viernes, 26 de junio de 2015

Breakdown, by Jonathan Mostow

La verdad es que no había ninguna peli interesante en la cartelera esta noche, así que pensaba dedicarme a otra cosa, mariposa, pero mira tú por dónde, en un descanso de "El intermedio" me pongo a zapear, por si acaso, y me encuentro con "Breakdown" empezando.

Un matrimonio va por una carretera de ésas desérticas de la América profunda y de repente tienen un pequeño incidente con el típico chulazo que abunda por esos lares. La cosa más o menos queda en tablas y ellos continúan su camino, pero tienen una avería; menos mal que se para un camión y el conductor, muy amable, les ayuda y se presta a llevarlos al bar de carretera más cercano para que puedan llamar a una grúa. El marido dice que no, que él se queda cuidando el coche pero la mujer se monta en el camión para hacer esa llamada, y ya lo siguiente que vemos es que el tío ha conseguido arrancar el coche, va al bar donde ella supuestamente debería estar pero nadie la ha visto; ha desaparecido de la faz de la Tierra.

A lo tonto a lo tonto han pasado 25 minutos y "El intermedio" se ha acabado. Qué hago, qué no hago. Ya estoy pillada, quiero saber qué ha pasado con la mujer, cómo ha desaparecido, por qué la gente del bar reacciona de un modo tan extraño, quién era ese camionero y qué ha hecho con la chica... En fin, que suelto el mando y ahí me quedo.

Mereció la pena? Pues mira, sí. Yo no soy muy de pelis de acción, que según parece son la especialidad de Jonathan Mostow, el director, pero aquí hay mucha intriga, y de la buena. Desde el principio el tío consigue atrapar tu atención y mantenerte alerta, y de hecho durante casi toda la película sigue en esa tónica.

La cosa languidece cuando ya queda el cotarro al descubierto porque pierde bastante interés; era mucho mejor cuando no sabías qué coño estaba pasando. En este punto aparece la peli de acción: las persecuciones, los saltos de agua, las carreras, los derrapes, coches colgados de puentes, peligrosos barrancos... en fin, lo que es ese tipo de pelis que a mí me hacen bostezar.

El final entra dentro de esa dinámica y es perfectamente previsible. Pero he pasado tan buen rato durante toda la primera parte y Mostow ha conseguido captar mi atención tan magistralmente que no tengo más remedio que darle el visto bueno a su película, aun no siendo yo nada aficionada a este tipo de cine.

Me queda la sensación de que, dentro de su género, este film debería sobresalir por encima de muchos otros de su ralea que también he visto y que me parecen auténticas mamarrachadas. Creo que supera con creces la calidad media, y en todo caso lo que es indiscutible, y en eso coinciden todas las críticas, es que entretiene. Joder, entretiene tanto que me he perdido por su culpa una entrevista de Wyoming con Íñigo Errejón, el chico de los enigmáticos tuits, que tenía un montón de ganas de ver. Pero en fin, en esta dura pugna por atrapar mi interés, esta vez ha ganado Mostow. Y además de la peli saco una interesante reflexión: si tu coche se avería no confíes ni en tu tía.:

jueves, 25 de junio de 2015

Un mundo perfecto, by Clint Eastwood

Siete buenas razones por las que no me gusta nada esta película:

1. Clint Eastwood hace una vez más de Clint Eastwood, en señor mayor.

2. Clint Eastwood sigue sin asimilar que tiene 80 años y ya no es follable.

3. Clint Eastwood requeterrepite la sempiterna escena del puñetazo en la nariz.

4. Kevin Costner se pasa todo el rato haciendo de joven Clint pero no le sale.

5. Laura Dern parece la bruja de "Hansel y Gretel" fatalmente alimentada.

6. Como de costumbre, el niño protagonista es perfectamente asesinable.

7. El final es una puta mierda. Y encima es larga de cojones.

Clint, que no eres un chaval, que estás hecho un carcamal.

miércoles, 24 de junio de 2015

Hello ladies: the movie (TV), by Stephen Merchant

Agradabilísima e inesperada sorpresa a la que he llegado de pura casualidad, o más bien causalidad. Porque la causa fundamental de haber dado con esta divertida historia es que no había nada más interesante en la tele esa noche.

