miércoles, 29 de diciembre de 2021

Besos al aire (Miniserie de TV), by Ignacio Mercero

No me cabe duda de que esta serie se ha hecho con la mejor de las intenciones. La de homenajear a todas esas personas que en los peores tiempos de la pandemia y durante el durísimo confinamiento estuvieron al pie del cañón, arriesgando sus vidas en unas condiciones muy difíciles. En fin, todo lo que se diga de ellos es poco, y todos deberíamos estar agradecidos por esa entrega y esa dedicación.

Dicho esto, si yo fuera una de esas personas (sanitarios, servicios esenciales, etc.)  me sentaría como una patada en ese sitio que esto sea lo que se le ha ocurrido a alguien para mostrarme ese agradecimiento. Un producto lleno de tópicos, predecible cien por cien, almibarado hasta la nausea y con unos diálogos que harían enrojecer a un oso polar. 

De hecho yo no he llegado a ver el segundo y último capítulo. No porque se puede pasar que un guion sea simple y predecible, pero eso se tiene que hacer perdonar de alguna manera. Por ejemplo, las pelis navideñas son la cosa más tonta que hay en el mundo, pero se ven con agrado por el fondo de lucecitas y decorado, y por la nieve, los arbolitos de Navidad, etc. Pero si encima de que una peli es un coñazo, el fondo que ves son respiradores, gente moribunda, intubada, agonizante, hecha una mierda... pues mira, no. 

Por no hablar de que esto no se ha pasado, amigos, que es que mañana cualquiera de nosotros, yo misma, podemos estar en esas circunstancias.  Igual Mercero (supongo que hijo del famoso Mercero) se podía haber esperado un poquito para hacer este homenaje. Sinceramente no me apetece nada ponerme el cuerpo malo viendo lo que puede ser que nos espere si nos pilla el puto virus este. Y encima con una sobredosis de glucosa completamente intragable. Para que os hagáis idea de algunas de las historias:

1. Neumóloga jubilada que va de voluntaria a la UCI para cuidar a su marido moribundo y allí se encuentra con un antiguo amante que la dejó tirada.  Imposible saber el final, verdad?

2. Reportero y compañera cámara, ambos bastante buenorros, deciden pasar el confinamiento juntos en el piso de él. Al principio no se aguantan, pero... adivina adivinanza qué tiene el gato en la panza.

3. Chica vegana que sale a la hora de los aplausos a la terraza y babea ostensiblemente mirando al vecino de enfrente, un cachas que se pasa la vida haciendo gimnasia en el balcón y enseñando musculito. Casualmente el chaval es... carniceroooo. Palabrita.

4. Chico auxiliar de enfermería, amante de las pelis románticas que se enamora de médica de Urgencias que odia las pelis románticas. Apuesto a que no sabéis cómo acaba. 

En fin, sé que la pandemia y el confinamiento han sido muy duros para los actores. Su negocio fue de los más perjudicados, junto con la hostelería. Y entiendo que tengan que aceptar cualquier cosa, y que esto lo hayan hecho con su mejor intención. Pero ver a Paco y a María León, o a Leonor Watling  en estos papeles cargados de hiperglucemia barata da mucho pudor. 

Que no está la cosa como para ponerse muy finos y exigir unos guiones medianamente aceptables, vale. Pero que me va a costar mucho olvidar que los he visto haciendo esto, también.

lunes, 27 de diciembre de 2021

Transparent (Serie de TV), by Joey Soloway

Para quien no haya visto la serie os resumo brevemente: ésta es la historia de una familia desde el momento en el que el padre, ya sesentón y jubilado, declara oficialmente que quiere ser mujer. De ahí el "sutil" juego de palabras: trans-parent. Lo pilláis, no? (Aquí vendría un emoji de guiño)

Para que os hagáis una idea, la dama en cuestión es una especie de Señora Doubtfire, en versión judía y quizás algo más estilosa y menos carca en su vestimenta. Por lo demás la verdad es que da un poco de repelús, porque si de hombre no es que sea precisamente James Bond, en mujer el efecto óptico es aún más deplorable. Supongo que lo que se pretende es reflejar una transición de género en una persona físicamente normal y además entrada en años, pero es que Jeffrey Tambor, el actor que encarna a Maura, sobrepasa con creces los límites de la "normalidad" estética. Vamos, hablando mal y pronto, que es rematadamente feo. Sé que esto va a sonar asquerosamente frívolo y superficial, pero jamás antes había visto una cara más rara ni una boca más extraña. La cara de este actor es como un emoji triste, algo que ninguna barra de labios en el mundo podría arreglar de ninguna manera.  Por tanto su transición al género femenino resulta bastante grotesca y poco lograda.

Pero en fin, yendo a lo mollar, aparte de la extraña faz de Tambor, lo que más llama la atención de la serie es la asombrosa concentración por metro cuadrado de personajes pertenecientes al colectivo LGTB. Sí, ya sé que es una historia reivindicativa y pretendidamente transgresora, pero en mi opinión se pasan unos cuantos pueblos dando un giro radical a la realidad y haciendo que 8 de cada 10 personajes sean o lesbianas o gays o trans o de género fluído. Porque para empezar lo que consigue Soloway es que el espectador se distancie mentalmente de esa realidad tan distinta a la suya propia. No sé, es como si quieres reivindicar los derechos de los niños y te inventas un mundo en el que todos son menores de 10 años y sólo hay cuatro adultos por ahí perdidos. Pos como que no cuela.

Y aparte de esa obvia hipérbole numérica llama también la atención lo moderna y liberal que es la comunidad judía. Jamás pude pensar que dentro de esa religión hubiera tal porcentaje de gente aficionada a prácticas como el bondage, el sadomasoquismo, el fetichismo en sus múltiples variantes o el sexo abierto. No sé, siempre he tenido una visión de los judíos mucho más tradicional, así que me he quedado muy gratamente sorprendida por esa propensión al pendoneo y a la vida loca. Quizás debería hacerme judía para conocer a gente divertida.

No, ya en serio, me ha resultado muy difícil empatizar con estos personajes. Caen todos o casi todos como el culo. Son asquerosamente ricos, ególatras, caprichosos y pretendidamente guays. Cool, que dirían ellos. Pero en el fondo son profundamente infumables, nunca piensan en el otro, lo único que les interesa son ellos, ellas, elles y ellis. Y sus comportamientos neuróticos están llenos de tópicos. En lo único que son algo transgresores es en que casi ninguno tiene clara su sexualidad ni su corte de pelo.

En fin, que lo que en principio parecía una propuesta interesante y prometedora se queda en un relato vacuo, con personajes antipáticos, que viven en casas maravillosas y no tienen más preocupación en la vida que mirarse el ombligo y victimizarse exageradamente ante cualquier reproche o comentario crítico de los demás. Vamos, que ni fu ni fa. Que aunque sea transparente, me aburre mucho esta gente.

No mires arriba, by Adam McKay

Empiezo por reconocer que me he reído bastante. También reconozco que soy de risa fácil, vamos, que no es demasiado complicado conseguir que me descojone.

Si además la cosa consiste en parodiar la realidad en un sentido que comparto plenamente, la verdad es que soy presa segura. Y ciertamente comparto con Adam Mckay cuatro cosas básicas:

1. El desprecio hacia la clase política.

2. El desprecio hacia los medios de comunicación.

3. El convencimiento de que las redes sociales son un submundo de lerdos narcisistas.

4. El convencimiento de la estupidez generalizada de la humanidad.

En definitiva, ambos tenemos una sensación clara de vivir en un mundo completamente imbecilizado, sin capacidad crítica alguna, rodeados de borregos que se tragan todo lo que les cuelan los políticos y los medios, o bien, en el otro extremo, los borregos que siguen a pies juntillas las teorías conspiranoicas de cuatro espantajos con ínfulas de gurús, dispuestos a negar cualquier evidencia científica, por probada y requeteprobada que esté.

Dicho esto, tengo que decir que la película me ha parecido muy parchosa y extremadamente larga. Aunque me llamen "malaje" me sobra medio metraje. Por lo menos 40 minutos, y buena parte del tono sentimentaloide de la segunda mitad. 

El elenco es deluxe total, y no se le puede poner pega. DiCaprio, Lawrence, Streep, todos en general hacen un gran trabajo, muy profesional, muy marcado por lo que están haciendo, que no deja de ser una parodia, y por tanto requiere cierto histrionismo y profusa gesticulación.

Pero el resultado final me parece flojo para tanta pretensión. Chistes muy fáciles, personajes demasiado caricaturescos, poco ingenio y escasa originalidad. Los referentes de los personajes en el mundo real son demasiado evidentes, ellos mismos pueden reconocerse sin problema.

De todas formas, y en plan espoiler (no lo leáis los que vayáís a ver la película, please), algunas escenas me han parecido muy buenas.

Yo destacaría:

1. El personaje de Lawrence convertido en meme en las redes sociales.

2. La entrada en directo del novio DJ de la cantante. Sálvame Deluxe total.

3. El descubrimiento de que los aperitivos son gratis y el general los ha timado.

4. El final del personaje de Meryl Streep, buenísimo.

martes, 14 de diciembre de 2021

Kika, by Pedro Almodóvar

"Kika" me ha parecido un divertimento típicamente almodovariano, uno de esos melodramas con tintes cómicos que tan famoso han hecho al director manchego. Eso sí, mucho peor valorado que otros suyos que en mi opinión están claramente muuuuy sobrevalorados. 

Creo que es muy injusto el trato que la crítica ha dado a esta obra. No termino de entender por qué los críticos se inclinan a veces por algunas películas de Almodóvar que a mí personalmente no me dicen ni fu ni fa, y denostan otras como ésta, mucho más interesantes.

