martes, 31 de mayo de 2011

Los niños de San Judas, by Aisling Walsh

Es posible que parezca una película más de orfanatos/escuelas, con el típico profe guay enfrentándose a los malvados profes carcas y... blablabla... Bueno, ya nos conocemos esta historia, no? Pero lo terrible de esta película no es sólo que esté basada en hechos reales (que han podido ser falseados o manipulados por el autor del libro totalmente a su antojo) sino que años después hemos sabido que lo que nos cuenta ni siquiera es una exageración; es que las cosas realmente sucedían así y está demostrado. Cuando han salido a la luz las aberraciones que se han cometido en los internados católicos irlandeses durante décadas ya no podemos ver filmes como éste sin que sintamos un espeluznante terror por  toda la maldad de la que sabemos capaz al ser humano.

Disiento de los que opinan que el director se regodea en la crudeza de algunas escenas. Y si se regodea hace bien. Pegar a un niño hasta casi matarlo es lo suficientemente duro como para no andarse con pamplinas a la hora de rodarlo y si a alguien las escenas le espantan, de puta madre, porque se trata de eso, de espantarse, indignarse y clamar para que los hijoputas que hicieron eso paguen por ello. Aquí no caben medias tintas; el daño que la Iglesia Católica ha hecho, la ocultación de los crímenes que han tenido lugar en sus instituciones y esos tibios lamentos que ahora escuchamos de boca de sus dirigentes hacen que la denuncia por fuerza tenga que ser brutal e impactante.

Sí que es verdad que en la peli hay puntos flojos que afectan directamente a la credibilidad de algunos de sus planteamientos. Por ejemplo, llama la atención que el profesor interpretado por Aidan Quinn se permita tantas libertades casi desde el principio en una institución de estas características. Sacar los pies del plato tan descaradamente en un lugar con una disciplina tan férrea no es creíble, sobre todo con casi total impunidad. Bien es verdad que hay un personaje poderoso que actúa como "protector" del protagonista y detractor de los métodos del director del internado pero incluso con esa premisa escenas como la del puñetazo en el patio cantan demasiado. Suerte que el espectador tiene tantas ganas de esa hostia que perdona sin problemas las licencias del guionista. Definitivamente, no os la perdáis.

lunes, 30 de mayo de 2011

Los timadores, by Stephen Frears

Cuando te pones a ver una peli de timos siempre esperas una de esas historias con toque de comedia que te tienen atrapada hasta el final sin saber muy bien quién está timando a quién. "El golpe" creó escuela y escenas-homenaje a la gran obra maestra del género no pueden faltar. En esta película tampoco faltan; sin embargo que nadie espere encontrarse ante una trama típica del género. Para nada.

Sí es una película con altas dosis de violencia pero sorprende muy poco; en ese sentido es bastante decepcionante. Únicamente es interesante la ambigua relación entre madre e hijo y la estupenda interpretación de Anjelica Houston. John Cusack simplemente no está creíble, ese muchacho no puede ser un timador ni de coña.

De todas formas está constantemente presente esa sensualidad que nunca falta en el cine de Stephen Frears. Y hay escenas bastante buenas, como la del timo de Annete Benning con su anterior compañero, que es justamente en la que se homenajea  "El golpe". Homenajea o plagia, que cada cual decida. La escena final entre madre e hijo también es muy impactante y constituye casi de lo mejorcito de la película. Un aprobado mondo y lirondo.

lunes, 23 de mayo de 2011

Extraños en un tren, by Alfred Hitchcock

Lo primero que resulta sospechoso en esta película es que es de Hitchcock y no sale ninguna rubia. Uffff, esto huele raro. Todas las tías que aparecen son morenas y en un altísimo porcentaje llevan gafas (gafas que por cierto, muy acertadamente, mi amiga Valdemar califica como horrendas). Qué puede haber pasado aquí?

Mi instinto detectivesco se pone en marcha de inmediato. Lo tengo! Además la clave está en la película: es un intercambio cinematográfico!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

La cosa pudo suceder más o menos así. Dos desconocidos se encuentran en un vagón de tren:

- Diosssss, eres Alfred Hitchcock, no me lo puedo creer!

- Así es. Y tú eres...?

- Un amigo. Escucha, Al, tengo una idea. No estás harto de que todo el mundo vea una peli tuya y diga cosas como "estilo inconfundible Hitchcok", "el maestro del suspense se supera", etc etc etc? No te gustaría quedarte con todo el personal y que alguien firmara por ti una ´"tipical Hitchcock film" para descojonarte a gusto leyendo las críticas?

- Hosssstia, cómo mola! Y a cambio yo podría hacer una peli firmando con tu nombre que nadie pudiera sospechar jamás que es mía!!!!! Y  el "estilo inconfundible Hitchcock" no lo notaría ni la madre que me parió!

