domingo, 30 de diciembre de 2012

Anticristo, by Lars von Trier


Entre el sueño y la náusea hay algo

con tendencia a quedarse calvo

de tanto desbarrar.


Y ese algo es von Trier mismo

con un cuadro de tonterismo

de tesis doctoral.


La Gainsburg hace de tarada sin igual.

Dafoe es su médico y resulta

de psicólogo un desastre.

Se merece que lo castre.


Pues sí, aunque parezca mentira esta peli me ha dado ganas de cantar y se me ha venido a la mente la melodía de "Me cuesta tanto olvidarte", de Mecano, de la que he hecho mi propia cutreversión, con permiso de la audiencia.

Y creo que sí, que me costará olvidar esta mamarrachada. Olvidarla por lo muermo y por lo plasta. Lo asqueroso lo voy a obviar porque quien no quiere ver un pene eyaculando sangre no tiene más que cerrar los ojos o mirar para otra parte.

Yo ni asco ni desolación ni pollas. Todas esas cosas que dice la gente que le ha provocado esta película no las he visto por ninguna parte. Gente que se desmayaba en los cines??? Gente que vomitaba???? Gente que gritaba despavorida????? Todavía si me dices que había mogollón de gente durmiendo...

Porque yo, después de 2 interminables horas de sopor sin límites, sujetándome los párpados con superglue, la única conclusión a la que llegué es que el personaje de Willem Dafoe es una auténtica patata como terapeuta. Y que hay que fiarse lo justo de las tías que les ponen a sus niños los zapatos del revés.

Aparte de eso, rien de rien. Pedazo de gilipollez, hossstia!

sábado, 29 de diciembre de 2012

La invención de Hugo, by Martin Scorsese

Vaya por delante que no he visto la película en 3D, así que mi crítica es la crítica de una espectadora que ha faltado a la regla básica del cine en 3D: si vas a ver una película en 3D, vela en 3D.

Vale, pues me salté la regla, y aquí está el fruto de mi pecado. Y por qué me la salté? Pues porque era Mister Scorsese y llegué a pensar que el 3D era un mero recurso técnico, pero que detrás podía haber una buena historia. Y porque leí que se trataba de un homenaje a los pioneros del cine, y yo soy muy de homenajes y muy de pioneros. Y yo qué sé, porque tampoco había nada esa noche en la tele que me pareciera más atractivo. El caso es que la vi.

Y sí, como era de esperar, resultó ser una peli más en 3D, y su único leit motiv era su perfección técnica, su impecable fotografía y su irreprochable espectacularidad. Por lo demás, el argumento un pestiñazo, con un montón de tópicos al retortero (el poli tontorrón, la niña buena y compasiva, el genio venido a menos...). Un espanto, vamos.

Y ya lo peor de lo peor: a falta de uno... dos niños protagonistas!!!!!! Hossstiasss, qué pesadilla!!!! Asa Butterfield y Chlöe Moretz se llaman las dos criaturas elegidas. Los dos muy monos, muy tiernos, muy entregados a sus papeles... Y muuuuuuuy redichos. Insoportablemente redichos, repelentes y asesinables!!!!! Mi natural aversión hacia los niños actores multiplicada por mil.

Scorsese, por qué lo has hecho? Aunque quisieras hacer una peli chula en 3D, tú no necesitabas recurrir a esto. Por qué no amables viejecitos? Por qué no entrañables mascotas? Por qué más niñooooooooosssssssssss horribleeeeeeeees? Por quéeeeeeeeeeeeeee?????

viernes, 28 de diciembre de 2012

La princesita (A little princess), by Alfonso Cuarón

Bueno, sí, qué pasa? Soy una moñas y es Navidad. Y si me echas una mezcla de Mathilda, Oliver Twist, Mary Poppins, Cenicienta, la Cerillerita y Cuento de Navidad yo lloro, hossstia, como cualquier hija de vecina. Porque esto es puro veneno, es una puñalada trapera, es una bomba letal para cualquier alma cándida como la mía.

Sí, Alfonso Cuarón, me has tocado la fibra: esa niña rica convertida en criada y aparcada en un desván sucio y frío, que le cuenta cuentos a las otras niñas del internado, que sueña con su papá perdido, que habla con los ratoncillos y se hace amiga de un mono hindú y se autoproclama princesa... esa niña pude haber sido yo. Pero no fui.

