viernes, 20 de mayo de 2011

Two lovers, by James Gray

Cómo quieres que te quiera si quien quiero que me quiera no me quiere como quiero que me quiera?

Bueno, pues este tradicional juego de palabras típical spanish resume perfectamente el argumento de esta película, definitivamente sobrevaloradísima, que supuso un tremendo chasco para mí. Había leído unas críticas tan buenas que me imaginaba toda sobrecogida en mi sofá, lagrimón va lagrimón viene, con un nudo en la garganta y luego deshaciéndome en halagos y recomendándosela a toda España con pasión. Y una ful del Estambul!

Historia de amor apasionante? Triángulo amoroso? Difíciles decisiones? Dónde hay algo de eso? Mi hijo de 12 años la vio conmigo y el tío se descojonaba. Ni siquiera lo mandé a la cama porque pensé que como los niños y los borrachos son los únicos que dicen la verdad mi crítica de hoy la iba a hacer él. Y fue demoledor: "qué tío más tonto, menudo pagafantas, pero si la tía pasa de él. Qué pringao. Planchazo que se va a pegar!"

Hasta ahí la opinión de mi polluelo. Y ahora viene la mía: historia pueril donde las haya, previsible a más no poder. Y descaradamente simplona: un tipo se cuelga por completo de una tía que no tiene más interés en él que el que le sirva de acompañante y entretenimiento en los intervalos en que no está su novio. El guión parece sacado del "Manual de uso de un capullo".  Y claro, el consiguiente planchazo que hasta un niño de 12 años podía prever desde el principio.

Unos diálogos increíbles de críos de 15 años, impensables en personas adultas y con cierto bagaje vital:

"Me has caído muy bien. Pásame tu móvil para mandarnos mensajitos"

"Vente a cenar esta noche con mi novio y conmigo y así lo conoces y me dices qué te parece".

"Bueno, qué te ha parecido? Crees que dejará a su señora para venirse conmigo?"

Por el amor de diosssss! Creer en el grado de imbecilidad que muestra el personaje de Phoenix requiere un acto de fe tan inconmesurable que en mi cabeza no cabe. Paltrow lleva a cabo una seducción tan de manual que cuesta trabajo imaginar que caiga en ella ni un chiquillo; no digo ya un tipo de 30 años que además acaba de salir de otra relación seria y al que se le presupone que no se ha caído de un guindo. El hecho de que sufra un trastorno bipolar y se esté medicando con psicofármacos no implica que tenga que ser imbécil.

Y luego la historia paralela (lela total, por cierto) con los padres y la novia. Unos padres jugando a casamenteros con su hijo treintañero, y el niño encantado de la vida entrando al trapo; una novia completamente en babia y más simple que el mecanismo de un chupete... La virrrgen!

Y hay gente que piensa que ésta es una historia apasionante? Dónde me he perdido?

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