- Fantástico! Fijemos lugar, fecha y productor para ambos rodajes.

Y así fue como nació "Solo ante el peligro". Naturalmente el extraño que se encontró con Hitch en el tren no era otro que Fred Zinnemann, como habréis podido adivinar. Que cómo lo supe? Pues por la rubia. Elemental, queridos.

domingo, 22 de mayo de 2011

Los lobos de Washington, by Mariano Barroso

No me aclaro con esta película. Está catalogada como drama y thriller pero a ratos tiene toda la pinta de ser una comedia. Imagina una mezcla entre Correcaminos, los locos de Cannonball y Pulp fiction. Pues algo así. Unos tíos que se tiran toda una noche persiguiéndose por Madrid, encontrándose por todas partes y puteándose unos a otros. Todo esto buscando una pasta que nadie sabe dónde está pero que todos creen que tiene el otro.

Me gusta o no me gusta? Pues no sé. Tiene sus momentos. Cuenta con un elenco privilegiado: Bardem y Eduard Fernández están inmensos los dos, pero también cumplen muy bien Pepe Sancho, Alberto San Juan y Ernesto Alterio.  Y sin embargo no consiguen levantarla del todo.

Sorprendente, extraña, a ratos divertida, completamente inverosímil, kafkiana, rocambolesca... Está ahí entre Pinto y Valdemoro. Qué hago, qué no hago? Venga, vamos a aprobarla; un cinco revisable. Igual es que hace falta verla dos veces.

Éxtasis, by Mariano Barroso

Toda la vida es sueño y los sueños... sueños son. Con el clásico calderoniano como telón de fondo se desarrolla esta más que interesante historia sobre el poder, la gloria y la ambición. El enfrentamiento entre amistad e interés personal, la lealtad, la traición, los límites entre lo uno y lo otro... tesituras difíciles, decisiones importantes y definitivas.

Grandiosos Bardem y Luppi. Menudo duelo padre-hijo.

Y sabéis lo mejor? Que hasta el mismo minuto final no tienes ni idea de cómo va a terminar. Es un tira y afloja tan intenso que constantemente despista al espectador en cuanto a su desenlace. La escena final en el garaje verdaderamente para los anales. Todo un hallazgo.

sábado, 21 de mayo de 2011

La carretera (The road), by John Hillcoat

Partimos de una premisa ya pelín rara. Ha habido una catástrofe, no sabemos de qué tipo ni su alcance,  y el mundo en el que se mueven nuestros protagonistas es una especie de árido desierto, frío, inhóspito y hostil. Los otros supervivientes han tenido que recurrir para alimentarse y sobrevivir a medidas extremas como el canibalismo. No hay comida, no hay bebida, no hay calefacción ni jabón para bañarse, ni electricidad ni nada de nada de nada. Ni idea de cómo nuestros dos protagonistas han conseguido sobrevivir unos diez o doce años, desde la catástrofe, sin comerse a nadie y en un estado de salud quizás no inmejorable pero sí aceptable. Eso ya canta.

Pero más canta todavía que en ese mundo hostil, donde todo el mundo va a robar al otro, matarlo si es posible y si encarta comérselo, existan este tipo de situaciones entre un padre y un hijo:

1. Un desconocido empieza a disparar al padre.  Éste saca su arma para intentar repeler la agresión. El hijo grita todo horrorizado: "Nooooooooooooo, papá, no lo hagaaaaas".

2. Casualmente encuentran un refugio subterráneo lleno de latas de conserva de todo tipo. Comida y calor hogareño para dar y regalar. Y en 10 años nadie más lo había encontrado! Milagro! Lógicamente se pegan un festín. Comentario del niño: "papá, está bien comer estas cosas que no son nuestras? Seguiremos siendo buenos?"

3. Alguien les roba las pocas posesiones con las que cargan. Salen tras él y lo pillan. El padre se limita a solicitarle a punta de pistola que se las devuelva y a pedirle que se desnude. El niño grita: "Noooooo, papáaaaa, por favorrrrr, hace mucho fríooooo"

Y como éstas, otras chiquicientas escenas parecidas. Porque en esta peli no pasa otra cosa que un contínuo caminar, un contínuo peligrar la vida y un contínuo protestar del niño cada vez que el padre intenta protegerse y  protegerlo. Vale que hayan conseguido sobrevivir durante años a una catástrofe sin comer carne humana, pero macho, con el niño ése tan escrupulosito para esto de la defensa personal...cómo es posible. En fin.

