casero y familiar resulta aún más escalofriante el trato abusivo y los pequeños detalles humillantes del día a día.

Es lacrimógena, como dicen algunos? Pues yo creo que lo justo, sin exagerar. Además tiene un puntito de humor negro que compensa los excesos emotivos. Es maniquea? Pues tal vez un poco; es cierto que la mayoría de las señoras caen como el culo, pero es que yo creo sinceramente que las señoronas reales se parecen muchísimo al retrato que nos muestra la película. De hecho alguna he conocido en mi vida y francamente, no tiene nada que envidiar en cuanto a frivolidad y estulticia a cualquiera de estos personajes.

Creo que Tate Taylor aborda con gran sensibilidad el tema, y creo también que exagera poco. En realidad el filme se basa en una novela, pero a su vez la novela está fundada en las leyes raciales que en los 50 y 60 existían realmente en los EEUU. Cuesta creer que en un país en el que hoy hay un presidente negro hace no tantos años los negros y los blancos vivían separados, comían separados, viajaban separados y hasta cagaban en sitios separados. Y que todo eso se veía como algo completamente normal y hasta bueno.

Pero si cabe lo más impactante es pensar en todos esos niños blancos que fueron criados por chachas negras que a veces los querían tanto como a sus propios hijos, para que algún día terminaran tratándolas como a escoria o directamente echándolas cuando se hacían viejas y ya no servían para explotarlas.

Las dos protagonistas negras están fantásticas. Octavia Spencer se llevó un merecidísimo Oscar y unos cuantos premios más, pero vamos, que Viola Davis está totalmente a su altura. Emma Stone, por su parte, demuestra que es algo más que la actriz de moda y consigue moverse con bastante soltura entre los personajes de las dos criadas, que obviamente son mucho más carismáticos y lucidos que el suyo.

En definitiva, una de esas historias que conmueve hasta la médula y que es capaz de recordarnos por qué el cine es esa cosa que nos gusta tanto y nos hace pasar tan buenos ratos. Por cierto, buenísima la venganza del personaje de Octavia Spencer sobre su déspota y abominable señora. Sólo por eso no os la podéis perder.

sábado, 15 de septiembre de 2012

American beauty, by Sam Mendes


A dos manos me la casco
aunque sea un cuarentón.
Mientras pienso en un pibón,
pues mi esposa me da asco.


A la amiga de mi hija
me la quiero de follar
y la quiero de invitar
a que me coma la pija.


Mi niña me salió rara
y sale con un camello,
mas no porque sea bello,
pues es rarito de cara.


Mi esposa vende mansiones,
y se tira a un buen amigo.
pero yo siempre le digo:
"no me toques los cojones".


Y luego están mis vecinos.
Hay un camello pirado
y su padre aún más chalado.
Y dos maricas muy finos.


El camello me hace fotos,
y también fotografía
a una bolsa que se lía
a correr como las motos.


De todos soy el más cuerdo.
Aparte de echarme pajas
a cuenta de un par de rajas
de otros vicios no me acuerdo.


Como soy americano
me tengo que criticar
y tengo que aparentar
que soy un gran ser humano.


Ojalá fuera español
y no tuviera complejos
ni de cerca ni de lejos.
Feliz como un caracol.


Pero a ver, nací en los USA,
y Kevin Spacey soy,
y si llama Mendes voy
corriendo cual vil medusa.


Ay, Kevin, ven a mi casa,
que tengo una gran idea
y juro que no es de IKEA,
y tampoco es de la NASA.


Quiero ser ácido, amargo,
agrio, fuerte, corrosivo,
como el hombre primitivo,
pero amable sin embargo.


Americanos, temblad!
Os voy a dar mucha caña.
Haber nacido en España,
donde no existe maldad.


Y con este axioma acabo
y estos versos finiquito.
Si os han sabido a poquito,
lo siento, no tengo rabo
pa chupármelo un ratito.

















































viernes, 14 de septiembre de 2012

Secretos de un matrimonio, by Ingmar Bergman

Tremenda disección del mundo de la pareja y tremenda declaración de amor de Ingmar Bergman a esa maravilla de actriz que es Liv Ullmann. Esos primeros planos que ensalzan la serena belleza de Ulmann son literalmente una penetración en toda regla.

