lunes, 30 de diciembre de 2013

Blancanieves, by Pablo Berger

Por qué era necesario hacer una versión folklórica de Blancanieves.

Por qué era necesario enmudecer a Blancanieves.

Por qué era necesario acarajotar y paraplejicar a su papá.

Por qué era necesario contar esta historia en blanco y negro.

Por qué era necesario matar a un montón de bichos para rodar esta bazofia.

Por qué era necesario vestir a Maribel Verdú de dominatrix.

Por qué era necesario disfrazar a la madrastra de fantoche.

Por qué era necesario hacer que los siete enanitos resultaran vomitivos.

Por qué era necesario convertir un cuento apasionante en un puto rollo.

Por qué era necesario premiar a Pablo Berger por este pretencioso truño.

sábado, 28 de diciembre de 2013

El fuego de la venganza (Man on fire), by Tony Scott

Hay dos cosas en esta película que me irritan profundamente. Me irritan tan profundamente que todo lo bueno que pudiera tener o haber tenido me lo paso por el arco del triunfo tan ricamente.

Y esas dos cosas son, por estricto orden de capacidad irritativa:

1. La cámara convulsa de Tony Scott. Aquí tenemos a otro Guy Ritchie que se ha creído que hacer cine consiste en mover la cámara como si tuviera Parkinson, grabar como si fuera esquizofrénico y volver loco al espectador, que intenta en vano seguir con la vista las delirantes tomas. Odio a estos tipos, no sé de dónde han sacado la idea de que una película tiene que tener la misma estética de un vídeo de Lady Gaga. Por diosssss, desaparecerá alguna vez esta moda insoportable sólo apta para tarados y yonkis muy perjudicados??

2. Las dos chicas de la película, la madre y la hija. De qué van estas dos prendas. Llega Denzel Washington a la casa para trabajar como guardaespaldas de la nena y de inmediato, sin casi intercambiar media palabra, la madre se echa a babear como una posesa, y la hija, una niña de diez años, empieza a portarse como una Lolita desquiciada, y ya esa misma noche le pone el nombre del guardaespaldas a su osito de peluche, el osito Chrissy, y se abraza a él para dormir con cara de haber echado veinte polvos del tirón. Pero esto qué es lo que es. Vale que Denzel es un tío guapo, alto, atlético y estiloso y vale que impresiona al primer golpe de vista, pero... joder, en la vida hay algo que se llama disimulo, pundonor, vergüenza torera... En fin, ese tipo de cosas que hacen que una no se tire al barro y se ponga a pegar gritos histéricos cada vez que ve a un tío cachas.

Y entre las dos babosas, madre e hija, y la cámara esquizoide del trastornado Scott puedo prometer y prometo que me pasé toda la película cagándome en la puta madre del director y de toda su nación.

Por qué ya no hay películas en las que la cámara se quede quietecita en su sitio, grabando, como toda la vida de Dios. O como mucho haciendo travellines, pero a la velocidad del ojo humano. Por qué ya no hay niñas en el cine que parezcan niñas y no putones en miniatura. Joder, por qué, por queeeeeé.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Up (Animación), by Pete Docter y Bob Peterson

Pete Docter y Bob Peterson han diseñado para Disney... tachán tachán...

La peli navideña perfecta!! Con los siguientes ingredientes:

1. Abuelete viudo con cara de Spencer Tracy.

2. Enemigo malvado con cara de Kirk Douglas.

3. Boy scout regordete con cara de perro pachón.

4. Perro pachón con cara de boy scout con mofletes.

5. Manada de perros pachones salvajes con cara de hienas.

6. Pajarraco de colores con cara de agaporni ebrio y drogadicto.

Si a esto le añades una casa volante, unos globitos y un bello paisaje...

Y lo aderezas con un bello canto a la amistad, tenemos...  Disney Channel!!

sábado, 21 de diciembre de 2013

Solas, by Benito Zambrano

El mismo día en que Kiko Rivera confiesa en el "Sálvame Deluxe" que su hermana Chabelita no es una buena hija y que su cuñado es un auténtico golfo, mientras las redes sociales arden y el mundo entero se convulsiona, yo vuelvo a ver "Solas" muchos años después de haberla visto por primera vez.

Y con ese sabio punto de vista que da ir zappeando del "Deluxe"  al cine de la 2, llego a las siguientes conclusiones:

1. "Solas" es una película diseñada para llorar casi tanto como cuando Kiko Rivera dice: "Yo hasta que me muera defenderé a mi madre".

2. Benito Zambrano viene a ser un poco como Jorge Javier Vázquez. Azuza a unos personajes contra otros y espera que salten las chispas y que la tensión haga el resto. En el fondo no es muy distinto lo que hacen el uno y el otro.

3. El papel de María Galiana es calcaíto al que hace en  "Cuéntame". Se ve que pilló un registro la mujer y se dijo: "Si he ganado un Goya por esto para qué voy a cambiar". Por cierto, como ya viene siendo costumbre en los Goyas, molan los actores revelación minusválidos o deficientes o niños o jubilados. Cualquier cosa menos un actor profesional es buena para ganar un Goya Revelation.

4. La borracha preñada de "Solas" vendría a ser como la Belén Esteban del "Deluxe", un personaje trágico, destinado a caer una y otra vez en la misma piedra pero que siempre tiene alguna coartada para justificar sus cagadas, de las que por cierto ella nunca tiene la culpa.

5. María Galiana interpreta a una madre coraje que por su hija lo daría todo. A quién me recuerda esta madre? Pues inevitablemente a un momento histórico en el panorama mediático español: Pantoja en el escenario ante la reina Sofía con Paquirrín-Kiko en brazos: "Majestad, ante todo soy madre".

6. La protagonista de la película es una alcohólica "Borracha y sola en la vida" que un buen día se redime y comprende que su madre era un crack. Con unos cuantos kilos de más y un poco más fea podría ser perfectamente Kiko Rivera.

En definitiva, "Solas" es el "Sávame Deluxe" del cine alternativo: mucha mierda, mucho victimismo y mucho hombre muuuuu malo puteando a mujeres muuuuuuuuu buenas y muuuuu indefensas.

Zambrano demuestra ser un auténtico maestro en el arte de conmover corazones; no le falta un detalle: abuelillo solitario con perro pastor de tiernos y meláncolicos ojos, abuelilla encantadora que hace punto en el hospital mientras cuida a su marido maltratador, hija alcohólica preñada de la que todos los hombres se aprovechan... Si lo piensas podrían ser todos ellos pefectamente colaboradores del "Sálvame", que no?

jueves, 19 de diciembre de 2013

Los últimos días, by Álex y David Pastor

Apocalypse now, yesterday and for ever.

Básicos de una peli postapocalíptica de pro:

1. Mucha negrura, que se vea poco y mal. O mejor, nada.

2. Mucha mierda, que se huela tras la pantalla.

3. Mucha cara de mala leche, que todos quieran joder a todos.

4. Mucho harapo, que cambiarse de ropa en pleno findelmundo está feo.

5. Mucha hambre, inexplicablemente, porque carne muerta sobra.

6. Mucho actor buenorro pero desmejoraíllo a base de trucos varios.

Y Quim Gutiérrez y Coronado se ponen todo lo feos que pueden.

Y Álex y David Pastor mezclan, aderezan y... les sale este truño.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

The Deep Blue Sea, by Terence Davies

Como no teníamos bastante con Madame Bovary y todas sus congéneres adúlteras, aquí tenemos otro caso más de descerebrada que deja casa, marido solícito y complaciente, hijos en caso de que los hubiere, y todo tipo de comodidades para salir corriendo en pos del primer capullo igual de descerebrado que le dice por ahí te pudras.

A mí es que me cuesta muchísimo sintonizar mínimamente con este tipo de historias porque por lo general me paso la película entera deseando abofetear a la tía y sin comprender cómo es posible que su correspondiente amante no se deshaga de ella aunque sea a machetazo limpio.

Invariablemente todas ellas terminan resultando unas petardas de cuidado, un verdadero tostón; algunas intentan suicidarse para culpabilizar al amante por no quererlas tanto como los quieren ellas; otras se pasan el día echando broncas, que si salen, que si entran, que si se ven con otras mujeres… Pero qué querías, criaturita de Dios, reconvertirlo a la monogamia de por vida y ser ya tú la única por siempre jamás?

En este caso la tía es una de las más peores con las que me he topado. No le falta un detalle: intento de suicidio, broncas a destajo, morros hasta los pies, súplicas patéticas… Diosssss mío, cómo lo siento por Rachel Weisz, que es una de mis actrices favoritas, pero creo que ya nunca podré olvidarla en este rol. Hasta la mejor actriz del mundo se viene abajo en estos papeles porque todas los hacen exactamente igual, es casi una interpretación de manual: cara de carnero degollado permanente, ojitos brillosos y titilantes todo el tiempo y temblor corporal intermitente. Rachel, por qué aceptaste esto, mujer?

Por supuesto, como es su costumbre, entre tanto Terence Davies va intercalando cancioncillas irlandesas. En este caso nos deleita ni más ni menos que con la letra del himno oficioso irlandés, que dice tal que así: "Molly Malone va gritando: berberechos y mejillones vivos, ohhh, sí, vivos, vivos”.

Pobre Molly Malone, condenada hasta el fin de los tiempos a ir por ahí chillando gilipolleces para solaz de borrachos irlandeses cantarines. Qué cruz.

martes, 17 de diciembre de 2013

El club de la buena estrella, by Wayne Wang

Si te metes en la Wikipedia buscando a Amy Tan te encuentras con la siguiente entrada: “Escritora de Estados Unidos que explora las relaciones entre madres e hijas y lo que significa ser parte de la primera generación de Asiáticos Americanos”.

Pues ya está todo dicho. Con esta presentación queda claro para quién fue escrita esta novela y para quién fue hecha esta película. Porque salvo que seas una madre o una hija o seas inmigrante asiática esto es un rollo macabeo de proporciones monumentales.

Y mira, aunque seas una madre o una hija, puede seguir siendo un rollo insoportable, porque además (esto se le olvidó decirlo a los de la Wikipedia) esta mujer ahonda en relaciones madre-hija, pero “superconflictivas”, vamos, que si tienes unas relaciones más o menos normales con tu madre o con tu hija, con sus más y sus menos pero nada digno de ser elevado a los altares de la literatura, pues esta historia te parecerá un coñazo de padre y muy señor mío, que es lo que me pareció a mí.

Porque es muy poco probable que te encuentres en una misma película a tantas madres juntas con un pasado traumático y a tantas hijas con unas relaciones tan problemáticas con sus madres. Os cuento un poco por encima: una madre que mató a su propio hijo allá en la China, otra que abandonó bajo un arbolito centenario a sus dos hijas gemelas, otra que fue brutalmente violada… y así todas las madres.

Y luego las hijas, cuatro hijas igualmente incomprendidas por sus cuatro madres. Ninguna madre está, en principio, contenta con la hija que le ha tocado, aunque luego al final resulta que no, que todo era una falsa impresión y que las cuatro progenitoras están en realidad superorgullosísimas de sus hijas, las cuales, por supuesto, terminan siendo todas hijas ejemplares completamente dignas de la más exigente mamá asiática.

Wayne Wang adapta la novela con total fidelidad a la intención lacrimógena de Tan y nos obsequia con una historia (magníficamente ambientada y sustentada por un estupendo elenco de actrices asiáticas de todas las edades, eso hay que reconocerlo) que puede interesar básicamente a quien interesen las novelas de la escritora, o sea, a mujeres problematizadas por sus relaciones familiares y preferiblemente orientales.

Si eres hombre directamente te aburrirás como una ostra y no entenderás nada. Si eres mujer pero mantienes una relación más o menos normal con tu madre o con tu hija esto te sonará a chino, que además es lo que es. Y si eres mujer y tienes problemas con tu madre o con tu hija de todas formas te sonará un poco raro que se puedan juntar en un mismo relato tantas mujeres con tantos problemas con sus madres y con sus hijas.

Ahora bien, si eres fan de las historias lacrimógenas de Amy Tan esta película te encantará. Y si en general te gustan los dramones de todo pelaje, principalmente familiares, también te lo puedes pasar pipa. Al resto del personal le aviso desde ya de que es superlarguísima y supercoñazo y que verla entera puede ser muy heavy.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Haz lo que debas, by Spike Lee

Que el calor es muuuuuy malo nadie más autorizado que yo para decirlo. Como cordobesa de pro tengo que reconocer que vivir a 40 grados no es fácil y que es verdad que entra bastante mala leche cuando se suda a todas horas y no hay tregua para lo que por aquí llamamos “la caló”.