Y luego me entero por otras críticas de que lo mejor de la peli es la excelente fotografía postapocalíptica de Javier Aguirresarobe. Y yo, que la he visto en la tele por el plus, prácticamente no he visto todo el rato más que la pantalla negra como la pena negra y algunas manchas. Oscuridad absoluta y algún que otro gris de vez en cuando. O sea, que ni eso. Otro planchazo y otra muesca en mi revólver. Y van ya... no sé, quinientasmil?

viernes, 20 de mayo de 2011

Two lovers, by James Gray

Cómo quieres que te quiera si quien quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?

Bueno, pues este tradicional juego de palabras típical spanish resume perfectamente el argumento de esta película, definitivamente sobrevaloradísima, que supuso un tremendo chasco para mí. Había leído unas críticas tan buenas que me imaginaba toda sobrecogida en mi sofá, lagrimón va lagrimón viene, con un nudo en la garganta y luego deshaciéndome en halagos y recomendándosela a toda España con pasión. Y una ful del Estambul!

Historia de amor apasionante? Triángulo amoroso? Difíciles decisiones? Dónde hay algo de eso? Mi hijo de 12 años la vio conmigo y el tío se descojonaba. Ni siquiera lo mandé a la cama porque pensé que como los niños y los borrachos son los únicos que dicen la verdad mi crítica de hoy la iba a hacer él. Y fue demoledor: "qué tío más tonto, menudo pagafantas, pero si la tía pasa de él. Qué pringao. Planchazo que se va a pegar!"

Hasta ahí la opinión de mi polluelo. Y ahora viene la mía: historia pueril donde las haya, previsible a más no poder. Y descaradamente simplona: un tipo se cuelga por completo de una tía que no tiene más interés en él que el que le sirva de acompañante y entretenimiento en los intervalos en que no está su novio. El guión parece sacado del "Manual de uso de un capullo".  Y claro, el consiguiente planchazo que hasta un niño de 12 años podía prever desde el principio.

Unos diálogos increíbles de críos de 15 años, impensables en personas adultas y con cierto bagaje vital:

"Me has caído muy bien. Pásame tu móvil para mandarnos mensajitos"

"Vente a cenar esta noche con mi novio y conmigo y así lo conoces y me dices qué te parece".

"Bueno, qué te ha parecido? Crees que dejará a su señora para venirse conmigo?"

Por el amor de diosssss! Creer en el grado de imbecilidad que muestra el personaje de Phoenix requiere un acto de fe tan inconmesurable que en mi cabeza no cabe. Paltrow lleva a cabo una seducción tan de manual que cuesta trabajo imaginar que caiga en ella ni un chiquillo; no digo ya un tipo de 30 años que además acaba de salir de otra relación seria y al que se le presupone que no se ha caído de un guindo. El hecho de que sufra un trastorno bipolar y se esté medicando con psicofármacos no implica que tenga que ser imbécil.

Y luego la historia paralela (lela total, por cierto) con los padres y la novia. Unos padres jugando a casamenteros con su hijo treintañero, y el niño encantado de la vida entrando al trapo; una novia completamente en babia y más simple que el mecanismo de un chupete... La virrrgen!

Y hay gente que piensa que ésta es una historia apasionante? Dónde me he perdido?

miércoles, 18 de mayo de 2011

Los girasoles ciegos, by José Luis Cuerda

Leo algunas críticas de esta película y me da muchísima tristeza que la despedida del grandísimo Rafael Azcona termine en una serie de disquisiciones sobre la posguerra española, el franquismo, la memoria histórica y el progrerío patrio. Qué pena! Me gustaría tanto poder arremeter contra todos los que le atacan y aprovechar para alabar su obra completa y rendirle el homenaje que se merece! Y sin embargo, a pesar del facherío evidente y repugnante que se refleja en algunas críticas, no tengo más remedio que dar la razón a los que tachan el guión de maniqueo, repetitivo y tendencioso a más no poder. Lo siento muchísimo, Rafael.

No es sólo que sea otra maldita película sobre la guerra civil-posguerra, que ya nos tiene  el tema más que hartos, sino que está tratado con un partidismo tan descarado y tan pueril que ruboriza. Leí hace un año la novela de Méndez y es cierto que la óptica del escritor es bastante obvia, pero es que en el guión de la película el cante ya es por peteneras. En realidad la novela consiste en unos cuantos episodios independientes pero con cierta cohesión, mientras que el film se centra en el último episodio y en parte de otro. Es decir, de un relato corto hay que sacar un largometraje. Cómo? Pues metiendo paja a manos llenas, y lo que es peor, paja de la simple y poco currada. Éste es malo, éste es bueno, éste es malo, éste es bueno... Y claro, la cosa canta.

