lunes, 27 de marzo de 2017

Los amantes del Pont-Neuf, by Leos Carax

9 elementos clave que no pueden faltar en una película de culto francesa de pro:

1. Guarrería. Que todo se vea sucio y asqueroso a más no poder.

2. Cochambre. Entorno ruinoso, que se caiga a pedazos. Cuanto más moho mejor.

3. Fealdad. Ambiental y humana. Un actor simiesco como Denis Lavant ayuda bastante.

4. Miseria. Ideal sacar albergue para mendigos y que éstos tengan sarna y roña tutiplén.

5. Vino peleón. A ser posible envasado en garrafa de plástico y que se beba a morro.

6. Frío. Si puede ser que transcurra en invierno y que a los actores les salga vaho por la boca.

7. Delirium tremens. Ayuda bastante que los protagonistas tengan visiones inquietantes.

8. Andrajos. Importantísimo que la ropa esté lo más raída posible y combine como el culo.

9. Piojos. Que viendo los pelos se intuyan aunque no se vean propiamente dando saltitos.

Con estos ingredientes y la firma de un director considerado "de culto", como es Leos Carax ya está prácticamente todo el trabajo hecho y varios Césares y premios internacionales garantizados. Palmas de oro, Baftas, Oscars...

Ah, también hace mucho que salga Juliette Binoche, y si puede ser pelín estropeadilla y con aspecto de estar pasándolas muy putas. Aunque pensándolo bien... hay alguna película francesa en la que no salga Juliette Binoche? 

Podéis llamarme insensible, cardo, bruta, gañana o ceporra pero a mí las historias de amor me gustan con un poco menos de guarrerismo y de cutrez. Ya nada más empezar cuando sale el bus municipal recogiendo por la calle a lo más mejorcito de la ciudad para llevarlo al albergue y proceder al despioje y desinfección de la fauna local supe sin lugar a dudas que terminaría muerta de asco y despotricando. Y aquí estoy.

domingo, 26 de marzo de 2017

La chica del tren, by Tate Taylor

Terminé ayer de leer el libro de Paula Hawkins y estaba loca por ver la peli. La novela es un best-seller típico, con mucho suspense y gran capacidad de enganche. No está mal escrito de todas formas, tiene una fórmula que casi garantiza el éxito: una intriga relatada desde tres puntos de vista, tres mujeres que tienen un vínculo entre sí, y con muchos saltos en el tiempo. Y aunque es una novela aparentemente muy cinematográfica a la hora de la verdad la adaptación es difícil porque siempre es complicado trasladar al cine la complejidad de una trama novelística.

No acostumbro a comparar versiones literarias y cinematográficas porque creo que son dos lenguajes totalmente diferentes. Sin embargo en este caso he leído el libro y visto la película con tanta cercanía temporal que no puedo evitar haberme sentido impresionada por el excelente trabajo de adaptación que ha llevado a cabo Tate Taylor.

Mis felicitaciones más entusiastas al guionista. Capta perfectamente la desesperación de Rachel por no poder recordar, su angustia por las lagunas mentales que no le permiten ver con claridad qué ha ocurrido, qué ha visto, qué ha hecho ella. Capta la confusión de Megan, sus contradicciones, sus miedos... Y capta la angustia de Anna cuando empieza a comprender que su vida no era tan idílica como ella creía.

Todo esto ocupa muchas páginas en el libro y está relatado de una determinada manera que en la adaptación cinematográfica tiene por fuerza que comprimirse en X escenas. Y a mí ese proceso de compresión me ha parecido excelente. Magistral incluso.

Por último destacar a Emily Blunt en el papel de la alcohólica Rachel. En la novela el personaje es un auténtico despojo humano y físicamente está descrita como lo peor de lo peor, lo que es una persona deteriorada al máximo por el alcohol. Lo que es asombroso es que Blunt, una tía preciosa, consiga sin muchos aspavientos que se vea en ella esa degradación física que está tan perfectamente descrita en el libro.  Muy buen trabajo, Emily.

jueves, 16 de marzo de 2017

Tarde para la ira, by Raúl Arévalo

Requisitos básicos para hacer un buen thriller a la española:

1. Actor protagonista con cara de póker, que no se le mueva un músculo de la cara, que sonría lo mínimo, a ser posible nada. Una sola sonrisa, una leve mueca, pueden arruinar el resultado final.

2. Diálogos oscuros y a ser posible enunciados en voz muy baja de forma que al espectador le cueste entenderlos. Es un elemento importante perderse un 25% de lo que se dice por que los actores hablan en susurros. Sobre todo en los diálogos de cama es importante que no se entienda ni papa. Ni aunque lo pases para atrás 15 veces y arrugues mucho los ojillos, es esencial que no te enteres de nada. Así además se estimula la imaginación y la perspicacia del espectador.

