martes, 27 de agosto de 2019

The Leftovers (Serie de TV), by Damon Lindelof

A ver, amigos, aunque esta serie fue estrenada hace años y muchos la habréis visto ya, os pongo en situación:

El creador es ni más ni menos que Damon Lindelof, también papá de aquel famoso engendro llamado "Lost" (engendro de infausto recuerdo para muchos de sus fans, entre los que nunca me encontré), y está basada en la obra del escritor Tom Perrotta. La verdad es que una no sabe si echarle las culpas a Lindelof o a Perrotta o a partes iguales, porque como no he leído el libro es imposible hablar con conocimiento de causa.

La cosa va de que un buen día, de repente, desaparece de la faz de la Tierra un montón de gente. Sí, así como quien no quiere la cosa.  Las personas están en un sitio, una silla, un coche, un partido de fútbol, y... chas, se esfuman. Como punto de partida no está mal, no? Imaginad la cantidad de historias que pueden salir de un arranque tan impactante como ése.

Bueno, pues no. Aquí no pasa nada medianamente interesante. El protagonista es un jefe de policía de una pequeña ciudad, interpretado por Justin Theroux, con una familia que te mueres de la pena: un hijo que es seguidor de una secta, una hija completamente desnortada y una esposa que también lo ha dejado para apuntarse a otra secta. En ésta los adeptos van vestidos de blanco (no se sabe muy bien por qué, con lo guarro que es el blanco como vestimenta de diario), fuman como carreteros y tienen prohibido hablar (se comunican con notas que escriben en unas libretitas que llevan a todas partes).

La secta de los blancos se dedica a ir por ahí incordiando a todo el mundo. No hacen nada, ni hablan ni paulan, sólo siguen a la gente y miran insistentemente. Resultan molestos porque no se van ni a tiros. No se sabe muy bien qué quieren ni por qué la gente lo deja todo para apuntarse a semejante vida perra. En realidad no se entiende nada de lo que hace ningún personaje.

Ésta es una historia para flipados. Alguien la ha comparado por ahí con Twin Peaks. Sí, creo que están en la misma onda. Las típicas "series de culto", tan temibles como las "películas de culto" o más. Lo que viene a ser sinónimo de argumentos incomprensibles, absurdos y soporíferos, y de personajes que hablan poco, miran mucho y hacen idioteces todo el tiempo. Series sólo aptas para mentes enfermas, que tienden a la alucinación, al viaje psicotrópico y al abuso de estupefacientes.

Me pregunto en qué momento exacto las productoras empezaron a interesarse en hacer este tipo de series para anormales. Debe de ser rentable cuando no paran de hacerlas una y otra vez.

Y de aquí partiría otra duda aún más inquietante: qué refugio le queda a la gente normal? Aún peor: hay gente normal ahí fuera?

Ahí lo dejo.

1 comentario:

  1. Tengo que decir que hice esta crítica cuando sólo había visto la primera temporada de la serie. La cosa cambia bastante en las siguientes. Si no tiras la toalla y sigues viéndola poco a poco las cosas van cobrando sentido, y hasta terminas enganchándote a la historia. Además la canción de la intro, Let the mistery be, de una tía que se llama Iris Dement (un nombre perfecto para esta serie), es buenísima.

    https://www.youtube.com/watch?v=nlaoR5m4L80

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