viernes, 30 de noviembre de 2012

Conspiración de silencio, by John Sturges

Para mí Spencer Tracy siempre ha sido un crack. El tío, haga el papel que haga, invariablemente lleva el mismo traje y el mismo sombrero y no cambia jamás esa apariencia de buen hombre metido en jaleos sin comerlo ni beberlo. Con el mismo ropaje igual te hace de juez en Nuremberg que de Pocholín el de Pocholina que de padre de niña pija adivinando quién viene esta noche. Yo creo que si hubiera hecho una de romanos iría con el mismo traje y el mismo sombrero.

En esta peli, adivinad con qué estilismo, hace de manco que aparece en un pueblo del salvaje Oeste para averiguar qué ha sido de un granjero japonés. Esto poco después del ataque nipón a Pearl Harbor, os podéis hacer una idea del ambientecillo tan sanote que reina en ese pueblucho de la América profunda.

Pero lo más alucinante es que Tracy (recordemos que manco) hace un papel mezcla de Rambo, McGiver, el hombre araña, los Power Rangers y Kung-Fu. Y todo ello con su trajecito negro habitual, su sombrero de diario, sin variar su gesto ni un ápice y sin pestañear. El mismo Spencer que esperaba al novio negro de la niña, vamos.

Con deciros que también sale Lee Marvin en un breve papel y que al lado de Tracy parece la niña del exorcista... o Jim Carrey, que viene a ser lo mismo.

No, en serio, la peli de Sturges está bastante bien. Es una especie de "La ley del silencio" pero en lugar de Marlon Brando con la cazadora de cuero y la cara de malo malote tenemos a Tracy con su faz de buena persona y su eterno look atemporal en el Far West. El tío, con esas pintas, se enfrenta a un montón de palurdos de preocupante pelaje. Y no digo si gana o si pierde porque está feo contar finales.

Celos, by Vicente Aranda

Ésta es una peli rara de celos. Normalmente en este tipo de historias se suele resaltar lo absurdo e injustificado de los celos y se trata de exculpar a la persona que los padece. Aquí no, aquí Vicente Aranda nos presenta a una tía que cada vez va resultando más sospechosa, no sólo para el novio celoso sino incluso para el espectador, que se va preguntando in crescendo qué coño esconde esa tía en su pasado para que resulte tan misterioso y nadie quiera hablar de ello. Y no quiero adelantar nada pero efectivamente en el pasado de la muchacha hay tela marinera.

Conclusión? Pues que si eres celoso no se te ocurra ver esta película porque te vas a emparanoiar y terminarás pensando que cuando sospechas por algo será. Y por supuesto si tu novio o tu marido es celoso, niña, ni se te ocurra decirle de ver esto si no quieres que tu vida se convierta en una pesadilla.

Aparte de eso, pues una típica película de Vicente Aranda, con mucha teta y mucho contoneo de la protagonista, que es Aitana Sánchez-Gijón, que no es que haga un gran papel pero hay que reconocerle a la muchacha que está bastante buena, así que los tíos y las lesbs se lo pueden pasar bomba, eso sí, repito, si no son celosos, que tampoco es plan de arriesgarse a padecer un ataque agudo de encelamiento por ver un par de peras, por muy estupenda que esté la dueña.

Además tenemos a un camionero mu loco mu loco que va hablando solo en la cabina del camión, o peor aún, que se pilla unos berrinches tremendos hablando con el exnovio imaginario de su novia. El gremio de los camioneros, si estas cosas pasan de verdad, es un peligro público. Con esos pedazo de bicharracos que llevan, si los tíos, en lugar de ir concentrados en la carretera van desvariando y montándose pelis en la cabeza… dios mío, esto es una emergencia nacional!

En fin, no es nada del otro mundo pero se deja ver. También tiene el atractivo de que aparece Luis Tosar, que en mi opinión hubiera hecho mucho mejor de novio esquizoide, porque más sosito y menos resultón no podía ser el elegido para el papel. Tosar es un tío con carácter y con imponente presencia y hubiera estado genial en el personaje pero mucho me temo que Aranda no se preocupa mucho de sus actores masculinos; el hombre está demasiado pillado midiendo escotes y calibrando culos de actrices. Es curioso que un tipo como él haga tantas películas sobre el tema de la obsesión. Bueno, curioso o directamente terapéutico.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Palabras encadenadas, by Laura Mañá


IN-InquietanTE. Inquietante Darío Grandinetti, perturbador, cuerdo y loco al mismo tiempo, seductor y maltratador, atractivo y repulsivo. En todo caso graaaaaande, como su propio nombre indica.

TE-TerrorífiCA. Terrorífica la historia. Tu ex-marido te secuestra y se confiesa asesino en serie. Luego dice que era coña, luego que no, luego que sí, luego que no... Y mientras jugamos a las palabras encadenadas.

CA-CadeNA. Cadena de palabras. Yo digo una y tú tienes que decir otra que empiece por la sílaba última de la mía. Un juego interesante y revelador. Imprescindible diccionario y amplio léxico. Si uno dice una palabra que termina en una sílaba por la que no empieza ninguna otra palabra, pierde.

NA-NatiVA. Nativa de España y olé. Nuestros directores más jóvenes se atreven con el thriller, se lo curran y a pesar de la precariedad de medios, los resultados son prometedores. No diremos que sea el thriller del siglo pero es obvio que aquí hay talento.

VA-ValienTE. Valiente el personaje de Goya Toledo al enfrentarse a su loco marido y usar las palabras encadenadas para zaherirlo y provocarlo.  Valiente y pelín inverosímil, la verdad. No es Goya la que falla, es el personaje, que tiene a ratos unos arranques de osadía que, dadas las circunstancias, cuesta creer.

TE-TeMA. Tema original, maquiavélico y tortuoso. Me recuerda a una novela de Agatha Christie: "El misterio de la guía de ferrocarriles", que por cierto, recomiendo a los amantes del suspense.

MA-MaÑÁ. Mañá, Laura. Actriz, guionista y directora catalana. Con Mañá el juego se acaba porque no hay ni una palabra en castellano que empiece por ña. Mmmmm... O sí?

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Sonata de otoño, by Ingmar Bergman

Leí en una crítica sobre esta película: "Apta nada más para fanses de Bergman y gente que gusta del sado-hedonismo". Y me engañó por completo, porque yo soy tanto fanática perdida del director como amante de todo lo sado, hedonismo incluído. Y sin embargo para mí apta no es ni mucho menos.

Descubrí a Bergman en "Secretos de un matrimonio" y me pareció la hosstia. De vida de pareja y de desastres conyugales se veía que el tío sabía un rato. Y lo redescubrí después en "Gritos y susurros" y también ahí vi que de historias chungas de familia estaba bastante puesto. Pero me pongo a ver "Sonata de otoño" esperando algo así en torno a las relaciones madre-hija, y me encuentro con esta  majadería, llena de diálogos superespesos y requetemísticos que son de verdad para echarles de comer aparte.

