jueves, 15 de agosto de 2024

El embarcadero (Serie), by Álex Pina, Esther Martínez Lobato

Quiero dejar claro que la serie se deja ver, sobre todo si haces dejación de tu parte más racional y te abandonas alegremente a tu lado más demencial. La puedes disfrutar y pasártelo muy bien.

Si te gustan las escenas de sexo te lo puedes pasar bomba porque vas a encontrar de todo un poco:  lésbico, hetero, tríos, sexo en moto... Incluso hay una escena inolvidable en la que se ve un contundente polvo encima de una montaña de arroz. Personalmente esta me pareció de bastante mal gusto porque no pude dejar de pensar en la pobre gente que se tuviera que comer ese arroz. Aprovecho mi crítica para pedir, por favor, si tenéis la oportunidad alguna vez no folléis encima de comida que luego vaya a terminar en la mesa de otras personas. Un poquito de consideración.

Luego está la ambientación. Me ha encantado esa casita ideal en la Albufera, que perfectamente podría ser portada en una revista de decoración, así con un toque isleño hippy. Una casita en un lugar apartado, sin otra vivienda en kilómetros a la redonda, en la que viven solas una mujer joven y su hija pequeña, y cuyo principal atractivo es que jamás se cierra con llave para que pueda pasar cualquiera que llegue hasta allí e instalarse sin problema. Hala, tengo casa en la Albufera pa que en ella entre quien quiera.

Y qué os podría decir de esa pedazo de arquitecta, esa genia sin par, que te diseña un edificio único en el mundo en una noche loca en la que no tiene sueño, tiene una visión creativa, se levanta y se pone a dibujar. Y por supuesto los inversores se vuelven locos de alegría y ponen 400 millones como quien mete una moneda en la tragaperras. Venga, levantemos esa maravilla, quién dijo miedo.

En fin, amigos, solo puedo decir que Álex Pina y Martínez Lobato idearon en su día "La casa de papel", y dijeron aquello de "cría fama y échate a dormir". Luego Verónica Sánchez e Irene Arcos ponen caras y cuerpos bonitos que quedan genial en las escenas de sexo videoclipero, y asunto averiguao, como se dice en mi pueblo.

Aparte de lo del polvo en el arroz que ya he comentado antes tengo que decir que otra de las secuencias más bochornosas (y esto ya es spoiler) es la de las arquitectas convenciendo al jeque árabe de que invierta en su edificio. Nivel Dios de sonrojo, palabrita.

"Usted es árabe, un pueblo con sensibilidad, un pueblo con identidad propia... Como este edificio, que marca la diferencia. Aquí se paga la exclusividad, y yo les aseguro que esta inversión es totalmente segura."

Y va el jeque y se le hace el culo Pisicola. Hay que joerse, macho.



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