sábado, 31 de agosto de 2013

El cazador, by Michael Cimino

ANTES DE LA GUERRA

Michael Cimino nos obsequia como aperitivo con una hora de boda rusa ortodoxa. Los preparativos, los novios vistiéndose, la ceremonia religiosa, muy bonita y tal, el banquete con la borrachera consiguiente, los bailes... Una hora, casi lo que dura una boda de verdad.

Lo más interesante de la boda son las curiosas miraditas entre Robert de Niro y Meryl Streep, a pesar de que Streep recoge el ramo de la novia y acepta casarse con el mejor amigo de De Niro. Al día siguiente, todavía con los trajes de la boda puestos y la resaca a cuestas, los amigos se van de caza, y empiezan a pelearse por gilipolleces. 30 minutos más.

Por lo visto están a punto de irse a Vietnam. La verdad es que entre las borracheras que se pillan y las tonterías que sueltan una piensa que si todos ellos murieran en la guerra no se perdería gran cosa, unos cuantos capullos menos en el mundo. De hecho si todos los americanos que mueren en las diferentes guerras en las que se meten son por el estilo de éstos, hay que mirarlo en positivo; es una forma de soltar lastre. En fin, a lo tonto a lo tonto, entre la boda y la cacería nos hemos chupado hora y media de peli, que se dice pronto.

DURANTE LA GUERRA

De repente estamos en Vietnam, donde nos vamos a tirar unos 40 minutos de metraje. A nuestros amigos borrachuzos y descerebrados los cogen prisioneros.

Para compensar su gilipollez, van a dar con unos vietnamitas igual de descerebrados que ellos o más. A éstos les da por jugar a la ruleta rusa con los prisioneros. Tal y como Cimino nos los pinta una piensa que tampoco pasa nada porque murieran en esa guerra unos cuantos de millones de vietnamitas. Es más, si hubieran muerto todos mucho mejor para el mundo.

Al final la cifra de bajas de la guerra de Vietnam, que en un principio parecía descomunal, termina pareciendo una nadería. Podrían haber sido muchas más en ambos bandos y no se hubiera perdido gran cosa; unos cuantos capullos menos jugando a la ruleta rusa, conduciendo borrachos y matando inocentes cervatillos. Ya ves tú qué pena más grande.

DESPUÉS DE LA GUERRA

Aún nos queda casi una hora más de peli, pero tranquilos, no voy a contar el final.  De todas formas ya sabemos cómo se queda la gente después de la guerra de Vietnam; hemos visto muchas pelis. Entre lisiados y tarados los USA se quedaron para echarles una foto. Es igual, tampoco escarmentaron demasiado, a los pocos años ya estaban metidos en el siguiente fregado.

Curiosamente De Niro es el único que vuelve ileso, por lo menos de cuerpo, porque de alma ya se puede suponer que volvieron todos bastante tocadillos. Y no sólo vuelve ileso sino que vuelve guapísimo, hecho un hombretón, y además bastante menos gilipollas de lo que se fue. La guerra puede hacer también milagros. Meryl Streep lo recibe con sus habituales miraditas y tics nerviosos, hasta ella no han llegado los milagros de la guerra.

Esta última parte ya te pilla un poco agotada. Entre la hora de la boda, la media hora de la cacería y los 40 minutos en Vietnam, la verdad es que está una ya para pocos trotes. Lo mejor es que acaben rápido, pero no; todavía tendremos que tragarnos unas cuantas dosis más de cacerías, miraditas cruzadas Streep-De Niro, partiditas a la ruleta rusa y hasta un viajecito expréss a Vietnam. Y hasta aquí puedo contar.

Al final terminan todos cantando, creo que cantos regionales. Sí, habéis leído bien: después de tres intensísimas horas todavía tienen ganas de cantar. Por qué. Ah, pues no lo sé. Yo normalmente cuando vuelvo de la guerra no estoy para muchas coplas, pero los americanos son muy suyos. Recordad cómo cantaban y bailaban después de una durísima jornada laboral los de "7 novias para 7 hermanos"

Por fin lo que parecía casi imposible ocurre: la película acaba. Cuando ya pensabas que después de los cantos regionales se iban a ir de caza otra vez o a emborracharse o a la guerra o vete tú a saber, por suerte aparecen los títulos de crédito. Sí, increíblemente todo ha terminado. Aunque... quietos ahí, no os mováis de vuestros asientos! No queréis ver junto con los créditos la repetición de las imágenes de la boda? Aaaaaaaarrrrggggg!

viernes, 30 de agosto de 2013

El coleccionista, by William Wyler

Ella es guapa, inteligente, bien educada y artista.

Él es guapo pero gris, poco culto y obsesivo.

Ella estudia arte y pinta.

Él es empleado de banca y reciente millonario.

Ella le teme. No lo conoce pero intuye que está muy loco.

Él la adora. No la conoce pero intuye que es lo que busca.

Ella sabe que su única escapatoria es conseguir engañarlo.

Él sabe que su única oportunidad es conseguir enamorarla.

Ella intenta engañarlo mil veces usando su inteligencia superior.

Él intenta enamorarla mil veces usando el poder de su amor.

Ella da pena porque lo tiene muy difícil.

Él da aún más pena porque lo tiene más difícil todavía.

Ella es una mariposa atrapada.

Él es un coleccionista pertinaz.

Ella es Samantha Eggar, la perfecta víctima.

Él es Terence Stamp, el perfecto verdugo.

Y William Wyler es un tipo genial, sí, pero... yo hubiera cambiado ese final.

miércoles, 28 de agosto de 2013

La ardilla roja, by Julio Medem

ACTO PRIMERO

Emma Suárez: Uy por Diossss, qué me ha pasado. Dónde estoy, quién soy.

Nancho Novo: Te has estrellado con la moto. Cómo te llamas.

Emma Suárez: No sé, no me acuerdo de nada. Tú quién eres.

Nancho Novo: Soy tu novio, me llamo Jota y nos encanta follar.

Emma Suárez: Pues no me acuerdo pero si tú lo dices... a qué esperamos.

ACTO SEGUNDO

Emma Suárez: Qué bonito camping. Jota, aquí nos podemos inflar de follar.

María Barranco: Holaaaa. Uy qué vecinos tan monos. Os invito a cenar.

Emma Suárez: Genial, pero igual nos tenemos que ir pronto para follar.

María Barranco: Vale, pues mi marido es taxista y corre un montón.

Emma Suárez: Pues yo soy amnésica. Te he dicho ya me encanta follar?

ACTO TERCERO

Carmelo Gómez: Yo sin ti ni siento ni vivo ni la sangre corre por mis venas.

Emma Suárez: No me importa, no me acuerdo de nada, me encanta follar.

Carmelo Gómez: Mira, me corto media cara con las tijeras y no me sale sangre.

Emma Suárez: No me importa, no me acuerdo de nada, me encanta follar.

Julio Medem: Cor-teeen. Con esto se corren en Cannes. Harrrll me maten!

martes, 27 de agosto de 2013

Behind the Candelabra, by Steven Soderbergh


Soderbergh se despide (dice él) del cine con este sentido homenaje a lo hortera, a lo desmesurado y a lo decadente a través de la figura igualmente hortera, desmesurada y decadente del pianista Walter Liberace.

Horripilantes abrigos de pieles, toneladas de oro en forma de maxianillos, cadenones, brazaletes y todo tipo de joyerío de gusto distraído, la ostentación como estilo de vida, el histrionismo como forma de comunicación...