En fin, estaba dispuesta a llorar a moco tendido y a estremecerme como un tierno pajarillo, y la verdad es que me pegué un planchazo de campeonato; este hombre no tenía ni puta idea de relaciones madre-hija. Si para hablar del tema necesitó crear estos dos personajes extremos, una madre hiperegoísta que no quiere a nadie y una hija superinsulsa y megagilipollas que odia a su madre, es que no dominaba para nada la cuestión, cosa por otra parte normal dado que él ni era madre ni era hija. Pero entonces... para qué coño se metió en este berenjenal???

En fin, un palazo más en mi larga carrera de crítica amateur. Ni siquiera me convencen Ullmann y Bergman (actriz), la primera porque ya estoy acostumbrada a su registro con Bergman (director), y la segunda porque su parte del guión es especialmente pastosa y además porque no soporto, ya desde "Casablanca", su vocación por el constante titileo lagrimal. Me carga esta mujer, lo siento.

No dudo de que las dos están estupendas, al igual que la pobre hija paralítica cerebral, que nadie se acuerda de la criatura, pero a mí ya me resultan cansinas cada una en su estilo, especialmente Ullmann. Supongo que estas cosas pasan cuando una trabaja siempre con el mismo director y éste se empeña en que haga siempre el mismo papel, ponga las mismas caras y diga más o menos las mismas cosas.

Pobre Ingmar! Él, que sabía un poco de todo y que todo lo controlaba, no tenía ni idea de lo complejas que pueden llegar a ser las relaciones madre-hija normales, sin rarezas especiales. Y tuvo que inventarse a estas dos taradas para contarnos lo que cualquier hija o cualquier madre sabe sin necesidad de tanto teatro.

Cuando yo era hija puteé a mi madre hasta la saciedad, y la pobre no me pudo putear nunca a mí porque yo creo que le daba hasta miedo, de lo bicho que era. Ahora que soy madre es mi hija la que me putea a mí siempre que puede, aunque yo me defiendo bien y contraataco con mi armamento pesado. Si le hubiera contado a Bergman unas cuantas charletas duras y complicadillas entre nosotras fijo que le habría salido un guión bastante mejor; al menos más real, más reconocible, más humano y menos divino. Claro que igual entonces no parecería Bergman; sonaría mucho más a Almodóvar. Bueno, con cierto toquecillo Allen.

martes, 27 de noviembre de 2012

La pesca del salmón en Yemen, by Lasse Hallström

Vaya por dios! Por una vez voy a coincidir con el Señor Boyero. A mí esta película también me parece una comedia elegante, con estilo, muy british. Sí señor, tiene encanto. Hasta el nombre tiene encanto. O no es sugerente eso de "La pesca del salmón en Yemen"? En general y salvo excepciones, Lasse Halström es un tipo que hace pelis bastante estilosas y refinadas.

Me gusta cómo mezcla ese demencial proyecto de llevar la pesca del salmón a una presa en Yemen con una historia de amor tan atípica tan atípica que no hay ni un triste beso de por medio, lo prometo. Lo cual ya para mí la convierte en excepcional y altamente recomendable.

McGregor está enamorable al cien por cien, tan estiradito, tan convencional, tan entregado a sus pececillos... aysss, está para comérselo. Y Blunt está lejos de padecer los tics de la típica protagonista de comedia romántica al uso. Aunque parezca mentira todo transcurre con naturalidad, y el contraste entre la historia de amor, sencilla y sin aspavientos, y la locura salmonera es la principal gracia de la película.

No sé, pero las comedias sobre tema pesquero me suelen caer en gracia, y eso que no he cogido una caña en mi vida que no sea de cerveza. De hecho una de mis comedias preferidas es "Su juego favorito", de Howard Hawks, aquélla en la que Rock Hudson era un experto en pesca que jamás había pescado un pez. Son pelis simpáticas, sencillas, sin pretensiones, pero que hacen pasar un buen rato. Eso para mí es el cine.

Para terminar, un memorable y demoledor trozo de diálogo:

- Debería dimitir. Tengo un estatus en la comunidad científica, un prestigio, una reputación.

- Tienes una hipoteca.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Mi semana con Marilyn, by Simon Curtis

Colin Clark, bisoño ayudante de dirección de Laurence Olivier en el rodaje de “El príncipe y la corista”, mantuvo una fugaz relación amistoso-erótico-festiva con Marilyn Monroe, y el muchacho, que sería pipiolo pero bastante espabilado, decidió sacar provecho del asunto y escribir un libro sobre su experiencia que, supongo, le ha debido de reportar sustanciosos beneficios. El chaval estuvo listo y pensaría: “antes de que se me adelante otro pringao con el que ésta se haya pegado un par de restregones y morreos, allá voy yo a contar la historia”.  

Luego vino Simon Curtis  y dijo “Aquí hay tomate, morbo y chismorreo del bueno. Antes de que otro se me adelante, allá voy yo a hacer la peli”.

La historia de Clark viene a reafirmarme en lo que siempre he pensado de Marilyn. Una tía petarda, caprichosa, desequilibrada, mentalmente débil, un coñazo para trabajar con ella y más coñazo aún para vivir, una diva que necesitaba al menos 50 personas a su alrededor todo el día pendientes de ella y de sus más nimios deseos… En definitiva, una pesadilla de mujer, eso sí, con dos tetas y un culo muy bien puestos, y con una expresión permanente de comepollas que la hizo pasar a la posteridad como lo que fue, un mito erótico para alimentar las fantasías de pajilleros de todas las edades, razas y condición social.

Marilyn, que dios la tenga en su gloria, además de responder con exactitud al tópico de rubia explosiva y tonta, era un auténtico tostón de mujer. A pesar de pasarse la vida penduleando con el culo y tirando besitos por aquí y por allá, la tía iba dando la paliza a todo el mundo para que la tomaran en serio y no la vieran como objeto sexual: “Aysssss, es que sólo ven mi cuerrrrpo! A nadie le interesa mi interiooooor, buaaaaa!” Sólo le faltaba añadir: "por qué seráaaaaa?"   

En fin, Michelle Williams fue nominada al Oscar por su interpretación de la desquiciada estrella. Y probablemente lo habría ganado si no hubiese tenido la mala suerte de coincidir con Meryl Streep y su “Dama de hierro”. Una verdadera putada, porque la verdad es que la muchacha se lo curra y hace de pastillera perjudicada de la vida bastante bien. Sin embargo a mí el que me ha encantado es Kenneth Branagh, que interpreta a Sir Laurence con sobriedad, buen gusto y contención. Y no sé si es porque me da muchísima pena el pobre Olivier, que tuvo que soportar un rodaje infernal con Monroe, o porque realmente Branagh es muy bueno, pero sin duda ninguna me quedo con él. Williams se la dejo a los pajilleros.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Pago justo (Made in Dagenham), by Nigel Cole

Nigel Cole abandona de momento sus deplorables incursiones en el cine made in USA y se vuelve a la Gran Bretaña a hacer pelis con fundamento, o al menos, con pretensiones de fundamento.

