miércoles, 29 de diciembre de 2021

Besos al aire (Miniserie de TV), by Ignacio Mercero

No me cabe duda de que esta serie se ha hecho con la mejor de las intenciones. La de homenajear a todas esas personas que en los peores tiempos de la pandemia y durante el durísimo confinamiento estuvieron al pie del cañón, arriesgando sus vidas en unas condiciones muy difíciles. En fin, todo lo que se diga de ellos es poco, y todos deberíamos estar agradecidos por esa entrega y esa dedicación.

Dicho esto, si yo fuera una de esas personas (sanitarios, servicios esenciales, etc.)  me sentaría como una patada en ese sitio que esto sea lo que se le ha ocurrido a alguien para mostrarme ese agradecimiento. Un producto lleno de tópicos, predecible cien por cien, almibarado hasta la nausea y con unos diálogos que harían enrojecer a un oso polar. 

De hecho yo no he llegado a ver el segundo y último capítulo. No porque se puede pasar que un guion sea simple y predecible, pero eso se tiene que hacer perdonar de alguna manera. Por ejemplo, las pelis navideñas son la cosa más tonta que hay en el mundo, pero se ven con agrado por el fondo de lucecitas y decorado, y por la nieve, los arbolitos de Navidad, etc. Pero si encima de que una peli es un coñazo, el fondo que ves son respiradores, gente moribunda, intubada, agonizante, hecha una mierda... pues mira, no. 

Por no hablar de que esto no se ha pasado, amigos, que es que mañana cualquiera de nosotros, yo misma, podemos estar en esas circunstancias.  Igual Mercero (supongo que hijo del famoso Mercero) se podía haber esperado un poquito para hacer este homenaje. Sinceramente no me apetece nada ponerme el cuerpo malo viendo lo que puede ser que nos espere si nos pilla el puto virus este. Y encima con una sobredosis de glucosa completamente intragable. Para que os hagáis idea de algunas de las historias:

1. Neumóloga jubilada que va de voluntaria a la UCI para cuidar a su marido moribundo y allí se encuentra con un antiguo amante que la dejó tirada.  Imposible saber el final, verdad?

2. Reportero y compañera cámara, ambos bastante buenorros, deciden pasar el confinamiento juntos en el piso de él. Al principio no se aguantan, pero... adivina adivinanza qué tiene el gato en la panza.

3. Chica vegana que sale a la hora de los aplausos a la terraza y babea ostensiblemente mirando al vecino de enfrente, un cachas que se pasa la vida haciendo gimnasia en el balcón y enseñando musculito. Casualmente el chaval es... carniceroooo. Palabrita.

4. Chico auxiliar de enfermería, amante de las pelis románticas que se enamora de médica de Urgencias que odia las pelis románticas. Apuesto a que no sabéis cómo acaba. 

En fin, sé que la pandemia y el confinamiento han sido muy duros para los actores. Su negocio fue de los más perjudicados, junto con la hostelería. Y entiendo que tengan que aceptar cualquier cosa, y que esto lo hayan hecho con su mejor intención. Pero ver a Paco y a María León, o a Leonor Watling  en estos papeles cargados de hiperglucemia barata da mucho pudor. 

Que no está la cosa como para ponerse muy finos y exigir unos guiones medianamente aceptables, vale. Pero que me va a costar mucho olvidar que los he visto haciendo esto, también.

lunes, 27 de diciembre de 2021

Transparent (Serie de TV), by Joey Soloway

Para quien no haya visto la serie os resumo brevemente: ésta es la historia de una familia desde el momento en el que el padre, ya sesentón y jubilado, declara oficialmente que quiere ser mujer. De ahí el "sutil" juego de palabras: trans-parent. Lo pilláis, no? (Aquí vendría un emoji de guiño)

Para que os hagáis una idea, la dama en cuestión es una especie de Señora Doubtfire, en versión judía y quizás algo más estilosa y menos carca en su vestimenta. Por lo demás la verdad es que da un poco de repelús, porque si de hombre no es que sea precisamente James Bond, en mujer el efecto óptico es aún más deplorable. Supongo que lo que se pretende es reflejar una transición de género en una persona físicamente normal y además entrada en años, pero es que Jeffrey Tambor, el actor que encarna a Maura, sobrepasa con creces los límites de la "normalidad" estética. Vamos, hablando mal y pronto, que es rematadamente feo. Sé que esto va a sonar asquerosamente frívolo y superficial, pero jamás antes había visto una cara más rara ni una boca más extraña. La cara de este actor es como un emoji triste, algo que ninguna barra de labios en el mundo podría arreglar de ninguna manera.  Por tanto su transición al género femenino resulta bastante grotesca y poco lograda.

