martes, 29 de diciembre de 2015

Como agua para chocolate, by Alfonso Arau

Ole ahí esos amores que no pueden ser pero que son.

Ole ahí esos besos que no se pueden dar pero que se dan.

Ole ahí esos sueños que no se pueden tener pero que se tienen.

Ole ahí esa gente que se rebela y decide probar lo prohibido.

Ole ahí esas codornices con pétalos de rosa que despiertan la pasión.

Ole ahí ese calor del cuerpo que hace hervir el agua.

Ole ahí esa leche que mana de un pecho virgen solo por amor.

Ole ahí esos olores y esos sabores que nos llevan al cielo.

Ole ahí esas lágrimas en el puchero que hacen llorar a todo el que lo come.

Ole ahí esas mujeres y esos hombres que deciden vivir historias imposibles.

Ole ahí esa Laura Esquivel que fue capaz de concebir esta historia.

Ole ahí ese Alfonso Arau que con las palabras de Laura hizo magia.

viernes, 18 de diciembre de 2015

El lado oscuro del corazón, by Eliseo Subiela

La puta que vive en mí y su enemiga íntima, la hijaputa que también vive en mí, mantienen una acalorada discusión acerca de esta película.

Para abreviar llamaremos a la puta P y a la hijaputa H:

H: Vaya plasta, una peli gafapasta que empieza con un tío dándole tremenda chapa a una tía con un poema que termina tal que así: “si no sabes volar pierdes el tiempo conmigo”. Este capullo se ha creído Superman o qué.

P: Pues a mí el poema me ha gustado. Es más, a mí me dicen eso y hasta se me mojan las bragas.

H: Tú eres una tarada. Y encima el pollo se pasa el día o cotorreando con la muerte o con su otro yo, que le pasa como a mí contigo, que le tiene hasta los huevos. Que hasta le ha tenido que decir el pobre: “vamos a salir por ahí a buscar una amiga, que si no vuela por lo menos le damos de comer a la nutria”.

P: Pues a mi me ha gustado mucho lo de la casa con la entrada en forma de vagina. Y no me digas que no molaba el falo de 2 metros.

H: Te molará a ti, que eres una profesional del tema. Yo prefiero entrar a los sitios por puertas normales y usar las vaginas para lo que están, no para entrar a las casas. Y no, los falos de 2 metros no me seducen. Ya pasando de los 20 centímetros me sobra un cacho.

P: Bueno, por lo menos no me negarás que el invento del botón arrojapelmas está genial. Si pudiéramos echar tranquilamente de la cama a la gente una vez que ha cumplido con su función el mundo sería mucho mejor.

H: Ya, eso cuéntaselo a las pobres criaturas que caen al hoyo cada vez que al tío le da por apretar el botoncito. Como si estuvieran en el “Ahora Caigo”, pero en versión cama. Y luego qué me dices de que la madre del tío sea una vaca y de que cada vez que va al campo se ponga a hablar con ella?

P: Es un poeta, tía. Los poetas pueden permitirse tener madres vacas, focas, leonas marinas o elefantas. Y tampoco te gustó lo del orgasmo en la montaña rusa? Eso fue un flipe.

H: Yo prefiero los orgasmos más tranquilos, a ser posible con el culo asentado en algún sitio que no se mueva. Además si los orgasmos dieran la sensación de estar en una montaña rusa se iba a correr tu abuela.

P: Bueno, pero al menos no me dirás que Darío Grandinetti no está para comérselo.

H: Sí, para comérselo y vomitarlo después a lo más profundo de la taza del váter. El tío las chapas que va dándole a todo el personal, si hasta a la cajera del banco le suelta su poema de los cojones, que yo llego a ser la que está esperando el turno detrás y le largo un mamporrazo que se le quitan las ganas de recitar poemas pa to la vida. Tía, que estás muy perjudicada, que te gusta más un tío raro y chiflado que a un tonto un lápiz.

P: Pero bueno, entonces no te ha gustado nada?

H: Nada. Es pretenciosa, es pesada, es repetitiva, es un puto tostonazo. Si al tío no hay cristo que lo aguante al espantajo de la muerte dan ganas de darle hostias hasta en el cielo de la boca. Y a la novia puta o a la puta novia, que pal caso lo mismo da que da lo mismo, le daba yo a un botón que la mandara a Júpiter por lo menos. 

P: Qué saboría y qué poco sentimental eres, hija! Pues a mí la parte que más me gustó es cuando él llega al cabaret y se desnuda y se saca el corazón para dárselo a ella y luego se ponen a bailar. Me pareció un detalle superchulo.

H: Claro, el tipo de gilipolleces que a los zorrones gafapastas como tú les hace chapotear la almejilla. Anda tía, quédate con el bello Grandinetti y con el pelmazo del Eliseo Subiela este, que yo necesito una dosis de realismo pop. Me voy a ver un rato a los viceversos, que tienen bastante más sustancia que el rapsoda este de pacotilla.

P: Pos bueno, pos vale, pos vete, cacho cardo. Hijaputa, qué manera de joderme las pelis que me gustan, la tía asquerosa.

Y así, después de todo este rifirrafe entre la puta y la hijaputa que hay en mí, al final ganó como casi siempre la hijaputa.

Pero como a la puta que hay en mí la peli le gustó mucho muchísimo en esta crítica va a ganar hoy ella, porque para eso aquí la que parte el bacalao soy yo. Ea!

miércoles, 16 de diciembre de 2015

La ley del deseo, by Pedro Almodóvar

Siempre que me he enamorado ha sido de personas que en un principio me parecieron gilipollas o directamente impresentables. Luego resultó que en realidad ninguna lo era; está claro que mis primeras impresiones valen bastante poco.

Lo que quiero decir es que el amor y el deseo tienen caminos tan o más inescrutables que los del señor. Y en historias que reflejan esos tortuosos caminos Almodóvar es un verdadero maestro. Parece no concebir el amor si no es a través del dolor, la violencia, el miedo o la desesperación.

"La ley del deseo" es buena muestra de este tipo de historias al límite. Y algunos de sus personajes tienen un carisma innegable: la transexual de pasado turbio que interpreta Carmen Maura, maravillosa; Eusebio Poncela, esa mirada, esa presencia...; y hasta el mismísimo Banderas, que no es ni ha sido nunca santo de mi devoción, pese a su juventud e inexperiencia representa su papel de loco enamorado tannnnn bien (creando escuela con ese logradísimo "que estoy muuuuuuu loco").

Y algunas partes del guión son para hacer una antología del amor. Esa carta que Poncela escribe y que empieza tal que así: "Te escribiré la carta que me gustaría recibir de ti, para que la firmes y me la mandes". Hay tanta fuerza en esa frase!!

O la confesión de Carmen Maura en el hospital. Ese momentazo entre los dos hermanos: "No te juzgo, me da igual todo, me alegro de que seas mi hermana".

Y para antología del deseo la escena primera. Ese director dando instrucciones al chico para que se masturbe mientras los dos dobladores hacen como que llegan al orgasmo. Son cosas que de verdad solo se le ocurren a este tío y son un claro ejemplo de que en cuestión de inventiva está muy por encima del común de los mortales, pese a quien pese.

Y sin embargo... no, no es una de las películas de Almodóvar que más me hayan gustado. Pese a que le reconozco esos momentos de genialidad indiscutibles, creo que se le va la mano con el punto trágico un montón, sobre todo al principio.

Y además hay muchos secundarios que no aportan nada y que sin embargo distraen innecesariamente del argumento principal. Esta historia tiene un potencial tan grande per se que todos los aditivos están de más.

Sí, ya sé que Almodóvar es muy de meter a amiguetes a hacer cameos pero es que aquí sobran casi todos.  Y ni siquiera resultan graciosos como otras veces, que cumplen una clara función desdramatizadora. Aquí son insustanciales, incluso un poco irritantes: el médico, la niña (joder, qué jartura de niños artistas), la madre de la niña, la madre de Banderas... Solo haría una excepción: los dos policías, los Guillén padre e hijo, que están fantásticos y son un puntazo. En fin, Almodóvar tiene eso: algunas veces esos cameos son lo mejor de sus películas, y otras veces, como en este caso, suenan a chascarrillo vacuo y estropean ostensiblemente el resultado final.

Y a pesar de que el desenlace de la película es absolutamente genial (uno de los mejores finales del cine), y da todo el sentido al título porque es donde se ve con toda su fuerza la verdadera ley del deseo, que se tire la mitad de la película gilipolleando no se lo perdono. En fin, qué se le va a hacer?

martes, 15 de diciembre de 2015

La noche es nuestra, by James Gray

Hacía tiempo que no me reía yo tanto con una de polis, yo creo que desde la última de  “Loca Academia de Policía”. La diferencia es que aquella era una comedia y todo estaba planteado para descojonarse, y esta va supuestamente en serio, aunque es bastante difícil no tomarse a coña la serie de despropósitos que se suceden en la película.

Estamos ante un curioso caso de policía que está prácticamente retirado pero que decide tomar las riendas de un caso cuando a uno de sus hijos una panda de narcos mafiosotes le pegan un tiro y lo dejan casi grogui. Entonces, lejos de alejar a papá poli de la investigación por su obvia implicación personal, los jefes gordos deciden que el asunto lo lleve él, que para eso le han tocado las pelotas. Vamos a dejarle al hombre que se vengue a gusto!

Pero ahora resulta que el otro hijo, que nos había salido un poco díscolo y que se llevaba como el culo con papi y con el hermano, ahora decide implicarse también personalmente para vengar al susodicho. Y pide algo así como una incorporación temporal al cuerpo, mientras dure el caso este. Total, que le dicen que sí, que claro. Por lo visto debe de ser de lo más normal en los USA eso de que si le pegan un tiro a alguien de tu familia te dejen meterte a poli para resolver el caso.

Eso sí, le dejan clarinete al muchacho que si luego quiere seguir siendo policía tendrá que pasar por la Academia como todo hijo de vecino. No se vaya a creer que el chollo le va a durar ya para siempre por to el morro. A todo esto, la novia que se mosquea porque dice que lo de ser poli lo ve muy peligroso; al parecer, le gustaba más la tranquila y relajada vida anterior que llevaba su maromo, todo el día relacionándose con mafiosos rusos con unas pintas que acojonarían de pavor a una manada de tigres de Bengala.

En fin, desbarre va desbarre viene, así van transcurriendo los interminables 120 minutos de metraje entre típicas escenas de rigor de las pelis de acción: persecuciones, tiros, navajazos, alguna garganta cercenada, proclamas patrióticas a las heroicas fuerzas del orden y unas cuantas defunciones más o menos violentas. Entre tanto algunas escenillas de besitos y tocamientos con la novia en cuestión antes de que la muchacha entre definitivamente en modo pánico. Y poco más que recordar.

Lo único bueno es el elenco que ha conseguido juntar, no sé como, James Gray, el director del invento. No es fácil ver en una misma cinta a gente como Joaquin Phoenix (Ay, Joaquinito, en qué estabas pensando, hijo?), Mark Wahlberg y Robert Duvall. En honor a ellos tengo que decir que hacen lo que pueden, aunque infructuosamente, para salvar una historia que patina y chirría de principio a fin y que más bien parece la tropegésima secuela de “Loca Academia de Policía” que una auténtica peli de acción.

lunes, 14 de diciembre de 2015

La rosa púrpura del Cairo, by Woody Allen

Para mí, la mejor película del gran Allen. Todo en ella es brillo, ingenio, lucidez y magia.