Reconozco que a mí Cole nunca me ha terminado de convencer, ni en plan british ni en plan yanki, y tampoco me convence con esta historia, aunque tiene cierto encanto similar a su opera prima "El jardín de la alegría".

Por si os interesa os paso el enlace de mi crítica:

http://malostiemposparalalrica.blogspot.com.es/2011/03/el-jardin-de-la-alegria-by-nigel-cole.html

La historia está basada en hechos reales, pero lo de basada debe haber sido interpretado con mucha amplitud. Por ejemplo, el personaje principal, interpretado por Sally Hawkins con grandes alabanzas por parte de la crítica, es simplemente imposible como está planteado. Una maruja de manual, con el talento justo para llevarse la cuchara a la boca, apocada, casi tartaja, de discurso simplón y de verbo poco o nada elaborado de repente se convierte en  aguerrida sindicalista y en líder carismática de un grupo de trabajadoras de la Ford que reivindican la equiparación salarial entre hombres y mujeres.

Y no sólo eso, sino que la tía seduce con su personalidad arrolladora a la ministra de trabajo, vamos, que tras cinco minutos de charla informal casi se juega el puesto por ella. Y seduce por igual a la señora superpija del gerente de la Ford, otro personaje imposible, interpretado con todo el empeño del mundo por Rosamund Pike pero que parece casi tan real como la rana Gustavo. Y seduce a todo Londres, y a los sindicalistas varones,  y a las mujeres del mundo y a la Gran Bretaña entera. En fin, la Cenicienta sindical. Sólo le falta la pancarta de cristal.

Lo que mola? Los modelazos sesenteros, una pasada. Y la música. Y la buena intención del pobre Nigel, que nunca llega pero que lo intenta a muerte. Y el encomiable mensaje de igualdad de salarios, que aún hoy en día anda dando tumbos por ahí porque hay quien se lo salta a torera. Y el ambientecillo que este hombre sabe crear siempre aunque luego el guión no le acompañe demasiado. Pero sobre todo mola la sonrisa tontorrona que queda después de ver la peli, como de "Qué bien, si nos movemos y somos persistentes y chillamos mucho al final lo conseguiremos". No sé, pero en estos tiempos de puteo permanente al currito y de regresión galopante de conquistas laborales hace ilu, no?

viernes, 23 de noviembre de 2012

El atardecer (Evening), by Lajos Koltai


Una de mis dudas vitales más persistentes es cómo es posible juntar un reparto como el de esta película y que salga una patata de tomo y lomo.  Se me ocurren 3 opciones por las que este reparto de lujo femenino fue posible para hacer esta guarrada:

1. Ninguna de ellas se leyó el guión. Simplemente sintieron el efecto llamada. Glenn Close no se lo pensó cuando supo que iba a volver a trabajar con Streep. Streep sintió la llamada Close y la llamada Redgrave. Collette no pudo resistirse a trabajar con Close, Streep y Redgrave, como no podría resistirse cualquiera. Y luego están las hijas respectivas de Redgrave y Close, que no pudieron resistirse a trabajar con sus mamás. O mejor aún, las mamás no pudieron resistirse a aceptar estos papeles a cambio de que a sus retoñas les dieran trabajo. Esta teoría mola y es bastante plausible, que no?

2. Todas leyeron el guión y éste era realmente bueno, era la hosssstia de bueno; no podían rechazar el trabajo ni locas.  Todas pensaron que era de Oscar seguro. No tenían ni idea del poder destructor de Lajos Koltai y de su capacidad para destrozar una maravilla de guión hasta convertirlo en pura bazofia. Esta hipótesis es poco probable pero ahí queda.

3. Sí, leyeron el guión. Y efectivamente era la mamarrachada que todos hemos podido contemplar. Y no, no se sintieron seducidas por el nombre de las que serían sus compañeras de reparto, ni por sus hijas ni por sus madres. De hecho ni Close puede ver a Streep ni ésta a Redgrave ni Collette a ninguna de ellas, por no hablar de las hijas de Redgrave y Close, que odian a sus madres y llevan años de duro psicoanálisis intentando superar su maternofobia. Simplemente participaron en esta película porque tuvieron todas ellas un arrebato feminista y pensaron que sería la gran "película de mujeres" del siglo.

Sea lo que sea, nunca he pasado tannnnnnta vergüenza viendo a tannnnnnta estrella rutilante haciendo tannnnnnto el gilipollas y soltando diálogos tannnnnnn petardos. El bochorno en ocasiones llegó a extremos tannnnnnnn alarmantes que he soñado toda la noche que era Concha Velasco anunciando Tinaladies.

Hago ejercicios mentales para olvidar a Redgrave vagando por la noche en camisón persiguiendo un gamusino y hablando con su hada madrina-enfermera. O a Toni Collete, dios mío, con ese infame peinado a lo Toni Genil, que dios coja confesada a la peluquera que se lo hizo. Intento olvidar a Close y a Streep haciéndose el harakiri profesional en el ocaso de sus carreras.

También cabe la posibilidad de que lo hicieran simple y llanamente por dinero, pero si fue así... qué será lo próximo? Anunciar ellas también las Tinaladies?

jueves, 22 de noviembre de 2012

American History X, by Tony Kaye

American History X es Edward Norton. Él es la película, el suyo es el personaje clave y todo lo demás es pura mediocridad. En todo caso es apreciable la presencia del joven Edward Furlong, que hizo un papel extraordinario en su anterior película, Pecker, pero que aquí queda totalmente eclipsado por la potente presencia de un inmenso Norton en el que probablemente haya sido y sea por siempre jamás el papel de su vida.

Tony Kaye nos da con esta película una sesión heavy de moralina barata aderezada con una buena dosis de maniqueísmo de saldo. El profe negro bueno y entregado que intenta salvar a los chicos nazis (Kaye, con qué te drogas, tío?), el negro bueno y payasete de la cárcel que casualmente salva al nazi (Kaye, que te tires de la moto, chaval), los nazis indeseables, malvados y violadores de la cárcel… A nadie le huele todo esto un poco raro? Y la reconversión del hermano pequeño, después de una charlita de media hora, tras años de adoctrinamiento y de fe ciega en la supremacía blanca, alguien se la puede creer? Venga ya, hombre!

Si yo soy un profe negro y tengo un par de alumnos nazis que me desprecian y creen que soy basura, les va a redimir su abuela. Lo de mandarles un trabajito de clase contándome la historia de su vida quedará como muy guay y muy edificante, pero es una patraña. Nadie lo haría ni loco, y si alguien lo hace alguna vez le vendría muy bien que el nazi le pegara una buena paliza, por gilipollas.

