sábado, 7 de septiembre de 2024

Los Galindos, toda la verdad (Miniserie documental), by Pepa Sánchez Biezma

Llegué a este documental de forma natural tras ver la serie "El Marqués", que despertó en mí la curiosidad por saber más de esta historia. Y efectivamente pude comprobar, como sospechaba, que la tesis que se plantea en la serie procede directamente de esta versión, que a su vez está inspirada en un libro publicado por el hijo del señor marqués.

Para empezar tengo que decir que hay dos cosas que me han rayado bastante:

1. La chapucera aplicación de Inteligencia Artificial que han usado para poner en movimiento las fotografías de los difuntos. Por favor, no me lo puedo creer. Que alguien use esa aplicación para las fotos de sus muertos tiene un pase, porque algo consuela. Los ves reírse, mover las cabecitas, en fin, se puede comprender, somos humanos. Pero que un documental con pretensiones mínimamente serias recurra a una técnica tan sumamente pobre para dar vida a los asesinados parece más una broma macabra que otra cosa. No quiero pensar a quién se le pudo ocurrir, pero es para deportarlo al fin del mundo.

2. El testimonio directo del hijo del marqués, o sea, del autor del libro. El tipo es un auténtico huevo sin sal. No tiene entonación, la mayoría de sus comentarios son francamente pueriles: "mi madre era muy guapa, no es porque sea mi madre; mi madre hacía muy buenas obras, no es porque sea mi madre; mi padre tenía sus cosillas, pero era muy simpático; tenía mucho genio, pero sus amigos lo querían un montón". A ratos, escuchando a este señor, se le olvida a una que estamos hablando de un asesinato múltiple. Pero qué necesidad había??

Sinceramente, si yo hubiera sido Sánchez Biezma, la directora, no lo habría sacado. Está ahí la maravillosa voz de Víctor Clavijo, el narrador de la historia, que perfectamente hubiera podido reproducir también las palabras del marquesito junior. Y esto hubiera dotado de mayor consistencia a la teoría que se plantea, que por lo demás es totalmente plausible.

Por tanto, sobran los meneítos de cabeza de los pobres difuntos provocados por una primitiva aplicación de IA, y sobran las intervenciones del marqués. Salvo que Sánchez Biezma lo haya puesto ahí a propósito para demostrar lo vacuo e insustancial de la aristocracia. Aunque esto no tiene mucho sentido cuando lo que estás rodando es un documental sobre unos crímenes y tratas de resolver las dudas que pueda haber sobre su autoría. Ya si eso puedes rodar en el futuro otro documental sobre la nobleza española y sacas al sinsustancia este hablando de lo guapa que era su mamá la marquesa.

En fin, la cuestión es que eso desluce en cierta manera este trabajo. Y la forma en la que está estructurado también es discutible. Porque hay dos capítulos dedicados a relatar la historia de los muertos y de sus familias, y luego otros dos, como si fueran hechos aislados, en los que ya entra en los tejemanejes del marqués y del administrador, en los turbios asuntos que pudieron dar lugar a los crímenes. No hay una conexión clara, por un lado van los muertos y sus vidas y por el otro lo que se estaba cociendo detrás, cuando la realidad es que todo estaba conectado y lo uno no tiene sentido sin lo otro.

En definitiva, que en mi opinión el documental se salva porque la historia es apasionante, porque hay un tremendo misterio que no ha sido resuelto, y sobre todo, porque clama al cielo, tanta sangre derramada y todo ha quedado en nada.

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