No entiendo tampoco por qué en webs de cine como Filmaffinity "Kika" está en el aprobadillo raspado. Ignoro el motivo, pero al verlo siento la inmediata necesidad de pegarle un empujoncito a esa puntuación desde mi modesta aportación.

Y fundamentalmente lo hago por 4 factores:

1. Verónica. Ayer se suicidó. De hecho por eso he visto esta película que jamás había tenido antes curiosidad por ver. Le han hecho un homenaje en la tele y ésta es la peli que han elegido. Tal vez porque fue la única en la que su personaje era tan protagonista que daba nombre al film. Para mí Verónica no fue una gran actriz; simplemente había creado un personaje adorable que daba ese punto de ternura e ingenuidad a todos los papeles que interpretaba. Era una actriz del tipo de la gran Lina Morgan, o la enorme Chus Lampreave.  Raramente hacían algo diferente, pero es que lo hacían tan bien que no era necesario que hicieran otra cosa. No serán inolvidables por su versatilidad, pero sí por ese personaje único que sólo eran capaces de interpretar ellas y que nadie más sabría hacer de la misma manera. Desde aquí mi homenaje particular a la gran Forqué. Y a su Cristal, a su Pepa... A todas sus mujeres, que eran siempre la misma pero viviendo muchas vidas diferentes, como la de esta Kika que hoy me trae aquí. Verónica, espero que hayas encontrado por fin la paz que tanto ansiabas.

2. Victoria. Ese pedazo de personaje típicamente almodovariano, Andrea Caracortada, con su moto y sus diseños de Gaultier. Esa cámara permanentemente incorporada a su cabeza, que todo lo graba, que todo lo inmortaliza. Esas preguntas incisivas de carroñera nata... No os suena a nadie?  O igual os suena a demasiadas. Almodóvar hizo una magistral predicción del futuro. Puede que ya entonces se pudiera ver venir lo que hoy tenemos en las teles y en las redes, pero qué visionario es ese personaje. Así que van dos puntos más por Victoria y por su Andrea.  

3. La escena en la que Rossy de Palma le habla a Kika de los abusos que sufrió de pequeña. Cuando le cuenta que su hermano se iba tirando todo lo que se movía, pajaritos, hormigas, serpientes, lagartijas... y ya últimamente estaba violando al barrio entero, viejas, jóvenes, de todos los colores, razas, estaturas y géneros, y por eso ella se prestó a ser su vertedero sexual para librar al barrio de semejante regalito... inolvidable Rossy en esa escena. Si alguien que no haya visto la peli cree que es imposible reírse oyendo esto, por favor, que busque esa escena y la vea.

4. La violación de Kika. La única violación divertida de la historia del cine, que yo sepa. Al menos yo nunca antes me había descojonado con algo así. Esos minutos de esperpento. Kika intentando razonar, a su manera, con el violador, mientras él sigue a lo suyo, y los dos policías tirando de él para sacarlo. Y mientras Rossy de Palma atada a la silla chillando. Y cuando por fin consiguen quitárselo de encima, el tipo termina eyaculando en la terraza y cayendo la gota en la frente de Andrea Caracortada, que estaba en la calle esperando. He leído por ahí que es la imagen de una especie de polinización floral. No lo sé, sólo sé que la escena es completamente alucinante, hipnótica.

En fin, sencillamente no se me ocurre que nadie en el mundo pueda hacer reír con este tipo de cosas, pero la cuestión es que Almodóvar lo consigue. En ese mundo surrealista suyo todo es posible, hasta una violación cachonda. 

Y luego Kika levantándose de la cama, sacudiéndose el pelo, quitándole importancia a lo ocurrido y diciendo tal que así: "No pasa nada. Estas cosas le pasan a la gente todos los días y hoy me ha tocado a mí".  

Hay que quitarse el sombrero.  Ovación y vuelta al ruedo. Grande Almodóvar. Inmensa Verónica. 

Y esto responde a por qué adoramos a Forqué.

viernes, 26 de noviembre de 2021

Patria (Miniserie de TV), by Aitor Gabilondo

He leído bastantes críticas de esta serie antes de escribir la mía y casi todas responden al mismo patrón, meramente ideológico. O te gustan la serie y la novela porque crees que representan una realidad que durante años se ha vivido en el País Vasco o te quejas de la maldita equidistancia. A su vez entre estos últimos hay otras dos variantes: los que piensan que los etarras eran unos cabronazos y que compararlos con las víctimas es un insulto sin igual, y los que piensan que comparar las torturas constantes de las fuerzas de seguridad con la natural respuesta violenta del pueblo oprimido es igualmente insultante.

El problema de "Patria" es ése justamente. Hay demasiados sentimientos a la hora de intentar hacer una crítica medianamente objetiva de la serie, o incluso de la novela, con la que creo que guarda una fidelidad bastante aceptable. Es muy difícil sustraerse a lo que una piensa del "conflicto vasco", es casi imposible. Pero bueno, vamos a intentarlo.

Desde ya advierto de que yo soy de las que ni por asomo compararía el sufrimiento de las víctimas de ETA con el de los verdugos.  Ése es mi sentimiento y ésa es mi convicción. En esta historia para mí hay unos malos y unos buenos, aunque siempre hay matices, y nadie es completamente malo ni bueno, pero la masacre de los terroristas no tiene justificación ninguna, y la degradación moral del pueblo vasco a raíz de todo esto es desde mi punto de vista una enfermedad social que pervive y que va a ser muy difícil superar. La prueba es cómo sube Bildu en todas las encuestas, hasta el punto de que es muy probable que el próximo Gobierno Vasco esté presidido por los herederos de ETA. Si eso no es una sociedad enferma que alguien me explique qué es. 

Dicho esto, pasemos a la serie, y de paso a la novela. Leí la historia de Aramburu con muchísimo interés y me gustó muchísimo su narrativa, su forma de contar lo que él entendía que había vivido. Creo que hizo un gran esfuerzo por "entender" a todos sus personajes y como novelista eso dice mucho de él. Soy muy fan de su novela y quiero dejarlo claro. Me la bebí prácticamente. Es absorbente y adictiva y es difícil que deje indiferente a cualquier lector.

Pasemos ahora a lo que Aitor Gabilondo ha hecho con ella.  Creo que ha intentado reflejar con la mayor fidelidad posible la historia de Aramburu.  Sin embargo a mí no me ha llegado de la misma manera. Vi mucha más verdad en los personajes creados por Aramburu que en su versión televisiva, en la que los encuentro estereotipados y difícilmente creíbles. Esa fidelidad que se pretende con ahínco se queda a medio camino por la falta de credibilidad de las principales protagonistas.

Y de verdad, no creo que sea problema del trabajo de las actrices que interpretan a Bittori y a Miren. No son ellas, que en mi opinión hacen un trabajo espectacular. Creo que lo que falla es la dirección.  Desde la misma caracterización de personajes. Miren resulta antipática desde el minuto cero, y oye, eso es trampa gorda. Bittori tampoco es la alegría de la huerta, es una mujer dura, amargada, con la que es difícil empatizar, pero su caracterización física es mucho más "amigable".  No quiero ni mencionar la performance que hacen con el hijo etarra de Miren. Esos pelos! Madre del amor hermoso, qué manera de pasarse 20 pueblos con ese muchacho! En fin, que todo es mucho más burdo en la adaptación. Tanto es el afán de Gabilondo por no traicionar el espíritu de la novela que lo que en ésta se plantea con cierta sutileza en la serie se desborda y se exagera, a veces hasta lo grotesco.  En resumidas cuentas, por decirlo en verso: Gabilondo, te has pasado con ese infame peinado.

sábado, 20 de noviembre de 2021

Dollface (Serie de TV), by Jordan Weiss

Cuantas más series veo de amiguitas, da igual que sean treintañeras o cincuentonas, en las que se ensalza la sororidad y la solidaridad universal entre mujeres más misógina me vuelvo y menos soporto a mis congéneres. O sea, realmente es necesario para convencernos de que debemos querernos todas un montón que hagan este tipo de bodrios en los que las tías no hacen otra cosa que el gilipollas constantemente, manteniendo conversaciones entre ellas que harían ruborizarse a una cabra? 

Yo soy mujer desde que nací, al menos desde que tengo uso de razón. Y es verdad que he pasado por algunos momentos de estupidez, sobre todo en la adolescencia y la juventud, de los que no me siento demasiado orgullosa. Probablemente he mantenido conversaciones igual de deplorables y bochornosas que las que aparecen aquí, pero si quisiera hacer una serie sobre amigas jamás en la vida se me ocurriría centrarme en esa parte completamente olvidable de mi biografía.

Mi teoría es que Jordan Weiss es un tipo que odia a las mujeres. Ha estado toda su vida rodeado de petardas que no le dejaban estudiar ni trabajar tranquilo, y por eso durante años estuvo planeando su gran venganza. Y esa gran venganza es esta serie absurda y gilipollesca en la que las tías aparecen  como una subespecie muy por debajo, a mi manera de ver, de la de ningún insecto ni anfibio conocido. Yo incluso diría que las  amebas deben de ser mucho más interesantes que estas pedazo de necias que protagonizan el engendro.

La protagonista principal, Kat Dennings, consigue que su cara se convierta en el referente de todo lo que es odiable en una persona, da igual que sea hombre, mujer o de género fluido, como se dice ahora. Para colmo, la serie es "supuestamente" feminista pero repite clichés asombrosamente humillantes que harían ruborizarse hasta a los más bestias de Forocoches. Por ejemplo, el grupo de presuntas amigas lo componen cuatro tías, a cuál más mema y desquiciada. Bueno, pues entre ellas no se han podido resistir a meter a la típica bajita, feúcha, torpona y que no se come ni media rosca. Claro, las otras están todas superbuenas pero para resaltar lo maravillosas que son tenían que incluir a ese personaje desgraciado que no puede competir y que representa el contrapunto perfecto a la hermosura de las demás. Como tía me parece vomitivo que encima del coñazo de serie que es, se dediquen a denigrar a las tías que no responden a su canon de belleza.