Pero en fin, yendo a lo mollar, aparte de la extraña faz de Tambor, lo que más llama la atención de la serie es la asombrosa concentración por metro cuadrado de personajes pertenecientes al colectivo LGTB. Sí, ya sé que es una historia reivindicativa y pretendidamente transgresora, pero en mi opinión se pasan unos cuantos pueblos dando un giro radical a la realidad y haciendo que 8 de cada 10 personajes sean o lesbianas o gays o trans o de género fluído. Porque para empezar lo que consigue Soloway es que el espectador se distancie mentalmente de esa realidad tan distinta a la suya propia. No sé, es como si quieres reivindicar los derechos de los niños y te inventas un mundo en el que todos son menores de 10 años y sólo hay cuatro adultos por ahí perdidos. Pos como que no cuela.

Y aparte de esa obvia hipérbole numérica llama también la atención lo moderna y liberal que es la comunidad judía. Jamás pude pensar que dentro de esa religión hubiera tal porcentaje de gente aficionada a prácticas como el bondage, el sadomasoquismo, el fetichismo en sus múltiples variantes o el sexo abierto. No sé, siempre he tenido una visión de los judíos mucho más tradicional, así que me he quedado muy gratamente sorprendida por esa propensión al pendoneo y a la vida loca. Quizás debería hacerme judía para conocer a gente divertida.

No, ya en serio, me ha resultado muy difícil empatizar con estos personajes. Caen todos o casi todos como el culo. Son asquerosamente ricos, ególatras, caprichosos y pretendidamente guays. Cool, que dirían ellos. Pero en el fondo son profundamente infumables, nunca piensan en el otro, lo único que les interesa son ellos, ellas, elles y ellis. Y sus comportamientos neuróticos están llenos de tópicos. En lo único que son algo transgresores es en que casi ninguno tiene clara su sexualidad ni su corte de pelo.

En fin, que lo que en principio parecía una propuesta interesante y prometedora se queda en un relato vacuo, con personajes antipáticos, que viven en casas maravillosas y no tienen más preocupación en la vida que mirarse el ombligo y victimizarse exageradamente ante cualquier reproche o comentario crítico de los demás. Vamos, que ni fu ni fa. Que aunque sea transparente, me aburre mucho esta gente.

No mires arriba, by Adam McKay

Empiezo por reconocer que me he reído bastante. También reconozco que soy de risa fácil, vamos, que no es demasiado complicado conseguir que me descojone.

Si además la cosa consiste en parodiar la realidad en un sentido que comparto plenamente, la verdad es que soy presa segura. Y ciertamente comparto con Adam Mckay cuatro cosas básicas:

1. El desprecio hacia la clase política.

2. El desprecio hacia los medios de comunicación.

3. El convencimiento de que las redes sociales son un submundo de lerdos narcisistas.

4. El convencimiento de la estupidez generalizada de la humanidad.

En definitiva, ambos tenemos una sensación clara de vivir en un mundo completamente imbecilizado, sin capacidad crítica alguna, rodeados de borregos que se tragan todo lo que les cuelan los políticos y los medios, o bien, en el otro extremo, los borregos que siguen a pies juntillas las teorías conspiranoicas de cuatro espantajos con ínfulas de gurús, dispuestos a negar cualquier evidencia científica, por probada y requeteprobada que esté.

Dicho esto, tengo que decir que la película me ha parecido muy parchosa y extremadamente larga. Aunque me llamen "malaje" me sobra medio metraje. Por lo menos 40 minutos, y buena parte del tono sentimentaloide de la segunda mitad. 

El elenco es deluxe total, y no se le puede poner pega. DiCaprio, Lawrence, Streep, todos en general hacen un gran trabajo, muy profesional, muy marcado por lo que están haciendo, que no deja de ser una parodia, y por tanto requiere cierto histrionismo y profusa gesticulación.

Pero el resultado final me parece flojo para tanta pretensión. Chistes muy fáciles, personajes demasiado caricaturescos, poco ingenio y escasa originalidad. Los referentes de los personajes en el mundo real son demasiado evidentes, ellos mismos pueden reconocerse sin problema.

De todas formas, y en plan espoiler (no lo leáis los que vayáís a ver la película, please), algunas escenas me han parecido muy buenas.

