lunes, 11 de febrero de 2019

Girl, by Lukas Dhont

Una película realmente angustiosa. Lukas Dhont, a base de inquitantes primeros planos, nos muestra la tortura psíquica de una mente enferma adolescente. A ratos se hace muy cuesta arriba verla, la verdad.

La historia de Lara, su tránsito de chico a chica, su impaciencia, su ansiedad, la forma en que se castiga a sí misma y castiga a su cuerpo equivocado, sus dudas, su miedo ante el espejo, su dificultad para comunicarse con los demás, su búsqueda de refugio en la danza, sus ilusiones, la relación con su padre...todo es como un rompecabezas cuyas piezas conforman una personalidad llena de claroscuros.

Magistral la interpretación del chico protagonista. Si ver la película es duro puedo imaginarme lo que tiene que haber sido para él interpretarlo. A destacar la forma tan contenida con la que refleja el inmenso dolor de la protagonista, sin apenas mover un músculo, su mirada, sus movimientos lentos y precisos de bailarina... Mi más sincera enhorabuena a quien hiciera el casting.

(Atención, espoileo!!!!) El final da bastante miedo. Vi venir desde muy pronto lo que la protagonista iba a hacer pero me impactó la escena última. Creo que manda un mensaje un tanto peligroso: para ser feliz lo mejor es que te secciones la polla de un buen tijeretazo.

No me gustaría mucho que un hijo mío que estuviera pasando por ese proceso la viera, la verdad.

Bohemian Rhapsody, by Bryan Singer

En esta película tengo que reconocer que hay una cosa que me gusta mucho: la prótesis dental que le han puesto al actor que interpreta a Freddy Mercury. Qué duda cabe que está muy conseguida.

Por lo demás, yo diría que más que una interpretación propiamente dicha lo que hace ese muchacho es una imitación, al estilo de las de Tu cara me suena. Es más, en ese programa he visto imitaciones de Mercury bastante mejores. Y sin prótesis, con el bigote y punto.

Es evidente que el activo principal de la película es la música. Todo lo demás sobra. De hecho es una mera excusa para hacer un repaso de los éxitos más emblemáticos de la banda. Y claro, como esas canciones pertenecen al imaginario colectivo todo el mundo va a disfrutar escuchándolas. La peli tiene el éxito garantizado porque el que más y el que menos va a querer verla. Una apuesta muy arriesgada no es; así cualquiera pega un pelotazo.

Por lo demás la imagen que da Bryan Singer del cantante me parece excesivamente suave. Tengo la sensación de que Mercury era bastante más insoportable, ególatra y caprichoso de lo que se nos muestra. Todo parece falso, la evolución del personaje, desde ese niñato adolescente de personalidad abrumadora al balbuceante penitente arrepentido del final. Suena a hagiografía. No me cuela, no me trago ese tránsito, no me lo creo.

Puede que a ello contribuya de forma importante la sensación de inconexión de las escenas. Nada queda claro, ni la relación con la ex-novia, ni cómo ni cuándo decide que es gay y se lanza a la vida loca, ni por qué toca fondo y llega a su catarsis personal. Buena parte de la película da la sensación de que lleva una vida monacal, casi espartana, de absoluta soledad con sus gatitos, y luego de repente nos enteramos de que era poco menos que la Reina del Putiferio y que se pasaba la vida en garitos nocturnos follando a cascoporro. Y todo esto sin solución de continuidad.

Tampoco entiendo el final. Casi 15 minutos recreando un concierto. O sí, lo entiendo, es lo que he dicho al principio. Esto es simplemente una excusa para escuchar a Queen, por eso el final parece una imitación de Tu cara me suena a gran escala, y ahí termina la historia.

Pero qué pasa con el Freddy de después? Qué hay del SIDA? Cómo evoluciona el personaje en el tramo final de su existencia? Por qué ese lado más desconocido de la vida del cantante es obviado? No forma parte de la leyenda de Mercury igual que su personalidad arrolladora, su desvergüenza o su bigote?

lunes, 4 de febrero de 2019

Selfie, by Víctor García León

Bodriazo máximo capaz de matar de aburrimiento a una cabra pero que da el pego de modernillo, ingenioso y molón, hasta el punto de haber tenido bastantes buenas críticas y hasta algún que otro premiecillo.

García León contrata a un monologuista sosete y lo viste como si fuera el hijo de Aznar. Después lo lanza a balbucear topicazos durante una hora y pico y le planta una cámara detrás para que grabe todo lo que hace y dice el payasete. Lo del falso documental, por cierto, no lo habíamos visto nunca antes,  superoriginal.

Naturalmente al protagonista pijo no le falta un detalle en lo que a tópicos de su especie se refiere: es lelo, machista, racista, clasista y para más inri aficionado a los toros. Un completo, vamos.

Y como los de su clase lo putean y hasta su propia madre pasa de él como de la mierda, no encuentra nada mejor que hacer que irse al bando podemita a ver si allí la supervivencia es menos dura.

Como es natural, la madre del protagonista, cuando el padre es encerrado en la cárcel y le embargan el casoplón, se va a casa de una amiga y deja al hijo tirado. Ni vuelve a hablar con él ni le pregunta qué va a hacer ni se acuerda de que existe, lo cual es completamente normal teniendo en cuenta que éste es el comportamiento habitual de las desnaturalizadas madres de derechas, que no quieren ni a sus hijos ni a nadie. Verdad?

En fin, un despropósito detrás de otro sin solución de continuidad.

No sé lo que pretendía el director, pero si era hacer reir, mal. Si era hacer denuncia social, peor. Pero si era hacer dormir, lo ha bordado. Como somnífero es perfecto.