jueves, 15 de diciembre de 2022

Dulces magnolias (Serie de TV), by Sheryl J. Anderson

Ésta es una serie no apta para diabéticos, lo advierto desde ya. El índice de glucosa por capítulo es de tal nivel que podría reventar hasta a un elefante.

Sólo hay tres cosas que yo destacaría y que han conseguido que la haya visto hasta el final, y ésos son los 3 puntos que le doy.

Serían los siguientes:

1. Las margaritas. Las protagonistas se zampan todos los días unas jarras de margaritas de todos los sabores, colores y variedades que me han hecho babear considerablemente, dado que la margarita es mi cocktail favorito. Un punto muy a su favor.

2. Las luces. La acción transcurre en ese tipo de pueblito que tiene iluminación por todas partes. Calles, casas, arbolitos, todo iluminado. Es tal la profusión de luz que parece vivir en una permanente Navidad, y como la Navidad es también mi época del año favorita le doy otro punto.

3. Las tres protagonistas.  Me encantan, cada una en su estilo. A pesar de lo beatas, de lo hiperglucémicas y de lo petardas que se ponen a veces, tengo que decir que son tres mejores amigas de ésas que a una le encantaría tener. Que están siempre ahí, para todo, a cualquier hora, que nunca te fallan. Incondicionales. Ése es otro punto muy favorable, la verdad.

A ver, la serie es inclusiva hasta la ridiculez. No falta un colectivo en el pueblo, ni por color, ni por religión, ni por tendencia sexual. Hay para todos los gustos, chinos, negros, blancos, gordos, flacos, cachas, homos, heteros... si acaso falta algo sería un trans. Es lo malo del exceso de diversidad, que siempre habrá un colectivo que se sienta marginado porque entre tanta inclusividad se ha quedado fuera. Además, seamos sinceros, con tanta diversidad falla la veracidad. Las probabilidades de que en un pueblo pequeño haya tal cantidad de gente de tan variado pelaje son francamente muy escasas, por no decir nulas.

Las mismas tres protas son una gorda gordísima, una negra supercachas y una bajita pelirroja que parece una princesita Disney. Todas sin excepción se enrollan con maromos de muy buen ver. Hay mezcla amorosa tanto de colores como de guapura como de complexión física. Por supuesto no falta la pareja ideal de amigos gays.  Tampoco el típico canto a la sororidad universal. Y naturalmente también están los inevitables malos corruptos, que nunca pueden faltar en un pueblo de estas características, sobre todo para resaltar lo buenísimos que son los buenos. Y para remate de la pera tienen hasta un doctor que es un auténtico semental.

Hay que felicitar a la creadora, Sheryl J. Anderson, que por lo visto es también la autora de los libros en los que se basa la serie. Ha conseguido crear un mundo superyuppi de bondad, paz y amor que resulta grato de visitar y no complica demasiado la cabeza. Si acaso yo diría que, aparte del exceso de almíbar, le sobra también una mijilla de meapilismo, dado que los personajes se pasan media vida en la Iglesia, que la pastora de la congregación es algo así como la psicóloga de todo el pueblo y que prácticamente todo lo hacen en el nombre del Señor. Da bastante repelús, la verdad. Menos mal que luego lo compensan con el toque salado de las margaritas.

domingo, 27 de noviembre de 2022

True Detective (Miniserie de TV), by Nic Pizzolatto


Palabrita que empecé a ver esta serie entusiasmada por las críticas, por ese casi 9 en Filmaffinity y por su fama de auténtica obra de arte. Debí habérmelo olido, siempre me pasa igual. Serie de culto = Caca de la vaca.

Mi crítica podría resumirse en tres palabras: "Coñazo nivel Dios". Pero bueno, le voy a dar un poco más de bola porque a la gente le gusta leer y a mí también me mola soltar chapas.

Si te gustan los detectives de toda la vida tipo Colombo, Jessica Fletcher o Hercules Poirot, de verdad, ni te acerques a esta serie. En cambio si fuiste fan en su día de aquella paranoia de quién mató a Laura Palmer... ésta es la tuya. Te lo vas a pasar bomba viendo elucubraciones metafísicas de McConaughey mientras se zampa chiquicientas mil cervezas (si eres ex alcohólico lo puedes pasar fatal, ya te lo advierto) y se fuma novecientos mil cartones de tabaco (si eres ex fumador lo mismo te digo).

Y luego está el contrapunto bastorro, el capullín del equipo, el tontolaba, para entendernos: Woody Harrelson. Él tampoco mejora mucho la cosa, porque confrontar las diatribas filosóficas del MacCohones con la insulsez mental del compi tontuelo es, en lenguaje de mi tierra, bastante jartible.

En definitiva, que eran tres temporadas y me he quedado en la primera. Una y no más, Santo Tomás. Es más, sólo vi tres episodios, y de ahí pasé directamente al último para al menos enterarme del final. Después de haberme fumado tres horas infumables de bazofia era lo menos.

Tras esas tres horas me dije yo a mí misma: "Tía,  de verdad te merece la pena seguir tragándote esto, bostezando como una mandrila, que te vas a desquijarar de tanto abrir la boca, sólo por decir que has visto la celebérrima True detective? No, no lo merece, y la vida es muy corta para desperdiciarla viendo cochinadas".