La verdad es que temía a Bergman; lo prejuzgaba como un director aburrido, espeso, sólo apto para cinéfilos gafapastosos e intelectuales de soporífero verbo. Para nada; empecé a ver la película y ya no pude apartar la vista de la pantalla hasta el final. Y es larguita, eh?

170 minutos de imperfecto amor, de miedos, de celos, de sexo conyugal y de sexo animal, de silencios, de susurros, de deseos ocultos… de la vida misma, vamos. Es casi como mirar por una ventanita a los vecinos y entrar en su intimidad, enterarnos de lo que ocultan tras su apariencia de pareja modélica y curiosear en sus conflictos de cama. Y también a ratos es como verse uno mismo retratado con un realismo y una nitidez que dan miedo.

En definitiva, “Secretos de un matrimonio” no descubre nada que no supiéramos pero sí nos lo suelta a la cara con brutal sinceridad. La rutina mata el amor sí o sí, y el 90% de los conflictos de pareja vienen del sexo; al final todo se reduce a eso, sexo. Uno que quiere, otro que no (generalmente otra), que intenta escaquearse o consiente con desgana, que lo usa como castigo o como premio, que lo dosifica para obtener pequeñas compensaciones… El sexo, todo está en el sexo. No me extraña que Woody Allen sea un gran admirador de Bergman y que beba directamente de sus fuentes en cuanto a su filosofía sobre el amor y el matrimonio.

Una película dura para verla en pareja, tanta honestidad brutal puede ser demoledora. Yo recomendaría verla y disfrutarla en soledad. Y regodearse tanto en los sutiles diálogos como en esos fascinantes primeros planos de Ullmann que Bergman nos regala; la cara de esa mujer es un verdadero espejo del alma.

Y lo mejor, sin duda, el final. No revelaré nada pero creo que sí puedo adelantar que Bergman encuentra otra forma de entender el amor, un amor maravillosamente imperfecto, que a mí personalmente me encantó. Quien quiera enterarse que la vea; son sólo 170 minutos.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Crazy, Stupid Love, by Glenn Ficarra y John Requa

Penoso y megañoño alegato en pro del amor eterno y el matrimonio para toda la vida. Más penoso aún porque en él sale mi adorado Ryan Gosling, que interpreta al único personaje medio fumable de la peli hasta que más o menos por la mitad me lo desgracian y lo vuelven prácticamente tan gilipollas, pasteloso y memo como los demás. Por suerte antes de hacerlo hay un inolvidable momento en el que se quita la camisa y muestra al desnudo esa maravilla de torso que es un verdadero paradigma de perfección y hermosura masculina. Ay omá, qué rico!

Ya, ya sé que de una comedia romántica americana se puede esperar lo que se puede esperar y punto. Pero ésta tenía unas críticas más que prometedoras. Cosas como:

“¡Por fin una comedia diferente a los últimos bodrios estrenados en España. - ¿Qué puedo decir? Crazy, Stupid, Love ha superado mis expectativas. Es mucho más que una comedia romántica de tres al cuarto... Y, si no me creen, compruébenlo ustedes mismos.- 'Crazy Stupid Love' es una loca e inteligente película.- Es un placer encontrarse con la emocionante y brillantemente divertida 'Crazy Stupid Love'.- Aquí tienes una comedia que te llega de verdad al corazón.- Una comedia romántica extraña y anticlimática. O dicho de otro modo, original e inteligente.”

En fin, que caí como una pardilla, y por supuesto, me pegué el planchazo. Es pa matarme, lo sé.

Un reparto espectacular, eso sí. Para mí el mejor, como ya he dicho, Ryan Gosling, al que no me importaría amar eternamente, como propone la película. También aparece Julianne Moore muy en la línea hiperglucémica de sus últimos trabajos, y un largo etcétera de caras famosas que pasan sin pena ni gloria por la peli con unas actuaciones perfectamente olvidables.

El mensaje es el siguiente: todos tenemos una media naranja y cuando la encuentras no puedes dejarla escapar. A estas alturas que alguien pueda considerar este axioma original, brillante, inteligente o emocionante, como dicen esas críticas que he copiado… pues qué queréis que os diga? Loco no sé pero un poco estúpido sí que es.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Eva, by Kike Maíllo

Novedad! Una peli española de ciencia-ficción, y además con premios y todo! Y sale Lluís Homar!!!! Tengo que verla, no hay alternativa. Allá que voy.