Ni tenía idea previa de que existiera esta serie de la prestigiosa HBO ni había oído hablar en mi vida de Stephen Merchant, guionista, director e intérprete de la misma. Y, sinceramente, pensé que iba a ser el rollo padre, algo tipo "Desmadre en Las Vegas", no sé, ese tipo de pelis que podrían hacer vomitar hasta a la cabra de la legión. Pero la cara de Merchant me convenció; a un tipo con esa faz difícilmente clasificable siempre hay que darle una oportunidad.

Y sí, creo que he hecho bien porque he pasado un rato francamente divertido viendo las desventuras de ese personaje entre patético y encantador, Stuart, que por una parte sólo aspira en el mundo a una cosa: salir con top models; y por la otra es terriblemente fiel a su peculiar panda de amigos feos y frikis que no pegan ni con pegamento con su vida pretendidamente fashion.

Y aunque la historia romántica con Jessica, su compañera de piso, no me convence nada (el primer polvo entre ellos es sencillamente imposible, ninguna tía del mundo se prestaría a algo así), y la teoría de los porcentajes en el amor me parece una chorrada de tomo y lomo... me ha caído bien el personaje.

Para los que no sepan de qué va el tema, Stephen Merchant hacía esta serie para la cadena HBO pero fue cancelada después de la primera temporada al no obtener la audiencia esperada, aunque tenía una serie de fans entusiastas que la han convertido en serie casi de culto (tipo "Qué fue de Jorge Sanz" aquí en España). Y como Merchant no quería dejar a sus seguidores a dos velas, terminó rodando esta peli para dar un desenlace a la historia y a su personaje. Y la verdad es que después de verla dan ganas de pillar la serie completa y apuntarse a su club de fans. Merchant, molas. De hecho creo que yo sí que podría enamorarme de ti.

martes, 23 de junio de 2015

La verdad oculta, by Larysa Kondracki

El hecho de que esta película esté basada en hechos reales, y aún peor, el hecho de que yo me la crea a pies juntillas, es totalmente escalofriante. He aquí mi credo personal al respecto:

1. Creo firmemente que el tráfico de mujeres con fines sexuales funciona tal como se cuenta en la película.

2. Creo firmemente que el mundo está lleno de tíos cerdos dispuestos a tirarse todo lo que se les ponga por delante sin preguntar si lo hacen voluntariamente ni cómo han llegado hasta allí.

3. Creo firmemente que la humanidad es un asco y que los intereses políticos y económicos consiguen tapar asuntos turbios y vergonzantes que, de salir a la luz pública, constituirían verdaderos escándalos.

4. Creo firmemente que la ONU y todos los organismos oficiales afines están llenos de corruptos, gilipollas y tarados que harían cualquier cosa por medrar en sus cargos.

5. Creo firmemente que existe dentro del sistema gente, poca pero valiente, capaz de enfrentarse a todo y a todos para destapar corruptelas y perversiones, aunque sus posibilidades de éxito sean casi siempre nulas.

Y una vez dicho esto, tengo que decir que me ha defraudado tremendamente el tono general de la película. Esto qué era, un thriller o una peli-denuncia? Porque la directora parece mucho más interesada todo el tiempo en mantener la tensión argumental que en presentar crudamente los hechos, que son muy duros y sangrantes. Por ejemplo, se regodea en mantener constantemente al espectador en la duda de quién está o no implicado en la red, con constantes giros inesperados, lo que redunda negativamente en la verosimilitud de la narración. Le preocupa realmente lo que pasa con esas muchachas cuyas vidas retrata o sólo le interesa mantener entretenido al espectador?

Y a pesar de contar como protagonista con una Rachel Weisz inmensa (en la misma línea de su papel de rebelde con causa en "El jardinero infiel") y con unos secundarios realmente brillantes (qué lujo ver siempre a ese pedazo de actriz que es Vanessa Redgrave), no les saca partido porque si ni la propia Kondracki sabe a lo que juega... cómo se lo va a pedir a ellos?

Me parece un tema demasiado terrible como para darle un tratamiento tan de puro espectáculo. Me suena como a cuando en la tele hacen un reportaje sobre la prostitución y se pasan todo el rato las cámaras sacando los culos y las tetas de las chicas. Eso es denuncia o es un regalo sorpresa para salidos?

lunes, 22 de junio de 2015

Mi vida sin mí, by Isabel Coixet

“Mi vida sin mí” no es una obra maestra ni mucho menos, pero cuenta una historia interesante, de ésas que dan que pensar, que hace que el espectador casi inevitablemente se pregunte qué haría él en la situación de la protagonista. La cuestión es: si te dieran unos meses de vida, qué te gustaría hacer con ese tiempo?

