miércoles, 28 de agosto de 2019

La llamada, by Javier Ambrossi y Javier Calvo

Si te da pereza la música de "Pereza".

Si no eres un incondicional del fenómeno fan.

Si "Paquita Salas" te parece un tremendo bodrio.

Si no sabes quién es el Ambrossi y quién el Calvo.

Si te importa un huevo que te digan que eres un rancio.

Si tampoco eres un incondicional de "Operación Triunfo".

Si la sola presencia de Macarena García no te hace babear.

Si te da repelús que algunos alaben esta película por su "osadía".

Si no te parece que los Javis sean grandes genios del espectáculo.

Si te avergüenzan los índices de audiencia de la televisión de este país.

Si tuviste ya bastante con ver monjas cantando en "Sonrisas y lágrimas".

Si piensas que un musical es algo más que un montón de gente cantando.

Si no te gusta ver mierda, tocar mierda o comer mierda... pasa de esta mierda.

martes, 27 de agosto de 2019

Chernobyl (Miniserie de TV), by Craig Mazin

Chernobyl fue la mayor catástrofe nuclear de la historia después de Hiroshima y Nagasaki. HBO no ha dejado pasar la ocasión de hacer una de sus cuidadosísimas producciones rememorando la terrible historia de este espeluznante accidente.

Resulta realmente deprimente que la serie haya servido no sólo para recordar lo ocurrido sino para que un montón de subnormales de ésos que tanto abundan en el universo de las redes sociales haya decidido poner de moda la zona cero como destino turístico, para llegar allí, liarse a hacerse selfies en las poses más demenciales y colgarlas en sus cuentas para alucine, uso y disfrute de sus cientos, miles o millones de seguidores.

Y es que creo que, pese a su impecabilidad técnica, lo que al final consigue la serie a base de repetir una y otra vez larguísimos planos de aire contaminado, edificios abandonados y paisajes desolados, es hacer un trabajo de marketing más que un ejercicio serio de memoria histórica. No quiero decir con ello que sea lo que pretenda, pero al final es lo que se percibe. O al menos es lo que muchos de esos gilipollas han debido de percibir.

Aparte de eso, hay un cierto tufillo a justificación política.  Sin obviar la gravedad de los hechos, pero disolviendo tanto las responsabilidades que al final parece que en realidad no fue culpa de nadie. O que esa culpa está tan repartida que tampoco merece la pena ni hacer un reproche.

En definitiva, Mazin pone buena voluntad y no dudo de sus buenas intenciones, aunque el resultado final a mí no me convence. Pero es una opinión muy personal, puesto que el éxito de crítica y público es innegable, y las votaciones concluyentes. Es una de las series más valoradas de los últimos años, por algo será.

The Leftovers (Serie de TV), by Damon Lindelof

A ver, amigos, aunque esta serie fue estrenada hace años y muchos la habréis visto ya, os pongo en situación:

El creador es ni más ni menos que Damon Lindelof, también papá de aquel famoso engendro llamado "Lost" (engendro de infausto recuerdo para muchos de sus fans, entre los que nunca me encontré), y está basada en la obra del escritor Tom Perrotta. La verdad es que una no sabe si echarle las culpas a Lindelof o a Perrotta o a partes iguales, porque como no he leído el libro es imposible hablar con conocimiento de causa.

La cosa va de que un buen día, de repente, desaparece de la faz de la Tierra un montón de gente. Sí, así como quien no quiere la cosa.  Las personas están en un sitio, una silla, un coche, un partido de fútbol, y... chas, se esfuman. Como punto de partida no está mal, no? Imaginad la cantidad de historias que pueden salir de un arranque tan impactante como ése.