Liberace, para que nos entendamos, sería una especie de mezcla setentera de nuestro Raphael, de Mario Vaquerizo y de Sara Montiel. Un auténtico cocktail molotov que te puedes imaginar encarnado en cualquiera menos en el hombre-testosterona por excelencia, Michael Douglas.

Y sin embargo ocurre; ver a Douglas es ver a Liberace y ver a Liberace es ver a Douglas. Si no, buscad imágenes y vídeos del auténtico Liberace y lo podréis comprobar. Igualicos igualicos igualicos.

Sólo por ver la transformación de Douglas en esta locaza amante de los excesos y del esperpento merece la pena la película. Pero si Douglas está irreconocible no se queda tampoco corto Matt Damon interpretando al joven amante del pianista.

Damon, de hecho, tiene un papel bastante más complejo porque en dos horas pasa de joven efebo rubio a maricona loca y de ahí a yonki desquiciado para terminar con una imagen de respetable y cuerdo ciudadano americano que rompe todos los esquemas.

La película, de hecho, se basa en un libro del amante de Liberace. Supongo que el muchacho, tras una experiencia vital tan completita, no pudo resistir la tentación de comunicarla al resto de la humanidad, presentándonos de paso una imagen de sí mismo enternecedora.

Por mí, desde luego, se lo podría haber ahorrado. Primero, el personaje de Liberace no me parece en absoluto interesante. Puede que a Alaska o a Lady Gaga les pueda fascinar, seguro; a mí me parece otro mamarracho más de los muchos que tenemos que soportar a diario en los medios. Y la historia del novio me interesa todavía menos. Ya ves, el chulazo de un famoso contando al mundo su tormentosa relación, qué interesante y qué original. Sálvame Deluxe.

Y sin embargo éste es el extraño caso de una película cuya historia me importa un pimiento pero que me ha resultado divertida, sobre todo por ver a algunos de mis actores favoritos en registros desconocidos y nunca imaginados. Aunque sólo sea por eso, si tenéis ocasión, vedla. Lo vais a flipar

domingo, 25 de agosto de 2013

La noche de los girasoles, by Jorge Sánchez-Cabezudo

Muchos comparan esta película con "Fargo", como una especie de versión menor a la española. 

Con permiso de todos los fargófilos, para mí "La noche de los girasoles", no siendo una película redonda, que no lo es, sí es mucho mejor que Fargo. 

Mucho más corrosiva, mucho más fuerrrte, además mucho más nuestra. Y vuelvo a pedir permiso y hasta perdón, porque sé que voy a hacer pupa: con actores mucho mejores. Por ejemplo:

Walter Vidarte, el loco Amós. Una interpretación impecable, y un personaje muyyyyy agradecido. El loco Amós es un secundario en esta historia, pero es el secundario que lo cambia todo. Vidarte hace un trabajo memorable, y si no le dieron´ningún premio deberían habérselos dado todos.

Celso Bugallo, "El Caimán". Qué pedazo de actor. Qué poco dice pero qué bien lo dice. Su ternura con la hija, las miradas de sospecha al yerno, y sobre todo, la escena final ante el fuego, cómo llena esa pantalla y se merienda a todos los demás... Simplemente impresionante.

Cesáreo Estébanez, el desaparecido. Otro que tal baila, este tío es muy grande. Su papel es corto; representa a la España más profunda, ésa que si desapareciera pocos sentirían. Cerril, hosco y rencoroso, en el fondo él es el personaje principal porque plantea la gran duda de la película: alguien echaría de menos a este tipo? 

Los actores más jóvenes, lo siento, no están a la altura, ni siquiera mi adorado Carmelo Gómez. En este caso, los viejos secundarios se alían para eclipsar a las nuevas generaciones. Bien es verdad que ninguno de los personajes jóvenes tiene el potencial de los de los veteranos.

Sin embargo, en el puzzle de 6 historias cruzadas que monta Jorge Sánchez-Cabezudo falla algo. Tal vez cierto buenismo, una dosis de ingenuidad que se huele detrás de la impecable narración de los hechos. Algo que no se entiende porque no termina de cuadrar:

Vamos a ver, en esta historia hay un claro caso de chantaje. El problema es que el chantajista, si se descubre el pastel, tiene mucho más que perder que los propios chantajeados. La pregunta es: exactamente qué les induce a aceptar el chantaje. Y hasta aquí puedo contar.

sábado, 24 de agosto de 2013

El cuerpo, by Oriol Paulo

Viendo esta peli te pasas todo el rato diciéndote: "Sea cual sea la explicación que me den al final... por muy buena que pueda ser, no me creo nada".

Y así es. De hecho, al final Oriol Paulo da una explicación bastante plausible de la historia, pero sigues sin creerte nada.

Como diría Rajoy, "todo cuadra menoshhhh alguna cosa".

1. Por qué Hugo Silva en ningún momento pide un abogado.

2. Por qué Hugo Silva se come el papel que saca del water. Y para qué.

3. Por qué José Coronado lleva ese peinado infame. Qué sentido tiene.

4. Por qué Belén Rueda está más creíble muerta que viva.

5. Por qué Aura Garrido llama constantemente al móvil de Hugo Silva.

6. Por qué Hugo Silva le coge el teléfono y no lo apaga. Es un sospechoso.

7. Por qué el final, aunque lo explique todo, sigue siendo increíble.

Oriol Paulo: un buen final, por muy bueno que sea, no redime a una mala película. Simplemente la hace un poco menos mala.

viernes, 23 de agosto de 2013

Las nieves del Kilimanjaro, by Robert Guédiguian

1. Eres Robert Guédiguian y estás pensando un argumento para tu próxima película. Cuál sería.

A. Un sindicalista ejemplar mata a un agente y se convierte en mujer para casarse con su viuda lesbiana.
B. Un sindicalista ejemplar resulta ser la reencarnación de Camarón de la Isla.  
C. Un sindicalista ejemplar es robado y apaleado pero se siente superculpable por ser burgués. 

2. Eres un sindicalista ejemplar y te roban y apalean un día. Qué harías.

A. Dejar el asunto en manos de la polícia.
B. Dejar el asunto en manos de un matón a sueldo.
C. Dejar el asunto en tus manos y buscar tú al ladrón siguiendo la pista de un tebeo.

3. Eres la esposa apaleada del sindicalista ejemplar. Qué harías.

A. Morirme de miedo, ir al psicólogo y pedirle Prozac por siete tubos.
B. Morirme de miedo y organizar un mercadillo en beneficio de los ladrones de sindicalistas.
C. Morirme de miedo, buscar a los hermanos del ladrón y hacerme su asistenta.

4. Eres el ladrón del sindicalista ejemplar apaleado. .

A. Eres ladrón porque eres yonqui y necesitas pasta para tu vicio.
B. Eres ladrón porque naciste hijodeputa y te gusta joder a la gente.
C. Eres ladrón porque tienes dos hermanitos que no pueden comer Nutella.

5. Eres el comisario encargado del caso. Qué le dirías al sindicalista ejemplar apaleado.

A. Lo siento pero éste en dos días está otra vez en la calle porque no tiene antecedentes.
B. Lo siento pero se nos ha ido la mano y nos hemos cargado a su ladrón.
C. Lo siento pero tome una porra, entre ahí y haga lo que quiera con su ladrón.