A mí generalmente me molan las historias de redención, pero coño, cuéntame una redención creíble, con sus altos y sus bajos, sus dudas progresivas, la evolución psicológica y personal… en fin, lo que es un proceso vital. No me cuentes cuentos de charlas redentoras de media hora. Si de verdad os interesa ver una buena peli sobre los movimientos neonazis os recomiendo "This is England", de Shane Meadows.

http://malostiemposparalalrica.blogspot.com.es/2011/03/this-is-england-by-jane-meadows.html

En definitiva, sobrevaloradísima. Sé que habrá quien me quiera sacar los ojos e incluso asesinar por decir esto, pero estamos ante un verdadero truño de proporciones industriales, del que sólo se salvan los dos Edwards, el Norton y el Furlong. Y lo demás directamente a la papelera.

Hala, ya podéis ir cogiendo piedras para lapidarme. Total, soy chiquitilla y estáis muy lejos; no me vais a dar.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Vencedores o vencidos? (El juicio de Nuremberg), by Stanley Kramer


Spencer Tracy. El juez que juzga. Lleva la honradez pintada en la faz, y una intención clara de hacer justicia de forma implacable. Intenta comprender de verdad cómo un país entero pudo ser abducido por un fanático como Hitler hasta el punto de consentir millones de asesinatos a sangre fría. Tracy, con su habitual sobriedad y sencillez, hace honor a la bonhomía del personaje y lo borda.

Burt Lancaster. El juez juzgado. Si el protagonista indiscutible debía haber sido Tracy, Burt Lancaster aparece en pantalla y se lo merienda sólo con la mirada. Durante casi toda la película Lancaster no hace un solo gesto, no mueve un músculo de su cara. Eso sí, su mirada profunda y digna lo dice todo. Cuando decide hablar, su testimonio es probablemente el más demoledor de todos.

Richard Widmark. El fiscal. Le toca la parte chula: demostrar la culpabilidad de unos individuos que han cometido un crimen abominable, espanto de toda la humanidad. Widmark está contenido, su personaje no hace demasiada sangre, sus interrogatorios son exhaustivos y finos pero no se permite dejarse llevar por el paroximo.

Maximilian Schell. El abogado defensor. Oscar al mejor actor.  Una vez más Hollywood premia la sobreactuación y el frenesí interpretativo. En su favor hay que decir que Schell es el que lo tiene más jodido porque a su personaje le toca hablar de la humillación y la miseria del pueblo alemán, que le llevaron a ser seducido por un psicópata demagogo y charlatán como Hitler, y le toca además demostrar que los alemanes no sabían nada de lo que estaba pasando en los campos. Lo tiene complicado, y tal vez por eso recurre al arrebato pasional y a la exaltación de las emociones. En cualquier caso, la actuación que menos me convence.

Judy Garland. La testigo de cargo. Increíblemente sobria y comedida para ser Garland. Su papel es corto pero sustancioso. Su personaje intenta mantener la dignidad en un interrogatorio duro destinado a hundirla y hacerla caer en contradicción. No hace ni un solo gesto de más ni tampoco de menos; está sencillamente perfecta.

Montgomery Clift. El testigo débil mental. Pobre Monty, le tocó el gordo con el papel pero se le va un poco de las manos. No termina de encontrar el punto medio en el que está la virtud. Su personaje es  complicado porque al mismo tiempo tiene que resultar conmovedor, patético, indefenso, frágil e histérico. No lo consigue; a ratos se queda corto y a ratos se pasa siete pueblos. Lo tenía muy difícil, la verdad.

Stanley Kramer. El cocinero. Lo tenía chupado con estos ingredientes y con una opinión pública mundial completamente abrumada por los crímenes ominosos de la Alemania nazi. Y creo que de veras intenta mantener una cierta equidistancia, reflejada en el personaje éticamente impecable de Tracy. Nada que ver con el Kramer dislocado y demencial de "La herencia del viento",  por ejemplo. Pero le pasa como a Monty, tampoco lo consigue. Al final queda la sensación de que la principal victoria de los vencedores siempre será que ellos se quedan con el inmenso poder de contar la historia a su manera.

martes, 20 de noviembre de 2012

El diario de Noa (The notebook), by Nick Cassavetes

Lunes 19 por la noche. 22’15. Empieza “El diario de Noa” en TNT. 4 espectadores en la sala. Sentada en el sofá con mi Manolo hecho un ocho en mi regazo, mi hija mayor a un lado y el señor que ronca al otro, veo aparecer a una fantásticamente bien conservada Gena Rowlands, casualmente mamá del director de la película, Nick Cassavetes. A su lado un señor que le está leyendo un libro a Rowlands, una historia de amor por lo visto.

22’20. Aparecen en pantalla Ryan Gosling (a quien no tengo reparo en confesar mi incondicional amor eterno) y la pavisosita pero buenorra Rachel McAdams con look años 40. Se conocen, se enamoran y se dicen unas cuantas chorradas, las de rigor en estos casos. Sin llegar al coma diabético; se pasa bastante repelús pero aún es soportable.

22’45. La mamá de McAdams, interpretada por una malvadísima Joan Allen, con más cara de bruja que nunca, dice que no le gusta este muchacho para la nena y que procede un cambio de aires. Follón consiguiente, llantos, gritos, pataleos… En fin, lo típico. El acento hiperglucémico baja un par de grados y se consigue volver a respirar. Y del argumento hasta aquí puedo contar porque lo demás ya sería espoilear.

23’30. El almíbar pastelero viene y va por la pantalla y provoca intermitentes naúseas en la espectadora madre mientras va excitando obscenamente con recursos tramposos y fraudulentos los lacrimales de la espectadora hija. El perro afortunadamente está de vuelta de tanto pego y reposa plácidamente pasando de chorradas, y el señor que ronca, también afortunadamente para él, sigue roncando.

00’15. Desmadre total. La espectadora hija ya llora a moco tendido sin consuelo posible, sin disimulo y sin poder articular palabra por la emoción, mientras la espectadora madre se debate entre el inminente vómito y la perplejidad. Mutua incomprensión madre-hija, mutuas miradas furtivas de desprecio, mutua descalificación cinematográfica. Por fin la pesadilla termina y apago la tele, le doy un compasivo besito a la criatura que en su día engendré y que ahora se ahoga en un mar de lágrimas y me voy disparada para la cama dando mil gracias por haber conseguido sobrevivir a la espeluznante y brutal tontuna de la juventud.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Millennium 2: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, by Daniel Alfredson

Dicen de esta película que, si no has leído el libro de Stieg Larsson, no te enteras de nada. Puede ser; está claro que la incomprensible densidad de contenidos criminales que Daniel Alfredson aborda debe de ser fruto de una serie de tramas probablemente más desarrolladas en la novela. Es lo que les pasa a algunos cuando pretenden contar 2000 páginas en 2 horas.

En esta segunda parte Larsson ha visto claro que el gran hallazgo de su saga es el personaje de Lizbeth Salander y ya se tira al barro total con ella. Lo que pasa es que el personaje empieza a resultar un poco cargante; puede que en la primera parte nos la metiera doblada y hasta disfrutáramos de sus habilidades y de su potente personalidad, una mezcla entre Lara Croft, Rambo, MacGyver y Bond, James Bond, pero ya cansa la tía.