El gran canto de amor al cine que solo un genio puede concebir.

MIS ESCENAS ESTELARES

1. Por supuesto, Tom el explorador saliendo de la pantalla.

2. Los actores discutiendo con el propietario del cine.

3. El público discutiendo con los actores.

4. El encuentro entre el actor y su personaje.

5. Cecilia explicando por señas a Tom qué es un embarazo.

6. La cara de Mia Farrow al final.

MIS DIÁLOGOS FAVORITOS

1. Cómo puede un actor haber salido de la pantalla? Nunca antes había ocurrido.

Que no hubiera ocurrido antes no significa que no pueda ocurrir.

2. Y el fundido en negro?

Qué fundido en negro?

En mi mundo cuando nos besamos aparece el fundido en negro y entonces hacemos el amor.

Aquí se hace el amor sin fundido en negro.

3. Cecilia, él no es real.

Pero es perfecto.

Pero no es real.

Un momento! Puedo aprender a a ser real.

4. Cecilia, soy valiente, viril, cariñoso, y además beso muy bien.

Pero no eres real.

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Estos son mis favoritos pero hay muchos más. En realidad son todos. Es genial de principio a fin.

Y la historia real de Allen y Farrow terminaría como el culo pero la declaración de amor que él le hace en esta película no tiene parangón posible.

Sobre todo esa Mia preciosa de la escena final mirando absorta en el cine a Fred Astaire y Ginger Rogers bailando "Cheek to cheek".

Heaven, I'm in heaven...

Sinatra: Todo o nada (Sinatra: All or Nothing at All), by Alex Gibney

Se cumplen 100 años del nacimiento de "La voz" (la auténtica, no el programa ese de mierda). Y hay que agradecer a Alex Gibney este homenaje que no deja de ser una canción de amor al cantante y también a la persona que fue, con sus luces y sus sombras, que por cierto no se obvian en absoluto. Habla él, pero también hablan sus hijos, sus mujeres, su familia, sus amigos, y hasta algunos de sus enemigos.

Pero por encima de todo están sus canciones y su voz. Y me ha encantado la forma en la que Gibney va paseando por la biografía del artista y la va recreando a través de sus canciones durante un único concierto. Canciones dedicadas a su juventud, a sus ambiciones, a su mujer, a sus hijos, a su historia demencial con Ava Gardner, a la guerra, al alcohol... Cada etapa de su vida tiene una canción y cada canción nos muestra a un Sinatra distinto.

Bueno y malo. Demócrata y republicano. Progresista y reaccionario. Machista y feminista. Frívolo y comprometido. Juerguista empedernido y padre. Borracho y sobrio. Un tipo controvertido que tocó el infierno y consiguió salir de él, pero que también tocó unos cuantos cielos que pocos han conseguido tocar. Un gran amante, un gran amigo, un mal marido, un padre regular, un artista inconmensurable, una vida intensa y apasionante.

Es difícil permanecer indiferente ante un personaje como Frank, para bien o para mal. Unos lo querrán, otros lo odiarán, pero es casi imposible no rendirse ante su indescriptible, imponente, celestial y mágica voz.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Todas las cosas buenas, by Andrew Jarecki

Tengo entendido que Andrew Jarecki es un director de documentales al que un buen día le dio por meterse a glosar un crimen sin resolver en el que estaba envuelto un millonario americano bastante chifladillo.

El resultado es esta película de la que lo mejor que puedo decir es que me ha ilustrado sobre unas cuantas cosas, a saber:

1. Que puedes tener la malísima buena suerte de casarte con un rico pero que esté muy muy pirado.

2. Que, por mucho que cueste creerlo, Ryan Gosling puede llegar a dar bastante repelús.

3. Que me importa un pimiento lo que hagan los millonarios chiflados americanos con sus esposas cuando se hartan de ellas.

4. Que los hechos reales truculentos pueden resultar de lo más aburridos en manos de un director poco mañoso.

En fin, un trabajo bastante flojillo pero en el que cabe destacar las magníficas interpretaciones del susodicho bello entre los bellos Gosling, de la no menos bella Kirsten Dunst y de un secundario de postín como es el grandísimo Frank Langella.

Por lo demás, bastante prescindible.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Las horas del verano, by Olivier Assayas

En realidad no sabría decir de qué va esta soporífera pijada de Olivier Assayas.

Tengo varias propuestas y todas ellas serían igual de válidas:

1. Lo coñazo que es pertenecer a una familia pija con ínfulas artísticas.

2. Lo coñazo que es tener una educación exquisita y no levantar nunca la voz.

3. Lo coñazo que es deshacerse del patrimonio familiar cuando los viejos la palman.

4. Lo coñazo que es negociar con el fisco el impuesto de sucesiones a base de ingeniería.

En cualquier caso hay algo indiscutible: es un puto coñazo.

Y para colmo Juliette Binoche teñida de rubio pa matarla. Aberración estética absoluta.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Hoy empieza todo, by Bertrand Tavernier

Es duro para mí hacer una crítica negativa de una película con el trasfondo social de esta y con las buenísimas intenciones que ni siquiera intenta esconder. Pero es que no tengo más remedio. Tavernier, lo siento, no me convences. El profesor protagonista de tu película, con solo la mitad de conflictos en los que le metes, estaría más quemao que la pipa un indio.

Hubo un tiempo en el que yo también creía que todo lo malo podía resolverse fácil; era cuestión de educación, de implicación política, de buena voluntad y de gasto público... Pero esta peli data de 1999, todavía ni se olía la crisis brutal que ha asolado Europa, ni en Francia se vislumbraba el problema del yihadismo, hoy tan de triste actualidad. Y ya por entonces los servicios sociales, los educadores, las ONGs y hasta los políticos ponían todo su empeño en integrar a toda esa gente marginal en la sociedad.

Lo bueno  o lo malo de la vida es que el tiempo es el juez supremo que quita y da la razón. Y de 1999 a nuestros días ha pasado el tiempo suficiente como para poder comprobar los resultados de todo aquel movimiento político y social integrador, lleno de optimismo y buena fe. Los pobres siguen siendo pobres, cada vez más pobres además, y encima ahora los que pertenecían a otras culturas se aferran al fundamentalismo más cutre y pretenden destruir las bases de las que les han pretendido dar cobijo y protección. Y para más inri, con un absurdo sentimiento de culpa colectivo que lo corroe todo: "Es responsabilidad nuestra, no hicimos todo lo que podíamos haber hecho por ellos". Y ahí estamos todos machacándonos con esa mierda.

Hay un escena buenísima en la película en la que alguien dice algo así como: "No paran de pedir cosas, subsidios, ayudas, todo... Y si les niegas algo porque ya no se puede más, es fácil, se pasan a la extrema derecha". Y es que es así, joder! Se pasan a la extrema derecha o a la yihad, según la condición de cada cual. Esa frase es totalmente demoledora y tristemente cierta.

Me da igual, podéis llamarme pesimista, derrotista, ceniza o facha, pero cada vez creo menos en este tipo de cine lleno de buena voluntad, al que no le niego una intencionalidad encomiable de revelar al mundo LA VERDAD. Pero es que la verdad NO está en la cara del personaje que interpreta Philippe Torreton, ese maestro bueno rebueno, que quiere resolver la vida de la gente, que se lleva a casa los problemas de sus niños, que se pelea con todo y con todos, que sufre por todo lo que vive y por todo lo que ve.

Si la historia se hubiera quedado en eso juro que no estaría haciendo esta crítica negativa. Pero no, Tavernier se empeña en montar un final del que obviamente no puedo hablar pero que apunta hacia la esperanza. Hay música, colores, fiesta... y hasta una petición de matrimonio, que se supone que es lo más de lo más en cuanto a culminación del amor. En definitiva, hay un mensaje de "todo tiene arreglo, vamos a sacar a estos muchachos de la vida de mierda que les espera".

Muy bien, 18 años después esto es lo que hay en La France: periferias cada vez más marginales, violencia a tope, extrema derecha en alza constante, extremismos religiosos, ataques terroristas en el centro de París, gente muerta de miedo, gente aterrorizada, gente dispuesta a todo a cambio de su seguridad, gente que no es capaz ni de hablar con el vecino de puro pánico.

Tavernier tenía muy buena intención, eso es indiscutible. Pero hoy por hoy su mensaje de esperanza y buen rollito universal suena tan extemporáneo como el reloj que dicen que aparece en “Ben Hur”. Suena casi a chiste. De esos niños de la película a lo mejor, y con suerte, saldrá un par de ellos de la miseria y conseguirán romper la barrera social pero todos los demás terminarán quemando contenedores, destrozando escuelas y poniéndose hasta el culo de estupefacientes varios, si no les da por la religión y terminan inmolándose en un supermercado, en un tren, en un campo de fútbol o en una discoteca. Y eso es lo que hay.

jueves, 3 de diciembre de 2015

El maestro de música, by Gérard Corbiau

Es completamente innegable la belleza visual y acústica de esta película. La música es una delicia y la fotografía no se queda atrás. Todo es puro virtuosismo estético, una delicatessen solo apta para espíritus elevados. Hasta ahí totalmente de acuerdo con las críticas. Chapeau para Gérard Corbiau, artífice de la obra. Me quito el sombrero, caballero.

Ahora bien... qué es de la historia? Qué es lo que pasa aquí? Analizándolo friamente, una vez pasado el shock musical, reconozcámoslo: esto es algo así como una versión decimonónica de "La voz", el exitoso talent show televisivo, solo que circunscrito al ámbito de la lírica.

De hecho la historia es esa: el protagonista tuvo un duelo musical en el pasado con su gran enemigo, duelo que se reproducirá en el presente entre su alumno y el de su contrincante. Exactamente como los duelos de "La voz" pero trasladados al siglo XIX.

Ya, ya, que es ópera, que la peli es muy bonita y que cómo puedo comparar. Pues, amigos, no se echen las manos a la cabeza. Comparo porque es perfectamente comparable. Veamos:

- Tenemos a los coaches, los dos enemigos acérrimos que ya se enfrentaron en su juventud.

- Tenemos a los concursantes, ostensiblemente nerviosos porque se la juegan.

- Tenemos al entusiasta presentador de los jóvenes talentos.

- Tenemos al público, que es el que al final decide.

Falta algo? Nada. La película simplemente cuenta la historia de un talent decimonónico para cantantes líricos.

Hoy en día eso se llama "La voz", lo presenta Jesús Vázquez, los maestros se llaman coaches y en lugar de ser el barítono José van Dam son Malú o Alejandro Sanz, y el público vota electrónicamente.

Salvo eso, tal cual.