6. Eres hija del sindicalista ejemplar y señora. Quedas a merendar con tu madre y...

A. Le cuentas que tu marido te engaña y tu madre te abraza y te consuela.
B. Le cuentas que tu marido te engaña y tu madre dice "todos los hombres son iguales".
C. Le cuentas que tu marido te engaña y tu madre pasa de ti como de la mierda.

7. Eres un ladrón y robas dos tarjetas de crédito. Qué haces con ellas.

A. Sacas toda la pasta que el cajero te deja sacar de una vez, que es poca.
B. Sacas toda la pasta que necesitas y dejas el resto en la cuenta.
C. Sacas toda la pasta de las cuentas del tirón y el cajero la escupe sin protestar.

8. Eres vecina de dos menores que viven solos. Qué harías.

A. Preocuparme, adoptarlos y dedicar mi vida a los dos niños.
B. Preocuparme, llamar a los servicios sociales y decirles que hay dos niños solos.
C. Preocuparme, llevarles un tupper de vez en cuando y pasar de llamar a nadie.

9. Eres el sindicalista ejemplar y decides ayudar a los hermanitos de tu ladrón. Cómo.

A. Abriendo una cuenta a su nombre y buscando a alguien de fiar para administrarla.  
B. Abriendo una cuenta a su nombre y dejando que ellos se administren solos.
C. Abriendo una cuenta a su nombre y adoptándolos. El papeleo te la suda. Burocracias a ti, ja! 

10. Eres hermanito pequeño de un ladrón y a tu hermano lo meten en la cárcel.

A. No pasa nada. Lloro un poco pero sobreviviré dando palos por ahí yo también.
B. No pasa nada. Los servicios sociales se ocuparán de mí.
C. No pasa nada. Ya vendrá alguna de las víctimas de mi hermano y me acogerá en su hogar.

11. Eres Ariane Ascaride o Jean-Pierre Darroussin. Qué tipo de papeles te gustaría hacer.

A. Papeles serios en películas de directores respetables.
B. Papeles cómicos en películas de directores cachondos.
C. Papeles flowerpower en los mundos flowerpower de Robert Guédiguian


miércoles, 21 de agosto de 2013

Un extraño en mi vida, by Richard Quine

Había terminado ya todos los libros que me había traído de la biblioteca y, desesperada, sin nada que echarme a la vista, acudí a mi propia colección casera por si encontraba algo que aún no hubiera leído. En un rincón del estante más alto me encuentro una novela muuuy vieja, de un señor llamado Evan Hunter, edición del Círculo de Lectores, año 1965. Debí traérmela de casa de mis padres hace siglos y no sabía ni que la tenía. El título me parece ridículo además de sintácticamente erróneo: "Fue dicho: no desearás la mujer de tu prójimo" . El título original me parece mucho más interesante y sugestivo: "Strangers when we meet". Bueeeeno, a falta de otra cosa... Venga, este mismo.

En la página 15 ya le he puesto cara al arquitecto protagonista: Kirk Douglas. Y ya sé lo que va a pasar y con quién. Sin que aún haya salido ella a escena sé que tendrá la cara fría, inquietante y magnética de Kim Novak. Y también sé que la tercera en discordia que, curiosamente, es el primer personaje en aparecer, tendrá el precioso rostro de Barbara Rush. Voy corriendo a Filmaffinity y localizo la película. Afortunadamente alguien tuvo un gran momento de lucidez y prescindió del título de la novela en español. Mucho mejor "Un extraño en mi vida", dónde va a parar. Pues claro. La vi hace un par de años. Una película impactante, vive Dios.

Tan impactante que a la vez que pongo cara a los personajes del libro, le pongo un final. Me acuerdo perfectamente del final, también me acuerdo de que lloré cuando la vi. Y a pesar de saber lo que va a pasar y cómo va a terminar, decido leerlo. Es la primera vez que hago algo así, normalmente es al revés, suelo ver películas basadas en libros que he leído, pero nunca antes he hecho esto.

Conforme voy leyendo me doy cuenta de que los protagonistas no podían ser otros. Bueno, Kirk Douglas tal vez, él podría haber sido muchos otros actores, pero ella... sólo podía ser Kim Novak. La forma de describir a su personaje es tan exactamente idéntico a ella que me cuesta creer que Hunter no la tuviera in mente cuando escribió la novela. Luego he leído que el director, Richard Quine, estaba locamente enamorado de Novak y que en la película se regodeó especialmente en sus planos. No fue el único, ahora ya puedo decir que Hunter también se regodea una y mil veces en la sensualidad extrema del personaje.

La historia no es nada del otro mundo pero sí lo son los caracteres, sobre todo el de Maggie. Tanto en la novela como en la película, ella es el centro absoluto. Por lo demás, el argumento no es más que un encoñe normal y corriente, como otro cualquiera. Dos personas aburridas de la rutina de la vida conyugal, buscan fuera de casa la excitación y la pasión que ya es imposible que encuentren dentro. Se creen enamorados, y eso es normal porque le suele pasar a todo el mundo cuando vive algo así. Pero lo realmente alucinante es que leyendo críticas por ahí a todo el mundo le parece una historia de amor fascinante. Por diossssss, es un encoñe de manual!

Que sí, que ella es una mujer especialmente enigmática, misteriosa y regia, eso es indiscutible. Y que su personalidad atormentada resulta muy atractiva, casi tanto como la propia Novak, de quien muchos opinan que aquí se limita a ser ella misma y que no interpreta nada. Pero es una infidelidad de puro manual: cómo empieza todo, cómo se desarrolla la relación, las dudas de los protagonistas, como la pasión los absorbe, el sufrimiento de la esposa cuando empieza a sospechar (por cierto, magnífica Barbara Rush, aunque la presencia de Novak eclipse a cualquier rival), la eterna dialéctica entre la razón y el corazón, la llamada de la selva y la llamada del hogar calentito y protector... Nada que no hayamos visto antes una y mil veces.

Pero claro, hay que saber contarlo. Hay que conseguir que se huela la tensión sexual. Hay que hacer arte con un tema bastante trillado y repetitivo. Y sobre todo, hay que saber sugerir más que mostrar y dejar que el lector o el espectador se queden tan fascinados por Maggie como lo está el propio protagonista, y yo juraría que también el novelista y el director. Y tanto Hunter como Quine lo consiguen con creces.

Advierto que los dos finales son completamente diferentes. El de Hunter es mucho más dramático y catártico, incluso tiene un cierto punto didáctico; el de Quine es... menos impactante pero mucho más probable y real. Yo, como soy muy tremenda, me quedo con el de Hunter.

En realidad la historia da mucha pena. Los protagonistas son unos pardillos, unos pobres desgraciados. Inician un juego que les viene muy largo y al que, como se ve en el transcurso de la acción, no saben jugar. Se les va de las manos por completo. Él a veces es relativamente consciente de que no ha descubierto el vellocino de oro, de que como su historia las hay a montones y que todas tienen un principio y un final; es más, creo que es consciente de que lo mejor que puede ocurrir para hacerla maravillosa y perdurable en el tiempo es terminar con ella. Pero no consigue controlar sus emociones, le sigue viniendo largo. A mí se me ocurre un famoso dicho popular para resumirlo: MANOLETE, SI NO SABES TOREAR PA QUÉ TE METES.