Salander, interpretada de nuevo por la pequeña y fascinante Noomi Rapace, es lista, ágil, dinámica, monta en moto de gran cilindrada, deja kao con un par de pataditas a tipos el triple de grandes que ella, corre más que nadie, hackea mejor que nadie, probablemente folla mejor que nadie… Ya vale, no????? Jartura de tía, machooo! Así cualquiera gana a los malos. Pos vaya mérito, tú!

Pues eso, trama espesa a más no poder, hombres muy malos, casi todos violadores, sádicos, puteros, físicamente repugnantes… Qué asco de suecos, hossstia! Y los pocos que se libran, como el periodista de Millennium, son de un sosito y un blandengue que echa para atrás. No es de extrañar, desde luego, que con ese triste panorama Salander no tenga más remedio que darse a los placeres sáficos. Es que la alternativa es para morirse.

En fin, no me convenció la primera y menos aún me convence la segunda. No obstante, ya que estoy puesta, cuando pueda terminaré con esta pesadilla sueca y me tragaré la tercera, en la que ya me imagino que Lizbeth Salander podrá volar, ir a Marte, escalar ochomiles sin más ayuda que un lápiz, tragar fuego… en fin, pocas habilidades le quedan por demostrar, pero con ella todo es posible. Y a ver si hay suerte y se la cargan ya de una vez, coññññño. 

sábado, 17 de noviembre de 2012

La misión (The mission), by Roland Joffé

Ésta es la típica película que ves con 20 años y te parece la hossstia y que un día la pasan por la tele y dices: "Soportará esto mi pasión por la demolición cinematográfica?"

Y lo dices con el escepticismo propio del que sabe que muy pocas pelis de tu vida han logrado mantenerse en su nivel al confrontarlas con el paso del tiempo, con el tuyo y con el de ellas. Pero en fin, hagamos la prueba del algodón. Veamos si  "La misión" aguanta como una campeona y si Roland Joffé se libra de la quema.

Pues bien, la veo y entiendo lo que me fascinó de ella. No se puede discutir que el paisaje es majestuoso, que la fuerza de la naturaleza está retratada de forma impactante, que la fotografía es una maravilla, que la banda sonora es el contrapunto sonoro perfecto a tanta solemnidad visual...  Comprendo que tuve que quedarme con la boca abierta por fuerza.

También sé que tanto De Niro como Irons interpretan dos de los personajes más emblemáticos, carismáticos y recordados de sus carreras. Entonces qué? Pues que sí, que impacta, que abruma, que como documental quedaría precioso, peeeeero... que no me interesa nada de lo que me están contando. No hay alma, no hay vida; sólo estética pura y dura.

Veredicto:

Misión cumplida: la perfección formal.

Misión imposible: que con esa belleza aterrradora, inmensa y brutal la historia importe un pimiento

viernes, 16 de noviembre de 2012

Cómo acabar con tu jefe (Horrible Bosses), by Seth Gordon

M- Me lo había imaginado.

A- Aquí huele a patochada.

M- Mas aunque era lo esperado

A- Ayyyy, no estaba preparada!

R- Rollazo de mala muerte.

R- Rayada de campeonato.

A- Ay, señor, qué mala suerte!

C- Colin Farrell, yo te mato.

H- Hacer esta capullada!

A- A Gordon lo colgaría

D- De una viga. Y ya entregada,

A- A Spacey lo empalaría.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Albert Nobbs, by Rodrigo García

Vamos a ver, Mrs. Close, para hacer de tío es necesario algo más que cortarse el pelo,  no pintarse los labios y poner cara de palo. Los tíos por lo general también se mueven. Sonríen, lloran, levantan las cejas... en fin, lo que viene siendo de toda la vida gestualizar.

Sinceramente no creo que a Glenn Close le haga falta demasiado trabajo de maquillaje y peluquería para parecer un señor. Esta mujer siempre ha tenido algo de travelo, incluso cuando se ligaba inexplicablemente a Michael Douglas en "Atracción fatal" o cuando se ponía esos modelazos de época en "Las amistades peligrosas". Qué digo? Ahí sí que era un travestorro total.

Mucho más mérito veo yo a lo de Janet McTeer, que siendo una pedazo de tía, no sólo está perfectamente caracterizada como machote de importante envergadura, sino que además mueve la cara y el cuerpo, que es bastante más de lo que hace Close con esa especie de máscara que lleva a modo de faz u con esos andares de muñeco de Famosa que se dirige al portal.

Yo a Rodrigo García (en plan recordatorio, talentoso hijo de García Márquez) lo veo más haciendo pelis de historias cortas, al estilo de "Nueve vidas" o de "Cosas que diría con sólo mirarla". Me parece que cuando se centra en una única trama se pierde un poco el chaval. Tal vez lo suyo sean los cortos, o las historias cruzadas; en todo caso la vida de Nobbs se le va un poco de las manos y creo que llega un momento en el que se hace la picha un lío y no sabe qué hacer con el personaje.

Tampoco es que haya mucho que hacer con él. Es un personaje tan plano, antipático, feísimo, insustancial y poco atractivo que poco más puede dar de sí. La duda está en si es así porque así está descrito en la novela, o si es por decisión de García o por la interpretación de Close, o por una mezcla de todo. El caso es que lo que estaba pidiendo a gritos un Oscar se quedó en un chusco chasco y que Close se tuvo que ir de vacío a casa mientras todas las glorias se las llevó Meryl Streep por su “Dama de hierro”. A joerse, chica. C'est la vie.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¡Olvídate de mí!, by Michel Gondry

Hola, me llamo Kate Winslet y tengo el pelo verde. Quiero olvidarme de un tipo que se llama Jim Carrey que no tiene el pelo verde pero hace cosas muy raras con la cara. Y con los ojos ni te cuento.

Hola, me llamo Kate Winslet y tengo el pelo azul. Charlie Kaufman ha soñado conmigo y me ha escrito un guión; es posible que gane un Oscar, y si no lo gano yo seguro que lo gana él. Dice que si yo lo rechazo llamará a Carmen Lomana.

Hola, me llamo Kate Winslet y tengo el pelo rosa fucsia. Michel Gondry me ha llamado hoy para proponerme una peli con Jim Carrey. También saldrá Kirsten Dunst pero no tengo que preocuparme por que me haga sombra. Ella es una rubia del montón, nada que ver conmigo.

Hola, me llamo Kate Winslet y tengo el pelo burdeos. Jim Carrey está conmigo patinando sobre hielo. En esto que aparece Charlie Kaufman y cuenta un chiste de Eugenio; entonces se me pone el pelo azul y le digo que yo soy más de Chiquito de la Calzada. Kaufman dice "Harrrrrrrrllllllllllll".

Hola, me llamo Kate Winslet y tengo el pelo morado-procesióndesemanasanta. Michel Gondry está aquí, muerto. Se acaba de suicidar porque no le gusta mi color de pelo. Al principio dijo que quería borrarlo de su memoria pero algo falló y se quedó calvo. Alaska y Mario Vaquerizo, que eran sus ídolos, lo están acicalando para el velatorio.