En fin, otra más de pseudofeminismo selectivo de pacotilla en forma de basura televisiva. Protagonistas que no hacen sino denostar el sexo al que pertenezco y hacer que quisiera convertirme yo misma al género fluido para no tener que parecerme ni de lejos a semejantes mamarrachas. Estoy de sororidad universal hasta el mismísimo moño. 

En resumidas cuentas, cualquier día echo la pota con tanta amiguita idiota.

The Flight Attendant (Serie de TV), by Steve Yockey

Si tengo que ser sincera lo que más interesante me ha parecido de esta serie es cómo la protagonista consigue meter mogollones de ropa y complementos en su minúscula maletita. Es algo que me ha parecido fascinante. No podéis ni haceros una idea de la cantidad y variedad de bolsos, bufandas, botas y abrigos que la tía lleva en sus viajes. Para todo eso yo necesitaría algo así como el baúl de la Piquer. Pero ella, oye, en una de esas maletitas de fin de semana que llevan las tripulaciones de las aerolíneas lo mete todo sin problema.

Este tipo de detalles siempre me acongojan un montón y no me dejan concentrarme en las películas. Ya me pasó con la mítica "Niágara", que casi no me enteré de nada intentando entender todo el rato cómo era posible que Marilyn Monroe llevara en su pequeña maletita, que ni siquiera tenía ruedas, todo el equipaje que luce en la película. Y encima andando con ella sin doblarse ni nada, con taconazos, falda tubo, sin despeinarse ni medio pelo, como si llevara una pluma. Y luego en cada secuencia saca la tía un vestido distinto, con todos los complementos a juego: bolsito, zapatos, rebequita, joyerío...

El efecto Marie Kondo viajera me pone loquísima. Casi tan loca como la protagonista de la serie esta, que además de ser alcohólica perdida, está como una puta cabra. Reconozco que las caras de zumbada que pone Kaley Cuoco (la actriz os sonará de The Big Bang Theory) están muy conseguidas. Parece muuuuuuy pirada, aunque también es verdad que al ritmo que bebe todo el rato lo que no sé es cómo consigue mantenerse su personaje en pie. Y esto no lo dice precisamente alguien que se ponga piripi con una cañita, pero vamos, pasarse todo el día bebiendo vodka a morro de la botella y ni siquiera tambalearse un poquitín es para mí otro misterio similar al de la maletita con efecto Marie Kondo.

En fin, no puedo contar mucho más del argumento porque me ha parecido pesadísimo. Sólo puedo decir que Cuoco se pasa toda la serie corriendo de aquí para allá, borracha pero sin balbucear ni marearse, y que no me he enterado demasiado de por qué coño corre tanto.

Para remate de la pera Yockey es uno de esos directores aficionados a multiplicar las pantallas. Ya sabéis, primero se bifurcan, luego se vuelven a bifurcar, y así se llena tu pantalla de minipantallitas para que puedas ver a la vez varias cosas. A mí eso me desconcentra un montón, pierdo el hilo mirando tanta pantallita. Así que la serie me ha parecido demencial a la par que insoportablemente aburrida. Sólo se la recomendaría a gente igual de zumbada que la tía esta o a los muy fans de Cuoco.  

En resumidas cuentas: mucho vodka, culo y teta, y misteriosa maleta.

domingo, 14 de noviembre de 2021

Made for Love (Serie de TV), by S.J. Clarkson, Stephanie Laing, Alethea Jones

Érase que se era un grupito de amigos (Clarkson, Laing y Jones) que un buen día en mitad de una cogorza de ésas que se recuerdan luego toda la vida, idearon una historia. Se lo pasaron bomba con los detallitos y decidieron convertirla en serie.  Y oye, como yo siempre digo: si algún parecido ves... pura coincidencia es.

El protagonista es un tío muy muy loco, un friki de la informática con mucho talento. El tío tiene muchos problemas para relacionarse con la gente en general, no digamos ya con las mujeres. Y por eso se pasa la vida enfrascado en su mundo inventando cosas. Pongamos que podría llamarse Byron G.  como podría llamarse Mark Z. Al final se llama Byron G.

Nuestro amigo monta una empresa que poco a poco va creciendo de manera descomunal, expandiéndose a pasos de gigante, convirtiéndolo en un sujeto multimillonario. Mucho dinero pero mucho miedo. La gente le asusta, la vida le asusta, lo que más le gusta en el mundo es su empresa, y a ella se dedica en cuerpo y alma durante años. La empresa igual podría llamarse Google que Gogol. Pero al final se va a llamar Gogol. 

Entre todas los  productos de Gogol el que más ilusión le hace es el de unir mentes. En principio la idea es entender, interpretar el comportamiento de otras especies. Empiezan experimentando con un delfín, pero de ahí, dando un paso más... qué tal si pudiéramos unir nuestra mente a la de otra persona? La pareja por ejemplo.  Estar todo el día sabiendo lo que el otro oye, lo que hace, lo que siente, lo que piensa... Jo, qué planazo, no? Quién no querría algo así, por favor? Pongámosle nombre al producto. Podría llamarse Made for Love o... yo qué sé, Instagram mismo. Nuestros amigos optan por Made for Love.

Y ahora sólo falta crear un mundo virtual en el que tú decides todo. El paisaje, los amigos, la familia, la pareja, la casa donde vas a vivir, tu trabajo... un sitio que no te puede fallar, porque estará exento de todo lo que no te guste. No habrá ruidos ni interferencias del exterior. Sólo se oirá la música que tú quieras, se verán los colores que te gusten, se olerán tus fragancias favoritas, y sólo existirá la gente que tú quieras que exista. Podríamos llamarlo Hub o podríamos llamarlo Meta. Como prefieras. 

Y así es como Clarkson, Laing y Jones, creyéndose que están inventando algo en una fructífera noche de copas, lo que están haciendo es recrear una realidad que ya está inventada y que es completamente verídica. Lo que sí hacen muy bien es contar la historia desde el punto de vista femenino, el de la mujer de Byron o de Mark, que no falte nunca la "perspectiva de género".  Representada maravillosamente por Cristin Milioti, una actriz de ojos espectacularmente expresivos que remata la faena a la perfección. Y por si todo esto fuera poco, el padre de la protagonista tiene como pareja una muñeca hinchable.  Si yo fuera periodista y tuviera que entrevistar, por poner un suponer, al dueño de Facebook, tengo muy claro lo que le preguntaría: oiga, qué opina de las muñecas hinchables?

jueves, 4 de noviembre de 2021

Dolores: La verdad sobre el Caso Wanninkhof (Serie de TV), by Noemí Redondo

Ésta es la ominosa y vergonzante historia de un machaque. A Dolores se la acusó y se la condenó por un crimen que no había cometido. Los prejuicios sociales, el periodismo amarillo, una sociedad ávida de venganza y una madre herida que creía ciegamente en su culpabilidad hicieron el trabajo.

Pasó muchos meses en la cárcel siendo inocente. Tal fue la presión psicológica a la que estuvo sometida que a veces llegó a creer que a lo mejor pudo haberlo hecho y no se acordaba. Pero dentro de la mala fortuna que la llevó a esa situación, un golpe de suerte la libró. Más que un golpe de suerte fue una colilla. Aunque su juicio había sido invalidado en un recurso, estaba pendiente de la repetición cuando de repente apareció otro cadáver de una chica muy parecida a Rocío y en circunstancias muy similares. Esta chica tenía huellas del ADN de su asesino en las uñas, y ese ADN coincidía con el de una colilla hallada junto al cuerpo de Rocío.

Cabe preguntarse qué habría pasado si esa colilla no hubiera existido. Si Tony King, el verdadero asesino, no hubiese sido fumador. A Dolores igual la habrían declarado inocente, puesto que fue condenada sólo por indicios, sin una sola prueba física en su contra, pero la sombra de la sospecha siempre habría planeado sobre ella. Es más, aunque se demostró la presencia de King en el lugar del crimen, tanto la madre de la chica muerta, como buena parte de la sociedad, siguieron sospechando que la asesina había sido Dolores y que, por un cúmulo de circunstancias, ella había recurrido a King para deshacerse del cuerpo. Todo muy demencial.

Hay muchas cosas en las que deberíamos pensar tras el visionado de la serie. Cosas como la capacidad de manipulación de los medios, la forma de ensañarse con las personas. Esos juicios paralelos que se hacen en las televisiones y que pueden llegar a aniquilar a los que son objeto de ellos. Esa jauría humana que está siempre al acecho. La verdad es que nunca he podido entender cómo funciona la mente de esa gente que acude a las dependencias judiciales a increpar, incluso a agredir físicamente si les dejan, a los sospechosos de crímenes horribles. Qué hace toda esa peña ahí? Igual les gustaría tomarse la justicia por su mano y que les dejaran apedrear o ahorcar a los asesinos y violadores. No lo entiendo. Lo podría entender si fueran los familiares de las víctimas, pero muchos de ellos no las conocen de nada. Sencillamente se mueven impulsados por la ira social.

A Dolores Vázquez nadie la ha compensado por lo que le hicieron. Por aquellos años de cárcel cumplidos injustamente. Por los trastornos psicológicos, muchos y permanentes en el tiempo, que todo aquello le ocasionó.  Sin indemnización, malvendió su casa y se tuvo que ir del país. Volvió al cabo de muchos años y se instaló en un pueblecito gallego con una pensión mínima, que es de lo que vive. Como mínimo este país le debe serias disculpas, y a ser posible, una compensación económica por el daño causado. Los dolores de Dolores no se compensan con flores.

