martes, 17 de diciembre de 2019

Shameless (Serie de TV), by Paul Abbott

Los Gallagher son lo peor, lo peor que se pueda imaginar. Son tramposos, gamberros, delincuentes, amorales, guarrillos y bastante cabroncetes. No tienen ataero ni por el pescuezo.  Pero los terminarás queriendo como si fueran de tu propia familia.

Frank, el padre, es alcohólico, drogadicto, egoísta, vividor, abusador, manipulador, guarro.... , un grandísimo hijo de la gran puta sin paliativos. Y sin embargo la vida le ha regalado algo que ya quisiera cualquiera: una maravillosa familia que le perdona casi todo y que cuando no le perdona, intenta olvidar sus interminables ofensas.

En esta serie no hay temas tabú, ni complejos dilemas morales. La supervivencia es la llave de cada capítulo, sólo que a Frank le interesa su propia supervivencia y a los Gallagher junior les interesa la supervivencia de la familia por encima de todo. Tanto es así que en esta casa el dinero se comparte en una caja común y todos aportan lo que pueden. Nadie se lleva un céntimo del bote. Vale, no tienen padre y no tienen madre pero ellos han conseguido crear un microcosmos familiar que les hace sobrevivir a todo.

Eso es lo que engancha de Shameless . Esa familia disfuncional y complicada que no se parece en nada a ninguna que conozcamos pero que sin embargo se parece en todos y cada uno de sus personajes. Y ese orgullo de linaje del que todos ellos presumen a pesar de todo.

Odiarás a Frank en cada capítulo a pesar de que no podrás evitar que las constantes muecas de William H. Macy te hagan partirte el culo de risa. Y te enamorarás sin remedio de Emmy Rossum, la bella y maternal Fiona y, cómo no, de Joan Cusack, la inefable Sheila, un personaje entrañable que va in crescendo en cada capítulo.

Gracias, Paul Abbott, por este magnífico regalo que me ha venido acompañando durante bastantes semanas de mi vida y que todavía me seguirá acompañando otras cuantas más. Temo que llegue el día que termine, echaré muchísimo de menos a los Gallagher.


viernes, 15 de noviembre de 2019

Citas (Serie de TV), by Pau Freixas

Este abominable engendro es una adaptación catalana de la serie británica "Dates".  Va de un montón de tarados que buscan pareja a través de una aplicación.

De verdad, si alguien está pensando apuntarse a una web de contactos, que no vea ni medio capítulo, que se le van a quitar las ganas de momento. Es difícil encontrar a tías más petardas, colgadas, neuróticas y desesperadas por pillar cacho ni a tíos más básicos, pringados, arrastrados y desesperados por pillar cacho. Está claro que el director tiene que ser un misántropo de cojones.

De todas las historias la más patética (y es difícil elegir, palabrita) es la de Carme Elías, una señora de 68 años que hace de madurita sexi y que se enrolla con un chaval de veintitantos, que la califica en el capítulo correspondiente como MILF (Mother I'd Like to Fuck), vamos como "Madre Follable". Carme Elías, 68 años, una MILF. Sin palabras.

Y a partir de ahí todo igual: políticos que salen del armario delante de una piara de paparazzis, lesbianas que se casan a los dos días conocerse, tíos que se pillan tremendos cuelgues de insoportables petardas que se ve a la legua que están como cabras suizas...

Otro episodio sonrojante a más no poder: el de los follamigos (follamics en catalán). Madre mía, vaya dos idiotas: "pues yo no me voy a enamorar", "pues yo menos", "a que sí, a que te enamoras tú?", "a que no, a que te enamoras tú antes?". Aaaaaaaaaaaarrrrrggggg!!!!

En fin, sólo puedo atribuir esta amalgama de citas a cuál más vergonzante a que el tal Paul Freixas tenga alguna especie de fobia personal a las webs de contactos y haya ideado este churro para cargárselas.

Lo mejor, la música. Reconozco que mola un montón, y hace más llevadera la inevitable vergüenza ajena que dan las parejitas; concretamente me enganché como una mona a la canción inicial...

I'LL SAY I CAN'T WAIT TO GET IN BED WITH YOUUUUUUUUU
DUM DUM DO

Ah, y otra cosa: que aprendes catalán en dos semanas sólo a base de escuchar a esta panda de colgados con sus infumables cuitas amorosas.

And that's all folks.


lunes, 30 de septiembre de 2019

Temple Grandin (TV), by Mick Jackson

Ésta es una historia de superación. La de alguien que consigue convertirse en una eminencia científica siendo mujer y además autista, enfrentándose a la incomprensión, el desprecio y el escepticismo de los que le rodean, por no hablar de las bromas, el cachondeo y la crueldad, sobre todo durante la niñez y la adolescencia. Podemos hacernos una idea de lo que tuvo que suponer para Temple Grandin darse cuenta de que ella era diferente a los demás niños y soportar las burlas que su extraño comportamiento provocaba. Tengamos en cuenta que hablamos de alguien que inventó una máquina que se ajustaba a su cuerpo para simular la sensación de un abrazo humano, pero sin el contacto piel a piel que a ella tanto le incomodaba.

Temple tiene un cerebro privilegiado.  Una capacidad de captar detalles que no tiene la mayoría de la gente, una curiosidad sin límites y una memoria fotográfica que le permite recordar con exactitud textos, estructuras e imágenes. Estas peculiaridades de su mente son reflejadas perfectamente por Mick Jackson a través de esquemas superpuestos a los fotogramas, que representan de una manera muy efectiva cómo funciona una mente matemática.