Bueno, pues no. Aquí no pasa nada medianamente interesante. El protagonista es un jefe de policía de una pequeña ciudad, interpretado por Justin Theroux, con una familia que te mueres de la pena: un hijo que es seguidor de una secta, una hija completamente desnortada y una esposa que también lo ha dejado para apuntarse a otra secta. En ésta los adeptos van vestidos de blanco (no se sabe muy bien por qué, con lo guarro que es el blanco como vestimenta de diario), fuman como carreteros y tienen prohibido hablar (se comunican con notas que escriben en unas libretitas que llevan a todas partes).

La secta de los blancos se dedica a ir por ahí incordiando a todo el mundo. No hacen nada, ni hablan ni paulan, sólo siguen a la gente y miran insistentemente. Resultan molestos porque no se van ni a tiros. No se sabe muy bien qué quieren ni por qué la gente lo deja todo para apuntarse a semejante vida perra. En realidad no se entiende nada de lo que hace ningún personaje.

Ésta es una historia para flipados. Alguien la ha comparado por ahí con Twin Peaks. Sí, creo que están en la misma onda. Las típicas "series de culto", tan temibles como las "películas de culto" o más. Lo que viene a ser sinónimo de argumentos incomprensibles, absurdos y soporíferos, y de personajes que hablan poco, miran mucho y hacen idioteces todo el tiempo. Series sólo aptas para mentes enfermas, que tienden a la alucinación, al viaje psicotrópico y al abuso de estupefacientes.

Me pregunto en qué momento exacto las productoras empezaron a interesarse en hacer este tipo de series para anormales. Debe de ser rentable cuando no paran de hacerlas una y otra vez.

Y de aquí partiría otra duda aún más inquietante: qué refugio le queda a la gente normal? Aún peor: hay gente normal ahí fuera?

Ahí lo dejo.

Years and Years (Serie de TV), by Russell T. Davies

Bueno, después de tragarme la mierda de "Killing Eve" enterita tengo que reconocer que  "Years and Years"  me ha reconciliado un poco con el mundo de las series. El director, Russell Davies, realiza un ejercicio visionario del futuro inmediato, a través de una saga familiar, con unos personajes más o menos tópicos, pero se deja ver. Y la distopía que plantea no nos resulta demasiado lejana, puesto que la mayoría de las previsiones las tenemos prácticamente ya encima:

Catástrofes naturales motivadas por el cambio climático.

Colapsos bancarios.

Economía globalizada.

Migraciones masivas.

Nuevas tecnologías que se cargan el mercado laboral.

Populismos (básicamente de derechas, los de izquierdas como si no existieran).

Robotización humana (cyborgs).

A pesar de la crítica a los populismos, centrada en el personaje de Emma Thompson (por cierto,  maravillosa como siempre) paradójicamente la serie tiene un tufillo populista muy evidente. El monólogo final de la abuela durante la cena parece mismamente un mítin de Podemos.  Y de los menos gloriosos.

A ver, si tú pretendes señalar los riesgos de los populismos, de la globalización y de las nuevas tecnologías no vale que nos sueltes una perorata de aquí te espero cargada de demagogia, mensajes facilones y simplismo tabernario. Por no hablar del tono de sermón clamado desde el púlpito: VOSOTROOOOS, PECADORES, SOIS LOS CULPABLES, OS HABÉIS CARGADO EL PLANETA! Todo como muy apocalíptico de pacotilla.

De las actuaciones salvaría a algunas actrices, principalmente a la ya mencionada Thompson y a Jessica Hynes en su papel de activista rebelde. El resto, francamente, poco memorables.

lunes, 26 de agosto de 2019

Killing Eve (Serie), by Phoebe Waller-Bridge

Qué pereza me da hacer esta crítica. Me he aburrido tantísimo viendo la serie que aún más me aburre la idea de comentar nada sobre ella, por lo tanto seré breve, concisa y meridianamente clara.

1. La serie es una mierda.

2. Sandra Oh, cielos, tiene su insulsa jeta más planchada que nunca.

3. Lo único divertido es la asesina, Jodie Corner.  Sensual, inteligente, irreverente... Imposible la trama, lo siento. Cómo se va a enamorar ese pedazo de tía, con ese talentazo para el crimen, esa finura carniceril y ese glamour asesino de la inexpresiva, tontorrona y narcótica Sandra Oh? No sé, es como si me dices que James Bond se enamora de Terelu Campos. Pero qué me estás contando?

