miércoles, 3 de marzo de 2021

Las 4 estaciones de las chicas Gilmore (Miniserie de TV), by Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino

Reconozco que he llegado a esta secuela de las Gilmore de una manera un tanto anómala. A ver, la mayoría de seguidores de la serie tendrían probablemente un ataque de ansiedad cuando se enteraron, 9 años después, de la existencia de esta nueva entrega de sus heroínas. Me lo puedo imaginar. Qué fue de las Gilmore? Qué cambios habrán ocurrido en el maravilloso pueblecito de Stars Hollow? Y el resto de los habitantes de ese lugar encantado y encantador?

En mi caso, como me he tragado las 7 temporadas de las Gilmore del tirón en los últimos 3 meses, esto para mí no es más que una continuación sin más. No ha habido coitus interruptus, no ha habido un parón ni un final en falso, porque el único final, el auténtico, es éste. 

Desde ese punto de vista mi valoración es un poco tramposa. No llego a estos episodios con el mismo talante nostálgico que los que siguieron en su día las andanzas de estas chicas y llevaban años añorándolas. En mi caso, más bien al revés, estaba un poco hasta el moño de ellas, sinceramente. Y deseando perderlas de vista. Todo lo más sentía una cierta curiosidad por ver cómo había resuelto el matrimonio Palladino (Amy y Daniel) el futuro de las petardas Gilmore. 

Pero tengo que decir que me ha sorprendido muy agradablemente. He notado muchísimo la evolución en la calidad de los guiones, en la dirección y en general en todos los aspectos. La madurez de las protagonistas tiene mucho que ver. Alexis Bledel ya no es una niña, es una mujer hecha y derecha, y su personaje vuelve al pueblo en plena crisis existencial de la treintena. Y Graham es una cincuentona, y su Lorelai obviamente ha perdido en el camino buena parte de la tontería que arrastraba como una losa en su interminable adolescencia. 

Por otra parte los Palladino como guionistas han llevado el puntito surrealista a su máxima expresión. Los diálogos son mucho más brillantes, los personajes emblemáticos han tenido más protagonismo. Inolvidables las apariciones de Kirk (grande Sean Gunn), de Taylor, del trovador del pueblo, de la inolvidable Lane, del perrito Paul Anka... Y las nuevas adquisiciones, como la criada de Emily con toda su familia invadiendo la casa por completo... Todo contribuye a convertir esta secuela en un punto final mucho más logrado que el de la serie original. Por cierto, luego he sabido que la criada es la misma actriz que hace de mecánica de coches en el pueblo. Alucinante.

Resaltar también la aparición en forma de breves cameos de varios actores de la serie Parenthood, en la que Lauren Graham trabajó durante años después de las Gilmore. Sale incluso haciendo un pequeño papel de guarda forestal el marido de Graham en la vida real, el inolvidable Nate de "A dos metros bajo tierra". En fin, cada capítulo es un pequeño divertimento en el que se nota mucho la complicidad de todos (guionistas, productores, actores) y también la ausencia de uno de los personajes fundamentales, Richard, padre de Lorelai y abuelo de Rory.

El capítulo final es sencillamente maravilloso. Una explosión de luz como sólo podría darse en un lugar lleno de magia como Stars Hollow. Y esa escena final de la madre y la hija hablando en la escalera del quiosco al amanecer. Y esa frase final que nos deja...

Bueno, que nos deja con la boca abierta. Y hasta aquí puedo contar.

Sólo decir que me alegro muchísimo de haber visto esta entrega postrera de un año en la vida de las Gilmore. Me ha reconciliado con unos personajes y una historia que en la serie original se me habían hecho demasiado cargantes. Y ahora sí, ahora sé que las echaré de menos y que ocuparán un espacio importante en mi memoria. Y en mi corazón. Aunque me embarque en nuevas y apasionantes aventuras televisivas las Lorelais tienen un rinconcito para siempre aquí.