Hola, me llamo Kate Winslet y tengo el pelo nude. Nude es el color de moda en las pasarelas. Como ya no sabía qué color ponerme no tuve más remedio que renovarme o morir. Cuando me muera me gustaría que me enterraran con el pelo de color nuez moscada mezclada con curry, gelatina de naranja, boñiga de vaca y Martini Dry.

Hola, me llamo Kate Winslet y no tengo un pelo de tonta, ni tampoco de lista; se me han caído todos por obra y gracia del amoniaco que durante años he venido usando para tintarme el pelo de colores absurdos por exigencias de un guión delirante de un tipo igualmente delirante llamado Charlie Kaufman, cuya infancia transcurrió entre botes de tinte del Mercadona y discos de Marifé de Triana. Para abreviar, simple y llanamente, un fistropecadorrrrrrrrr. Harrrrrrllllll.

martes, 13 de noviembre de 2012

La joya de la familia, by Thomas Bezucha


Ay por diosssss, qué mal rato! Si os digo que me reí y que lloré con esta mamarrachada...  me da muchísima vergüenza, pero es que es así.

Que es mala malísima? Más que pegarle a un padre con un calcetín sudao.

Que es asquerosayultrapolíticamentecorrecta? No, es lo peor de lo peor.

Que es previsible? No, qué va! Sólo sabes lo que va a pasar 7 horas antes de que pase.

Que Sarah Jessica Parker está más horripilante que nunca? Está de triple vómito mortal.

Que Diane Keaton está más espasmódica que nunca? Contabilizadas, 11 carcajadas por segundo. Imposible que esta mujer tenga tantas ganas de reirse. Ni aunque estuviera de cannabis hasta las pestañas.

En realidad Thomas Bezucha hace una especie de versión navideña de "La familia Addams", sólo que en progre. No beben sangre ni alternan con murciélagos pero a cambio están encantados cuando sus hijos pierden la virginidad y mucho mejor si es con alguien del mismo sexo y distinta raza.  Alguien se imagina a alguna familia americana así? Aparte, claro está, de Brad Pitt y Angelina Jolie, que son otro mundo.

Lo sé, me están contando un cuento chino, pero me lo cuentan con trasfondo navideño, con ambiente "Mujercitas" y encima me han pillado moñas. Otoño superotoñal, frío fuera y calor de hogar dentro, mantita  a cuadros de los chinos, señor que ronca en el sofá, perrillo que se acurruca en mi regazo, niños inflándose a hostias en su cuarto... En fin, lo que es un ambiente típico familiar de la España profunda.

Me siento fatal, me siento asquerosa, indecente, execrable; sinceramente, me siento como el que va a hacerse una colonoscopia por placer y encima quiere que se la pague la Seguridad Social. Me siento auténtica escoria cinéfila, pero... la verdad es que... ejem... ejem.... bueno, pues que... mmmmmmm... que me ha gustado, coñññño. Ea!

lunes, 12 de noviembre de 2012

Náufrago, by Robert Zemeckis

La misma cosa no siempre significa lo mismo. Alguien puede decir "A mí me gusta la variedad sexual", y esto puede significar igualmente que le gusta hacer variedad de cosas con la misma persona o la misma cosa con distintas personas.

Pues con las historias de náufragos pasa igual. La variedad puede consistir en que pasen cosas distintas o que pasen las mismas a distintas personas. Es poco más o menos lo que pasa en “Náufrago”, que parece que estamos viendo la misma historia de siempre, sólo que en lugar de llamarse Crusoe el señor se llama Noland.

Las diferencias son muy pocas. Si acaso destaca la especial torpeza de Noland para hacer fuego. Ya ves tú, con que hubiese leído “El señor de las moscas”, por ejemplo, no habría tenido tantos problemas. El pobre Crusoe, al ser pionero, no tuvo esa oportunidad y se tuvo que buscar la vida a su bola.

También es interesante la novedad que aporta Zemeckis de que su náufrago reciba por vía marítima un kit de supervivencia en el que no faltan unos patines para hielo, un tutú o un balón, cosas utilísimas en una isla desierta con nada que le eches un poco de imaginación.

Otra diferencia es lo que contamina y lo que consume Noland con respecto a Crusoe. Nada más que con los cartones que recubren su kit ya está emporcando el idílico islote, en el que naturalmente no existen contenedores para cartón. Y luego que el tío en cuatro años se pule todos los recursos comestibles de la isla. Y eso que había cocos a punta pala cuando llegó, pero es que a ese ritmo de consumo tan poco sostenible, las reservas no dan para más.

Pero bueno, con toda la sensación de cochino plagio que una tiene viendo la peli, la verdad es que está entretenida y se deja ver… eso sí, mientras el tipo está en la isla. Otra cosa ya es lo que viene después, que sinceramente es un tostón; los últimos 45 minutos directamente sobran.

Y sí, no se puede negar que Tom Hanks hace un gran papel; no en vano se tira más de media película él solo. Y justo cuando aparecen los secundarios es cuando la historia pasa al nivel bodrio. Porque dime tú a mí qué pintaba el romance con Helen Hunt, directamente de coma diabético, en una historia de náufragos. Venga ya, hombre!

domingo, 11 de noviembre de 2012

No sos vos, soy yo, by Juan Taratuto

Como la vida misma: amores que empiezan, amores que terminan, duelos que hay que pasar, olvidos que tardan en llegar, olvidos que por fin llegan, reinicios a la vida... y otra vez: amores que empiezan...

Juan Taratuto nos cuenta con tono ligero el proceso en esta comedia agridulce que tiene momentos verdaderamente divertidos.  El personaje principal resulta tan patético, tras el abandono de su mujer, que es imposible no confraternizar con él. Verdaderamente memorables son sus conversaciones con el psiquiatra. Son tannnn argentinas!!!!!

Tengo que reconocer que me encanta Diego Peretti. Tiene una vis cómica increíble, acentuada por una fisonomía casi de tebeo que le va de perlas al papel. Realmente el peso de la película lo lleva él; a su lado Soledad Villamil es una mera comparsa, y su personaje carece de relevancia. Taratuto bien podía haberlo reducido a una voz; de hecho creo que la presencia física de la esposa sobra. Su personaje queda mucho mejor definido en las conversaciones telefónicas.

En fin, quién no ha hecho de terapeuta alguna vez con un amigo abandonado? Quién no se ha emborrachado con él o ella, o le ha concertado citas a ciegas, o se ha echado a temblar cuando ha visto su número en el móvil?

Reconócelo, seguro que hasta alguna vez puede que te hayas hecho el loco y no le hayas contestado. No te tortures, todos somos humanos. Y qué coño, las cosas como son: los abandonados pueden ser un auténtico tostón.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Pearl Harbor, by Michael Bay

Decidí ver esta película atraída por la cantidad exagerada de críticas negativas que había leído. Como aficionada a llevar la contraria por sistema a las amplias mayorías, había decidido esforzarme un poco en encontrarle las pocas virtudes que pudiera tener para blandirlas con orgullo y echar por tierra uno por uno los argumentos de sus detractores.