Por lo que leo por ahí muchas críticas se dividen entre personas que están de acuerdo con las decisiones de la protagonista y personas que no. Hay quien considera aberrante e inmoral lo de ser infiel al marido cuando estás moribunda y hay quien lo considera genial, y en función de esto hay gente a la que no le gusta nada la película y otra gente que flipa.

Yo pertenezco al club de los que se apuntarían sin duda a volver a enamorarse antes de morir, aunque para ello tuviera que poner cuernos como estacas; es más, desde que vi la peli hace años tengo decidido que, llegado el caso, me gustaría hacer exactamente igual. Otra cosa es que tenga tanta suerte como la protagonista y encuentre al maromo de mis sueños el mismo día que me ponga a ello, que ya es casualidad (una casualidad muy Coixet, por cierto).

También me parece perfectamente lógico y razonable lo de grabar cosas para cuando las hijas vayan creciendo o lo de buscarle pareja al marido, porque a fin de cuentas será la persona que le ayude a cuidar de las niñas; es normal que la chica quiera asegurarse de que hace una buena elección. Creo que todas esas cosas yo las podría hacer exactamente igual y en ese aspecto me identifico totalmente con la protagonista.

Hasta aquí todo muy bien. Sin embargo... oh, sorpresa, no pertenezco en absoluto al club de fans de la película. Porque me cuesta muchísimo entender cómo funciona la protagonista emocionalmente. Su reacción al saber que va a morir, la extrema frialdad con la que toma sus decisiones, cómo asume prácticamente al instante su nueva situación, que es algo muy duro de asimilar, incluso para personas mucho mayores, cómo se sigue relacionando con su entorno como si no pasara nada… coño, tía, que la vas a palmar, reacciona!!!

Es como si dijera: "soy la única persona medianamente madura que conozco y sólo yo soy capaz de llevar esto con dignidad y compostura, así que mejor no se lo cuento a nadie más". Da hasta complejo la chica esta porque piensas que si a ti te dice el médico que te mueres de aquí a un mes y se te salta nada más una leve lagrimilla ya como que no estás a la altura de las circunstancias. Eres una débil mental porque no has sabido asimilar bien el fatal pronóstico. Y si encima no soportas llevarlo en soledad y se lo cuentas a alguien, aunque sea a tu mejor amigo, pues apaga y vámonos, ya eres una histérica de tomo y lomo. En fin, creo que el personaje es tan inverosímil que perjudica seriamente la credibilidad de la historia. Y ahí lo pierde todo.

Por lo demás, ese tono cargante y pretencioso que caracteriza la obra completa de Coixet no deja de notarse. Una lástima que Coixet sea siempre tan Coixet. O una suerte, para sus incondicionales.

sábado, 20 de junio de 2015

Vitus, by Fredi M. Murer

Ay señores, qué pestiño nos ha salido este niño!

Toca muy bien el piano, pero a mí me toca el ano.

Un niño tan repelente y con tanto coeficiente

me pone a mí muy nerviosa...

cual locuela mariposa.



Que digo yo que el chaval no parece muy normal,

porque teniendo talento prefiere pasar por lento.

Y a pesar de ser muy listo yo más tonto no lo he visto.

Aparentar ser zoquete...

sabiendo más que Petete!



Según el señor Murer la culpa es de una mujer.

Una madre castradora, una Dora exploradora

que al chaval tiene jartito. El chiquillo está hasta el pito.

Y cuál es la solución?

Parecer un tontorrón.



En fin, seré yo mu rara, o igual tengo alguna tara

pero echa mucha peste la historia del primo este

que nace superdotado pero quiere ser tratado

como si fuera normal.

Pa joder a su mamarl.



Yo soy la madre y lo hostio, o monto señor cifostio.

Con lo que cuesta parir, que un niño te quiera hundir!

Es que manda huevos, macho, que te salga así un muchacho.

Y si te toca, te jodes.

