jueves, 30 de mayo de 2013

Brick, by Rian Johnson

Por qué siempre que el protagonista se acerca a una cabina, suena el teléfono y es uno que casualmente quería hablar.

Por qué este tío, cuando encuentra a su novia muerta, no llama a la policía sino que echa un par de lagrimitas y oculta el cadáver. Qué clase de imbécil haría algo así.

Por qué un capo de la mafia, aunque sea de instituto de secundaria, deja que le chulee y le tome el pelo un pringao con pintas de llanero solitario.

Por qué a pesar de las hartás de hostias que le pegan a este muchacho no le parten ni una costilla ni un diente ni un triste dedo.

Por qué parece tan fácil infiltrarse de stranger en una organización delictiva. Hola, qué tal, me llamo Johnny, dónde hay que apuntarse.

Por qué para ser un chulazo de película hay que decir chorradas como “En la biblioteca hay diccionarios. SÍ está en la S”.

Por qué Rian Jonson no se mete a cocktelero si tanto le gustan las mezclas raras y las guarradas

miércoles, 29 de mayo de 2013

Vuelo nocturno, by Wes Craven

Tenemos 3 escenarios básicos, a cual más esperpéntico:

1. Aeropuerto: Presentación de personajes: chica colgada al teléfono, muy mona, muy estilosa, peinada impecablemente, además de buena persona, atenta con sus mayores, en definitiva, perfectamente hostiable y asesinable (Rachel McAdams)... Chico majo de ojos azules que la invita a tomar una copa y juega a adivinar cuál es su combinado favorito (Cillian Murphy). Media hora de guiñitos, miradas, sonrisas profidén, babeos mutuos... Un tostonazo como la copa un pino.

2. Avión: todos los tópicos: tormenta, turbulencias, niña que viaja sola, azafatas que no se enteran de nada, viajera coñazo, momento water, persecuciones por el pasillo central... En fin, nada que no hayamos visto antes algo así como un millón de veces. La tía cada vez más llorona y más plasta, el tipo echándole una paciencia que pa qué. Y yo animándolo pa mis adentros: mátala, hossstia, que es una pupa viva. Qué petarda, lavirrrgen.


3. Casa de la chica:  inmensa, laberíntica, de diseño demencial. Jugamos al ratón y al gato. Se lía el desmadre padre. Ay omá, que aquí te pillo aquí te mato. Y un huevo, te mato yo. Tooooma lamparazo. Pos tú toma bastonazo de golf. Pos ahí va mi osito de peluche chapado en oro. Pos espera, que te doy un mamporrazo con la mesita de centro... Fiuuuuuuuuuuuuuu, allá va mi colección de pinturas de la señorita Pepis.... Bueno, y así casi una hora. Por diosssss, tío, mátala ya de una vez. Qué cansino, Wes Craven, qué pesado.

La apruebo por los pelos porque es cortita, y porque Cillian Murphy es un crack y lo mismo te hace de muchacho encantador técnicamente follable que de psicópata sin escrúpulos. Cillian, va por ti, majete.

martes, 28 de mayo de 2013

Profesor Lazhar, by Philippe Falardeau

No, por mucho que algunos lo pretendan, esto no es “La clase” ni se le parece lo más mínimo. Sí, tienen en común que las dos transcurren en el ámbito escolar, que son películas sobre la educación, que plantean conflictos de aula, pero nada más.

“Profesor Lazhar” parte de un hecho completamente incomprensible, demencial, pero al que Philippe Falardeu no da una explicación mínimamente satisfactoria en todo el filme: la profesora de unos niños aparece ahorcada en su clase. Por qué una persona decidiría suicidarse en un lugar lleno de niños, sabiendo que ellos encontrarán su cuerpo y quedarán traumatizados de por vida. Pues ni lo sabemos al principio de la película ni lo averiguamos al final.

A partir de ahí un despropósito tras otro. De repente aparece un profesor argelino ofreciéndose a dar clases a estos niños y sin curriculum ni papeles ni nada es contratado inmediatamente. Bien podría haber sido un farsante sin titulación ni experiencia, o aún peor, un terrorista o un pederasta, pero nada, lo contratan y lo colocan al frente de una clase con un montón de chiquillos hechos polvo por el suicidio de su profesora. Y que sea lo que Dios quiera.

Por otra parte, lo que en “La clase” era un exquisito respeto por todos los elementos del sistema educativo, un difícil ejercicio de objetividad, de retratar la realidad tal cual sin intervenir en ella, aquí es como una especie de alegato a los métodos del profesor argelino.
Una versión moderna de “Rebelión en las aulas”? No, tampoco, imposible, porque el profesor Lazhar carece por completo de atractivo personal, nada que ver con ese profesor revolucionario y lleno de carisma que interpretaba Poitier, cuya mera presencia física ponía los pelos como escarpias. Lazhar es un tipo triste, gris, nada dinámico, que lo primero que hace al entrar al aula es cambiar los pupitres, que estaban en círculo para trabajar en grupo, y ponerlos en fila, como toda la vida de dios. Vamos, la antítesis del docente innovador y deslumbrante.