Total, que dicho y hecho. Puse el último capítulo y comprobé ya científicamente que había hecho muy bien en saltarme los cinco del medio.  A mí el señor Pizzolatto me ha aburrido más que el Tato. Y tengo el honor de ser la persona que le ha puesto la nota más baja en Filmaffinity a este truño del copón.  Ahí queda eso!

viernes, 28 de octubre de 2022

The Office (Serie de TV), by Greg Daniels, Ricky Gervais

1. Sobrevaloradísima. No es tan genial.

2. Genial es John Krasinski, al que amo locamente. 

3. Lo mejor: Dwight y las putadas de Jim y Pam a Dwight.

4. Lo peor: Steve Carell, o sea, Michael Scott. No puedorrrrrr.

5. Reconozco el indudable talento de Ricky Gervais y Greg Daniels.

6. Peroooooo... aunque a ratos me he meado, se me ha hecho muy pesado.

7. Ps. (Spoiler)  Mejora muchísimo cuando se va Steve Carell. Pero muchísimo.




domingo, 28 de agosto de 2022

Un lugar para soñar (Virgin River) (Serie de TV), by Sue Tenney

Ingredientes para serie costumbrista rural de éxito asegurado.

Prepárese coctelera.

1. Pueblecito encantador de cualquier lugar del mundo, de entre 600 y 6.000 habitantes.

2. Complicada historia de amor principal con muchísimo deshoje de margaritas.

3. Varias historias secundarias paralelas igualmente tortuosas.

4. Paisaje paradisíaco, entorno natural que te cagas de bonito.

5. Interiores maravillosos, mucha madera, decoración navideña todo el año. Luces tutiplén.

6. Actores guapos o muy guapos, y siempre tipositos. Los feos y los gordos pueden servir como mucho de secundarios. 

Este es el esquema base. Luego hay cosillas que pueden variar. Los guiones pueden ser mejores o peores. La cosa puede ir desde la calidad de "Doctor en Alaska" al flowerpowerismo de manual de "Las chicas Gilmore", pasando por cualquier historia escandinava de telefilme de sobremesa. Vamos, que este tipo de cosas o te gustan o no te gustan. O te entra un asquito que te mueres o se te pone una sonrisita tipo "Grease". Y así es como llegamos a este producto made by Sue Tenney.

No negaré que el guion es lamentable... pero tampoco que entretiene. Con sus conflictos amorosos, vecinales, clínicos, funerarios... que si me enamoro, que si me desenamoro, que si se me muere el marido, que si me quedo embarazada, que si aborto, que si tengo cáncer, que si periquito me mira, que si no me mira, que si me cambio el color de pelo... Joder, pues el día a día de toda persona más o menos normal. La vida es así, no la he inventado yo.

En fin, guion de pura pena y diálogos que hacen que la mitad de los capítulos te los pases mesándote la melena y preguntándote qué coño haces viendo esto. Si te compensan el paisaje, las luces, las cabañitas, todo ese derroche de almíbar que podría hacer vomitar a 20 cabras. Si te compensa ver a Martin Henderson, por muy bueno que esté, diciendo gilipolleces todo el día y buena parte de la noche.

No puedo opinar por ti, amigo lector. A mí es que el tema lucecitas me pierde bastante, pero si no eres de este club de amigos de Iberdrola podría ser que ésta no sea tu serie. También es verdad que si los amores complicados te fascinan sí que podría serla.

Eso sí, aviso a navegantes. Los tiempos en esta serie están medidos de una forma muy rara. Igual un embarazo dura 20 meses que la construcción de una bonita cabaña dura dos semanas. 

Para que os hagáis una idea, cada temporada en realidad son dos meses o así. Pero la cantidad de cosas que pasan en ese pequeño pueblo de 600 habitantes en esos dos meses darían para 10 o 16 años de una ciudad más o menos de 60.000 habitantes. En fin, que... el ritmo de este pueblucho a mí me extraña muy mucho.

domingo, 31 de julio de 2022

The Staircase (Miniserie de TV), by Antonio Campos

Mató este señor a su señora o fue un accidente? That's the question.

Una empieza a ver esta serie sin buscar demasiado en Internet, dado que como es un caso real y está basada en un documental sobre el juicio, no es bueno saber más de la cuenta. Por aquello de mantener la intriga hasta el final. Pues bien, lo he conseguido, y no sólo hasta el final, sino hasta el postfinal, porque a día de hoy y habiendo visto hasta la última escena y los títulos de crédito yo sigo sin tener ni la más remota idea de quién es este señor. Sé lo que pasó a posteriori, sé lo que la justicia dictaminó, sé los hechos que sucedieron a la muerte de su señora, sé lo que ha sido de su vida y de lo que es en la actualidad, pero no podría decir nada ni a favor ni en contra de este hombre.

El personaje es tan brutalmente ambiguo, como ser humano, como hombre, como padre, como marido, que sólo un pedazo de actorazo como Colin Firth podría haberlo interpretado. Cada dos minutos cambias de opinión sobre él, es alucinante. Si en un momento estás convencida de su inocencia al siguiente te convences de todo lo contrario, te parece rastrero, vil, embustero patológico y perfectamente capaz de haber asesinado a su mujer.