O te asocias con Herodes.

domingo, 14 de junio de 2015

El pianista, by Roman Polanski

Puede que esta crítica a algunos les suene de algo; es normal, porque la verdad es que es prácticamente una copia de la que hice hace un tiempo sobre otra de esas películas emblemáticas sobre el Holocausto que tienen puntuaciones altísimas y unas críticas muy por encima de lo que yo creo que realmente merecen. Y la he copiado sin complejos ni disimulos porque pienso exactamente igual de una que de la otra y no me voy a comer la cabeza repitiendo lo mismo con distintas palabras cuando mi análisis ya está escrito. Si alguien tiene interés en saber de dónde me he autoplagiado que busque, que alguna pistilla he dado.

Entiendo que Polanski, por su doble condición de judío y de persona normal con sentimientos, se sienta conmovido e indignado por el drama del Holocausto judío. Salvo a algunos desalmados eso mismo nos pasa a todos, aunque no compartamos su religión. Lo que ocurre es que el cine tiene que ser capaz de mostrarnos la realidad con sus matices; no puede ser que en casi todas estas historias sobre el nazismo nos representen una somera imagen bipolar sin claroscuros: los verdugos malos malísimos a un lado (todos, salvo el inevitable nazi guay) y las víctimas buenas buenísimas al otro. Y punto. No intentes ver más allá ni admitas grietas en este planteamiento porque en seguida serás tachado de negacionista o pronazi o algo aún peor.

La peli tiene dos objetivos básicos: zaherir conciencias y provocar el llanto. Es imposible no llorar en un momento u otro (habría que ser de piedra) y no sentir un sentimiento de culpa universal por lo hijadeputa que puede llegar a ser la raza humana. Esos dos objetivos los consigue con creces. Ahora bien, desde un punto de vista intelectual su mensaje es tan simple, tan plano, tan evidente, tan falto de matices y sutileza, tan sin fisuras que no puedo sino rechazar por completo este torpe intento de hacer comulgar con ruedas de molino al personal. De un tío como Polanski siempre espera una mucho más, aunque claro, con este grado de implicación emocional del director en la historia, tampoco se le pueden pedir peras al olmo.

viernes, 12 de junio de 2015

El festín de Babette, by Gabriel Axel

El problema de "El festín de Babette" es que le sobra toda la primera hora. Y no sólo es que le sobre; es que es francamente soporífera. Para llegar a lo que es el festín propiamente dicho hay que soportar estoicamente una retahíla de escenas insulsas, lentas, sin vida, sin gracia, sin un sólo diálogo interesante, llenas de insufribles cánticos religiosos y rezos, vamos, un coñazo en toda regla. Eso sí, si consigues superar esa terrible tortura recibes como premio la parte final, que es una verdadera delicia, un canto a los sentidos, a todos ellos, la prueba irrefutable de que si no existe Dios hay por ahí algo que se le parece mucho.

Partimos de la base de que la película se basa en un cuento de Isak Dinesen, la inolvidable escritora danesa cuya vida se narra en la perfectamente olvidable "Memorias de África". Dinesen fue una gran cuentista, tenía una capacidad increíble de atrapar la atención de la gente con sus relatos y conseguía que todo el mundo se quedara embobado escuchándola, así que me imagino que su historia tiene que estar mucho mejor contada que la película. Tengo que pillarla en alguna parte porque me encantaría leer las descripciones de Dinesen de esos platos franceses maravillosos que hace preparar a Babette.

Creo que Gabriel Axel alarga innecesariamente todos los preliminares, la presentación de personajes, los sermones del pastor, los cantos, las oraciones... Como mucho, esa parte se podría despachar en un cuarto de hora corto, para llegar a lo verdaderamente esencial de la película, que es el momento de la cena. Y en cambio el banquete sabe a tan poco! No podía haberlo alargado un poco más? Haberse demorado en las imágenes de los quesos, las verduras, las codornices, la elaboración de las salsas, las frutas, el placer irreprimible de los comensales al saborear las viandas, el goce de Babette al cocinar para ellos...

En fin, es tanto el sopor que me produce la primera parte de esta película y tan grande el goce que me provoca la segunda que tengo por costumbre siempre que la veo (y van unas cuantas veces) saltarme los prolegómenos para ir directamente al grano. Sé que no está bonito eso en un espectador de cine, y mucho menos si luego pretende hacer una crítica, pero teniendo en cuenta que ya me tragué toda la peli íntegra en su momento creo que ahora puedo permitirme esa pequeña licencia.  