En la trayectoria de Temple serán fundamentales las figuras de su madre, una mujer adelantada a su tiempo con las ideas muy claras, magníficamente interpretada por Julia Ormond, y uno de esos profesores de Ciencias que son una auténtica máquina de crear vocaciones. Los veranos en la granja de su tía, estudiando el comportamiento del ganado vacuno, hicieron el resto. Bueno, eso y una fuerza de voluntad tremenda para sobreponerse a las dificultades.

Yo no sabía nada de la existencia de esta científica norteamericana ni tampoco tenía grandes conocimientos sobre el autismo y trastornos afines, pero gracias a esta producción de HBO he logrado acercarme un poco al funcionamiento del cerebro de estas personas. Y ha sido un descubrimiento maravilloso.

Merecidísimos los 7 Emmys que ganó y el Globo de Oro a mejor actriz para Claire Danes por su impresionante interpretación.

viernes, 20 de septiembre de 2019

The Deuce (Las Crónicas de Times Square) (Serie de TV), by David Simon

David Simon recrea en The Deuce la sórdida realidad del negocio del sexo en el New York de los años 70-80. La prostitución, el proxenetismo, la pornografía... todo lo que gira en torno a algo que es tan viejo como el mundo: el sexo de pago y todo el dinero que genera.

Tengo que reconocer que me costó engancharme. Hay tantas historias paralelas y tanta dispersión argumental que cuando empiezas a interesarte por algo que está pasando en la pantalla rápidamente se pasa a otro tema y te pegas un planchazo; tienes que esperar a que siga la historia que te interesaba y a lo mejor cuando vuelves a ella ya se te ha olvidado y te estabas enganchando a otra. Con ese método narrativo es muy difícil atrapar a la gente.

Y sin embargo el guión es bueno, y algunos personajes tienen indudable carisma. Por supuesto Candy, la prostituta interpretada por Maggie Gyllenhaal (que, por cierto, también es productora de la serie), que es para mí la protagonista indiscutible.

Me convence mucho más que James Franco en su papel de camarero bondadoso, compasivo y enrollado. Aparte de ser el único personaje masculino que medio se salva de la quema no tiene el menor interés. Es completamente plano, carente de emociones, sin vida.  Me lo creo bastante más en el rol de hermano gemelo, el vividor follador multivicioso sin remedio.

Me parece muy interesante la recreación que Simon hace del submundo de la prostitución, sobre todo porque huye del victimismo femenino tan usual en estos temas. Las putas de la serie lo son porque quieren, es la forma de ganarse la vida que han elegido, incluso ellas deciden estar bajo la "protección" de su correspondiente chulo. O no hacerlo. Por ejemplo, Candy prefiere ir por su cuenta y no someterse a los dictados de ningún proxeneta, asumiendo las consecuencias de su libertad, y gestionando ella misma su trabajo.

El ambiente en el que se mueven las protagonistas es eminentemente machista, ellas son meros objetos de placer para los hombres, pero aún así de algún modo algunas llegan a empoderarse a través del sexo. Entienden que los hombres pueden ser marionetas en sus manos porque ellas poseen algo que ellos desean, y ahí está su verdadero poder. Una vez más es la prostituta Candy la que, al tomar las riendas de su vida, descubre el camino alternativo del cine porno y va abriendo ese camino a sus compañeras. Al mismo tiempo los proxenetas van perdiendo influencia sobre ellas, en el momento en que las chicas descubren que pueden desenvolverse en ese otro mundo sin ellos.

En el debate social sobre la prostitución esta serie aporta un interesante punto de vista. La conclusión que puede extraerse es que el negocio del sexo está ahí, mueve muchísimo dinero y es imposible destruirlo. Pero sí se puede dar a las mujeres que se dedican a él la capacidad de gestionar sus vidas, en lugar de perseguirlas, estigmatizarlas y condenarlas a la marginación social. Si hay hombres dispuestos a pagar para obtener sexo y hay mujeres que deciden libremente vivir de ello deben poder hacerlo con todas las garantías, y si algo hay que perseguir es la explotación, el proxenetismo y las mafias que rodean el negocio. Y punto.


miércoles, 28 de agosto de 2019

La llamada, by Javier Ambrossi y Javier Calvo

Si te da pereza la música de "Pereza".

Si no eres un incondicional del fenómeno fan.

Si "Paquita Salas" te parece un tremendo bodrio.

Si no sabes quién es el Ambrossi y quién el Calvo.

Si te importa un huevo que te digan que eres un rancio.

Si tampoco eres un incondicional de "Operación Triunfo".

Si la sola presencia de Macarena García no te hace babear.

Si te da repelús que algunos alaben esta película por su "osadía".

Si no te parece que los Javis sean grandes genios del espectáculo.

Si te avergüenzan los índices de audiencia de la televisión de este país.

Si tuviste ya bastante con ver monjas cantando en "Sonrisas y lágrimas".

Si piensas que un musical es algo más que un montón de gente cantando.

Si no te gusta ver mierda, tocar mierda o comer mierda... pasa de esta mierda.

martes, 27 de agosto de 2019

Chernobyl (Miniserie de TV), by Craig Mazin

Chernobyl fue la mayor catástrofe nuclear de la historia después de Hiroshima y Nagasaki. HBO no ha dejado pasar la ocasión de hacer una de sus cuidadosísimas producciones rememorando la terrible historia de este espeluznante accidente.