Ahora bien, como miembro de una comunidad en la que se convive gran parte del año con altísimas temperaturas, tengo que informar a los ignorantes de que cuando se echa “la caló” todo el mundo procura aliviarla en la medida de sus posibilidades. Naturalmente el que se lo puede permitir ( y el que no también, y se empeña hasta las cejas si hace falta) tiene en su casa aire acondicionado, pero si no lo tienes lo primero que haces es ponerte a la sombrita, echar todas las persianas y meterte en la ducha cada media hora sí o sí. Y tener el botijo bien a mano para evitar la deshidratación.

Y no hay que ser un experto para saber estas cosas, que ahora te las dicen invariablemente todos los veranos por la tele como si hubiera que hacer una carrera para tomar estas medidas de puro sentido común mezclado con instinto básico de supervivencia.

Os diré lo que no se le ocurre a nadie hacer si se está a 40 grados a la sombra. A nadie se le ocurre sentarse al solecito todo el día como hacen los tres negros vagos de esta película. Y a nadie se le ocurre abrir las ventanas de par en par y sentarse al sol en el alféizar como hace la hermana madre, eso sí, meneando su pai-pai con mucha gracia.

Señores: LA GENTE NO SE PONE AL SOL CUANDO HACE 40 GRADOS!!!! Salvo que estés en la piscina remojándote todo el rato o que seas un tarado. No es de extrañar, por tanto, que toda esta panda de gilipollas termine como el rosario de la aurora porque llevan todo el puto día PUESTOS AL SOL A 40 GRADOS.

Así claro que se fríe hasta la última neurona. Y hasta puedes padecer un golpe de calor y morirte sin necesidad de que haya un brote racista ni nada por el estilo. Es que si te pones al sol a 40 grados y sin botijo al lado lo normal es que te mueras, jodeeer.

Cómo puede ser que Spike Lee ignore un hecho tan fundamental para la supervivencia de su especie. Cómo este tío se ha podido saltar a la torera todas las reglas básicas del sentido común para contarnos una historia rarísima de racismo en la que todos odian a todos y se van calentando los unos a los otros con las altas temperaturas, sin ni siquiera buscar una trsite sombrita en la que refugiarse.

Yo al único que salvaría en toda esta historia es a Danny Aiello. El suyo es el único personaje que parece tener algo de solidez y además él parece ser el único actor que se siente cómodo en su papel, tal vez por ser consciente de que es el único creíble. Y para colmo es el único que permanece todo el tiempo a la sombrita de su restaurante y no se dedica a hacer capulladas. El resto son una panda de memos que, sinceramente, si se hubieran matado todos unos a otros en la revuelta tampoco se hubiera perdido gran cosa. Al revés, la humanidad ganaría un montón sin tanto imbécil.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Relaciones confidenciales, by Daniel Algrant

Los dos protagonistas indiscutibles de esta película son Al Pacino y Nueva York. Un Al Pacino cascado, derrotado, tambaleante, perdedor y al borde del colapso. Y una Nueva York que no le va muy a la zaga: sórdida, inclemente, despiadada y hostil.

Hay durante todo el film un paralelismo claro, una identificación absoluta entre el personaje principal (por cierto, qué grande Pacino) y la ciudad. Con la particularidad de que a Pacino se le presenta una esperanza en forma de una madura y preciosa Kim Basinger y a Nueva York no hay quien la salve.

Nueva York y sus mafias, Nueva York y sus políticos corruptos, Nueva York y sus antros de vicio, Nueva York y sus inhóspitas calles en las que puedes morir perfectamente sin que nadie se dé cuenta.

Y personajes desalmados como el que interpreta Ryan O’Neal, la estrella de cine que pretende entrar en política por la puerta grande y que para ello depende de que sus esbirros le tapen las vergüenzas.

Película dura, sin concesiones, Daniel Algrant no se rinde en ningún momento a lo comercial… No es trepidante, no tiene una acción vertiginosa que mantenga al espectador aferrado a su sillón, pero tiene diálogos brillantes y personajes vivos.

Y un Al Pacino que se come la pantalla con patatas. Yo diría que si no es la mejor de sus interpretaciones sin duda es una de las más auténticas. Y por cierto, de las más infravaloradas.

martes, 10 de diciembre de 2013

El cabo del miedo, by Martin Scorsese

Lo mejor que se puede decir de una película de miedo es que da miedo. Y a mí esta película siempre me ha dado muuuuuucho miedo. Debo reconocer que la banda sonora contribuye bastante porque es realmente aterradora, pero lo importante en definitiva es que el conjunto acojona.

También pertenezco al club de los que piensan que, cosa poco frecuente, esta versión mejora a la original de 1962, aunque los dos Roberts, De Niro y Mitchum, están muy igualados en mi apreciación personal. Ambos dan un miedo de morirse y dotan al personaje de una cara de depravado capaz de cualquier cosa que provoca auténtico terror.

Por cierto, gran detallazo el de Scorsese al meter en sendos papelitos a los dos protagonistas de “El cabo del terror”, Robert Mitchum y Gregory Peck. Es como si al leer el guión ellos mismos se hubieran dado cuenta de que lo que se estaba gestando era una versión mejorada y hubieran querido participar en ella.

Que algunas escenas son tan exageradas que se vuelven inverosímiles? Tal vez, no seré yo quien lo discuta, pero todo transcurre en una atmósfera tan opresiva y angustiosa que a mí personalmente no me choca que el personaje de De Niro parezca tan todopoderoso e invencible.

No me cuesta nada creer que un tipo que durante los últimos años ha dedicado cada minuto de su vida a tramar una venganza realmente tenga ese poder y esa fuerza sobrehumanos. Es que no ha tenido otra cosa que hacer más que prepararse para el gran momento.

Y luego está el planteamiento moral de la peli. Vale, el ex-presidiario está chalado y sólo busca venganza, pero qué me decís del abogado? Fascinante e inolvidable el interrogatorio al que lo somete De Niro hasta que termina confesando que efectivamente le falló en el juicio. Im-presionante.

jueves, 5 de diciembre de 2013

A golpes, by Juan Vicente Córdoba

Hay bastante gente a la que yo le recomendaría esta película.

Ahí va un pequeño listado de posibles fans:

1. Los aficionados a las peleas de barro femeninas.

2. Los aficionados a las peleas femeninas a tirón de moño.

3. Los aficionados a las peleas femeninas en general.

4. Los aficionados a las tías buenas jadeantes y sudorosas.

5. Los aficionados a Natalia Verbeke, que suda y jadea muy bien.

6. Los aficinados a las tías buenas que nadan en pelotas, o sea, todos los tíos.

7. Los aficionados a follar dentro del agua, o sea, todos los tíos.

8. Los aficionados a follar en el coche, o sea, todos los tíos.

9. Los aficionados a follar en general, o sea, todos los tíos.

10. Los aficionados al cine guarrillo de Juan Vicente Córdoba.

En general se la recomendaría a todos los tíos, cuanto más salidos mejor.

Menos a los aficionados al boxeo, porque según ellos hay poco boxeo. Hay gente pa to.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Siete psicópatas, by Martin McDonagh

Mea culpa. Después de haber padecido con estoicismo el espanto de "Escondidos en Brujas", la opera prima de Martin McDonagh, tenía que haber supuesto que esto sería más de lo mismo pero sin el atractivo adicional de ver esa maravilla de ciudad que es Brujas. Y así fue.

“Siete psicópatas”. Ya el título echa para atrás, porque yo soy muy de pelis de psicópatas, pero siempre de uno en uno, que dé lugar a que se familiarice una con el pirado y se le coja afición. Siete psicópatas de un tirón sólo pueden llevar a una cosa: la desafección. Sí, esa palabra tan de moda que se aplica ahora tanto a los políticos. Pues con los psicópatas pasa igual, cuando hay saturación y sus tropelías se acumulan y se enganchan unas a otras, terminan provocando desafección en el espectador.

De todas formas la peli está bien para la gente que guste de profusiones sanguinolentas porque es bastante gore y guarrilla y se nota que no repararon en tomate. Algunas escenas, de hecho, parecen sacadas directamente de la Tomatina de Buñol.

Lástima que Colin Farrell le haya tomado tanto apego a McDonagh y le secunde en todos sus delirios porque este tío es bastante pesado y se ve ya que lo suyo son las tarantinadas pertinaces. Y lo siento porque a mí Farrell me gusta un montón pero creo que con dos experiencias de éstas he tenido suficiente. De hecho he terminado más quemá que la pipa un indio. El próximo engendro que lo vea su tía, hala.

martes, 3 de diciembre de 2013

Y tu mamá también, by Alfonso Cuarón

ESCENA PRIMERA

El pinche pendejo A aparece follando con una muchacha y justo después aparece el pinche pendejo B en otra habitación follando también. Y les digo pinches pendejos no con ánimo de insultar sino porque así se llaman ellos mismos mutuamente todo el rato. Y mientras follan hablan, hablan constantemente y sin parar, pero no se les entiende nada porque hablan en mexicano profundo y su discurso es prácticamente ininteligible.

Hace tiempo que vengo preguntándome por qué no subtitulan este tipo de películas en las que entre modismos locales, modismos generacionales y tacos nacionales es imposible enterarse de buena parte de los diálogos. Con todo y con eso, haciendo un gran esfuerzo se consigue entender que las novias de los dos pinches pendejos, que además son pijos de morirse y de cagarse, se van de vacaciones a Europa y que ellos se quedan de Rodríguez más contentos que unas pascuas. Fin de la escena.

ESCENA SEGUNDA

Los pinches pendejos dejan a sus novias en el avión y se montan en un coche, por supuesto, hablando sin parar. Tampoco se les entiende ni papa pero por los gestos conseguimos adivinar que uno de los dos ha echado una flatulencia bastante hedionda. Lo adivinamos porque el otro se tapa la nariz poniendo cara de asco y dando grititos mientras abre precipitadamente la ventanilla de su lado.

Al cabo del rato de enigmática charla podemos adivinar que el que antes abrió la ventanilla se tira ahora él un cuesco y es el otro el que pone cara de asco, chilla y se tapa la nariz. Después de eso se van a su casa, que es una mansión, y siempre sin parar de hablar se fuman unos canutos. Fin de la escena.

ESCENA TERCERA

Los dos pinches pendejos están en una boda de mucho postín en la que incluso está presente el presidente de la República. Rodeados de pijos y muy elegantemente vestidos naturalmente, como no podía ser menos, siguen hablando sin parar, copa en mano.

Lo siguiente es que descubren en la boda a Maribel Verdú y acuden a saco como los dos pendejos salidos que son. Lo bueno de esta escena es que ya conseguimos enterarnos de algo por las réplicas de Verdú, que habla con plena corrección y en un tono que permite sin problemas entender su discurso. Así nos enteramos de que los dos pinches pendejos se la pretenden follar llevándosela de viaje a la playa. Ella no dice ni que sí ni que no, se deja querer y les da cuartelillo a los dos prendas. Fin de la escena.

ESCENA CUARTA

Los pinches se encuentran en una piscina, cada uno tumbado en un trampolín, y se están echando sendas pajas. Como es de prever siguen hablando y hablando en su dialecto pendejo y contándose batallitas el uno al otro, y así terminan eyaculando cada uno en su trampolín mientras una cosa blanca y viscosa que se supone que es su semen cae y se disuelve dentro del agua de la piscina.

Y es entonces cuando ya harta de coles, de ver hacer el imbécil a los dos pinches pendejos, de no enterarme ni papa de lo que dicen (aunque no creo que me haya perdido gran cosa, la verdad) y de tener que verlos gasearse a placer y cascársela y correrse en mis narices, cojo el mando a distancia y me tiro al barro pasándome a Intereconomía. Puestos a ver guarradas las prefiero nacionales. Alfonso Cuarón, pinche pendejo, vete a estirarte el pellejo. Fin de la escena.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Noche loca, by Shawn Levy

De entrada lo diré alto y claro: la película es un truño de proporciones importantes, muy en la línea de todo lo que hace su director, Shawn Levy. Por tanto, que nadie se llame a engaño por lo que voy a decir a continuación.

A pesar de su estolidez general hay un par de cosillas por las que se salva de la quema total. Una es su pareja protagonista, sobre todo Steve Carell, que para variar es un cómico que hace gracia de verdad; nada que ver con el histrionismo de “Muequitas” Carrey, por ejemplo.

