jueves, 28 de abril de 2016

Truman, by Cesc Gay

Tremenda decepción, vive Dios.

Me gusta el director, me encanta el reparto, las críticas son estupendas, el tema me interesa... todo conspiraba para ser una de mis pelis favoritas. Pero no.

Porque sí,  yo me identifico con Ricardo Darín y mi perro es Truman (bueno, mi Manolo es un pelín más chiquitín, pero yo lo quiero igual). Pero no entiendo nada más.

Yo no estoy condenada a muerte (que se sepa de momento). Pero un día lo estuve, o creí que lo estaba; qué os voy a contar, la palabra cáncer asusta mucho.

En fin, que hubo un momento en mi vida en el que yo también preparé mi muerte y decidí cómo iba a ser mi final. Y puedo asegurar que le eché bastante menos cuento del que Cesc Gay le echa al personaje de Darín.

Cuando crees que te vas a morir no vas por ahí contándole a la peña tu vida. No quieres que la gente te salude y te hable de tu enfermedad. Odias que lo hagan; no deseas hablar de ello, ni siquiera con los tuyos, pero mucho menos con los conocidos.

De dónde ha sacado este hombre a ese personaje que está loco por que la gente le salude para hablarle de su enfermedad? La gente que ama la vida y la quiere vivir a tope hasta el final no quiere hablar de enfermedades, y menos de las suyas.

Sin embargo en muchas otras cosas sí que me sentí muy identificada con el personaje de Darín. Por cómo vive su enfermedad. Por cómo toma sus propias decisiones y hace el caso justo a los médicos. Por cómo quiere vivir a tope hasta el final sin perderse ni un solo momento de goce, ni una comida, ni un vino, ni un nuevo amor.

Pero de todo lo demás la única relación que entiendo de esta película es la de Darín con su perro. Cuando le dice a Javier Cámara que él tiene dos hijos y uno se llama Truman,  podría haberlo suscrito por completo. A mí me pasa lo mismo con mi Manolo.

Pero el resto de la historia no tiene ningún sentido para mí. Por qué sus amigos y su familia no entienden su opción? Es absurdo. Todo el mundo ha hablado alguna vez, o muchas, de estos temas con sus allegados. Y sobre todo si te ha tocado de cerca un caso (y que levante la mano el que no le haya tocado).

Todos sabemos qué queremos, qué pedimos a los demás, todos hemos dejado claros nuestros deseos si nos pasa esto o lo otro; y todos contamos con que van a ser respetados.

A qué vienen los primeros intentos de Javier Cámara por hacer cambiar de opinión a Darín? Y lo de la prima? Por qué esa muchacha se pilla un rebote tan chungo cuando su primo le habla de su decisión, conociéndolo y sabiendo que está condenado a muerte sí o sí.

Me parecen tan falsos todos esos diálogos. Darín con sus conocidos en el restaurante; Darín y Cámara en pugna dialéctica por ver quién lleva la razón, cuando el que se está muriendo es uno; Darín y la prima (qué espantajo el personaje de Dolores Fonzi, por diossssss); Darín con el veterinario, Darín con su hijo (lo del hijo manda huevos), Darín con las aspirantes a adoptar a Truman, Darín con su ex...

Creo que Cesc Gay realmente nunca ha sentido lo que se siente  de verdad cuando uno piensa que se va a morir. Y por eso ha escrito y rodado "Truman" así. Porque no tiene ni puta idea.

Adoro a Javier Cámara pero aquí hace un papel horrible.

Adoro a Ricardo Darín, y aquí lo adoro más porque me pongo en la piel de su personaje. De hecho él es lo único que merece la pena de la película. Bueno, y Truman, por supuesto.

Pero el tono general de la película es el de la ignorancia. O el de no entender nada de nada.