Resulta realmente deprimente que la serie haya servido no sólo para recordar lo ocurrido sino para que un montón de subnormales de ésos que tanto abundan en el universo de las redes sociales haya decidido poner de moda la zona cero como destino turístico, para llegar allí, liarse a hacerse selfies en las poses más demenciales y colgarlas en sus cuentas para alucine, uso y disfrute de sus cientos, miles o millones de seguidores.

Y es que creo que, pese a su impecabilidad técnica, lo que al final consigue la serie a base de repetir una y otra vez larguísimos planos de aire contaminado, edificios abandonados y paisajes desolados, es hacer un trabajo de marketing más que un ejercicio serio de memoria histórica. No quiero decir con ello que sea lo que pretenda, pero al final es lo que se percibe. O al menos es lo que muchos de esos gilipollas han debido de percibir.

Aparte de eso, hay un cierto tufillo a justificación política.  Sin obviar la gravedad de los hechos, pero disolviendo tanto las responsabilidades que al final parece que en realidad no fue culpa de nadie. O que esa culpa está tan repartida que tampoco merece la pena ni hacer un reproche.

En definitiva, Mazin pone buena voluntad y no dudo de sus buenas intenciones, aunque el resultado final a mí no me convence. Pero es una opinión muy personal, puesto que el éxito de crítica y público es innegable, y las votaciones concluyentes. Es una de las series más valoradas de los últimos años, por algo será.

The Leftovers (Serie de TV), by Damon Lindelof

A ver, amigos, aunque esta serie fue estrenada hace años y muchos la habréis visto ya, os pongo en situación:

El creador es ni más ni menos que Damon Lindelof, también papá de aquel famoso engendro llamado "Lost" (engendro de infausto recuerdo para muchos de sus fans, entre los que nunca me encontré), y está basada en la obra del escritor Tom Perrotta. La verdad es que una no sabe si echarle las culpas a Lindelof o a Perrotta o a partes iguales, porque como no he leído el libro es imposible hablar con conocimiento de causa.

La cosa va de que un buen día, de repente, desaparece de la faz de la Tierra un montón de gente. Sí, así como quien no quiere la cosa.  Las personas están en un sitio, una silla, un coche, un partido de fútbol, y... chas, se esfuman. Como punto de partida no está mal, no? Imaginad la cantidad de historias que pueden salir de un arranque tan impactante como ése.

Bueno, pues no. Aquí no pasa nada medianamente interesante. El protagonista es un jefe de policía de una pequeña ciudad, interpretado por Justin Theroux, con una familia que te mueres de la pena: un hijo que es seguidor de una secta, una hija completamente desnortada y una esposa que también lo ha dejado para apuntarse a otra secta. En ésta los adeptos van vestidos de blanco (no se sabe muy bien por qué, con lo guarro que es el blanco como vestimenta de diario), fuman como carreteros y tienen prohibido hablar (se comunican con notas que escriben en unas libretitas que llevan a todas partes).

La secta de los blancos se dedica a ir por ahí incordiando a todo el mundo. No hacen nada, ni hablan ni paulan, sólo siguen a la gente y miran insistentemente. Resultan molestos porque no se van ni a tiros. No se sabe muy bien qué quieren ni por qué la gente lo deja todo para apuntarse a semejante vida perra. En realidad no se entiende nada de lo que hace ningún personaje.

Ésta es una historia para flipados. Alguien la ha comparado por ahí con Twin Peaks. Sí, creo que están en la misma onda. Las típicas "series de culto", tan temibles como las "películas de culto" o más. Lo que viene a ser sinónimo de argumentos incomprensibles, absurdos y soporíferos, y de personajes que hablan poco, miran mucho y hacen idioteces todo el tiempo. Series sólo aptas para mentes enfermas, que tienden a la alucinación, al viaje psicotrópico y al abuso de estupefacientes.

Me pregunto en qué momento exacto las productoras empezaron a interesarse en hacer este tipo de series para anormales. Debe de ser rentable cuando no paran de hacerlas una y otra vez.

Y de aquí partiría otra duda aún más inquietante: qué refugio le queda a la gente normal? Aún peor: hay gente normal ahí fuera?

Ahí lo dejo.

Years and Years (Serie de TV), by Russell T. Davies

Bueno, después de tragarme la mierda de "Killing Eve" enterita tengo que reconocer que  "Years and Years"  me ha reconciliado un poco con el mundo de las series. El director, Russell Davies, realiza un ejercicio visionario del futuro inmediato, a través de una saga familiar, con unos personajes más o menos tópicos, pero se deja ver. Y la distopía que plantea no nos resulta demasiado lejana, puesto que la mayoría de las previsiones las tenemos prácticamente ya encima:

Catástrofes naturales motivadas por el cambio climático.

Colapsos bancarios.

Economía globalizada.

Migraciones masivas.

Nuevas tecnologías que se cargan el mercado laboral.

Populismos (básicamente de derechas, los de izquierdas como si no existieran).

Robotización humana (cyborgs).

A pesar de la crítica a los populismos, centrada en el personaje de Emma Thompson (por cierto,  maravillosa como siempre) paradójicamente la serie tiene un tufillo populista muy evidente. El monólogo final de la abuela durante la cena parece mismamente un mítin de Podemos.  Y de los menos gloriosos.

A ver, si tú pretendes señalar los riesgos de los populismos, de la globalización y de las nuevas tecnologías no vale que nos sueltes una perorata de aquí te espero cargada de demagogia, mensajes facilones y simplismo tabernario. Por no hablar del tono de sermón clamado desde el púlpito: VOSOTROOOOS, PECADORES, SOIS LOS CULPABLES, OS HABÉIS CARGADO EL PLANETA! Todo como muy apocalíptico de pacotilla.