No quisiera terminar sin rendir mi más sentido homenaje a Stéphane Audran, ese pedazo de actriz francesa que es el paradigma vivo de la belleza y la sensualidad. Qué bien elegida está para el personaje de Babette, la cocinera mágica, la que con sus artes conseguirá hacer tocar el cielo a esa panda de carcamales beatos para los que el placer está terminantemente prohibido y castigado con el infierno. Probablemente Dinesen al imaginarla en su cuento pensó exactamente en ella o en alguien como ella, pura lujuria. No podía ser de otra manera.

jueves, 11 de junio de 2015

La sal de la Tierra, by Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado

Magnífico y durísimo documental en el que se muestra la vida y la impresionante obra de uno de los más importantes fotógrafos del mundo, el brasileño Sebastiao Salgado. Dirigida magistralmente por Wim Wenders y por el hijo mayor del fotógrafo, Juliano Ribeiro Salgado, la película se divide en tres etapas:

1ª etapa: América. En los inicios de su carrera, el fotógrafo comienza a viajar por los pueblos perdidos de América del Sur, captando la pobreza, las difíciles condiciones de vida y las costumbres de sus gentes. Las fotos constituyen un fiel relato de la miseria en la que viven estos pueblos de las montañas. Especialmente impresionantes son las imágenes de ataúdes con niños muertos, o las de esas curiosas tiendas multifuncionales donde lo mismo se alquilan ataúdes que se venden zapatos.

2ª etapa: África. El fotógrafo viaja al continente y se siente fascinado. Son, con diferencia, las fotos más duras: terribles hambrunas, sequías, guerras… Miles de niños esqueléticos, de ojos enormes, agarrados a los pechos vacíos y arrugados de sus hambrientas madres. Las imágenes son demoledoras, es difícil aguantar la mirada, dan ganas de volver la cabeza y mirar para otro lado, de taparse los ojos; es tan brutal que cuesta creer que la humanidad haya podido consentir algo así. Más adelante Salgado sigue en África pero en otra fase igualmente difícil, que titulará Exodus, en la que se centra en los campos de refugiados donde se hacinan y mueren a diario cientos de personas que huyen de las guerras y las hambrunas, siempre en busca de la tierra prometida, a la que invariablemente nunca llegan. Después de esta dura etapa Salgado entra en una fase de depresión y de decepción absoluta, deja de confiar en el ser humano y comienza a plantearse si merece la pena preservar una especie tan destructiva y tan desalmada.

3ª etapa: Tierra. Salgado consigue reconciliarse con el mundo a través de la naturaleza y de su compromiso con el medio ambiente. Primero vuelve a la granja paterna en Brasil y se embarca en un ambicioso proyecto para reconvertir el desolador paisaje en una selva tropical. Ayudado por su mujer, que siempre ha sido su principal colaboradora, acomete la reforestación de miles de hectáreas de desierto. Durante todo el tiempo sus fotografías registrarán este proceso. En sus siguientes viajes comienza a interesarse por los paisajes, la vida animal y las culturas indígenas. En el Polo Norte fotografía a los leones polares, las focas y los osos, pero también a los habitantes de esas zonas inhóspitas y casi inhumanas. Son fotos maravillosas que muestran lo grandiosa y fascinante que es la naturaleza pero en mi opinión no son ni la mitad de impactantes que las de su etapa africana.

En definitiva, la historia de una vida apasionante y rica en experiencias, con la particularidad de que todo lo que Sebastiao Salgado ha visto con sus ojos lo ha mostrado al mundo a través de su fotografía. Ha compartido sus experiencias, hemos conocido a la gente que él ha conocido, nos hemos metido en sus casas y en sus vidas, hemos ido a sus bodas, a sus bautizos y a sus funerales, los hemos visto nacer, enfermar y morir, y todo gracias a la gran pasión de este hombre por capturar el mundo a través del objetivo de su cámara. Gracias a Wim Wenders y a Juliano Ribeiro Salgado por darnos la oportunidad de conocer su vida y, sobre todo, su magnífica obra en este impresionante trabajo. No os lo perdáis.

miércoles, 10 de junio de 2015

El amor es extraño, by Ira Sachs

Qué bonito es el amor cuando ya está por encima del sexo, de las pasiones, de los ardores de la juventud, cuando ya ha superado casi todas las pruebas y la única que le queda por pasar es la de la inevitable separación que supone la muerte. Pero… y si esa separación ocurre de manera forzada antes de la muerte?