Para empezar, tengo que decir que la mayoría de premios que tiene la peli son por los efectos especiales, que efectivamente son una chulada. Es divertidísimo cómo se organizan las mentes de los robots, con un montón de partículas que se mueven por el aire y se separan y luego se juntan y forman una pelotita, y ahora le pongo un poco más de inteligencia, y le quito un gramito de soberbia pero le pongo un cuarto kilo de simpatía natural... Bueno, es sin duda lo mejor de la película.

Tampoco me podía perder a Homar haciendo de Max, el robot mayordomo. "Max, bájate el nivel de sensibilidad a 6" "Max, súbete el nivel a 8, que necesito un achuchón". Y Max subiendo y bajándose los niveles mediante inquietantes movimientos oculares. De verdad, eso hay que verlo. El resto de personajes pasan sin pena ni gloria; Daniel Brühl está sosito a más no poder, en su línea habitual, y Marta Etura en su papel favorito de chica mona y sencilla que es objeto de deseo del protagonista. Como de costumbre su personaje no dice nada más ni aporta otra cosa a la historia que la pura coartada amorosa. Gracias a su presencia no faltan los besitos de rigor, las miradas de pasión, la tensión sexual no resuelta y, en fin, toda la parafernalia pseudoerótica que a la gente le suele gustar que salga en las películas.

Pero lo peor de todo, lo más espeluznante, como suele suceder y ya es costumbre en el cine español, es la aparición casi forzosa del niño-monstruo. En este caso, niña. Cielosssss, la niña de la peli es un verdadero paradigma de personaje infantil abominable, horroroso, repulsivo y perfectamente asesinable... Esa clase de niño que saca lo peor de nosotros, los adultos, la parte más oscura de nuestro yo íntimo.

Para más inri, te presentan a la niña como un modelo digno de clonación robótica; supuestamente tiene todas las cualidades que debería tener un niño robot: divertida, ingeniosa, simpática, agradable, con personalidad... La pura realidad es que la niña es un horrorrrr con todas las erres, sólo clonable en todo caso como robot torturador.

En definitiva, un pestiño más pero en rollito ciencia-ficción. Se salva el robot Homar, el gatito robot, que es una monada, y el alucine de las particulitas espaciales que se juntan y se separan para crear mentes artificiales, que molan un huevo. Lo demás un rollazo. Y la niña... simplemente execrable.

martes, 11 de septiembre de 2012

Imitación a la vida, by Douglas Sirk

Dudaba yo anoche entre "Fresas salvajes" de mi tocayo Ingmar Bergman y este remake de "Imitación a la vida" de Douglas Sirk cuando me dije yo a mí misma: "Ingmar Bergman túuuuuuuuuu? Estamos de coña?????? Quieres aburrirte como una puta ostra durante dos horas????" Y mi Pepito Grillo cinéfilo ni protestó ni nada, ahí callado como una puta, dejándome caer en el vacío. Y nada, ganó "Imitación a la vida" por goleada y Bergman se fue por tropegésima vez al carajo de los "ya los veré otro día".

La verdad es que los clásicos americanos han hecho mucho daño a la humanidad. A estas alturas y después de haber visto tanta peli de los 40-50 es muy difícil actuar convenientemente ante muchas situaciones complicadas de la vida. En fin, ya no sabe una qué cara poner cuando le pasa algo. Por mucho que abras los ojos o desencajes la mandíbula o te eches las manos a la cabeza o te dobles por la mitad o te meses los cabellos nunca darás la talla.

En esta peli hay dos historias paralelas. Son dos madres y dos hijas, unas blancas y otras negras. Sería la versión USA de nuestro castizo “Una morena y una rubia, hijas del pueblo de Madrizzzzz”. Y aunque desde el principio se intenta revestir la relación entre ambas de un cierto igualitarismo hay un detallito que canta un poco: la señora y la niña blancas en todo momento llaman de tú y por su nombre de pila a la negra mientras que la señora y la niña negras en todo momento tratan de usted y de señorita a la blanca. Y vamos, hablando en plata, la negra termina siendo la chacha de la blanca. Eso sí, chacha, pero sin embargo amiga.

