martes, 6 de marzo de 2018

Tentación en Manhattan, by Douglas McGrath

Para una comedia romántica que me parece medianamente fumable resulta que tiene unas críticas demoledoras que la ponen a parir.

Yo no diré que me ha encantado ni que sea la película de mi vida pero al menos refleja con gracia y cierto encanto una realidad muy frecuente, la de la conciliación familiar.

Ahora que tan de moda está reivindicar los derechos de la mujer y el acabar con las brechas, con los techos de cristal y todas esas cosas, esta película es un vivo ejemplo de lo cuesta arriba que puede resultar para una mujer subir peldaños en su carrera cuando tiene que compaginarlo con una familia.

Y cuenta también unas cuantas cosas de las que bastantes de nosotras podríamos hablar largo y tendido. Cosas como:

- El sentimiento de culpa por trabajar y dejar a tus hijos al cuidado de personas extrañas.

- Los problemas de pareja que trae consigo dedicar al trabajo el mismo tiempo que le dedican ellos al suyo tranquilamente.

- La locura que supone llevarlo todo para adelante y tener la cabeza ocupada en mil cosas al mismo tiempo.

-  Los reproches de los propios hijos por no dedicarles todo el tiempo que ellos creen que debe dedicarles una madre, pero nunca un padre.

Para los que dicen que son tópicos... una mierda tópicos!  Es puro realismo, es el puro día a día de muchas mujeres que intentan tener una carrera profesional de éxito sin renunciar a formar una familia. Tópicos ni tópicos!

En un momento dado una de las amigas de la protagonista dice algo así como:

"La cabeza de una madre es como la torre de control de un aeropuerto".

Nada más cierto, nada más real.

Y aunque no soy nada fan de Sarah Jessica Parker y considero que es una actriz bastante mediocre  que siempre hace el mismo papel, en esta ocasión le voy a dar un voto positivo porque su personaje es un poco menos gilipollas que los que acostumbra a interpretar.

Y enhorabuena a McGrath, director de la fantástica "Emma", una película que me encantó en su día. Y con ésta ha rizado el rizo porque para que yo disfrute viendo una comedia romántica, de verdad que hay que ser muy fino filipino.

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