viernes, 31 de enero de 2014

The Queen (La reina), by Stephen Frears

Ésta es la triste historia de una suegra atribulada porque su exnuera, una petarda de campeonato, se ha matado en un accidente y ella se ve obligada a simular públicamente que tiene mucha pena cuando la realidad es que está encantada por haberse quitado un coñazo de encima. La particularidad es que la suegra es la reina de Inglaterra y la nuera Lady Di, la “Princesa del pueblo” (Hasta que llegó Belén Esteban y le arrebató el puesto).

La cosa empieza muy graciosa. Tony Blair acaba de ganar las elecciones y el secretario de la reina informa a ésta en Buckingham del programa electoral del nuevo Primer Ministro. Vamos, que la reina de Inglaterra no tiene antes de las elecciones ni la más remota idea de quién es cada candidato y de lo que lleva en su programa con respecto a la institución que ella representa. 

A todo esto Blair (que le han puesto una carita raruna que te cagas, tipo Mister Bean) llega ante la reina (magnífica Helen Mirren) y casi se multiorgasma cuando se pone de rodillas ante ella y la señora le da su bendición para formar gobierno. El pobre Tony al conocer en persona a la monarca entra en estado catatónico-místico e incluso se pone bizco de gusto.

Stephen Frears retrata francamente bien el estado de histeria colectiva en que entró el pueblo británico y prácticamente el mundo entero por la muerte de lady Di a través de imágenes reales de la gente chillando y diciendo gilipolleces en la calle y de las toneladas de flores y mensajitos cutres que los británicos dejaron a las puertas de Buckingham. A todo esto la reina, su ínclito esposo y toda la gente de palacio alucinando porque ellos sí que conocían personalmente a la difunta y no se explican ese fervor popular por semejante petardazo de tía, lo que viene a confirmarles algo que ya intuían, que el pueblo es completamente imbécil.

En definitiva, tras ver la película a una le queda una pregunta en el aire: para qué coño sirve la monarquía, salvo para dar disgustos. Que si se llevan bien o mal las nueras y las suegras y las cuñadas, que si se tiran de los pelos, que si los hijos salen pendones, que si salen borrachos, que si tal que si cual. Pocos problemas tenemos los ciudadanos de a pie como para encima tener que preocuparnos por los asuntos domésticos de esta panda de vividores.

Alucinante ver a ese pueblo británico criticando a la reina por no mostrarse públicamente afligida por la muerte de la milady. Cómo puede ser la gente tan subnormal, madre mía. No me extraña que llevemos siglos aguantando a estos chupópteros, ellos a los suyos y nosotros a los nuestros. Si es que parece que algunos sufren más por sus desgracias que por las propias. Joder, si es que sale hasta una tía (imágenes reales, no ficticias) diciendo: “Esto es horrible, nunca había pasado por algo tan terrible”). La muerte de lady Di era lo más horrible que le había pasado en la vida!!!!! Virgen santa, qué panda.


FRASES INOLVIDABLES:

- Son una pandilla de gorrones emocionalmente ineptos y chalados (Cheryl Blair, la más lista de todos, sobre la monarquía británica). Me apropio de la frase para nuestros propios gorrones patrios.

- Diana ha resultado ser más pesada muerta que viva (la princesa Margaret). Y que lo digas.

miércoles, 29 de enero de 2014

La parte de los ángeles, by Ken Loach

Ken Loach, el cineasta social por antonomasia, contraataca. En esta ocasión con un delincuente con tremendas orejas de soplillo que busca la redención a través del whisky. Comorrrrrrrrr, dirá alguno. Tranquilos, que no cunda el pánico; no es que el muchacho se ponga ciego de whisky para redimirse de su pasado delictivo sino que se hace experto catador. Por lo visto aparte de las orejas dumbonianas el chaval goza de una nariz milagrosa con el don del olfato whiskero.

Y así nuestro muchacho, auspiciado por una especie de ángel de la guarda representado en la figura de un señor gordo aficionado a los destilados, se convierte en un fenómeno de la cata whiskera y va por ahí olisqueando vasos con el mismo entusiasmo olfativo con el que los perros olisquean los culos de otros perros.