Yo en cambio soy la malvada directora del internado. Que sí, que he llorado y he moqueado como era de rigor en cualquier ser humano, pero que digo y proclamo a los cuatro vientos que esta película es... una mierrrrrda como la copa un pino!!!! Un engañabobos. Un irritapupilas. Un encogecorazones. Un achantapichas. Un anudagargantas. Y una extorsión espiritual como un castillo. Cuarón, cabrón!!!!!!!

jueves, 27 de diciembre de 2012

La casa de la alegría, by Terence Davies

"La casa de la alegría" Y digo yo... qué alegría ni qué pollas? Conste que lo mismo pensé cuando me puse a leer la novela del mismo nombre de Edith Wharton. 

Casas es verdad que había unas cuantas, pero alegría, lo que se dice alegría... o poca o cortita o más falsa que una promesa electoral. Por eso y porque la protagonista no me convencía ni poco ni mucho dejé el libro por la mitad y quise resarcirme con la peli.

Os cuento, en principio esto iba de una señorita de principios del siglo XX que intenta ser diferente y rebelarse al típico destino casadero de las damas de su generación. Eso al menos es lo que yo pensaba cuando leí la sinopsis del libro y de la adaptación de Terence Davies.

Pos no, de eso nada, monada. En realidad esto va de una señorita, magníficamente interpretada por Gillian Anderson (sí, no le des más vueltas, la Scully de Expediente-X), que vive en una continua duda existencial; primero quiere casarse con un señor rico, luego que no, después cuando le va un poco peor que sí, luego que le viene el orgullo proletario y que prefiere trabajar, después que bueno, que vale, que si hay que casarse pos se casa una, luego que tampoco... y así hasta el final... Una expedienta X, vamos.

Yo será que no estoy preparada intelectual ni psicológicamente para las enigmáticas y sofisticadísimas conversaciones de la alta sociedad decimonónina, pero el caso es que la mitad de los desplantes, humillaciones, chascarrillos, puyazos y exquisitas estocadas verbales me las perdí.

Que sí, que con un diccionario en la mano traduciéndome el sutil lenguaje de la clases altas de principios de siglo podría haber elaborado una tesis doctoral y haber disfrutado como una enana... pos vale. Pero que yo, aquí, ahora y con la lengua que más o menos chapurreo, no me enteré de la misa la media.

Y de lo que me enteré me parecían todos una panda capullos pa mear y no echar gota. Y que eso es lo que hay. Mucha Edith Wharton, mucho Terence Davies y mucha Gillian Anderson, pero que al final cómo echa una de menos un vulgar, zafio y populachero episodio de Aída.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Cadena perpetua, by Frank Darabont

Vaya por delante que “Cadena perpetua” es una de mis pelis favoritas de tema carcelario. Y de no carcelario también; vamos, que es una de mis pelis favoritas en general.

Y vaya por delante también que no soy demasiado amiga de hacer críticas de pelis multitudinarias de culto, porque de ellas ya se ha dicho todo mil veces y cualquier cosa que se pueda comentar resulta repetitiva y cansina. En todo caso, si hago una crítica de estas películas es para señalar los peros que puedan tener, que todas los tienen y algunas muchísimos.

Es el caso de “Cadena perpetua”, que ya lo he confesado, a mí me encanta, pero no puedo aceptar la inmensa cantidad de críticas que leo sobre ella en las que prácticamente se obvian todos sus defectos y se beatifica a su director y sus protagonistas hasta límites incluso vomitivos.

No, miren, bajemos un poco de la nube y situémonos en un plano crítico real. Lo cierto es que Frank Darabont hace muchísimas trampas y se pone en plan bastante maniqueo. Viendo su historia da la sensación de que todos los condenados a cadena perpetua son una especie de angelitos que no han roto un plato, o que aunque hayan roto tropecientosmil son tan buenísimas personas que hay que perdonárselo todo, mientras que los responsables de las cárceles en su mayoría no sólo son malos de malignidad, sino encima tontos de solemnidad. Véase si no el caso del director de la cárcel, que no puede ser ni más farfullero ni más gilipollas, como se comprueba al final.

Por lo demás, Tim Robbins y Morgan Freeman están adorables y comestibles como nunca y sus personajes son carismáticos y atractivos a más no poder. Y el espectador se enamora tanto de ellos (yo la primera) que quiere creer todo lo que los pueda salvar y hace un esfuerzo mental tremendo para poder creerlo.