Otro “atractivo” es el plantel de secundarios; hay un montón de apariciones más o menos breves de estrellas relumbrantes, algunas en papeles muy divertidos. La verdad es que no sé como se prestaron a participar en esta patochada, igual son muy amigos de Levy o de Carell o del productor, vete tú a saber.

Por lo demás la historia es un rollo morollo; es superprevisible y no tiene el menor interés pero hay un par de escenas desternillantes que merecen la pena: la persecución con los dos coches enganchados y el encuentro de la pareja Tina Fey y Steve Carell con Mark Wahlberg. Son diez minutos de risa, pero bueno, menos da una piedra.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Grease, by Randal Kleiser

Cuando uno de mis hijos era pequeño (dos o tres años) se convirtió en un auténtico fanático de "Grease". Un día vio la película en la tele, se quedó embobado, y desde entonces cuando lloraba siempre señalaba la pantalla y gritaba: "Deni Suuuuuko, Deni Suuuuuko" (Danny Zuko es el protagonista de "Grease", por si alguien no lo sabe.)

Yo no sé lo que le dio con la película, pero el caso es que, visto lo visto, se la grabamos y se pasaba las horas muertas sentado delante de la tele escuchando las canciones de ese musical que había marcado la juventud de dos generaciones anteriores. Y si "Grease" ya era una de mis películas favoritas de todos los tiempos, desde que se convirtió en el juguete preferido de mi hijo, en su sonajero, en su carrusel y en su nana... directamente la puse en un altar. Y a su director, bendito Randal Kleiser.

Los niños y los borrachos no engañan. Si hay una música capaz de embelesar a un mocoso hiperactivo, ésa es la de "Grease". Si hay una historia capaz de convertirse en icono pop de toda una generación, ésa es la de "Grease". Y si hay una coreografía millones de veces llevada a escenarios de colegios e institutos de todo el mundo en fiestas de fin de curso, ésa es la de "Grease".

Cientos de veces la he visto y probablemente cientos de veces la volveré a ver y nunca puedo evitar cantar esas canciones y bailarlas ante la pantalla. Que la historia es una gilipollez?? Vale, pero a quién le importa?? Hay una banda sonora más escuchada en la historia del cine?? 26 millones de copias se vendieron en su día; son muuuuuchos millones de copias.

Quién no se ha disfrazado alguna vez de Olivia Newton-John en versión rockera-domina. Y quién no ha querido subirse encima de un Cadillac para cantar "Grease lightning go grease lightning". Y quién no ha lloriqueado para sus adentros "Whyyyyyyyy you let me, ooooh Sandy". Y quién no ha coreado aunque sólo haya sido una vez aquél "You're the one that I want, ooooh oooh ooooh, honey, the one that I want".

Así que cuando hoy mi hijo de 16 años, zapeando, ha chillado "Mamaaaaaaá, Deni Sukooooooo", he pensado: Qué coño, "Grease" se merece un diez. Por haberme hecho cantar y bailar durante años, por haber aprendido inglés coreando las letras de sus canciones y porque durante meses fue el tranquilizante perfecto para un enano de tres años que no se estaba quieto ni a tiros. Y por algunos momentos estelares:

- El embarazo "secreto" de Rizzo, el personaje más entrañable (magnífica Stockard Channing).

- Los andares inolvidables de Danny Suko y su peine, siempre a punto.

- He suspendido hasta la Gimnasia!!!! - Ah, pero... teníamos Gimnasia??

- Danny y Sandy sobre la tarima movible. "You're the one that I want, ooooh oooh ooooh, honey".

Sí, soy una friki, qué passsssssa.

Nadie es perfecto.

viernes, 29 de noviembre de 2013

La letra escarlata, by Roland Joffé

Película dirigida por el alabadísimo Roland Joffé (“La Misión”) cuyo principal atractivo, lo digo desde ya sin disimulos, es la aparición estelar, como su madre lo trajo al mundo pero un poco más crecidito, del bello y gallardo Gary Oldman.

La cosa va de amoríos clericales. Os cuento: una señora se va a vivir a un pueblecito de la América profunda y un buen día, paseando por el bosque, ve en un lago solazándose en sus cristalinas aguas a un hermoso doncel en pelota picada. La moza, como es natural, se queda muy favorablemente impresionada, y cuando descubre que el bello caballero del lago no es otro que el reverendo de la comunidad, pues ya no hay nada que hacer, se ha quedado kao.

Y yo la entiendo, que conste. Una va por ahí tan tranquila, sin saber que a la vuelta de la esquina puede esperarla una inquietante visión varonil que cambia su vida para siempre, y claro, no estamos preparadas psicológicamente, no tenemos defensa para esas cosas. En definitiva, que la señora y el clérigo sucumben a la pasión y echan un polvo muy bonito entre tenues luces titilantes, se comen los morros, se agarran de sus respectivas melenas y es de suponer que disfrutan de sendos orgasmos con toda probabilidad simultáneos, a juzgar por el cuelgue descomunal que se pillan.

Total, que la mujer esta se pierde por completo, y como perdida que es, las autoridades del pueblo la castigan obligándola a ponerse una letra colorada (concretamente una A) en la pechera de su vestido, que también es coñazo tener que estar con la A para arriba y para abajo poniéndola en todos los vestidos. Bien le podían haber dado unas cuantas para que se las cosiera en cada prenda para no tener que andar en plan quita y pon todo el día. Menos mal que tampoco tiene la mujer demasiada variedad en su vestuario y con un par de blusitas está apañada.

El castigo de la A sobre el pecho por lo visto es la hossstia. Lo que son las cosas, hoy en día todo el mundo lleva sudaderas con letras y el castigo justamente es no tener letrita que llevarse al pecho. A mí personalmente me parece mucho peor el otro castigo que le ponen, que es un tamborilero que la sigue a todas partes tocando una espantosa melodía tamboril. Eso sí es una putada y lo demás es tontería.

En fin, una de esas historias coñazo que sólo están justificadas en función del polvo cenital y de la indiscutible belleza de los protagonistas. La conclusión es clara. Una mira a Rouco Varela y se lo imagina en pelotas nadando en un lago y es inevitable una reflexión: madre mía, cómo ha degenerado el clero. Qué pena.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Sucedió en Manhattan, by Wayne Wang

Dicen por ahí los sabios críticos a los que leo con fruición que ésta es una nueva adaptación de la Cenicienta, una Cenicienta moderna más, vamos, una mala copia de “Pretty woman”. Pues miren ustedes, señores críticos, será una copia, no digo yo que no, pero en mi opinión, un poquito menos infumable que el original. No demasiado pero lo suficiente para poderse ver sin vomitar hasta la primera papilla.

No nos engañemos. Es, al igual que “Pretty woman”, una historia insustancial, ideada para mentes simples, y poco evolucionadas, casi al borde de la subnormalidad, pero sin embargo hay un par de cosillas que hacen que sea una mijilla mejor, o menos mala. Por ejemplo una cierta voluntad de realismo en los personajes.

La protagonista esta vez no es una puta callejera impresionante de la que se enamoran locamente sus clientes multimillonarios sino una camarera de hotel, guapita y con un culo estupendo pero dentro de la normalidad, que tiene que aguantar todo el día las chorradas e impertinencias de su pija clientela. Un personaje con el que, esta vez sí, pueden identificarse cienes y cienes de trabajadoras de la hostelería que saben perfectamente lo que es tener que tratarse a diario con lo más granadito del tonterismo nacional e internacional.

Por otra parte, puestos a desear que aparezca un príncipe azul a salvarnos de nuestra cochina vida laboral, yo qué quieres que te diga, prefiero mil veces que tenga la cara y la apostura de Ralph Fiennes que la insulsez estirada y gélida de Mister Gere.

En definitiva, unos personajes algo más hubaaaanos y una historia con ciertos visos de realidad dentro de la estupidez habitual e inevitable de la comedia romántica made in USA. Hay que reconocerle a Wayne Wang que con el material que tiene entre manos no hace algo demasiado cochambroso y nauseabundo. Se puede hasta ver con relajo sin subirse por las paredes y bostezando lo justo.

Lo peor, cómo no, el niño. Éste encima nos ha salido rarito y de mayor quiere ser político. Si ya de por sí los personajes infantiles son insoportables en estas películas, ver al mocoso este aficionado a leer biografías de políticos como Nixon o Kissinger, podría hacer echar la pota hasta a una cabra montés. Pero en fin, mirando al nene lo mínimo posible y centrándose en el príncipe azul Fiennes la cosa se hace llevadera. Palabrita.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

En el nombre del padre, by Jim Sheridan

Primera de las dos películas en las que Jim Sheridan y Daniel Day-Lewis abordan el tema de Irlanda con el trasfondo del terrorismo del IRA. En este caso se trata de un irlandés falsamente acusado y condenado por un atentado y su lucha por demostrar su inocencia. Nuevamente el tándem Sheridan-Day Lewis lleva a cabo un trabajo memorable con gran éxito de público y crítica.

La película es muy interesante, bastante emotiva y da mucho que pensar. Por ejemplo da que pensar en cómo funciona, o más bien disfunciona, la justicia: los juicios paralelos, los linchamientos públicos, la actitud histérica de la sociedad frente al terrorismo, etc. Pero no llega, en mi opinión, a la perfección técnica de “The boxer”, para mí la mejor película de Sheridan con diferencia.

La principal pega que le encuentro es que el guión presenta grandes desproporciones. Hay una primera parte de presentación de los personajes que se alarga indefinidamente: el protagonista, su familia, sus amigos, su viaje a Londres, la casa-okupa… En fin, todo lujo de detalles, muchos de ellos perfectamente prescindibles y algunos incluso cansinos. Luego viene una segunda parte bastante equilibrada en la que Sheridan nos da cuenta de la estancia en prisión del protagonista y de su padre. Lo típico de las pelis carcelarias: motines, rencillas entre presos, drogas, violencia… Bien, le dedica el tiempo preciso, nada que objetar.

Y aquí viene lo que no me gusta. Llega el final, la demostración de la inocencia de Lewis y sus compañeros y Sheridan lo despacha en dos minutos. De repente la acción se vuelve trepidante y en un pispás se ha solventado la cosa. Para mí es la parte más apasionante y la veo francamente insuficiente en relación al resto del metraje, sobre todo del tiempo excesivo que le dedica a la primera parte. Ése es el principal motivo por el que creo que no llega al nivel de excelencia de "The boxer", aunque no por ello deja de ser altamente recomendable.

lunes, 25 de noviembre de 2013

La noche del cazador, by Charles Laughton

Por qué lo que en la novela de David Grubb daba miedo aquí da risa.

Por qué la niña, que en la novela inspiraba ternura, aquí inspira repelús.

Por qué Charles Laughton no para de sacar planos de la puta muñeca.

Por qué Robert Mitchum persiguiendo a los niños tropieza tanto.

Por qué nadie se da cuenta de que es un cabrón, si se le nota a la legua.

Por qué a un tiarrón como Mitchum lo chulean dos mocosos y una vieja.

Por qué Lillian Gish habla sola mirando al techo como una demente.

Por qué Laughton, ese gran actor, se tuvo que meter a director.


sábado, 23 de noviembre de 2013

Los miserables, by Tom Hooper

Crítica diseñada para ser a dúo cantada.

Con musiquilla de Bach podría quedar genial

- Holaaaaa, holaaaaaaaaa, estoy muy solaaaaaaaaaaa!

- Y por qué estás tan soooola. Acaso es porque te moooola???

- No me hables no me hableeees, es que vi "Los miserableeees"

- Pero cuenta, qué pasoooooó.  Dime quién te abandonoooó.

- Toda mi familia en pleeeeno, cuando el estómago estuvo lleeeno.

- Y por qué te abandonaaaaaron. Dime por qué se acostaaaaaron.

- Porque estaban aburriiiiidos de escuchar tantos berriiiidos.

- Mas con tan beeeellas cancioooones, no me toques los cojoooones.

- El primeeeero se acostoooooó cuando Anne Hathaway aparecióooó.

- Pero qué clase de geeeeeenteee vive con esta demeeeenteee.

- Y el últiiiiiimo aguantooooó hasta que Crowe muriooooooó.

- Vaaaaya familia ignoraaaaante, y del arte poco amaaaaaaante.

-  De Hugh Jackman me dijeeeeeeron que parecía un toreeeero.