Y del mismo modo que en Full Monty aquel grupo de parados sin oficio ni beneficio ni futuro salían de la depresión mediante el streaptease, esta panda de choricillos de medio pelo se solazan e intentan escapar de la miseria entre vapores etílicos. Un método ciertamente peligroso que yo no extendería demasiado, por si acaso. Que de la cata a la papa puede haber un paso.

Una vez más Ken Loach y Paul Laverty, su guionista de cabecera, apuestan por las segundas oportunidades y nos obsequian con esta simpática historia que tal vez no sea una de sus mejores películas pero que se ve con agrado y vuelve a dejarnos con esa sonrisa bobalicona con la que ya nos dejaron en trabajos anteriores como “Buscando a Eric”. Vamos, que mola. Y con un whisquito en la mano todavía más.

martes, 28 de enero de 2014

Tesis sobre un homicidio, by Hernán A. Golfrid

La cosa va de un tipo (Ricardo Darín) al que le da un yuyu un día viendo entrar a un alumno a su clase y decide que el chaval es un asesino. Cómo, por qué, de dónde se saca esta idea. Ah, pues no se sabe. Por lo visto dice Darín que hay que estar muy atento a los detalles pero yo por más atenta que he estado no me he enterado de nada.

Los “detalles” son: un colgante con forma de mariposa, el folleto de una exposición, una charla enigmática sobre pruebas de paternidad… El resultado es que en las críticas que he leído a posteriori hay tesis para todos los gustos. Ahí van algunas:

1. Ricardo Darín es un neurótico con transtorno obsesivo-compulsivo.

2. Ricardo Darín lleva razón y su alumno es el asesino.

3. Ricardo Darín es el verdadero asesino.

4. Ricardo Darín está dormido y todo ha sido un sueño.

5. Ricardo Darín es el padre biológico del asesino.

6. Ricardo Darín no existe; en realidad está muerto.

Así nos deja Hernán A. Golfrid después de dos horas de película, con dos palmos de narices, cara de gilipollas, la boca abierta y la mandíbula colgando.

Dos horas tragándote una historia de intriga para que al final, con suerte, puedas plantear una tesis peregrina sobre lo que acabas de ver. Vamos, una puta mierda.

lunes, 27 de enero de 2014

Recuerda, by Alfred Hitchcock

- Recuerda, recuerda, mi amorrrrr.

- No puedo, no puedo… Espera, espera, veo un par de rayas.

- Un par de rayas…Hummmmm. Pero perpendiculares o paralelas?

- No, no, paralelas. Oh, cielos, qué puede significar?

- Un par de rayas bien podrían ser el símbolo de un trauma infantil.

- Síiiiií, mi profesor de matemáticas llevaba pantalones de rayas.

- Pero de qué color eran? Recuerda, recuerda.

- Creo que eran azules.... No, no, espera, eran blancaaaaas.

- Dos rayas blancas. Huuuummmm, qué cosa más extraña.

- Las veo, las veo, las estoy viendo… Creo que voy a desmayarme.

- Noooo, no te desmayes ahora. Recuerda, recuerda.

- Síiiiiiií… Recuerdo… un patinete de rayas.

- Rediez!! Un patinete. Eso bien podría ser un símbolo fálico. 

- Uysssss, un símbolo fálico. Creo que voy a desmayarme otra vez.

- Un par de rayas, un par de rayas… Espera… Había una tarjeta?

- Sí, creo que sí. Una Visa. No, una MasterCard!

- Cielosssss, una MasterCard! Algo más? Recuerda, recuerda!

- Síiiiií, lo veo, lo veo! Un billete de 20 euros! Y está enrollado!!!!

- Y las dos rayas son cortas o largas? Recuerda, recuerda!

- Espera espera... Snifffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff!

LO PEOR: Todo… el guión, las interpretaciones, el argumento, los desmayos, los sueños, el desenlace… pero principalmente las patéticas caritas de la Bergman.

LO MEJOR: Una frase muy de Hitchcock: “Los dos sabemos que el cerebro de una mujer enamorada opera al más bajo nivel”.

jueves, 23 de enero de 2014

Descalzos por el parque, by Gene Saks

Ella es joven, guapa e insoportablemente petarda.

Él es joven, guapo e infinitamente paciente.