La historia de las blancas es un rollazo de tomo y lomo. La madre es actriz y al principio no encuentra trabajo aunque luego ya arranca y se hace hiperfamosa, una gran estrella, y claro, la niña, que es bastante mema y pija, se mosquea un poco porque mami no le presta toda la atención que a ella le gustaría. En fin, ya he dicho que era un rollo morollo. Y ver a Lana Turner hacer muecas raras como una posesa tampoco ayuda demasiado.

La historia más sustanciosa es la de las negras, para empezar porque la hija de la negra resulta que le sale blanca. Tremendo problemón. Porque claro, teniendo en cuenta que estamos en tiempos de la segregación racial en los USA, pues la muchacha está encantada con su color pero no tan encantada con el de su oscura mamá. Y aquí es donde surge verdaderamente el conflicto gordo de la película. Porque la señora sale superpesada y se pasa la vida intentando convencer a la niña de las bondades de la negritud.

Vamos a ver, señora, si su hija no quiere saber nada de usted porque es negra y ella está empeñada en ir por la vida de blanca, a cuento de qué va usted por ahí incordiándola y presentándose a todos sus amigos y a sus jefes y a todo el mundo para que la pobre muchacha se pegue un sofocón detrás de otro? Es un sinvivir, por favorrr! Reconozco que el personaje de la madre negra a mí me da bastante repelús. Tanta bondad natural, tanta generosidad, tanto desprendimiento, tanto baboseo… Ya sé que habrá quien piense que tengo el corazón de piedra pómez pero sinceramente, a mí este tipo de madres me superan. Yo soy más de madrastrones.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Jane Eyre, by Cary Fukunaga

Mi primer contacto con Jane Eyre fue a través de una película para televisión en la que Rochester era interpretado por George C. Scott y Jane por Susannah York. Yo era muy pequeña pero recuerdo que la historia me encantó y se me quedó grabada durante años. Más tarde tuve la ocasión de ver la versión de Robert Stevenson con Orson Welles y Joan Fontaine en los papeles principales, y me gustó más, si cabe.

Las dos tienen una cualidad en común: en ambas el personaje de Rochester es interpretado por un actor de presencia imponente y a la vez aterradora, sobre todo en el inicio de la relación, una especie de ogro inhumano muy similar al de otra historia de parecido desarrollo argumental: “La bella y la bestia”. Curiosamente vi hace unos años una versión de este cuento protagonizada también por George C. Scott.

El caso es que en mi mente ya para siempre Rochester tendrá la cara de este actor, del mismo modo que por muchas versiones que pueda ver de “Cumbres borrascosas”, para mí Heathcliff siempre será Laurence Olivier y Cathy la guapísima Merle Oberon. Es lo que tiene quedarse marcado por una historia en la más tierna infancia.

A mí las historias de las hermanas Brontë me han fascinado toda la vida. Es cierto que no las he leído (las tengo pendientes, como tantas otras lecturas) pero he visto tantas versiones de ellas que casi podría recitar muchos de sus diálogos de memoria. Me encantan los ambientes, los paisajes de la adusta campiña inglesa, las mansiones señoriales en las que transcurre la acción, sus apasionadas historias de amor… De hecho me fascinan las mismísimas Brontë; he leído muchísimo sobre sus vidas y siempre me las he imaginado encerradas en su enfermizo y claustrofóbico mundo fantaseando con grandes amores y evadiéndose de su triste realidad a través de la escritura.

Por todo ello no podía perderme tampoco esta versión de Cary Fukunaga, pero tengo que reconocer que algo me ha decepcionado. Tal vez el hecho de que el actor protagonista sea esa especie de chulazo apolíneo que es Michael Fassbender, que no me convence en el papel. No da miedo, no impone, no resulta feroz ni repulsivo en un principio; al revés, cualquier institutriz, peluquera, camarera, recepcionista, bombera o bibliotecaria babearía sin dudar si se lo encontrara en mitad de una tormenta en pleno bosque, como se lo encuentra la pobre Jane. Y claro, ahí empieza a fallarme la historia y me llevo el chasco. Rochester no puede ser un primor de hombre, igual que Jane no podría ser jamás una exuberante Penélope Cruz. Jane sólo puede ser una belleza lánguida, pálida, frágil, delicada, apenas perceptible, casi oculta. Por ejemplo, Mia Wasikowska es perfecta para el papel y lo hace genial.