Yo destacaría:

1. El personaje de Lawrence convertido en meme en las redes sociales.

2. La entrada en directo del novio DJ de la cantante. Sálvame Deluxe total.

3. El descubrimiento de que los aperitivos son gratis y el general los ha timado.

4. El final del personaje de Meryl Streep, buenísimo.

martes, 14 de diciembre de 2021

Kika, by Pedro Almodóvar

"Kika" me ha parecido un divertimento típicamente almodovariano, uno de esos melodramas con tintes cómicos que tan famoso han hecho al director manchego. Eso sí, mucho peor valorado que otros suyos que en mi opinión están claramente muuuuy sobrevalorados. 

Creo que es muy injusto el trato que la crítica ha dado a esta obra. No termino de entender por qué los críticos se inclinan a veces por algunas películas de Almodóvar que a mí personalmente no me dicen ni fu ni fa, y denostan otras como ésta, mucho más interesantes.

No entiendo tampoco por qué en webs de cine como Filmaffinity "Kika" está en el aprobadillo raspado. Ignoro el motivo, pero al verlo siento la inmediata necesidad de pegarle un empujoncito a esa puntuación desde mi modesta aportación.

Y fundamentalmente lo hago por 4 factores:

1. Verónica. Ayer se suicidó. De hecho por eso he visto esta película que jamás había tenido antes curiosidad por ver. Le han hecho un homenaje en la tele y ésta es la peli que han elegido. Tal vez porque fue la única en la que su personaje era tan protagonista que daba nombre al film. Para mí Verónica no fue una gran actriz; simplemente había creado un personaje adorable que daba ese punto de ternura e ingenuidad a todos los papeles que interpretaba. Era una actriz del tipo de la gran Lina Morgan, o la enorme Chus Lampreave.  Raramente hacían algo diferente, pero es que lo hacían tan bien que no era necesario que hicieran otra cosa. No serán inolvidables por su versatilidad, pero sí por ese personaje único que sólo eran capaces de interpretar ellas y que nadie más sabría hacer de la misma manera. Desde aquí mi homenaje particular a la gran Forqué. Y a su Cristal, a su Pepa... A todas sus mujeres, que eran siempre la misma pero viviendo muchas vidas diferentes, como la de esta Kika que hoy me trae aquí. Verónica, espero que hayas encontrado por fin la paz que tanto ansiabas.

2. Victoria. Ese pedazo de personaje típicamente almodovariano, Andrea Caracortada, con su moto y sus diseños de Gaultier. Esa cámara permanentemente incorporada a su cabeza, que todo lo graba, que todo lo inmortaliza. Esas preguntas incisivas de carroñera nata... No os suena a nadie?  O igual os suena a demasiadas. Almodóvar hizo una magistral predicción del futuro. Puede que ya entonces se pudiera ver venir lo que hoy tenemos en las teles y en las redes, pero qué visionario es ese personaje. Así que van dos puntos más por Victoria y por su Andrea.  

3. La escena en la que Rossy de Palma le habla a Kika de los abusos que sufrió de pequeña. Cuando le cuenta que su hermano se iba tirando todo lo que se movía, pajaritos, hormigas, serpientes, lagartijas... y ya últimamente estaba violando al barrio entero, viejas, jóvenes, de todos los colores, razas, estaturas y géneros, y por eso ella se prestó a ser su vertedero sexual para librar al barrio de semejante regalito... inolvidable Rossy en esa escena. Si alguien que no haya visto la peli cree que es imposible reírse oyendo esto, por favor, que busque esa escena y la vea.

4. La violación de Kika. La única violación divertida de la historia del cine, que yo sepa. Al menos yo nunca antes me había descojonado con algo así. Esos minutos de esperpento. Kika intentando razonar, a su manera, con el violador, mientras él sigue a lo suyo, y los dos policías tirando de él para sacarlo. Y mientras Rossy de Palma atada a la silla chillando. Y cuando por fin consiguen quitárselo de encima, el tipo termina eyaculando en la terraza y cayendo la gota en la frente de Andrea Caracortada, que estaba en la calle esperando. He leído por ahí que es la imagen de una especie de polinización floral. No lo sé, sólo sé que la escena es completamente alucinante, hipnótica.

En fin, sencillamente no se me ocurre que nadie en el mundo pueda hacer reír con este tipo de cosas, pero la cuestión es que Almodóvar lo consigue. En ese mundo surrealista suyo todo es posible, hasta una violación cachonda. 

Y luego Kika levantándose de la cama, sacudiéndose el pelo, quitándole importancia a lo ocurrido y diciendo tal que así: "No pasa nada. Estas cosas le pasan a la gente todos los días y hoy me ha tocado a mí".  

Hay que quitarse el sombrero.  Ovación y vuelta al ruedo. Grande Almodóvar. Inmensa Verónica. 

Y esto responde a por qué adoramos a Forqué.