Porque a poco que se sustrajera un poco de la magia que desprenden y se situara en el mundo real nada de lo que pasa en la película es posible y en cambio todo es bastante rocambolesco.

Sí, es muy bonito y es lo que queremos que pase, pero es pura autosugestión. Y es pura trampa. Y además lo sabemos, y nos da igual. Pero bueno, siempre tiene que haber algún hijodeputa que lo diga y joda el truco, no? Y como diría la Pantoja, yo soy ésa.

Intocable, by Olivier Nakache y Eric Toledano

Insoportable. El humor zafio, vulgar y facilón.

Intolerable. La visión casi flowerpower de la tetraplejía del protagonista.

Inenarrable. La absurda historia de amor epistolar con el cuidador de celestino.

Inexcusable. El mensaje: ser tetrapléjico puede ser guay si te lo montas.

Inexplicable. La transformación súbita y milagrosa del personaje de Cluzet.

Injustificable. El tono moralista: pon un negro payasete en tu vida y serás feliz.

Indeseable. El buenismo subyancente con que se trata al personaje del cuidador.

Inapreciable. La finura y elegancia en el sentido del humor.

Innegable. El talento interpretativo de François Cluzet.

Incuestionable. La pretensión lacrimógeno-cómica de la historia.

Inescrutable. El designio del señor que llevó a Toledano y Nakache a "esto".

Indescifrable. El misterio de la supuesta gracia del cuidador negro.

Insondable. El enigma del éxito de la película y su altísima nota media.




lunes, 24 de diciembre de 2012

Uno de los nuestros, by Martin Scorsese

Llevo años viendo anunciar en distintas cadenas "Uno de los nuestros" y siempre me la saltaba porque pensaba que ya la había visto. Pero no, en realidad nunca la había visto. Curioso, verdad?

Pues no, porque en realidad si has visto "Casino", "El Padrino" y "Una historia del Bronx" sí que la has visto. Son todas pefectamente intercambiables y a veces no sabes cuál es una y cuál es otra. Joe Pesci siempre hace del gangster Joe Pesci y Robert de Niro siempre hace del gangster Robert de Niro. Y Scorsese hace la misma película una y otra vez incansablemente.

Puedes intercambiar las mujeres, en unas pelis son morenas y en otras rubias, pero su papel de comparsa medio subnormal siempre es el mismo. También es intercambiable el entorno; puede ser un club de jazz, un restaurante, un prostíbulo, un jardín de infancia, etc... Pero los diálogos son exactamente iguales, los trajes, las caras, los coches, las familias, el capullo de gatillo ligerito, el bocazas que va a morir más pronto que tarde, las furcias, el paseíllo por la cárcel... Todo es exactamente igual. Juraría que los guiones están calcados, sólo cambian los nombres y alguna anecdotilla que otra, supongo que para disimular.

Por eso las ves anunciadas y dices: "Ésta me suena, la he visto". Pero puede que te pase como a mí, que no, que ésa en concreto no la hayas visto nunca. No hay problema, tampoco pasa nada si te la pierdes. Mi consejo es éste: ve sólo una. Vista una, vistas todas. Las demás son una absoluta pérdida de tiempo.

Y tu apreciación sobre ellas dependerá del orden en que las veas. La primera siempre te gustará; con la segunda empezarás a arrugar la nariz y el entrecejo intentando recordar de qué te suena; ya la tercera te parecerá un auténtico coñazo... Y cuando llegues a la cuarta, que es mi caso con "Uno de los nuestros" simplemente te aburrirá tanto que difícilmente conseguirás llegar al final. Principalmente porque lo adivinarás desde el principio. Scorsese, mala suerte, te ha tocado. No es que sea una mala película; es que ya la he visto antes mil veces.

domingo, 23 de diciembre de 2012

El aura, by Fabián Bielinsky

El aura es ese momento en el que un epiléptico sabe fehacientemente que va a tener un ataque. Es como si su mente se abriera y dejara pasar ruídos extraños, colores, voces... Son los segundos previos a la pérdida consciente de la consciencia. Así al menos lo explica el personaje de Ricardo Darín a una jovencísima Dolores Fonzi, que lo escucha con verdadera devoción.

