lunes, 11 de julio de 2016

Cuando vuelvas a mi lado, by Gracia Querejeta

Unas hermanas que llevan años sin verse y que no parecen llevarse muy bien.

Sórdidos secretos de familia más o menos insinuados.

Una vieja historia en flashback de amores enfermizos y celos demoledores.

Una madre muerta, un padre desaparecido y el encargo de entregar unas cenizas.

Éstos son los ingredientes con los que Gracia Querejeta elabora esta historia fiel a la factoría Querejeta y a su particular modo de entender el cine: intimista, muy de emociones, muy de silencios y de miradas inquietantes y difíciles de interpretar. Si añadimos a eso un reparto brillante con actrices como Mercedes Sampietro, Julieta Serrano o Adriana Ozores, la cosa promete bastante. Pero en mi opinión se queda en eso, en promesa.

De entrada eso de que una madre pida a sus hijas que a su muerte dividan sus cenizas en varios cofrecitos y lleven cada parte a un sitio o se las entreguen a alguien... sinceramente me parece de un macabro que echa patrás. Y ese justamente es el punto de partida de la historia, os podéis hacer una idea.

Por lo demás las actrices están francamente desaprovechadas en unos papeles bastante poco creíbles. La borrachuza Ozores dista mucho del nivel de otros trabajos, tal vez porque su personaje es sencillamente irrelevante. Sampietro brilla un poco más porque no en vano es la protagonista de la historia, en la que se supone que radica todo el misterio. Julieta Serrano por su parte hace lo que puede con un papel tan poco airoso.

En definitiva, decepcionante y completamente insulsa, un auténtico huevo sin sal. Buenas expectativas por el reparto y porque la historia empieza bien y plantea una intriga que hace pensar en un resultado mucho mejor. Sin embargo con el paso de los minutos la trama va perdiendo fuelle e interés y el final es, aunque inesperado, sencillamente rocambolesco. Un chasco, vamos.

miércoles, 6 de julio de 2016

Moulin Rouge, by Baz Luhrmann

Moulin Rouge es un musical diferente, impactante, valiente, anticonvencional. Por eso solo puede levantar pasiones, tanto a favor como en contra. Habrá gente que alucine y habrá gente que  abomine, y probablemente todos, cada uno desde su punto de vista, lleven razón. Porque los motivos por los que puede encantarte o parecerte horrible son los mismos; simplemente habrá quien valore positivamente todo lo que de innovador y original tiene y habrá quien lo tache de mamarrachada. Pa gustos colores, que se dice por mi tierra.

Yo soy de las que flipa con esta película, nunca me canso de verla. Siempre me quedo embobada y me pongo a corear como una loca:

"How wonderful life iiiiiiiiiiis now you're in the woooooooorld"

"All you need is loveeeeeeeee"

"Roxanneeeeeeeeeee"

"Show must go oooooon".

Y flipo con la forma de captar París y el mundo de la bohemia.

Y flipo con la magia del Moulin Rouge.

Y flipo con esos tejados y buhardillas desde los que se ve y se vive otro París.

Y flipo con los colores, con las imágenes precisas, como de dibujos animados.

Y flipo con la preciosa historia de amor entre Satine y Christian.

Y flipo con la belleza de Nicole Kidman, con sus vestidos, con sus bailes y hasta con su voz.

Baz Luhrmann hace una apuesta tan valiente como arriesgada, porque este tipo de cine no tiene términos medios. A él en general le salió bien porque la película fue ampliamente alabada por la crítica y tuvo un razonable éxito de público, y sus detractores, que se cuentan por decenas, no han conseguido horadar en lo más mínimo las adhesiones inquebrantables que despierta. 

Para mí no le falta un detalle, hasta algunas escenas divertidísimas como la de la confusión entre Satine y el poeta, cuando él se está ofreciendo para escribir las canciones del musical y ella cree que le ofrece sexo. Los juegos de palabras, las poses "eróticas" de Kidman... no tiene desperdicio.

En definitiva, para mí uno de los mejores musicales de la historia del cine. Por la banda sonora sin duda, pero también por lo impactante visualmente.

Y sobre todo y por encima de todo, por la preciosa historia de amor entre Satine y Christian. Sin duda, la película perfecta para la gente enamorada. Y por cierto, terminantemente prohibida para los que padezcan males de desamor.

martes, 5 de julio de 2016

Cloro, by Lamberto Sanfelice

Una piscina. Unos hombros demasiado jóvenes y frágiles para cargar con el peso de una enorme responsabilidad. Un paisaje gélido. Un sueño truncado.

Con estos cuatro ingredientes Lamberto Sanfelice cuenta una historia que trata básicamente sobre la soledad y sobre la importancia de no renunciar a los sueños por muy cruda que sea la realidad.

Preciosa y conmovedora Sara Serraiocco interpretando a Jenny, una adolescente que sueña con una competición de natación sincronizada para la que ha estado preparándose durante años pero que de repente se ve obligada a aparcar todos sus proyectos para cuidar de un hermano pequeño y de un padre que es un guiñapo humano y que no sirve para nada.

En medio de toda esa tragedia Jenny encuentra consuelo en el amor, que a fin de cuentas es lo que nos salva a todos en un mundo frío e inhóspito como el paisaje de montaña en el que transcurre la película.

Maravillosas las imágenes de Jenny bailando en la piscina climatizada, en tremendo constraste con la crudeza de los exteriores.

Si acaso se le puede reprochar algo es que el resto de personajes no están muy bien definidos. Da la sensación de que al director el único personaje que le interesa es Jenny mientras que los demás son meras comparsas sin vida propia.