Eso sí, es muy bonita. Eso es indiscutible.

martes, 1 de diciembre de 2015

Alfie, by Lewis Gilbert

Ya lo ha dicho mucha gente antes que yo: Alfie es Michael Caine y Michael Caine es Alfie. Nunca entenderé por qué se empeñan en hacer refritos de películas que son irrepetibles porque es inseparable el actor del personaje y viceversa. Casos como "Psicosis" o "Alfie" son paradigmáticos. Pero en fin, la falta de ideas originales es lo que tiene, que al final hay que tirar de clásicos sí o sí.

Alfie es un gran personaje sin duda, pero sintiéndolo mucho por Lewis Gilbert, la película ha envejecido mal, en la misma medida en que las relaciones entre hombres y mujeres han cambiado, y ya ver a un personaje tan descaradamente machista como Alfie es casi como ver a un diplodocus.

Lo siento, Lewis, pero ya no existe ese tipo de tío, y si existe está tan mal visto que él mismo se encarga de camuflarse convenientemente para que no se le note. Hoy en día es impensable que un tipo como Alfie vaya por la vida con la sinceridad brutal que derrocha el personaje.

Y sin embargo algo me dice que detrás de todo hombre aparentemente sensible, igualitario, marido y padre ejemplar, que va con su pareja a las clases de preparación al parto y más tarde a las de baile de salón, se esconde un Alfie reprimido que a veces sale cuando menos se le espera. Cuando las cosas empiezan a ir mal. Por ejemplo, cuando hay que enfrentarse a la enfermedad, o a los conflictos con los hijos, o simplemente a la rutina conyugal... Y ahí está ese Alfie que casi todos los tíos llevan dentro.

Pero bueno, es verdad que la historia choca en la actualidad. Por ejemplo, el tratamiento del tema del aborto suena cantidad de cutre. Usar algo así para hacer recapacitar a un tío como Alfie sobre su egoísmo y su falta de empatía hoy día se podría calificar como absurdo. Alfie es un cabrón con las mujeres pero ver un feto muerto y llorar por él le convierte en mejor persona? Eso le redime de algo? En esa escena es en la que más se revela lo extemporáneo del personaje.

De lo que no cabe duda es de que hay para la posteridad pedazo de canción inspirada en el personaje. Y esa sí que no se pasa de moda porque no hay pop star que se precie que no haya hecho su propia versión de "Alfie". Hay alguna gran cantante americana que nunca haya cantado aquello de "What's it all about Alfie?". Cher, Houston, Streissand, Warwick... Un temazo que en mi opinión está muy por encima de la historia y que probablemente seguirá padeciendo nuevas versiones aprovechando el filón de los concursos de nuevos talentos. Se admiten apuestas.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Confidencias muy íntimas, by Patrice Leconte

Él es un hombre serio, gris, metódico, ordenado, un señor de traje y corbata que jamás ha transgredido una norma.

Ella es una mujer un poco perdida que llama a la puerta de ese hombre por error y empieza a contarle sus secretos más íntimos.

Cuando ella descubre que él no es quien creía que era ya es demasiado tarde y las confidencias han empezado.

Y muy poco a poco se van conociendo, se van mirando, se van estudiando el uno al otro. Y se van enamorando sin apenas tocarse, solo a base de palabras, de miradas, de silencios, de complicidad.

Patrice Leconte me toca la fibra, me conmueve, sus historias me interesan, me atrapan, me absorben, me embelesan, por rocambolescas que sean, que muchas lo son, ésta de las que más. Sin embargo en ellas todo tiene un sentido, un porqué. Nada queda en el aire.

Impresionantes los primeros planos característicos de Leconte. Si yo fuera actriz pagaría por trabajar con ese hombre porque hace un verdadero acto de amor en cada película a cada una de sus actrices. A los actores tampoco los trata mal pero de ellas se enamora en cada plano y consigue que el espectador también se enamore. Y saca el mayor partido de cada una de ellas. Qué decir de la increíble sensualidad que aquí destila Sandrine Bonnaire. Tan francesa, tan estilosa, tan fina, tan guapa ella.

Me quedaría con algunas escenas especialmente memorables: el momento en el que Fabrice Luchini se lanza a bailar solo en su casa. Sandrine Bonnaire fumando tumbada en el diván. La sonrisa final de Luchini, contenida pero llena de esperanza y de ilusión. Cómo cuida este hombre la fotografía y la música en sus películas! En este caso la fotografía llena de claroscuros y de matices cromáticos de Eduardo Serra es casi hipnótica.

Ah, un consejo: las películas de Leconte tienen que verse en versión original. Sus personajes solo pueden hablar en francés, susurrar en francés... En ninguna otra lengua podría ser lo mismo.

viernes, 27 de noviembre de 2015

La vida alegre, by Fernando Colomo

Qué gozada volver a los 80 de la mano de Colomo y reencontrarnos con Verónica Forqué o con el Resines de los primeros tiempos. O con Massiel, Wyoming, Gurruchaga, y con algunas de mis actrices favoritas del cine español: esa porteraza maravillosa que es Chus Lampreave, esa abuela inolvidable que fue Rafaela Aparicio... Y qué decir del ministro interpretado por el enorme Miguel Rellán, camuflado con peluca rubia y gafas de sol para no ser reconocido por sus escoltas.

Y sobre todo la risa, el buen humor, la forma de tratar temas espinosos como son las enfermedades venéreas con esa ligereza tan ochentera... La frescura, el tono, el color, y ayssssss, esa moda de la época que pone los pelos de punta... qué horrorrrrrr! Esas hombreras, esos peinados, ese horterismo inherente a aquellos tiempos... Pero anda que no mola esa sensación de espanto que causa a mil años luz.

La verdad es que me he divertido muchísimo viéndola. Creo que nunca la había visto entera antes, es de ese tipo de pelis que cuando las echan nunca las ves porque siempre crees que las has visto ya. Pero no, si la hubiera visto la recordaría. Imposible olvidar ese desfile friki que pasa por ahí, toda esa gente que decidió en su día echarle una mano a Colomo para hacer este divertimento por el que muy probablemente no cobraron ni un céntimo.

Hay otros mundos aparte de Almodóvar. Los ochenta estuvieron llenos de gente ingeniosa, muy loca, muy divertida, transgresora, con ganas de pasárselo bien y de hacer disfrutar a la gente. También hubo muchos rollos chungos (la droga, los escándalos políticos...), pero todos ellos están presentes en esta historia aunque completamente desdramatizados, convertidos en ingredientes de un relato costumbrista de unos tiempos que tuvieron sus más y sus menos pero que siempre son gratos de recordar. Para nostálgicos empedernidos y para todos los que tengan interés en saber cómo éramos y cómo nos descojonábamos allá por los 80.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

La costa de los mosquitos, by Peter Weir

Ésta es una de esas historias en las que se aborda la cuestión de los poco nítidos límites entre el genio y la locura. El personaje de Harrison Ford vendría a ser el paradigma perfecto de ese tipo de individuos que tienen ideas y madera de líder y una capacidad creativa envidiable pero a los que entre tanta inventiva se les va la pinza con relativa facilidad.

En este caso el buen señor decide que la vida en su país, los USA, se ha vuelto muy peligrosa, que no le gusta la sociedad de consumo extremo en la que se mueve y que quiere criar a sus hijos en un ambiente completamente diferente. Y embarca a toda su familia en un proyecto de vida que él considera bueno y perfecto, un proyecto ecológico al cien por cien, basado en el aprovechamiento de los recursos de la naturaleza, pero que pone en grave riesgo a él, a su señora y a toda su prole.

Además del personaje de Ford me parecen muy interesantes los de la esposa y el hijo mayor, interpretados respectivamente por Helen Mirren, magnífica como siempre, y por el desaparecido y añorado River Phoenix. La mujer tiene un comportamiento alucinante con respecto a las locuras del marido. Lo apoya casi incondicionalmente, incluso cuando ve que pone claramente en peligro las vidas de sus hijos, aunque poco a poco le va ganando la preocupación materna hasta que llega a un punto en el que le resulta muy difícil hacer la vista gorda ante las demenciales ideas de su aventurero esposo. El hijo también se debate emocionalmente entre la admiración por su padre y la rebeldía hacia una autoridad que va cuestionando también muy paulatinamente.

La película podría haber resultado muy interesante, y de hecho he leído por ahí que la novela es una pasada y que Peter Weir hace una adaptación bastante fiel; lo que pasa es que llega un momento en el que se hace muy cansina, las actitudes del protagonista son muy repetitivas y tienen poca capacidad de sorpresa, y conforme ese límite entre el genio y la locura se va decantando hacia la segunda el guión va perdiendo interés por momentos. Conseguí llegar al final a duras penas porque sinceramente hubo un momento en el que me daba exactamente igual lo que fuera de la familia protagonista, como si la palmaban todos. Y claro, esto en una historia de estas características es demoledor. Planchazo total.

martes, 24 de noviembre de 2015

Si de verdad quieres..., by David Frankel

Hacía mucho tiempo que no pasaba yo tantísima vergüenza ajena viendo una película. Tanto es así que no he podido soportar verla hasta el final. La imagen de Meryl Streep intentando hacerle una mamada a su marido, la primera de su vida, después de 30 años de matrimonio, en un cine mientras ven "La cena de los idiotas" ha sido tan espeluznante que he tenido que cerrar los ojos como si estuviera viendo una de terror. Y he notado además un calorcillo en mis mejillas que solo podía significar intenso enrojecimiento cutáneo.

Madre mía, qué vergüenza!  Os cuento, ávidos cinéfilos que buscáis mi asesoramiento: Típico matrimonio de cincuentones (aunque tanto Streep como Tommy Lee Jones tiran más para la sesentena, casi que rozando la setentena) que, oh cielosssss, QUIEREN RECUPERAR LA PASIÓN PERDIDAAAAAA!  Bueno, más que nada la tía, porque el señor está más a gusto que un marrano en un charco y no echa en falta en su matrimonio nada de nada. Pero bueno, a ella le da por mirar parejitas jóvenes y ponerse a comparar. Ay cielos, ya ahí tenía que haber cambiado de canal. Y la tía empieza con la paranoia de "quiero recuperar mi matrimonio, quiero que seamos como antes, quiero que me desees como antes, quiero que me mires como antes". Por favoooooooooorrrrrrr!

Y claro, se van a un terapeuta sexual, que no es otro que el inefable Steve Carell. Cágate lorito. Y ya ahí con los consejos del terapeuta el ridículo alcanza proporciones mastodónticas. En fin, el caso es que cuando yo leí de qué iba la peli, pensé, ingenua de mí, que le iban a echar una mijilla de cachondeo al tema, que se iban a descojonar del terapeuta y de la parejilla de maduritos en busca de la pasión perdida y punto. Ayyyyy pero nooooooooooo. Que no es de cachondeo, que de verdad se toman en serio eso de que estos dos vejestorios RECUPEREN LA PASIÓOOOOOOOON!

Y la supuesta gracia de la película estaría en que una tía que jamás ha hecho una felación, ni se ha masturbado... en fin, una tía de lo más pacata y raruna, de repente se ponga a hacerle una mamada a su marido en un cine porque se lo recomienda un consejero matrimonial. Y ahí fue cuando tuve que cambiar de canal porque mi rubor alcanzó proporciones alarmantes.