No digo que en mi decepción no influya el hecho de tener ya una idea preconcebida muy marcada de esta historia, o también que tengo una edad mucho menos impresionable que las otras veces que la vi, pero lo cierto es que, pese a que el guión es totalmente fiel a lo que recuerdo y la ambientación y el vestuario irreprochables, no me ha terminado de convencer. Demasiada belleza masculina para mi gusto. Aunque dice una amiga mía que cuando Fassbender enseña el rabo sí que da miedo. Wawwwwww, qué visión acabo de tener, madre mía!

domingo, 9 de septiembre de 2012

La deuda, by John Madden

Qué torpes son los del Mossad y qué poquito saben de las cosas de la vida! Mira que meter en un apartamento para llevar a cabo una difícil misión a dos tíos veinteañeros con la testosterona a punto de caramelo junto con un bomboncito de impresionante melena castaña y fantásticos ojazos! Mucho estudiar artes marciales y tiro al blanco y disciplinas varias del mundo del espionaje, pero muy poquita sabiduría vital, señores.

Naturalmente la cosa no puede terminar bien. Que si uno me hace ojitos, que si el otro me roza la manita, que si uno me da un besito furtivo, que si el otro me hace un niño... esto no es serio, hossstia! Pos vaya servicio secreto de mierda!!!!! Y con tanto lío amoroso se dedican estos tíos a cazar nazis? Y consiguen cazar a alguno?

Luego, claro,  así les salen las misiones, como el culo. Pero tranquis, que ellos se inventan un rollo, cuentan que todo salió estupendamente y se pasan los siguientes 30 años dando conferencias sobre la hazaña a jóvenes aspirantes a mossadianos.  Pero eso sí, con unos remordimientos del cagarse, que no les dejan vivir en paz. Porque un agente del Mossad puede hacer de todo y estar preparado para todo, tortura, supervivencia en condiciones extremas, secuestro, asesinato... pero mentir ellos????? Ni muertos! La mentira es moralmente incompatible con la pertenencia al servicio secreto israelí. Por si alguno había pensado opositar pero es pelín embusterillo, que se lo quite de la cabeza. Mentira y Mossad son dos términos contrapuestos e irreconciliables.

En fin, menos mal que la presencia de la tremendísima Helen Mirren salva un poquillo el despropósito. No me explico cómo coño la pudieron convencer para aceptar un papel tan chusco pero el caso es que la tía consigue hasta que a ratos hagamos de tripas corazón y nos lo creamos. Es, sin duda, lo mejor de la película. El resto... es ideal para torturar al enemigo. Por supuesto, siempre sin mentir, que está muy feo.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Man on the Moon, by Milos Forman

Milos Forman progresa adecuadamente. De Larry Flynt a Andy Kaufman y tiro porque me toca. Si la biografía de Flynt resultó ser un coñazo de tomo y lomo, la de Kaufman bate todos los records de memez y de birria.

A Forman, el mítico director de "Alguien voló sobre el nido del cuco", le dio durante una época por los biopics de famosillos frikis y se tiró al barro de cabeza. Desde luego no se puede negar que sus películas están a la altura de los personajes a los que recrea; son películas esperpénticas y grotescas como los propios sujetos que las inspiraron.

Realmente el público norteamericano disfrutaba con los "espectáculos" supercutres de Kaufman??? De verdad a alguien le resultaban divertidas sus mamarrachadas? Es aquí donde nace la televisión basura, en la que todo vale siempre y cuando sea impactante y se salga de lo normal? Y qué es lo que ha visto Forman en todos estos personajuchos para dedicar los últimos años de su vida a glosar sus patochadas?

Leo por ahí que Kaufman era un "duende nihilista”,un “guerrillero zen”,un “cómico dadaísta”, un “artista del performance"... Entonces es así como se llama ahora a lo que de toda la vida de dios viene siendo un mamarracho? O un adefesio. O un esperpento.