Ella ve un quinto sin ascensor como la antesala del cielo.

Él ve un quinto sin ascensor como la antesala del infierno.

Ella cree que a dos grados bajo cero es primavera.

Él cree que a dos grados bajo cero es gripe segura.

Ella es neurótica, ciclotímica, compulsiva y altamente asesinable.

Él es equilibrado, tranquilo, trabajador y altamente follable.

Ella adora a sus vecinos, sobre todo a Charles Boyer.

Él odia a Charles Boyer y a todos sus demás vecinos.

Ella quiere bailar descalza por el parque.

Él no quiere bailar ni descalzo ni calzado.

Ella es Jane Fonda, una pesadilla de mujer.

Él es Robert Redford, un hombre de ensueño. Chapeau, Gene Saks.

martes, 21 de enero de 2014

La llave de Sarah, by Gilles Paquet-Brenner

LO QUE ME GUSTA

- El dilema que plantea Gilles Paquet-Brenner sobre la memoria histórica.

- La relación a través del tiempo entre Sarah y Julia.

- Una buena pregunta: qué habrías hecho tú en aquella época.

- La llave como elemento metafórico que abre la memoria.

- Kristin Scott Thomas, como siempre, fantástica.

- La niña protagonista. Para variar, un niño actor que no da repelús.

LO QUE NO ME GUSTA

- El forzado e inverosímil diálogo entre Julia y el hijo de Sarah.

- Los últimos diez minutos, totalmente decepcionantes.

lunes, 20 de enero de 2014

Quédate a mi lado, by Chris Columbus

Lo siento pero yo soy una clásica: a mí las madrastras me gustan malas y a ser posible feas. Qué coño es esto de colarnos por to el morro a una madrastra guapa, buena, talentosa y encantadora. Pero a dónde vamos a ir a parar, señorrrr.

Sin embargo hay otro clásico que en esta película sí se cumple: tipo en la cuarentena que cambia señora de su misma edad por novia veinte años más joven. Pues mira, Chris Columbus, si te pones a contarme una historia de las de toda la vida no me jodas después e intentes innovar con lo de la madrastra buena. E-xi-jo una madrastra hijadeputa que esté hasta el moño de los hijos incordio del marido vejestorio. E-xi-jo un respeto a las tradiciones sobre las que se sustenta nuestra cultura.

Bueno, pues no. Tenemos a Susan Sarandon haciendo de madre moribunda y, ella sí, cumpliendo con lo que es una madre de toda la vida: cariñosa, amante de sus hijos, sacrificada, doliente… La madre-madre que todos tenemos o hemos querido tener. Pero luego nos meten a una Julia Roberts de madrastra, con su sonrisa más espléndida, todo dientes. Una madrastra que da buenos consejos a los niños, que los quiere y se divierte con ellos, y que encima, como es una fotógrafa de talento, se pasa la vida haciéndoles fotos chulis. En definitiva, con una madrastra así quién coño necesita una madre.

Vamos, que parece que los niños al final están deseando que la madre la palme de una vez para disfrutar ellos ya a gusto con la madrastra guapa y simpática con la que se lo pasan pipa, que ya está bien de madre encamada que sólo da trabajo y penilla, coñññño ya. 

Y luego está el papelón de Ed Harris, el marido cuarentón con novia veinteañera, al que vemos un ratillo al principio y que ya prácticamente no vuelve a aparecer hasta la escena final, con cara de póker, como diciendo: y yo qué pinto aquí. Y la verdad es que no pinta nada porque los niños pasan de él como de la mierda y tanto la ex como la nueva pasan exactamente igual. Aquí las dos reinonas son ellas, que pugnan por ver cuál es la que más mola, la que tiene más buen rollo y la más guay.

Y sinceramente, a ratos las dos son exactamente igual de asesinables, tanto la moribunda madre Sarandon como la exultante madrastra Roberts. Por no hablar de los niños, diossss mío, qué par de abominables criaturas. Pero quién no querría morirse con tal de perder de vista a semejantes dos monstruos rebosantes de almíbar, por el amor de dios.

jueves, 16 de enero de 2014

Dinero fácil, by Daniel Espinosa

Aunque el director sea de origen chileno y responda al poco escandinavo nombre de Daniel Espinosa, ésta es una película sueca hasta la médula. 