El apartamento, by Willy Wilder

"El apartamento" es un tratado de sabiduría universal sobre 3 temas trascendentales que preocupan y han preocupado desde el principio de los tiempos profundamente a la humanidad. A saber:

1. LOS NIDOS DE AMOR. Según encuestas recientes un alarmante porcentaje de la población mundial tiene como principal preocupación encontrar un nidito de amor discreto y asequible para poder engañar confortablemente a sus parejas, muy seguido de la segunda gran preocupación: encontrar un amigo coartada fiable que les sirva de parche para sus encuentros clandestinos. Wilder aprovecha este interés colectivo para captar adeptos e incondicionales a su obra más emblemática.

2. EL PELOTILLEO. Cómo ser el empleado más servil sufriendo mínimamente el impacto ambiental del desprecio de los compañeros. El pelotas vocacional se ve impulsado por sus instintos más primarios a arrastrarse vilmente hasta extremos vomitivos, pero tiene que redimirse de alguna manera cara a la sociedad. La redención vendrá de mano del amor, como casi siempre, en este caso centrado en la figura de la ascensorista amante del jefe. Lo que nos lleva directamente al tercer tema trascendental. 

3. LAS CONVERSACIONES DE ASCENSOR. Qué decir cuando se coincide con un vecino o un compañero de trabajo en el ascensor. Desde que el mundo es mundo ésta es una de las principales preocupaciones del ser humano, muy especialmente en los rascacielos, en los que hay personas que pueden pasar perfectamente y sin exagerar varias horas al día subiendo y bajando de un piso a otro. Encontrar temas de conversación versátiles, medianamente originales y que no resulten cansinos es un verdadero arte al alcance de pocos privilegiados.

En definitiva, Billy Wilder encuentra en "El apartamento" la forma de concentrar sus enseñanzas sobre estos tres asuntos de máximo interés general de una forma amena, ligera y divertida. Contribuyen en gran medida los excelentes trabajos de dos de sus actores favoritos: Lemmon y MacLaine. Son muchas las generaciones que han aprendido gracias a "El apartamento" a engañar a sus cónyuges con soltura, a pelotillear a sus jefes con habilidad y a encandilar a sus vecinos con inolvidables y fascinantes conversaciones de ascensor. Gracias, Billy. Sólo tú podías hacerlo.

Shangai, by Mikael Håfström

Últimamente me paso la vida entre China y Japón, todo el día de acá para allá, de Shangai a Tokio y de Tokio a Shangai. Hasta los ojillos se me están achinando un poco, palabrita. En menos de 10 días me he chupado "Deseo, peligro", de Ang Lee, "Pabellón de mujeres" de Yim Ho, y ahora "Shangai". Las tres tienen en común, aparte de la localización, unas cuantas cosas más:

- Hay un trasfondo de conflicto chino-japonés durante la II Guerra Mundial.

- Hay tres protagonistas femeninas guapérrimas de la muerrrrte.

- Hay tres protagonistas masculinos menos guapos, pero que tienen su aquél.

- Hay muchíiiiisima tensión sexual tanto resuelta como no resuelta como casi.

- Hay tres maridos japos en distintas fases de cornudez y callado estoicismo.

- Hay muchísima sangre en distintos grados de coloración y espesor.

- Hay besos, ternura, gran derroche de amor y bastante locura.

Pero si en "Deseo, peligro" predominaba lo erótico y en "Pabellón de mujeres" el choque cultural, aquí tenemos una historia de espías, a lo "Casablanca". Vale, John Cusack no es Caradepalo Bogart (Cusack es muuuuucho más sexy) ni Gong Li es Lagrimitas Bergman (Li es muuuuuucho más guapa), ni tampoco Mikael Håfström es Michael Curtiz, aunque los dos sean tocayos, pero... llamadme loca, ignorante o hereje: a mí Shangai me parece como más soportable, dentro de la insoportabilidad. Dicho queda. Se admiten fusilamientos y cuchilladas. Estrangulamientos no, que me asfixio.

martes, 20 de agosto de 2013

El tercer hombre, by Carol Reed

EL PRIMER HOMBRE es Joseph Cotten. Llega a Viena invitado por un amigo y se encuentra con que éste acaba de morir. Vaya por Dios, qué contrariedad. EL PRIMER HOMBRE en seguida empieza a sospechar que en la muerte de su amigo hay gato encerrado, y se pone a investigar, porque a todo esto es escritor de novelas de intriga, y descubre, cómo no, la existencia de EL TERCER HOMBRE. De paso va y se cuelga como un vil mamarracho de la desconsolada novia de... oh, sí, EL TERCER HOMBRE.

EL SEGUNDO HOMBRE es poli. Desde el primer momento le coge afición a EL PRIMER HOMBRE e intenta convencerlo de la clase de cabroncete que era EL TERCER HOMBRE. Pero EL PRIMER HOMBRE duda de sus palabras, entre otras cosas porque es un pringaíllo de cuidado. Y eso que EL SEGUNDO HOMBRE se lo curra y le presenta pruebas como puños. Pero nada, no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Entre tanto nos encontramos a un montón de hombres y mujeres sin numerar que tienen todos algo en común: una tremenda cara de sospechosos. Todos salen de entre las sombras y miran superraro a EL PRIMER HOMBRE. La pregunta constante es: será éste EL TERCER HOMBRE, será este EL TERCER HOMBRE, será éste EL TERCER HOMBRE? Pues no, no te comas la cabeza. No es ninguno. Cuando aparece EL TERCER HOMBRE te das cuenta en seguida.

En esta peli hay muchas sombras, claroscuros a punta pala, y picados y contrapicados para parar siete trenes. Muchos de ellos os sonarán porque han pasado a la historia del cine como paradigma de fotografía molona en blanco y negro. EL TERCER HOMBRE durante un buen rato es una sombra pelín anchota con sombrero, hasta que por fin sale a la luz y vemos que no es más que un gordito simpático con la cara de Orson Welles, que a pesar de su evidente sobrepeso corre como Usain Bolt y escala por los tejados como un avezado ochomilista. Además liga un montón y vuelve locas a las chicas, un exitazo que antes de EL TERCER HOMBRE nunca tuvo un gordito simpático.

EL PRIMER HOMBRE, EL SEGUNDO HOMBRE y EL TERCER HOMBRE se encuentran por fin en una escena apasionante en las cloacas de Viena, que son algo así como las cataratas del Niágara pero en subterráneo. Chulas que te cagas, nunca mejor dicho. Muchísima agua, cascadas preciosísimas y todo requetelimpio, al menos en apariencia. Ni una rata, lo prometo. Como además en el cine no se huele... Y adelanto desde ya que uno de los tres hombres muere. Por supuesto no revelaré cuál, entre otras cosas porque a esas alturas de la persecución cloaquera a mí misma ya me daba exactamente igual y lo único que esperaba es que de una puta vez mataran al que fuera. Es más, si por mí fuera, se hubieran matado todos entre ellos. Lástima que Carol Reed sea un meapilas y cayera sólo uno. Esto se merecía un final totalmente tarantiniano, todo sangre y ni uno vivo. Los tres fiambres. Anda y que os den por culo, clásicos de mierda.

sábado, 17 de agosto de 2013

Pabellón de mujeres, by Yim Ho

La pobre señora Wu, después de 24 años de cumplir religiosamente con el débito conyugal, decide jubilarse a los 40 y buscar una segunda esposa a su exigente marido, cuya práctica sexual favorita es la felación. En fin, lo que en cristiano llamaríamos endilgar el muerto, en este caso más concretamente la polla.