De los actores sólo puedo decir que Paul Giamatti es el único que me convence mínimamente. Como de costumbre está muy correcto y comedido, a pesar del contexto en el que se mueve su personaje. Por su parte, Courtney Love parece haberse encasillado en papeles de esposa de tarado. Tal vez haber estado casada con Kurt Cobain haya sido el mejor entrenamiento; al menos se la ve muy cómoda en el rol. Por cierto también era la esposa yonki y colgadísima del inefable Flynt.

En cuanto a "muecas" Carrey, pues qué queréis que os diga? Simplemente es un payaso interpretando a otro payaso. El papel le va de maravilla, francamente no creo que le costara mucho esfuerzo ponerse en la piel del personaje. Son exactamente tal para cual.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Cinco metros cuadrados, by Max Lemcke

Dentro del subgénero cinematográfico "Vivienda" hay de todo, pero a mí lo primero que se me viene a la memoria es "El pisito", esa inolvidable comedia negra del cine español firmada por el gran Azcona, que ha pasado a la historia tal vez un poco exageradamente como obra de arte del celuloide. Y de "El pisito" una de las cosas que más recuerdo es el papel de la genial Mary Carrillo, que hacía de insufrible novia del pobre y desgraciado José Luis López Vázquez.

No sé qué tendrán las historias de pisos que en todas ellas aparecen como protagonistas unos tíos cantidad de buena gente, íntegros, acorralados, hechos polvo, con los que es sencillísimo empatizar, frente a unas novias repulsivas, exigentes, fanáticas de las bodas, antipáticas y amargadas a más no poder (las escenas iniciales de los preparativos de boda son totalmente escalofriantes y pavorosas).  Por cierto, que Malena Alterio lo borda y no desmerece en nada de la memorable interpretación que en su día hizo doña Mary Carrillo.

Da la sensación de que todos los problemas que tienen estos sujetos para conseguir su pisito tienen el sano propósito de evitar que terminen sus días junto con las abominables compañeras que ellos mismos han elegido. Una hasta se alegra un poco de que los conflictos de vivienda dificulten el trágico final de la boda segura y la consiguiente vida eterna al lado de una de estas señoras tan desagradables. Sólo de imaginar al pobre Fernando Tejero aguantando hasta el fin de sus días a una Malena Alterio cada día más gruñona, vieja, cascarrabias e insoportable se ponen los pelos como escarpias.

Pero dejando a un lado el tema de las novias repulsivas, tengo que reconocer que Lemcke, un director al que, por cierto, no conocía de antes, ha hecho un buen trabajo. Tal vez algo inconexo, porque resulta difícil seguir en el guión los cambios tan súbitos de los personajes (los padres de la novia, los amigos, etc.), pero la intención hay que reconocérsela. Tal vez ha precipitado demasiado la acción para meter todo el proceso en una cortísima hora y media de metraje, en la que el desarrollo de los personajes no queda claro en absoluto. Al revés, todo parece muy forzado.

Por contra, las interpretaciones estupendas. Tejero demuestra que puede ser un buen actor dramático; su desesperación resulta totalmente creíble, se abstiene de sobreactuar como acostumbra en su versión cómica y está tan comedido que a ratos es difícil reconocerlo.

Y bueno, qué decir del enorrrrrme Gutiérrez Caba! Algún día este país debería empezar a homenajear, a ser posible en vida, antes de que la palmen, a todos estos grandísimos actores autóctonos que no tienen absolutamente nada que envidiar a las grandes estrellas del cine americano. Emilio, eres un crack, y somos muchos los que nos quitamos el sombrero ante tus trabajos. Eres el puto amo.

martes, 4 de septiembre de 2012

Tímidos anónimos, by Jean-Pierre Améris

La timidez patológica es esa clase de cualidad que da muchísimo juego cómico. Ya sabéis: " Era uno tan tímido tan tímido que..."

Juntar en una comedia a dos tímidos patológicos y construir desde esa premisa una historia de amor debería dar para mucha risa y tremendo cachondeo...  pero resulta que no.