Pero el aura es también lo que el personaje de Darín tiene en esta película. Como una especie de buena estrella que le lleva al sitio adecuado, al muerto adecuado, a la cabaña adecuada, al prostíbulo adecuado, a la carretera precisa, al momento perfecto, a la mujer soñada, al perro más listo, al ataque epiléptico oportuno... Bielinsky, después de sus "Nueve reinas", se pasa directamente a la república de las casualidades imposibles y sin embargo fascinantes y nos reta a creernos su rocambolesca historia.

Y al cabrón el reto le sale bien. La segunda y última película del difunto director argentino resulta inquietante, tensa y estremecedora. Y Darín clava su personaje; yo diría que es una de sus interpretaciones más memorables. Ese taxidermista epiléptico de memoria prodigiosa al que le pasan tantísimas cosas en una semana, y que lo mismo te diseca un zorro que te planea el atraco perfecto... ese taxidermista no existe. Salvo en la enfermiza y fecunda imaginación de Bielinsky, un tipo que, por lo que se ve en su cine, tuvo que tener un aura im-presionante. Requiescat in pace.

sábado, 22 de diciembre de 2012

La conspiración, by Robert Redford

Esto es algo así como si alguien de la AVT defendiera a un etarra.

O como si una víctima de las Torres Gemelas defendiera a uno de Guantánamo.

O como si uno del PP defendiera el derecho a decidir del pueblo catalán.

O como si Belén Esteban defendiera una televisión de calidad.

O como si Mourinho defendiera el buen talante y la deportividad en el fútbol.

O como si Urdangarín defendiera una justicia igual para todos.

O como si Carmen Lomana defendiera el look de Manu Chao.

O como si el Rey defendiera los derechos de los animales.

Aunque Redford hace lo que puede por hacer creíble la historia, le sale un tostón.

Aunque Robin Wright intente salvar a su personaje, le sale un pestiño.

Aunque Kevin Kline sea un crack... Alamierda, otro año que no me toca la lotería

jueves, 20 de diciembre de 2012

La guerra de los botones, by Christophe Barratier

Esta película tenía todas las papeletas para llevarse un cero patatero como una casa. Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Resulta que me pongo a verla dispuesta a pegarle a Christophe Barratier una somanta palos tremenda, probablemente bastante merecida, y en esto que se me apalancan en el sofá mis dos hijos adolescentes, de 13 y 16 años respectivamente.

Bueno, qué se le va  a hacer? Me digo. Éstos se cansan rápido y se van a la cama; aguantan media horilla como mucho.

Pues no.  Resulta que los niños se me entusiasman y se quedan embobados con la historia de la guerrilla pueblerina esta. Disfrutan, se emocionan y se sienten identificados con los niños paletos que se pelean con los del pueblo vecino y se llevan los botones como botín. Y eso a su vez me emociona a mí.

Y pienso que para ellos es algo así como para mí a su edad era Mujercitas, esa peli de paletillas decimonónicas que veía cada año por Navidad y que me hacía llorar indefectiblemente. Con sus personajes inolvidables: la responsable, la rebelde, la frágil, la frívola... En este caso el líder, el valiente, el cobarde, el graciosillo, el brutote, el listo... Mujercitas y hombrecitos.

Pues sí, mis dos hombrecitos ahí, to flipaos, comentando entre ellos las jugadas más interesantes. "Será mierdecilla el tío? No seas tonto, que la maroma pasa de ti, chaval! Las tías cómo son, mira cómo lo putea! Pero qué pringaos, menuda paliza les van a meter! Qué cabrones los nazis, no?" En fin, entregados. Y lo mejor: no era la saga "Crepúsculo". Ni la cosa iba de superhéroes. Ni tampoco era Torrente!!!!! Wawwwww! Era una sencilla peli sobre la resistencia francesa en un pueblucho de mierda durante la gran guerra.  Y los dos pollos ahí enchufados como si fuera "El caballero oscuro"! Es o no es pa flipar?

 Y hago esta crítica desde mi condición de madre emocionada. Me gusta que haya películas con un cierto nivel ético y estético que aún sean capaces de enganchar a adolescentes criados entre playstaitons y whasaps y matanzas multimediáticas en escuelas americanas!

Que les entusiasme una historia de niños que se arrancan botones es conmovedor; es maravilloso; es un pequeño brote verde, una brizna de esperanza. Bueno, sí, qué passssssa, también tengo mi lado moñas. Algún problema?