Lástima que la pobre chica a la que elige, a pesar de ser mucho más joven, no muestra la misma buena disposición que la primera señora Wu y no termina de satisfacer al señor Wu, que acaba yéndose de putas para consolarse.

Me sorprende que esta película sea prácticamente desconocida porque es una verdadera delicia. Es un relato fascinante sobre la vida de una familia china rica durante los años 30, antes de la revolución comunista. Los matrimonios concertados, la violencia del sexo conyugal, el sentido del deber de la mujer china...

Intimista, delicada y llena de sutileza... Yim Ho consigue captar a base de bellos primeros planos de la protagonista el proceso que vive desde la sumisión absoluta hasta su liberación. Curioso que esa liberación llegue de manos de un cura occidental, que no es precisamente el paradigma de la libertad.

En realidad es una simple historia de amor en la que, para mi gusto, lo único que falla son algunas escenas demasiado tópicas (p.e. la inesperada tormenta y el refugio en el pajar) y un desenlace bastante predecible. De todas formas, preciosa.

viernes, 16 de agosto de 2013

La fiesta del Chivo, by Luis Llosa

Confieso que no he leído la novela de Vargas Llosa; lo he intentado varias veces pero nunca he pasado de la página 15. Vargas Llosa no es santo de mi devoción literaria y lo reconozco sin pudor. Sin embargo, reconozco igualmente que me interesaba conocer esta historia.

La película de Luis Llosa (supongo por el apellido que pariente del escritor) me ha servido para enterarme de una historia que literariamente no conseguía atraparme. Y no está mal, me parece entretenida y muy bien hecha, si bien es cierto que francamente maniquea.

Y no sé si es debido a la fidelidad a la novela o a las veleidades de la adaptación al cine, pero el caso es que no me creo a ese dictador que me pinta Llosa director. Todas las personas del mundo tienen sentimientos, incluso los dictadores, incluso Hitler, incluso Stalin... incluso Trujillo.

Me molestan estas historias en las que el que las cuenta es incapaz de profundizar mínimamente en el alma del malo. Me molesta porque estoy segura de que Franco tenía su lado humano, y Hitler también. Puede que fueran implacables con sus enemigos y sus obsesiones, pero seguro seguro que tenían un alma.

No me creo a este Trujillo como no me creo al Franco que me pintan en las películas sobre la guerra o la posguerra. Lo siento, no creo en la maldad ni en la bondad absoluta. Creo que estos tipos fueron malignos para la humanidad pero sé sin lugar a dudas que sentían como personas.

Ni siquiera me creo a Isabella Rosellini en el papel de la Urania adulta; tampoco a la niña Urania. La niña Urania a veces parece la niña más tonta de la Tierra y otras parece hasta que piensa y se da cuenta de la gravedad de la situación en la que vive.

Por tanto, ni me creo al dictador, ni me creo a Urania adulta ni me creo a la niña, ni me creo esta historia. No sé si falló Llosa pariente o Llosa escritor ni tampoco me interesa. Lo que sé es que, una vez más, me la intentan colar de muy buenos y muy malos. Y que, una vez más, no ha vuelto a colar.

jueves, 15 de agosto de 2013

Planes para mañana, by Juana Macías


Me gusta esta película, me gusta su título, me sugiere mil cosas.

Planes para mañana tenemos todos y a todos nos pueden salir como el culo.

En este caso es un accidente de coche, pero igual podría ser:

1. El anuncio de una enfermedad.

2. Un ERE súbito en tu empresa.

3. Que tu pareja te deje sin que te lo esperes.

4. Un embarazo inesperado.

5. Un fantasma del pasado que reaparece.

6. Un atentado terrorista.

7. La muerte, en cualquiera de sus formas.

Oye, que también puede tocarte la lotería pero, reconozcámoslo, pasa menos.

Creo que Juana Macías capta muy bien lo que es la fragilidad de la vida.

Lástima que quede una vaga sensación de que esto... ya lo hemos visto antes.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Prometheus, by Ridley Scott

Prometheo que a mí la ciencia-ficción ni fu ni fa. Y ya me acuerdo por qué.

Prometheo que te vas a hartar de ver bichos asquerosos y viscosos.

Prometheo que Michael Fassbender teñido y robotizado no vale un duro.

Prometheo que Noomi Rapace tras una autocesárea está como una rosa.

Prometheo científicos supercachas, pese a su fama de feíllos y dejaíllos.

Prometheo que si eres la prota y una nave espacial te cae encima te salvas.

Prometheo que a las misiones espaciales sólo van científicos gilipollas.

Prometheo que Ridley Scott está pelín gagá. Con lo que valía este chico.

Prometheo que Prometheus-2 la va a ver su puta madre.

martes, 13 de agosto de 2013

Las hermanas Bolena, by Justin Chadwick


Os cuento. Un Enrique VIII que, contra todo lo que sus numerosos retratos nos dicen de él, resulta que está bueno que te cagas y tiene una tableta que... ay omá.

Unas hermanas Bolena que no las conoce ni la madre que las parió. Para empezar porque hay que ponerles las caras de Scarlett Johansson y Natalie Portman, que se parecen a las auténticas Bolenas casi tanto como Enrique VIII a Paris Hilton. Si tenéis dudas buscad sus retratos por el Google.

Y luego está el chuleo magistral de Ana Bolena a ese Rey, que la muy ladina le hace renunciar a Roma, montar una iglesia nueva y saltarse tooooooda la legalidad vigente a la torera a base de decirle un día sí y otro también: me verás me verás pero no me catarás. A todo esto sacándole la lengua desde lejos.

- Yuhuuuuuuu, Enriquitoooooo.

- Venacápacá corderaaaaaaaa, que te vi a comer lo que nadie te ha comío.

- Tch Tch Tch, no no no. Si me quieres de catar anula tu matrimonio, encierra a tu señora en un convento, manda a monsieur le Papa a la mierda y cásate conmigo.

- Qué hijaputa! Las mujeres no hacéis más que pedir y pedir, pedazo de zorras, que nunca estáis contentas.

- Aaaaaah, se siennnnnte.  Eso es lo que hay, Enriquito. Si quieres bien y si no también, toma ya!

Esto al todopoderoso Enrique VIII ni más ni menos ni menos ni más. Sí, aquel gordito cabrón que tuvo siete esposas porque cada vez que se cansaba de una mandaba que le cortaran la cabeza o que la encerraran en la torre más alta for ever more. Ole ahí revisión de la historia que hace el tal Justin Chadwick..

Esto es poco más o menos como si se hace la biografía de Juan Carlos I y lo interpreta Miguel Ángel Silvestre. Y a la reina, Blanca Suárez.Y a la infanta Elena, Elsa Pataky. Y a la infanta Cristina, Leonor Watling. Y al príncipe, Javier Bardem. Y a la infanta Margarita, hermana del Rey, Paula Echevarría. Y a la infanta Pilar, Paz Vega.

Y ahora la reina resulta ser una golfa de cuidado, supercampechana, cazadora de elefantes y reputada patrona de veleros. Y el rey un amante de los animales y del arte, vegetariano y acérrimo detractor de los toros y demás costumbres bárbaras. Y además con la voz y la dicción de Constantino Romero. A que da risa? Bueno, pues lo de las Bolena y Enrique VIII más.

Lo siento por la Portman y la Johansson, que debían estar borrachas al aceptar estos papeles o bien tienen la misma nocíón de la historia de Inglaterra que un campesino vietnamita ciego y sordomudo.