Y es normal, luego nos enteramos de que este hombre tiene un pasado terrible y que su situación presente es bastante problemática, así que poco dinamismo puede aportar a su clase. Es un tipo destrozado por la vida y, a diferencia del personaje de Poitier, da más pena que otra cosa.
Lazhar no es magnético, no impresiona, no tiene madera de líder, así que es imposible entender el entusiasmo que supuestamente despierta en sus alumnos. Ni, por cierto, en la profesora de la clase de al lado, que de forma incomprensible le hace ojitos. En fin, que este caballero de triste figura, aparte de despertar una inmensa piedad no puede ser nunca ese profesor emblemático, de los que nunca se olvidan, que el director pretende colarnos. Vamos, ni de coña.

domingo, 26 de mayo de 2013

Wonderland, by Michael Winterbottom


Una ciudad. Una familia. Unas hermanas. Gente que se quiere y gente que se odia. Amarguras. Esperanzas. Decepciones. Noches de soledad. Lágrimas en un autobús nocturno. Sexo sin amor. Odio con sexo. Finales agridulces. Niños tristes. Perros que ladran demasiado. Personas que sufren... y lo mejor de todo, Alicia naciendo.

Hasta aquí todo perfecto. Es el tipo de película que a mí me vuelve loca: guión sencillo, gente normal, como tú y como yo a la que le pasan cosas normales, que me suenan, ratos buenos, ratos malos, risas, lágrimas, amor, sexo, odio, trabajo, soledad... Mi peli de diez, en definitiva.

Pero claro, entonces llega mi amigo Michael Winterbottom y, como su propio nombre indica, le da al botón de invierno, todo se enfría y aparece la puta estética videoclip. Y entonces esa cámara maníaco-psicótico-compulsiva empieza a dar saltos, para arriba, para abajo, para delante, para atrás, el pino puente, vuelta de campana, triple salto mortal, temblores, convulsiones, una secuencia desquiciada, una moto que aparece y desaparece, caras que vienen y que van, psicodelia total... Y yo desolada: por qué haces esto, Michael. A qué viene. Lo estabas haciendo tan bien. Por qué, chico, por qué tenías que estropearlo. Y una lágrima recorre mis mejillas. Qué corte de rollo, qué anticlímax, qué putada, Michael.

viernes, 24 de mayo de 2013

La noche de los lápices, by Héctor Olivera

Por Claudio de Acha, asesinado por ser joven y pedir un boleto estudiantil.

Por Horacio Ungaro, casi un niño que se enfrentó a una panda de psicópatas

Por María Clara Ciocchini, que soñaba con un mundo mejor que nunca podrá ver.

Por Claudia Falcone, repetidamente violada por todos los agujeros de su cuerpo.

Por Francisco López Muntaner, 17 años y un montón de sueños perdidos.

Por Daniel A. Racero, por lo que sus ojos vieron y no debieron haber visto.

Por Pablo Díaz, el único que consiguió sobrevivir para contar la historia de todos.

Por sus padres, por sus hermanos, por todos aquéllos que aún siguen buscándolos.

Y por los hijos que no tuvieron y las vidas que no vivieron. Gracias, Héctor Olivera.

jueves, 23 de mayo de 2013

Pozos de ambición (There will be blood), by Paul Thomas Anderson


Del director de "Magnolia" tenía que ser esta paliza mental. Paul Thomas Anderson vuelve a hacer de las suyas y nos "regala" este pedazo de ladrillo de importante descomunalidad sólo apto para fans incondicionales del director o del oro negro.

Larguiiiiiiiiisima, interminaaaaable. 160 minutos que se hacen 160.000. Bueno, en realidad a mí se me hicieron 160.000 a pesar de que no llegué a la hora y media. Me quedé justamente en la primera tanda de hostias de Daniel Day-Lewis al predicador interpretado por Paul Dano, aunque luego he leído que siguen otras cuantas más igual de absurdas y sin sentido.

Daniel Day-Lewis se llevó un merecidísimo Oscar por su interpretación, y digo merecidísimo porque el personaje está hecho a su medida para total lucimiento del actor. Un papel potente, un personaje malvado, cabrón, odioso... Un caramelito que Lewis devora con fruición y con su habitual oficio.

Coincido con algunas críticas en que todo lo que se ve aquí suena a conocido, a visto y más que visto unas mil veces: el predicador tarado, el rico empresario del petróleo, los pozos ardiendo, las caras renegridas, el oro negro manando... Perdona pero esto ya me lo contaron en "Gigante", también a lo grande y pasándose siete pueblos en el metraje, pero en mucho más entretenido.

Paul Dano intenta ser el contrapunto de Lewis pero ni se entiende qué pinta su personaje ni como actor le llega a la altura del tobillo. Los duelos a muerte que se montan resultan francamente incomprensibles. Por qué se pegan estos dos.  Qué pinta un predicador vociferante y medio pirado en esta historia..En fin, supongo que la "moraleja" es que la ambición es muy mala y destruye al hombre. Dos horas y media para contarnos eso. Pues vale, pero con tanto despotricar de la ambición igual Anderson se ha pasado de ambicioso. Que se lo haga mirar.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Sospecha, by Alfred Hitchcock

Por qué Fontaine siempre hace de esposa puteada por un marido cabroncete.

Por qué el mamón de Hitchcock pone a Fontaine esas horribles gafas de pasta

Por qué Fontaine nunca se quita la rebeca, si ya no está rodando Rebeca.

Por qué todos comen en la película menos Fontaine, a la que más falta le hace.

Por qué Grant llama Carita de mono a una tía con Carita de carnero degollado.

Por qué Fontaine se desmaya todo el rato, incluso jugando al Scrabble.

Por qué siempre que Fontaine se desmaya hay un sillón al lado.

Por qué cuando Fontaine empieza a sospechar de su marido no se divorcia sin más.

Por qué torturar y matar a Fontaine parece una idea tan tentadora.

martes, 21 de mayo de 2013

Vacaciones de ferragosto, by Gianni di Gregorio

Érase una vez cuatro viejas (una de ellas un auténtico pergamino renegrido de al menos 200 años) que se juntan en casa de una de ellas un finde y...