- No se puede soportaaaaaaar tanta insensibilidaaaaaaaaad.

- Pues de Tom Hooper dijeeeron que se metiera a fontaneero.

- Pero querida señoooora, usted aguantó hasta qué hooooooora.

- Yoooooo las dos horas y meeeeedia, pues mi pundonor me aseedia.

- Pero algo te gustaríiiiiaaaaa. No digas que no, hija míiiiiiiiaaaaa.

- Pues siiiiiiiiiií, me gustó bastaaaaante un jersey que vi de aaaante.

- Pues vaya mierda opinióooon de este gran peliculóoooón



viernes, 22 de noviembre de 2013

Un romance muy peligroso (Out of sight), by Steven Soderbergh

Funciona el innegable carisma de George Clooney.

No funciona el equilibrio en la mezcla romance-thriller.

Funciona el grupito de secundarios, menuda panda de atracadores.

No funciona el rollo de la cárcel-gimnasio al aire libre, ni de coña.

Funciona el momento maletero del coche, eso es un encuentro guay.

No funciona la interminable secuencia del robo de los diamantes, un coñazo.

Funciona el oficio de Soderbergh y su peculiar manera de entender el cine.

No funciona... el final. Sinceramente, esta historia se merecía otra cosa.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Headhunters, by Morten Tyldum

1ª PARTE: EL HOMBRECILLO.

El protagonista, interpretado por un actor bastante feo y sin pestañas que atiende por el nombre de Aksel Hennie, empieza diciendo que mide 1’68 y que está casado con una pedazo de bichaca rubia impresionante de 1’80. Conflicto a la vista.

Es el típico caso de individuo que se enrolla con una tía muy por encima de sus posibilidades, y claro, para compensar y tener a la muchacha contenta, se dedica a robar obras de arte. Un lumbreras, vamos.

2ª PARTE: MOMENTO SCAT.

Os acordáis de la escena de “Trainspotting” en la que el protagonista mete la cabeza en un water público lleno de mierda en estado líquido porque se le ha caído dentro una pastilla? Bueno, pues al lado del momento “scat” de esta película eso era “Mary Poppins”.

No puedo decir más pero adelanto que en este instante empieza la parte verdaderamente heavy del filme. Hay que echarle mucho valor y muchas ganas, además de un buen torniquete en el estómago, para poder continuar. Claro que si no sabes lo que viene después aún puedes confiar en que pasará el mal rato y el resto de la peli será normal. Sí, sí.

3ª PARTE: MOMENTO GORE.

Bueno, pues no. Por si no habíamos tenido bastante, una vez superado el momento “scat”, que dura un buen rato y que nos tiene con las tripas en un puño, se produce un accidente de coche y entramos en modo “gore”.

Sangre por aquí, sangre por allá, una cara machacada, unos dedos destrozados, un ojo saltado, carne quemada, un cráneo hecho cachos… Todo muy bonito y edificante, como podréis imaginar.

4ª PARTE: VÓMITO FINAL.

Pero no, si creías que ya habías visto todo, lo mejor lo ha dejado para el final. Después del momento scat y del momento gore aún nos quedaba el momento almíbar glassé, por si algún trozo del estómago aún sobrevivía.

Por supuesto no puedo contaros cómo acaba la historia porque no tengo alma de destripadora. Sólo diré que la dosis de almíbar que Morten Tyldum derrocha en la apoteosis final es tan altamente nociva después de lo ya padecido con anterioridad que el vómito es prácticamente inevitable. Y hasta aquí puedo contar.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Lolita, by Stanley Kubrick

D - Divina, Sue Lyon.
I - Impecable, la dirección de Kubrick.
V - Valiente, la novela de Vladimir Nabokov.
I - Impactante, la primera imagen de Lolita en el jardín.
N - Natural, la atracción por la frescura y la insolencia de la juventud
A - Angustiosa, la locura in crescendo del patético cuarentón Humbert Humbert.

L - Lúbrica, la mirada de Lolita.
O - Oscura, la obsesión de Humbert.
L - Lúcida, la visión de Nabokov sobre el amor.
I - Inolvidable, la interpretación de James Mason.
T - Terrorífico, el poder inconmensurable de las armas de mujer.
A - Alucinante, el modo en que los hombres pierden el seso cuando se encoñan.

martes, 19 de noviembre de 2013

Paycheck, by John Woo

- Hola, me llamo Ben Affleck y estoy metido en un follón de película. Resulta que me persigue el FBI y media América. Todos quieren matarme pero para salvarme cuento con un amigo del alma, una novia y un sobre con un montón de cosas raras que no sé para qué coño sirven ni qué tengo que hacer con ellas.

- Hola, yo soy Paul Giamatti, el amigo del alma de Ben. Algunos me recordaréis tal vez porque me recorrí toda California poniéndome ciego de vino en "Entre copas". Mi función en esta película es la de borrar la memoria de mi amigo y luego decir muchas gilipolleces. Bueno, no, la verdad es que mi función principal es la de hacer que Ben parezca más alto, más guapo, más fuerte y mucho más cachas al ser comparado conmigo, que soy exactamente todo lo contrario.

- Hola, yo soy Uma Thurman, la novia de Ben. Mi función en la peli es darle un poquito de cuartelillo erótico a los espectadores varones, que son nuestro público potencial. Es verdad que hay persecuciones y acción a punta pala, pero donde se ponga una buena rubia de trofeo final para el protagonista, si es que consigue escapar a todas las trampas que el guionista le ha puesto en el camino, que se quite todo lo demás.

- Hola, yo me llamo John Woo y soy el director  de esta película. He contratado a Ben Affleck para que se salve del lío en el que le he metido con la ayuda de un sobre en el que he guardado las siguientes cosas: un crucigrama, las llaves de un BMW, unas bolitas, un billete de bus, un par de sellos, un paquete de tabaco y un par de klinex.

- Hola, John, soy Ben. En principio se me ocurre que podría usar los klinex para limpiarme los mocos y el paquete de tabaco para fumarme un pitillo cuando me baje de mi BMW. Qué te parece.

- Hola, Ben, soy Uma. No estoy de acuerdo. Los klinex deberían servirte para limpiar las bolitas antes de metértelas por el culo después de haber dejado las llaves del BMW en mi buzón por ser tan guapa, tan alta y tan sexy y porque yo lo valgo.

- Hola, Uma, soy Paul. Las bolitas no creo que sean para metérselas por el culo, aunque el director de esta película sea chino. Podrían ser para enviarlas junto con el billete de bus en un sobre con los sellos a la señora madre de John Woo para que sea ella la que se las meta a su hijo por el orto.

- Hola, Paul, soy John. No os habéis enterado ninguno de nada, a pesar de que se supone que os habéis leído el guión. El crucigrama sirve para envolver las bolitas, que se meterán dentro del paquete de tabaco junto con las llaves del BMW y serán enviadas por correo con los dos sellos al lugar que señale el billete de bus, que posteriormente será destruido junto con los dos klinex.

- Hola, John, soy Ben. me parece genial el uso que le has dado a todos esos objetos, pero ya que soy el protagonista de la peli me gustaría saber con qué fin voy a hacer todas esas cosas con ellos.

- Hola, Ben, soy John. Con qué fin, dices. Pues con el fin de mantener entretenidos a un montón de gilipollas que irán a ver esta película gastándose un pastizal, del que tú te llevarás una buena parte y yo otra igual de buena o mejor. Alguna pregunta más?

lunes, 18 de noviembre de 2013

The Master, by Paul Thomas Anderson

Otra vez he caído como una pardilla con el tipo este. Pues sí, otra vez Paul Thomas Anderson, el mismo de las putas ranas que llovían en "Magnolia". Que cómo me la ha podido volver a meter doblada. Pues eso mismo digo yo.

Pero se veía venir con solo leer esta crítica de Javier Ocaña: "The Master" es pura trascendencia, pura complejidad, puro cine. La película más complicada de desentrañar desde "2001, una Odisea del espacio?".

Pos la hemos cagao, tú. Qué mal suena eso de "pura trascendencia", pero no es nada si lo comparas con lo de "pura complejidad". Lo de "puro cine" suena bastante mejor, pero con esos precedentes sólo sirve para asustar aún más. Y cuando ya remata con lo de "complicada de desentrañar" y apunta a Kubrick... ya te puedes hacer una idea aproximada de lo que va a pasar: No te vas a enterar de nada, te vas a aburrir como una ostra, te vas a pillar un mosqueo del copón y te vas a cagar en Paul Thomas Anderson y en toda su nación.

Pues sí, estaba cantado. Porque yo quería ver una peli sobre la Cienciología y sus orígenes, algo que me ayudara a desentrañar cómo nace una secta y cómo funciona. Y resulta que... lo que vi fue una película sobre una especie de genio de la cocktelería que lo mismo te hace un bebedizo con disolvente para pinturas que con colonia Nenuco. Este prodigio del saber etílico, que no es otro que Joaquin Phoenix, se encuentra en un momento dado con otro prenda de cuidado, una especie de gurú de la reencarnación y de los viajes a vidas pasadas (Phillip Seymour Hoffman) y entre traguito y traguito de los explosivos cócteles marca Phoenix, tienen charlas (tratamientos, lo llaman ellos) como las siguientes:

Gurú Hoffman: Yo te pregunto y tú me contestas. No puedes pestañear. Si pestañeas volvemos a empezar. Cómo te llamas.

Barman Phoenix: Me llamo Freddie.

Gurú: Cómo te llamas.

Barman: Me llamo Freddie.

Gurú: Cómo te llamas.

Barman: Me llamo Freddie.

Gurú: Has pestañeado, volvamos a empezar. Cómo te llamas.

Barman: Me llamo Freddie.

Y así todo el tiempo. Y al igual que con Freddie, el gurú va haciendo el mismo “tratamiento” a todo el que pilla por banda. A todo esto el tío se planta en casa de los acólitos y se tira semanas viviendo allí con toda la familia (señora, hijos, yerno y por supuesto Freddie) totalmente de gorra y por la cara. Tutiplén.

Eso sí, Phoenix interpreta muy convincentemente al cocktelero Molotov y Hoffman hace muy bien de gurú. Es una mezcla entre Xavier Cugat y Rainiero de Mónaco pero en trance. Y luego está Amy Adams, que luce durante toda la película una cara de beatífica preñez que dan ganas de provocarle el parto a escupitajos. Pero vamos, que entre bostezo y bostezo, de lo que va la Cienciología yo particularmente no me he enterado. Tal vez si me hubiera tomado un chupito de disolvente con ácido sulfúrico y aspirina efervescente hubiera captado mejor el enigmático mensaje.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Los amantes pasajeros, by Pedro Almodóvar

La verdad es que hace tiempo que no simpatizo demasiado con Almodóvar, pero inesperadamente el milagro ha ocurrido. Leyendo la mayoría de las críticas a su última película he sentido la imperiosa necesidad de saltar como una leona en su defensa.

Y creo que es por una sencilla razón: porque éste es precisamente el Almodóvar auténtico, el de siempre, el de sus primeros trabajos, el coleguita de Fabio McNamara, el zafio, el bastorro, el supergay. Es que Almodóvar siempre ha sido así. De qué se sorprende ahora la gente. A qué vienen comentarios como éstos:

1. Paco: "Vergonzoso papel que "luce" el género homosexual en este filme". Vergonzoso por qué. Hay muchos tipos de homosexuales, igual que de heterosexuales. En "Con faldas y a lo loco" las protagonistas femeninas son totalmente lelas. Y qué. Por qué no se le ocurre a nadie decir que Billy Wilder denigra al género femenino.

2. Angelo: "Almodóvar necesita urgentemente un guionista". No, no lo necesita porque a ningún guionista se le ocurrirían jamás las cosas que se le ocurren a él, ni las malas ni las buenas. Simple y llanamente el sello Almodóvar es único, personal e intransferible, guste o no. Quizás lo que te haga falta a ti es ver otro tipo de cine si no te gusta éste.

3. ProfLayton: "Parece que el director-guionista tiene una obsesión fálica que debería mirarse". Pues sí. Siempre la ha tenido y nunca lo ha disimulado, desde su primera película hasta esta última. Y no veo por qué debería mirársela; conozco a muchos tíos con una obsesión igual o mucho más grave por las tetas y los culos de las tías y son muy felices con esa obsesión. Se echan unas pajas de muerte viendo porno y se lo pasan pipa.