La trama va de un par de bandas dedicadas al narcotráfico y naturalmente enfrentadas entre sí. La pugna por hacerse con un cargamento de cocaína será el detonante que saque a relucir lo mejorcito de cada una de ellas. Hay de todo, como en botica: suecos, serbios, albanos, chilenos… vamos, lo más granaíto de cada casa. 

Como la cosa es tan internacional, tenemos a un taxista sueco que se hace pasar por economista pijo y que busca dinero fácil para ascender rápidamente entre la élite financiera. Tenemos también a un matón serbio que quiere dar el gran golpe para poder retirarse del negocio y cuidar a su hija pequeña. Y para rematar la faena tenemos a un chileno recién escapado de la cárcel que se pasa la mitad de la película apalizado y la otra mitad corriendo para que no lo apalicen.

Un buen guión que sin embargo no consigue enganchar, tal vez porque los personajes y sus motivaciones resultan poco consistentes. Eso sí, Joel Kinnaman destaca en su papel de esforzado estudiante de Economía aspirante a rico. Guapo, estiloso y eficaz... a este muchacho le auguro, vive Dios, un gran futuro.


martes, 14 de enero de 2014

Una habitación con vistas, by James Ivory

Qué bella música.

Qué hermosos paisajes.

Qué bucólicas escenas.

Qué magnífica fotografía.

Qué maravillosa iluminación. 

Qué estiloso James Ivory.

Qué tremenda Maggie Smith. 

Qué preciosa Bonham Carter.

Qué grande Daniel Day-Lewis. 

Qué coñaaaaaaaaaaazo, lavirrrrrrgen.

viernes, 10 de enero de 2014

Vicente Ferrer (TV), by Agustín Crespi

Qué hace Antonio Alcántara en la India poniéndole los cuernos a Merche con un pibón treinta años más joven. En qué momento de la transición española ocurrió este episodio. Qué capítulo de "Cuéntame" me he perdido.

Éstas eran las preguntas que yo me repetía una y otra vez anoche mientras veía el telefilme de Agustín Crespi sobre Vicente Ferrer que pasaron por TVE.

Y es que, lo siento, para mí Imanol Arias, después de más de diez años metido en mi casa como Antonio Alcántara, ya no puede ser de ninguna manera otra persona, y menos alguien con el carisma y la fuerte personalidad de Vicente Ferrer.

Porque además Imanol interpreta a Ferrer como si fuera una prolongación de Alcántara. Los mismos gestos, los mismos andares, el mismo tono de voz, la misma expresión… Sólo le faltaba soltar un "me cago en la leche, Merche".

Además los dos personajes son buena gente, honrados, comprometidos, con un fuerte sentido de la justicia y la dignidad… Tal vez por eso fui incapaz de distinguir a Antonio Alcántara de Vicente Ferrer e incluso del mismísimo Imanol, al que también creo un ciudadano honrado, comprometido y buena persona.

Aparte de eso el hecho de que la historia fuera narrada en plan drama romántico por la propia señora de Ferrer... que si Vicente me hace ojitos, que si esto es un amor imposible porque él es cura, que si él se sale de los jesuitas y ya podemos casarnos… Por favoooor, no había un punto de vista algo menos babosito de la vida de este hombre?

jueves, 9 de enero de 2014

Jóvenes, by Ramon Térmens, Carles Torras

Viernes: dinero, ambición, mercados, bolsa, fondos de inversión, especulación, capital de riesgo… En definitiva, el despiadado mundo de las finanzas. 

Sábado: drogas, alcohol, música, sexo, hombres, mujeres, provocación, pastillas, violencia, deseo… En definitiva, la noche.

Domingo: más alcohol, más drogas, celos, frustración, coches, velocidad, peligro, vértigo, trompos, racismo, testosterona a tope… En definitiva, un domingo más sin esperanza tras un sábado pasado de vueltas.

Ramon Térmens y Carles Torras intentan hacer una película honesta sobre lo que es la juventud: sus ambiciones, sus noches, sus desbarres… Y dentro de sus limitaciones en gran parte lo consiguen.