Comen
Ven la tele.
Charlan
Se peinan.
Van de una habitación a otra.
Se miran.
Y toman su medicación.

Básicamente ésa es la acción de la película. Y el director de esta "joya", que es un señor de mediana edad que responde al nombre de Gianni di Gregorio, interpreta además al hijo de una de estas señoras, que se tira toda la película preparando comida para las damas, dándole las pastis a una, llevándole la tele a la otra, haciendo té y otras labores por el estilo, eso sí, todo ello sin soltar una copa de vino de la mano, lo que supongo que tiene que ser imprescindible para la supervivencia cuando uno lleva esa clase de vida.

Creo que con esta sinopsis os podéis hacer una idea de lo divertida que es la peli y del buen rato que te pasas viéndola.  Para que luego digan que mis críticas no son útiles.

Sin duda lo mejor de la película es que su duración es de 75 minutos, poco más de una hora, a pesar de lo cual yo no fui capaz de llegar al final. A los 3/4 consideré que ya había sido suficiente y que si algún día llego a vieja seguramente entonces me parecerá apasionante la vida de estas damas y ya tendré tiempo de interesarme por este tipo de cine.

lunes, 20 de mayo de 2013

Monster's Ball, by Marc Foster


Uy uy uy, aquí tenemos un película tramposilla donde las haya, además de bastante irregular en su desarrollo.Me explico. Tenemos a un racistademierda por nacimiento y convicción, un tipo que lo más bonito que le dice a un negro cuando llama a la puerta de su casa es: "sal inmediatamente de mi propiedad o te pego un tiro en el culo"... Y este señor de profundas convicciones raciales de repente va y conoce a Halle Berry, ni más ni menos ni menos ni más, y mira tú por dónde... se le quita el racismo de sopetón. Hombreeeeeee, no vaaaaale!!!! Halle Berry hace antirracista a cualquiera, por favoooorrr! Tiene algún mérito dejar de ser racista para poder tirarse a Berry? Redimirse del racismo con Berry es redención ni es nada?

A todo esto, el personaje de Berry lleva once años yendo a la prisión a visitar a su marido condenado a muerte y en todos esos años nunca jamás se había cruzado con caradepalo Thornton. Once años!!!!!! Es para conocerse a todos los funcionarios de prisiones casi como si los hubieras parido, no? Y lo más curioso, Thornton tampoco ha visto en su vida a Berry en esos once años, siendo él el celador habitual de su marido!!!!!! Oye, que no estamos hablando de cualquier tía, que hablamos de cruzarse con Halle Berry y no verla!!!!!  Por favoooooorrrr!

Y luego está Billy Bob Thornton, que como de costumbre no mueve un músculo de la cara ni cuando está enterrando a su hijo ni cuando se está follando a Berry ni cuando se está corriendo ni cuando está matando a un condenado ni cuando le está echando gasolina al coche... Exactamente la misma expresión facial en toda la película, ni un sólo movimiento. Nada. Sabe alguien si ese hombre tiene algún tipo de parálisis muscular? Porque oye, a ver si estoy yo aquí poniéndolo a parir y es que el pobre tiene una enfermedad. .

En fin, la película tiene dos partes claramente diferenciadas, la primera visible y pasable, la segunda directamente coñazo e infumable. Aparte de las trampillas que muy ladinamente nos cuela Marc Foster, la primera parte está bastante bien: la milla verde, la silla eléctrica, los últimos días de un condenado a muerte, el funcionario de prisiones cabronazo, el chico sensible que vomita cuando tiene que enchufar la silla, la señora del condenado, el hijo obeso comiendo chocolatinas a destajo... Vale, esa parte mola. Pero luego ya se conocen Berry y Thornton, echan su polvo correspondiente (muy bien echado, hay que reconocerlo) y a partir de ahí... la vida es bella. Ya ni se acuerdan de marido, de hijos, de perros ni de gatos. Alguien me podría explicar qué interés tiene a partir de entonces la historia? O sea, una hora entera de cinta viendo a estos dos follar, salir de paseo y hacerse regalitos.

Bueno, sí, Foster mete un conflictillo final  más forzado que una sonrisa de Thornton. Yo creo que por darle algo de vidilla a una historia que ya está chapada y amortizada desde el minuto 40. De repente esa maravillosa redención pasa un leve momento de peligro, pero nada, no os asustéis. El director resuelve con desparpajo y aquí no ha pasado nada. Y a seguir redimiéndonos mientras retozamos, que son dos días y uno ya se ha pasado..

domingo, 19 de mayo de 2013

Hysteria, by Tanya Wexler

"Qué es la histeria" Me preguntas mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. Qué es la histeria. Y tú me lo preguntas... Pues la histeria es esa cosa que, según la tesis desarrollada por Tanya Wexler en la película, nos pasa a las mujeres cuando estamos mal folladas. Y como la acción se sitúa en la Inglaterra victoriana, época en la que se supone que muy pocas mujeres estaban bien folladas, la histeria campaba a sus anchas por la alta sociedad cual epidemia de peligrosas proporciones.

La verdad es que el tema daba juego. Y si a eso le añadimos la invención del vibrador como herramienta curativa contra la temida histeria, podía haber dado mucho de sí. Podría si no fuera porque el guión es muy muy flojito y los chistes facilones y tontunos. Y la consulta del doctor Magic Fingers tiene su gracia los primeros cinco minutos, pero luego la cosa consiste en repetir paroxismos una y otra vez. Uyssss, tres paroxismos en cinco minutos, cuatro paroxismos seguidos... En fin, como  sabe perfectamente cualquiera que haya experimentado un multiorgasmo, el primero se disfruta, el segundo bueeeeno, el tercero ya resulta cansino, y a partir del cuarto... es un puto coñazo. A ver si esto se acaba ya de una vez, hosssstia.