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Luces rojas, by Rodrigo Cortés

Vale, Rodrigo Cortés, la mesa que se mueve no se mueve sola; alguien la está moviendo. Probablemente el cachondo de turno que ha propuesto echar un ratito de güija.

Vale, De Niro, llevar gafas oscuras no implica necesariamente ser ciego. Y en todo caso para ser ciego hace falta algo más que llevar gafas oscuras; por ejemplo, no ver un carajo.

Vale, Cillian Murphy, eres físico pero en lugar de dedicarte a la física vas por ahí con una profesora de universidad que se dedica a desenmascarar a psíquicos de pacotilla. Reconozco que este trabajo es bastante más interesante que el de ver caer manzanas y descubrir leyes de la gravedad, pero... para qué coño has estudiado entonces Física?

Vale, Rodrigo Cortés, después de enterrar durante casi dos horas a un tipo en tu anterior película, en ésta nos vienes con fenómenos paranormales y poderes psíquicos. Ya podías haber dotado al pobre "buried" de algún podercillo de éstos para que saliera del ataud y no pasara el muchacho tan mal rato. Y de paso al personal que se tragó la peli enterita con dos cojones y un preocupante amago de insuficiencia cardiorrespiratoria.

Vale, puedo hasta creerme que en una universidad tengan una optativa superguay sobre detección de fenómenos paranormales; de hecho, voy a desarrollar todos mis poderes para convencerme de que es posible y verosímil. La pregunta es: metemos la asignatura en una carrera de ciencias o de letras? Complicaíllo, no?

sábado, 15 de diciembre de 2012

One day (Siempre el mismo día), by Lone Scherfig

Lone Scherfig es una directora muy irregular para mi gusto. Tiene películas verdaderamente interesantes (la danesa "Wilbur se quiere suicidar", for example) y otras verdaderamente cargantes (la británica "An education"), y sin embargo indefectiblemente aplaudidas por la crítica, tanto las unas como las otras.

"One day" es las dos cosas a la vez. Por un lado es interesante el planteamiento, elegir un día fijo año tras año para contar una historia. Pongamos que partes de una fecha emblemática que a ti te dice algo, el 02-02-2002 por ejemplo. Y a partir de ahí vas contando tu historia a través de los 02-02 del resto de tu vida. Eso mola, no?

Pero por otro lado es muuuuuuy cargante el modo en que se alarga inexplicablemente la tensión sexual. Estos dos se tiran nada más y nada menos que 17 años gustándose, viéndose y poniéndose caritas de carnero degollado sin mojar ni la churra ni la merina. Muy fuerrrrte, tú.

Que oye, que no digo yo que las cosas tengan que ser a todo trapo, que está bien darle un poco de bola al amor para que así se implique el público y le entre el gusanillo, pero una cosa es un poco de bola y otra muy distinta 17 años de bola!!!! Eso aburre hasta a las cabras, joder.

Eso sí, todos esos años nos dan la oportunidad de ver una cantidad ingente de peinados de Anne Hathaway: pelo largo, pelo corto, media melena, con flequillo, sin él... Sus incondicionales gozarán como cerdos viendo a su admirada estrella con tal variedad de looks, incluído algún desnudillo que otro, aunque no os hagáis muchas ilusiones porque es bastante light.

El contrapunto lo pone Jim Sturgess, que es un tipo mono pero bastante sosito. Digamos que en la peli va ganando con los años; de joven resulta verdaderamente insoportable pero conforme se va haciendo mayor y va dejando atrás el pollinaje va adquiriendo empaque y apostura.

De cualquier forma no se entiende muy bien que dos personas que están locas por follar entre sí, sin ningún impedimento aparente, se pasen toda la vida esquivando el gran momento. Que sí, que ésa es la gracia de la película, pero oye, que maldita la gracia. Menudo invento.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Una casa de locos, by Cédric Klapisch

Pues parece que al señor este, Cédric Kaplisch, le llama mucho la atención el ambientecillo de los pisos de estudiantes de toda la vida de dios, porque en realidad los protagonistas, por muy Erasmus que sean, no hacen ni dejan de hacer otra cosa que vivir la vida loca, como todos los estudiantes que en el mundo han sido y han salido a estudiar fuera de casa. Si no, que le pregunten por aquí a unos cuantos.