A los héroes de nuestra peli, una pareja gay que lleva junta toda la vida, les pasa justamente eso, que por un problema económico se ven obligados a separarse e irse a vivir cada uno por su lado con distintos parientes y amigos. Uno se muda con unos sobrinos y se instala en el cuarto del hijo adolescente, y el otro se va a casa de unos amigos gays que están todo el día montando juergas y jaranas en el salón, que es donde está el sofá cama de nuestro amigo. Así que a la tristeza por la obligada separación se unen las dificultades de convivencia con sus nuevos compañeros de piso.

Ésta es una historia sencilla y sin pretensiones pero llena de ternura y buenos sentimientos. Los dos protagonistas, Alfred Molina y John Lithgow, están comestibles; sus personajes son tan de carne y hueso que dan ganas de acurrucarlos y ofrecerles un rincón de tu propia casa, aunque sea un minúsculo apartamento y no quepa un alfiler.

Sin embargo echo de menos que esa ternura se haga extensible al resto de personajes. Quiero decir que si tú, como espectador, estás enamorado de los dos viejos amantes y querrías acogerlos en tu propia casa, cómo es posible que las personas con las que viven se muestren tan poco empáticos con ellos. En particular la relación con los amigos juerguistas es un tanto surrealista puesto que si saben que han cedido su sofá a un señor mayor a nadie se le ocurriría montar un fiestorro día sí y día también. Es puro sentido común.

En fin, creo que a Ira Sachs le ha quedado una bonita historia de amor, aderezada además con una estupenda banda sonora que hará las delicias de los melómanos, pero en mi opinión hay flequillos que no me convencen. En todo caso, la recomiendo a todo el mundo con un poco de sentido y sensibilidad. Advierto que al final es difícil no llorar. Y hasta aquí puedo contar.

martes, 9 de junio de 2015

Me llaman Radio, by Michael Tollin

La verdad es que siempre me ha fascinado la capacidad de la gente para parecer retrasada mental cuando se relaciona de algún modo con un deporte de masas. Sé de algunos que lloran, se tiran de los pelos y se dan cabezazos contra la pared cuando su equipo pierde o que no pueden dormir ante un partido importante. Y no me refiero sólo a los jugadores, que eso al menos sería comprensible, sino sobre todo a los seguidores. Para mí este fenómeno es tan alucinante como la gente esa que se infla de llorar cuando no puede salir un santo en procesión porque llueve. Simplemente no me cabe en la cabeza cómo el ser humano puede llegar a ser tan absurdamente gilipollas.

Y si todos los deportes de masas me parecen peligrosamente embrutecedores, si hablamos del fútbol americano apaga y vámonos. No hay más que ver esas hombreras descomunales, esos cascos espantosos y esas embestidas bestiales que se pegan unos a otros. Por no hablar de las caras de palurdos que suelen tener todos los jugadores. Por eso no me ha extrañado nada de nada el fondo de esta historia, que se basa en la “superación” personal de un muchacho retrasado a través de su pasión por este deporte. Lo que me hubiera extrañado es que el chico se hubiera superado a través de la poesía o del teatro clásico. En realidad lo que ocurre en el filme no es tanto que el muchacho se supere para ponerse al nivel de los “normales” sino que son los otros los que se depauperan constantemente para ponerse a su nivel.

Durante la mayor parte de la película una se pregunta quién es más tonto, si el pobre Radio, o todos los demás que le rodean: los jugadores del equipo, los aficionados, las animadoras… Yo creo que el chico puede perfectamente superarlos en inteligencia a casi todos. Qué panda, madre mía! El único que se libra un poco es el entrenador, que curiosamente parece acaparar él solo las neuronas que todos sus conciudadanos pierden durante los entrenamientos y los partidos del equipo local.

Y luego hay en el trasfondo de la historia algo que no me cuadra muy bien. Cuando el entrenador prácticamente adopta como pupilo al chaval resulta que se enfrenta a un montón de problemas increíbles. La mitad del pueblo se mosquea con él y hasta su propia hija tiene un ataque de celos por la atención que le dedica al muchacho. No sé, se supone que cuando la gente hace buenas obras se gana la admiración y el respeto de la comunidad, y no el desprecio y el cabreo. La reacción de estas personas es, como poco, demencial. Supongo que como la película está basada en hechos reales y la historia en sí no tiene mucho misterio, Michael Tollin mete esta gamba para intentar animar un poco el cotarro e introducir algo de tensión argumental, porque de otro modo no me lo explico.