Lo mejor Maggie Gyllenhaal, la sufragista convencida de que la histeria es un cuento chino inventado para explicar todo lo que los hombres son incapaces de entender de las mujeres. Gyllenhaal, la inolvidable protagonista de "Secretary", como de costumbre llena la pantalla y literalmente engulle todo lo demás. Y teniendo en cuenta que su oponente, Hugh Dancy, tiene casi tanto carisma como un poste de teléfono, la verdad es que aquí no tiene mucho que engullir. Sólo es de agradecer que Wexler no haya puesto a su personaje a experimentar paroxismos. Hubiera sido insoportable.

jueves, 16 de mayo de 2013

Antes de la tormenta (Before the storm), by Reza Parsa

Qué tiene que ver el acoso escolar con el terrorismo internacional, se preguntará alguien. Pues bien, Reza Parsa nos lo intenta explicar en esta inspirada historia llena de sentido y sensibilidad que no puede dejar indiferente a nadie.

Parsa hace un profundo análisis de la violencia desde su vertiente infantil hasta los complicados manejos de la política, las finanzas y la guerra. Y analiza los motivos que llevan a ella y lo complicado que resulta escapar, una vez te ha envuelto.

También aborda el director iraní el tema del pasado, cómo nos persigue y nos obliga a rehacer nuestro presente. Y lo hace a través de un exterrorista iraní que vive en Suecia, plenamente integrado, que ha formado una familia en el país y que se gana la vida como taxista, y que un montón de años después intenta ser reclutado para llevar a cabo una acción terrorista bajo amenaza de asesinar a la esposa e hijo que dejó en su país. El pasado, que no perdona.

Con una tensión que va in crescendo, Parsa va jugando con dos historias que transcurren paralelamente y a ratos se cruzan y que tienen en común el terrible sufrimiento que provocan en sus protagonistas y la fatalidad a la que éstos se ven abocados.

Hay un pesimismo claro en el filme: la violencia está en todas partes y no hay manera de sustraerse a ella; y sin embargo el desenlace agridulce de las dos historias hace pensar que tal vez podría haber algo de esperanza. Una niña cinéfila abrazándose a un niño en un autobús, un hombre y una mujer que se dan la mano… Y si hubiera vida más allá de la violencia?

miércoles, 15 de mayo de 2013

Happiness, by Todd Solondz

Todd Solondz es un señor bastante tarado y amante de la provocación como forma de comunicación, que suele escribir diálogos entre padres e hijos de 11 años como el siguiente:

- Papá, papá, a ti cuánto te mide el pene en erección. Mi amigo Bill dice que a él le mide 28 cms.

- Hijo mío, lo importante no es la longitud sino el grosor, que es lo que produce rozamiento.

- Pues yo soy el único niño de mi clase que aún no se ha corrido.

- No te preocupes, hijo, ya te correrás. Si quieres te enseño cómo.

- No, no hace falta, papá. Y tú cuando te quedas a solas con los amiguitos que traigo a casa qué les haces.

- Pues primero los duermo con unos polvitos y luego los toco.

- Ah, vale.

- Y luego hago el amor con ellos. Vamos, que los penetro analmente.

- Y qué sientes, papi.

- Pues me siento muy bien. Es una sensación muy agradable, hijo.

- Y por qué no lo haces conmigo.

En fin, éste es en resumidas cuentas el concepto de “provocación” de Solondz. Vamos a ver, tío, que eso también lo sé hacer yo, y cualquiera que se ponga; que eso sólo puede escandalizar a un imbécil. A los demás simple y llanamente nos parece una chorrada de campeonato.

Yo de la peli salvaría básicamente las interpretaciones de Dylan Baker, el padre pederasta que suelta esos demenciales diálogos con auténtico desparpajo, y por supuesto el gran Philip Seymour Hoffman, como el chiflado acosador telefónico que está secretamente enamorado de su vecina.

Lo demás directamente a la puta mierda.

El señor de las moscas, by Peter Brook

Adaptación bastante fiel de la magnífica novela de William Golding. Si la novela es escalofriante la película no lo es menos aunque en mi opinión en el libro está mucho más definida la evolución de los chicos, más difícil de explicar en hora y media escasa de filme. En definitiva la historia básicamente trata de lo siguiente:

1. De cómo la condición humana tiende inexorablemente a la tiranía, al abuso y a la fuerza como medios de controlar el poder.

2. De cómo la democracia no deja de ser una encomiable muestra de buenas intenciones que casi siempre termina siendo prostituída por los intereses de las élites dominantes.

3. De cómo la violencia es al final la vía natural de resolución de los conflictos humanos.

4. De cómo la bondad y la sensatez, representadas en el personaje de Ralph, suelen ser superados por la maldad y la locura.

5. De cómo se usan los miedos y las supersticiones humanas para controlar a la masa. Que se lo digan a las religiones, que llevan siglos viviendo del cuento a costa de esos miedos.

Peter Brook crea una atmósfera claustrofóbica, al más puro estilo Golding. Lo que al principio parecía ser una isla paradisíaca perdida en medio del océano termina convirtiéndose en un lugar de pesadilla del que urge escapar. En ese aspecto hay que destacar la excelente e inolvidable fotografía de Tom Hollyman

martes, 14 de mayo de 2013

London River, by Rachid Bouchareb

Cuando yo hablo de cine hablo de esto. Hablo de sentimiento, de imágenes que apenas necesitan palabras, de realidades que golpean en el mismísimo estómago, de rostros que lo dicen todo, de pura música visual. Hablo exactamente de lo que Rachid Bouchareb hace aquí.