Me han sobrado bastante, también lo reconozco, todos esos saltos constantes en el tiempo. Para adelante para atrás, para atrás para adelante... Ufff, qué mareo, tú. Realmente no sé hasta qué punto era necesario tanto ir y venir del presente a los distintos pasados de la historia. Esa mezcla de escenas de un juicio a otro, que sólo intuyes en cuál estás por la cantidad de canas de los personajes... de verdad, son ganas de volver loquísimo al personal. Cada vez echo más de menos las historias que siguen una continuidad cronológica. Claro que en este caso puede tener cierta intencionalidad porque todos esos saltos sirven para explicar esa personalidad completamente impenetrable del protagonista. Dudo mucho que los propios hijos de este hombre tengan la menor idea de quién es su padre, mucho menos nosotros, meros espectadores de una película sobre su vida.

Ni siquiera tengo capacidad de discernir si el creador, Antonio Campos, tiene alguna opinión sobre el tipo. Ni qué quiere contar con esta serie, cuál era su pretensión al rodarla. No sé si quiere contarnos cómo se hace un documental sobre la justicia americana o realmente quiere mostrarnos la psique de un individuo tan inquietante como éste. 

Sólo sé que no sé nada, salvo que estoy fascinada.

miércoles, 27 de julio de 2022

La amiga estupenda (Serie de TV), by Saverio Costanzo

"Historia dulce e inocente;  dos chicas que llevan dentro la fuerza de un tren de mercancías; amistad elástica y duradera; maravillosa amistad inquebrantable entre dos mujeres; esa competitividad, ese anhelo, esa admiración y dependencia mutuas; el espíritu feminista de la obra..." Todo esto son frases literales que he extraído de diferentes críticas a esta serie. De hecho, algunas de ellas fueron las que me indujeron a verla con ferviente entusiasmo. 

Obviamente, hemos debido de ver series distintas.  Porque yo lo único que he visto desde el principio hasta el final es una relación totalmente tóxica entre dos mujeres. Un tipo de relación que, dicho sea de paso, se repite abundantemente en la realidad, por mucho que nos quieran convencer de que las relaciones entre mujeres suelen ser limpias y puras y basadas en la más encomiable sororidad. Aquí hay un esquema muy común en relaciones tóxicas femeninas: la amiga dominante, exigente, manipuladora y con nula capacidad de empatía frente a la amiga comprensiva, sumisa, dependiente y sin voluntad propia. Todo el tiempo se repite este esquema, aunque quizás para dar un poco de verosimilitud a la historia, de vez en cuando durante algún capítulo se cambian un poco las tornas y se deja ver la debilidad de la dominatriz y la fuerza íntima de la sumisa. Pero muy de tarde en tarde.

No he leído las 4 novelas de Elena Ferrante en las que se basa la serie, partamos de ahí. No sé qué parte de la historia se debe a la escritora y qué parte al creador de la serie, Costanzo Saverio. Pero sí sé que lo que yo he visto ha sido una relación de pesadilla. Lila y Lenú en ningún momento se relacionan en condiciones de igualdad. Lila es cruel y tiene un punto de sadismo tremendo tanto con Lenú como con sus otros amigos, su familia, sus amantes, sus pretendientes... Lenú es una mera espectadora de la vida de Lila, siempre en un segundo plano, siempre atenta a sus deseos y caprichos, con pequeñísimos momentos de rebeldía (curiosamente casi siempre provocados por traiciones amorosas de su "amiga"; vaya por Dios, en una serie supuestamente feminista los hombres siempre de por medio). De hecho así es como empieza la serie: alguien llama a Lenú, ya pasada la sesentena, para decirle que Lila ha desaparecido. Y es entonces cuando ella decide contar la historia de ambas. Harta ya de coles, de ser una especie de sombra cuidadora de la amiga díscola y caprichosa, se rebela con este relato de su supuesta "amistad".

He leído también alabanzas múltiples a las dos actrices que interpretan a ambas amigas. Yo no sé si de verdad he visto la misma serie que todo el mundo. Para empezar, el casting es de pura pena. Tenemos a Lila, la sex symbol del barrio. No olvidemos el lugar y la época: Nápoles, años 50. Recordemos las mujeres que en el cine representaban el modelo femenino de los tiempos: Gina Lollobrigida, Anna Magnani, Sofía Loren, Claudia Cardinale... Mujeres rotundas, curvilíneas, potentes, físicamente imponentes... Pues bien, nuestra sex symbol Lila, que tiene enamorados locamente a todos los hombres del barrio, ricos, pobres, altos, bajos, delgados, gordos, calvos o melenudos, por la que todos se pegan de hostias y están dispuestos a matarse entre ellos... es una especie de palo de fregona, un escuerzo sin formas, sin nada que pueda recordar ni lejanamente a ese tipo de mujer que en aquellos tiempos era el referente masculino. En cambio Lenú sí responde a ese referente, pero curiosamente salvo algún despistadillo que no ha caído en la cuenta de la inmensa belleza de la escuálida Lila, nadie se fija en la pobre Lenú. Es como la sombra que se desliza invisible al lado de su mejor amiga. Pasa desapercibida a ojos de todo el barrio, si no es para preguntarle constantemente unos y otros por los avatares vitales de la problemática Lila. Qué sabes de Lila, dónde está Lila, con quién sale Lila, a qué hora crees que llegará Lila?