4. Anglaice: "Deja al colectivo homosexual a la altura del betún". Otro. Qué cosa es eso del "colectivo homosexual". Los homosexuales no son un "colectivo" uniforme como tampoco lo son los heteros. Si lo que quieres decir es que no te gusta la visión que da de la maricona loca... es que el propio Almodóvar lo es. Si estuviera denigrando a alguien se estaría denigrando a sí mismo porque el gran Pedro es una gran locaza y siempre lo ha sido. Tal vez él no considera eso algo reprobable ni negativo, a que no te habías parado a pensarlo?

5. Techos: "Me parece grotesca hasta decir basta". A mí también, de hecho lo es. Creo que precisamente eso es lo que pretendía el director, hacer una película con personajes grotescos y situaciones grotescas. Como buena parte de su filmografía, por cierto. Como "Pepi, Luci Bom...", sin ir más lejos. Qué es más grotesco, el personaje de Javier Cámara aquí o el de Alaska como Bom meándose encima de Luci mientras ésta hace punto. Por no hablar de la señora con vestido rosa que perseguía en una moto a su marido en "Mujeres al borde..." Puestos a hablar de cosas grotescas, a mí lo que me parece más grotesco del mundo es ese aeropuerto de Castilla-La Mancha, totalmente vacío, sin aviones ni gente, pero eso sí, impecablemente limpio y equipado. Y me alegro profundamente de que alguien me recuerde en qué se han estado gastando mi dinero los grotescos personajes que lo construyeron.

6. Anseri: "No soy capaz de entender cómo alguien como Almodóvar ha podido hacer una película tan vulgar, zafia, soez, ridícula, absurda..." Pues es muy fácil, porque de hecho él empezó haciendo pelis zafias, soeces, ridículas y absurdas y además se hizo famoso gracias a ellas. Siento repetirme pero ésta no es ni más zafia ni más ridícula ni más soez ni más absurda que "Pepi, Luci, Bom..."

7. Zaturmo: "El asunto de la entrepierna es el eje sobre el que gira casi toda la película". Ya, y qué pelicula de Almodóvar no gira en torno al mismo asunto.

8. Tio Penthal: "Argumento ridículo, apoteosis zafia de lo gay...". Lo de lo gay ya lo he comentado antes. Lo del argumento ridículo... repito: y qué argumento de Almodóvar no lo es. Por ejemplo, "Mujeres al borde...". Puede haber un argumento más absurdo y ridículo que ése?

9. Luismal: "Mensaje de la película: los hombres la maman mejor que las mujeres". De hecho debe de ser cierto. No conozco a ningún hombre que no haya intentado alguna vez automamársela. Será porque deben de pensar que mejor que ellos mismos no se lo puede hacer nadie.

10. Boyero: "No entiendo... en qué se diferencia este producto de las comedias más cochambrosas de Ozores". Pues te lo explico, Boyero, a ti y a todos los que aplauden, suscriben y secundan tu crítica. Es la misma diferencia más o menos que hay entre lo que escribes tú y lo que escribe Vargas Llosa. Por qué tú crees que a Ozores no lo conoce ni Dios fuera de nuestras fronteras y a Almodóvar lo conoce todo Cristo. Pues por el mismo motivo por el que nadie te conoce a ti y el mundo entero conoce a Vargas Llosa. Lo pillas?

viernes, 15 de noviembre de 2013

Orgullo y prejuicio (Pride and prejudice), by Joe Wright

Sinceramente, no tengo más remedio que volver a comentar con acidez y mala leche algunas críticas leídas por ahí.

Hay cada uno y cada dos que, de verdad, claman al cielo.

"La película te atrapa desde el primer plano (precioso, por cierto) y no te suelta hasta el desenlace". Pues se ve que estaría muy ocupada atrapándote a ti porque a mí me soltó bien rápido. Concretamente en los primeros jijijijijis de las hermanas Bennet.

"La actriz que interpreta a "Lizzy" es un ser muy especial, necesariamente debe serlo en la vida real". Ay madre, otro pobre que se nos ha enamorado de Keira Knightley. Chaval, te recomiendo que veas "Un método peligroso". Si sigues enamorado de ella después de verla descuajaringarse la mandíbula... lo tuyo es amor verdadero.

"Keira Knightley a veces un tanto forzada, pero ello no le resta calidad a su actuación, se ve muy fresca y segura". Éste parece un anuncio de compresas: Keira, fresca y segura. Jajajaja! Chaval, para fresca y segura Carey Mulligan, que también aparece en la peli. A que no os habíais dado cuenta?? Pues nada, a verla otra vez y a buscar a Carey.

"A pesar de sus dos horas de duración no se hace larga, pues al contrario, cuando acaba quieres más y más". Más todavía?? Pero más qué, criatura?? No sé, tal vez más paisajes decimonónicos de la campiña inglesa, o más jijjijijijis de las hermanas Bennet, o más aspavientos de su señora madre o más caras de carnero degollado del señor Darcy, o más muecas de Keira, o más... más qué. Detecto ciertas tendencias masoquistas bastante acentuadas en este comentarista.

"La moraleja de la historia queda perfectamente clara. No debe juzgarse a las personas sin conocerlas por uno mismo". Vale, pues no me juzgues por lo que te voy a decir porque no me conoces de nada, pero... realmente necesitabas ver esta película para saber eso??

"La primera vez que la vi me hizo llorar. Las siguientes tres también". No sé, igual lo tuyo podría tratarse de una depresión. Puede que te haga falta un poquito de Prozac.

"Ma-ra-vi-llo-sa". Pue-de-que-de-bas-re-vi-sar-tu-con-cep-to-de-al-go-ma-ra-vi-llo-so.

"Orgullo y prejuicio ocupa otro lugar fuera del que ocupan cualquiera de las demás películas de todos los tiempos". A éste directamente le ha debido dar un yuyu. De verdad esto es lo mejor que has visto en tu vida? En fin, supongo que Joe Wright te estará eternamente agradecido por haberlo puesto por delante de Wilder, Ford, Huston, Welles, Buñuel, Berlanga... Qué fuerrrrte, tú.

"Imposible no enamorarse de Keira Knightley". Te digo yo a ti que no, chaval, que es posible. Te lo prometo, palabrita del niño Jesús. Te recomiendo lo mismo que al numero 2.

"Ni la propia Jane Austen encontraría palabras para definirla". Qué te apuestas a que sí. Con un buen diccionario, por supuesto. Hay cientos de palabras que la definen perfectamente, palabras como LAMENTABLE, LASTIMOSA, PENOSA, VOMITIVA...

jueves, 14 de noviembre de 2013

Un tranvía llamado deseo (A streetcar named Desire), by Elia Kazan

Ya sabemos que Tennessee Williams es un señor bastante tremendo. De todo tipo de relaciones te saca el tío un dramón, pero lo que no se le puede negar es la originalidad al abordar temáticas novedosas. En “Un tranvía llamado deseo” aborda nada más y nada menos que el espinoso asunto de los cuñados (cuñaaaaaoooooooo), tema que más tarde volvería a tocar aunque de soslayo en “La gata sobre el tejado de zinc”. Os acordáis de la horripilante cuñada de Newman perpetuamente embarazada?

En fin, en esta historia hay un indiscutible protagonista visual: Brando. Su presencia es pura belleza, animalidad, erotismo e invitación al pecado. Cada uno de los fotogramas en los que aparece podría formar parte de un calendario erótico. La suya es una masculinidad de esas potentes que emboba pero que acojona. Una masculinidad que, por cierto, debía fascinar a Williams porque prácticamente todos los protagonistas varones de sus obras están cortados por el mismo patrón: rudos, alcohólicos, muy machotes, bruscos en su trato con las mujeres, incluso hasta llegar al maltrato… Vamos, que al bueno de Tennessee debían irle bastante los chulazos.

Frente a la fascinante bestialidad de Brando-Kowalski, la inquietante presencia de la cuñada chiflada, Blanche, un personaje también bastante poderoso pero con un tipo de poder mucho más sutil, basado en la manipulación y la explotación de su aparente fragilidad. Por fuerza ambos personajes tienen que chocar, aunque en ese choque hay mucho de atracción, al menos por parte de Blanche, y de deseo de dominio por parte de Stanley.

Entre ellos, el personaje sumiso y conciliador de Stella. Hay que reconocer que Williams retrata magistralmente cómo funciona la violencia doméstica, incluso en unos tiempos en los que este asunto no solía salir del ámbito de lo privado. La irresistible atracción de Stella hacia su marido alterna con el rechazo por su brutalidad, y así transcurre durante toda la película hasta que al final se ve obligada a elegir.

Elia Kazan lleva esta historia a la gran pantalla a pesar de su carácter eminentemente teatral, lo que constituye su principal defecto. Precisamente por este carácter la interpretación de Vivien Leigh desde el punto de vista cinematográfico resulta chocante, está más que sobreactuada. Leigh interpreta perfectamente a una Blanche de escenario pero en la pantalla chirría un montón.

Personalmente no tengo nada contra las adaptaciones cinematográficas de obras teatrales, siempre y cuando quien las lleva a cabo sea plenamente consciente del cambio de formato y de la necesidad de romper con los códigos de la dramaturgia. Y en mi opinión en este film Elia Kazan no lo consigue, sobre todo por el personaje de Blanche. Por contra, no hay nada más puramente cinematográfico que el carisma animal de Brando. Vamos, que lo comío por lo servío.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Anatomía de un asesinato, by Otto Preminger

Un 0 por una trama llena de ambigüedades y muy mal resuelta.

Un 0 por un Ben Gazzara que parece todo menos un acusado por asesinato.

Un 0 por una Lee Remick que parece todo menos una señora violada.

Un 0 por unos "Señoría, protesto" propios de "La hora de José Mota".

Un 0 por un colegueo público imposible e ilegal entre juez y abogado.

Un 0 por unos interrogatorios en el estrado propios de "Vaya semanita".

Un 0 por un juicio lleno de irregularidades propio de "Muchachada Nui".

Un 0 por un sobrevaloradísimo Otto Preminger que nunca me convence.

Un 0 por un final ni abierto ni cerrado, que no explica ni resuelve nada.

Un 0 por el todo. Pero un 2 por Jimmy Stewart. PORQUE ÉL LO VALE.

martes, 12 de noviembre de 2013

Un asesino algo especial, by George Armitage

Increíble pero cierto. Me quedé completamente sopa viendo una película con mi adorado John Cusack como protagonista. Es más, ni la presencia de sus fantásticas hermanas, Joan y Ann Cusack, consiguió sacarme de mi sopor. La familia Cusack al completo sólo consiguió adormilarme, acunarme, cantarme una nana y dejarme acurrucada en brazos de Morfeo.

Nunca, ni en mis más terribles pesadillas, hubiera yo imaginado que una trama aparentemente divertida sobre un asesino profesional metido en una reunión de ex alumnos de instituto, pudiera llegar a resultar tan soporífera, tan insulsa, tan sin gracia, tannnn increíblemente aburrida. Lo que yo vi antes de entrar profundamente en el mundo de los sueños fue:

1. Una historia de amor sosa y sin átomo de química.

2. Un guión soso y sin átomo de interés.

3. Una dirección de George Armitage floja y sin átomo de entusiasmo.

4. Y eso sí: una estupenda banda sonora de los 80. Lo único salvable.

domingo, 10 de noviembre de 2013

El capital, by Constantin Costa-Gavras

Ésta es una buena película. Inteligente. Comprometida. Precisa. Clara. Probablemente demasiado clara. Puede que su principal defecto sea precisamente ése, un exceso de claridad en plan pedagógico: "Mira, te voy a enseñar cómo funciona esto y la mierda que tú, ciudadano común, le importas a los que manejan las riendas del dinero, que son los que en definitiva manejan las riendas del poder".

Detrás de esta historia hay un gran director, Costa-Gavras (Missing) y un actor protagonista inesperadamente resolutivo. Pues sí, Gad Elmaleh me ha sorprendido muy agradablemente. Lo tenía por un actor cómico (sin que esto implique nada contra los cómicos), pero incapaz de afrontar otros retos. Y sin embargo el tío dota a su personaje de una consistencia y una prestancia que no se corresponden con su físico más bien mediocre (Con permiso de Carlota Casiraghi, su joven, bella y monegasca novia).