Hablo de Brenda Blethyn dando vida a esa pueblerina británica que pasea su ignorancia y su paletismo por todo Londres buscando a su hija desaparecida en los atentados terroristas de 2005. Blethyn, una actriz de la que yo abominaba literalmente desde que la vi en la sobrevaloradísima “Secretos y mentiras” en una actuación horripilantemente histriónica y exageradamente melodramática por la que le dieron decenas de premios, aquí hace un alarde de contención expresiva que engrandece a su personaje a base de pura sencillez.

Pero sobre todo hablo de Sotigui Kouyaté, ese abuelillo africano de mirada triste que pasea con dignidad ancestral sus viejos huesos y sus rastas llenas de canas por ese mundo hostil posterrorista en el que él, como musulmán, es un sospechoso más. Una cara y una presencia inolvidables; increíble cómo casi sin mover un músculo de la cara este hombre expresa su ternura, su estupor y su dolor. Digo esto con la mayor admiración hacia este actor: tiene auténtica mirada de perro. Y quien tenga perro sabrá de lo que hablo.

lunes, 13 de mayo de 2013

Carreteras secundarias, by Emilio Martínez-Lázaro

Ésta es una historia que carece de un mínimo de credibilidad cinematográfica, que es lo menos que se le puede pedir a una película del género viajero. El catálogo de imposibles y de despropósitos sería largo, pero por resumir:

1. El propio personaje protagonista, que en realidad es Antonio Resines haciendo, una vez más, de él mismo, por supuesto en plan primo, que es lo habitual cuando hace de él mismo.

2. Que de este triste personajillo absolutamente falto de atractivo personal se vayan enamorando locamente por todo el territorio español pedazos de tías como Maribel Verdú cuando era algo más que un saco de huesos y aún tenía tetas, culo y carnes macizorras. Pero vamos, esto ya pasaba en Los Serrano y casi estamos acostumbrados a la increíble suerte con las tías que tiene este hombre.

3. La relación padre-hijo, que supuestamente es la base de la historia. Aquí qué pasa, no se sabe muy bien si el hijo odia al padre o lo quiere o lo desprecia o simplemente le da pena y no lo manda a la mierda por no dejarlo solo.

4. Todos los personajes están desdibujados y las historias paralelas totalmente indefinidas. La del enamoramiento del niño con la chica de la base militar, la de la familia rica de Resines… da la sensación de ir dando tumbos de un lado a otro sin que se sepa muy bien a dónde va ni lo que pretende.

5. Lo mismo ocurre con los lugares de destino de los dos viajeros; en ningún momento se explica por qué van de un lado a otro, por ejemplo por qué dejan la costa y tiran para el interior, donde hay muchas menos posibilidades de hacer negocio. Parece como si se movieran al tuntún, sin motivo ni razón, sólo porque la película se llama “Carreteras secundarias” y hay que justificar el título.

En fin, Emilio Martínez-Lázaro tiene su oficio y eso se nota, pero pocas veces le he visto darle al tajo con un guión más flojo y con menos consistencia. Y en cuanto a los actores yo casi a la única que salvaría es a la Verdú, por muy increíble que pueda parecer su historia de amor con Resines. La pobre se lo curra y hace lo que puede para convencernos de que los bigotes y la calvicie incipiente de don Antonio le provocan hormigueo estomacal y pálpitos en la pepitilla. Maribel, guapa, déjalo; todo esfuerzo interpretativo tiene sus límites.

viernes, 10 de mayo de 2013

Millennium 3: La reina en el palacio de las corrientes de aire, by Daniel Alfredson

Por finnnnn termina la chapa esta de la Lisbeth Salander! Qué pesadilla de mujer! Y por fin termino yo de martirizarme con la saga Millennium, que maldita la hora en la que vi la primera entrega y me obligué a mí misma a tragarme todas las demás!

Si la primera me pareció una mamarrachada y la segunda una mamarrachada todavía más gorda, tengo que decir que la cosa ha ido in crescendo y ya ésta me parece la mamarrachada más mamarracha de todas las mamarrachadas del mundo mundial.

Para empezar... de dónde sale ese título infame. Dónde está la reina. Dónde está el palacio. De qué corrientes de aire habla este tío.

Daniel Alfredson se queda descansando en esta última entrega de la trilogía. La película es un caos sin fin, hay un exceso de tramas paralelas y de personajes que hace que te pases todo el tiempo preguntándote éste quién es, el otro de dónde sale, y aquella qué pinta aquí, pero esto qué coño es, y cosas así. Yo me tiré casi todo el metraje más despistá que una chiva en un baile sin enterarme ni papa.

Sí, te enteras de que Lisbeth Salander está convaleciente porque Noomi Rapace tiene una carita que da pena y está con un camisón en el hospital toda amoratada y con una venda en la cabeza. A todo esto el periodista que interpreta Michael Nyqvist con su expresividad habitual (léase en modo ironía, porque el tipo tiene la misma movilidad facial que una piedra pómez) intenta conseguir pruebas de que a Salander la internaron en un manicomio de pequeña de forma fraudulenta, mientras recibe amenazas de un grupo de vejestorios que no se sabe muy bien quiénes son ni qué es lo que pretenden.

Con lo que más alucinas es con la velocidad de la justicia sueca. Acostumbrados como estamos aquí a procesos eternos que pueden prolongarse, desde que empieza la instrucción hasta que se dicta la sentencia del último recurso, algo así como mil años... en la película lo flipas. La Salander empieza la película con una abogada embarazada de casi nueve meses (por lo gorda) y cuando acaba el juicio la abogada sigue embarazada de nueve meses. Ni el menor síntoma de parto, tú.