Tal vez con el paso de los años, cuando todo esto de la memoria histórica esté superado y el cine español haya conseguido sobreponerse a esta especie de vasallaje guerracivilista, seamos capaces de encontrar en esta película los valores que seguramente tiene. Pero hoy por hoy resulta cansina, repetitiva, falaz, torpe y oportunista. Eso sí, Javier Cámara vuelve a partir la pana. Pedazo de actor.

La educación de las hadas, by José Luis Cuerda

Me da tanta pena pensar que el mismo director de "Amanece, que no es poco",  una de mis pelis favoritas, haya hecho esta "cosa"! Qué te han hecho, Cuerda? Tu talento, tu acidez, tu ironía, tu chispa... dónde están?

Esta película igual podría titularse "La lengua de las hadas", o "La educación de las mariposas", porque no es otra cosa que un vano intento de reinventar "La lengua de las mariposas"  pero en historia chusca, increíble y patatera donde las haya.

No voy a hacer más sangre sobre el tema del niño protagonista. Para qué? Bastante tendrá ya el chaval con lo que habrá tenido que leer sobre la película y sobre su interpretación. De Bebe tampoco diré mucho; es una tía a la que no soporto ni cantando ni hablando ni siquiera interpretando a un ente ajeno a su persona. No sé por qué, me pega que se estaba interpretando a sí misma pero con acento francoargelino.

No entiendo la historia y tampoco entiendo esas críticas que hablan de "sensibilidad". Yo no entiendo que la sensibilidad tenga nada que ver con esa clase de amor incondicional y sin fisuras que el personaje de Darín representa. Para mí eso tiene mucho más que ver con la dependencia extrema y con el autoflagelo, incluso si me apuran con la ridiculez.

Y sí, las dos tías protagonistas, la Bebe y la Jacob, están superflacas y ni siquiera puede decirse que sus respectivos desnudos (bastante gratuitos, por cierto) aporten nada interesante a la película, salvo el permitir estudiar hueso por hueso el esqueleto humano a los espectadores estudiantes de medicina. Vamos, un chasco como una casa. Cuerda se ha quedado sin cuerda.

martes, 17 de mayo de 2011

El amor tiene dos caras, by Barbra Streisand

Aleluya! Una comedia romántica inteligente y divertida que no es de Woody Allen! Estoy borracha? Esto es un sueño? Pues no, es que se han juntado Richard LaGravenese y Barbra Streisand y entre los dos han construído un relato creible, unos diálogos inolvidables y una historia consistente y deliciosa sobre el enamoramiento, el deseo, la belleza y los entresijos de la pasión.

Si encima vas y contratas como partenaire a Jeff Bridges, que es un monstruo haga de lo que haga, y a la fascinante Lauren Bacall en un papel maduro perfecto para ella, el de la mujer que se ha sabido siempre bella y siente el vértigo de ver que su esplendor ya es pasado y no volverá, pues ya lo has cuadrado.

Interesantes reflexiones sobre el amor. Me apunto totalmente a la teoría del profesor que interpreta Bridges: el sexo es el principal defecto del amor; sin él todo sería mucho más sencillo y podría llegar a ser perfecto. Soy una auténtica entusiasta del amor platónico. El problema es que es imposible. Más tarde o más temprano en toda historia de amor siempre aparece el sexo. Y si no aparece peor, porque uno de los implicados siempre lo echará en falta y lo deseará, lo que le creará una frustración que hará inviable la relación.

En fin, ninguna historia es perfecta, pero ésta se le acerca bastante.

El final con el "Nessum dorma" de fondo es antológico. Lo he visto unas mil veces pero nunca me canso. Altamente recomendable.

Con él llegó el escándalo, by Vincente Minnelli

Un verdadero homenaje al histrionismo y la exageración, eso es lo que es esta película. Robert Mitchum interpreta a un rico terrateniente bastante déspota, machista y bruto que vive con su amargada esposa (Eleanor Parker) y con un hijo bastante tontorronzuelo (George Hamilton) al que no le gustan las aficiones falderas de su descocado papá. Ésa es básicamente la historia. Y a partir de esta pueril trama Minnelli se monta un dramón de tomo y lomo que, para más inri, es traducido al castellano con el desternillante título de "Con él llegó el escándalo". La pregunta es: con quién?

Exceptuando a Robert Mitchum, que hace un importante esfuerzo de contención interpretativa, y de George Peppard, simplemente pasable, el resto del reparto está directamente para el harakiri. Sobre todo el niño, George Hamilton. Unos desplantes, unos aspavientos, unas idas y venidas, unas contorsiones, unas muecas... En fin, hay que verlo para creerlo.

Aparte, la primera hora de película es un auténtico tostón para el que no sea aficionado a la caza. Para darnos a entender que el muchacho admira muchísimo a su padre y quiere que se sienta orgulloso de él, se nos hace un relato tan minucioso de lo que es una jornada de caza que, salvo que uno sea un fanático del tema, aburre hasta a las cabras. Viendo la hipergesticulación de Hamilton lo que extraña de verdad es que no mate a todos los animales del bosque, pero de susto.