Hay quien dice que las historias que cuentan tienen falta de credibilidad, que no se acercan ni de lejos a nuestra juventud. Muchachos, salid un sábado por la noche por ahí y luego me contáis lo de la falta de credibilidad o lo de que esta película se acerca poco a la realidad de la juventud.

Otros dicen que el guión es vulgar, chabacano y soez. Y qué hacemos si el mundo es vulgar, chabacano y soez. Habéis probado a ver “Mujeres, hombres y viceversa”?

viernes, 3 de enero de 2014

Munich, by Steven Spielberg

Para empezar, que quede claro que no dudo ni por un segundo que esta película esté basada en hechos reales. Y no sólo que esté basada, sino que se atenga al cien por cien a los acontecimientos tal y como ocurrieron. Y por qué no dudas, se preguntará alguno. Pues no dudo porque toda la serie de hechos que se suceden a lo largo de la cinta son tan absolutamente absurdos y demenciales que sólo pueden ser concebidos desde la perspectiva real de una mente tarada, absurda y demencial dedicada a la política activa.

Vamos a ver, tú eres el jefe de los servicios secretos de un país y quieres vengarte de una panda de terroristas que en su día asesinaron a una serie de personas de tu nacionalidad. A todo esto los terroristas andan desperdigados por el mundo viviendo cada uno a tomar por culo de los demás. Qué harías. Te voy a dar dos opciones:

A.  Eres un ser práctico e inteligente, por algo has llegado a jefe de los servicios secretos de tu país, así que localizas a los tipos y contratas en cada uno de los países en los que están a un profesional que por un módico precio te solucione el problema sin necesidad de grandes inversiones logísticas ni de personal. Pongamos que, como mucho y sólo contando con los mejores, te salga cada venganza por unos 100.000 dólares. Mira, merece la pena, como son once por algo más de un millón te has quitado de en medio a los indeseables que mataron a tu gente.

B. Montas un equipo compuesto por un pastelero, un profe, un gafapastas y uno que hizo un cursillo en los Servicios Secretos hace la tira de años... Este último, que es Eric Bana, un tipo bastante buenorro pero con una cara de lacio que pa qué, será el jefe... Ninguno ha matado nunca a nadie ni ha montado una bomba ni nada pero te dedicas a tenerlos un año entero viajando de un sitio a otro, pagando 250.000 dólares a unos mafiosillos franceses por cada objetivo que les localicen (250.000 euros por decirte la ciudad: éste en Beirut, éste en Atenas, éste en Nueva York... Te vayas tú a creer que por ese precio te van a decir la calle!) y manteniendo a los cuatro fantásticos paseándose de un sitio a otro del mundo elaborando bombitas caseras y haciendo las memeces propias del aficionadillo que no ha matado a una hormiga en su vida.

Opción A u opción B? Bueno, pues Golda Meir y su intrépido jefe del Mossad eligen la opción B, no me preguntéis por qué. Contratan a una panda de chapuceros que no tienen ni idea de cómo se carga uno a un terrorista y los mandan a viajar de aquí para allá pegándose la vida padre y elaborando patéticos artefactos caseros de dudosa eficacia, algunos de los cuales están a punto de provocar la III Guerra Mundial. Por qué? Pues repito, ni idea. Drogas? Alcohol? No sé, sólo sé que la mayoría de mandatarios mundiales probablemente cometerían la misma estupidez y por eso digo que no me cabe la menor duda de que estos hechos son reales y hasta suprarreales. Porque desafían a todas las leyes del sentido común, como de hecho suelen desafiarlas casi todos los políticos del mundo.

El amigo Steven Spielberg una vez más lleva a la gran pantalla una historia sobre el espíritu de supervivencia y lucha del pueblo israelí, y lo que consigue es que el espectador medianamente crítico se plantee hasta qué punto pueden estar tarados los dirigentes israelíes para cometer tantas estupideces juntas y para hacer las cosas tan cochinamente mal. Vale que les sobre la pasta y elijan gastarse 10 millones de euros por lo mismo que podían haber hecho por uno, pero... para qué. Y encima los muchachos que sobreviven (pocos, aviso desde ya) terminan supertraumatizados y sin querer saber más nada del Mossad y casi que de Israel. Joder, con lo fácil que hubiera sido lo de los matones de oficio. Ya te digo.