En fin, creo que Tollin hace un trabajo relativamente correcto para el material con el que trabaja. Y tampoco me parece que Cuba Gooding Jr. lo haga tan rematadamente mal como para haber sido nominado al Razzie; puedo asegurar que he visto cosas bastante peores. En mi opinión hace el papel de retrasado con la misma solvencia con la que podría haberlo hecho Tom Hanks o cualquier otro “tonto” conocido. El que sí que no me explico qué hacía aquí es mi admirado Ed Harris. A ese hombre no le pegan estos papeles, por favor. Me pasé toda la película pensando sinceramente que el tío no se creía nada de los discursos y las moralinas que se ve obligado a recitar. Parecía que se iba a echar a reír de un momento a otro. O igual es que yo lo tengo en tanta valía que me hace ilusión pensarlo.

sábado, 6 de junio de 2015

Relatos salvajes, by Damián Szifrón

Vale, son unos relatos divertidos.

Vale, son un buen análisis de la violencia.

Vale, son historias subyugantes y atrapan al vuelo.

Vale, son el paradigma viviente de una sociedad enferma.

Vale, son todos muy buenos actores y conforman un gran reparto.

Peeeeeeero...

No me creo a Leonardo Sbaraglia en el puente de los mil horrores.

No me creo a  Ricardo Darín de "Bombita", el héroe justiciero.

No me creo esa boda ni la locura de esa novia desquiciada.

No me creo que Damián Szifrón esté satisfecho con esto.

Y... no me creo que esta peli merezca tantos premios.

viernes, 5 de junio de 2015

El Sur, by Víctor Erice

Por qué esta gente mira tanto y habla tan poco.

Por qué Estrella no tiene amigos ni sale con nadie.

Por qué esa niña no salta a la comba ni juega jamás.

Por qué extraño motivo se pasa el día espiando al padre.

Por qué, en cambio, pasa de su madre como de la mierda.

Por qué en las pelis de Víctor Erice nunca sale gente normal.

Por qué a Chus Lampreave siempre le colocan gafas de culo de vaso.

Por qué el único personaje medianamente normal es el de Rafaela Aparicio.

Por qué coño las obras maestras del cine español son tan coñazo y tan plastas.

jueves, 4 de junio de 2015

Game Change (TV), by Jay Roach

Interesantísima producción televisiva de la aclamada HBO, dirigida por un inspirado Jay Roach, en la que se narran los avatares de la campaña presidencial norteamericana de 2008, centrándose principalmente en lo que supuso la simpar gobernadora de Alaska, Sarah Palin, como candidata a la vicepresidencia de la nación por el Partido Republicano. No creo que nunca un candidato a vicepresidente haya acaparado tantas portadas ni haya sido el personaje protagonista de una película, pero es que Palin daba juego, las cosas como son, y no se puede negar que en su día fue una tía que despertó pasiones.

Una mujer con tremendos delirios de grandeza, ultraconservadora, con un discurso lleno de manidos tópicos pero capaz de conectar con muchísima gente de su misma ralea... el paradigma real del populismo. Os recuerda a alguien de por aquí? De hecho, la eligieron para el cargo por esa cualidad suya de embaucar al personal a base de frases hechas y llamamientos al orden establecido, así como por su defensa a ultranza de la familia, la religión y los valores tradicionales de la América más profunda. Repito: no os recuerda a alguien? Da incluso miedo pensar en lo que podría haber pasado si esta mujer completamente inculta pero fanática hubiera conseguido ese poder que tanto ansiaba y por el que consiguió volver locos a los asesores que llevaban la campaña del aspirante a presidente McCain. Pobre hombre, lo que tuvo que sufrir cuando se dio cuenta de la clase de palurda que le habían endilgado como vicepresidenta. A su lado McCain queda como un dechado de elegancia y sentido común.

Palin, para el que no la conozca, era la representante más emblemática del Tea Party. Para ella y sus seguidores Barack Obama era un terrorista, un musulmán, un enemigo de la patria, un hombre sin escrúpulos y capaz de todo lo peor. McCain estaba totalmente horrorizado con la campaña que Palin se automontó, para espanto de sus asesores. Nadie quería una estrategia como ésa, a todas luces sucia y sin el menor atisbo de elegancia, una campaña que llamaba a los más bajos instintos de los electores, que por desgracia abundan.

