martes, 3 de mayo de 2011

Malditos bastardos, by Quentin Tarantino

Capítulo 1. Tarantino nos presenta al coronel Hans Landa. Esto tiene muy buena pinta, tensión ascendente, impresionante diálogo, personaje atractivo interpretado por un actor fascinante, Christoph Waltz. Cine del bueno. Sorprendentemente no se ve sangre, casi. Por lo general no soporto a Tarantino. Desde "Reservoir dogs", que fue la primera película suya que vi y que me impresionó muy favorablemente todo lo demás que le he visto me ha parecido una burda repetición, un regodeo en el cómodo y excitante papel de chico malo y traviesín, nada sorprendente y todo más que previsible. Pero este capítulo primero... parece distinto. Y si esta vez ha dado en el blanco?

Capítulo 2. Ya empezamos. Un guapo chulito (Brad Pitt) al frente de una banda de matones hebreos cazanazis; cabelleras arrancadas, sangre salpicando por doquier... Vuelve el Tarantino de siempre. Ya me extrañaba a mí.

Capítulo 3. Estamos en Francia y ya no hay tanta sangre. Este capítulo es simplemente aburrido; se salva un poco en la parte final cuando vuelve a aparecer la tensión esta vez entre Landa y  el personaje de Shosanna, magníficamente interpretado por Mélanie Laurent. Está claro que a esta película, si algo la salva, es ese inmenso, sobrecogedor, inquietante y turbador personaje del coronel villano.

Capítulo 4. Me lo temía, más sangre. Ya llevaba esto mucho rato sin que nadie disparara a nadie y sin que saltaran ningunos sesos a la pared, Tarantino debía estar de los nervios. Esta parte simplemente sobraba. Alarga innecesariamente la película, nos presenta a un personaje nuevo perfectamente prescindible, el de la actriz alemana, muy bien interpretada por Diane Kruger, pero que no aporta nada a la acción. Bueno, sí, aporta la excusa perfecta para una de tortura fina, ese plato que no puede faltar en ninguna tarantinada que se precie.

Capítulo 5. Mi última esperanza al traste. Un par de chistes malos de morirse, casi de vergüenza ajena. Y aquí es ya donde literalmente estalla el Quentin que a duras penas y con escaso éxito llevaba toda la película intentando contenerse. Rayos y truenos, fuego, explosivos, el síndrome Chuck Norris le invade por completo y ya se deja llevar sin resistencia. El capítulo uno definitivamente fue una falsa alarma. El que nace lechón muere cochino. Tarantino, vete al cuerno.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, pero aún así, me da la impresión de que a ti te gustó más que a mí. Yo la borré automáticamente. Me parece la peor de sus películas, con diferencia.

    Coincido contigo en que la mejor de todas es Reservoir Dogs y también Pulp Fiction y esos guiños a "Código del Hampa" de Don Siegel y al cine negro de los años 40. ¿Sabes dónde vi yo Reservoir Dogs por primera vez? en una sesión "golfa" en V.O. del cine Góngora. Eso sí que es nivel. :)

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  2. Y a que no sabes quién me habló a mí por primera vez de "Reservoir dogs" y casi me puso una pistola en el pecho para que la viera? Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

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  3. Mmmmmmmmm yo no, ¿verdad? ¿si? ¡joer, no lo recuerdo! jajajajaja Puede ser... tuve una temporada pillado con esa peli... Es un buen síntoma que después de tantos años nos siga gustando, quiere decir que es buena y aguanta el tipo...

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