Qué cutrerismo de película, virgen santa! Y Tommy Lee Jones, ese pedazo de actorazo, Dioooos mío, qué hace aquí? Porque la Streep ya sabemos que es ubicua, que está en todas partes; y Carell también se apunta a un bombardeo si hace falta. Pero Tommy, tú no, tú no tenías necesidad de esto. Siempre hay tiempo para hacer mamarrachadas cuando ya estés en las últimas, hombre.

En fin, luego una se entera de que el David Frankel este es el mismo de "El diablo se viste de Prada", y claro, todo se explica. A este tío le va extraer lo más ridículo y lo más gilipollesco del ser humano hasta hacer enrojecer al más pintado. Pero a mí por lo menos ya no me pilla más.


lunes, 23 de noviembre de 2015

Dolls, by Takeshi Kitano

La persona que me recomendó ver esta película me dijo que debía verla con ojitos enamorados. Eso ya me mosqueó porque ni todo el mundo que está enamorado ve las cosas igual ni automáticamente al enamorarse la gente se vuelve aficionada al cine japonés. Pero en fin, acepté el reto.

Más tarde leí en algunas críticas que para disfrutar de esta película había que tener un estado de ánimo de "suave melancolía" y que no gustaría nunca a nadie que estuviera en estado de "clara alegría". Pues ya la hemos cagao. A ver en qué quedamos. Porque si uno está enamorado, que se supone el estado ideal para ver esto, es evidente que tendrá por lo menos cierta alegría, lo cual choca frontalmente según este otro señor con el disfrute de esta película.

En fin, me gustaría decirle a la persona que me la recomendó, que visita asiduamente este sitio, que yo tanto si estoy enamoradísima como si no jamás en la vida voy a disfrutar de este tipo de películas. Por lo que le pido encarecidamente también que no me recomiende más de esta cuerda. Por favoooooooooor!

Y el caso es que me lo estaba temiendo. Cuando empecé a leer críticas y me topé con expresiones del tipo "poesía visual" o "belleza estética impresionante" ya me di cuenta de que esto no iba a funcionar. Sinceramente yo soy muy poco sensible para la poesía visual, no soy susceptible al encanto de la poesía; lo mío es más lo narrativo. Y qué quieres que te diga, en esta historia lo narrativo brilla por su ausencia.

La pareja atada son muy simpáticos los dos; reconozco que la chica, Miko Kanno, es monísima y da un montón de lástima verla arrastrarse como un alma en pena enganchada a su novio. Y ya sobre todo en los últimos fotogramas, en mitad de la nieve... da muchísimo frío y muchísimo repelús. Pero nada más. Yo al ver a estos dos recorriéndose todo Japón con la cuerdecita roja atada a sus cinturas lo que me entraba es una pereza que te cagas.

Y de la misma manera que nunca entendí por qué Forrest Gump corría sin parar jamás entenderé por qué este muchacho le pega ese tute de andar a su chica en plan "vamos a hacer un poquito de senderismo, nena, a ver si así la perola se te vuelve para su sitio". Por favooooor, deja a esa muchacha en el frenopático tranquilita y dedícate tú solito a recorrer el mundo, so cabrón!

Y lo de la pareja de viejecillos tampoco me dice nada porque para eso aquí tenemos a nuestra propia Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo, esperando en el andén al señor ese que se fue y la dejó de aquella manera. Yo me quedo con nuestra Penélope y a esta señora japonesa con su fiambrerita para el novio perdido y hallado le digo que no le llega a nuestro especimen local ni a la punta de la alpargata.

Y bueno, ya de lo de la cantante pop con el ojo tapado y del fan ciego para qué vamos a hablar. Solo escuchando el temita Ma-Me-Mi.-Mo-Mu con el que la colega fue hit en los 40 principales japoneses se puede hacer el personal una idea de la clase de amor que puede derivar de ahí. Si lo traspasamos a nuestra historia local podría ser perfectamente Ylenia la de Gran Hermano y uno de sus fervientes admiradores. Takeshi Kitano, hasta nunquiiiiiii!

No, cariño, vida, corazón, cielo. Yo cuando me enamoro nunca me hago harakiris mentales. Y la poesía visual sin historia chula detrás me sigue pareciendo un puto coñazo. Y el Takeshi Kitano este me parece el tío más pretencioso y más tonto del mundo mundial. Ah, y el teatro de marionetas japonés me da un repelús que te cagas, ni lo entiendo ni tengo mayor interés en entenderlo. Prefiero mil veces a Lina Morgan, y con esto lo digo todo.

No, cariño, vida, corazón, cielo. No soy una tía supersensible disfrazada de cardo borriquero. Soy un auténtico cardo borriquero, y mi sensibilidad para esta clase de cosas no existe ni va a existir jamás. Por favor por favor, no me recomiendes más pelis de estas. Te lo prometo, que soy muy bruta.

viernes, 20 de noviembre de 2015

El perfume de Yvonne, by Patrice Leconte

Es innegable que Patrice Leconte es un maestro del erotismo. Sus películas son un derroche de sensualidad, la fotografía siempre es sugerente y la estética impecable. Además tiene un dominio impresionante de los primeros planos, en este caso sobre todo de la protagonista femenina, Sandra Majani, a la que homenajea ampliamente en cada toma, como de hecho suele hacer con todas sus actrices.

Sin embargo, de todas las películas de Leconte que he visto ésta es la que menos me ha gustado. Todo me suena a puro artificio, a preciosismo sin más. Ni Majani ni su partenaire me atrapan, y la historia de amor entre ambos me deja indiferente. Su deseo es frío, parece completamente impostado entre tanto glamour.

Nada que ver con otras películas del director como "El marido de la peluquera" o "La chica del puente", ambas mucho más sutiles en lo narrativo y tremendamente más sugerentes.

Yo de esta película, que tiene una estética como de anuncio de colonia, me quedaría con dos escenas:

1. El momento en el que Yvonne se quita las bragas en el barco y las mete en el bolsillo de la chaqueta de Victor mientras el viento levanta su falda. Probablemente la mejor secuencia erótica del film.

2. Victor leyendo en voz alta mientras acaricia el cuerpo de Yvonne. Literatura y sexo, sexo y literatura.

Lo siento, Leconte, esta vez la magia no ha funcionado. Todos los magos la cagan de vez en cuando.

Pero sigamos intentándolo.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Leaving Las Vegas, by Mike Figgis

No me gusta "Leaving Las Vegas" por ser una historia sobre el alcoholismo. Esa parte ni siquiera me convence . Nadie que beba al ritmo de Nicolas Cage en esa película podría aguantar vivo cuatro semanas. Tampoco podría mantenerse en pie la mayor parte del tiempo. Ni razonar. Ni acordarse de nada. Ni bailar. Ni conducir. Ni comer. Ni jugar. Y dudo de que pudiera llegar a sentir lo suficiente como para enamorarse. Alguien que se bebe una botella de vodka del tirón y después lo que le echen simplemente no podría ni moverse. Probablemente moriría asfixiado en la primera vomitona porque no sería capaz de volver la cara.

Para pelis sobre el alcohol yo me quedo y siempre me quedaré con "Días de vino y rosas", que eso sí es realismo y horror puro y duro. En cambio aquí todo es tan increíble que no da ni miedo porque sabes que ese tío, con lo que bebe, es imposible que esté vivo. Tal vez ahí a Mike Figgis se le haya ido un poco la mano. Quizás debiera haber sido un poco más comedido en cuanto a las cantidades de alcohol que consume su protagonista para hacerlo humano, real.

No, para mí ésta no es una buena película sobre el alcoholismo. Pero en cambio es una magnífica historia de amor. Amor sin sexo, sin futuro, sin sentido, sin esperanza. Como hay pocas historias de amor en el cine o en la literatura, no digamos ya en la vida.

Hay quien dice que no entiende cómo una mujer espectacular como la protagonista se enamora locamente de un borracho terminal, que no es precisamente un tipo de persona agradable para convivir.  Y él avisa, que conste: rompo cosas, no sé dónde estoy, vomito por todas partes... Menudo planazo para elegirlo voluntariamente

Entiendo que nadie lo entienda. Quién en su sano juicio se entregaría voluntariamente a algo así? Es que no hay por ahí nada mejor para esa muchacha? En la película incluso un taxista se lo dice a la chica: "Tú podrías tener al hombre que quisieras". Y puede que sí, que fuera verdad. Pero se da la circunstancia de que a esa muchacha no la quiere nadie, y resulta que la única persona con la que se encuentra que le muestra algo de cariño y de consideración es el borracho Cage.

Y creo que también hace mucho que el tío está tan pallá que ni siquiera puede follársela. Y eso le permite a ella algo que nunca le había pasado: estar con alguien, hablar, abrazarse, sentir calor humano sin temer nada. La realidad es que ante algo así no es tan difícil enamorarse; si hicieran una encuesta por ahí serían bastantes las tías que sencillamente estarían encantadas. La impotencia sexual masculina es una virtud muy minusvalorada pero que muchas mujeres saben apreciar (Lástima que la Viagra haya venido a joderlo todo).

A este respecto es muy interesante cómo transcurre la historia o no-historia sexual entre nuestros protagonistas. A ella al principio le alivia la falta de sexo; está cansada, hastiada, le gusta que ese hombre la abrace y la desee sin follársela. Pero llega un momento en el que ella necesita sentirlo y sabe que solo puede llegar a él a través del alcohol. Y ahí vemos una de las escenas sexuales más conmovedoras e impactantes de la historia del cine. Ella se rocía de alcohol para que él beba sobre su cuerpo, para que chupe sus pezones, para que la lama, para que se desespere por ella. Es la única manera.

Y aunque solo fuera por esa secuencia yo le daría un 10. Por la cara de ella cuando cree descubrir cómo conseguirlo. Por la reacción de él cuando comprende lo que ella quiere y sabe que lo puede conseguir. Y sobre todo, por el final de esa escena, que no por esperado deja de ser absolutamente aniquilador.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Election, by Alexander Payne

Es posible parodiar un proceso electoral con lo que ya de por sí tiene de parodia en sí mismo? Pues sí, es posible.  Y el amigo Alexander Payne lo demuestra con esta divertidísima película en la que da un buen repaso a todos los personajes que tienen protagonismo en unas elecciones, desde los candidatos y sus distintas motivaciones, a los propios electores y las suyas.

Diálogos llenos de ingenio, complejos enredos, personajes grotescos y patéticos se unen en un guión fresco y original que invita a la sonrisa permanente y a la carcajada ocasional.

Qué buena Reese Witherspoon en el papel de repelente y odiosa candidata a presidir el Consejo escolar. Algo así me imagino yo de adolescente a nuestra Cospedal. De hecho no es difícil reconocer en algunos de los personajes a ciertos políticos de nuestro entorno que no desmerecen en absoluto.

Genial el discurso de la candidata lesbiana: “Sé que estáis hartos de tantas votaciones y de tanto rollo. Me presento a estas elecciones con el firme propósito de terminar para siempre con esto y que no os veáis obligados el año que viene a pasar por todo este coñazo otra vez y a tener que volver a votar a la panda de capullos que se presenten”. Por supuesto, amplia ovación y entusiasmo general.

lunes, 16 de noviembre de 2015

La chica del puente, by Patrice Leconte

Por una de las escenas más eróticas que yo he visto en el cine: el lanzamiento de cuchillos en el vagón. Solo comparable a las de los lavados de cabeza en “El marido de la peluquera”. Leconte, gran maestro del erotismo.