Tal vez la particularidad de los Erasmus está en que en sus pisos hay un mestizaje cultural que podría haber resultado interesante si no fuera porque el director se limita a señalar una serie de topicazos sobre cada nacionalidad rellenándolos con las típicas borracheras, complicaciones erótico-festivas y discusiones sobre dinámicas higiénico-sanitarias de cualquier piso en el que se meten tropocientosmil en plan desbarre y cada uno de su madre y de su padre.

En resumidas cuentas, la película es un coñazo como la copa un pino. Igual a algunos que hayan disfrutado de la experiencia les haga pelín gracia; a juzgar por algunas críticas parece que sí, pero a la inmensa mayoría les parecerá el truñazo que es.

Los actores no son malos, son lo siguiente; el guión parece escrito directamente por una panda de Erasmus escasitos de talento en estado de resaca colectiva, y para lo que podía haber dado de sí la historia es penosa a más no poder.

Con esto de la crisis ya los Erasmus han pasado a la categoría de especie a extinguir, así que puede que esta película quede para la posteridad a modo de testimonio histórico de lo que fue una generación de estudiantes perdidos por esa Europa de dios. Esto es lo más triste porque en verdad no les hace la menor justicia. La mayoría de Erasmus son mucho más divertidos, mucho más borrachos y bastante más desfasaos de lo que se ve en la peli. Pero eso… para ellos se queda.

martes, 11 de diciembre de 2012

Los idus de marzo, by George Clooney


1. Gosling-Giamatti: los rivales políticos, G contra G. En principio podría parecer el dúo más hostil pero qué va, para nada. Es un duelo a muerte pero sólo interpretativo, tal vez las mejores escenas de la peli sean entre ellos dos. Se olfatean, se miden, se ponen trampas, sí, pero ambos buscan lo mismo aunque con distintos candidatos. De todas formas Giamatti consigue hacerle la pirula a Gosling en un round la mar de interesante. Pedazo de escena, chapeau Clooney.

2. Gosling-Hoffman: compañeros y sin embargo cordiales enemigos.  Qué grande Hoffman, y encima tiene la capacidad de engrandecer con su presencia a Gosling. No hay eclipses ni de sol ni de luna, ni el bello eclipsa al feo ni el feo al bello. Son el complemento perfecto, y lo mejor es que se intercambian los papeles de bueno y malo como los que se intercambian las putas. Inmensos los dos.

3. Gosling-Clooney: jefe y empleado, líder carismático y seguidor, actor y director. Las cosas como son, Clooney es Dios como guionista y director pero en la pantalla aquí concretamente casi ni se le ve. Su papel de político aparentemente impecable pero con sus pecadillos ocultos es el menos atractivo, tal vez por lo visto y requetevisto del rol. Ya van muchos y todos son muy parecidos; ya sabemos que cuanto más cariñositos y encantadores con sus señoras más despendolados. En su honor diré que se ha autoencomendado el papel más tontorronzuelo y menos vistoso.

4. Gosling-Tomei: la periodista y el político. También un dueto interesante. Sus diálogos son verdaderamente intensos y fascinantes: qué me cuentas, somos amigos, no?; Te puedo contar hasta aquí; si no me dices algo más mañana escribo que...; vale, escríbelo pero dejaremos de ser amigos; y yo qué gano; seguir siendo mi amiga y que te cuente cosas...  La verdad es que las relaciones entre la prensa y la política  son un auténtico submundo mucho más misterioso que el del más allá, dónde va a parar. Lo que yo daría por escuchar en secreto hablar a algunos con algunos. Y quien dice algunos dice algunas.

5. Gosling-Gosling: tu peor enemigo eres tú mismo. El Gosling del principio y el del final son la noche y el día. Precisamente en este idus, digo dúo, está el quid de la historia. Si queréis saber de qué hablo tendréis que verla y esperar hasta el final; el último primer plano de Gosling es verdaderamente demoledor. Muy triste. Y francamente desperanzador. Pero muuuuuuuuuuuuy bueeeeeeno.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Noviembre, by Achero Mañas


Casi todas las críticas que he leído sobre esta película pueden clasificar perfectamente a sus autores en dos tipos muy definidos: fachas y progres. A los fachas les repugna mayormente y a los progres suele gustarles, con contadas excepciones. Una crítica lo resume tal que así:

"Te gustará si te gustan Manu Chao, la artesanía, el 0'7, Maruja Torres, el trueque, los mercadillos medievales, Los Muertos de Cristo. No te gustará si te gustan Slaver, la ropa planchada, el cine de Peckinpah, comer caliente, la canción española, Telemadrid, cotizar a la Seguridad Social."