Hay quien se queja de un exceso de didactismo en la película. Y probablemente lleve razón. Hay momentos en los que el guión es asaz descarado, y viene a decir algo así como: "Por si no te has enterado de lo que te estoy contando, te lo dejo claro: soy un hijoputa y lo único que me interesa es seguir permaneciendo a este lado de la cancha, el de los cabrones que mandamos, y no pasar nunca al otro lado, al tuyo, al de los pringados que sois puteados y terminareis siendo aniquilados".

Bueno, es cierto, a ratos Costa-Gavras se da cuenta de que está manejando un lenguaje complejo, el de la macroeconomía y las finanzas más crípticas, e intenta rectificar para dar luz al espectador más perdido. Pero mi queja no va por ahí. Mi queja va más bien por la parte rosa: qué pinta aquí la historia de la modelo. Por qué el protagonista, un tiburón de las finanzas, pierde el culo por follarse a una tía e incluso babea por ella ostensiblemente en público sin ningún tipo de control.

Qué quiere decirnos Costa-Gavras. Igual detrás del personaje principal hay nombres y apellidos reales bastante conocidos. Elmaleh podría ser perfectamente un alter ego de, por ejemplo, Dominique Strauss-Khan, gente con una cara dura impresionante y un autocontrol envidiable que sólo pierde los papeles cuando se les pone a tiro un coño lo suficientemente caro y/o inalcanzable. O bueno, simplemente un coño distinto al de su señora.

No sé, la historia del tiburón de las finanzas que en cuanto ve a una espectacular modelo pierde el sentío, no me termina de cuadrar. Tal vez sea real, no digo que no, tal vez esté retratando a alguien concreto, puede ser. Pero creo que en la película sobra, distrae de lo fundamental, es tan accesorio que resulta irritante. Joder, no me importan los problemas que ese tío tenga con su entrepierna; me importa que me esté puteando a mí y a millones como a mí. Por lo demás, como si le va la coprofagia y se la casca comiendo mierda. Que le aproveche.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Clear History (TV), by Greg Mottola

Érase una vez un tipo que perdió mil millones de dólares porque no le gustaba el nombre que le habían puesto a un nuevo coche diseñado por él.

Érase una vez un tipo que descubrió un buen día con un espejo doble que se estaba quedando calvo por la coronilla y sufrió un fuerte impacto.

Érase una vez un tipo que estaba dispuesto a matar por un concepto vital: lavarse el pelo una sola vez por semana es una puta porquería.

Érase una vez un tipo que se refugió de su pasado en una isla paradisíaca y hasta allí fue perseguido por ese mismo pasado.

Érase una vez un tipo que decía a las ex-gordas cosas como: "Ahora estás muy buena pero cuando estabas gorda ni yo te hubiera querido para salir contigo".

Érase una vez un tipo que sufría porque su exnovia había comido la polla a los cuatro miembros del grupo "Chicago" en un concierto 20 años atrás.

Érase una vez un tipo que en carreteras estrechas, enfrentado contra otro coche... tras mucho discutir, era un crack echando marcha atrás.

Érase una vez un tipo que se llamaba Larry David y que se juntó con otro gamberrete llamado Greg Mottola y juntos... rodaron esta gamberrada.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Sin sufrimiento (Do no harm), by Philippe Gagnon


1. Una loquera más loca que la más loca de sus pacientes.

2. Una loca de la que se cuelga en plan maternal su loquera.

3. Una amiga que ayuda a la loca a demostrar lo loca que está la loquera.

4. Un pretendiente de la loca que no se cree que la loquera esté tan loca.

5. Un loquero que pretende demostrar lo loca que está su colega loquera.

6. Un policía que cree que la loca miente sobre la loquera.

7. Un director, Philippe Gagnon, especializado en locos muuu locos.

8. Y una actriz, Lauren Holly, la loquera loca, que fue señora de... Jim Carrey.

Yo sólo digo una cosa:

Quién da más.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Donde reside el amor, by Jocelyn Moorhouse

“Una película sobre mujeres hecha por mujeres para mujeres”. Eso leo por ahí cuando me pongo a informarme sobre este film y es casi una pistola en el pecho para mí: tengo que verla sí o sí. Para qué. Pues básicamente para ponerla verde, porque eso de “sobre, por y para mujeres” es una llamada obligada al vómito y a la rebelión.

Lo primero es el título que le han puesto en español: “Donde reside el amor”. Pero quién hace estas traducciones, por favoooor. La película se llama originalmente “How to make an american quilt”, que viene a significar “Cómo hacer una colcha americana”. Pues bien, a qué lumbrera se le ocurrió denominar a esto “Donde reside el amor”.

Efectivamente, con ese título no creo que haya ni un solo hombre en el mundo que se preste de forma voluntaria a ver la cosa. Y mujeres, sólo un tipo, la que lee novelas de la colección Jazmín o similar. Ese título es una invitación directa a no ver la película, es casi un insulto para el que la vea. Sólo se puede ver algo que se llama así con vergüenza, como si se estuviera cometiendo un delito. En la clandestinidad, vamos.

Por el lado contrario, creo que la directora, Jocelyn Moorhouse (que también tiene nombre de escritora fetiche de “Jazmín”) el marketing se lo ha currado bien con el elenco. Winona Ryder era cuando se estrenó la película un poderoso elemento de atracción de público juvenil, y ni te cuento los nombres de grandes damas del cine, como Anne Bancroft o Ellen Burstyn, que tienen un efecto llamada inmediato para el público adulto y madurito. Vamos, que la tía en esto ha tenido ojo clínico, eso no se le puede discutir.

En fin, la cosa va de lo siguiente: una muchacha va a casarse pero como está dudosilla se va a casa de su abuela una temporada y allí coincidirá con una serie de señoras ancianas que, no me preguntéis por qué, deciden hacerle de regalo una colcha estilo Patchwork en la que cada una de ellas intentará plasmar gráficamente lo que en su opinión es EL AMOR. Esto, dicho sea con toda claridad, no es que sea un argumento para mujeres; es un argumento para petardas con un elevado grado de petardeo.

Y ahora el veredicto final: el título en español, el argumento y un guión lleno de majaderías son de auténtica catalogación como truño sin paliativos. Winona Ryder y su escasa expresividad facial y su carisma para quinceañeras contribuye en gran manera.

Ahora bien, reconozco que a mí la presencia de Bancroft, de Burstyn y de todas las demás señoras que forman el reparto, me ha llegado al alma. Me da igual que les obliguen a decir frases repugnantemente sobradas de glucemia, me da igual que sus personajes estén llenos de tópicos infumables. Me da igual todo porque sólo por verlas a ellas durante dos horas moverse, reír, hablar, callar, llorar o simplemente estar yo vería mil veces esta película y 40 como ella.

El secreto está en bajar el volumen de la tele para no escuchar lo que dicen. No hace ninguna falta y hasta puede ser contraproducente. Sólo hay que mirarlas y admirarlas. Nada más. Y nada menos.

martes, 5 de noviembre de 2013

Breaking and Entering, by Anthony Minghella

Ésta es una de esas películas que dan un montón de rabia, porque la verdad es que la historia iba bien, me estaba gustando, incluso a ratos me estaba conmoviendo, pero llega el final y me quedo con la boca abierta, la mandíbula colgando, los ojos desorbitados y, en definitiva, esa cara de gilipollas que se nos suele poner a los espectadores cuando un director nos toma el pelo con descaro y desvergüenza torera.

Eso es exactamente lo que hace Anthony Minghella sin el menor reparo. Empieza contándonos una historia chula, triangular, de ésas que molan, encima con un elenco de cagarse: un Jude Law para comérselo y no dejar cacho, una Robin Wright sobria, fina y segura como es ella de por sí, y una Juliette Binoche que, dentro de su tendencia habitual al histrionismo, está contenida y todo.

Law y Wright son una pareja en crisis, con motivos más que sobrados porque tienen que bregar a diario con una especie de Asperger personificado en la hija de Wright, ambos con distintas formas de enfrentarse al problema y con las consiguientes desavenencias conyugales. Por el otro lado está Binoche, que hace de inmigrante bosnia con un hijo adolescente que es casi inevitable carne de presidio. Y claro, se monta una historia a tres bandas compleja, interesante, poco habitual, a ratos extraña pero creíble.

Y, como digo, la cosa va bien hasta que llega el desenlace y a Minghella le da el baile de San Vito, y como su propio nombre indica, le sale de la minga poner a sus personajes a hacer auténticas gilipolleces, sin motivación aparente. Hay por ahí una especie de juicio completamente kafkiano, pretendidamente catártico, cuya explicación es imposible. Por qué, a qué viene, a quién se le ha ocurrido semejante majadería. Y entonces te cagas en Minghella, en toda su nación, en las dos horas de película que te has tragado y hasta en todo lo que has babeado mirando a Jude Law. Anda y que les zurzan.

lunes, 4 de noviembre de 2013

21 Black Jack, by Robert Luketic

Si el juego no te apasiona.

Si las matemáticas no te apasionan.

Si la estética videoclipera no te apasiona.

Si lo de plantar Eurovegas en Madrid no te apasiona.

Si Robert Luketic y su loca cámara psicodélica no te apasionan.

Si nada de todo eso te apasiona... NO TE TRAGUES ESTE TRUÑO.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Ana Karenina, by Bernard Rose

La trama argumental de Ana Karenina es de sobra conocida así que ésta es esa clase de películas que se ven no con ánimo de saber cómo termina la cosa, pues todo el mundo sabe que termina peor que la Cipota en Madrid, sino por ver qué tipo de tratamiento le ha dado el director: si el guión está bien adaptado, si la ambientación decimonónica está cuidada, si la psicología de los personajes ha sido convenientemente retratada y si las interpretaciones están a la altura de la historia. Es decir, interesa única y exclusivamente la parte técnica porque de lo demás ya se encargó don León Tolstói hace la tira de años. Pues bien, ateniéndonos a estos factores, puedo decir y digo que:

1. El guión es algo confuso. Ya sé que intentar comprimir una novela tan densa no es fácil y que Tolstói es mucho Tolstói, pero creo que falta pasión. La sensación es de frialdad, la historia no conmueve. Ana se enamora de Vronsky como podría haberse enamorado de la horticultura; un encuentro en la estación, un bailecito en una fiesta, y voilà! Vini, vidi, vinci, como decían los antiguos.

2. Sophie Marceau, la protagonista indiscutible, muy guapa pero tan expresiva como una piedra pómez. Es una Ana Karenina poco creíble, desde su faceta de dama impecable de la alta sociedad hasta su locura de amor por Vronsky, todo parece falso. La misma cara y los mismos gestos de principio a fin, y se supone que representa a un personaje cuya vida se transforma radicalmente y que sufre un deterioro psicológico infernal. Una gran belleza, sin duda, pero como actriz bastante mediocre. Desde aquí mis disculpas a sus incondicionales.

3. La ambientación, los decorados, el vestuario, el maquillaje y las caracterizaciones casi irreprochables (si obviamos el infame flequillo de Marceau, del que a lo cervantino no quiero acordarme), pero tan fríos como el propio guión. Todo es de una gélida perfección técnica que no dice nada. Palacios inmensos, escenarios majestuosos, paisajes impresionantes. Muy bonito, algo más?

En general estos dramones de época en los que una mujer enfermizamente ingenua, bastante petarda y de temperamento romántico infantiloide sufre un arrebato pasional y lo deja todo por un hombre que la lleva a la desgracia, sinceramente, a mí me aburren bastante. Me aburren literariamente y me aburren igualmente en el cine.

Pero a veces, algunas veces, muy pocas, te encuentras a un director que te cuenta una historia de éstas y te llega al alma. No es el caso. Bernard Rose pone mucho empeño pero no lo consigue. La suya es una "Ana Karenina" que pasará por tu vida sin pena ni gloria y que probablemente olvidarás a los cinco minutos de haberla visto. Pura evanescencia.

Como dijo el poeta, se queda... en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

miércoles, 30 de octubre de 2013

La última primavera, by Charles Dance

Qué maravilla de historia de amor imposible.

Qué maravilla de pueblecito.

Qué maravilla de playas.

Qué maravilla de cielo.

Qué maravilla de casa.

Qué maravilla de música.

Qué maravilla de diálogos.

Qué maravilla de fotografía.

Qué maravilla de ternura la de Judi Dench.

Qué maravilla de personaje el de Maggie Smith.

Qué maravilla de gestos, de miradas y de silencios.

Qué maravilla de momentos, de paisajes y de emociones.

Qué maravilla de cine, qué lección magistral, Mister Charles Dance.