Por una frase inolvidable: “No se deprima, amigo. Solo tiene que encontrar una noche en un puente a una chica de ojos grandes y tristes”.

Por la magnífica fotografía en blanco y negro de Jean Marie Dreujou.

Por los puentes desde los que se arrojan los suicidas desesperados.

Por la magia, por los magos que se encuentran por la vida.

Por los maravillosos primeros planos de Vanessa Paradis.

Por los ojos cálidos y acogedores de Daniel Auteuil.

Por los encuentros afortunados.

Por los buenos amantes.

Por la buena música.

Por la buena suerte.

Por el buen cine.

martes, 10 de noviembre de 2015

Posdata: Te quiero (P.S., I love you), by Richard LaGravenese

Esta es la terrorífica historia de un marido petardo y coñazo como pocos he visto yo antes. Esa clase de marido que no te deja en paz ni muerto, y nunca mejor dicho. Los hay que se les aparecen a sus viudas en sueños, los hay que se convierten en fantasmas, y los hay, como este, que, sabiéndose condenado, planifica su post-muerte para seguir incordiando a su señora con cartitas de amor en las que le va diciendo encima lo que tiene que hacer: ahora te compras un vestido mono y te vas de compras con tus amigas, ahora te vas al karaoke y tienes que cantar tal canción (que ya es putada); ahora te coges a tus colegas y os vais a un viajecito a Irlanda que yo os he pagado con antelación (debo reconocer que de todos los planes post-mortem que le monta el difunto a su viuda a mí este detallazo es el que más me ha molado). Y hasta le dice el colega cuándo le da permiso para olvidarlo y buscarse otro maromo, que ya hay que tener mala follá.

Pero lo peor de todo es que la madre de la muchacha contribuye al complot y es la cómplice secreta del difunto. Cómo te lo comes? Qué clase de madre le haría algo así a su hija? Yo desde luego nunca le podría perdonar a la mía si me hiciera una putada así.

Para colmo de despropósitos Hilary Swank, que a todo esto se tira viviendo del cuento casi un año después de la muerte del marido (suponemos que le habrá quedado una buenísima pensión porque la muchacha decide no dar palo al agua), se propone hacerse diseñadora de zapatos, a lo Louboutin, y para ello hace un cursillo y la paya se dedica a diseñar los zapatos más horrorosos de la muerte que yo haya visto jamás, que en lugar de zapatos parecen jarrones de porcelana. Por dios, y que haya tías dispuestas a ponerse esas cosas en los pies! En fin, el sofocón estético que te llevas no tiene nombre.

Y qué me decís de las amigas de la colega? No os digo más que una de ellas se dedica a preguntarle a todos los tíos que conoce así a bote pronto: “Estás casado? Eres gay? Trabajas?” Y ya sí todas las respuestas son positivas hace la prueba de fuego, que es darse un morreo con el tipo y si le gusta se lo queda y si no da media vuelta y se las pira. No sé yo si esta clase de personajes tipo “Sexo en Nueva York” es que le molan a alguien, es de suponer que a las tías, porque estos productos pseudofeministas e hiperglucémicos suelen ir dirigidos a ellas, pero yo no conozco a ninguna tía que vaya de ese palo ni que le apeteciera ir. Richard LaGravenese, te has lucido, tío.

Lo único que se salva de la peli es el viaje a la vieja Irlanda, las imágenes del paisaje irlandés y el tío buenorro que la colega se liga por aquellos parajes, que encima la hijaputa tiene una suerte de la hostia y va dando de tío bueno en tío bueno, encima listos, sensibles, amables, divertidos. Hosssstia ya! Todos los cachas con los que la tía se cruza se quedan prendadísimos de ella, por no hablar de que no conoce ni a un solo tipo normalito, digamos, a un americano medio o a un irlandés medio, con su tripita y su medio calva y sus defectillos. Y tampoco es que Hilary Swank sea Miss Mundo, vamos, digo yo.

En fin, que pensándolo bien, con tanta potra para conocer tíos guapos, simpáticos, listos y estilosos, se tiene bien merecido lo del marido pelmazo más allá de la muerte. Mira, por lo menos que la tía tenga que cargar con su cruz como cualquier hija de vecina. Aunque lo peor de todo es que la fulana encima está encantada con lo de las cartitas de ultratumba del difunto. Te digo yo a ti que los americanos están como una puta chota.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Reencarnación (Birth), by Jonathan Glazer

Interesante planteamiento el de Jonathan Glazer en esta película. Es posible enamorarse de un niño si piensas que dentro se esconde el espíritu de un adulto?

El personaje de Nicole Kidman (por cierto, magnífica su interpretación) llega a creer que el niño protagonista es la reencarnación de su marido muerto. Las situaciones íntimas que el niño conoce la llevan a ese convencimiento, pese a que todo su entorno intente disuadirla. Kidman llega a enamorarse del niño, a plantearse un futuro con él, a pretender dejarlo todo para hacer realidad su loco amor.

Me parece minusvaloradísima esta película. Es valiente, es arriesgada, plantea una situación difícil, obliga al espectador a mojarse, a tomar una decisión sobre lo que está pasando y a elegir su propio final. Naturalmente luego el director lanza el suyo, y puede gustar más o menos, pero mucho antes tú has tenido que decidir si estás con Kidman o contra ella y has tenido que optar entre el Sean auténtico o el falso.

A mí sinceramente no terminó de convencerme la historia del niño. Todo el tiempo estuve convencida de que había una explicación racional. Y por otra parte el amor incondicional de Kidman por su marido muerto diez años antes tampoco era demasiado creíble, por más que ella haga un trabajo impecable.

Lo que me cuesta entender es que algunas escenas (la del baño, por ejemplo) hayan podido escandalizar a nadie. En ningún momento se ve nada que pueda inducir a la pederastia ni justificarla ni nada por el estilo. Todo ocurre de una forma muy sutil y las imágenes ni siquiera resultan mínimamente sugerentes.

Hay demasiada gente por ahí dispuesta a escandalizarse por cualquier cosa. No pasa nada, en todo caso ese tipo de polémicas suelen beneficiar a las películas. Cuanto más capullo echándose las manos a la cabeza más taquilla. Si yo hubiera sido Glazer habría metido bastante más cañita para atraer a todos esos gilipollas y que pusieran el grito en el cielo y dispararan el taquillaje. En este caso estaría más que merecido.

martes, 3 de noviembre de 2015

El hombre del tiempo, by Gore Verbinski

Vaya, los hombres del tiempo tienen vida. Yo siempre pensé que dedicaban todo su idem a mirar al cielo concienzudamente y predecir si iba a llover o a brillar un sol reluciente. Pero no, resulta que tienen padres, hijos, esposas, exesposas, e incluso en el caso de nuestro héroe (o más bien antihéroe) tiene una legión de “fans” que cuando no les gustan sus predicciones le arrojan a la cara todo tipo de porquerías, desde perritos calientes a burritos, batidos de chocolate o goffres.

Nuestro hombre del tiempo ha entrado en crisis. Mientras le ofrecen una suculenta oferta de trabajo que implica su traslado a Nueva York, su vida personal se desmorona: su exesposa no quiere volver con él y le confiesa abiertamente que le odia y que le resultaba insoportable practicarle felaciones; su padre es invadido por un linfoma con su correspondiente metástasis; su hijo adolescente es acosado por un pederasta y su obesa hija es conocida en su colegio como “pezuña de camello”.

Muy bueno el trabajo de Nicholas Cage, cargado de patetismo y de un sordo sufrimiento contenido, verdaderamente consigue dar muchísima pena. Y qué decir del fantástico Michael Caine, que protagoniza algunas de las escenas más emotivas de la película. Los diálogos entre padre e hijo son el paradigma vivo de la incomunicación. Se nota que los dos se quieren muchísimo pero son incapaces de entenderse, por lo menos verbalmente.

En definitiva, un buen trabajo de Gore Verbisnki, de Nicholas Cage, de Caine y del resto del resparto, niños incluídos para variar. Es de esas historias que se reconocen como auténticas, en las que los diálogos suenan a verdad y los personajes parecen de carne y hueso y no de cartón piedra.

Una de las escenas más divertida de la película (aparte de los sucesivos lanzamientos de comida-basura a la cabeza de nuestro hombre) es el diálogo de padre e hija sobre el espinoso asunto de la “pezuña de camello”:

“ En el colegio te llaman por algún mote?”

“Sí, pezuña de camello”.

“Y sabes por qué?”

“Sí, porque la pezuña de un camello es dura y resistente y soporta largas travesías por el desierto, y yo soy una chica dura y resistente. Por eso me llaman así.”

“Ah, vale”.

Bueno, supongo que este diálogo carecerá por completo de gracia para quien no sepa lo que es una “pezuña de camello”, pero es genial. Los que lo ignoren que se metan en Google y lo averigüen. No les voy a hacer yo todo el trabajo, qué coño.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Algo prestado, by Luke Greenfield

Imagina que te gusta mucho un tío.

Imagina que al tío le gustas mucho tú.

Imagina que ninguno de los dos se lo dice al otro.

Imagina que le presentas una amiga a ese muchacho.

Imagina que el muchacho se enrolla con tu amiga y se hacen novios.

Imagina que al cabo de seis años deciden casarse y que tú seas dama de amor.

Imagina que días antes de la boda estalla la pasión y te acuestas con el novio de tu amiga.

Ya, te cuesta imaginar tal cantidad de despropósitos, verdad? Y no entiendes por qué coño si te gusta un tío y al tío le gustas tú ninguno de los dos dice nada y esperáis a que el tío se vaya a casar con tu mejor amiga para echar un polvo y deciros lo mucho que os gustáis.

Pues bien, yo tampoco he entendido nada y encima me he aburrido como una ostra. Aunque una no espera de una comedia romántica yanqui ni coherencia ni un mínimo de verosimilitud ni tan siquiera un poco de calidad en el guión lo que sí se puede pedir al menos es que entretenga.

Pero si encima te descuajaringas la mandíbula a bostezos y lo único que te entretiene es imaginar a Luke Greenfield, el director de la chorrada esta, a cuatro patas con el culo en pompa mientras tú flagelas enérgicamente sus blancuzcas nalgas, ahí ya se puede decir que en cuestión de cine... has tocado fondo.

jueves, 29 de octubre de 2015

Silencio pactado, by Graham Guit

Ay, qué pena, qué dolor, que me muero de sopor.

Vaya coñazo de historia, se quedará en mi memoria

del sueñazo que me entró, aunque la menda aguantó,

que hasta el final yo llegué, no sé cómo ni porqué.

Esto va de dos hermanas mentalmente no muy sanas,

una es monja de clausura, la otra se lía con un cura.

Pos vaya par de gemelas, fijo que diría mi abuela.



Carmen Maura hace de monja en un papel que sonroja

Depardieu hace de cura antes de su gran gordura,

antes de que diera asquito pensar en darle un piquito.

Aquí se infla a follar con la hermana más procaz,

En cambio la carmelita, sufre un montón, pobrecita.