El documental de Noemí Redondo es un principio, pero no deberíamos quedarnos ahí. Habría que hacer una profunda reflexión colectiva sobre cómo se puede llegar a algo así, y en ella no puede faltar el propósito de enmienda, para que nunca se vuelva a repetir. Y sin embargo.... ahí están a diario esos programas truculentos de sucesos que se regodean con el morbo del crimen. Y la telebasura, lanzando inquietantes y sobrecogedores mensajes, emitiendo juicios y condenas mediáticas en prime time. No, no hemos aprendido nada. Ésa es la triste realidad.

martes, 26 de octubre de 2021

Foodie Love (Serie de TV), by Isabel Coixet

Una vez tuve un novio al que no le gustaba comer. Decía que comía porque no tenía más remedio para vivir pero que no era algo que le atrajera lo más mínimo. Jamás sintió el placer de comer algo rico, era una simple necesidad y punto. Si salíamos a cenar él apenas miraba la carta, siempre me decía que pidiera yo para mí y para él. 

Aunque era un tío encantador, adorable y casi perfecto, siempre noté esa carencia. Hay otras pasiones que no se notan tanto cuando no se comparten. Si a tu novio no le gusta ir de compras, pues vas con tus amigas o vas tú sola, y no pasa nada. Si a ti te gusta el fútbol y a tu novio no, lo ves con tus amigos y luego quedas con él. Si te gusta leer y a él no tampoco pasa nada porque leer es una actividad solitaria.  Pero joder, comer es algo que mola mucho hacer en pareja. Y si a uno no le llama la atención ni lo disfruta ni muestra el menor interés... pues es bastante corte de rollo para el otro, la verdad. 

Por eso "Foodie love" era la propuesta perfecta para mí. Y eso que los protagonistas desde el minuto 1 me parecieron unos gilipollas de tomo y lomo, sobre todo ella. Uffff, qué coñazo de tía! Y él, argentino tenía que ser. Que no tengo nada contra los argentinos, que conste, pero reconozcámoslo, son bastante chapas. Y una cosa que tiene Coixet es que sus diálogos nunca pueden ser normales, no pueden transcurrir por un cauce más o menos habitual, siempre tienen que ser intensitos, raros, mentalmente agotadores. 

Sin embargo me ha encantado esa historia de amor en la que la comida juega un papel fundamental. Amor y comida, el tándem perfecto. El amor gourmet, el probar cosas juntos, el follar con la mirada mientras se saborean ricas viandas. La tradición de "Como agua para chocolate". Cada capítulo un plato y cada plato un momentazo de la vida. No hay nada más erótico que esa comunión perfecta entre amor y comida.  Coixet es muy digna heredera de esa tradición. Aunque en un momento de la serie su protagonista dice algo así como "no hay nada más erótico que el que alguien te escuche". Vale, pero que te escuche comiendo.

He visto la serie tan en plan gourmet que a pesar de que los capítulos eran muy cortitos, de apenas media hora, me propuse ver uno por día. Para saborearlos a gusto, sin prisas y sin empachos. Y así disfruté de la noche de cocina oriental, la noche italiana, el menú degustación con besos... cada comida un pasito p'alante María. Ayyyyy lo que se perdió aquel novio mío! De verdad, si te gusta el buen comer casi te puedes correr.

Por qué matan las mujeres (Serie de TV), by Marc Cherry

Ésta es una serie muy Marc Cherry, vamos, muy del inconfundible estilo de sus "Mujeres desesperadas". Por qué matan las mujeres. Pues por mil motivos. Por celos, por compasión, o por simple distracción.

La serie es muuuuuy loca, una puta locura. Las historias son completamente demenciales, con constantes giros de guión alucinantes; los personajes empiezan siendo una cosa y cuando acaba la temporada no se parecen a lo que eran ni en el blanco de los ojos. Es imposible prever mínimamente la cantidad de cosas que les van a pasar. Daría lo que fuera por irme de copas con Cherry, tiene que ser un crack, un tío para partirse el culo con él.

En la primera temporada hay tres historias paralelas con un punto en común: la misma casa. La acción transcurre en tres épocas diferentes, desde el ama de casa de los años 50 completamente sometida a su marido a los matrimonios abiertos de los tiempos actuales. En medio, el amor en los tiempos del Sida. La pregunta es también la misma: por qué esas mujeres van a terminar matando a sus respectivos maridos. Y las respuestas respectivas van a sorprender seguro.

Pero la gran traca viene en la siguiente temporada. Si os gustó la primera, creedme, con ésta vais a alucinar. Es una sola historia, años 50, una tranquila urbanización de un pueblecito pacífico, al menos en apariencia.  Un ama de casa de mediana edad casada con un orondo, bonachón e inofensivo veterinario, un matrimonio normal, también en apariencia. Ella es aficionada a la jardinería y su mayor ilusión sería entrar en un club floral que considera el summum del glamour. Y hasta aquí puedo contar, porque a partir de este sencillo argumento Cherry monta una paranoia de absoluta locura que sería un crimen desvelar mínimamente.

Hay que amar mucho a las mujeres para ser capaz de crear unos caracteres femeninos tan ricos, tan apasionantes y tan llenos de matices como éstos. Y ya que hablamos de matar, si yo fuera actriz mataría sin dudarlo por uno de estos papeles, tanto por los principales como los de reparto. Ninguno tiene desperdicio. Qué regalazo para una actriz! Ginnifer Goodwin encantadora en su papel de sencilla ama de casa de los 50; Lucy Liu maravillosa, glamourosa y espectacular en su papel de pija endiosada adicta al lujo. Pero el gran descubrimiento para mí ha sido la enorrrrme Allison Tolman, que aparece en la carátula con esa carita angelical. Pedazo de interpretación, soberbia, inolvidable. Y como simple curiosidad apuntar que algún capítulo ha sido dirigido por la mismísima Eva Longoria, una de las más emblemáticas mujeres desesperadas. Por Dios, no os lo perdáis. Palabrita que vais a flipar.


viernes, 22 de octubre de 2021

The White Lotus (Miniserie de TV), by Mike White

Tengo que agradecer a Mike White (que, por cierto, ha decidido titular su serie con su propio apellido, White-White, igual soy yo la única que se ha dado cuenta de este detallito? Jejejejeje!) que me haya recordado algunas cosas muy importantes que ya en su día aprendí pero que tenía olvidadas. Cosas que descubrí viendo pelis infumables como por ejemplo "Lost in translation". Cosas como:

1. Que los ricos sufren, lloran y moquean mogollón.

2. Que aunque tengan de todo siempre quieren algo que no tienen, y por ello lo pasan fatal.

3. Que se drogan como cerdos para olvidar que son tan asquerosamente ricos.

4. Que follan poquísimo, y casi nunca con quien quieren follar. Salvo previo pago, claro.

5. Que son profundamente infelices, estúpidos y desgraciados.

Y agradezco a Mike White esto porque reconforta muchísimo ver a un grupo de ricos gilipollas en un sitio maravilloso al que cualquier persona normal se volvería loca por ir, y los capullos estos se pasan todo el tiempo pasándolo como el culo.

Aprendemos lecciones reconfortantes como que el dinero no da la felicidad, oh bendita y consoladora filosofía; que  a veces incluso es un serio inconveniente, y que ser pobre, dentro de lo que cabe, no está tan mal.

Por eso he disfrutado muchísimo de ver a esta gente pasándolo fatal en un entorno paradisíaco al que ya no tengo la menor ganas de ir, puesto que queda claro que sólo podría encontrarme con tarados como ellos allí. 

Mejor me quedo en mi casa, que aunque no tenga las mismas prestaciones, es mucho más tranquila. Ser rico es un horror. Estoy por pedirle a Hacienda que me retenga el triple, que no me deje ni plantearme jamás lo de irme de vacaciones a resorts de lujo. Por favor, quiero ser asquerosamente pobre pero feliz!

En resumidas cuentas, me tocan bastante el toto los ricos del blanco loto.

lunes, 4 de octubre de 2021

Jacqueline Sauvage: ¿víctima o culpable? (TV), by Yves Rénier

Éste es un telefilm basado en un libro escrito por la propia protagonista de los hechos. Se trata de un caso típico de violencia doméstica prolongada a lo largo de los años. Habrá quien prefiera llamarlo violencia de género, aunque yo personalmente creo que esto tiene poco que ver con el género y mucho más con otro tipo de problema. En este caso concreto se trata de un individuo con un serio problema de alcoholismo, de nula tolerancia a la frustración y de temperamento violento en general, con todo el mundo, no sólo con su mujer. Tenía aterrorizado al vecindario, violaba sistemáticamente a las hijas, amenazaba a todo el que le llevara la contraria... en fin, un pedazo de bestia en toda regla. Habría sido milagroso que con este curriculum a la mujer no la pegara también.

La cuestión es que después de 47 años de este panorama un buen día la señora agarra la escopeta del marido y le pega tres tiros mortales y se lo carga. El telefilme se basa en el movimiento social que se crea para que la justicia la exculpe y considere el crimen como un homicidio en defensa propia. Y el problema fundamental es que en el momento de los disparos el marido no la estaba agrediendo sino que estaba tranquilamente sentado en el porche zampándose una botella de whisky. La paliza se la había cascado un rato antes.

No voy a entrar en la cuestión que se plantea porque obviamente es un caso de maltrato de manual y yo a la señora ni la habría juzgado; directamente le habría dado un premio nacional por quitarse de encima a esa bestia y le habría levantado un monumento en el pueblo. Me voy a limitar a criticar lo que es la película propiamente. Y sólo puedo decir que creo que yo misma, que no tengo ni idea de hacer películas, no la hubiera podido hacer peor.