Provista de libreta y boli bic (sí, a la antigua usanza, qué pasa???) me senté a verla dispuesta a apuntar todo aquello que pudiera servirme para hacer una crítica demoledora de las críticas demoledoras, y así rizar el rizo de mi actividad crítica salvando de la quema al denostadísimo Michael Bay.

Imposible; aquí tengo la hoja blanca y limpia como la patena. No pude, no fui capaz de apuntar una sola palabra. Una vergüenza ajena, un bochorno… que incluso llegué a pensar que me había llegado la menopausia. "Ea, ya está aquí", me dije.

3 horas dura además el bicho. 3 horas de interpretaciones bochornosas (Ben Affleck más carapalo que nunca; hasta el mismísimo Alec Baldwin está para inflarlo a tomatazos), de diálogos aún más bochornosos (me niego a transcribir alguno, me daría demasiada vergüenza) y de espanto cinematográfico sin igual.

Por supuesto yo no vi las 3 horas; soporté una y no más, Santo Tomás. Esperé en vano a ver si por fin llegaban los japos y se cargaban en masa a toda esa panda de repugnantes babosas rebosantes de gelatina pero en vista de que seguían soltando con profusión sus pegajosas babas y a mí ya la náusea me acechaba con violencia… ataqué con desespero el mando y me pasé a Intereconomía. Dios mío, qué alivio!!!!!!!

jueves, 8 de noviembre de 2012

En la ciudad sin límites, by Antonio Hernández

Sin límites la cantidad de bostezos que me provocó la película, que casi me descuajaringo la mandíbula.

Sin límites la paranoia de Antonio Hernández: el anciano con demencia que sufre alucinaciones, el hijo que se pone a investigar sobre su padre, el terrible secreto de familia... Venga ya, Hernández!

Sin límites el genio de Fernando-Fernán Gómez, que a pesar de interpretar a un frágil abuelillo con Alzheimer, en todo momento parece que se va a echar a gritar: “Váyanse ustedes a la mierrrrrda!!!!”

Sin límites el edulcoramiento exagerado de Ana Fernández, probablemente la actriz más almibarada del cine español. Verla, y sobre todo oirla, y tener un subidón de azúcar es todo uno.

Sin límites el talento de Adriana Ozores. Sus breves apariciones son, con diferencia, lo mejor de la película.

Sin límites la suerte de Leonardo Sbaraglia, que toca tetas por partida doble y tiene escenas de baño y cama con dos señoras estupendas. Por lo demás, planito y sosito como es él de natural.

Sin límites la tontería de la historia, la espesez del guión y el agilipollamiento crónico de la familia protagonista. Un tostón sin límites con una ilimitada sarta de majaderías de muy dudosa verosimilitud. Vamos, hablando en plata, lo que viene siendo de toda la vida de dios una mierda sin límites.

martes, 6 de noviembre de 2012

La semilla del diablo, by Roman Polanski

Señoras, señores, gentes de dudosa identidad sexual, momento memorable en mi fulgurante carrera como crítica demoledora: llegamos al emblemático número, al número entre los números, el 666. Y prometo que no ha sido aposta pero hemos llegado justamente un día 6. Destino diabólico? Pura casualidad? Pues no sé, pero esto se merece algo grande, algo como por ejemplo una crítica demoledora como la que más a una de las películas más significativas del género demoníaco: "La semilla del diablo", de Roman Polanski.

Seré clara y contundente y no me andaré por las ramas. A mí esta película de toda la vida de dios me ha parecido una mamarrachada como la copa un pino. Aún a riesgo de que me fulminen los incondicionales de Polanski y los incontables fans de “La semilla del diablo” para los que es una obra de culto, tengo que decir que me parece de principio a fin infumable.

Qué coño es eso de vender un hijo al diablo a cambio de un curro???? Todavía si fuera a cambio de un premio de diez mil millones en la lotería para no tener que volver a currar nunca más, se podría entender. Pero hossstia, por un trabajo de mierda?????

A Mia Farrow se tira una toda la película deseando inflarla a hostias para quitarle la cara de pasmo y espabilarla un poco. No se sabe qué es peor, si que esa mujer tenga un pequeño demonio o simplemente que tenga un hijo mondo y lirondo. Dónde va un chiquillo normal con esa madre medio lela y acojonada por todo? Cómo va a prepararse esa criatura para las penalidades que le esperan en este mundo cruel?

Eso sí, maravillosa Ruth Gordon, esa vieja bruja. Yo por una ancianita tan encantadora casi me dejaría convencer para engendrar a un par de demonios. Aunque qué coño, he engendrado a 3 bestias pardas y no me ha tenido que convencer nadie. Ahora que lo pienso, 3 seises, 3 bestias… Y si yo fuera el mismísimo demonio?

Grupo 7, by Alberto Rodríguez

Grupo 1. Veinteañeros ávidos de violencia. "Lo flipas, tío. Tienes que verla. Hostias, puñetazos, patadas tutiplén, sangre a mogollón. El Casas y el de la Torre qué bestias, macho, menudas palizas que pegan. Mola que te cagas”

Grupo 2. Quinceañeras locas por Mario Casas. "Tía tía tía, qué fuerrrrrrrte! Qué cachas, qué cara, qué triceps, qué culoooooo, wawwwwwww, me muerooooooo. Qué polvazoooooo, hosssstia!!!!!!Me lo comoooooo"

Grupo 3. Cuarentones que fueron jóvenes allá por los 80. “Qué tiempos, Pepe! Te acuerdas cuando íbamos de putas sin cargo de conciencia social y hasta si se ponían chulillas les soltábamos dos hostias? Putas leyes de igualdad, cuánto daño han hecho!”

Grupo 4. Una representación de la Conferencia Episcopal. "Inadmisible. Hemos contabilizado 7 besos con lengua, 3 escotes indecentes, 5 escenas de cama y una clarísima incitación a la práctica descontrolada de la sexualidad mediante la exhibición reiterada de mujeres de mala vida. No apta para creyentes.”

Grupo 5. Carlos Boyero y sus amigos. "Alberto Rodríguez recrea con gran precisión la característica diferencial del género. Buenos personajes universales pulidos por un guión con soluciones autóctonas perfectas. Encabezados por un inconmensurable Antonio de la Torre”.