En fin, no tengo ni idea  de la flor en el culo con la que habrá nacido Waller-Bridge para que le hayan dado el montonazo de premios que tiene la serie, pero mi consejo es que si queréis entretenimiento, intriga y acción paséis de este rollo morollo. Diálogos soporíferos, verosimilitud nula... y luego esa cara aplastada de la señora Oh. Cieloooooossss, qué pesadilla!

jueves, 1 de agosto de 2019

Heridas abiertas (Serie), by Marti Noxon

Me pongo a ver esta serie de HBO, archialabada por la crítica y multibendecida por el favor del público, con un montón de premios para su director, Marti Noxon, y para las chicas protagonistas, Amy Adams y la maravillosa e inquietante Patricia Clarkson, que hace de desconcertante mamá de la primera.

En fin, ya digo que me pongo a verla, toda entusiasmada, dispuesta a engancharme como una bomba lapa.

Pero mira tú por dónde, resulta que:

1. Ya en el primer capítulo me doy cuenta de que no me entero de nada. Esto pega unos saltos que pa qué. No tengo ni idea de cuándo estamos en el presente, en el pasado reciente o en el pasado del año la polca. Un montón de flashbackses, ahora estoy aquí, ahora estoy allí, ahora tengo pelo largo, ahora corto, ahora rizado, ahora me pincho un dedo, ahora me corto un muslo con una cuchilla, ahora tengo el cuerpo hecho un cristo. Mi esperanza es que al llegar al último episodio me haya conseguido enterar de algo, y todas mis dudas se resuelvan por arte de magia Noxon.

2. No me entero tampoco de las relaciones de los personajes. Esa mujer... qué le pasa. Esa madre desquiciada, todo el día con el vaso de whisky en la mano. Esa hermana pequeña, que unas veces sale vestida de repollo imposible y otras de poligonera,  estilo Rosalía, estilo Arrimadas. Y luego ese señor que está casado con la madre. Qué hace ese hombre con esa mujer? Y el sheriff del condado, qué raro, por favor. Pero qué me dices del policía que se lía con la alcohólica autolesionada?  Y esto me recuerda la tercera cuestión:

3. Hostia, cómo bebe esta gente! Y qué aguante! Y encima directo de la botella, vasos pa qué? Que vas conduciendo? Pues te sacas la botellona de la guantera y le pegas un buen traguito. Que no hay whisky? Pues vodka, o ginebra, o garrafón de lo que sea. Esa muchacha, que vive prácticamente en la licorería. Y que esconde sus botellas debajo de la cama, no sé por qué, porque la madre y la hermana y el padrastro no se ocultan y beben como cosacos  a ojos de todo el mundo. Del desayuno a la cena, esa gente se pasa el día con el vaso en la mano o directamente Adams con la botella, a morro. Pensando en el hígado de esas personas he sufrido lo indecible. Es que me dolía a mí incluso. Oye, un dolor en el lado... que igual tengo apendicitis pero para mí que es más aprensión que otra cosa.

En fin, cuento todo esto a falta de ver el último episodio y con la esperanza de que todo se me aclare en el último minuto. Que pueda decir: jodeeeeeer, claaaaaro, esto lo explica todoooooo. Coño, cómo no lo había pensado antes.

En fin, quedo a la espera de ese último episodio. Prometo que tanto si me entero como si no escribiré un espoiler y quien quiera que lo lea y quien no, que no lo lea.

De momento, a día de hoy sólo puedo decir aquello de "sólo sé que no sé nada".

spoiler:
No la veáis, es una mierda de serie. Y además en el último capítulo sigues sin enterarte de nada y... ni siquiera pisa la licorería.  NI una puta copa. Menuda porquería!