Llamar a esto cine histórico es como llamar a "La vida de Brian" drama carcelario o a "Los bingueros" cine de autor. Una verdadera majadería como la copa un pino. Ayyyyyyy, cuánto daño han hecho "Los Tudor", lavirrrrgen.

domingo, 11 de agosto de 2013

Deseo, peligro, by Ang Lee


Ésta es la triste historia de una agente secreta china a la que follar le gusta demasiado. O le gusta demasiado el señor con el que folla, que para el caso es lo mismo.

Una se mete a Matahari muy convencida, muy bien entrenada, con un  sentimiento patriótico que te cagas... "Voy a a luchar por mi país, voy a acabar con estos cochinos japos... Y si hay que follar, pues se folla, pero siempre por negocio, nunca por ocio".

Y ahora vas y tu objetivo resulta ser un experto en artes amatorias con un repertorio sexual que ríete tú de Rocco Siffredi. Por arriba, por abajo, por delante, por detrás, de perfil, los dos en decúbito supino, los dos en decúbito prono, uno en supino y el otro en prono, una pìerna en la nuca y la otra en el omóplato derecho, una mano en el culo y la otra en la uña del pie izquierdo... Una auténtica lección magistral de gimnasia y de posturas posibles e imposibles que a la pobre Matahari china la dejan patidifusa y perpleja a la par que bastante satisfecha, aunque ella no se lo quiera confesar a sí misma.

Y claro, la pobre chica se dice: "Qué hago. Mi país está ahí, yo soy superpatriota, pero es que este tío es un fenómeno y en otra igual no me voy a ver yo ni de coña".

Y mira que se lo advierte a sus jefes, así en plan Gila, dando pistillas y eso: "A alguien le está gustando mucho alguieeeeeen!!! A alguien se la están follando y le está encantannnnnndo! Oiga, es la guerra? Pues dense prisa, que me estoy colgando del enemigo".

Más no puede hacer. Pero nadie le hace caso. No, porque esta muchacha es una agente seria, formal, preparada, no es ninguna aficionaílla de tres al cuarto. Suele pasar. Una avisa de algo y como no le hacen ni puto caso, pues se lía el lío. Y bueno, hasta aquí puedo contar.

Ang Lee es un tío gustoso del preciosismo, el intimismo, los pequeños detalles... y ahora sé que también de la variedad sexual. Si todas esas cosas que rueda las sabe practicar él, la señora Lee tiene que sentirse muy feliz y satisfecha. Desde aquí la felicito.

Pero esta historia, prácticamente toda hasta llegar a la cama, lo que parece es un eterrrrrno preliminar que sólo va destinado al momento en el que el pene del protagonista se introduce explosivamente en la vagina de su partenaire mientras los dos bizquean al unísono. No hay mucho más, se trata de eso.

Lee es verdad que intenta construir una historia en torno a ese polvo para que no parezca muy descarado, y ciertamente, a juzgar por los premios y las críticas, consigue engañar a muchos. Pero yo ya estoy muy granaíta para que me la metan doblá y es difícil que me cuelen algo así.

Y mucho menos si me tienen puteada casi tres horas para poder ver diez escasos minutos de sexo. Sí, bastante bueno, pero sexo al fin y al cabo.

Ang Lee, la próxima vez que quieras rodar un polvo escandalosamente bueno, haz un videoclip bonito y, por diosssss, ahórranos el rollo.  Y coge a los mismos actores, porfiplís, que me gusta a mí cómo se lo monta el chino ese.

sábado, 10 de agosto de 2013

Fracture, by Gregory Hoblit

Os cuento. Anthony Hopkins hace de un ingeniero aeronáutico superingenioso que mata a su señora y decide que le va a tomar el pelo un poco al fiscal encargado del caso. En realidad, vuelve a hacer por enésima vez de Hannibal Lecter, sólo que aquí en lugar de cenarse a sus contrincantes se los merienda. Por lo demás, la misma cara, los mismos ojillos picarones y la misma mala leche. Hopkins yo es que ya no sé si sabe hacer otra cosa.

Ryan Gosling, alias el Bello Gosling, hace de fiscal. Guapo, ambicioso, pijo, chulillo y descarado. Luego nos enteramos de que es de procedencia humilde y ha llegado hasta ahí a base de becas y talento. Además le espera un puesto en el bufete de abogados más prestigioso de la ciudad, pero antes tendrá que enfrentarse a su último caso como fiscal. Contra quién. Pues cómo no, contra Hannibal Lecter. Y como se ve que el muchacho estaba estudiando como un campeón cuando "El silencio de los corderos" no se enteró en su día de que Lecter es más chulo que un ocho y que siempre gana.

Hasta aquí todo va bien y la peli hasta tiene pinta de ser interesante. Obviando un poco las trampillas del guión y haciendo como que no nos damos cuenta de cómo nos toma el pelo Gregory Hoblit, podría haber funcionado. Pero hete aquí que Hoblit, supongo que para alargar metraje y que la cosa no se le quede en un corto largo, nos mete una historia paralela completamente demencial de amor-sexo que, además de estropear el conjunto, es tan ridícula que da una vergüenza ajena que, oye, yo hasta me ruboricé. Lo prometo.

Resulta que el fiscal Gosling llega a una fiesta en la que le van a presentar a sus compañeros de nuevo bufete y se le acerca un pibón impresionante que, oh sorpresa, resulta ser su futura jefa. Se hacen ojitos, se tocan compulsivamente el pelo, a él se le pronuncia la nuez y lo que no es la nuez, a ella los pezones se le empitonan... Caso de atracción a primera vista de manual. Primer sonrojo.

Segundo y definitivo sonrojo: por supuesto el fiscal aspirante a picapleitos millonario se acuesta una vez con la jefa, ella se cuelga ipso facto y le invita a pasar con su familia el día de Acción de Gracias, que, para entenderlo, sería como una especie de comida navideña. O sea, eres una tiburona del derecho, eres la hostia, has llegado hasta ahí a base de ser una tía dura, implacable y sin escrúpulos, y vas y te acuestas sin pensártelo dos veces con un tipo que va a ser tu subordinado, encima te cuelgas en el primer polvo, lo llamas incansablemente como una vil petarda y para remate de la pera lo invitas a la comida familiar más importante del año con tus padres y hermanos... En fin, que ya me puse tan colorada con lo de la comida de Acción de Gracias que del resto de la peli ni me enteré. Y todavía no lo he superado, eh? Que sigo como un tomate y ha pasado un buen rato.

viernes, 9 de agosto de 2013

Charada, by Stanley Donen

- Hola, qué tal. Me llamo Audrey Hepburn y soy un icono de la belleza, la elegancia y la delgadez.

- Hola, yo me llamo Cary Grant y estoy como un quesito gruyere a pesar de mi provecta edad.

- Hola, yo me llamo Stanley Donen, soy director de cine y normalmente hago musicales pero estoy pensando cambiar de tercio.

- Y en qué ha pensado exactamente, Donen?

- Pues estaba pensando en algo de intriga pero con un toque romántico. Un muerto, un dinero desaparecido, cinco personas buscándolo, una historia de amor... lo típico.

- Uysssss, qué bien. Yo me apunto pero sólo si ella es rica y la viste Givenchy.

- Yo también, pero sólo si él es un dandy, lleva trajes a medida y cena todas las noches en los mejores restaurantes de París.