Todo el tiempo Lila lleva la voz cantante en esa relación. Ella decide, ella marca los tiempos, ella hace y deshace, ella va al volante de la historia. Lenú se limita a seguirla, a perdonar sus desplantes y sus traiciones cual perro fiel, a narrar sus hazañas, sus subidas y sus bajadas a los infiernos y a intentar disculparla y congraciarla con unos y con otros. La actriz que interpreta a Lenú apenas sonríe, mantiene en todo momento una expresión hierática, curiosamente sólo se permite reír y pasarlo bien en las temporadas que se mantiene alejada de su "amiga". Vamos, una relación tóxica de manual. Mientras Lila vive la vida al margen de su mejor amiga, sin importarle un pimiento lo que ella piense o sienta, Lenú está constantemente pendiente de ella, y vuelve una y otra vez a ser su paño de lágrimas, su lazarillo, su salvadora y su asidero vital.

Es cierto que la serie engancha, que mantiene la intriga todo el tiempo, pero no es menos cierto que para nada refleja todo eso que he leído en esas críticas que de algún modo alaban una relación que para mí es totalmente desequilibrada y perversa de principio a fin. A mi modo de ver ambos personajes son odiosos, Lila por su egocentrismo y su falta de empatía, Lenú por su insoportable sometimiento y por su falta de rebeldía. No sería capaz de decir en cada capitulo a cuál de ellas habría abofeteado con más fuerza, porque en todos ellos he terminado subiéndome por las paredes al ver el retorcimiento insano de la una y la estupidez crónica de la otra.  A cuál peor. En definitiva, que esta amiguita estupenda no mola nada a mi menda.

viernes, 15 de julio de 2022

Intimidad (Serie de TV), by Laura Sarmiento y Verónica Fernández


El tema de la violación de la intimidad y de la difusión de imágenes comprometidas en este mundo de nuevas tecnologías que a veces se nos escapan de las manos es algo que me parece bastante preocupante. Por eso al leer de lo que iba esta serie pensé que podría ser interesante verla. Lo pensé, y la cosa prometía. Hasta que en el capítulo segundo ya me di cuenta de que una vez más había caído en la trampa de las series españolas de última generación. El tema estaba planteado, cómo no, desde la inevitable "perspectiva de género". Y como tantas otras cosas, este asunto era uno más de los que nos pueden ocurrir a las mujeres solo "por el hecho de ser mujeres".

Las mujeres, por el hecho de ser mujeres, podemos ser apaleadas, violadas, asesinadas, abusadas de todas las formas y colores, insultadas, vejadas, etc. Por el hecho de ser mujeres nos puede pasar de todo, y en ese todo entra, por supuesto, ser grabadas mientras mantenemos relaciones y que luego esas imágenes se difundan por las redes para uso y disfrute de un amplio público, preferentemente masculino.

Es una de esas cosas que, como nos pasan por el hecho de ser mujeres, naturalmente nunca le podría pasar a un hombre. Sin embargo, cosa curiosa, hace unos días fue trending topic la noticia de que circulaban por ahí imágenes bastante comprometidas de un conocido actor y presentador de televisión manteniendo relaciones sexuales con una señora que por lo visto no era la suya legítima. Se formó tremendo escándalo y se acusó a este caballero de las cosas más aberrantes que se puedan imaginar, hasta el punto de que la señora legítima en cuestión se vio obligada a salir en defensa de su marido y de su derecho a mantener relaciones con quien le diera la real gana sin verse sometido a juicio público, recordando que se había cometido un delito muy grave contra su persona (la del marido) al difundir esas imágenes íntimas.

También recuerdo que uno de los casos más sonados de este tipo de delito se cometió hace muchísimos años, bastante antes de la llegada de estas nuevas tecnologías y de las redes sociales que tan de cabeza nos traen, en la persona de un famosísimo director de periódico que fue grabado vestido de lagarterana, en actitud poco decorosa, mientras una señora le daba azotillos en el culete y él pedía unos poquitos más porque se había portado muy muy mal.

Es decir, que dos de los casos más conocidos en nuestro país de este tipo de invasión y acoso a personas y personajes públicos, han tenido como víctimas a hombres. Y sin embargo estas señoritas, Laura Sarmiento y Verónica Fernández,  han convertido el asunto de la violación de la intimidad en nueva arma arrojadiza del feminismo.  Una vez más, este tipo de desgracias nos suceden a las mujeres "por el hecho de ser mujeres". Claro que sí. Así que, cual pardilla que soy, volví a caer en la trampa de la ficción televisiva española (y también no televisiva). Imposible ver un producto, trate de lo que trate, en el que se haga un análisis medianamente serio e imparcial del tema, sin caer en el tremendismo victimofeminista.

Lo digo y lo advierto. Esta es una caca más de las cientos que hemos visto y seguiremos viendo mientras no consigamos salir de este círculo de inanidad y estupidez en el que estamos metidos desde hace años, según el cual ser mujer en esta vida es casi tan terrible como ser cochino en un matadero. Quien lo quiera ver que lo vea, yo me limito a avisar. Y la que avisa no es traidora.  Amiga, si eres mujer prepárate a padecer. 

sábado, 2 de julio de 2022

Los Durrell (Serie de TV), by Simon Nye

He estado leyendo algunas críticas de esta serie y, la verdad, con algunas me he reído mucho, sobre todo con las más crueles y demoledoras. Pero hombre, como últimamente estoy bastante magnánima, con buen ánimo y sin acritud las voy a discutir.