Alacrán enamorado, by Santiago A. Zannou

Érase una vez un chico malo, racista y cabronazo que se convirtió en un chico bueno, ejemplar y encantador gracias al deporte redentor por excelencia: el boxeo.

Érase una vez un nazi hijodeputa aficionado a apalizar inmigrantes que se enamoró de una chica negra bastante buenorra gracias al deporte redentor por excelencia: el boxeo.

Érase una vez un pedazo de negra que se enamoró locamente de un nazi hijodeputa aficionado a apalizar inmigrantes, gracias al deporte redentor por excelencia: el boxeo.

Érase una vez un señor de muy rancio abolengo artístico llamado Carlos Bardem que se convirtió en un escritor de éxito gracias al deporte redentor por excelencia: el boxeo.

Érase una vez un actor mediocre llamado Álex González que llegó a convertirse en gran promesa del cine gracias al deporte redentor por excelencia: el boxeo.

Érase una vez un chico llamado Santiago A. Zannou que se convirtió en director gracias a un manco y en director consagrado gracias al deporte redentor por excelencia: el boxeo.

Érase una vez un montón de testosterona concentrada que consiguió convertirse en bondad, generosidad y amor, por supuesto... gracias al deporte redentor por excelencia: el boxeo.

martes, 29 de octubre de 2013

Pagafantas, by Borja Cobeaga

Como a estas alturas todo el mundo sabe, el Pagafantas es ese espantajo que siempre se fija en tías muy por encima de sus posibilidades y que consecuentemente nunca se come una rosca, a pesar de ir palote perdido, y además termina siendo el “mejor amigo” de todas las chicas.

Alrededor del Pagafantas, protagonista indiscutible de esta historia, hay otra serie de personajes igualmente curiosos:

La tía buena amiga del Pagafantas, que indefectiblemente parece o medio lela o una gran hijadeputa que, a pesar de los constantes babeos y caritas de carnero degollado del desgraciado, nunca parece darse cuenta de nada y se permite desnudarse delante de él, acostarse con él y abrazarlo como si fuera un peluche inanimado ignorando olímpicamente su azoramiento y sus erecciones.

Los amigos del Pagafantas, que son los que sí que se acuestan con las chicas porque suelen elegirlas en función de sus posibilidades reales. Si además están cachas suelen ser los objetivos sexuales de las tías buenas por las que babea infructuosamente el Pagafantas. Estos amigos sienten ternura y cariño por el personaje, como suele ocurrir con casi todos los individuos patéticos.

La madre del Pagafantas, que sufre viendo cómo su hijo hace el canelo una y otra vez y parece tristemente predestinado a ser el capullo de su pandilla y el paño de lágrimas de las tías.

Bueno, pues esta película está dirigida a toda esta gente, que son los que hacen críticas entusiastas sobre ella y por lo visto se han divertido una barbaridad con las desventuras de este muchacho. El que se siente Pagafantas o conoce a alguno se ha sentido identificado con la descripción y se lo ha pasado bomba. El resto de la gente probablemente se quedará alucinada de ver el exitazo que un bodrio como éste ha cosechado.

Yo ni soy Pagafantas ni amiga de Pagafantas ni torturadora de Pagafantas ni madre de Pagafantas (que yo sepa), y por eso esta película me ha parecido un auténtico coñazo de proporciones gigantescas.

Es una pena que Borja Cobeaga, en lugar de dedicarse a los gags cortitos para la tele como ha venido haciendo con éxito durante años en “Vaya semanita” o “Muchachada Nui” haya decidido dar el salto al cine con esta clase de fantochadas.

Aunque bueno, pensándolo bien, este tipo de pelis tienen un montón de público y ésta terminó siendo una de las más exitosas el año que se estrenó. Qué coño, los tontos son un filón y este tío se ha dado cuenta y ha decidido explotarlo y vivir de eso. Felicidades por la idea y sigue llenando nuestras pantallas de historias de capullos para capullos. No me extrañaría que te hicieras rico. Entre los centenares de Pagafantas y Juancarlitros que por este país pululan ya tienes un montón de incondicionales que, no me cabe la menor duda, leyendo esta crítica se estarán subiendo por las paredes.

domingo, 27 de octubre de 2013

El profesor (Detachment), by Tony Kaye

Vale, la juventud está fatal y esto es un sindiósss.

Vale, ser profesor hoy en día es un pedazo de putada.

Vale, la educación está como el culo, y no sólo en España. Pos vale.



Vale,  de Adrian Brody se enamoran tooooooodas las tías.

Vale, Adrian Brody tiene cara de Manolete pero es un crack de profe.

Vale, Christina Hendricks también se puede enamorar de Brody. Pos vale.



Vale, los institutos son frenopáticos llenos de tarados.

Vale, todo está podrido, no hay esperanza y nos vamos a tomar por culo.

Vale, la vida es una puta mierda, Tony Kaye, nos ha quedado claro, ya vale? Pos vale.

sábado, 26 de octubre de 2013

El caso Farewell, by Christian Carion


La verdad es que ha sido un poco impactante para mí enterarme a estas alturas de que la Perestroika, la caída del muro y todo lo que supuso el final de la guerra fría es algo que debemos al señor Farewell y sus documentos secretos.

Toda la vida pensando que todos esos acontecimientos históricos ocurrieron debido a una serie de circunstancias geopolíticas y económicas supercomplejas y resulta que no, que es que un señor ruso empezó a pasarle información a otro francés y entre los dos desmontaron la parafernalia de espionaje que tenían los soviéticos montada y entonces Gorbachov, como ya no se enteraba de nada del enemigo, no tuvo más remedio que empezar a plantearse lo de la Perestroika, o sea, abrirse al capitalismo y abandonar la utopía comunista.

En fin, como suele pasar en todas las historias basadas en hechos reales, esto se parece a un posible hecho real casi tanto como se parece Paquirrín a sus hermanos Rivera Ordóñez. Probablemente haya un trasfondo de veracidad en los que nos cuenta Carion, sin duda, pero debe de estar tan oculto entre la espesura de lo inventado que es difícil discernir su alcance.

Cuidado, no es que dude de la existencia de Farewell ni de la importancia de su sacrificio personal ni de la trascendencia de sus informaciones, pero vamos, que atribuir casi por completo a este personaje el fin de la guerra fría, me parece... pelín aventurado. Y estoy siendo muy fina.

Curiosamente los dos protagonistas, el espía ruso y el francés, están interpretados por dos directores de prestigio: Emir Kusturica y Guillaume Canet. Joder, menuda panda. Casi me los puedo imaginar montando una troika creativa con Christian Carion, que al final es el que firma la cosa. Nos montamos una troika pa explicar la Perestroika.

jueves, 24 de octubre de 2013

Blue Valentine, by Derek Cianfrance

A favor de "Blue Valentine" hay que decir que:

1. Es una película que intenta ser honesta.

2. La pareja Ryan Gosling-Michelle Williams funciona de maravilla.

3. Plasma a la perfección lo que es el principio y el fin de una relación.

En contra sólo una cosa:

1. Intenta explicar lo inexplicable.

Intenta explicar lo que sólo responde a la naturaleza del amor mismo. El amor nace, crece, se reproduce o no, pero casi siempre muere. Y si no muere, se transforma en algo que se parece muy poco a la naturaleza de lo que nació.

Todo esto lo sabe cualquiera que haya estado enamorado alguna vez, aunque bueno, hay gente especialmente obstinada y pertinaz que pretende que sea siempre igual. Me refiero a ésos que intentan constantemente reavivar lo que ellos denominan la "llamadelamor". Ponerse ropa interior sexi, organizar cenitas románticas a la luz de las velas, o viajecitos de second honey-moon.

Esa gente resulta bastante patética porque intenta revivir lo que por su propia naturaleza sólo puede existir en un principio. El descubrir al otro, el sorprenderse con todas sus cosas, el admirarse de cada una de sus cualidades, el reírse de todas sus ocurrencias. Con el tiempo inevitablemente ya se ha descubierto todo, es difícil sorprenderse de nada ni mucho menos admirarse, y lo que un día fue divertido y novedoso en el otro termina siendo cansino, pesado e incluso a veces insoportable. Lo siento, es así. Le ocurre a todo el mundo y es tan ley de vida como la propia muerte.

Y por eso "Blue Valentine" al final resulta una película patética, tan patética como todas esas personas que intentan reavivar a toda costa la famosa "llamadelamor". Derek Cianfrance, repito, con toda la honestidad del mundo, intenta captar qué es lo que pasa en el entretanto, y se pierde en menudencias argumentales tales como: cada uno ha evolucionado de distinta manera, él se ha quedado un poco calvo, ella tiene más ambiciones, él se ha vuelto un gilipollas... Y hasta se permite hacer una sutil evaluación a mi modo de ver totalmente simplista: la culpable es ella, que no es capaz de valorar lo mucho que él la quiere.

La realidad es que lo que les ocurre hubiera ocurrido igual aun cuando hubieran evolucionado al unísono en la misma dirección, o él siguiera conservando su brillante cabellera rubia, o aun cuando ella no tuviera más ambición que la de ser feliz o aunque él siguiera siendo el tipo encantador que la encandiló. Y además, para más recochineo, en estas cosas no hay culpables. Pobre Cianfrance, intentando descubrir la piedra filosofal, y al final la única piedra que había era un peñasco donde estaba escrito: "Simplemente, amigo, el amor es así".

Amor, by Michael Haneke

El título de esta película ya es de por sí pretencioso a más no poder: "Amor". Punto.

Llamar a una película "Amor" es casi como decir : "Voy a definir cinematográficamente el AMOR. Voy a hacer la gran película sobre el AMOR, la que en sí misma llevará inscrita, suscrita y prescrita la propia idiosincrasia del AMOR".

Y cómo lo hace nuestro Michael Haneke. Pues nos cuenta una historia de viejos. Porque los viejos conmueven, y no hay cosa que nos parezca más sincera y auténtica que el amor entre dos viejos que han pasado toda una vida juntos. Para la mayoría de la gente eso es el maximum del AMOR, la pareja de abuelillos que no puede vivir el uno sin el otro y que se profesan un sentimiento eterno e impreciso que roza lo sublime para el resto de los mortales que aún no hemos llegado a ese nivel.

Y lo flipante es que la pretensión de Haneke de hacer "la gran película sobre el AMOR" ha colado y que muchísima gente se lo ha tragado hasta el fondo. Oye, pues si Haneke lo dice y encima le ha puesto ese título a la película, será que esto es el AMOR.

Bueno, pues conmigo, por ejemplo, no ha colado. De hecho conmigo Haneke cuela poco generalmente. Yo voy a contaros exactamente lo que he visto, que no tiene nada que ver con lo que ha visto la mayoría de la gente en esta historia:

Yo he visto a dos viejos que se quieren como se quieren la mayoría de los viejos, con un querer rutinario y acomodaticio que hace la vida más segura y llevadera. Hay bastante complicidad entre ellos y un fuerte grado de dependencia mutua, como suele ocurrir en todas las relaciones largas. Si quieres llámalo amor. Personalmente creo que en este tipo de relaciones se mezclan con el amor otro tipo de sentimientos algo menos románticos, pero bueno, esto es sólo una modesta opinión.

El caso es que en un momento dado esta pareja se enfrenta a algo de lo más normal, sobre todo a su edad: la enfermedad. A mí lo que más me sorprende de toda la historia es la falta de preparación de ambos para asumir esto.  Y aquí es donde me falla toda la película.

Porque cualquier viejo de nuestro entorno está más familiarizado con la enfermedad que estas dos criaturas a las que parece que la vida no les haya pasado factura ninguna en este terreno. No saben lo que es una estancia en un hospital, no parecen ser conscientes de tener una edad en la que pueden ponerse bastante malitos, y sobre todo, a pesar de no faltarles los recursos económicos, están totalmente faltos de recursos emocionales y pragmáticos para afrontar el problema.

Todo en esta historia me suena irreal y forzado. Incluso pequeños detalles como el hecho de que los viejos no dispongan de una televisión en casa y ni siquiera la adquieran para entretener a la vieja cuando se queda imposibilitada en la cama.

Ya, ya sé que hablamos de Haneke y que para él la tele debe de ser una ordinariez como la copa de un pino, pero... la realidad es que la tele entretiene muchísimo a las personas que no pueden moverse de la cama. Y la radio. Y mira, ya puestos, los best sellers, que se leen casi ellos solos. Ya, ya sé que son cosas para el vil vulgo, pero es que... yo pertenezco al vil vulgo y no me cabe en la cabeza que alguien pueda estar todo el día tumbado en una cama sólo a base de Bach, Mozart y Beethoven.