En fin, una historia que pretende ser un acercamiento a las relaciones padres-hijos y se queda en un compendio de escenas en las que los excesos interpretativos de los actores invitan más a la risa que a otra cosa.

Para escándalo de verdad, la nota media que consiguen estos "clásicos". Eso sí que es para echarse a llorar.

martes, 10 de mayo de 2011

Los chicos de mi vida, by Penny Marshall

Leo en una crítica sobre esta película lo siguiente:  "Joer, es que la chica lo tiene complicado; parece que haya alguna conspiración secreta o boicot para que la pobre chica no salga de la mugre, entre unos y otros le amargan la existencia, hasta su hijo se la tiene jurada."

A ver, chaval, quedarte embarazada por follar sin poner medios no es una conspiración; es bastante normal. Indica que eres una persona sana con un aparato reproductor normal.

Decidir además seguir adelante con el embarazo, a pesar de tener 15 años, tampoco es una conspiración. Es una decisión personal.

Casarte además con el padre del niño, que es un descerebrado de tomo y lomo, con poco apego al trabajo y mucho más al alcohol y las drogas tampoco es una conspiración. Esto también es una decisión personal porque al muchacho no se le veían muchas luces ya desde el principio.

Y todo lo demás que pasa en la película, que no lo voy a contar, es igual de poco conspiratorio que lo ya comentado. La auténtica conspiración aquí es genética: cómo se pudieron juntar tantos genes con taras para dar forma a semejante regalito de hija, tan completa ella: tonta, caprichosa, creída, egoísta, descerebrada, posesiva, irresponsable...

Y si el hijo se la tiene jurada es porque la madre es todas estas cosas y algunas más. Si yo hubiera tenido una madre así muy probablemente tampoco daría saltos de alegría. Tal vez incluso la hubiera terminado asesinando en un arrebato irreprimible de matricidio.

Una cosa en la que coinciden casi todas las críticas es en que la gente lloró viéndola. Yo no lloré pero a punto estuve. Perder tontamente el tiempo es algo que me irrita sobremanera el lagrimal.

lunes, 9 de mayo de 2011

Todos dicen I love you, by Woody Allen

Continuamos con la maratón. Nos habíamos quedado en que estaba yo en mi sofá, con mi mantita, mi copita de Ribera del Duero, mi pisquilabis, mi contrario roncando al otro lado del sofá, los niños puteando a los vecinos en el patio y mi Manolo hecho un cucurrito a mi lado. Hemos terminado de ver "Celebrity" y nos disponemos a continuar con "Todos dicen I love you". Estamos situados? Bien, pues empieza la peli.

Ya me he informado de que es un musical. Malo, a mí los musicales no es que me disloquen precisamente, pero siendo de Woody me espero algo diferente y estoy segura de que me va a gustar. No me equivoco. Tal vez no esté a la altura del resto de su obra pero sabía que me lo iba a pasar bien, y me lo paso. Por supuesto mi contrario, que se había despertado para el pisquilabis, vuelve a caer redondo tras la primera canción. Su primer y sonoro ronquido me informa de que Woody y yo volvemos a estar maravillosamente solos una noche más. Es todo mío. Venga, mi amor, hazme reir como sólo tú sabes.

Y claro que me hace. Porque aunque no me gusten los musicales, sé reconocer un homenaje bien hecho a la legua. Porque las letras de estas canciones son un cachondeo. Y porque ya me extrañaba a mí que a este hombre-geniecillo se le escapara tocar algún palo, y tocarlo bien.

Veo cantar y bailar a gente a la que nunca imaginé en semejante tesitura; canta y baila el propio Woody, pero también Julia Roberts, Drew Barrymore, Goldie Hawn (fantástico el baile con Allen en los muelles del Sena), Alan Alda, Natalie Portman... por bailar, baila hasta el abuelo. Hay hasta baile de fantasmas. Por cierto, ya que he dado un repaso al elenco, nadie se pregunta cómo es que no hay un solo actor que no esté loco por hacer un papel, por pequeño y poco importante que sea, en una peli de este hombre, incluso aunque tengan que pagar ellos mismos por trabajar con él? Entre "Celebrity" y "Todos dicen..." esta noche está pasando delante de mis narices Hollywood al completo. Si se podía pedir más era esto.