Mira que el caso es claro, que esa señora con ese historial tiene que dar una penita tremenda, que al espectador no le puede caber la menor duda de que ese animal de bellotas tiene que morir. Bueno, pues no. A la señora dan ganas de inflarla a hostias todo el tiempo. Dan ganas de zamarrearla y decirle: "pero reaccioneeeeeeee, señoraaaaaaa, pordioooooosssss! Reaccione usted, por favor, que la mata ese señor!". Es imposible empatizar mínimamente, es tal su sumisión constante hacia el marido, y su carita de cordero degollado mirando al tío que te tienes que contener para no levantarte a destrozar la tele.

El tal Yves Rénier que ha llevado la historia a la tele consigue que además de cabrearte con el tío termines chillándole a la señora y a las hijas. A la señora por la cara de zumbada que tiene todo el tiempo, y a las hijas por no hacer nada para sacar a su madre de ese infierno. O sea, la pasividad de la familia ante la brutalidad del padre-marido es completamente de locos.

Por poner un ejemplo, una escena: se reúnen todos los hijos a comer en casa de los padres. Cualquiera que viera la escena no se puede ni imaginar que están con un maltratador. Un buen rollito de la hostia. El hijo llenándole al padre la copa sin problemas, animándolo a beber. ANIMANDO A BEBER A UN CERDO ALCOHÓLICO MALTRATADOR!!!!! Me pinchan y no sangro. La única que parece un poco preocupada viendo al marido llenándose la copa una y otra vez es la señora, que está justo enfrente de él. Los hijos como si nada, como si no hubieran nunca visto al padre borracho montando un cirio y apaleando a la madre, que es lo que se supone que pasaba día sí y día también. Juro que estaba yo viendo la escena y no daba crédito. Pero qué haces, alma de cántaro, llenándole la copa a tu padre y haciendo bromitas con él? En fin, al final lo que era de esperar. El tipo se pilla tremenda papa, scabrea, se abalanza para la madre, los hijos se largan de la casa llorando y dejando a la madre con el animal completamente enloquecido, y otra paliza al canto para la señora. 

Y te quedas ahí con la boca abierta, con la mandíbula descolgada y totalmente ojiplática pensando: por qué coño estoy viendo esta mierda?????

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Nine Perfect Strangers (Miniserie de TV), by David E. Kelley, John-Henry Butterworth

Nueve perfectos idiotas que están como nueve chotas.

Nueve perfectos colgados completamente chiflados.

Nueve kilos de Tranxilium necesitas en Tranquillium.


Nueve hostias como panes le daría a estos rufianes.

Nueve a Kelly, a Butterworth, y otras nueve pa Nicole.

Nueve más por ese morro con botox a cascoporro.


Nueve horas he pasado visionando a estos chalados.

Nueve mierdas, nueve truños, nueve cacas como puños. 

Nueve veces te diría: no veas esta porquería.

sábado, 18 de septiembre de 2021

Little Fires Everywhere (Miniserie de TV), by Liz Tigelaar

A menudo cuando las hijas llegan a la adolescencia desearían tener otras madres. De repente empiezan a envidiar a las madres de sus amigas. Casi todas les parecen mejor que la suya propia. Esto es un hecho, es real, ocurre en las mejores familias, y si eres madre y no lo sabes aún, es bueno que te vayas haciendo a la idea. Algún día tu hija te mirará con asquito. Pero tampoco te asustes, luego pasará el tiempo, tendrá sus propios hijos y se dará cuenta de la clase de gilipollas que ha sido.

Esta serie va justo sobre eso, las complicadas relaciones entre madres e hijas adolescentes. Los personajes masculinos no tienen apenas relevancia, son puras muletas de las féminas. Los maridos, hijos, hermanos no pintan aquí nada, son una fuente de conflicto más, como mascotas. La cosa va de mujeres básicamente. La creadora es mujer y las principales protagonistas también.

Pero hay un añadido social interesante que crea una triple confrontación. Madres blancas y negras, madres ricas y pobres, madres solteras y casadas... Y con todo esto la creadora, Liz Tigelaar, monta su particular totum revolutum de maternidade. Reese Witherspoon es la madre blanca, rica y casada, Kerry Washington es la madre negra, aparentemente pobre y soltera. Y con esto está el conflicto servido. El conflicto fácil, claro. Porque en esta serie es inconcebible, por ejemplo, que la madre soltera y pobre pueda ser la blanca. Tampoco se concibe que la negra pueda estar felizmente casada. Os aviso desde ya: la negra es pobre y muy guay, y la blanca es una puta arpía a la que la pasta le sale por las orejas. Además no es espoiler, se ve desde el principio. Pero es que conforme más va avanzando, más arpía es una y más buena la otra. Esto es así.

Y luego para remate de la pera aparece una china. Ésta es la típica china que abandona a su hija recién nacida, hija que es adoptada por una familia americana, naturalmente de blancos, heteros y asquerosamente ricos, que no pueden tener hijos. Porque como todos sabemos, los únicos que tienen problemas de infertilidad y adoptan niños son los blancos ricos, los chinos pobres todos tienen unos espermatozoides y unos óvulos como soles. Ah, y las madres adoptivas además de blancas y ricas son unas hijasdeputa; las biológicas, aunque hayan abandonado a sus niños a la intemperie en una fría noche invernal, son sistemáticamente buenas, sobre todo si son chinas.

En fin, una más de tópicos típicos, típicos tópicos.  Me habría encantado ver una serie sobre pequeños incendios en vidas normales. De gente que no es muy rica ni muy pobre, ni muy blanca ni muy negra ni muy china. Habría estado chulo que uno de los ricos hubiese sido negro, por ejemplo.  O gordo. En esta serie curiosamente no aparece gente ni gorda ni con gafas ni calva. Todos, tanto blancos como negros como chinos, tanto ricos como pobres, todos tienen el peso ideal, un pelo aceptable, buena dentadura, una vista estupenda y una dicción supercorrecta. Ningún tartamudo, por ejemplo. Ahora que caigo, tampoco hay nadie feo. En la carrera por la diversidad se han quedado muy cortitos. Suele pasar, la gente es tan variopinta, tan rara, tan cabrona, que por mucho que quieras hacer una serie en la que aparezcan reflejados todos los colectivos marginales, siempre siempre siempre te vas a dejar alguno atrás y vas a quedar como el culo con ese colectivo. Alguien debió advertir de esto a la señora Tigelaar.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Momentos decisivos: El 11-S y la guerra contra el terrorismo (Serie de TV), by Brian Knappenberger

Ahora que se ha cumplido el aniversario de los atentados que cambiaron el mundo, las televisiones se han entregado con ahínco a recordar la efeméride. Éste es sólo uno más de las decenas de documentales con los que nos han bombardeado. De momento es el único que he visto.

Se trata de cinco capítulos en los que Knappenberger va desgranando distintos aspectos. En la primera parte de cada uno se rememoran los hechos, con profusión de testimonios de supervivientes. En uno las Torres, en otro el Pentágono, el vuelo 93 que se dirigía supuestamente al Capitolio...  Bueno, lo de siempre, imágenes impactantes que nunca dejan de asombrarnos por muchas veces que las veamos, casi la misma incredulidad de entonces, la sensación de que estamos viendo una película, etc. Pero desde mi punto de vista la parte más interesante es la que analiza tanto la situación previa como la posterior, es decir, las causas y las consecuencias del mayor atentando terrorista de la historia de la humanidad.

A muchos se nos escapa lo que había detrás de todo ese odio que llevó a los terroristas a preparar durante 3 largos años aquellos atentados. Qué era lo que estaba pasando en la recámara mientras el mundo dormía plácidamente sin saber lo que estaba por llegar. Qué hilos se estaban moviendo en la oscuridad mientras nadie podía imaginar que la vida, tal y como la conocíamos, iba a terminar para siempre. Los últimos tiempos en los que nos sentimos realmente seguros. Porque a partir de entonces todo ha sido miedo, normas de seguridad exhaustivas, sospechas... y muchos otros atentados tal vez menos espectaculares pero que no han cesado en ningún momento y que han hecho mucho daño: Madrid, Londres, Barcelona, París, Niza... La locura se ha adueñado del mundo a partir de aquel día que nunca podremos olvidar.

El documental aclara muchos aspectos de esa intrahistoria, pero también creo que contribuye a la confusíón en otros. Entiendo que el director no quiere mojarse demasiado dando una perspectiva personal, lo cual es en principio bueno en un documental, cuanta más objetividad mejor. Pero es que llega un momento en el que no sabes bien qué pensar sobre lo que se hizo bien o mal. Es sencillo a posteriori ver los fallos de las decisiones que se tomaron, pero qué difícil debió de ser tomarlas en aquellos momentos.

En fin, creo que es un buen documento y por ello recomiendo a la gente que lo vea. Pero me quedan miles de dudas. Tal vez porque no haya respuestas realmente. No podemos juzgar los hechos a través de consecuencias que en aquel momento eran imprevisibles. Sé que la guerra de Afganistán al final salió como el culo, pero... en aquellos días de locura colectiva, de conmoción mundial, de estupefacción absoluta... qué otra decisión se podía haber tomado?  Sólo hubo una senadora que se opuso a la respuesta bélica. El país entero se puso en su contra, recibió amenazas de muerte incluso. La cuestión es si el mundo estaba preparado para no responder a ese ataque con contundencia. Creo sinceramente que no. Nadie lo hubiera entendido. Que levante la mano quien crea que sabe lo que se debió hacer.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Outlander (Serie de TV), by Ronald D. Moore

A ver cómo lo explico para que se me entienda. Tú vas un día por el campo y tocas una piedra y de repente te despiertas unos cuantos siglos atrás tirada en el mismo campo. Y en la época en la que estás ahora sólo hay tíos que quieren violarte todo el tiempo. Todos menos uno, que curiosamente es el único guapo, cachas y con un corazón que no le cabe en el pecho. Y eso que tiene un tórax en el que cabe todo todo todo.  Y unas espaldas que... Y unos brazos que..... uffffffff!