3. La chica de la discordia. Sin tensión sexual no hay thriller que valga. La chica naturalmente debe sonreir igual de poco o nada que el protagonista. Aunque acaben de echar tremendo polvo tiene que seguir pareciendo que vienen de un funeral. Los polvos tienen que ser tristes, tirando a dramáticos.

4. Un montón de testosterona a punto de explotar. Los tíos tienen que ser muy tíos, muy machotes, y a la sola vista de un cuchillo o una pistola que se les salte la vena y se vea ostensiblemente que están a punto de agarrar el arma y perpetrar una masacre.

5. El elemento sorpresa que hará flipar y correrse de gusto a los amantes de los giros inesperados. Debe descubrirse poco antes del final y dejar con la mandíbula colgante al espectador. No lo bastante sorprendente como para resultar increíble pero sí que sea algo completamente inesperado.

Raúl Arévalo tiene claro cómo es la película que quiere hacer y consigue hacerla, por ese lado chapeau. Probablemente es el cine que le gusta a él y a un montón de gente. Lo que pasa es que para mí este tipo de películas sigue un patrón rígido e inamovible que me resulta muy cansino.

Y ahora creo que es inevitable plantear mi final alternativo a esta sarta de topicazos. Ahí va un posible desenlace almodovariano para esta historia que yo creo que le daría mucha vidilla:

Antonio de la Torre se hace amiguete de Luis Callejo y una noche de luna llena y muchas copas descubren que se gustan, se abalanzan el uno sobre el otro, se comen la boca y consuman su amor. Al día siguiente Antonio se levanta y se lanza a la calle escopetado a comprarse una minifalda, unas plataformas y un pelucón, se afeita la barba y para cuando Callejo se ha despertado está hecho un pedazo travestorro de aquí te espero. Callejo lo flipa e inmediatamente se arrodilla y le pide en matrimonio, no sin antes mear abundantemente porque se acaba de levantar y tiene la vejiga llena a reventar. La chica, después de haber esperado 7 años a que su hombre saliera de la cárcel, se queda compuesta y sin novio y acude al First Date a buscarse otro pidiendo en la solicitud que le lleven a un tío atrozmente feo del que no pueda enamorarse nunca ningún otro cliente de su bar.

lunes, 13 de marzo de 2017

Un monstruo viene a verme, by Juan Antonio Bayona

Esta película para reflejar exactamente lo que es debería titularse: "Un monstruo coñazo viene a verme por las noches y me cuenta rollos morollos, para más delito con moraleja".

La historia es la siguiente: a un niño que lo está pasando fatal porque su madre se está muriendo se le aparece un monstruo pestiño, eso sí, con gran profusión de efectos audiovisuales, y se dedica a contarle historietas a cuál más insulsa y aburrida. Si yo hubiera sido el niño le habría mandao a la mierda de momento.

Para empezar me aburren los cuentos con moraleja, porque más que moraleja normalmente suelen llevar moralina. Y éstos en particular desprenden un tufillo a lo Coelho, así como a filosofía de rastrillo, un tanto flower, relativismo moral, ya sabéis: no todo es lo que parece, lo bueno y lo malo se entremezclan... esa clase de cosas que te sueltan los colgados cuando se han fumado siete porros y están ya muy pallá.  Y las historias de monstruos en las que el monstruo no da miedo me aburren más todavía. Un monstruo que se le aparece a un niño y el niño, en lugar de acojonarse, se pone a chulearle... eso qué mierda de monstruo es?

En fin, para los que se hayan aburrido soberanamente con esta insulsa historia de Bayona de monstruos  bonachones y pelmazos propongo un final alternativo y mucho menos pasteloso:

El monstruo se pilla una papa y deja de contarle al niño historias sosainas y se pone a contarle chistes de Eugenio imitando el acento catalán. El niño se parte el culo de la risa y al menos ya que su madre se está muriendo y su padre pasa de él y la abuela es un cardo por lo menos se echa un buen rato el chaval. Luego se aprende los chistes y los cuenta él en el colegio y todas las niñas se parten el culo con él y empiezan a pedirle de salir, con lo cual se convierte en el ídolo de su clase y los imbéciles que lo puteaban se van a sus casas con el rabo entre las piernas. La madre finalmente muere pero muere feliz de ver a su niño siendo el crack de su clase y con un gran futuro como humorista. Por su parte la abuela tiene un momento freak y decide casarse con el monstruo y se compran una autocaravana y se van a recorrer mundo con el niño. Y colorín colorado esta peli se ha acabado.