De las actuaciones salvaría a algunas actrices, principalmente a la ya mencionada Thompson y a Jessica Hynes en su papel de activista rebelde. El resto, francamente, poco memorables.

lunes, 26 de agosto de 2019

Killing Eve (Serie), by Phoebe Waller-Bridge

Qué pereza me da hacer esta crítica. Me he aburrido tantísimo viendo la serie que aún más me aburre la idea de comentar nada sobre ella, por lo tanto seré breve, concisa y meridianamente clara.

1. La serie es una mierda.

2. Sandra Oh, cielos, tiene su insulsa jeta más planchada que nunca.

3. Lo único divertido es la asesina, Jodie Corner.  Sensual, inteligente, irreverente... Imposible la trama, lo siento. Cómo se va a enamorar ese pedazo de tía, con ese talentazo para el crimen, esa finura carniceril y ese glamour asesino de la inexpresiva, tontorrona y narcótica Sandra Oh? No sé, es como si me dices que James Bond se enamora de Terelu Campos. Pero qué me estás contando?

En fin, no tengo ni idea  de la flor en el culo con la que habrá nacido Waller-Bridge para que le hayan dado el montonazo de premios que tiene la serie, pero mi consejo es que si queréis entretenimiento, intriga y acción paséis de este rollo morollo. Diálogos soporíferos, verosimilitud nula... y luego esa cara aplastada de la señora Oh. Cieloooooossss, qué pesadilla!

jueves, 1 de agosto de 2019

Heridas abiertas (Serie), by Marti Noxon

Me pongo a ver esta serie de HBO, archialabada por la crítica y multibendecida por el favor del público, con un montón de premios para su director, Marti Noxon, y para las chicas protagonistas, Amy Adams y la maravillosa e inquietante Patricia Clarkson, que hace de desconcertante mamá de la primera.

En fin, ya digo que me pongo a verla, toda entusiasmada, dispuesta a engancharme como una bomba lapa.

Pero mira tú por dónde, resulta que:

1. Ya en el primer capítulo me doy cuenta de que no me entero de nada. Esto pega unos saltos que pa qué. No tengo ni idea de cuándo estamos en el presente, en el pasado reciente o en el pasado del año la polca. Un montón de flashbackses, ahora estoy aquí, ahora estoy allí, ahora tengo pelo largo, ahora corto, ahora rizado, ahora me pincho un dedo, ahora me corto un muslo con una cuchilla, ahora tengo el cuerpo hecho un cristo. Mi esperanza es que al llegar al último episodio me haya conseguido enterar de algo, y todas mis dudas se resuelvan por arte de magia Noxon.

2. No me entero tampoco de las relaciones de los personajes. Esa mujer... qué le pasa. Esa madre desquiciada, todo el día con el vaso de whisky en la mano. Esa hermana pequeña, que unas veces sale vestida de repollo imposible y otras de poligonera,  estilo Rosalía, estilo Arrimadas. Y luego ese señor que está casado con la madre. Qué hace ese hombre con esa mujer? Y el sheriff del condado, qué raro, por favor. Pero qué me dices del policía que se lía con la alcohólica autolesionada?  Y esto me recuerda la tercera cuestión:

3. Hostia, cómo bebe esta gente! Y qué aguante! Y encima directo de la botella, vasos pa qué? Que vas conduciendo? Pues te sacas la botellona de la guantera y le pegas un buen traguito. Que no hay whisky? Pues vodka, o ginebra, o garrafón de lo que sea. Esa muchacha, que vive prácticamente en la licorería. Y que esconde sus botellas debajo de la cama, no sé por qué, porque la madre y la hermana y el padrastro no se ocultan y beben como cosacos  a ojos de todo el mundo. Del desayuno a la cena, esa gente se pasa el día con el vaso en la mano o directamente Adams con la botella, a morro. Pensando en el hígado de esas personas he sufrido lo indecible. Es que me dolía a mí incluso. Oye, un dolor en el lado... que igual tengo apendicitis pero para mí que es más aprensión que otra cosa.

En fin, cuento todo esto a falta de ver el último episodio y con la esperanza de que todo se me aclare en el último minuto. Que pueda decir: jodeeeeeer, claaaaaro, esto lo explica todoooooo. Coño, cómo no lo había pensado antes.

En fin, quedo a la espera de ese último episodio. Prometo que tanto si me entero como si no escribiré un espoiler y quien quiera que lo lea y quien no, que no lo lea.

De momento, a día de hoy sólo puedo decir aquello de "sólo sé que no sé nada".

spoiler:
No la veáis, es una mierda de serie. Y además en el último capítulo sigues sin enterarte de nada y... ni siquiera pisa la licorería.  NI una puta copa. Menuda porquería!

martes, 23 de julio de 2019

Los Hollar, by John Krasinski

Me encontré con esta película mientras zapeaba indolente una noche de domingo intentando evitar la última gala infumable de Supervivientes 2019. Al principio pensé que se trataba de una de esas series de hospitales que tanto enganchan, porque tanto el tono como la música como los diálogos tenían toda la pinta. Pero ya al cabo del rato me dí cuenta de que no, de que era una peli de ésas catalogadas como "cine indie", estilo Sundance, y decidí quedarme hasta el final. También me quedé porque la protagonista era Margo Martindale, que es una actriz que me gusta mucho y estaba muy bien en el papel de señora enferma acojonada a las puertas de una gordísima operación cerebral.