Como no he leído la trilogía en la que se basa la serie no puedo opinar sobre la fidelidad a las memorias del zoólogo y naturalista Gerald Durrell. Supongo que, como de costumbre, hay mucho cuento y mucho rollo para intentar atrapar al espectador. Si las memorias son tan deliciosas y divertidas como dicen no habría hecho falta tanto rollo, es posible. Pero la tele es la tele, amigos, seamos realistas.

Luego hay quien se queja de que la falta de verosimilitud clama al cielo. Hombre, pues es verdad, eso es indiscutible. Esa familia inglesa, en la ruina absoluta, que se va a Corfú a buscarse la vida y encuentran un casoplón con unas vistas alucinantes al mar, justo encima de una roca, y ahí nadie pega palo al agua pero viven como Dios, con un zoológico en casa, con criada, con chófer personal, con invitados de todo pelaje que se les acoplan, y con lo que cuesta dar de comer a dos hijos, ellos sin un duro le dan de comer a media población de Corfú y a toda la fauna local... bueno, pues sí, canta mucho, para qué nos vamos a engañar?

Pero mira, yo sólo puedo decir que la historia me ha encantado, que nada más los fantásticos dibujos de la entradilla ya me ponían de buen humor, que no ha habido capítulo que no haya terminado con una sonrisa de oreja a oreja, que los diálogos entre la madre y los hijos, por increíbles que fueran, me parecían divertidísimos, tanto como las caras y los gestos de unos y de otros. Que, fuera más o menos fiel a la realidad de la familia Durrell, yo lo que he visto es a una gente muy libre, con la lengua muy larga y la rebeldía frente a lo establecido como norma de vida. En muchos aspectos me ha recordado a mi propia familia, que es también muy loca, aunque ciertamente nosotros no vivimos en un sitio tan mágico y las vistas de mi casa no dan al mar sino a los dos principales hospitales de mi ciudad. Qué le vamos a hacer?

Ya la gente que protesta por si se ridiculiza a la población griega o por un supuesto supremacismo anglosajón... me parece absurda totalmente. Jamás entraría en ese tipo de disquisiciones con una serie tan "blanca" en su tipo de humor y en sus diálogos. Por no hablar de que tanto o más se ridiculiza el convencionalismo de la sociedad inglesa que el retraso consuetudinario de la griega, muy parecida, por cierto, a la española en cuanto a costumbres. Creo que en la comparación entre el espíritu mediterráneo y el anglosajón sale ganando por goleada el nuestro. La prueba es que los Durrell, a pesar de no tener electricidad ni baños en las habitaciones, no quieren volver a Inglaterra ni a tiros.

En fin, que la he encontrado encantadora. Que creo que lo que ha hecho Simon Nye con las memorias de Durrell es una adaptación televisiva apta para todo tipo de públicos, que atrapa y que nos ha hecho a muchos conocedores de esta historia familiar a la que de otro modo nunca habríamos llegado. Lo siento por los que leyeron la obra inspiradora y se sienten defraudados. Que sepan que los que no la hemos leído estamos encantados con estos Durrell, y que no somos gilipollas y sabemos perfectamente que ni mucho menos la historia real sería tan idílica ni tan romántica. Y que seguramente la auténtica señora Durrell no era ni la mitad de fina y guapa que Keeley Hawes. Y que lo del romance con el taxista Spiro es probablemente una licencia poética de Nye que en la vida real jamás ocurrió ni se les pasó a ninguno de los dos por la cabeza. Pero bueno, quién no pondría en su vida una fantasía como ésa, un taxista las 24 horas del día a su disposición. Chófer, amigo, conseguidor, asesor espiritual...  y platónicamente enamorado hasta la médula. Ya quisiera yo un Spiro pa que me diera un respiro.

jueves, 16 de junio de 2022

Julia (Serie de TV), by Daniel Goldfarb

Reconozco que he disfrutado muchísimo viendo esta serie y que me he enamorado por completo  del personaje de Julia Child y de la actriz que lo interpreta, Sarah Lancashire, que está a medio camino entre Mary Santpere y la señora Doubtfire. Ya sabéis, ese tipo de mujerona tierna y encantadora que mide casi dos metros y calza un 46 de pie.  

Para empezar ya el tema me motiva. Soy muy aficionada a los programas y a los libros de cocina. Luego no cocino nada porque me aburre un montón ponerme, pero siempre me ha fascinado enormemente ver a otros cocinar. Lo sencillo y lo divertido que parece. Claro, viendo esta serie entiende una muchas cosas. Por ejemplo, cómo consiguen que un plato que en realidad se tarda cuatro horas en hacer en el programa se elabore en 20 minutos y con la cocina impoluta. 