Le dan dolores muy fuertes, hay que ver qué mala suerte.

Tanto le duele, no miento, que pierde el conocimiento.

La una folla hasta hartarse, la otra venga a desmayarse.

Pos vaya par de gemelas, fijo que diría mi abuela.



Graham Guit es responsable de este truño lamentable.

No sé yo si a ese muchacho habría que cortarle un cacho,

por perpetrar esta cosa aburrida y asquerosa,

y por darnos la gran chapa, que en eso nadie se escapa,

seas albañil o bombero, juez, tenista o fontanero.

Y aunque el tema prometía, en esto no hay más tutía.

La historia de estas hermanas tan raritas como insanas

es un rollo del copón, me cago en to su nación.

Pocas he visto peores, vaya coñazo, señores,

vaya dos tías taradas, vaya hermanitas piradas.

Pos vaya par de gemelas, fijo que diría mi abuela.

miércoles, 28 de octubre de 2015

El coleccionista de huesos, by Phillip Noyce

Policía tetrapléjico (PT): huyssss, estoy harto de la vida, quiero la eutanasia YAAAA!

Policía amigo (PA): chico, ahora no puedes. Te necesitamos, tenemos un caso superdifícil que en toda la policía de Nueva York no hay nadie que pueda resolver.

PT: maldita sea, ahora que iba a eutanasiarme; es que no dejáis a la gente vivir en paz ni tampoco morir, hossstia, qué coñazo. Bueno, a ver, de qué se trata?

PA: pos nada, que ha aparecido un muerto con un dedo cortado. Lo encontró una poli novata.

PT: pues mándamela para que la interrogue. Anda que con lo a gusto que estaba yo planeando mi tránsito al otro mundo, cagoenelcopón.

Poli Novata (PN): Hola, soy Angelina Jolie y estoy muy buena. Fui yo la que encontró el cadáver, qué se le ofrece?

PT: hola, guapetona. Yo soy Denzel Washington y a guapo no me quedo corto, lo que pasa es que me quedé tetrapléjico durante un operativo. Tienes cara de ser una buena poli, a partir de ahora llevarás tú el caso y yo te daré órdenes desde mi lecho de dolor.

PN: Ok, jefe. Pues mande usted, qué tengo que hacer?

PT: ve a la escena del crimen, entras tú sola, no dejes que entre nadie más, ni el forense, ni los del CSI ni nadie a contaminar la escena, estableces el perímetro y me describes exactamente todo lo que veas, recoges todas las pruebas que veas y ya si eso que entre el resto del personal.

PN: oiga, pero digo yo que alguien protestará. No sé, el que lleva la operación, el jefe de policía, el forense, los del CSI. No veo yo que les parezca muy normal que una poli novata, por muy buenísima que esté, se encargue de todo.

PT: pos mira, si no les gusta que me dejen en paz que me muera yo tranquilamente y que lo averigüen ellos solos. Si yo digo que entres tú sola entras tú y punto pelota, qué coño.

PN: bueno, si usted lo dice… Conste que yo solo cumplo órdenes.

PT: pos eso, limítate a cumplir lo que yo te mando, o si no me eutanasio y les dan por culo a todos.

Y así es como Angelina Jolie, la poli novata, y el bello pero lisiado Denzel Washington, el policía tetrapléjico más hermoso del mundo, se conocen, se echan el ojo mutuamente y comienzan a trabajar juntos: él pone la mente y ella el cuerpo, o mejor dicho, el cuerpazo.

Y por muy demencial que parezca el guión, que es muy parecido a como yo os lo he contado, es así como suceden las cosas. De repente toda la policía de Nueva York se traslada al domicilio del tetrapléjico, que es como una especie de loft superchulo y superamplio, y desde allí dirigen el operativo para descubrir al asesino. Un estrés que no veas, una tensión del copón… vamos, que no es vida para un tetrapléjico ni para nadie.

Y yo le haría una pregunta a Phillip Noyce, padre del engendro este: a ver, ese tetrapléjico no hace pipí y caquita y todas esas cosas que hacen las personas normales? No hay que cambiarle los pañales y hacerle la cama de vez en cuando? No tiene que descansar? Tengo entendido que los tetrapléjicos son personas que no pueden ir al baño, que se lo hacen todo encima. Y digo yo: es la habitación de un tetrapléjico lugar para dirigir un operativo policial, con unas 25 personas allí trabajando, chillando, pasándose información relevante, fumando y montando follón? Vamos, el ambiente de una comisaría normal pero trasladado a la casa de un enfermo supuestamente terminal que tres horas antes estaba pensando en finiquitar su dura existencia. En fin, no sé, algo aquí huele raro, no os parece? Y no soy yo.

lunes, 26 de octubre de 2015

Volver, by Pedro Almodóvar

Bueno, pues como de costumbre y para no perder el hábito y joder un poco a la peña, voy a llevar la contraria a la mayoria del personal. A mí "Volver" no me gusta nada de nada de nada. Vamos, que de todas las pelis de Almodóvar es la que menos, con eso lo digo todo.

Sí, ya sé que hay otra gente a la que no le ha gustado tampoco, pero te pones a leer sus críticas y básicamente son todos antialmodovarianos de manual, o sea, gente a la que le produce una aversión natural este hombre y les da igual lo que haga, que lo van a poner a parir igual. Pero a la inmensa mayoría de sus admiradores e incluso de sus detractores, "Volver" les parece una gran película. Los primeros alaban todo lo que de su peculiar cine ven en ella y los segundos alaban todo lo que de su peculiar cine no ven en ella.

Yo paso, no me apunto ni a los unos ni a los otros; pertenezco al selecto club (creo que soy la única de momento) de los que sí disfrutamos como monos con el cine de Almodóvar pero que "Volver" nos parece una mariconada sin estilo ni personalidad ni nada.

Porque yo ni le veo ese toque gamberro que a mí tanto me gusta ni le veo un carajo de interés. Que sí, que si mucho trabajo coral con mujeres, que si mucho retrato de La Mancha profunda, que si Penélope sale meando... ese tipo de cosas que algunos ven como típicamente almodovarianas. Yo no, porque no es eso lo que a mí me llama la atención de su cine. A mí lo que me gusta de este tío es que se monta historias que solo pueden caber en su imaginación, que no te las esperas por ninguna parte, diálogos que se mueven entre el surrealismo y la cachondez, pasando por un toque importante de ordinariez y de "mepasoalmundoporlaspelotas". Y aquí no veo nada de eso.

Lo que veo es a la siempre estiradísima y chillona Penélope Cruz (tal vez un poquillo menos chillona que de costumbre pero igual de mala actuando), eso sí, muy favorecida, muy requeteguapa y muy italiana de los años 50, eso no se le puede negar. Pero la veo en un papel soso, con unos diálogos tontorrones pero que no responden a ese punto absurdo que mola de Almodóvar; simplemente son frases tontas. La historia en sí es insulsa, lo mismo la podría haber rodado cualquier otro, y probablemente mejor. Y ya la famosa escena en la que canta "Volver"... Aaaaarrrrg, por favooooooor, es lo peoooooor. Señor, aparta de mí ese cáliz.

En fin, al resto del reparto lo salvo porque son todas actrices estupendas y aunque estén haciendo un bodrio las tías son unas profesionales y simplemente se limitan a hacer lo que el director les pide y punto. No brillan como otras veces, pero cumplen con lo que se les manda. Ninguno de sus papeles es inolvidable, no sé, como la Maura de "Mujeres..." o la de "Qué he hecho yo...", o esa Julieta Serrano de "Entre tinieblas", o la Marisa Paredes de "La piel que habito"... Yo no veo aquí ningún personaje que se les parezca ni remotamente, pero ellas como actrices cumplen.

En resumidas cuentas, un Almodóvar sosito, sin gracia, sin inventiva, tan divertido como mi vecino mormón del quinto. Una historia aburrida que encantará y de hecho encanta a la gente "normal", y un chasco para mí, que siempre espero de este tío algo diferente, que provoque sarpullido en el personal, que toque ostensiblemente las pelotas, aunque sea una ordinariez de tomo y lomo, como "Los amantes pasajeros", que por cierto, y para seguir llevando la contraria, a mí me encantó.

viernes, 23 de octubre de 2015

Hairspray (El remake), by Adam Shankman

Remake de gamberrada pop llena de laca, música y baile. And the Oscar goes to:

1. Adam Shankman, porque intenta con ganas superar al original… pero no.

2. John Travolta, por regalarnos a esa señora gorda y adorable que es en el fondo.

3. Christopher Walken, por ser ese padre maravilloso que todos quisimos tener.

4. Michelle Pfeiffer, por ser una de las malas malísimas más preciosas del cine.

5. Zac Efron, por ese temazo genial: “Nena, te amo a pesar de tu peso”.

Un mundo ideal en el que los Bisbales se enamoran de Rosas y no de Chenoas.

Un subidón de la hostia que te obliga a cantar, a bailar y a sonreír, lo quieras o no.

Pero... lo siento, no tiene la magia, el encanto y la frescura del original.

jueves, 15 de octubre de 2015

Obsesión, by David Mackenzie

Muy acertado el título en español de esta película de David MacKenzie que trata el tema de la obsesión con bastante profundidad. Concretamente se centra en tres tipos de obsesiones asociadas a tres personajes:

LA ESPOSA INFIEL

La mujer que conoce los placeres del amor y del sexo clandestino y se obsesiona tanto con su amante que en un momento dado se plantea tirar toda su vida hogareña y su paz familiar por la borda. Una madame Bovary de los años 50. Con la particularidad de que el amante es lo que hoy en día socialmente consideraríamos un maltratador, alguien con un sentido de la posesión muy exacerbado y con unos celos enfermizos. A pesar de ello la mujer se siente irremediablemente atraída hacia el amante y no es capaz de oponer resistencia a esos sentimientos que la arrastran. Como dice la famosa copla, no es amor, es obsesión.

EL CELOSO ENFERMIZO

El amante cuyos celos no le dejan vivir. Aunque ya ha pagado por un crimen que cometió hace años es incapaz de controlar sus impulsos violentos cuando le vuelven a atacar las sospechas. Espía a la mujer, la golpea, la insulta, la veja y la persigue. A este tipo de personajes se les llama ahora maltratadores pero no dejan de ser personas enfermas con una visión errónea del amor. En mi opinión es un error asociar este comportamiento al machismo porque también se da en parejas homosexuales o incluso en mujeres hacia sus maridos o novios. En la película está muy bien tratado psicológicamente este tipo de trastorno obsesivo.

EL PSIQUIATRA

Es tal vez el personaje más complejo por ser el menos conocido. Sería el profesional que vive centrado en sus pacientes y que los utiliza descaradamente en su beneficio personal. Los manipula y juega con sus conocimientos para provocar reacciones en ellos. Está magníficamente representado en el médico del amante. Es la obsesión más difícil de detectar porque socialmente incluso se alaba y se le llama “celo profesional” o “pasión por el trabajo”. Es lo que hoy en día sería una “adicción laboral”, que cuando se trata de un trabajo con personas (medicina, educación, justicia) puede ser bastante peligrosa.