Yo a Benoit Poelvoorde, que supuestamente es la gran apuesta cómica de esta película, no termino de verle el puntito, sinceramente. Reconozco que está un poco más gracioso que en su anterior trabajo "Nada que declarar", pero aquí, con un papel cargado de taras potencialmente descacharrantes, es donde realmente demuestra que su vena cómica no da la talla.

El guión tampoco contribuye demasiado a sacarle punta al tema. Es cierto que los tímidos sudan muchísimo y tartamudean y huyen del contacto humano pero incidir una y otra vez en las mismas características en lugar de ahondar en otras manifestaciones de la timidez consigue aburrir al espectador. Ver a un tipo sudar a raudales  y a una tía tartamudear durante hora y media (y gracias a que la peli es corta) es mucho pedir al sufrido público.

Da la sensación de que la brevedad de la cinta es prácticamente obligada. El guión no da para más. Una vez mostradas las taras de los dos protagonistas y planteado el conflicto cómico-amoroso los guionistas no saben qué más juego darle a la historia. Y en lugar de alargarla inútilmente repitiendo una y otra vez los tics de los personajes optan por un final rápido que aligere la historia. Es de agradecer, la verdad. Podrían haberla eternizado hasta el vómito.

Pese a todo lo anterior, no deja de ser una película divertida, sencilla y poco pretenciosa. Muy del estilo "comedia romántica francesa" y con el atractivo añadido del subgénero "cocina". En este caso subsubgénero "chocolate". De obligada visión para los amantes del dulce más amargo entre todos los dulces. Salen unos bombones que... Mmmmmm!

Tesis, by Alejandro Amenábar

"Tesis" es toda una tesis sobre cine. En ella Amenábar nos muestra su filosofía sobre el séptimo arte, sobre cómo él lo entiende desde su condición de hombre casi renacentista que participa en su obra íntegramente, desde la elaboración del guión hasta el montaje, pasando por la composición de la música. Tesis es Amenábar y Amenábar es Tesis.

Creo que muchos sospechamos en su momento que este chaval con su primera obra había tocado techo. No significa ni mucho menos que el resto de sus películas desmerezcan pero carecen de la frescura, la originalidad y, sobre todo, el factor sorpresa que sí tuvo ésta.

Sobrecogedora, escalofriante, técnicamente perfecta, con un tema de fondo casi tabú, una intriga hitchcockiana, unas persecuciones angustiosas y un final difícilmente previsible. Dentro del cine español una de las mayores revelaciones que hemos tenido y que posiblemente nunca tengamos. Si añadimos a todo ello el pánico letal que se refleja en los ojos de Ana Torrent, sale una "tesis" redonda.

Sin duda, Sobresaliente cum laude

Los otros, by Alejandro Amenábar

A mí “Los otros” me decepcionó un montón en su día. Reconozco que en posteriores ocasiones, cuando la he vuelto a ver, y ya sabiendo que no debía esperar gran cosa, le he pillado un poco más el puntito. Es lo que suele pasar cuando la primera película de un director te apasiona y las expectativas se disparan. Un error gordo pero harto frecuente.

Naturalmente carecía de la frescura y el encanto virginal de “Tesis” pero no se puede negar que hay detrás un guión muy elaborado, una técnica impecable, una ambientación maravillosamente claustrofóbica y una música impactante, todo ello obra por supuesto de nuestro Leonardo da Vinci patrio, el gran Amenábar.

Qué falla entonces? Pues personalmente me resultó fría, sin emoción. Le faltaba eso que hace que cuando estás viendo una película te metas, te impliques y sufras con los personajes. Sí, es verdad que te pegas un par de sustillos y que se consigue cierta tensión, pero es todo muy repetitivo, como muy plomizo. Nicole Kidman, maravillosa ella, eso sí, se pasa toda la cinta abriendo y cerrando puertas y persianas y poniendo cara de miedo, pero no tiene ni muchísimo menos el encanto y la naturalidad de la Ana Torrent de “Tesis”.

Lo mejor de “Los otros” sin duda es el final, que yo sinceramente no me esperaba. Ahí sí se produce ese momento sobrecogedor y emocionante que falta a lo largo de la película. Con ello consigue resarcirnos un poco de la decepción pero no llega a compensarla del todo. Al menos para mí.