Qué putada, tú. A mí me gustan Manu Chao y el 0'7 y la artesanía y el trueque y Maruja Torres... pero también me gusta comer caliente y cotizar a la Seguridad Social. Ahora de qué lado me pongo?

Pues es difícil, porque a la parte de mí que le gusta Manu Chao y Maruja Torres la historia le mola, pero a la parte de mí que le flipa comer caliente le parece una majadería como una casa. Y eso que Achero Mañas, en serio, me parece un tipo comprometido y formal que pretende hacer algo honesto; y todos los actores que participan en la peli (pedazo de reparto), desde los más jóvenes, como Óscar Jaenada, a los viejos (magníficos todos pero yo me quedo con mi Juan Diego de mi alma), también se lo creen y se nota que están ahí por eso. No sé qué cobrarían pero me apuesto la cabeza a que fue una mierda.

Pero sabéis qué pasa? Que la parte mía a la que le gusta comer caliente y que cotiza a la Seguridad Social piensa en unos capullos que, con la supuesta pretensión de provocar y crear conciencia social, me pillan en un vagón de tren a las 9 de la noche, invaden mi agotado espacio vital sin yo haberlos invitado y me obligan a escuchar sus ruidosos panfletos y sus chorradas, y me entran ganas de matarlos, previa tortura.

Y esa misma parte mía se sube por las paredes al imaginar que consigo ahorrar para comprarme una entrada de ópera en el Teatro Real y unos revolucionarios de pacotilla detractores del arte oficial abortan la función para regalarme una de sus "performances" de mierrrrda.

Y me entra un cabreo que te cagas y pienso: "Ni Maruja Torres ni la artesanía ni el trueque ni los putos mercadillos medievales. Donde se ponga un buen cocido con su pringá que se quite Manu Chao, qué coño"

J. Edgar, by Clint Eastwood

J. Edgar Hoover era un coñazo de tío y una película sobre su vida no podía ser más que un coñazo de película. Un personaje plano, sin atractivo alguno, salvo que entendamos que el fundamentalismo anticomunista puede ser atractivo. Baste decir que lo más interesante de su personalidad y en lo que más ahonda la película es en su homosexualidad más o menos latente. Fascinante, verdad?

Y claro, eso explica cómo es posible  hacer un filme tan pesado y soporífero sobre un tema en principo tan apasionante como los entresijos del FBI, que fue dirigido por Hoover nada más y nada menos que durante 50 años. Pues nada, con ese material Eastwood nos machaca con una historia anodina sobre un personaje anodino que no sólo no engancha en ningún momento sino que a ratos hasta es una canción de cuna de efecto inmediato.

Que sí, que DiCaprio y Naomi Watts se lo curran, y sobre todo se lo curran sus maquilladores, que tienen que conseguir caracterizar a sus personajes a lo largo de medio siglo. Yo diría, de hecho, que ésta es una peli básicamente de maquillaje; probablemente se tiraron más horas tuneándoles el careto a estos dos que rodando.

Yo ya con tanto biopic y tanta puñeta empiezo a estar hasta el remoño. Y los actores se vuelven todos loquitos y algunos locazas cuando les proponen un papel de éstos. Uysss, interpretar a alguien importante! Qué gran reto! Estudiar posturas, gestos, forma de andar, de hablar, de fumar, de follar... Oscar seguro. Y así últimamente me he tragado un montón de truños sobre las vidas de Marilyn, la Thatcher, y un sinfín de momias más de las que, en su mayoría, prefiero no acordarme. Eso sí, todas impecablemente carcterizadas.

De ésta en particular creo que en el futuro sólo recordaré la intriga por saber si al final Hoover se tira o no se tira al estirao de su ayudante. Yo me quedé sopa mucho antes de enterarme pero mi otro, que aguantó aguerridamente hasta el final, me ha dicho esta mañana que se pegan un morreo. O sea, que encima ni eso. Clint, desde que dejó de interpretar él sus propias películas, tiene muy descuidado el tema del sexo, porque cuando las interpretaba él bien que se ponía morado. Éste es de los que ya ni folla ni deja follar.

viernes, 7 de diciembre de 2012

La hija del caníbal, by Antonio Serrano

Hey, wey, menuda pendejada! Me tragué la pinche película enterita porque había leído el libro de Rosa Montero y no me podía creer la puritita chingada, chavo.