Una película interesante, poco conocida pero bastante recomendable. A destacar los magníficos trabajos de Natasha Richardson y de Ian McKellen.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Tipos legales, by Fisher Stevens

Las comedias de abueletes pueden provocar tres tipos de reacción, a saber:

1. O te partes el culo con ellas.

2. O te aburres como una ostra.

3. O te entra una vergüenza ajena del carajo.

“Tipos legales” pertenece al tercer grupo, probablemente el más nutrido. Ni aunque aparezcan monstruos de la interpretación de la talla de Al Pacino o Christopher Walken se consigue superar esa terrible sensación de “Dios mío, noooooooo, no quiero llegar a vieja y hacer todas esas gilipolleces; señor, por favor, impídelo como sea”.

Fisher Stevens junta en esta película a unas cuantas momias vivientes, actores muy respetados, reputados y admirados por el público, y espera que eso le salve del ridículo, pero no lo consigue porque la historia que se montan los tres abuelos de marras es digna de pasar a los anales del patetismo más cutre, execrable y ominoso.

Supuestamente la cosa va de que estos tíos se van a correr la última gran noche de juerga de sus vidas y que en ella harán un montón de cosas divertidas, pero lo que en realidad hacen es el capullo más integral. Por no hablar de que el ritmo de la noche es tan inverosímil que más que una juerga de vejestorios parecería una correría de superhéroes americanos. Para que os hagáis una idea os cronometro la acción en espoiler.
spoiler:
00’00. Al Pacino sale de la cárcel y se encuentra con Christopher Walken, que lo recibe y le enseña su casa y la habitación que le tiene preparada.

00’30. Van a un burdel y Pacino intenta acostarse con una puta, cosa que no consigue, de resultas de lo cual salen de allí bastante frustrados y se van a comer a un restaurante donde Christopher Walken tiene una amiga y se piden un filetón porque Pacino se ha quedado con mucha hambre después de lo de la puta.

01’30. Atracan una farmacia y se llevan un montón de pastillas para la hipertensión, la acidez estomacal y la disfunción eréctil. Pacino se toma un bote de Viagra del tirón.

02’45. Vuelven al lupanar y Pacino sube con la misma puta de la otra vez y le echa cinco polvos del tirón, tras lo cual baja muy satisfecho y se van de copas.

03’15. En el local de copas Pacino saca a bailar a una moza y echan un dance, tras lo cual se pide una copa en la barra y machaca las pastillas de la tensión de su amigo para esnifárselas. Luego se van otra vez al restaurante y se comen otro filete con batido de chocolate y zarzaparrilla.

03’45. A Pacino le da un yuyu y tienen que ir corriendo al hospital, donde les atiende una simpática enfermera que resulta ser hija de otro amigo suyo que reside en un geriátrico.

04’15. Van al geriátrico y rescatan al amigo, que está entubado y conectado a un respirador artificial. Previamente han robado un coche deportivo que le dejan conducir al amigo recién liberado.

04’30. Vuelven al lupanar porque al amigo rescatado le apetece cumplir la fantasía de montarse un menage a trois, cosa que hace cumpliendo más que satisfactoriamente hasta el punto de que las prostitutas participantes en el trío se enamoran locamente del viejo y le prometen amor eterno.

04’45. Descubren que en el maletero del coche está encerrada una bella joven a la que han secuestrado y violado unos cuantos malhechores veinteañeros. Se van con ella a comer entrecot, batido de chocolate, zarzaparrilla y helado al mismo restaurante de antes, donde la chica les cuenta a los 3 abuelos sus desventuras.

05’00. La muchacha les indica el lugar donde están sus violadores y los abuelos llegan allí, les dan una soberana paliza y dejan a la chica con un bate de béisbol para que les destroce los huevos. Al salir se dan cuenta de que el amigo del geriátrico la ha palmado.

05’55. Van a recoger a la enfermera hija del amigo y la llevan al cementerio, donde los dos viejos supervivientes cavan una fosa en la que entierran al amigo, le ponen una bonita lápida y rezan un responso, tras lo cual se van otra vez al restaurante a ponerse morados de filetes, zarzaparrilla y helado.

07’00. Deciden que quieren ponerse guapos y atracan una sastrería donde se pillan unos trajes la mar de pintureros y salen de allí hechos unos pimpollos con ánimo de seguir la juerga.

Y ya lo dejo porque me está entrando un agotamiento de la hostia de solo contarlo. Creo que os habréis podido hacer una vaga idea del ritmo demencial de la última noche de juerga de los octogenarios marchosillos estos.

lunes, 12 de octubre de 2015

Presentimientos, by Santiago Tabernero

Presiento que tras la noche vendrá la noche más larga.
Quiero que no me abandones, amor mío,
al alba.

Esto dice la letra de una famosa canción de Luis Eduardo Aute, y esta película me la ha traído a la memoria. Y no por el título, que sería lo más lógico, sino por el argumento. Porque "Presentimientos" habla justo de eso, de una noche muy larga. O de varias noches, eso da igual. Lo importante es que en ese sueño que vive la protagonista (por cierto, magnífica Marta Etura) hay una angustiosa búsqueda del amor y un miedo constante al abandono. Y aunque la canción de Aute tiene un significado muy distinto es curioso cómo la letra refleja perfectamente lo que Tabernero cuenta en su film.

El personaje de Etura tiene un accidente de coche y entra en coma. A partir de ahí se sumerge en una trama paralela a la real que transcurre solo en la mente de la protagonista. Y el guión, escrito por el propio director junto con Eduardo Noriega, cuadra perfectamente lo que está ocurriendo en ambos mundos, el real y el onírico. Y cuando la chica en coma escucha el llanto de su hijo eso se refleja en su sueño, y cuando su marido le pone el anillo en el hospital, de repente en su mundo irreal aparece el anillo en sus dedos.

El problema de esta historia es que pretende abordar demasiados temas y en el camino se pierde. De por sí la trama es enrevesada como para complicarla más aún con el asunto de la infidelidad de la protagonista, sus remordimientos y sus dudas con respecto a su matrimonio. Y si ya pasamos a los personajes que sobran por completo y no aportan nada, como el viejo del hospital o la supuesta madre del amante, apaga y vámonos.

La peli no termina de funcionar porque el guión es tremendamente disperso y a ratos roza lo absurdo. Sí, ya sabemos que es un sueño lo que vive la protagonista, que estamos siguiendo lo que pasa en su mente durante el coma, pero el comportamiento del marido, que sí está en el mundo real, es completamente incomprensible. No avisa a la familia del accidente, se planta con el niño en el hospital y lo deja solo en la habitación para subirse a la azotea a fumar, se va a la piscina de la urbanización a darse un bañito mientras su mujer está medio muerta... No es lo onírico lo que falla precisamente sino lo supuestamente real, que a ratos parece bastante más absurdo que lo que pasa en el sueño.

En definitiva, la idea es buena, y podía haber funcionado si no fuera por esos detalles descuidados que le restan credibilidad. Es mucho más interesante y creíble, siendo un sueño, lo que pasa en la mente de Etura que lo que está pasando en la realidad. Y si ya hablamos del final pues es que te tiene que dar la risa por huevos. Y paso directamente a espoilear, o sea, que no lea lo que sigue quien piense ver la peli.

(Spoiler) La tía se recupera del coma de sopetón. Abre los ojos y no se siente confusa ni nada, lo recuerda todo perfectamente, y su marido le pasa al niño para que lo sostenga. Recordemos que ha estado entre la vida y la muerte varios días. Prometo que yo me he despertado bastante menos espabilada después de una borrachera monda y lironda.Vale, pues luego van a la urbanización y ella estupenda de la muerte, como si se hubiera dado un golpecillo de nada y viniera de hacerse una radiografía. Y cuando vuelven a casa ella le dice que la deje conducir. Una tía que acaba de salir de un coma!!! "Cariño, déjame, conduzco yo", dice la colega. Qué fuerrrrrte! Aquí no ha pasado nada, los dos más felices que dos perdices, se han reenamorado, se han reencontrado, sonríen encantados de la vida y se cogen la manita por encima de la palanca de cambios, y del coma de hace un rato ni nos acordamos. Ole ahí esas recuperaciones milagrosas. Pa que luego la gente vaya a curarse a Lourdes.

viernes, 9 de octubre de 2015

El inocente (The Lincoln Lawyer), by Brad Furman

Thriller judicial poco digno de pasar a los anales del cine, aunque por lo que he leído está basado en una novela bastante más entretenida que naturalmente ya no leeré puesto que no hay cosa más gilipollesca que leer un thriller cuyo final ya conoces.

La peli en principio tiene su puntito, sobre todo porque el personaje protagonista tiene un conflicto bastante novedoso: se trata de un abogado con escrúpulos morales! Vaya, como os lo cuento. El tipo, a pesar de ser un chulillo de manual y de practicar toda clase de sobornos, machadas y estratagemas legales poco ortodoxas propias de su oficio, de repente en el caso que le ocupa sufre un súbito e inesperado ataque de ética profesional y empieza a plantearse si su cliente es culpable o inocente. No os lo creéis? Pues lo prometo, palabrita.

Puede que en la novela, dado que en literatura se tiende a profundizar más en la psique de los personajes, quede un poco más claro a qué viene este repentino acceso, pero desde luego en la película el espectador se queda bastante a cuadros, dado que el prota no ha dado muestras hasta entonces de tener ese tipo de conflictos. Es más, si acaso Brad Furman, el director, se toma muchas molestias en dar a entender que se trata de un espabilaíllo que sobrevive a cuenta de marrullerías y artimañas más que discutibles desde el punto de vista moral.

En fin, la cuestión es que no está del todo mal para pasar el rato, aunque en mi opinión es bastante previsible y la intriga es mínima. De todas formas hay que reconocerle a Matthew McConaughey que hace un buen trabajo interpretando a ese abogado cachas de modales chulescos, exitoso con las damas y tramposillo en su profesión.

Pero sobre todo el que destaca porque siempre es un crack es uno de mis feos favoritos del cine, el gran William H. Macy, al que algunos tal vez recordéis por sus magníficos trabajos en pelis como Fargo o Magnolia. Actores como él a veces consiguen salvar films bastante mediocres que sin ellos no pasarían de la calificación de pura basura.

jueves, 8 de octubre de 2015

Separados, by Peyton Reed

Está visto que lo de Jennifer Aniston no es la vida en pareja. En “Friends” se pasaba los meses y los años en un sinvivir a cuenta de sus tiras y aflojas amorosos con su compañero de piso; con Brad Pitt también le fue como el culo, tanto que al final el pobre no tuvo más remedio que dejarla y sustituirla por la primera adefesio que se le cruzó en el camino, y ahora le toca a Vince Vaughn, con el que vive en esta peli una especie de “guerra de los Rose” pero en versión “Friends”, mucho menos ácida y mucho más light que la famosa y genial comedia del pequeño gran DeVito.