El guión es muy tontorrón, como los de casi todos los musicales, pero Woody aprovecha para colarnos sus cosas: el hijo megafacha en la familia giliprogre, el ex-convicto sociópata al que invitan a cenar, el momento metafísico en el funeral del abuelo... Y de paso nos mete un París y una Venecia que sólo pueden salir de un enamorado de Europa como él. Por cierto, todas las gilipolleces que el personaje de Allen dice y hace para ligarse a Julia son de auténtico descojone. Pondré como paradigma la escena del footing por Venecia. Y la frase: "llevo semanas sin practicar en la cinta andadora; exactamente 572 semanas; 11 años".

Me chirría un poco la Roberts. No es que esté mal pero no termino de verla en el papel. Los demás estupendos, sobre todo Goldie Hawn y Alda.

Termina la peli y sigo con la sonrisita tontorrona de felicidad, aunque puede que aparte de mi allenmanía, el vino también influya. Tengo un poco de sueñecillo, los niños subieron hace un rato del patio y mi contrario aprovechó para trasladar sus ronquidos a la cama y dejarle su sitio en el sofá a Manolo, que le disputa de este modo el rol de macho alfa. Yo todavía puedo aguantar un poco más, y aunque hace dos días ya vi  "Desmontando a Harry" decido seguir. Sólo 3 ó 4 chistes, y a la cama. A ver si llego a la misteriosa historia del actor desenfocado.

Celebrity, by Woody Allen

Dice mi amiga Valdemar que ha descubierto que  puede pasarse un sábado metida en casa viendo pelis y sentirse más feliz que una perdiz. Yo voy más lejos aún. Para mí el sábado noche perfecto consiste en: sofá,  mantita, copa de buen vino tinto,  mi contrario roncando en el sofá de al lado, los niños jugando en el patio y mi Manolo enroscado junto a mí hecho un ovillo. Y una sesión doble, triple o cuádriple de Woody Allen. Vamos, exactamente lo que fue la noche de este sábado.

Ponían en el Plus-comedia una sesión maratoniana allenmaníaca, compuesta por "Celebrity", "Todos dicen I love you" (por cierto, vaya cagada de traducción), "Desmontando a Harry" y "Granujas de medio pelo", todas ellas consideradas por los críticos "Allen menores", pero que por muy minúsculas que sean con todas te partes el culo. Joder, qué gusto saber que te vas a hartar de reir durante horas sin la menor duda.

Empezamos la sesión con "Celebrity". Blanco y negro. Bien, a Woody el blanco y negro se le da muy bien. A mi contrario también; se duerme prácticamente al segundo fotograma. Kenneth Branagh hace muy pero que muy bien de alter ego del director, pero en este caso estamos ante un escritor fracasado, desastroso en sus relaciones con las mujeres y a la constante búsqueda de inspiración, de un editor o de una estrella de cine que quiera interpretar alguno de sus guiones. Paralelamente su ex-esposa inicia un recorrido vital apasionante que la lleva de ser una triste y aburrida profesora de literatura a convertirse en gran estrella de la televisión. Por el camino ambos se van codeando con todo tipo de celebridades y aprendiendo a defenderse en el difícil mundillo de la fama.

Aparte de una interesante reflexión sobre la celebridad, como de costumbre la risa está garantizada. Escenas antológicas son las de la prostituta que enseña a practicar una felación a Judy Davis con un plátano; o la del cine, cuando la misma Davis le monta tremendo pollo a Branagh en mitad de una película por haberla abandonado.

Al final de la peli, la típica musiquilla de jazz alleniana con los títulos de crédito y esa sonrisita tonta en los labios que se nos queda siempre que hemos pasado un buen rato de cine, pero con la particularidad (oh, gran dios, gracias por regalos como éste), de que esta vez nos espera más, y más y más. Una sobredosis si queremos.

Y entonces nos levantamos a preparar un piscolabis (pisquilabis, que se dice por mi tierra)  y a rellenar la copita para continuar la sesión. Se puede pedir más?

Para quien no lo sepa, Manolo es mi perro.

sábado, 7 de mayo de 2011

12 hombres sin piedad, by Sidney Lumet

Hace muchos años, cuando era pequeña, vi por primera vez esta inquietante historia en la magnífica versión teatral que Gustavo Pérez Puig hizo para TVE. Inolvidables Pepe Bódalo, José María Rodero, Ismael Merlo, Luis Prendes, Fernando Delgado, Jesús Puente... Todos. Qué grandes, qué monstruos. Naturalmente la trama me atrapó y me impresionó vivamente y aunque luego vi esta versión cinematográfica varias veces y también otras en teatro nunca ninguna me ha impactado tanto. Bien es verdad que la primera vez que vemos algo por fuerza tiene que impresionar más vivamente.