Una auténtica fantasía que a todos nos gustaría ver hecha realidad. Todos los ingredientes vienen perfectamente cortados y preparados para su uso, esas 4 horas previas que la gente se pasa pelando y cortando patatas, pimientos, tomates y calabacines o limpiando el pescado y el marisco, desaparecen por arte de magia, y todo está como en un mundo ideal debería de estar.  Listo para que tú llegues, lo metas todo junto en una cazuela y lo pongas al fuego y remuevas elegantemente con una paleta de madera. Un sueño hecho realidad.

Pero en fin, la serie tiene ese indudable atractivo para todos los aficionados a la gastronomía, y además es una gozada visual. Recomiendo verla a la hora de la cena o recién cenado, porque este tipo de cosas no es para verlas con el estómago vacío. Pero aparte de eso tiene el encanto de la protagonista y las peculiares relaciones que establece con el resto de los personajes: su marido (que parece el alter ego de George Roper, el de la mítica serie Los Roper), su mejor amiga y ayudante, su editora, su productora ejecutiva... 

En fin, una historia muy de chicas, pero por fortuna de chicas de una época anterior a todo el tonterismo  actual. Es una serie con un trasfondo feminista, pero de un feminismo que no tiene nada que ver con el rollo de género que tenemos hoy en día hasta en la sopa. Es una lucha verdadera por ir sorteando grandes obstáculos y alcanzando pequeñas metas, mujeres que se pelean con los hombres y con otras mujeres para abrirse camino en mundos tan difíciles para ellas como el editorial o el de la televisión. Cuando el feminismo era feminismo y no esta patata.

En fin, tengo que agradecer a Daniel Goldfarb, creador de la serie, que en esos escasos 8 capítulos de 40 minutos haya conseguido atraparme por completo en el mundo de Julia Child. La verdad es que se me ha hecho muy corta, no sé si habrá prevista alguna otra temporada o ya se da por finiquitada, pero... me haría mucha ilusión que hubiera continuación. 

lunes, 30 de mayo de 2022

Desaparecidos (Serie de TV), by Miguel Ángel Vivas y Jacobo Martos

Bueno, vamos a ver. He estado leyendo unas cuantas críticas de esta serie y la verdad es que me ha dado hasta penilla. Hay que ver cómo somos con la producción nacional. No tenemos compasión, de verdad.

Que sí, que vale, que buena parte de los actores son para echarse a llorar.

Que ya estamos un pelín hartos de polis guapos y guapas con caras de palo y de tensiones sexuales no resueltas que mejor que se resolvieran en el capítulo cero y así nos dejaban descansar de tanto gilipolleo.

Que los guiones dejan mucho que desear y que hay situaciones realmente increíbles que dan bastante vergüencita.

Todo esto es cierto, pero teniendo en cuenta que últimamente todas las series que me he puesto a ver, tanto de producción nacional como extranjera, me han aburrido soberanamente, tengo que decir en favor de ésta que por lo menos está entretenida y las tramas son interesantes. Si haces un pequeño esfuerzo y corres un tupido velo sobre todos esos defectillos que he enumerado anteriormente, la serie se deja ver.

Y luego ahí están Mínguez y Echanove, que siempre gusta verlos, aunque el perfil psicológico de sus personajes sea de pura pena. Pero cuando un buen actor coge un papel, por chusquero que sea, algo  exprime y algo saca.

Y luego tiene otra cosa buena. A pesar del excesivo edulcoramiento, de las caras de palo, de los diálogos a menudo sonrojantes o de las tramas secundarias que sobran, al menos no se adhiere totalmente al discurso políticamente correcto. Hay casos de tías que son malas y mienten (síiiiiiiii, lo prometo, palabrita), hay hasta algunos hombres, varones heterosexuales, que son buenas personas. Sí, sé que es difícil de creer, pero los hay. Y eso hoy en día es muy de agradecer.

Eso de que en una serie española actual no todos los tíos sean violadores potenciales ni todos los inmigrantes sean buenísimas personas, que algunas mujeres sean auténticas arpías y hasta alguna que otra psicópata... eso es muuuuuy raro. Y merece premio porque es "rara avis". Creo que es la única de todas las que he visto en los dos últimos años. Y creo que es porque la serie, aunque no reproduzca exactamente casos reales, sí se basa en muchos de ellos. Y en la vida real hay gente buena y mala, de todos los sexos, religiones, razas y procedencias. Si haces una serie sobre desapariciones de todo pelaje y no dejas ver esa realidad nadie se la va a creer.

Tienes que poner situaciones variadas, que al espectador les suenen, que las hayan visto en la tele y oído en la radio. Y eso es lo mejor que han hecho Miguel Ángel Vivas y Jacobo Marcos, contar los casos tal cual, por supuesto con sus licencias poéticas, pero respetando el fondo, aún a riesgo de que puedan acusarles de cualquier cosa en esta cultura de la cancelación horripilante en la que vivimos: de xenofobia, gordofobia, homofobia, gafofobia... Cualquier fobia es buena, basta con que cuentes una historia en la que alguien de un colectivo determinado no salga muy bien parado. Y ya estás listo de papeles.