Contagio, by Steven Soderbergh

Es difícil reunir un reparto tan espectacular como el que se junta en esta película y un director de la fama y el oficio de Soderbergh con un resultado tan mediocre, por no decir espantoso.

La historia va de que hay un virus bastante mortífero e hijoputa que se propaga a velocidades alarmantes y que las autoridades no saben cómo controlar. Os suena, no? Y claro, ya vienen los dilemas éticos y patéticos de siempre: Alarmar a la población o mantener un discreto silencio para que no cunda el pánico? Avisar a familia y amigos para que pongan tierra de por medio o dejar que se enteren cuando el tema salga a la luz, como todo el mundo? Cómo repartir las primeras vacunas? En fin, tan emotiva, original y sorprendente como un pelapatatas.

Eso sí, mola ver a Gwyneth Paltrow sin maquillar, convulsionando y echando espumarajos por la boca al más puro estilo “House”. O a Kate Winslet sudando como una cerda. O a Jude Law de malo malote que aprovecha la coyuntura para hacerse rico.

La peli, como podréis imaginar, no es apta para hipocondríacos. Para el resto sí es apta pero sinceramente, casi tan entretenida como chupar un boli o mirar fijamente las manchas de la pared.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Mar adentro, by Alejandro Amenábar

Para mí “Mar adentro” siempre ha sido una película notable. Conmovedora, interesante, con un tema polémico pero tratado con respeto y delicadeza... En fin, nunca la hubiera tachado de obra maestra, pero sí como bastante bien hecha y muy recomendable.

Lo que pasa es que me he metido a leer algunas críticas antes de hacer yo la mía y de repente me han dado unas ganas locas de elevarla a la categoría de obra de culto, tal es el dechado de barbaridades y despropósitos que he podido leer por parte del facherío más recalcitrante y casposo que pasearse pueda por la Internet.

De pronto he pensado que si Amenábar con su película quería denunciar una situación y reivindicar un derecho lo había conseguido con creces, a juzgar por la pupa que ha hecho entre la caverna patria. Por supuesto ni hablar de la interpretación de Bardem, que como todo el mundo sabe, es el actor-fetiche por antonomasia de la derecha española, el paradigma de la ceja, de las subvenciones, de los titiriteros y los estómagos agradecidos, etc etc. Y si hay algo que no soportan es que encima sea un tío reconocido internacionalmente con premios para parar siete trenes. Lo de Bardem es equiparable a la fobia contra Almodóvar pero en versión interpretativa.

En fin, que de un merecido 8 he saltado a un reivindicativo 10, y no le pongo más nota porque no se puede. Lo que sí aprovecho es para agradecer a Amenábar su sensibilidad en el tratamiento del tema y su compromiso personal con la causa de Ramón Sampedro.

Y a los fachas que lo han puesto a parir durante todos estos años recordarles que hasta un señor tan poco sospechososo de progre, de gay o de peligroso filocomunista como Clint Eastwood hizo su correspondiente alegato a favor de la eutanasia y el derecho a una muerte digna en “Million Dollar Baby” sin que nadie pusiera el grito en el cielo ni clamara venganza y justicia divina.

Cutres, casposos, fachas y retrógrados de distinto pelaje, esta crítica va por vosotros.

Ágora, by Alejandro Amenábar

Mantengo desde siempre la teoría, ampliamente comprobada, de que cuantos más extras haya en una película mucho más coñazo es. Vamos, que la relación entre número de extras y nivel de dispersión y aburrimiento es directamente proporcional.

Esta película es la evidencia que demuestra mi “tesis”. Amenábar, por favor, “abre los ojos” y recapacita. Cuantos menos extras, más fluye el talento.

Deja las superproducciones mastodónticas para “Los otros”, para ésos que no tienen ideas y necesitan un presupuesto y unas macroestructuras que compensen sus carencias. Que se pierdan “Mar adentro” con toda su parafernalia y tú vuelve a lo que sabes hacer: escribir guiones llenos de ingenio y llevarlos a la pantalla con sencillez y buen oficio y sin tanto aspaviento.

Eso sí, si puedes volver a trabajar con Rachel Weisz, no lo dudes. Maravilla de mujer y maravilla de actriz, ahí sí has dado en el clavo.