Y luego las pintas que me lleva la Salander en el juicio. Por el amor de diossssss, si es que nada más que por el estilismo merecería una condena a cadena perpetua por lo menos. Si en las dos primeras entregas ya daba muestras la muchacha de tener unos gustos bastante peculiares, ya aquí se tira al barro totalmente. Aparece en la sala en la que van a juzgarla con una cresta punki que necesita para mantenerse en pie toda la gomina de los países escandinavos junta. La oreja ni se le ve de la de pinchos que lleva encima, y el maquillaje entre gótico y siniestro es de película de terror serie B.

Ahora que lo pienso igual el título viene de la cresta, que es talmente como si una estuviera en medio de una corriente de aire y tuviera todo el pelo levantado. Lo que de toda la vida de dios se ha dicho: "y yo con estos pelos"

En fin, que a dios gracias ya he terminado con esta pesadilla a la sueca y por fin puedo dormir tranquila sabiendo que Lisbeth Salander fue juzgada, que la verdad salió a la luz y que aunque los suecos sean una panda de violadores, maltratadores y tarados de mucho cuidado, luego tienen una justicia superrápida y los malos terminan siempre entre rejas. Ea, bye bye Salander, ahí te quedas con tus pinchos y tus 10 kilos de gomina. Y cuidaíto con las corrientes, hijademivida, te vayan a estropear el peinado.

jueves, 9 de mayo de 2013

En sus zapatos, by Curtis Hanson

5 buenas razones para recomendar esta película.

1. Por los zapatos, como su propio nombre indica. Es una peli ideal para fetichistas. Una de las protagonistas tiene un armario zapatero que te puedes morir, madre mía! Sólo por verlo merece la pena tragarse toda la película

2. Porque no es una comedia romántica al uso, ni siquiera el tema principal es el amor romántico. Es una historia de hermanas, de opuestos que se quieren y se envidian al mismo tiempo, de cosas cercanas que pueden sonar bastante a mucha gente. Y hay un buen guión de fondo, un guión incluso inteligente, por extraño que pueda parecer en este tipo de historias.

3. Por Shirley MacLaine, a la que siempre es un gustazo ver, incluso de vieja. Qué coño, casi mejor de vieja. De hecho yo de vieja quiero ser exactamente como Shirley MacLaine.

4. Por Toni Collette, que borda su papel de hermana lista y feúcha y consigue transmitir perfectamente a su personaje esa mezcla emocional entre el cariño que siente por su hermana, su dolor por haber sido traicionada y su deseo de recuperarla y seguir protegiéndola.

5. Por los abuelillos de la residencia. Y qué residencia! Yo también quiero una así si llego a vieja. Dan hasta ganas de envejecer. Me gustan las películas en las que se desdramatiza la vejez y los abuelos se lo pasan pipa. Si tenéis gente mayor en casa les encantará.

Chapeau, Curtis Hanson. Has demostrado que se puede hacer cine comercial y de puro entretenimiento con decencia y sin dar la sensación de que te diriges a una panda de becerros con el talento justo para llevarse la cuchara a la boca a la hora de comer.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Caché (Escondido), by Michael Haneke

La tomadura de pelo perfecta consiste en tener a la gente pendiente de la pantalla con un buen cebo, que podría ser, por ejemplo, enterarse de cierta intriga que les estás planteando, y al final dejar al espectador in albis pero haciéndose un montón de preguntas. Preguntas como:

Qué pretende este tío con esta mamarrachada.

Cuál es el mensaje oculto de Michael Haneke, si lo tiene.

Por qué Daniel Auteuil apenas mueve un músculo de su cara.

Por qué Juliette Binoche se viste de fantoche todo el tiempo.

Por qué unos buenos padres pondrían de nombre a su hijo Pierrot.

Qué duración puede llegar a tener un plano secuencia.

Hasta dónde se puede estirar la paciencia del espectador.

Hasta dónde se puede estirar la pedantería de un director.

Por qué esta película se titula "Caché".

Cuánto caché hay que tener para entender esta mierda.

Cómo podría quitarme esta cara de gilipollas que se me ha puesto.

Preguntas todas ellas sin respuesta, lo cual hace que la tomadura de pelo sea completa, redonda y perfecta.

martes, 7 de mayo de 2013

Las hermanas de la Magdalena (En el nombre de Dios), by Peter Mullan

No voy a negar que estamos ante una buena película, y muy probablemente necesaria. Ahora bien, las cosas como son: este tipo de historias de denuncia sobre los abusos de la Iglesia Católica en internados y orfanatos, vista una, vistas todas. Será porque en todas partes eran igual de hijosdeputa.

Realmente si te pones a comparar la película de Peter Mullan con otra similar, por ejemplo “Los niños de San Judas”, se puede comprobar que las diferencias son mínimas.

Se podrían incluso extraer una serie de características comunes a todas ellas:

1. Suelen estar basadas en hechos reales, cómo no.

2. Los curas y las monjas son prácticamente todos unos sádicos.

3. Hay escenas de violencia y humillaciones bastante desagradables.

4. Siempre aparece entre el grupo de los puteados la figura de un líder.

5. Son bastante oscuras y claustrofóbicas en cuanto a su ambientación.

Por eso, valga para esta crítica algo que ya escribí en la de “Los niños de San Judas”: "Aquí no caben medias tintas; el daño que la Iglesia Católica ha hecho, la ocultación de los crímenes que han tenido lugar en sus instituciones y esos tibios lamentos que ahora escuchamos de boca de sus dirigentes hacen que la denuncia por fuerza tenga que ser brutal e impactante". Pos eso.

lunes, 6 de mayo de 2013

Tenemos que hablar de Kevin, by Lynne Ramsay

Menuda película que elegí yo para el día de la madre! Eso es tener ojo clínico y lo demás es tontería. Hombre, es cierto que la historia va de la relación de una madre con su hijo. Una relación un tanto peculiar pero bueno, indiscutiblemente maternofilial. No sé por qué, cuando la estaba viendo se me vinieron a la cabeza unas sevillanas que cantaba un amigo mío hace un montón de años, que decían algo así como : “No le pegues más ar niño que ya ha aparesío er meshero”.

