martes, 17 de mayo de 2011

Con él llegó el escándalo, by Vincente Minnelli

Un verdadero homenaje al histrionismo y la exageración, eso es lo que es esta película. Robert Mitchum interpreta a un rico terrateniente bastante déspota, machista y bruto que vive con su amargada esposa (Eleanor Parker) y con un hijo bastante tontorronzuelo (George Hamilton) al que no le gustan las aficiones falderas de su descocado papá. Ésa es básicamente la historia. Y a partir de esta pueril trama Minnelli se monta un dramón de tomo y lomo que, para más inri, es traducido al castellano con el desternillante título de "Con él llegó el escándalo". La pregunta es: con quién?

Exceptuando a Robert Mitchum, que hace un importante esfuerzo de contención interpretativa, y de George Peppard, simplemente pasable, el resto del reparto está directamente para el harakiri. Sobre todo el niño, George Hamilton. Unos desplantes, unos aspavientos, unas idas y venidas, unas contorsiones, unas muecas... En fin, hay que verlo para creerlo.

Aparte, la primera hora de película es un auténtico tostón para el que no sea aficionado a la caza. Para darnos a entender que el muchacho admira muchísimo a su padre y quiere que se sienta orgulloso de él, se nos hace un relato tan minucioso de lo que es una jornada de caza que, salvo que uno sea un fanático del tema, aburre hasta a las cabras. Viendo la hipergesticulación de Hamilton lo que extraña de verdad es que no mate a todos los animales del bosque, pero de susto.

En fin, una historia que pretende ser un acercamiento a las relaciones padres-hijos y se queda en un compendio de escenas en las que los excesos interpretativos de los actores invitan más a la risa que a otra cosa.

Para escándalo de verdad, la nota media que consiguen estos "clásicos". Eso sí que es para echarse a llorar.

2 comentarios:

  1. Interesantísima película sobre el amor, la ilusión, la vida...
    Sinceramente tras verla varias veces la película gana en matices y permite apreciar su inteligente reflexión, escondida quizá, tras un producto que me atrevo a decir, muchos habrán rechazado o tachado de antemano como "comedia insulso-comercial-yankee".
    Es verdaderamente una lástima dejar pasar por alto sus inteligentes diálogos, sus más que acertadas interpretaciones...
    No se trata de otra historia más sobre un "patito feo", sino que va más allá, explorando sentimientos inherentes a cualquier ser humano, como son la soledad, el miedo, la necesidad de aceptación (de uno mismo para consigo, de los demás respecto a nosotros). Esta película habla de cómo nos vemos a nosotros mismos y de cómo nos ven y creemos que nos ven los demás, sin dejar pasar la ocasión de analizar como repercute en nosotros el canon social de lo correcto, idóneo, de lo bello y deseable.
    Finalmente, lanza un mensaje esperanzador, que aunque no siempre sea posible en la vida real, al menos en el cine reconforta.
    Personalmente creo más apropiado el título original (The Mirror Has Two Faces).

    Pero ¿quién sabe Talía si las tormentas han de volver por San Aproniano, no crees?

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  2. Ejem ejem... estamos hablando de la misma película?

    Jajajaja, no. Ya sé que se te ha colado este comentario, que iba por "El amor tiene dos caras". Es que colgué las dos críticas el mismo día.

    No sé si estaría de acuerdo contigo en lo del final esperanzador. Para mí el final precisamente es lo más desesperanzador porque consiste en un cambio de look total de la protagonista que falsea y contradice el supuesto mensaje de la película. Me habría gustado mucho más que ella hubiera seguido siendo un patito feo. En fin, soy una romántica.

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