Por tanto, voy a concederles una oportunidad a estos chicos. Magnánima me han pillado y les doy el aprobado.

viernes, 29 de abril de 2022

After Life (Serie de TV), by Ricky Gervais

Empecé a ver esta serie porque había oído hablar muy bien de su director y protagonista, Ricky Gervais. No lo conocía pero por lo visto es un humorista muy famoso, y al leer la sinopsis me gustó el argumento. Un tipo que se queda viudo y está entre suicidarse y joderle la vida a los demás soltándoles todo lo que piensa sin filtros. En fin, que la idea era buena, y de hecho no empezó mal. Los 4 capítulos iniciales prometían. Pero de repente me doy cuenta de que estoy viendo lo mismo una y otra vez, como en bucle. Todo se repite como el ajo y tiene la misma gracia que una almorrana sangrante. Vamos, que me río más en el dentista que con Ricky el humorista.

Madre mía, vaya coñazo de tío! Qué plasta! Toooooodos los días viendo vídeos de la difunta. Que la cosa puede tener su sentido al principio, pero cuando se supone que van pasando los meses, y hasta los años, el tío sigue exactamente igual. Desayunando y cenando con los vídeos de la señora. Por no hablar del piñazo que es un tipo que se pasa la vida con la cámara en la mano grabando absolutamente todo lo que hace la mujer: durmiendo, comiendo, bailando, cocinando, fregando, haciendo gimnasia..., vamos, que sólo le ha faltado meterse en el baño y pillarla cagando.

He leído por ahí que alguna gente opina que Gervais refleja muy bien lo que es un luto. Venga ya, hombre! He vivido muchos lutos en mi vida y jamás jamás me he dedicado a regodearme tanto ni a mortificarme. Bastante sufrimiento tienes encima cuando se muere un ser querido como para ponerte todos los días a ver vídeos que te pueden hacer polvo. O Ricky Gervais nunca ha sufrido un luto verdadero o es un tocapelotas de manual. Porque nadie que esté sufriendo de verdad puede permitirse el lujo de autoinfligirse todavía más dolor. Es más, es que a veces no puedes ni ver un album de fotos. Como para encima ponerte todos los días vídeos de la persona que ha muerto. Claro que sí, hombre.

Y luego va el tío y conoce a otra viuda en el cementerio tan chapas como él. Lo que faltaba, éramos pocos y parió la abuela.  La señora no tiene otra cosa que hacer en todo el día que ir al cementerio a sentarse en un banco y darle la matraca a la lápida del marido. Y claro, cuando se conocen estos dos se dedican a intercambiarse llantos y quebrantos. Dios mío, si yo voy al cementerio a visitar la tumba de algún familiar y se me acopla uno de estos dos pelmazos a pegarme tremenda chapa juro que me suicido allí mismo.

Otra cosa que no soporto de Gervais es su superioridad moral. En todos los episodios aprovecha para soltar discursitos pretenciosos. Unas veces en plan flower, otras en plan cínico... según le dé. Como diciendo "sois todos unos gilipollas, pero menos mal que aquí estoy yo para enseñaros realmente cómo es la vida". Vete al carajo, chaval. Si tuvieras alguna idea de cómo es la vida no nos estarías contando que un duelo se hace viendo a todas horas vídeos de la persona muerta.

En fin, lo único que molan son algunos personajes secundarios. Concretamente el cuñao es el que a mí más me ha gustado. Tom Basden es el contrapunto sencillo y con 0 pretensiones de su insoportable cuñado. La secretaria border y el cartero también molan.  Si no la descarto del todo es por esos secundarios, por el perro, que es flipante, y por algún que otro diálogo que me ha divertido. Por ejemplo éste entre la secretaria y la becaria del periódico:

- Yo tengo una lista con mis exigencias con respecto a los hombres. Cultos, divertidos, con un buen trabajo, dinero, coche, casa... Cuáles son las tuyas?

- Que tenga cara y polla.

domingo, 17 de abril de 2022

Dead to me (Serie de TV), by Liz Feldman

Tengo que reconocer que me he reído bastante viendo esta serie. Mucho más que con las últimas que he visto, que han resultado un fiasco casi todas. Me han gustado los dos personajes principales, esas dos amigas que son la noche y el día pero que se ven obligadas por los acontecimientos a convertirse en uña y carne. La química entre ellas es esencial para que funcione la historia.

Los constantes giros argumentales, inesperados y sorprendentes, también contribuyen a mantener la intriga. Cada episodio termina con una sorpresa, y claro, te enganchas irremediablemente al siguiente. Un poco en la línea del folletín por entregas de toda la vida.  En ese sentido Liz Feldman demuestra una maestría encomiable en el manejo de la información.

Eso sí, como no podía ser menos, imposible librarse del mensaje de sororidad universal de toda producción contemporánea que se precie. La cultura woke siempre presente. Lo del victimismo y el empoderamiento femeninos ya va por delante en toda serie que te pongas a ver. 

Pero bueno, por lo menos las protagonistas esta vez son bastante desastrosas las dos y se meten constantemente en líos por sí mismas y sin ayuda de nadie. Particularmente el personaje de Christina Applegate me ha resultado especialmente atractivo porque su aparente seriedad y solvencia contrastan un montón con las continuas cagadas que va cometiendo.

También alivia que los tíos no estén representados como auténticos monguers, cosa que hoy en día es para darse ya con un canto en los dientes. Hay hasta alguno que es buena gente, por difícil que resulte de creer. Tampoco para tirar cohetes, pero algo de decencia se percibe en algunos personajes masculinos. Y yo ya con eso me doy por satisfecha. 