- Ah, y yo quiero que ella coma muchísimo, constantemente, pero que nunca engorde. Ya que en la vida real sólo puedo permitirme un tomate al´día y tres pepinillos de guarnición por lo menos que mi personaje coma a gusto.

- Pero eso es imposible, Miss Hepburn. Cuando la gente come muchísimo engorda. Es ley de vida.

- Bueno, el director es usted y por lo visto es experto en musicales. Hágalo posible. Le parece acaso normal que la gente cante constantemente por la calle?

- Hummmmmm, bueno, visto así, quizás podríamos arreglarlo.

- Ah, pues yo quiero que mi personaje se quede colgado de un tejado agarrándose sólo con las uñas y luego con un pequeño impulso y sin despeinarse se incorpore sin problemas de nuevo al tejado.

- Pero... Mister Grant, eso es imposible. Tiene usted casi 70 años. Nadie lo creerá.

- Ah, y usted cree que la gente canta bajo la lluvia con el paraguas en los pies y no se moja? O que siete hermanos medio gilipollas pueden encontrar siete novias dispuestas a casarse con ellos cuando se pasan el día bailoteando y haciendo el imbécil?

- Bueeeeeeno, vaaaaale, tendrá usted su escena del tejado. Algún antojo más?

- Huuuummmmm, qué tal si llamamos a la película MAMARRACHADA.


jueves, 8 de agosto de 2013

Juego de lágrimas, by Neil Jordan

ACTO 1º.  Momento terrorismo irlandés. Stephen Rea con un pelucón infame y con pinta de ir a caerse de un guindo de un momento a otro, resulta ser un terrorista del IRA, un terrorista bueno, para más señas. Tan bueno que su comando secuestra a un soldado británico (pobre Forest Whitaker, que se pasa media película con un saco en la cabeza sudando la gota gorda), y el terrorista Rea se dedica a hacer una hermosa amistad con él. Naturalmente cuando le llega el momento de matarlo le da cosilla, y es que cualquier matarife de tres al cuarto sabe que si tiene que matar a un cerdo no hay cosa peor que cogerle cariño y celebrar con él el día de San Martín. En fin, esta parte no hay por dónde pillarla y no se la cree ni el mismísimo Neil Jordan. No cuento el final del acto porque me riñen.

ACTO 2º. Momento amor. Stephen Rea, ya con unos pelos mucho más presentables, le hace ojitos a una peluquera-cabaretera muy estilosa en un pub inglés la mar de pintoresco. En él el camarero hace las veces de intérprete-traductor: "Dile a ése que por qué me mira. Dice que por qué la miras. Dile que la miro porque me gusta. Dice que te mira porque le gustas. Dile que se vaya a la mierda. Dice que te vayas a la mierda..." Bueno, y así todo. Rea, para variar, no mueve un solo músculo de su pétrea faz mientras la chica babea ostensiblemente y mueve su portentosa melena rizada al ritmo de una bella canción que da título al filme: "The Crying Game". Este acto es, con diferencia, mucho mejor que el primero y sube en varios grados el interés de la película. Además la guinda de la peli viene aquí. Lástima que tenga que haber necesariamente un tercer acto.

ACTO 3º. Momento terrorismo y momento amor, un mixto gratinado. Aquí ya Neil Jordan se hace un lío de cojones, y nunca mejor dicho. El terrorista nace o se hace? No sabemos, lo que sabemos es que muere siendo terrorista, aunque sea bueno. Y muere siendo terrorista porque el pasado no perdona, y a veces el pasado se viste de mujer fatal. En este lío de cojones no falta un detalle: pistolas, andamios, declaraciones de amor, un momento bondage, cortes de pelo aún más infames que el pelucón del principio, lágrimas de cocodrilo, lágrimas de sangre... Y  ya dice una: "Basta, Jordan, te has pasado siete pueblos. Con lo bonita que te estaba quedando la historia de amor con el camarero traductor y vas y la cagas con este embrollo". Y entonces Jordan te escucha, te hace un poco de caso y para compensar el desbarre se inventa un bonito final. Final que, naturalmente, no te voy a contar.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Melinda y Melinda, by Woody Allen

Melinda tragedia es triste y neurótica. Mujer fatal siempre con problemas.

Melinda comedia es triste y neurótica. Pero tiene alma de superviviente.

Melinda tragedia siempre se enamora del hombre equivocado.

Melinda comedia siempre escarmienta cuando se equivoca.

Melinda tragedia es el Allen de "Match Point" o de "Maridos y mujeres".

Melinda comedia es el Allen de "Desmontando a Harry" o "Poderosa Afrodita".

Melinda tragedia está diseñada para no ser nunca feliz.

Melinda comedia está diseñada para terminar siendo feliz.

Sí, todos sabemos que la vida es un mix de tragedia y comedia pero sólo a Woody Allen se le ocurriría inventarse a dos Melindas y enfrentarlas de esta manera.

Uno de sus guiones más originales y desde luego el más tragicómico. Aunque esta estructura dual ya la experimentó en "Hannah y sus hermanas" creo que aquí está más conseguida. Y tiene la ventaja de que no está Mia Farrow.

Con quién me quedo, con el Allen trágico o con el cómico, con Melinda tragedia o con Melinda comedia. Pues no sé, es como elegir entre yo y mis circunstancias. Imposible.

martes, 6 de agosto de 2013

Arráncame la vida, by Roberto Sneider

Hay algo que no me cuadra en esta historia. Vamos a ver, tú te casas con un general mexicano. Un general mexicano con todas las características típicas de un general mexicano: machista, posesivo, autoritario, poco respetuoso con la vida humana, mujeriego, bebedor, de gatillo ligero... Pues eso, un general mexicano. Vale, pues ahora intenta imaginar a ese general mexicano soportando estoicamente que:

Su señora le contradiga constantemente delante de otras personas.

Su señora le ponga los cuernos ostensiblemente y sin tapujos.

Su señora le diga a todas horas lo que tiene que hacer y lo que no.

Su señora se niegue a follar con él cuando a ella no le apetece.

Su señora le reproche con bastante mala leche que tenga amantes.

Su señora babee en público cual perra en celo mirando a otros tíos.

Su señora desaparezca en un baile y se vaya a retozar con otro señor.

Su señora se relacione amistosamente con sus enemigos políticos.

Su señora cante en las fiestas a lo Marilyn mirando fijamente a los ojos de su amante.

Y todo esto sin levantarle ni una vez la voz ni mucho menos soltarle una sola hostia a la muchacha.

Pues no me cuadra. Por mucho menos que eso, hombres bastante menos aguerridos, brutos y machotes que el general hubieran inflado a hostias a sus señoras, mucho más si nos situamos en los años 30, en los que los derechos de las mujeres ni existían ni se les esperaba.

Y en cambio este general se lo toma todo con una pachorra realmente digna de admiración. Que me dejas en ridículo en público? Pos vaaale. Que haces y deshaces a tu antojo? Pos vaaaaale. Que te follas a medio México? Pos vaaaale. No sé, cuanto menos la cosa mosquea.

Creo que Roberto Sneider no consigue darle credibilidad a sus personajes. La historia es un culebrón con pretensiones políticas pero se queda en chascarrillo desde el mismo punto y hora en que el protagonista, ese general que arrasa por donde pasa y que no tiene el menor escrúpulo en quitar de en medio a todo el que le lleve un poquito la contraria, resulta que en casa es un blandiblú y un cantamañanas.