Por eso alucino aún más cuando este tipo de pelis Hanekesianas tienen tanto éxito y la gente se vuelve loca con ellas. Oye, que vosotros sois vil vulgo igual que yo. Y vuestros padres y vuestros abuelos. Que casi todos sois de barrio, joder. Cómo es posible que este tipo os haya colado que vuestra vida se parece en algo a la de estos dos abuelos musicólogos, que no saben lo que es sentarse a ver una telenovela de sobremesa y que están dispuestos a pasar por el duro trance de la enfermedad y la muerte a base de sinfonías y sonatas.

Para terminar, nada que objetar a la interpretación de los dos personajes principales. Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva hacen exactamente lo que se espera de ellos: mostrarnos lo dura que es la enfermedad y dar mucha pena. Si fueran personajes reales yo desde aquí les daría unos cuantos consejillos prácticos:

1. Existen personas, sobre todo si dispones de medios económicos como es el caso, que pueden incluso quedarse a vivir internas en las casas para cuidar a las personas dependientes. Muchas de ellas son inmigrantes y lo hacen por sueldos bastante miserables, y no hay que llevar al enfermo ni al hospital ni a una residencia. Conozco un montón de casos, aunque se ve que Haneke no debe estar demasiado informado al respecto.

2. La tele y la radio, sí, es verdad, son medios de comunicación burdos y populacheros, pero oye, entretienen un huevo cuando alguien no puede moverse de una cama. Y siempre se puede seleccionar la programación, no hace falta ver cosas como  "La voz" o "Sálvame". Si eres muy sibarita se pueden ver sólo películas, por ejemplo. O deportes. O canales de cocina. O incluso sólo de música. La oferta en 2012, cuando se rodó esta película, ya era infinita. Sí, existe tele a la carta, aunque es muy posible que Haneke, en ese mundo particular en el que vive, no tenga ni idea de esto.

3. A unas malas, si no te convence pasar por una enfermedad degenerativa que te lleva directo a la muerte pasando por momentos muy desagradables, existen organizaciones a nivel internacional que te pueden ayudar a morir dignamente sin pasar todas las penalidades que te esperan. Ellos saben cómo hacerlo sin sufrimiento, sin dolor y sin repercusiones legales para tu familia. Si alguna vez desgraciadamente te ves en un caso parecido al de esta peli infórmate bien  y no hagas el gilipollas por tu cuenta. Haneke es un imbécil tocapelotas y no tiene ni puta idea de casi nada útil en esta vida.

Por cierto, mañana le dan a Haneke en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias, y ha manifestado lo siguiente: "La responsabilidad de un director es no tomar al espectador por idiota". Sin comentarios.

martes, 22 de octubre de 2013

Yo, yo mismo e Irene, by Peter y Robert Farrelly

Comentarios, observaciones y apostillas a algunas críticas leídas:

“La película no tiene ningún sentido pero está llena de escenas bastante graciosas”. Cuáles, cuántas, dónde están.

“Recomendable a quienes deseen reírse a cualquier precio sin mirar con lupa el argumento”. Pues no, yo quería reírme a cualquier precio sin mirar con lupa los argumentos, pero… no me he reído.

“La película consigue al menos entretener durante el tiempo que dura”. Ah, sí? A quién. Porque a mí ni durante el tiempo que dura ni durante ningún tiempo.

“Se la recomiendo, véanla porque es muy divertida”. No, no es muy divertida, de hecho no es nada divertida. Es zafia, es tonta y es básicamente aburrida.

“Jim Carrey está graciosísimo”. Bueno, si entiendes que poner caras raras y contosionarse mucho es graciosísimo… pues vale.

“Nueva demostración de puro talento interpretativo del apoteósico Jim Carrey”. Lo mismo que al anterior. Si consideras que poner caras raras y contosionarse mucho es puro talento interpretativo… pues vale.

“Tiene tantos golpes de humor que la risa no te deja oír el diálogo”. Suerte que tuviste porque yo, como no me reí, sí que oí los diálogos y te puedo asegurar que hubiera preferido no haberlos oído.

“La mejor película de los hermanos Farrelly.” Tampoco eso es tan complicado. La línea entre la mejor película y la peor de los Farrelly puede llegar a pasar bastante desapercibida para muchos.

“El cine de los Farrelly es así, ágil, surrealista…” Lo realmente surrealista es hacer ese comentario sobre el cine de los Farrelly. Surrealista eres tú, chaval.

“Muy buena la escena que bajan del tren y Carrey se empieza a pegar él solo.” Permítame que te diga sin ningún tipo de acritud que tu concepto de lo “muy bueno” podría, incluso debería, ser revisado. Prueba a ponerte ante el espejo y darte de hostias a ti mismo y luego me cuentas.

“Excelente película venida a menos por la manía que se tiene a este gran actor.” Este comentario sólo puede venir del mismísimo Carrey, al más puro estilo “Buaaaaa, el profe de Mates me ha suspendido porque me tiene maníaaaa”. Jim, eres tú?

Burda, bazofiosa, pesada, repetitiva y cutre. En definitiva, como todo lo de los Farrelly.

lunes, 21 de octubre de 2013

En la casa, by François Ozon

El nuevo trabajo de François Ozon viene siendo tan insoportablemente pretencioso como casi todo lo suyo. Y hay que decir que la idea no es mala; lo que pasa es que Ozon consigue convertirla en una auténtica majadería de principio a fin.

La cosa va de un profesor de Literatura que se queda enganchado a la redacción de un alumno y le pide que siga con la historia, historia que en las siguientes entregas se va haciendo más y más rocambolesca hasta el punto de que incluso llega a afectar seriamente a las vidas de los implicados.

La realidad y la ficción se mezclan constantemente y así, la figura del profesor empieza a aparecer en el relato de su alumno y las vidas de los protagonistas del relato empiezan a confundirse tanto para el profesor como para el espectador entre lo que es, lo que pudo haber sido y lo que no es ni puede ser. Vamos, que en ningún momento se sabe a ciencia cierta si lo que cuenta el muchacho, por cierto un chaval un tanto inquietante, ha ocurrido en la realidad o es fruto de su calenturienta imaginación.

Y digo que esta idea, que en un principio podría parecer buena, se convierte en pura majadería, debido a la idiosincrasia de los personajes. Es muy difícil concebir a un profesor tan manifiestamente torpe y tan imbécil como el que interpreta el inefable Fabrice Luchini; al igual que es difícil concebir a un alumno que consiga tomar el pelo de tal manera a un profesor, con ese descaro y esa desfachatez. Como es difícil concebir al personaje de la mujer del profesor, por mucho que la interprete con su buen hacer habitual, la fantástica Kristin Scott Thomas.

Y no, no es una apreciación personal poco fundamentada. Podría serlo si ésta fuera sólo mi opinión, pero se da la circunstancia de que en mi casa estábamos tres espectadores. Paso a exponer los comentarios de cada uno:

ESPECTADOR 1º: Pero de dónde ha salido ese profe. Cómo puede ser tan tonto. Mira que en mi instituto hay mamarrachos pero tan colgao y tan primo como ése no he visto ninguno, imposible. Menudo pringao.

ESPECTADOR 2º: Pero bueno, cómo es posible que el amigo del niño, el tal Rafa, no se mosquee cuando le pone ejercicios y, en lugar de quedarse con él para ayudarlo y resolverle las dudas, lo deja solo haciéndolos y se va durante horas a dar vueltas por la casa, a colarse en todas las habitaciones y a espiar a los padres. Pero qué invento es éste.

ESPECTADOR 3º: Grrrrrrrrrrrrrrrr Fiuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! (Onomatopeya de un ronquido)

Como podéis comprobar, tres críticas bastante unánimes, fundamentadas y contundentes.

domingo, 20 de octubre de 2013

El lado bueno de las cosas, by David O. Russell

Claves para hacer la peli indie del año y optar a unos cuantos Oscars.

1. Protagonista tarado con enfermedad de moda (anorexia, bipolaridad, etc.)

2. Coprotagonista asocial que haga cosas raras, inesperadas y chocantes.

3. Tensión sexual no resuelta entre el tarado y la asocial.

4. Protas guapos y cachas: Jennifer Lawrence y Bradley Cooper.

5. Menciones estratégicas a clásicos de la literatura y/o de la música.

6. Alguna actividad alternativa curativa: concursos de misses, de baile, etc.

7. Diálogos caóticos, superpuestos, demenciales e ininteligibles.

8. Situaciones rocambolescas: dobles apuestas, escándalos vecinales...

9. Un final con muchas babas que compense lo indie alternativo gamberrete.

Y con esto y una alpargata David O. Russell hizo esta patata.

viernes, 18 de octubre de 2013

La última película, by Peter Bogdanovich

COMPOSICIÓN

Un pueblo de la América profunda.

Un grupo de amigos adolescentes con las hormonas revueltas.

Una aprendiz de femme fatale que los trae locos.

Una mujer madura e infeliz que busca consuelo.

Una camarera comprensiva y acogedora.

Un lago donde lo mismo se va a pescar que a follar.

Una dosis de sexo, celos, primeros amores y primeras decepciones.

Un Timothy Bottoms, adorable y comestible.

Un Jeff Bridges jovencísimo y también comestible.

Un director de culto, Peter Bogdanovich.

Una angustiosa fotografía en blanco y negro.

INDICACIONES

Amantes de os viajes iniciáticos.

Amantes del desnudo femenino.

Amantes de la América rural.

EFECTOS SECUNDARIOS

Profunda desazón.

Pesimismo agudo.

Ocasionalmente alguna erección involuntaria en varones.

jueves, 17 de octubre de 2013

La zona gris, by Tim Blake Nelson

Si creías que lo habías visto todo sobre el Holocausto, te equivocabas.

En esta película vas a ver a judíos convenciendo a otros judíos para entrar a las cámaras de gas y desnudarse: "Venga, rápido, cuanto antes os duchéis antes podréis cenar y acostaros".

Y vas a ver cómo luego recogían los cuerpos y los arrastraban hasta los hornos crematorios, donde los empujaban al fuego. No sin antes extraerles las piezas dentales de oro y quitarles cualquier cosa de valor que pudieran tener. Después tenían que recoger las cenizas resultantes y arrojarlas al río. También tenían que limpiar las cámaras de gas para recibir al siguiente grupo.

Hay escenas tan duras que creo que nunca las podré olvidar. Y frases verdaderamente demoledoras:

Qué grande Harvey Keitel, el nazi alcohólico, diciéndole al médico judío que colabora con Mengele: "Yo admiraba a los judíos hasta que vi lo fácil que era convencerlos para hacer este trabajo. Entonces empecé a despreciarlos".

O el judío que le dice a la niña que sobrevive a la cámara de gas: "No sabemos de lo que somos capaces para sobrevivir. Somos capaces de todo. Uno olvida la persona que fue antes de todo esto, y que nunca volverá a ser".

Todo es mucho más fácil cuando en las pelis los nazis son los malos y los judíos los buenos. Es mucho más duro ver lo que nos muestra Tim Blake Nelson: a judíos golpeando a otros judíos o llevándolos al matadero, a judíos que requisan las pertenencias de los muertos y se ponen morados de comer y de beber a costa de ellos.

Y sin embargo hay momentos enternecedoras y llenos de heroísmo en esta historia de traidores:

Esa fuga que preparan, porque ellos saben que también los van a matar en poco tiempo y no están dispuestos a morir sin plantar cara. Por cierto, impresionante la breve aparición de Steve Buscemi.

O la increíble resistencia de las trabajadoras de la fábrica de municiones, torturadas sin tregua para que confiesen a quién le están pasando la pólvora que roban de la fábrica.

O cómo intenta el comando salvar a la niña, cómo arriesgan su propia vida por ella. La niña se convierte en un símbolo para ellos, lo que puede redimirlos de todo lo que se han visto obligados a hacer. Necesitan que ella sobreviva para salvarlos de sus infamias.

Estremecedora la voz en off de la cría contando la historia: "Nos decían que entráramos a ducharnos, que nos desnudáramos, luego recogían los cadáveres y los llevaban a los hornos para convertirlos en cenizas. Parte de esas cenizas se quedaban en el aire y se les adherían a la ropa, a la piel, al pelo, pero ellos se acostumbraban pronto y llegaba un momento en el que ni siquiera intentaban quitárselas de encima".

Creo que está todo dicho.