Quién no se ha preguntado alguna vez cómo deben sentirse los padres de un psicópata. Echando mano de la palpitante actualidad, quién no se ha preguntado por ejemplo cómo deben sentirse los padres de José Bretón, el tipo que mató y quemó a sus dos hijos para vengarse de su mujer. O cómo deben sentirse los padres de aquel sujeto que entró en un cine y se cargó a nosecuantos chavales que estaban viendo Batman. O los padres de un pederasta que haya violado y asesinado a uno o varios chiquillos.

Quién no se ha preguntado si se ven venir estas cosas en un hijo o pasan de sopetón y te pillan totalmente por sorpresa. Si se culpan a sí mismos esos padres. Cómo pueden seguir viviendo después. Si continúan queriendo al hijo o reniegan de él. Si piensan que si lo hubieran educado de otra manera podrían haber evitado la tragedia. Cómo se enfrentan al rechazo de la sociedad. Todos podemos imaginar cómo se sienten los padres de una víctima, pero es mucho más complicado, mucho más terrible si cabe imaginar cómo deben sentirse los padres de un verdugo cabrón hijodeputa.

Es probable que todas estas preguntas no tengan una sola respuesta y que cada caso sea un mundo, una pesadilla diferente. Lynne Ramsay intenta entrar en una de estas historias y nos plantea el enfrentamiento entre una madre (magnífica Tilda Swinton) y su hijo (inquietante Ezra Miller), un hijo que da verdadero miedo y que da muestras desde su más tierna infancia de tener una personalidad "rarita". Sin embargo es la madre la única realmente consciente de la anormalidad del niño; es ella la única que ve la maldad intrínseca del crío y que le teme, y además es ante ella ante la única que él se muestra como realmente es.

La historia es terror puro, tal vez el terror más intenso que puede haber porque es real, porque te planteas que es algo que le podría ocurrir a cualquiera, porque no estamos hablando de ectoplasmas o de marcianitos verdes sino de personas que están ahí, en cualquier parte, que existen, que pueden ser tus vecinos, o aún peor, tus propios hijos.

La película podría haber sido sobresaliente si no fuera por esa profusión de saltos en el tiempo que Ramsay se gasta y que son verdaderamente mareantes (Qué hartura de delirios videocliperos, pordiosssss), sobre todo lo que es la primera media hora hasta que ya consigues situarte, más que nada guiándote por el corte de pelo de Tilda Swinton (corto pasado, largo presente). Sinceramente no creo que haya necesidad de tanta tontería para contar una historia, mucho menos tan apasionante como ésta.

Desde luego es la película-anticonceptivo ideal. No creo que nadie se atreva a arriesgarse a traer al mundo a una criatura como Kevin. Para los que se estén pensando lo de la paternidad, ni se os ocurra verla; puede haceros desistir para siempre. O casi mejor, vedla.

sábado, 4 de mayo de 2013

Cuentos de Tokio, by Yasujiro Ozu

Considerada por los "sabios" una de las tres mejores películas de la historia del cine, sinceramente no me lo puedo explicar. Y eso que hasta ahora todo lo que había visto de este director me había gustado muchísimo, pero en honor a la verdad ésta me parece la peor de sus películas con diferencia.

Pesada hasta decir basta, la lentitud extrema del cine nipón llega aquí a sus más exasperantes cotas. Por no hablar de la duración, madre mía, 140 minutos! Claro, le da tiempo a repetirse y a repetir los conceptos hasta la saciedad.

Aquí el concepto base es el siguiente: los hijos son egoístas y no devuelven a los padres todo lo que éstos han hecho por ellos. Yo es que de esta premisa me bajo pero ya. Y mucho más si lo que haces para demostrarme tu tesis es enfrentar a tus ocupadísimos hijos con una nuera viuda eternamente sonriente que se dedica en cuerpo y alma a sus queridos suegros: reconfortantes masajes de espalda, regalitos espontáneos, días libres en el trabajo para acompañar de paseo a los abuelos, plena disponibilidad, plena amabilidad... Mary Poppins en nuera, vamos.

El contrapunto son los hijos, que reciben a sus ancianos padres unos cuantos días en Tokio y que realmente no saben qué hacer para compaginar sus trabajos y demás obligaciones con la visita. Y el colmo de la maldad es que como no pueden dedicarles más tiempo les regalan unas vacaciones en un balneario con todos los gastos pagados. Qué hijos más horrorosos, virgensanta! Son para mandarlos por lo menos a "Hermano Mayor".

Vale; los hijos no son tan idealesdelamuerrrrrte como la nuera Mary Poppins (a la que, por cierto,  a ratos dan ganas de soltarle un par de hostias para que deje de sonreir estúpidamente) pero no paran de hacerles reverencias a los padres, les reciben con agrado, intentan ocuparse de ellos todo el tiempo que pueden, se preocupan por si se aburren o lo pasan bien, les preguntan constantemente qué quieren hacer y qué no... aunque por supuesto con la dulce y eficiente Mary Poppins es imposible competir.