Vamos, que le falta nada más cantar la coplilla aquella de Carlos Vives: "Sí, sí, sí, este amor es tan profundo que tú eres mi consentida y que lo sepa todo el mundo". Hombreeeeeee, no!

lunes, 5 de agosto de 2013

Miel de naranjas, by Imanol Uribe

Mira tú por dónde, a pesar de mi natural aversión hacia las películas españolas guerracivilistas y posguerracivilistas, ésta me ha gustado. Vaya por dios, dirá alguno, y ésta por qué. Pues verás, por varias razones:

1. Porque es una historia de intrigas, infiltrados y clandestinidad que recuerda bastante a las películas sobre la resistencia en Europa durante la II Guerra Mundial.

2. Porque para variar, en ambos bandos hay cierta ambigüedad. Buenos que matan cuando encarta, malos con sentimientos, gente que duda... En fin, algo poco habitual en este tipo de cine.

3. Porque me han sorprendido muy gratamente algunas interpretaciones que no me esperaba (estupenda Blanca Suárez) y otras que, aunque sí me las esperaba, siempre son una gozada (Eduard Fernández, magnífico)

4. Porque el guión está muy bien trabado.  No hay flecos ni situaciones sin esclarecer. Todas las tramas quedan resueltas, y además las resoluciones convencen. Y lo mejor, hay coherencia en los diálogos, que se ajustan perfectamente a la idiosincrasia de cada personaje.

5. Porque por una vez, y sin que sirva de precedente, no me chirría el andaluz de los actores no andaluces. No hay acentos exagerados ni forzados, ni un solo "Ozú mi arma", y los personajes no parecen sacados de una obra de los Álvarez.Quintero. Y eso que Uribe es vasco.  Gracias, Imanol.

En definitiva, una película muy por encima de sus congéneres guerracivilistas y posguerracivilistas. Sorprende agradablemente y mantiene la intriga hasta el final. De hecho, hasta el último minuto no está claro qué va a pasar con los protagonistas. Y no adelanto nada, pero tampoco me ha disgustado el desenlace. Mola.

viernes, 2 de agosto de 2013

Con faldas y a lo loco, by Billy Wilder

Hay tres cosas que me gustan de "Con faldas y a lo loco":

- Jack Lemmon. Sin duda, el más grande. Incluso cuando sobreactúa.

- La escena de la estación. Aparecen los travestidos, y ahí termina la gracia.

- El final. Sin duda un final demasiado bueno para lo que es la película

Y hay siete cosas que no me gustan:

- Marilyn Monroe. La peor actriz del mundo, y al lado de Lemmon aún más.

- Las tías, todas. El contrapunto estético, estúpido y sin gracia, aunque necesario.

- Los gags supuestamente cómicos. Repetitivos y muy pesados.

- Wilder sin toque dramático Wilder no es Wilder.

- Marilyn Monroe. Ah, que ya lo dije? Pues... la teta izquierda de Monroe.

-  "I wanna be loved by you". No-la-soporrrrrrrrrto. Aaaaaaaargggggg!

-  El paso del tiempo la ha arrasado. Tiene arrugas hasta en los créditos.

Pues sí, lo digo y lo repito: sobrevaloradísima y bastante tonta. Ea, disparad.

Primera plana, by Billy Wilder

Paso las mañanas a caballo entre la Cadena Ser y Onda Cero. Podría decirse que es como vivir en dos mundos paralelos, porque son tan distintas las visiones de la realidad de unos y otros que es imposible pensar que sea la misma. Igualmente echo un vistazo todos los días a las webs de El Mundo y de El País. Tres cuartas de lo mismo: imposible imaginar dos universos más divergentes.

En estos días hemos padecido muy intensamente lo peorcito de la profesión periodística. Un accidente de tren en Galicia con gran cantidad de víctimas mortales ha llevado a toda la prensa hasta el pueblito donde ocurrió el descarrilamiento. Durante una semana han sido protagonistas de la noticia, se ha entrevistado a todos los vecinos, se ha elucubrado sobre lo divino y humano… Se ha exprimido la información hasta la última gota: aspecto económico, aspecto humano, vidas perdidas, vidas salvadas, el aspecto psicológico del accidente, lecciones magistrales de ingeniería ferroviaria… todos hemos hablado de sistemas de seguridad y frenado, todos hemos aprendido un montón de fuerza centrífuga y de trazados viarios…Incluso las grandes figuras de cada emisora han hecho un alto en sus vacaciones para ponerse al frente de tan importante evento... digo noticia. Oh, qué grandes profesionales, qué tremenda vocación!

Recordaba mientras veía esta divertidísima película de Billy Wilder todo eso y pensaba en lo bien que recoge la realidad de la profesión, al menos de buena parte de la profesión. Los periodistas acudiendo como buitres al lugar de la noticia, preferiblemente si es trágica y mejor aún si hay muertos, cuantos más mejor porque se puede alargar más días la "información". El acoso a los protagonistas y sus familias, las preguntas estúpidas, la lucha por sacar la mejor foto, la toma más impactante, la declaración más escandalosa, el titular más fuerte y que más venda…

Conste que el periodismo es mi vocación frustrada, pero por supuesto otro tipo de periodismo, un periodismo mucho más cercano a Bernstein y Woodward que al amarillismo y el sensacionalismo que Billy Wilder denuncia tan magistralmente en esta comedia. Es fascinante cómo la misma profesión puede ser sublime o asquerosa dependiendo de las personas y de sus códigos morales. Y por qué no, también de los del medio para el que trabajan.

Soberbios Lemmon y Matthau. No se puede estar mejor. Y genial el giro final, ese guiño a la truhanería y a la mala leche con el que el director casi siempre nos deleita. Qué grande Wilder.

jueves, 1 de agosto de 2013

Un cadáver a los postres, by Robert Moore

Reconozcámoslo, con esta peli te ríes. Una parodia conjunta de Miss Marple, Hercules Poirot, Sam Spade, Charlie Chan... y... un detective inglés que no es Sherlock pero que no sé quién puede ser. La verdad es que mi cultura literario-detectivesca no pasa de Agatha Christie y Dashiell Hammett. Y la televisiva tampoco pasa de "Se ha escrito un crimen".

Que la peli es patatera? Pues sí. Que es una parodia burda, basta y hasta catetilla? Pues también. Que hasta un episodio de "Los misterios de Laura" está más currado? Pues... ciertamente. Pero bueno, te ríes.

Te ríes porque se nota que ellos se lo están pasando bien. Y porque es un lujo encontrar a toda esta gente junta haciendo el indio de esta manera. Hay momentos impagables:

Sir Alec Guinness, qué buenas sus escenas con la cocinera sordomuda y qué pasada la performance final de su personaje.

David Niven y Maggie Smith, qué descojone de diálogos.

Peter Sellers disfrazado de chino mandarín...

Esto suena a gamberrada. Suena a grupo de amigos que se juntan una noche, se ponen hasta el culo de gin-tonics y dicen: "Hossssstia, lo que se me acaba de ocurrirrrrrrrrr, quilloooooo".

Y te ríes porque tienes ganas de reírte cuando te pones a verla. Pero además porque, las cosas como son, Robert Moore es un tío simpático. Y porque si te ríes con los chistes de Chiquito te tienes que reír con esto.

Pero vamos, que sí, que es una mierda, las cosas como son. Una mierda muy gorda... pero te ríes.