Hay fundamentalmente tres preguntas que me gustaría hacerle a Juan Carlos Medina, el director de esta película, sólo para que reflexionara un poco sobre lo que ha hecho. Vamos a ver, Juancar…
1. Si tú fueras un niño con insensibilidad al dolor:
a) Te dedicarías a arrancarte las uñas a tirones, a hacerte sangre de maneras varias, a quemarte los brazos o a pegarte bocados en la carne para comerte después trozos de tu cuerpo.
b) Estarías muy contento por no sentir dolor pero no te dedicarías a hacerte sangre ni a arrancarte uñas ni a quemarte ni a morderte ni nada porque, salvo que además fueras subnormal, sabrías perfectamente que nada de eso te haría ningún bien.
c) Pasas de hacerte preguntas tan complicadas.
2. Si tú fueras el padre de un niño con insensibilidad al dolor:
a) No te darías cuenta porque eres muy despistado y no mirarías nunca a tu hijo ni le verías moratones ni pupas ni nada.
b) Te darías cuenta la primera vez que te apareciera con un hematoma y te dijera que no le duele nada. Y a partir de ahí cada vez que le vieras alguna hinchazón extraña, herida o moratón acudirías de inmediato al médico para que le examinara.
c) Pasas de hacerte preguntas tan complicadas.
3. Si tú fueras la autoridad competente qué harías con un grupo de niños con insensibilidad al dolor:
a) Pondrías a su disposición un grupo de médicos expertos en este tipo de trastornos para que les enseñaran desde pequeñitos que eso es algo muy peligroso y que tienen que estar muy pendientes de cualquier signo extraño en su cuerpo porque podrían tener algún problema grave.
b) Los encerrarías en una prisión de alta seguridad tipo “El conde de Montecristo”, en celdas aisladas y sin ningún tipo de artilugio punzante o inflamable para que no pudieran hacerse daño ni hacérselo a los otros niños.
c) Pasas de hacerte preguntas tan complicadas.
Así pues, Juancar... Por qué has rodado esto, qué te ha pasado, qué clase de yuyu ha podido darte para perpetrar este engendro.
1. Si tú fueras un niño con insensibilidad al dolor:
a) Te dedicarías a arrancarte las uñas a tirones, a hacerte sangre de maneras varias, a quemarte los brazos o a pegarte bocados en la carne para comerte después trozos de tu cuerpo.
b) Estarías muy contento por no sentir dolor pero no te dedicarías a hacerte sangre ni a arrancarte uñas ni a quemarte ni a morderte ni nada porque, salvo que además fueras subnormal, sabrías perfectamente que nada de eso te haría ningún bien.
c) Pasas de hacerte preguntas tan complicadas.
2. Si tú fueras el padre de un niño con insensibilidad al dolor:
a) No te darías cuenta porque eres muy despistado y no mirarías nunca a tu hijo ni le verías moratones ni pupas ni nada.
b) Te darías cuenta la primera vez que te apareciera con un hematoma y te dijera que no le duele nada. Y a partir de ahí cada vez que le vieras alguna hinchazón extraña, herida o moratón acudirías de inmediato al médico para que le examinara.
c) Pasas de hacerte preguntas tan complicadas.
3. Si tú fueras la autoridad competente qué harías con un grupo de niños con insensibilidad al dolor:
a) Pondrías a su disposición un grupo de médicos expertos en este tipo de trastornos para que les enseñaran desde pequeñitos que eso es algo muy peligroso y que tienen que estar muy pendientes de cualquier signo extraño en su cuerpo porque podrían tener algún problema grave.
b) Los encerrarías en una prisión de alta seguridad tipo “El conde de Montecristo”, en celdas aisladas y sin ningún tipo de artilugio punzante o inflamable para que no pudieran hacerse daño ni hacérselo a los otros niños.
c) Pasas de hacerte preguntas tan complicadas.
Así pues, Juancar... Por qué has rodado esto, qué te ha pasado, qué clase de yuyu ha podido darte para perpetrar este engendro.