Por suerte, McCain se enfrentaba a algo muy superior a él, un Obama todo carisma y personalidad, el primer presidente negro de los USA, un hito, un paso adelante sin posible marcha atrás, un tipo fascinante, joven y lleno de vitalidad. Y digo "por suerte" porque estoy completamente segura de que, de no haber sido por el poderío de su rival, la táctica de Palin de tocar las vísceras del personal hubiera dado muchos mejores frutos y no quiero ni imaginar qué hubiera sido del mundo con una tipa de esas características ebria de poder, que por otra parte es de lo único que puede permitirse estar ebria una fundamentalista religiosa como ella.

En fin, un retrato bastante veraz de lo que esta mujer supuso en su momento, y lo peor, de lo que pudo llegar a suponer si su partido hubiera ganado esas elecciones. Una Julianne Moore que borda el personaje, aunque ya es conocida mi aversión a los papeles que se basan en calcar la apariencia de alguien real. El que sí que está impresionante es Woody Harrelson como asesor de campaña desesperado por los desbarres ultrafachas de Palin. Pedazo de interpretación, qué grande Woody. Sólo por ver su actuación merece la pena.

miércoles, 3 de junio de 2015

Una vida por delante, by Lasse Hallström

Estaba yo viendo esta película cuando de repente pensé: joder, a qué me suena a mí esto. A ver, una muchacha viuda que llega a un pueblo perdido con su hija de la mano en busca del abuelo de la niña; el abuelito resulta ser un tipo huraño y malencarado que al principio no quiere ni ver a la chiquilla, la mira con inquina y desconfianza y cuando se digna a decirle algo siempre es a base de gruñidos, pero con el tiempo poco a poco le va cogiendo cariño, y al final está que no caga con la nena. Coñññño, esto es Heidi!

En fin, dejando a un lado los parecidos razonables entre este filme y la mítica serie animada, hay algunos detalles en esta historia que me irritan profundamente. Para empezar, hay un trasfondo temático de malos tratos, y como era de esperar el director cae en todos los insufribles topicazos del género sin ahorrarse ni uno: el maltratador es una especie de monstruo que sin comerlo ni beberlo ha llegado a la vida de una inocente mujer que no tiene ninguna responsabilidad en lo que le pasa. Eso sí, la tía mete en su casa con una hija pequeña a un tío detrás de otro y a los cinco minutos de llegar al pueblo del abuelito ya le está tirando tremendos tejazos al sheriff del lugar, con la típica frase: “vale, vamos a follar pero que conste que no quiero enamorarme”. Pos hija, si no quieres enamorarte, no podías estar una temporadita sin macho? Por lo menos hasta que se te borren de la cara las huellas de las hostias que te daba el anterior.

Siguiendo con los topicazos, incluso en un momento dado el personaje de Jennifer López le dice a su novio sheriff: “sabes por qué soporté tanto tiempo que me pegaran? Pues porque pensaba que valía tan poco que no iba a encontrar nada mejor” Hombre, Jennifer López, si con tu cara, tus tetas y tu culo tú tienes que aguantar que un tipo te infle a hostias porque vales poco, a las que no tenemos ni tu cara ni tus tetas ni tu culo entonces deberían matarnos a palizas, no? Manda huevos.

Total, que tenemos a la típica mujer maltratada que es ajena a todas las desgracias que le suceden, que no quiere enamorarse porque tiene miedo de los hombres pero que cada cinco minutos se echa un novio nuevo, y que soporta estoicamente los malos tratos porque, a pesar de estar buena que te cagas y saberlo, tiene la autoestima al nivel de una alpargata. Venga ya, Lasse Halström, que tanta simpleza y tonterismo no te pegan, hombre.

A la película la medio salvan sus dos estrellas, Freeman y Redford, que dentro de la memez de la historia, hacen un excelente trabajo, en su tónica habitual. No en vano, las mejores escenas y los diálogos más fumables son los que transcurren entre ambos. Por el contrario, como también era de esperar, la inevitable niña actriz, Becca Gardner, es absolutamente petarda y asesinable. Sin duda alguna me quedo con la dulce, tierna y entrañable Heidi. Vamos, es que no hay color.