Y ya que me quedo me entero de que la familia está un poco taradilla, que es la fórmula mágica del cine indie. Porque claro, las familias poco conflictivas no tienen cabida en este tipo de películas. Una familia en crisis mola mucho más. Tienen que juntarse un montón de cosas para que el argumento atrape, y aquí reconozco que Krasinski no se ha andado con chiquitas: la madre con tumor cerebral, el padre arruinado, un hijo divorciado y colgadísimo, y el otro a punto de ser padre pero con pánico al compromiso. Y por si fuera poco se une al clan la embarazadísima novia del protagonista, que es una actriz que se parece un montón a Irene Montero y que se llama Anna Kendrick. Ya tenemos cinco personajes en busca de dramón. Eso sí, perro no hay, con la vidilla que da un buen can. Krasinski  ha perdido una ocasión única de meter el típico monólogo lacrimógeno abrazando a la mascota de la familia.

En la línea habitual del cine independiente, casi todos los personajes masculinos bordean la subnormalidad;  son inmaduros, básicos, dependientes, irresponsables y completamente cretinos. Por contra, las mujeres aparecen como inteligentes, equilibradas y resolutivas. Es algo que no me explico porque en el mundo real si echo un vistazo a mi alrededor me encuentro bastante mejor repartido este ramillete de cualidades entre los sexos. Sin embargo en estas películas se nos muestra un mundo en el que a dios gracias las mujeres somos las salvadoras porque si tuviéramos que fiarnos de los tipos que salen en ellas nos íbamos al carajo de momento. No sé, soy mujer y salgo beneficiada en el retrato pero no deja de parecerme bastante injusto, y creo que si fuera un tío mandaría el cine independiente a tomar por culo para siempre.

miércoles, 10 de julio de 2019

Big Little Lies (Serie de TV), by David E. Kelley

De Big Litle Lies me gustan las casas, los paisajes, la música, la fotografía y los niños, sobre todo el niño protagonista, que según he descubierto es el mismo actorcito de "El joven Sheldon".

Me gusta también ver a un montón de gente supermegarrica siendo muy desgraciada y paseando sus múltiples miserias por la pantalla de mi tele. Supongo que es uno de los grandes atractivos de la serie para las clases desfavorecidas. A los pobres siempre nos ha gustado regodearnos con las penas de los ricos. Hubo incluso un culebrón hace años que se llamaba justo así: "Los ricos también lloran"

Las actrices muy bien todas, indiscutiblemente. Hay que reconocer que Nicole Kidman hace un excelente papel de pijísima maltratada, aunque también hay que hacer un supremo esfuerzo de imaginación para verla, con ese extraño peinado que parece un pelucón quimioterápico y con esos kilos de bótox que lleva inyectados en la cara, tan arrebatadoramente bella, virginal e inalcanzable como la ve el maltratador de su marido.

- Por qué se siente usted tan inseguro? -  Le dice su terapeuta matrimonial.

- Mírela, sólo hay que verla.  Es bella, perfecta, maravillosa, podría tener al hombre que quisiera. Cómo no me voy a sentir inseguro? - Responde él.

- Tú te has visto, chaval? Estás mil veces más bueno que la Kidman y probablemente eres unos cuantos años más joven.  Si es cierto que ella podría estar con todos los tíos del mundo quién sería la bonita que te diría a ti que no, macizo? - Ésta es mi aportación personal.

En fin, ya digo que es verdad que reconforta ver a gente con muchísima pasta siendo superdesgraciada. Entretiene bastante preguntarse todo el rato qué coño le pasa a esa gente, que es incapaz de disfrutar de todas esas cosas de las que tú disfrutarías como una mona si estuvieran a tu alcance. Igual hay alguna regla matemática oculta que establece una relación inversamente proporcional entre la inteligencia emocional de las personas y la pasta que tienen, o el tamaño de sus cocinas y de sus terrazas. Algo así debe de ser.

En honor de Big Little Lies tengo que decir que, a pesar del tufo hembrista que arrastra y del llamamiento a la sororidad que es la base del hilo argumental y que llega a su apoteosis en el último episodio, hace un pequeño esfuerzo de honestidad intelectual al presentar a una mujer maltratada de forma distinta a la frágil víctima a la que estamos acostumbrados a través del extendido tópico. De hecho Kelley, el director de la serie, hace un encomiable esfuerzo por presentarla como una mujer fuerte, inteligente, razonablemente feliz y con una parte importante de responsabilidad en su papel de víctima. Una mujer que incluso reconoce ante su terapeuta disfrutar sexualmente con su marido tras los episodios de violencia conyugal. Vamos, que le pone que el muchacho la hostie de vez en cuando y le haga unos cuantos morados. Sin pasarse, claro. Puede parecer una tontería pero para mí, en estos tiempos chorras en los que se habla de la violencia de género casi como de un tipo de terrorismo institucional, que alguien intente profundizar un poco más en los entresijos de este tipo de relaciones tóxicas es muy de agradecer.

Por lo demás hay que echarle bastante estómago para escuchar un promedio de 555 veces por capítulo la palabra "cielo".  El personaje de Reese Witherspoon concretamente lo repite constantemente como un insoportable mantra. 3 cielos por episodio a la hija adolescente, 5 al marido, otros 3 a su mejor amiga y 7 más de propina esparcidos al azar y dirigidos a personajes varios: camareros, señoras de la limpieza, mascotas... Un ascazo, vamos.

lunes, 17 de junio de 2019

Sully, by Clint Eastwood

En realidad los hechos que recrea Clint Eastwood en Sully en principio parecen bastante interesantes. La historia (real) del piloto que se enfrenta a una avería de los motores del avión y que realiza un amerizaje de emergencia en el río Hudson, salvando la vida de todos los pasajeros y la tripulación, creo que podría haber dado mucho juego.