Me parece una película cantidad de injusta y el mensaje sí que no puede ser más egoísta. Por lo visto Ozu rodó esta historia rondando los 50 años, que en sus tiempos era casi como ahora los 80, y al parecer lo que quería era que sus hijos fueran como la nuera perfecta que retrata en la cinta. En plan indirecta, vamos.

No sé muy bien si pretendía hacerles un reproche, darles un aviso, o una muestra de lo que esperaba de ellos poniendo en el personaje de Miss Poppins todas sus esperanzas de futuro. En cualquier caso me parece sinceramente asqueroso.

Y lo peor es que parece que el intento coló y los gafapastas japofílicos de medio mundo están convencidos de que los hijos japoneses son unos auténticos cabrones mientras que las nueras viudas son unos angelitos. Igual hasta el tipo estaba secretamente enamorado de alguna nuera, vete tú a saber estos directores las perversiones que se gastan.

En fin, la verdad es que una vez que te has familiarizado con el cine de Ozu, con su peculiar mezcla estética entre lo oriental y lo occidental, con sus obsesiones (la guerra, la familia, las diferencias generacionales, el alcohol,...), con lo más llamativo de la cultura japonesa, con la nula expresividad de sus actores, con sus diálogos monocordes..., una vez que todo eso ya te suena y no te llama la atención, si te metes un chute de 140 minutos puede ser letal.  De hecho para mí lo ha sido, aunque los incombustibles fans de este señor me quieran asesinar.

viernes, 3 de mayo de 2013

París París, by Christophe Barratier

Estaba yo anoche indecisa entre ver esta peli o "El hombre sin sombra" y me costó un buen rato decidirme. Al final elegí "París, París" por lo que su propio nombre indica, porque a un paseo por París nunca se puede decir que no y porque entre señores sin sombra o malas sombras y ciudades deslumbrantes siempre recomendaré lo segundo. Y mira, no fue mala elección.

Tenemos una historia que es algo así como una mezcla entre “Cinema Paradiso”, “El viaje a ninguna parte” y “Moulin Rouge”, o sea, una historia sobre el amor por el mundo del espectáculo, más que amor una gran pasión.

Como en “Viaje a ninguna parte” está la lucha por la supervivencia de un grupo de actores, las inevitables cuitas de amor y celos entre ellos, y ese irresistible encanto que tienen para todos los que amamos el teatro las historias que transcurren entre bambalinas.

De “Moulin Rouge” toma la parte de los números musicales, aunque bastante menos coñazo, pero sobre todo esas incomparables vistas de París desde los tejados de Montmartre. Esas escaleras interminables que suben y bajan por el barrio más emblemático de la ciudad. Ay omá, qué gonito! Sólo por eso no me importaría verla mil veces.

De “Cinema Paradiso” reconoceréis la lucha colectiva por salvar el edificio; el inevitable niño-prota (grrrrrrr) y el igualmente inevitable tono lacrimógeno, que es lo que más echa para atrás de este tipo de películas. Que sí, que desde que empiezan sabes que al final va a tocar moquear tanto si quieres como si no. De todas formas “París París” es mucho menos sentimentaloide y bastante menos burda para  tocar el lacrimal con saña y alevosía. Personalmente ésta me parece mucho más fumable, aunque los incondicionales de "Cinema Paradiso" puede que quieran fulminarme por esto.

jueves, 2 de mayo de 2013

Animal Kingdom, by David Michôd

Yo siento tener que decirlo pero el argumento de esta película de original no tiene nada. Lo que hace David Michôd básicamente es llevar a la gran pantalla la inolvidable canción del grupo Tequila "Mister Jones". Por si alguien no la conoce ahí va:

Mister Jones abrió la puerta,
vio a su madre recién muerta
y la sangre del chaleco se limpió.

Guardó a su madre en el ropero,
le pusó más leña al fuego
y el invierno muy crudo se avecinó.

Llamó a su esposa y le dijo:
Mamá esta muerta en el ropero;
"Por supuesto, si yo la asesiné.

Ella puso mal la mesa,
le hundí un hacha en la cabeza
y la sangre el tapizado me manchó".

Y Mister Jones trabajaba
y su esposa asesinaba
y los chicos correteaban por ahí.

Se comían los pajaritos,
los perros y los gatitos
y otros bichos que vagaban por ahí.

Y llegó la policía
con dos carros y un tranvía
para toda la familia encarcelar.

Yo no sé por qué el sargento
me lleva al destacamento
si somos una familia muy normal.

No, si ya me daba a mí mala espina esta película cuando supe que Tarantino la consideró la tercera mejor película de 2010. Con tal recomendación qué quieres?

miércoles, 1 de mayo de 2013

Lo dice Georgia, by Garry Marshall

Mis 13 imposibles:

Llevar tocado a las bodas sin parecer la nieta fea de la reina de Inglaterra.

Tener alergia a los gatos y trabajar en una clínica veterinaria.

Hacer un pastel de coles que guste a los niños.

Ser Lindsay Lohan y no estar desintoxicándote en una clínica.

Desperdiciar espermatozoides matándote a pajas y ser un pro-vida.

Confesarte republicano y comerle la polla al rey por su cumple.

Votar a un partido y reconocer después que has votado una puta mierda.

Ser octogenaria como Jane Fonda y conservar tu dignidad pasando de botox.

Cantar ópera y flipar con la Oreja de Van Gogh.

Ser del PP y a la vez partidario del aborto y el matrimonio homosexual.

Ser socialista y a la vez forofo de José Bono.

Llamarse Garry Marshall y hacer pelis interesantes.

Colar en una comedia romántica temas serios como alcoholismo o pederastia.

Y de todos  estos despropósitos, el último es el peor.