En fin, a lo que vamos. A pesar de la indiscutible beldad del protagonista confieso que no pasé del episodio cinco de la primera temporada. Después de tragarme todo un capítulo dedicado a una noche de bodas. Tooooodo un capítulooooo!!!!! Que se dice pronto.

El susodicho capítulo se podría resumir así: que si yo te miro, que si tú me miras, que si ahora te desato un cordoncito del corsé, que yo a ti te toco el pelo, que ahora te paso una mano por el culo, cinco minutos de tocarte el culo, te lo aprieto, te lo amaso... ahora una teta, quince minutos después la otra... y así toooooodo el tiempo, durante una horaaaaaaa!!!!! Una puta hora interminableeeeee!!!!! La noche de bodas más infumable de la historia de la televisión.

Sólo habría tenido sentido si hubiera terminado con un primer plano de sexo oral explícito. O anal. O yo qué sé, sexo del que sea.  Grupal incluso, una orgía hubiera justificado plenamente esa hora absurda. 

Lo siento, señor Moore, esta serie no es para mí. Ni siquiera puedo concebir que haya alguien que no bostece 70.000 veces viendo algo así. Que haya personas capaces de tragarse las 5 temporadas es algo que no sé cómo interpretar. Si como un logro de la humanidad al hacer tanto acopio de paciencia o como la prueba definitiva de que esta especie se va al carajo. Probablemente lo último.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Atípico (Serie de TV), by Robia Rashid

Otra de familias atípicas.  Últimamente me ha dado por lo atípico. He estado viendo al unísono la historia de la familia polígama de "Big love" y esta otra serie sobre una "familia autista", y la verdad es que creo que me estoy volviendo un poco rarita yo también. Más, si cabe.

Lo cierto es que en la familia de un autista casi todo gira en torno a él. La familia entera se adapta a ese síndrome que implica un montón de extrañezas, y así poco a poco todos se van volviendo igualmente atípicos. Hay que especificar que en este caso no se trata de un autismo "normal", sino de alto rendimiento, que es bastante diferente. El protagonista es una persona con altas capacidades que, con mucha voluntad por su parte y la inestimable ayuda de sus allegados, puede llegar a llevar una vida "casi" normal. Esto no puede decirse de todos los autismos, por desgracia.

Para relacionarte con un autista y empatizar con él te tienes que meter en su mundo. Tienes que entender sus terrores: los ruidos, el caos, todo lo que no esté perfectamente reglado por normas estrictas, las estridencias de todo tipo, sus aficiones obsesivas, y sobre todo, la tremenda lucha diaria de enfrentarse a un mundo que no está pensado para personas como ellos. Cada detalle, cada elemento fuera de lugar, cada distorsión de su realidad cotidiana puede convertirse en un drama. 

Y sin embargo en esta serie te ríes bastante. Porque su creadora, Robia Rashid, ha conseguido que Sam sea un personaje que, a pesar de su frialdad autista, inspire en el espectador una ternura irresistible.

La pasión de Sam son los pingüinos, y sólo a través de ellos él es capaz de entender un poco el mundo. Y luego está su amigo Rashid, un personaje fundamental que además de poner el punto de humor en cada capítulo, es realmente el único que ha captado la esencia de Sam. Luego está su hermana, más pequeña que él pero que ejerce perfectamente de cuidadora y al mismo tiempo de mosca cojonera. Y Elsa, la madre que ha dedicado su vida al autismo de su hijo y que teme perderlo más que a nada en el mundo. Incapaz de verlo crecer y despegarse de su vínculo inquebrantable. Hay que decir también que es un personaje un tanto cargante. Cuesta digerirla. El padre... bueno, ni fu ni fa. Es un personaje un tanto insípido.

Otro punto de interés son las relaciones de Sam con las chicas. Su novia Paige, su psicóloga Julia, sus compañeras de clase, todas tocadas por la varita mágica de alguna rareza. En fin, todo un mundo de frikismo generalizado puesto a disposición de Sam. En este sentido lo que menos me ha gustado de la serie es el exceso de flowerpowerismo. Es un universo sin maldad, todo paz y amor, donde todo el mundo entiende todo (bueno, todo menos algo tan normal, mondo y lirondo como una infidelidad, que es por lo visto lo más de lo más de lo más en materia de cosas imperdonables, en fin...). Me hubiera gustado algo más de realismo en lo que es la vida diaria de un autista, que me temo que se parece muy poco a lo que se ve en la serie. Teniendo en cuenta, naturalmente, que no está planteada como una comedia.

Por último, un breve repaso al elenco. De entre todas, destacaría las excelentes interpretaciones de Keir Gilchrist en el papel de Sam, y de Brigette Lundy-Paine como su hermana Casey. A ver, interpretar a un discapacitado puede ser para un actor un caramelito, porque hay un montón de tics físicos a los que recurrir. De hecho suelen ser papeles muy agradecidos, pero tengo que reconocer que Gilchrist lo hace de sobresaliente. 

En cuanto a Lundy-Paine, consigue expresar estupendamente el conflicto adolescente de identidad sexual que su personaje va desarrollando. Luego he sabido que en su vida real la actriz se define como "no binaria", una de esas nuevas modalidades de género (o mejor dicho, de no género) que nos resultan tan complicadas. La crisis de identidad de Casey da lugar a una trama argumental paralela tan interesante como la del autismo.  

En definitiva, una serie grata de ver, sin grandes pretensiones, pero que para mi gusto peca en exceso de ese defecto tan común en la ficción actual de presentar la realidad edulcorada, envuelta en papel de caramelo para que no nos cueste demasiado digerirla. Y sigo flipando con el puritanismo americano, según el cual, aún hoy en día, lo peor que puede pasar en una familia es una puta infidelidad. Por favor! Me explota la cabeza.

sábado, 21 de agosto de 2021

Allen v. Farrow (Miniserie de TV), by Kirby Dick, Amy Ziering

1. Esta serie es básicamente el intento de crear un relato que se contraponga al de Woody Allen. Y es totalmente lícito. Farrow está en su derecho de hacerlo, pero que quede claro que todo lo que se va a exponer en él son testimonios completamente sesgados para perjudicar al director.  En este aspecto tengo que decir que los directores Ziering y Dick han hecho un excelente trabajo de manipulación documental.

Todo empieza con una serie de insinuaciones sobre el gusto de Allen por las jovencitas. Algo que no es un secreto para nadie. Sus películas están llenas de historias de hombres maduros que se sienten atraídos por chicas muy jóvenes. Lo cual, que se sepa, hoy por hoy no es un delito. Le pueden preguntar a Farrow, que se casó a los 21 años con Frank Sinatra, que a la sazón contaba con 51. 

Si ése es el principal argumento, lo que sale en las películas de Allen, que yo recuerde jamás ha salido una relación pederasta. Con chicas jóvenes muchas, con niñas ninguna. Demuestra eso algo? A mi entender no, ni para bien ni para mal. Lo que salga en sus películas no es una prueba incriminatoria contra nadie.

2. Otro punto importante. Allen jamás ha sido acusado de pederastia por nadie más. Los únicos hechos tuvieron lugar supuestamente en una casa llena de niños y de niñeras. Se conocen muchos casos de pederastas que sólo hayan abusado en su vida de un menor, estando rodeados de niños de todas las edades, razas y colores?

Que liarte con la hija veinteañera de tu mujer no es para darte palmas, eso es verdad. Pero de ahí a ser un pederasta va un gran trecho.

Allen y Soon-Yi llevan 25 años juntos. No fue un polvo, no fue un capricho, no fue esa abyecta relación que Farrow y sus amiguitas testigos pretenden.

3. La vida maravillosa que Farrow pretende que llevaba su familia ha sido desmentida por varios de sus hijos adoptivos, no sólo por Soon-Yi. También por Moses, su hijo psiquiatra, que ha avalado en varias ocasiones las tesis de la hija perdida. Para quien esté interesado he aquí una carta pública de Moses explicando los hechos. Una carta completamente demoledora para Farrow que invito a leer a quien esté interesado:

https://cinefilosoficial.com/2021/03/23/el-testimonio-de-moses-farrow-en-defensa-de-woody-allen/

Por no hablar de los tres hijos de Mia muertos, una por sobredosis y los otros por suicidio. Para ser una madre adoptiva tan ideal no parece que a algunos de sus hijos les hayan salido las cosas demasiado bien.

4. Woody contó en sus memorias todo lo vivido, Farrow cuenta su versión en este documental. Son relatos contrapuestos. 

A mí lo único que me vale es lo que la justicia ha determinado, y es que Allen nunca abusó de Dylan. Y que nadie me hable de poder, dinero o influencias porque el mayor productor de Hollywood está en la cárcel condenado a un montón de años por abusos. 

Es imposible que Allen tuviera más influencias que él.

5. Y por último, lo principal. Me da igual si eres fan o no de Woody Allen. La presunción de inocencia existe y hoy por hoy ante la justicia, tras haberse presentado cientos y cientos y cientos de documentos, ese hombre es inocente. No sólo no se ha logrado probar su culpabilidad sino que existen centenares de pruebas de que la auténtica víctima aquí podría haber sido él.

Malos tiempos para la verdad cuando es tan sencillo levantar un bulo, una calumnia, una injuria, y alimentarlos sin limites, pero para quien esté interesado todos esos documentos son a estas alturas de dominio público.