No me explico cómo Eastwood con esa materia prima ha podido parir una película tan sosa, que atrapa tan poco al espectador.

O sí, me lo explico, porque sé exactamente lo que le falta a la peli y lo que le sobra.

LO QUE FALTA.

Falta lo principal: alma. Falta eso tan propio de las películas de catástrofes aéreas, sentir la angustia de los pasajeros, conocer sus historias, algo que nos haga ponernos en su lugar y compadecerlos. Saber quién los espera al otro lado, ponerles nombres y apellidos, no verlos como una masa informe que se resume en un número. Sully salva con su hazaña a X personas, de las cuales no sabemos nada, apenas una leve pincelada de alguna de ellas, no la suficiente para que sintamos el menor interés por lo que les pueda ocurrir.

LO QUE SOBRA.

Sobran referencias al pasado. Las retrospectivas resultan cansinas, innecesarias y soporíferas. No entiendo qué le importa al espectador cómo aprendió Sully a volar, la verdad.

Sobran llamadas de teléfono de Tom Hanks a su señora, interpretada por Laura Linney, sólo para decirle que está bien, que no se preocupe y que la quiere mucho. Por su parte, la única aportación del personaje de Linney es que por ella nos enteramos de que Sully tiene problemas económicos y que como pierda su trabajo se va a ver en serios aprietos.

Sobran las charlas insulsas de Hanks con su copiloto. Resulta asombroso que unas personas que han vivido una experiencia tan fuerte, tan traumática, tan al límite de la muerte, puedan tener esas conversaciones tan anodinas, poco interesantes y somníferas.

En definitiva, una historia que podía haber resultado apasionante, con un material de partida tan prometedor, se convierte en un film pesado, lento y mediocre. Ni siquiera el siempre eficaz Hanks consigue salvarse de la quema.  Una no deja de preguntarse cómo un tipo tan poco vital, que no parece tener un gramo de sangre en las venas, ha conseguido salvar su vida y las de un montón de personas más. De dónde pudo sacar la energía para hacerlo? Ni idea.

jueves, 16 de mayo de 2019

Toc Toc, by Vicente Villanueva

No comparto la opinión de alguna gente respecto a que de las enfermedades mentales no se puede hacer humor. Claro que se puede hacer, y además del bueno. No hay más que recordar a Jack Nicholson y su personaje de "Peor imposible", ese ser lleno de manías y comportamientos compulsivos que nos termina pareciendo entrañable.

El problema es que también se puede perpetrar algo ridículo, ofensivo y sin gracia, que es exactamente lo que hace Vicente Villanueva en esta película basada en la obra teatral del humorista francés Laurent Baffie. Ignoro si el tal Baffie es un singracia, como tantos otros que se autoadjudican el oficio de humoristas, o si es esta versión de su trabajo la que la ha cagado hasta el fondo. Para opinar con propiedad tendría que haber visto la obra en un escenario, pero algo me dice que no debe de variar mucho del truño este.

En fin, básicamente ésta es la historia de un grupo de desgraciados que se encuentran en la sala de espera de la consulta de un psiquiatra. Uno que dice palabrotas compulsivamente, otro que no puede andar sin pisar las rayas del suelo, una que se santigua continuamente, otra que repite varias veces todo lo que dice, otra que tiene pánico a los microbios y se lava las manos todo el tiempo... vamos, un repertorio de trastornos obsesivos bastante típico. Como es natural hay que escoger a uno de cada, para que haga más gracia, y por supuesto los actores tienen que caricaturizar a los personajes al máximo, empezando por las propias caracterizaciones físicas.  Todos muy sobreactuados, muy chillones y muy desquiciados

Por no hacer demasiada sangre y apuntar algo positivo yo al único que salvaría de la quema es a Paco León, que me da la impresión de que entre tanto desparrame intenta dotar de un poco de dignidad a su personaje, el obseso de los números.

Ya, ya sé que estas películas carecen de más pretensión que la de hacer pasar a la gente un rato entretenido y que tampoco se le pueden pedir peras al olmo. Pero sería mucho pedir que haya algunos chistecillos graciosos, por ejemplo? O que los personajes despierten algo de ternura, empatía o simpatía en el espectador? O que la mandíbula no llegue al límite mismo del desencajamiento por bostezo? No sé, que se cumpla esa sencilla pretensión de entretener sin más.

No pido una genialidad, no pido una carcajada tras otra, no pido una película inolvidable. Sólo pasar un buen ratillo, nada más. Espero sinceramente que no se cumpla la amenaza final de una posible continuación.

En fin, siempre nos quedará Jack.

lunes, 22 de abril de 2019

Dos en la carretera, by Stanley Donen

Si hacemos un mix con lo que podríamos denominar como "cine matrimonial" y el "cine de carretera" de toda la vida (road movie para los amigos de lo anglosajón) nos damos de bruces con esta película, que es además el resultado de otra confluencia de dimensiones estelares, la del trío Donen-Hepburn-Mancini.

Donen, un tipo que supo convertir el cine en magia; Hepburn, una mujer que convirtió la belleza en hechizo; y Mancini, un compositor que hizo de la música un ejercicio de prestidigitación. Tres eran tres los hijos de Atenea.

Ésta es una película de culto, sobre todo para los amantes de la Hepburn y para los fans incondicionales de Mancini, cuya música nunca deja indiferente, para bien o para mal. Hay quien flipa con él y hay a quien le irrita. Yo soy de las primeras, y además creo que la fusión de estos tres personajes míticos no se la puede perder cualquier amante del séptimo arte.