Grupo 6. Feministas Reunidas Geyper. "Huyyyys, hay mucha violencia de género: policías abofeteando a pobres prostitutas, maridos que gritan a sus mujeres… El trato a la mujer es totalmente degradante. Es insultantemente machista y no respeta los principios fundamentales de la igualdad de sexos. Firmaremos un manifiesto colectivo en protesta porque se subvencionen este tipo de películas que atentan flagrantemente contra la dignidad de la mujer”
.
Grupo 7. Carmina Barrios y su cabra Marifé. "Cusha tú Marifé, mira que ehtá apañao er nene ése, er Mario Casa, hijolagranputa, la maequeloparió ar cabronaso. Pero pa lah niñah; a mí me van máh lojombre de verdá, er carvo der bigote y la pansita, ése ma guhtao, mecagoentosunasión, lo pillara yo en un renunsio, que se iba enterá. Ayyyy omá qué rico!!!".

lunes, 5 de noviembre de 2012

In & Out (Dentro o fuera), by Frank Oz

Reconozco que "In & Out" es una película típica, tópica, asquerosamente previsible, de un humor tosco y facilón y muy muy muy moñas. Pero una vez reconocida esta premisa y asumida su relativa calidad cinematográfica, tengo que reconocer que... ME ENCANTA!!!!!!!!

Frank Oz con esta película saca mi parte más gay, más vintage, más kitsch, más hortera y más machomana. Yo también adoro a Barbra Streissand, puedo bailar enloquecida al ritmo de Boney M. o de Donna Summer y mi grito de guerra siempre ha sido el "A quién le importa" de Alaska, pero tampoco le hago ascos a Gloria Gaynor y su "It's raining men".  Soy supergay, sí, qué passssa?

Momentos inolvidables: por supuesto, el enloquecido baile de Kevin Kline (por cierto, uno de mis gays favoritos del cine); pero por encima de todo me quedo con los momentos "Joan Cusack". Qué tía, qué gracia, qué talento natural para la comedia, qué puntazo! Si no fuera porque soy tan gay me casaría con ella.

La tormenta de hielo, by Ang Lee

Podría haber sido una película excelente porque contaba con todos los ingredientes: una historia buena con un guión compacto, una fotografía impecable y un elenco de lujo.

La historia es brutal; la visión del matrimonio y de la familia que Ang Lee nos muestra es francamente demoledora. La infelicidad, la incomunicación, la soledad de las personas que conviven bajo el mismo techo en esta película dan verdadero pavor. El guión está muy bien trabado; las dos familias están perfectamente retratadas, las relaciones entre sus miembros, sus acciones, sus reacciones…, en fin, hasta aquí todo perfecto. De manual de cine.

De la fotografía qué puedo decir? Tan helada y desoladora como el título de la película y como las relaciones familiares que nos cuenta. Perfectamente acoplada a la historia, es imposible concebir un ambiente más desangelado para acompañar a unas personas tan gélidas, tan solas y tan aisladas..

Las interpretaciones, por su parte, discurren entre la excelencia de Joan Allen, Kevin Kline o Sigouney Weaver, fantásticos los tres, hasta la corrección académica de Christina Ricci, aunque creo que estas oscilaciones tienen mucho que ver con la definición o indefinición de sus personajes.

Qué falla entonces? Pues justamente eso, los personajes, sobre todo los adolescentes, que llevan prácticamente el peso de la mitad del film. En lugar de adolescentes parecen una panda de tarados preparándose para ser adultos psicópatas. El personaje de Ricci, la niña-loba de 14 años que se acuesta con el niño de 12 años que a su vez se dedica a hacer estallar aviones y geypermanes…. Esto qué es lo que es? Es tan demencial que da más risa que otra cosa y además arruina el resultado final. Si resulta que un 50% de los caracteres que has creado parecen fantoches… cómo esperas que nadie se tome en serio tu película, Ang Lee? Me lo expliques.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Normal (TV), by Jane Anderson

Normal???????????????? Alguien se cree que después de veintitantos años de matrimonio una señora acepte que su marido es una especie de armario empotrado con los labios pintados y termine regalándole un collar de perlas?

De verdad, no me tengo por estricta moralmente hablando ni por una tía cerril ni paleta, pero es que esta historia no me la creo. Humanamente no me la creo. No creo en esa capacidad de comprensión, ni en ese amor por encima de todo, ni mucho menos me creo...

Ni mucho menos me creo a esa hija del futuro transexual contándole a sus amiguitas del cole, usando una bolsita de plástico, cómo se hace una operación de cambio de sexo y se convierte un pene en vagina. No un pene cualquiera, oiga. Estamos hablando del pene de su papá.

Venga ya, hombre. Pero qué me estás contando?

Gritos y susurros, by Ingmar Bergman

Gritos. Los de agonía de Agnes (Harriet Andersson), devorada por el cáncer.
Susurros. Los de sus hermanas y su criada-amante velándola.

Gritos. Los de terror de Karin (Ingrid Thulin) ante el contacto físico.
Susurros. Los de las tensas comidas con su marido diplomático.

Gritos. Los de la mirada de Maria (Liv Ullmann) pidiendo sexo.
Susurros. Los del médico negándose a los requerimientos de Maria.

Gritos. Los de pánico ante la muerte de Ingmar Bergman.
Susurros. Los de los rezos de la criada-amante por su hija muerta.

Gritos. Los de incomunicación de Agnes, Karin y Maria.
Susurros. Los de los silenciosos pasos de la criada-amante.

Gritos. Los de los fundidos en rojo.
Susurros. Los de los vestidos blancos al caminar.

Gritos. Los de los desesperados que no saben susurrar.
Susurros. Los de los desgraciados que no pueden gritar.

Gritos. Los de miedo, los de dolor, los de angustia, los de histeria.
Susurros. Los de amor, los de duelo, los de secretos, los de muerte.

jueves, 1 de noviembre de 2012

A propósito de Schmidt, by Alexander Payne


Uyssss, Jack Nicholson, mi psicopatilla favorito ("Mejor imposible"), y Alexander Payne,  director de la inolvidablemente alcohólica "Entre copas" juntos! La cosa promete. Y además cumple.

El amigo Metabaron en su crítica sobre esta película plantea una pregunta interesante a la que me gustaría responder: "Qué vamos a hacer con nuestra vida cuando nos jubilemos?"

Cuando quéeeeeee? Metabaron, chaval, puedes estar tranquilo. Nunca vamos a jubilarnos, lo cual nos quita un problema de encima porque no tenemos que preocuparnos por esa gilipollez.

Nosotros nunca nos aburriremos viendo la tele durante horas sin nada más que hacer; o puede que sí, pero será porque estemos en el paro, y nuestra preocupación más gorda será comer.

Grande Jack Nicholson. Sobrio, lacónico, tierno, contenido, aunque no lo podáis creer. Magnífico. Si nunca lo habíais visto llorar a moco tendido, prometo que merece la pena.

Espléndida Kathy Bates. Esa suegra tremendísima, Roberta la terrible. Un pequeño gran papel que le valió una merecidísima nominación a los Oscars, al igual que a Nicholson el suyo.

Payne es muy bueno dirigiendo actores, aunque a estos dos poca falta les hace. La pareja Nicholson-Bates es todo un hallazgo; explosiva y letal.

Frente a ellos la pobre Hope Davis queda insípida y deslucida. Le pasa como al que no sabe pintar, que aunque pinte a Mahoma... ni fu ni fa, no pasa nada.