Peyton Reed no sé si será igual de pequeño pero desde luego en talento y maldad no le llega ni a la altura del meñique. En esta historia no hay ni un solo momento digno de guardar en la memoria, ni sus protagonistas tienen la capacidad de zaherir con aquel humor hiriente y sarcástico del que hacían gala los tremendos Rose, y los diálogos están plagados de topicazos parejiles insoportables del tipo: “no me ayudas en nada, todo el día tengo que ir recogiendo lo que pones por medio, no te interesas por mis cosas, no pones nada de tu parte para que esto funcione, yo soy la que llevo todo el peso de la relación… blablabla blablabla blablabla”. Uffff, os suena de algo?

Hombre, habrá quien se sienta identificado con la historia seguro. Es una comedia tan poco cómica y tan aburrida que podría reflejar perfectamente la vida de cualquier amigo o vecino o de uno mismo. De hecho he leído por ahí una crítica de una pobre muchacha que vio la película con su novio y se quedó tremendamente desolada porque vio desde fuera su propia relación tan parecida a la de los protagonistas que le dio un ataque de espanto y no sabía si dejar a su novio o qué hacer. Criaturita!

Lo único que yo salvaría de este cúmulo de tópicos amorosos y desamorosos es el final, del que obviamente no puedo hablar, pero que al menos se sale un poco de la tónica general de este tipo de yankiladas. Lo demás, directamente a la basura.

Un consejo final: a no ser que Vince Vaughn te parezca el tipo más sexi de la tierra (cosa ciertamente complicada) o que seas un incondicional de “Friends” o de Aniston… mejor pásate a “Gran Hermano”. Es bastante parecido en cuanto a broncas y malos rollos pero al menos las caras no están tan vistas.

miércoles, 7 de octubre de 2015

I am a sex addict (Soy un adicto al sexo), by Caveh Zahedi

La verdad es que tiene bastante mérito lo que hace Caveh Zahedi en esta película de carácter eminentemente autobiográfico. No es que sea una gran obra de arte pero sí es interesante. Ese desnudo integral que lleva a cabo, esa confesión pública sobre un tema que para muchas personas constituye algo ominoso, de lo que se avergüenzan y que ocultan sistemáticamente, es un acto de valentía digno de elogio. También puede que haya quien lo considere un acto de exhibicionismo emocional, pero a mí personalmente me parece encomiable.

Y no solo ya el hecho de confesar su adicción al sexo, algo que le ha condicionado un montón a lo largo de su vida, sino el hacerlo con un gran sentido del humor, riéndose de sí mismo y de sus problemas y haciendo reír igualmente al espectador. Tiene que ser bastante difícil revelar públicamente tus problemas con el sexo, cómo eso ha afectado a tus relaciones de pareja, cómo las mujeres de tu vida te han ido abandonando siempre a causa de lo mismo… y más difícil todavía debe de ser echarle cachondeo al asunto. En fin, me pregunto cuántos de nosotros seríamos capaces de hacerlo.

Zahedi crea un personaje muy humano, tierno y cercano que no sé si se puede identificar plenamente con él mismo pero que llega al alma. Resulta enternecedor ver cómo el pobre Caveh intenta luchar contra su obsesión por las prostitutas, cómo prueba distintas estrategias para superarla, cómo se empeña en mantener relaciones sinceras y honestas con sus parejas confesándoles su problema, cómo las chicas intentan aceptarlo y comprenderlo para finalmente terminar abandonándolo porque no pueden asumir la situación… Y que todo esto lo haga intercalando momentos bastante cómicos con otros decididamente dramáticos, hace que su sinceridad conmueva aún más.

Y también da un poco de pena porque realmente yo no creo que tenga ningún problema, salvo que es un salido como el 90% de los tíos sanos de su edad. Ya he hablado antes de lo que pienso sobre esto de las adicciones al sexo (lo hice también, por ejemplo, en mi crítica de Shame). Creo que es inherente al sexo masculino el estar constantemente salido como el pico una plancha, el pajillerismo incansable y la tendencia a la promiscuidad, y creo también que la monogamia es algo antinatural para la práctica totalidad de la especie humana pero sobre todo para los hombres. Es la sociedad la que crea este tipo de problemas donde no deberían existir porque a fin de cuentas a este hombre lo único que le pasa es que le gustaría que todas las tías con las que se cruza le chuparan la polla. De verdad no hay ningún señor por aquí al que le pase exactamente lo mismo?

Siguiendo un formato semidocumental, Zahedi, que se interpreta a sí mismo, se dirige a la cámara y a la vez que nos va contando sus conflictos íntimos, nos explica las dificultades reales que ha tenido para realizar el film: el bajo presupuesto (no tiene dinero para ir a París y por eso rueda en San Francisco y nos pide que nos imaginemos que es París), el descubrimiento de que la actriz que contrata para interpretar a su primera mujer resulta ser una actriz porno, y que la actriz que interpreta a su novia alcohólica es en la realidad también bastante aficionada a la botella… En fin, hay un intento claro de establecer una relación de cercanía con el espectador. Aunque habrá a quien no le guste este formato e incluso le resulte aburrido, a mí me ha parecido un gran acierto, y en todo caso es el que Zahedi ha elegido para hacernos esta pequeña gran confesión.

martes, 6 de octubre de 2015

Heat, by Michael Mann

Michael Mann tiene la habilidad de juntar en sus películas a grandes figuras, a impresionantes secundarios y en definitiva a lo más granado de la profesión actoral. Solo por eso arrasa en las taquillas y la mayoría de la crítica bendice sus trabajos, aunque luego si te pones a analizarlos con un poco de atención muchos de ellos dejan bastante que desear.

Aquí el gran duelo interpretativo es entre dos grandes muy grandes: Robert de Niro y Al Pacino. Una historia de policías y ladrones, con mucha tensión, acción, tiroteos, persecuciones e intriga. Es casi obligado verla. Los secundarios también son de lujo, y si algo no se le puede negar a la película es que el trabajo de todos los actores, sin excepción, es impecable, incluso magistral diría yo en el caso de De Niro.

Sin embargo, una vez más todo queda en eso. La historia está llena de tópicos y los personajes son un calco de los mismos personajes ya mil veces vistos en el cine: el poli dedicado en cuerpo y alma a su oficio, con una vida personal penosa, con varios divorcios a sus espaldas y a las puertas de otro; la mujer del policía, ese personaje absurdo de todas las películas que se enamora del tío siendo este ya poli y que luego termina dejándolo precisamente por ser poli; el ladrón que es como un padre para su banda, compuesta por un montón de descerebrados que no saben dar un paso sin el jefe… En fin, lo de siempre.

Lo que pasa es que Mann empieza a enrollarse con un montón de historias personales de los personajes que alargan la peli hasta un punto verdaderamente infumable: tres horas, tressssss, la mayor parte de ellas dedicadas a los conflictos amorosos de los polis y los ladrones, que si a uno le pone los cuernos la mujer y lo quiere dejar, que al otro también lo quiere dejar la suya, que el otro está muy solo y conoce a una periquita en un bar y se lía con ella… Qué hartura, hay ratos que parece que va a aparecer de un momento a otro Sandra Bullock o Meg Ryan.

Por no hablar de las tramas paralelas innecesarias, que no pintan nada y que solo contribuyen a aumentar todavía más el metraje. Por ejemplo, la historia de Natalie Portman, la hija de la mujer del poli… Por favor, realmente era necesario meter ahí ese conflicto adolescente? Qué aporta al desarrollo argumental del film? De verdad hace falta en una historia de 3 horas dedicar 15 minutos a una niña penosa a la que su papá biológico no hace ni caso ni su mamá tampoco porque está muy ocupada con sus conflictos conyugales? Eeeeeh, yuhuuuuuu, Mann, que es una de polis y ladroneeees!

Y bueno, alguna de las subtramas amorosas son verdaderamente patéticas y bordean lo surrealista. Es entendible lo de Robert de Niro y Amy Brenneman? Que sí, que es una muchacha muy mona pero que él es el jefazo de una banda criminal, un tipo duro durísimo, y no puede salir una noche de copas y enamorarse locamente de una tía a la que conoce en un bar y con la que echa un polvete, por diosssss! Y la siguiente vez que la ve le dice que lo deje todo y se escape con él a la Conchinchina, un poquito de porfavoooor.

En fin, que no solo es larga de cojones; es que encima su infinita longitud no se debe a una intriga criminal apasionante sino a que los personajes tienen unas vidas personales de novela de Corín Tellado. Qué manera de cagarla con una película que podía haber estado muy bien con unos cuantos líos de faldas menos y sin la hora correspondiente a todos esos líos. Mal, Mann, muy mal.

viernes, 2 de octubre de 2015

Mistery Train, by Jim Jarmusch

Decidí ver esta película, a pesar de estar sospechosamente catalogada como “de culto”, por su título. La palabra “train” tiene para mí cierto magnetismo evocador que hace que me sea imposible resistirme a su encanto.

Craso error el mío: el tren solo sale un momento al principio de la primera historia y otro momento al final de la tercera. Así que me he tragado este truño infumable completamente en balde.

En fin, por si alguien tiene curiosidad, cuento lo que he visto:



DOS JAPOS EN MEMPHIS

Una pareja de japos viaja a Memphis para recorrer los lugares más emblemáticos de la ciudad. Ella charla mucho y él casi nada. Cuando se cansan de dar vueltas cogen una habitación en un hotel muy cutre. En un momento dado ella le pregunta: “por qué no eres feliz, por qué nunca sonríes?”. Y él contesta: “sí soy feliz, ésta es mi cara”. Entonces ella se pinta los labios de rojo, le da un morreo y él se queda con boca de payaso. Y ella le dice: “Ahora sí sonríes”. Luego echan un polvo.

UNA ITALIANA EN MEMPHIS

Una italiana viaja con un ataud donde reposan los restos de su marido. Llega a Memphis y se sienta en un bar a tomar un café. Un tipo se le apalanca y le cuenta una historia sobre el fantasma de Elvis. La italiana le da 20 dólares para que se vaya y la deje en paz. Luego se pilla una habitación en el mismo hotel cutre de los japos y decide compartirla con una desconocida que no para de hablar. Las dos escuchan a los japos follando en la habitación de al lado, y por la noche a la italiana se le presenta el fantasma de Elvis.

TRES SUBNORMALES EN MEMPHIS

Tres tontos muy tontos se pillan una papa en Memphis y al más tarado de los tres se le cruzan los cables y le dispara a un tipo en una licorería. Luego empiezan a dar vueltas por la ciudad y cuando se cansan de hacer el imbécil se van al mismo hotel cutre de los japos y la italiana y allí duermen la mona.




Y básicamente ésta es la triste chorrada que se le ha ocurrido a Jim Jarmusch para quedarse con el personal y perseverar en su condición de director de culto. Conste que no he contado nada esencial que no se diga en todas las sinopsis, entre otras cosas porque es que en la película no pasa nada.

Naturalmente una mamarrachada como ésta tenía que pasar ipso facto a la categoría de película de culto, como no podía ser menos teniendo en cuenta la cantidad de capullos que hay por ahí dispuestos a venerar, reverenciar e idolatrar la primera mierda que se les ponga por delante.

Personalmente ya le he echado la cruz al tipo este. Una vez he caído y se me puede tachar de ingenua; la segunda vez ya sería para darme una paliza. Desde aquí me limito a advertir a los pobres ingenuos como yo para que no sufran ni la primera.