Y una vez dicho todo esto para que no quede la menor duda de mi rendida admiración hacia los artífices del film, tengo que decir que...

VAYA MIERDA DE PELÍCULA!

Cómo es posible que un director, una actriz y un músico como ellos hayan parido este bodrio?

Quién eligió a ese horrible actor que parece el alter ego de Donald Trump con 25 años menos?

Qué pudo ver una mujer como Hepburn en ese mamarracho?

Dónde está el supuesto feeling entre ellos?

Y sobre todo...

CÓMO PUEDE QUEDARSE HEPBURN AL FINAL CON ESE GAÑÁN?

lunes, 25 de marzo de 2019

Feliz día de la madre, by Garry Marshall

Tres razones básicas por las que esta película es de obligado visionado:

1. Julia Roberts sale horrible con una peluca infame que destrozaría la reputación de la Cenicienta más preciada. Cuesta creer que esa mujer algún día protagonizó una película llamada "Pretty woman". Es la venganza perfecta para todas las que alguna vez la odiamos por meterse en una bañera con Richard Gere.

2. Jennifer Aniston sale casi todo el tiempo también hecha un adefesio. Otra venganza perfecta para las que durante años la odiamos por haberse metido en la cama con nuestro adorado Brad Pitt.

3. El director Garry Marshall puede contribuir enormemente al tan necesario aumento de la natalidad en el país. Es difícil resistirse a su idílica visión de la maternidad, que transcurre en hermosas casitas con preciosos jardines en los que celebrar fastuosas fiestas infantiles de cumpleaños. Entre eso y la carita de felicidad de Irene Montero desde que está perennemente preñada, la pirámide poblacional española puede aún salvarse, y con ella nuestras futuras pensiones.

Aparte de eso, una peli intrascendente más de ésas que se ven la mitad del tiempo con una sonrisita boba en la cara y la otra mitad con los ojos en blanco de la vergüenza ajena.

lunes, 4 de marzo de 2019

El reino, by Rodrigo Sorogoyen


A ver, os cuento más o menos lo que yo he visto:

- Antonio de la Torre corre a comer marisco con sus amigos corruptos.

- Antonio de la Torre corre a la sede del partido para hablar con sus amigos corruptos.

- Antonio de la Torre corre al club naútico para navegar con sus amigos corruptos.

- Antonio de la Torre corre a su casa cuando le traicionan sus amigos corrruptos.

- Antonio de la Torre corre a buscar pruebas contra sus amigos corruptos.

- Antonio de la Torre corre a amenazar a sus amigos corruptos.

- Antonio de la Torre corre al juzgado a declarar sobre sus amigos corruptos.

- Antonio de la Torre corre y corre y corre tras sus amigos corruptos.

- Antonio de la Torre corre y Rodrigo Sorogoyen corre detrás de él y de sus amigos corruptos.

Estoy segura de que debe de ser una película muy interesante, si te enteras de algo, claro.

Yo confieso que no me he enterado de nada, sólo de que Antonio de la Torre corre todo el tiempo, que todos sus amigos tienen una cara de mafiosos que te cagas, que pelan muy bien los langostinos, que Sorogoyen es aficionado al bakalao y que Bárbara Lennie sale muy guapa en los primeros planos.

Tengo la vaga sensación de que Sorogoyen intenta hacer una peli de denuncia de la corrupción pepera aunque lo que le sale parece más bien un videoclip con un montón de tipos malencarados, una música infernal y un cámara con Parkinson o con sindrome de abstinencia alcohólica. That's all, folks.

viernes, 1 de marzo de 2019

Ha nacido una estrella, by Bradley Cooper

Os cuento:

Bradley Cooper es un cantante borrachuzo que luce fantástico melenón pero con más mierda que el palo un gallinero. Una noche sale de juerga después de un concierto y conoce a una muchacha que canta muy bien. La muchacha en cuestión es Lady Gaga y cuando la conoce va un poco fantoche pero luego se lava la cara, deja de parecer Lady Gaga y resulta ser una chica muy mona. Tal vez con una nariz un poco grande pero teniendo en cuenta que en la última versión de esta película la protagonista era Barbra Streissand tampoco es una napia para echar a correr. Descubrimos incluso que Lady Gaga le da un cierto aire a Mónica Naranjo.

En fin, lo típico, que se conocen, se enamoran y ella empieza a triunfar. Le cambian el color del pelo, le ponen a cantar chorradas a lo Britney Spears y la tía lo peta. Al mismo tiempo el marido está cada día más borracho y con el pelo más asqueroso.

Naturalmente no voy a contar el final, aunque perfectamente podría contarlo sin problema porque esta historia es archiconocida y creo que ésta es la tertuagésima versión, pero en fin, por si queda alguien por ahí que no haya visto ninguna me llevaré el secreto a la tumba. Tampoco hay que ser una lumbrera para imaginarse cómo termina esto.

En fin, mis conclusiones son:

1. Lady Gaga está mucho más guapa al natural que disfrazada de mamarracha con filetes en la cabeza. Y canta mejor.

2. Bradley Cooper está mucho más guapo borracho y con el pelo sucio que sobrio y bien peinado. Y también canta muy bien.

3. Sam Elliott se parece un huevo a Juan Imedio.

Moraleja:

Joer, no te enrolles nunca con un tío que vaya paporra ya desde el minuto 1. Que luego van a peor y se ponen muy plastas y vomitan y todo eso. Un asco.

lunes, 11 de febrero de 2019

Girl, by Lukas Dhont

Una película realmente angustiosa. Lukas Dhont, a base de inquitantes primeros planos, nos muestra la tortura psíquica de una mente enferma adolescente. A ratos se hace muy cuesta arriba verla, la verdad.