Aunque de todos ellos yo me quedaría sencillamente con el durísimo testimonio de Moses. Ahí está todo.

jueves, 19 de agosto de 2021

Big Love (Serie de TV), by Mark V. Olsen, Will Scheffer

Ésta es la historia de una familia atípica, regida por el sagrado precepto de la poligamia. "El principio", como lo llaman ellos.

Os cuento cómo va el rollo de esta gente. Hay un padre celestial, y Bill, el protagonista,  es sacerdote de ese padre celestial. Además hay una vida eterna. Bien, pues "El Principio" consiste en que el sacerdote tenga muchas esposas para tener muchos hijos para vivir todos juntos en la vida eterna y así glorificar al padre celestial. Mola, eh? Bueno, advierto desde ya que para esto hay que tener pasta, que no lo puede hacer cualquier hijo de vecino.

Visto sin el prisma religioso la historia que tú como espectador ves es la siguiente: Barb, la primera esposa, se casa muy joven con Bill, pero entonces no eran partidarios de "El Principio" de la poligamia. De hecho son detractores totales. Tienen 3 hijos y Bill se convierte en un empresario de éxito. Luego Barb enferma de cáncer y le tienen que quitar el útero. Se traen a una chica de la comuna mormona, Nikki, para que la cuide. Y entonces Bill ve "la luz", siente "la llamada", y convence a Barb de formar una familia polígama porque ya que ella no puede concebir, Nikki les ayudará a tener más niños para el padre celestial. Y luego al cabo de los años, contratan a una niñera casi de la edad de los niños mayores, y Bill vuelve a sentir "la llamada". Entonces les pide permiso a sus otras esposas y ellas se lo dan, así que todos a una se casan con Margene.

En fin, sacad vuestras propias conclusiones. Yo no sé si los creadores, Olsen y Scheffer, son mormones polígamos de éstos de "El Principio", pero por el resultado final más parece que sean sus principales detractores. 

Advierto desde ya de que a alguna gente la historia le puede repugnar bastante. Sobre todo porque lo que tú, como persona normal, estás viendo es una cosa, y lo que ellos como fanáticos te cuentan es otra. Vamos, que lo de que toda la vida de Dios es que un tipo se cansa de su señora y se busca otra nueva para alegrarle la pajarita, aquí se reviste de espìritualidad,  es una llamada del padre celestial y tienes que atenderla.

"Riiiiiiing! Soy el padre celestial, esta chica me gusta para perpetuar la estirpe. Cásate con ella."

Y luego la cosa tiene su puntito, porque el polígamo está obligado a tratar a todas sus esposas por igual. Vamos, que hacen turnos entre las tres: para follar con él, para dormir, para comer... Un trato exquisitamente igualitario.

Pero lo mejor de la serie, con diferencia, son los piques entre ellas. Pura sororidad (advierto, es ironía). 

Aunque antes haya hablado algo de ellas, os las presento formalmente:

Barb es la primera y resulta ser una feminista de la religión mormona que sueña con ser sacerdotisa.

Nikki es la siguiente, una fanática de El Principio. Se ha criado en una Comunidad en la que viven como en el siglo XIX, vestimenta incluida, y es muuuuuuy bicho. Siempre está mosqueada con las otras esposas, y con el mundo en general. Por cierto, me declaro superfan de Chloë Sevigny. No se puede ser más rejervía. Sus primeros planos son constantes memes de la mala leche. Me encanta!

La tercera en discordia es Margene. Flowerpowerismo máximo. Bill la conoce siendo casi una niña pero "se deja engañar" por la mayoría de edad que ella declara. Ella es la única que no era religiosa, pero rápidamente se engancha a la secta familiar, y termina siendo la más convencida, la más entusiasta y la que más lucha por levantar la moral del clan.

Fueraparte  lo que te parezca la serie, hay auténticos momentazos inolvidables que, advierto, son espoiler:

1. Esta panda de beatos se meten a empresarios del juego y montan un casino. Pero por el bien de las almas de sus clientes, que conste.

2. Como a Bill no se le levanta para follar con Nikki, Margene se restriega un poquito con él para que pueda cumplir con su hermana-esposa.

3. La relación "incestuosa" de Margene y el hijo mayor de Bill, que son casi de la misma edad.

4. Bill completamente indignado cuando descubre que Nikki en secreto toma anticonceptivos: "Has hecho cosas terribles pero ésta se lleva la palma. Sabes lo importante que es traer nuevas almas a esta familia".

5. La confesión de Margene: "Siento deciros que os engañé respecto a mi edad. Cuando conocí a Bill tenía 15 años".

6. Cuando las mujeres del socio se enamoran entre ellas, se lesbianizan, y se largan con los niños. Momentazo.

7. Nikki a Margene: "Te cambio una de tus noches con Bill a cambio de arreglarte la secadora".

8. Un diálogo inolvidable:

- Venga, Nikki, no te pongas así.

- Lo siento, Barb, sé que soy rencorosa, envidiosa y mezquina.

- Lo sé.

- No, lo digo en serio.

- Y yo.

9. Y un superespolier. 

Al final muere él, y la cosa queda así:

- Barb, la esposa feminista, se hace sacerdotisa.

- Nikki, la esposa psicópata, se hace perfecta ama de casa gruñona.

- Margene, la esposa flower, se hace misionera y se pira a Latinoamérica dejando a Nikki con toda la prole.

Luego dirán de la lluvia en Sevilla, pero esto sí que es una pura maravilla.



lunes, 24 de mayo de 2021

Mad Men (Serie de TV), by Matthew Weiner

Empecé a ver Mad Men a pesar de las críticas que había leído sobre el machismo de la serie. A pesar o justo por eso. Normalmente ese tipo de críticas hace que me sienta atraída, porque tengo visto y demostrado que con frecuencia suelen ser injustas, irreales y muy poco fiables. Y no me equivocaba.

Mad Men es una serie profundamente feminista, y además esto es tan evidente que sorprende que haya tanta gente pensando justo lo contrario. De los personajes masculinos no hay ni uno que merezca la pena ni como hombre ni como persona. Son todos unos cerdos, unos salidos, unos trápalas de cuidado, mentirosos, egoístas, desmesuradamente ambiciosos, alcohólicos la mayoría, con la sensibilidad en el culo... en fin, unos regalitos. Matthew Weiner da una impresión tan mala de sus congéneres que da la sensación de que los odia a muerte.  En cambio ama a las mujeres sin lugar a dudas, y se nota.

Los personajes femeninos tienen una riqueza emocional, una cantidad de matices, que contrasta enormemente con la pobreza, simplicidad y primitivismo de sus compañeros hombres.  Desde el primer momento se nota la simpatía que siente el creador hacia las mujeres. Pero es que además conforme va desarrollándose la serie, la evolución de los personajes femeninos es tan interesante que prácticamente devoran a los masculinos. Incluso el propio Don Draper, el puto amo, queda a menudo eclipsado por la fuerza de personajes tan potentes como Joan o Peggy. 

No cabe duda de que buena parte del éxito de Mad Men se debe al carisma de sus intérpretes. Desde el protagonista central, Jon Hamm (la viva reencarnación del inolvidable Cary Grant) hasta las ya referidas féminas que van comiéndole el terreno poco a poco. La rotundidad física de ese mujerón que es Christina Hendricks, que eso no es una mujer; es un volcán, es la madre Tierra, es una diosa. Y frente a ese poderío, la fina belleza de January Jones o la presencia siempre impecable de Elisabeth Moss, dando vida en esta ocasión a la empecinada Peggy, con su lucha denodada por hacerse un hueco profesional en ese mundo de hombres eternamente pegados a una copa. 

Y bueno, lo que también enamora es el vestuario. Hay que morir por esos vestidos, esas maravillas de la moda de los 50 y los 60, esos peinados, esos zapatos. Esa Hendricks meneando su impresionante culo (que ríete tú de las Kardashian) y dejando embelesados a su paso a todos los mastuerzos del lugar. Esa elegancia natural de January Jones, tan Grace Kelly. Por favor, es que hay modelos que dan ganas de traspasar la pantalla para robárselos y guardarlos en tu armario.  Y luego los decorados taaaaaaaan de cine americano de los 50-60.  Un homenaje redondo a clásicos como El apartamento, Irma la dulce, La tentación vive arriba... 

En definitiva, la serie me estaba encantando, iba para sobresaliente seguro. Sin embargo la deriva que sigue en la última temporada, sobre todo en los últimos 5 capítulos, es francamente decepcionante. Eso ha hecho que mi puntuación haya descendido notablemente. No entiendo qué les pasa a los guionistas en esa temporada, qué bajón, qué locura. Esos personajes no se merecían un final tan anticlimático. Y paso a espoiler.

(espoiler)

El último capítulo es casi para echarse a llorar, sobre todo por el protagonista. El final de Draper, ese pedazo de macho alfa que es pura testosterona, es terminar en una secta  flower power haciendo yoga? Que sólo le ha faltado raparse el pelo y hacerse Hare Krishna, por favor. 

No perdono que hayan convertido a ese pedazo de personaje en un mamarracho. Vale que la crisis existencial por la que pasa después de la absorción de la empresa tenía que terminar en un final catártico. La muerte habría sido una salida digna. Pero esa escena final sentado en un jardín con un montón de colgados con las yemas de los dedos pegaditas haciendo Ooooooooommmmmm... 

Nooooooo, por favoooooooor. Don Draper noooooooo. Me han matado!

lunes, 5 de abril de 2021

Amy (La chica detrás del nombre), by Asif Kapadia

Amy y sus amigos. Amy y su padre Mitch. Amy y sus novios. Amy y sus miedos. Amy y sus drogas. 

Pobre Amy. La alcohólica que nunca tuvo suficiente alcohol. 

Pobre Amy. La bulímica que nunca tuvo suficiente comida.