Unos cuantos mensajes aclaratorios a Cesc Gay, que probablemente nunca leerá pero que son importantes:

1. Cesc, la gente, previamente a que le diagnostiquen un cáncer, casi siempre ha hablado ya del tema alguna vez con su familia más cercana sobre lo que quiere o no quiere, llegado el momento. Eso cuando no se ha hecho un testamento vital, que en el caso de tu personaje, sabio, valiente y con las ideas muy claras, sería lo más probable.

2. Cesc, cuando alguien sabe que un familiar o amigo está terminal le suele desear un final rápido; no una lenta agonía, como la primita de Darín.

3. Cesc, si tu mejor amigo viene de Canadá a pasar contigo unos días porque te estás muriendo y lo llamas a las cuatro de la madrugada porque necesitas hablar... no le dices que tienes sueño y que lo que quieres es dormir. Tío... a ti se te ha muerto alguien alguna vez?

4. Cesc, quiero que me digas en qué compañía aérea los perros pueden viajar con sus dueños en su asiento y no en la bodega. Perros grandes, como Truman. Yo lo más que he visto es a un Chihuahua mini en el bolsito de mano de su dueña y completamente grogui. Y Truman no es un Chihuahua... o es que yo no entiendo de razas?

6 comentarios:

  1. Hablas sobre como los que tenemos cáncer, aún, nos tomamos las cosas como si tu posicionamiente fuera el único posible. Y verdaderamente me cuesta entender ese dogmatismo tan simple y, cómo no, adolescente. Que algunos amigos promueven al paciente más sesiones de quimio o radio es tan normal como ir de compras, pues presuponen que pude ser beneficioso a largo plazo. Y claro está, cada cáncer es un mundo y no hay diagnóstico único, así que... Al final en poco o en nada le molestan, y una cosa es que no te aptezca hablar sobre el tema y otra bien distinta es que ni te saluden. Dista un abismo. Pero que sí, que no es una obra maestra, pero es entretenida, tiene a dos actores portentosos, está bien contada, afronta un tema duro desde una sabia ironía y se pasa la hora y media volando. Una pelicula sencilla y digna, en algunos momentos brillante y en otros solo divertida. Ni que decir tiene que hay más autenticidad en un solo plano en ésta que en ese artificio llamado Stockholm. Un beso

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    1. Uffff, es muy difícil contestar a esto. Porque no sé qué sabes o qué no sabes de este asunto ni en qué situación estás.

      Me limitaré por tanto al cine y haré lo posible por obviar lo personal. A mí Stockholm me parece mucho más auténtica que Truman. Mucho más sincera.

      Y esto contando con que las dos son películas que tratan de cosas que me llegan y de las que sé bastante.

      Sé mucho más de lo que quisiera de preparativos para la muerte, de suicidios, de desengaños, de aprendizaje a fuerza de hostias... y Stockholm me dice lo que sé pero me remueve las tripas. En cambio, Truman no me dice nada que no sepa pero todo me suena a impostura.

      No veo esa sabia ironía que tú ves. De hecho es una película muy poco irónica. Es demasiado obvia. Sabes todo el tiempo con quién tienes que ir y quién la está cagando.

      En cambio en Stockholm todo es mucho más relativo. Ella es adorable y odiosa al mismo tiempo; y él es un depredador de manual pero divertido. Y lo que pasa en esta película es mucho más verdad que lo de Truman.

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    2. De todas formas, Martínez, para gustos colores.

      Las filias y las fobias en cine son como las filias y las fobias en personas. Íntimas e intransferibles.

      Solo añadir que si estás en un trance de éstos siento haber sido demasiado bruta.

      A veces olvido que esto lo puede leer cualquiera en cualquier situación. Y que eso no lo puedo controlar.

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  2. En absoluto mi querida Inma. El día que no seas así, brutísima, ya no será lo mismo. Y no, estoy en un trance estupendo y hecho un viejo lobo de mar. Un besazo y siempre mi cariño y afecto para una mujer extraordinaria como tú. Supongo que sabrás que muchas de las cosas que digo son un juego, una forma de picarnos juntos, ¿vale?

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