El tal Antonio Serrano se la podía haber jalado antes de hacer este despapaye. Hijo de su pinche madre, qué cagada, weyyyy! Pobre Rosa!

Os cuento el chance. Cecilia Roth se lo monta con dos charros pero al final se cocha al más joven, que es un chilango pendejo, mientras el pobre viejo, un huevón español, se queda a dos velas. Vaya pinche changarro, weyyyy, que no?

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Las vidas de Celia, by Antonio Chavarrías

1. Vida de un policía. Luis Tosar, el camaleón de la pantalla, esta vez hace de poli y, como siempre, es el mejor del reparto, con diferencia. Un poli abandonado, perdido, amable, tierno, que da gusto que te interrogue. El poli de nuestros sueños, vamos.

2. Vida de una pringá. Cohabita con su hermana mayor y su cuñado y como pista diré que está bastante buena. Adivina cómo acaba la historia.

3. Vida de una madre de familia ejemplar. Susurritos Nimri. Una vez más no nos enteramos de nada cuando habla su personaje y tenemos que adivinar de qué va la historia por la cosa ambiental, los gestos, etc. A Najwa no la entiende ni la madre que la parió, y la muchacha persiste en hablar desde dentro de un tambor.

4. Vida de un espabilao de la vida. Éste no pierde comba. Tiene señora e hijo y cuñada buenorra en casa y disfruta de todo ello con entusiasmo. Digamos que es el principal sospechoso del crimen.

5. Vida de una muerta. La verdad es que Antonio Chavarías mucha atención no le presta a la difunta. La pobre pasaba por allí y le tocó la papeleta en la tómbola. Quién va a ser la víctima? Pues tú misma, ea, te ha tocado. Un personaje irrelevante cuyo principal atractivo es que es asesinada, lo cual da mucha vidilla a la película.

6. Vida de una familia. Ayyyy la familia, ese submundo de corrupción y vicio!!!! En la familia tiene cabida casi todo, lo mejor y lo peor. La familia te acoge, te da calor, te apoya y mata y miente por ti, pero también puede ser una pesadilla de la que sea casi imposible escapar. En esta familia en particular sobra calor y hay demasiado cariño para mi gusto.

7. Vida de un asesino. De la vida del culpable poco puedo hablar porque daría demasiadas pistas y está feo en una peli de intriga. Sólo decir que, dependiendo de las novelas policíacas que hayas leído o dejado de leer, sabrás a la legua quién es o no lo adivinarías ni borracho. Y hasta aquí puedo leer. Con esta terrible duda os dejo.

martes, 4 de diciembre de 2012

Conociendo a Julia, by István Szabó


Peli basada en una novela que he leído y que me encantó. En principio parecía un difícil reto obviar el libro para centrarme en criticar la película. Cuanto menos, complicaíllo.

Bueno, pues no; la peli de István Szabó (menudo nombrecito, eh?) está tan bien hecha que casi no se acuerda una de la estupenda novela de W. Somerset Maugham en la que está basada. Contribuyen, por supuesto, unos cuidadísimos decorados, ambientación, vestuario y música, que rozan lo sublime. Y cómo no, la estupenda interpretación de Annette Bening, que ha captado perfectamente la esencia de Julia Lambert, la actriz protagonista de la novela.

El filme tiene tres partes: el inicio, la presentación de Julia, su entorno, su vida en el teatro, y el tedio que empieza a invadirla tanto en el terreno personal como en el artístico; la segunda, en la que conoce y se enamora del jovencisimo Tom Fennell, interpretado por un sosito y nada carismático Shaun Evans; y la tercera, que podríamos denominar “La venganza”, que es la más dinámica de las tres y en mi opinión la mejor.

Como ya he dicho, Bening está guapísima y magistral, pero Jeremy Irons, que interpreta a su flemático marido, no desmerece en absoluto. Con su prestancia habitual y su distinguida apostura es el contrapunto preciso al histrionismo obligado del personaje de Julia.

Una adaptación seria, fiel y elegante. Y con el atractivo del teatro como tema de fondo y los excéntricos personajes que giran en torno a él. En definitiva, que hay que verla, disfrutarla y, si encarta, recomendarla.