La historia de Lara, su tránsito de chico a chica, su impaciencia, su ansiedad, la forma en que se castiga a sí misma y castiga a su cuerpo equivocado, sus dudas, su miedo ante el espejo, su dificultad para comunicarse con los demás, su búsqueda de refugio en la danza, sus ilusiones, la relación con su padre...todo es como un rompecabezas cuyas piezas conforman una personalidad llena de claroscuros.

Magistral la interpretación del chico protagonista. Si ver la película es duro puedo imaginarme lo que tiene que haber sido para él interpretarlo. A destacar la forma tan contenida con la que refleja el inmenso dolor de la protagonista, sin apenas mover un músculo, su mirada, sus movimientos lentos y precisos de bailarina... Mi más sincera enhorabuena a quien hiciera el casting.

(Atención, espoileo!!!!) El final da bastante miedo. Vi venir desde muy pronto lo que la protagonista iba a hacer pero me impactó la escena última. Creo que manda un mensaje un tanto peligroso: para ser feliz lo mejor es que te secciones la polla de un buen tijeretazo.

No me gustaría mucho que un hijo mío que estuviera pasando por ese proceso la viera, la verdad.

Bohemian Rhapsody, by Bryan Singer

En esta película tengo que reconocer que hay una cosa que me gusta mucho: la prótesis dental que le han puesto al actor que interpreta a Freddy Mercury. Qué duda cabe que está muy conseguida.

Por lo demás, yo diría que más que una interpretación propiamente dicha lo que hace ese muchacho es una imitación, al estilo de las de Tu cara me suena. Es más, en ese programa he visto imitaciones de Mercury bastante mejores. Y sin prótesis, con el bigote y punto.

Es evidente que el activo principal de la película es la música. Todo lo demás sobra. De hecho es una mera excusa para hacer un repaso de los éxitos más emblemáticos de la banda. Y claro, como esas canciones pertenecen al imaginario colectivo todo el mundo va a disfrutar escuchándolas. La peli tiene el éxito garantizado porque el que más y el que menos va a querer verla. Una apuesta muy arriesgada no es; así cualquiera pega un pelotazo.

Por lo demás la imagen que da Bryan Singer del cantante me parece excesivamente suave. Tengo la sensación de que Mercury era bastante más insoportable, ególatra y caprichoso de lo que se nos muestra. Todo parece falso, la evolución del personaje, desde ese niñato adolescente de personalidad abrumadora al balbuceante penitente arrepentido del final. Suena a hagiografía. No me cuela, no me trago ese tránsito, no me lo creo.

Puede que a ello contribuya de forma importante la sensación de inconexión de las escenas. Nada queda claro, ni la relación con la ex-novia, ni cómo ni cuándo decide que es gay y se lanza a la vida loca, ni por qué toca fondo y llega a su catarsis personal. Buena parte de la película da la sensación de que lleva una vida monacal, casi espartana, de absoluta soledad con sus gatitos, y luego de repente nos enteramos de que era poco menos que la Reina del Putiferio y que se pasaba la vida en garitos nocturnos follando a cascoporro. Y todo esto sin solución de continuidad.

Tampoco entiendo el final. Casi 15 minutos recreando un concierto. O sí, lo entiendo, es lo que he dicho al principio. Esto es simplemente una excusa para escuchar a Queen, por eso el final parece una imitación de Tu cara me suena a gran escala, y ahí termina la historia.

Pero qué pasa con el Freddy de después? Qué hay del SIDA? Cómo evoluciona el personaje en el tramo final de su existencia? Por qué ese lado más desconocido de la vida del cantante es obviado? No forma parte de la leyenda de Mercury igual que su personalidad arrolladora, su desvergüenza o su bigote?

lunes, 4 de febrero de 2019

Selfie, by Víctor García León

Bodriazo máximo capaz de matar de aburrimiento a una cabra pero que da el pego de modernillo, ingenioso y molón, hasta el punto de haber tenido bastantes buenas críticas y hasta algún que otro premiecillo.

García León contrata a un monologuista sosete y lo viste como si fuera el hijo de Aznar. Después lo lanza a balbucear topicazos durante una hora y pico y le planta una cámara detrás para que grabe todo lo que hace y dice el payasete. Lo del falso documental, por cierto, no lo habíamos visto nunca antes,  superoriginal.

Naturalmente al protagonista pijo no le falta un detalle en lo que a tópicos de su especie se refiere: es lelo, machista, racista, clasista y para más inri aficionado a los toros. Un completo, vamos.

Y como los de su clase lo putean y hasta su propia madre pasa de él como de la mierda, no encuentra nada mejor que hacer que irse al bando podemita a ver si allí la supervivencia es menos dura.

Como es natural, la madre del protagonista, cuando el padre es encerrado en la cárcel y le embargan el casoplón, se va a casa de una amiga y deja al hijo tirado. Ni vuelve a hablar con él ni le pregunta qué va a hacer ni se acuerda de que existe, lo cual es completamente normal teniendo en cuenta que éste es el comportamiento habitual de las desnaturalizadas madres de derechas, que no quieren ni a sus hijos ni a nadie. Verdad?

En fin, un despropósito detrás de otro sin solución de continuidad.

No sé lo que pretendía el director, pero si era hacer reir, mal. Si era hacer denuncia social, peor. Pero si era hacer dormir, lo ha bordado. Como somnífero es perfecto.