Sin embargo ayer volví a ver esta película en TCM clásico y la encontré bastante pueril y manipuladora. El personaje del "bueno", ese razonable, educadísimo, amable y elegante Henry Fonda (no es casualidad que sea el único que viste de blanco) es un verdadero manipulador, con perdón. Obviamente, además de sus muchas virtudes,  es mucho más inteligente que los demás. No, mucho más no; en realidad es el único inteligente y todos los otros son bastante tontorrones, si se me permite. Bueno, tontorrones algunos, malencarados otros, sebosos y sudorosos la mayoría, físicamente repulsivos bastantes,  gritones y lerdos, y por supuesto están equivocados.

Con este punto de partida desde el principio se puede adivinar sin problemas qué es lo que va a pasar. Además el espectador empatiza inmediatamente con el bueno del traje blanco (ay, Lumet, qué traviesillo) y decide que en lo que sea que le vayan a contar va con él. Normal, es el único que parece listo, guapetón y simpático. El resto cuando no tiene cara de lerdo la tiene de matón o de ogro. Y así vamos poco a poco viendo cómo el listo, guapo y bueno se va llevando al huerto uno por uno a todos los demás.

Con todo, la película gusta. La cámara dando vueltas por la sala, los primeros planos del bueno y de los tontos y los malos, el ambiente asfixiante, el calor que puede palparse y casi olerse, los actores, todos, fantásticos... Sigue siendo una película de notable, pero es tramposa, muy tramposa. Y Lumet usa elementos muy pueriles y obvios para meternos el caramelito de la presunción de inocencia en la boca. Y conste que creo fervientemente en la presunción de inocencia, pero este intento burdo de hacérmela tragar casi consigue hacer que deje de creer en ella.

De todas formas, la película es puro teatro, y aunque sólo fuera por ver a ese Fonda enorrrme, inmennnso, tremendo... merecería la pena. Creo que un siete le hace justicia.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Desmontando a Harry, by Woody Allen

Tengo la leve sensación de que ésta es una dolorosa autobiografía del gran Woody, a la par que un mea culpa, y que con ella nos está diciendo que en el fondo no es más que un pobre desgraciado que hace películas porque es un obseso del sexo, más exactamente un viejo verde, y ésta es la mejor manera de rodearse de pibones de no te menees sin que dé demasiado el cante. Pero es que encima el tío va y nos lo dice por las claras, de paso que nos entretiene. He aquí algunas claves de su procaz desnudo:

1. La terrible historia del actor desenfocado. "Mamá, mamá, papá está desenfocado".

2. Yo entre el aire acondicionado y el Papa prefiero el aire acondicionado.

3. Las palabras más bonitas de nuestro idioma son: "es benigno".

4. Átame, pégame y hazme un francés. A poder ser, en este orden.

5. A una puta: ¿Sabes lo que es un agujero negro? Sí, con lo que me gano la vida.

6. Sí, soy demasiado viejo para ella, pero por mi inmadurez tengo un carácter muy juvenil.

7. Toda mi vida es cinismo, sarcasmo y orgasmo.

A poco que sepáis algo de la vida de Woody el tremendo, no os suena todo esto a pura y dura confesión?

Scoop, by Woody Allen

Los críticos "pofezionales" denominan esto con el inspirado título de "Un Allen menor".  Están los Allen grandotes, como "Match point", "Manhattan" o "Maridos y mujeres", y luego están los menores, como "Scoop", meros divertimentos del cineasta entre genialidad y genialidad.

Y luego estamos los críticos "afisionaíllos", muchos de los cuales nos lo hemos pasado bastante bien con este Allen, tanto si es chico como si es grande como si es enano. Esta película ni siquiera es un más de lo mismo, porque aquí no salen ni psiquiatras ni problemas sexuales ni raciales ni místicos ni diálogos farragosos sobre el bien, el mal, la vida o la muerte, es decir, ni siquiera es una peli Allen propiamente dicha.

Esto es simplemente un thriller con bastante coña y embrollo que, estoy segura, supuso efectivamente un gran divertimento para el director. Lo que pasa es que cuando Woody se divierte, con él se divierte medio mundo, y su diversión ni le quita ni le pone un ápice de genialidad. Lo reconozco, soy completamente incapaz de elegir entre el Allen chico, el grande y el mediano. Me quedo con todos.

martes, 3 de mayo de 2011

Malditos bastardos, by Quentin Tarantino

Capítulo 1. Tarantino nos presenta al coronel Hans Landa. Esto tiene muy buena pinta, tensión ascendente, impresionante diálogo, personaje atractivo interpretado por un actor fascinante, Christoph Waltz. Cine del bueno. Sorprendentemente no se ve sangre, casi. Por lo general no soporto a Tarantino. Desde "Reservoir dogs", que fue la primera película suya que vi y que me impresionó muy favorablemente todo lo demás que le he visto me ha parecido una burda repetición, un regodeo en el cómodo y excitante papel de chico malo y traviesín, nada sorprendente y todo más que previsible. Pero este capítulo primero... parece distinto. Y si esta vez ha dado en el blanco?