Pobre Amy. La cantante que nunca tuvo suficiente música.

Pobre Amy. La enamorada que nunca tuvo suficiente amor.

Pobre Amy. La hija que nunca tuvo suficiente protección.

Me quedo sin saber quién fue Amy. Lo que cuenta Kapadia ya lo sabía, era vox populi. Todos lo vimos en vivo y en directo. El morbo se mezclaba con la compasión pero no podías apartar la mirada de la pantalla mientras ella caminaba tambaleante por el escenario. Sí, fue penoso, terrible, desolador, pero al mismo tiempo fascinante. Me queda la sensación de que... sólo era una pobre chica muy perdida.

miércoles, 3 de marzo de 2021

Las 4 estaciones de las chicas Gilmore (Miniserie de TV), by Amy Sherman-Palladino y Daniel Palladino

Reconozco que he llegado a esta secuela de las Gilmore de una manera un tanto anómala. A ver, la mayoría de seguidores de la serie tendrían probablemente un ataque de ansiedad cuando se enteraron, 9 años después, de la existencia de esta nueva entrega de sus heroínas. Me lo puedo imaginar. Qué fue de las Gilmore? Qué cambios habrán ocurrido en el maravilloso pueblecito de Stars Hollow? Y el resto de los habitantes de ese lugar encantado y encantador?

En mi caso, como me he tragado las 7 temporadas de las Gilmore del tirón en los últimos 3 meses, esto para mí no es más que una continuación sin más. No ha habido coitus interruptus, no ha habido un parón ni un final en falso, porque el único final, el auténtico, es éste. 

Desde ese punto de vista mi valoración es un poco tramposa. No llego a estos episodios con el mismo talante nostálgico que los que siguieron en su día las andanzas de estas chicas y llevaban años añorándolas. En mi caso, más bien al revés, estaba un poco hasta el moño de ellas, sinceramente. Y deseando perderlas de vista. Todo lo más sentía una cierta curiosidad por ver cómo había resuelto el matrimonio Palladino (Amy y Daniel) el futuro de las petardas Gilmore. 

Pero tengo que decir que me ha sorprendido muy agradablemente. He notado muchísimo la evolución en la calidad de los guiones, en la dirección y en general en todos los aspectos. La madurez de las protagonistas tiene mucho que ver. Alexis Bledel ya no es una niña, es una mujer hecha y derecha, y su personaje vuelve al pueblo en plena crisis existencial de la treintena. Y Graham es una cincuentona, y su Lorelai obviamente ha perdido en el camino buena parte de la tontería que arrastraba como una losa en su interminable adolescencia. 

Por otra parte los Palladino como guionistas han llevado el puntito surrealista a su máxima expresión. Los diálogos son mucho más brillantes, los personajes emblemáticos han tenido más protagonismo. Inolvidables las apariciones de Kirk (grande Sean Gunn), de Taylor, del trovador del pueblo, de la inolvidable Lane, del perrito Paul Anka... Y las nuevas adquisiciones, como la criada de Emily con toda su familia invadiendo la casa por completo... Todo contribuye a convertir esta secuela en un punto final mucho más logrado que el de la serie original. Por cierto, luego he sabido que la criada es la misma actriz que hace de mecánica de coches en el pueblo. Alucinante.

Resaltar también la aparición en forma de breves cameos de varios actores de la serie Parenthood, en la que Lauren Graham trabajó durante años después de las Gilmore. Sale incluso haciendo un pequeño papel de guarda forestal el marido de Graham en la vida real, el inolvidable Nate de "A dos metros bajo tierra". En fin, cada capítulo es un pequeño divertimento en el que se nota mucho la complicidad de todos (guionistas, productores, actores) y también la ausencia de uno de los personajes fundamentales, Richard, padre de Lorelai y abuelo de Rory.

El capítulo final es sencillamente maravilloso. Una explosión de luz como sólo podría darse en un lugar lleno de magia como Stars Hollow. Y esa escena final de la madre y la hija hablando en la escalera del quiosco al amanecer. Y esa frase final que nos deja...

Bueno, que nos deja con la boca abierta. Y hasta aquí puedo contar.

Sólo decir que me alegro muchísimo de haber visto esta entrega postrera de un año en la vida de las Gilmore. Me ha reconciliado con unos personajes y una historia que en la serie original se me habían hecho demasiado cargantes. Y ahora sí, ahora sé que las echaré de menos y que ocuparán un espacio importante en mi memoria. Y en mi corazón. Aunque me embarque en nuevas y apasionantes aventuras televisivas las Lorelais tienen un rinconcito para siempre aquí.

jueves, 7 de enero de 2021

Las chicas Gilmore (Serie de TV), by Amy Sherman-Palladino

Ésta es una serie de petardas y para petardas. De hecho la única razón por la que he conseguido llegar hasta la tercera temporada es porque yo soy también una petarda y mi hija otra. Por eso cada noche durante varios meses nos hemos sentado religiosamente delante de la tele para tragarnos los avatares de las vidas de las petardas Gilmore.

Si tengo que decir la verdad a mí lo único que me gusta de la serie es el maravilloso alumbrado público de Stars Hollow. Un pueblito que parece estar siempre en temporada navideña. Los árboles, las calles, los bares, las tiendas, las casas... y yo, que soy una verdadera friki de la Navidad, no he podido evitar engancharme a esa perpetua iluminación que lo mismo te vale para el invierno que para el verano, para la primavera o para el otoño.

Por lo demás las Gilmore, y con ellas todas sus amigas, son un coñazo de tías. Para empezar no paran de hablar, son auténticos loros andantes. Lo hacen además a una velocidad de concurso de papagayos. Son turboverborreicas a más no poder.  Parlotean por igual en un funeral, en una representación teatral, en un concierto, en una misa, en un cine, en una reunión de comunidad; son las típicas hijasdeputa a las que quisieras matar en uno de esos lugares porque no te dejan enterarte de nada, y nunca paran de cuchichear a tu lado. Una pesadilla de tías, en definitiva.

Luego está lo de la comida. Básicamente se alimentan de basura: pizzas, hamburguesas, salchichas, bollería variada, tartas, galletitas... No saben cocinar y jamás cenan nada medianamente sano, sólo porquería de las más variadas nacionalidades. Cada día llaman a un restaurante distinto para que les lleve la cena: chino, japonés, italiano, turco, jamaicano, haitiano, balinés... Por cierto, para ser Stars Hollow un minúsculo pueblecito de unos 500 habitantes que se juntan para las reuniones asamblearias en una pequeña sala con cabida para 15 personas, hay que ver la variedad nutricional y hostelera del lugar. No falta una representación de la cocina de ningún sitio del mundo. Las Gilmore tienen una cultura gastronómico-basurera insuperable, y todo sin haber salido de su encantadora aldea de Connecticut.

Ni que decir tiene que, pese a la cantidad de mierda hipercalórica que se meten entre pecho y espalda, no sólo no engordan ni un gramo sino que son, con diferencia, las más guapas y tipositas del lugar. Su esbeltez es directamente proporcional a su capacidad engullidora. Eso sí, sus amigas son indefectiblemente feas, gordas o coreanas, porque de algún modo habrá que poner en valor y hacer destacar la inconmensurable belleza de las petardas Gilmore.

Además de inflarse a comer porquerías, las chicas beben café a todas horas. No un cafelito en una tacita normal, no. Lo beben en tazones de cereales, y lo beben a cualquier hora del día y de la noche. Lo beben durante el almuerzo, durante la cena, cuando se despiertan para mear, cuando van de picnic, o de bodas, bautizos y funerales... en todas partes, vamos. Por este motivo se pasan media vida en el café de Luke. Bueno, por eso y porque es la excusa perfecta para desarrollar una insoportablemente tediosa tensión sexual no resuelta entre mamá Lorelai y el dueño del susodicho café. Y cuando digo tediosa quiero decir muuuuuuuuy tediosa.

Luego están los problemas de las Gilmore con los hombres. Pese a que por su deslumbrante belleza, su finura y su impresionante ingenio las Lorelais madre e hija tienen rendidamente enamorados a todos los caballeros que se les acercan, a la hora de la verdad ninguna relación termina de cuajar. Lorelai madre es culo veo, culo deseo. Le gustan todos. Puede tener una relación con cualquier señor, pero eso no impide que siga haciéndole ojitos permanentemente al papá de su hija o al paciente camarero Luke, al que no deja de incordiar en ningún momento ni en ninguna temporada. Entre tanto la Lolelai hija, más conocida como Rory, empieza a dar sus primeros pinitos con un muchacho guapísimo, altísimo y buenísimo del pueblo para ir poco a poco cogiendo todos los infumables tics amorosos de la madre. Y hasta aquí puedo contar  de este asunto.

Y para terminar están las amigas. Como ya he dicho antes todas ellas son o bien obesas (para que quede bien claro que lo de la extraña delgadez de las zampabollos Gilmore es un prodigio irrepetible de la naturaleza), o coreanas, bajitas y feúchas (la pobre Lane), o bien aún más chillonas, histéricas y espeluznantes que las protagonistas (véase la repelente Paris).

En fin, lo que dije, una serie sobre petardas, hecha por petardas para otras petardas. Sólo siendo una de ellas resulta medianamente soportable, y con todo y con eso cansa bastante. Ay si no fuera por esas luces de Stars Hollow que me vuelven loca! No quiero imaginarme una reunión entre las 3 marías: Lauren Graham, Alexis Bledel, y la creadora del engendro, Sherman-Palladino. Por cierto, antes de esta serie vi Parenthood, que me gustó muchísimo más, y en ella Graham hace prácticamente el mismo papel de Lorelai, aunque se llame Sarah y tenga unos cuantos años más. Esta mujer sabrá interpretar algún otro papel? Yo ahí lo dejo.