Capítulo 2. Ya empezamos. Un guapo chulito (Brad Pitt) al frente de una banda de matones hebreos cazanazis; cabelleras arrancadas, sangre salpicando por doquier... Vuelve el Tarantino de siempre. Ya me extrañaba a mí.

Capítulo 3. Estamos en Francia y ya no hay tanta sangre. Este capítulo es simplemente aburrido; se salva un poco en la parte final cuando vuelve a aparecer la tensión esta vez entre Landa y  el personaje de Shosanna, magníficamente interpretado por Mélanie Laurent. Está claro que a esta película, si algo la salva, es ese inmenso, sobrecogedor, inquietante y turbador personaje del coronel villano.

Capítulo 4. Me lo temía, más sangre. Ya llevaba esto mucho rato sin que nadie disparara a nadie y sin que saltaran ningunos sesos a la pared, Tarantino debía estar de los nervios. Esta parte simplemente sobraba. Alarga innecesariamente la película, nos presenta a un personaje nuevo perfectamente prescindible, el de la actriz alemana, muy bien interpretada por Diane Kruger, pero que no aporta nada a la acción. Bueno, sí, aporta la excusa perfecta para una de tortura fina, ese plato que no puede faltar en ninguna tarantinada que se precie.

Capítulo 5. Mi última esperanza al traste. Un par de chistes malos de morirse, casi de vergüenza ajena. Y aquí es ya donde literalmente estalla el Quentin que a duras penas y con escaso éxito llevaba toda la película intentando contenerse. Rayos y truenos, fuego, explosivos, el síndrome Chuck Norris le invade por completo y ya se deja llevar sin resistencia. El capítulo uno definitivamente fue una falsa alarma. El que nace lechón muere cochino. Tarantino, vete al cuerno.

lunes, 2 de mayo de 2011

My Blueberry Nights, by Wong Kar-Wai

Había oído hablar mucho de Wong Kai-Bar y de las pasiones que despierta, tanto en contra como a favor, y tenía bastante curiosidad por ver alguna de sus películas, aunque algo me decía que llevaba todas las papeletas para convertirme en detractora. No me equivocaba.

El preciosismo, el estilazo, la estética videoclip y el buen gusto no se le pueden negar, desde luego. Sólo falla una cosa: la historia. Y al cine vamos a ver historias. Si yo quiero ver videoclips chulos pues ya me las apañaré para buscarlos pero si me siento a ver una peli quiero que me cuenten algo, que me conmuevan o al menos que me entretengan.

"Una hipnótica inmersión en la vida de una mujer en busca de sí misma", dice Carlos Boyero. Pues sí, Carlos, entendiendo por hipnotismo la capacidad de adormilar al espectador en su asiento, efectivamente, es hipnótica a más no poder.

Lo de que esta mujer va en busca de sí misma como frase queda guay y bastante inspirada, lo que pasa es que en este caso lo que está mujer va buscando es conseguir dinero para un coche. Y cuando consigue el dinero qué es lo que hace? Pues volver al sitio de donde salió. Es decir, la supuesta búsqueda de la chica ésta consiste en currar de camarera en distintos sitios para poder comprarse un vehículo con el que regresar a su casa.

No dudo de que habrá quien considere este argumento del máximo interés pero yo conozco a tantisima gente que curra para comprarse un coche que, sinceramente,  me parece muy poco atractivo como tema principal de una película.

Alguien me podría objetar que lo interesante del film es la gente con la que se va encontrando en sus diferentes puestos de trabajo.  Un policía alcohólico y su ex-mujer, también alcohólica (por cierto, guapísima Rachel Weisz con ese look Sofía Loren), una adicta al juego (por cierto, horrorosa Natalie Portman con ese horrible pelo rubio. Aunque sólo fuera por ver fea a Portman merecería la pena ver la peli) ... en fin, incluso hay quien opina que es una reflexión sobre las adicciones. Vale. Pero es que si trabajas en un bar de camarera vas a conocer borrachos a punta pala y si curras en un casino te vas a encontrar ludópatas para dar, vender y regalar.  También tendrás interminables charlas con ellos, que es lo que hace la protagonista de la peli, pasarse la vida charlando soporíferamente con todos estos elementos e hipnotizarnos con su vacua cháchara, como muy bien apunta el gran Boyero.

En definitiva, sólo recomiendo este film por dos cosas: la que ya he apuntado de ver a Portman con ese peinado adefesio y el beso. Hay un beso en esta película que es probablemente el beso más comestible, carnoso, frutal, cremoso, mordible y espirituoso de la historia del cine. Vedlo y disfrutad.