En definitiva, me encantan estas dos pibas porque están como dos chivas.

lunes, 28 de marzo de 2022

800 metros (Miniserie de TV), by León Siminiani

En este trabajo se repasa la historia de los atentados que tuvieron lugar en Barcelona y en Cambrils en agosto de 2017. En este sentido no deja de ser otro espeluznante documental más sobre la locura, el fanatismo, la radicalización y la sinrazón que conducen al terrorismo. 

Da bastante miedo, ya una vez conocida la historia a posteriori, ver cómo todo se iba fraguando en la oscuridad mientras el país dormía tranquilamente sintiéndose a salvo de estos fanáticos, en el desconocimiento de lo que estaba por venir. También pone los pelos bastante de punta pensar en la de individuos exactamente como éstos o muy parecidos que ahora mismo estarán ideando alguna otra barbarie por el estilo. Individuos de los que hoy por hoy no sabemos nada pero de los que algún día podríamos ver otro documental como éste en el que se cuente su historia.

En fin, poco más hay que decir sobre este tipo de trabajos, pero sí me gustaría hacer una reflexión desde aquí concretamente sobre éste. Esto va dirigido a los guionistas, León Siminiani y Ramón Campos. Realmente creen ustedes que era completamente necesaria la parte en la que se muestra con todo lujo de detalles cómo se fabrica el explosivo que los tarados estos usaron en los atentados?

O sea, esa parte, ese capítulo, que es casi un tutorial para fanáticos locos por cargarse a cientos de personas... qué sentido tiene? Se podía haber contado la historia exactamente igual sin explicar con ese regodeo cómo y dónde se pueden encontrar los materiales, cuánto cuestan, cómo hay que trabajarlos para convertirlos en bombas con una capacidad letal terrorífica.

No lo entiendo, de verdad. No entiendo bien el motivo del tutorial explosivo. Ni tampoco cómo es que nadie que lo haya visto previamente a su pase público no ha caído en la cuenta de que ese tipo de información, dada así, es de altísimo riesgo. Que sí, que todo eso se puede encontrar en Internet sin problema, ya lo sé. Pero hay que ir expresamente a buscarlo. No es lo mismo que ser un joven con inclinaciones yihadistas y encontrarte así de sopetón con esto, que es como una especie de invitación a jugar al Quimicefa, tal es el nivel de pelos y señales que se dan con total gratuidad. 

Señores, estas cosas no sólo las ven personas normales; también les llegan a los fanáticos, que ven en ellas una oportunidad de aprendizaje sobre planes de ataque, además de dar ideas de todo pelaje que a lo mejor ni se les habían pasado por la cabeza. Por lo menos en lo tocante a la fabricación de explosivos... un poquito de por favor. Un mínimo de discreción.


martes, 22 de marzo de 2022

La maravillosa Sra. Maisel (Serie de TV), by Amy Sherman-Palladino

Empecé a ver esta serie atraída por las estupendísimas críticas que tenía y por recomendación de varias personas que la habían visto.

De verdad que no doy crédito. Yo cada día estoy más en otra onda distinta del mundo. No me puedo imaginar qué ha podido ver nadie en este pestiñazo. Me limitaré a contaros lo que he visto yo; advierto que no he sido capaz de terminar la segunda temporada.

Lo que yo he visto ha sido a una tía petarda, atrozmente turboverborreica, un auténtico loro, que un buen día se separa de su marido y se dedica a recorrer clubs nocturnos, subirse al escenario, coger el micro y ponerse a contarle a toda la peña su patética historia. Se supone que con muchísima gracia, con una fina ironía y un humor que yo, sinceramente, no he conseguido captar en ningún momento. Igual en inglés sonaba divertido pero desde luego en español era para echarse a llorar. A esa tía con esos chistes en el club de la comedia la correrían a gorrazos, y con razón. No he visto cosa más tonta, sosa, singracia y espantosa en la vida. Un coñazo sin paliativos. 

Para más inri la pava es una pija de cuidao. Se va a vivir con los padres y se pasa las noches por ahí en los clubs soltando su chapa, y los dos niños pequeños que tiene ni se acuerda de que existen. Se supone que eso, junto con el contenido de sus monólogos supuestamente humorísticos en los que pone a parir a los tíos, le dan un cierto toque feminista a la serie. Cómo no! Una serie sin toque feminista hoy en día? Un imposible impensable.

Joder, con lo bien que me lo pasaba yo viendo "Las chicas Gilmore", que también fueron creación de Amy Sherman-Palladino!  

Aunque pensándolo bien... ésas eran otras dos petardas de campeonato. Lo que pasa es que al menos la serie era divertida y enganchaba. Y las Gilmore estaban rodeadas de personajes entrañables, y tenían su pueblecito maravilloso lleno de luces. Cosas que atraían y que hacían que estuvieras siempre deseando volver a Stars Hollow. Pero este pestiño no tiene más poder de atracción que una ambientación fantástica de los años 50, eso hay que reconocérselo, y unos vestidazos que te mueres. Pero le quitas eso y se queda en bragas. Y además, que para eso ya estaba "Mad men", y encima con pedazo de historia detrás.

Juro que he llegado a aborrecer la cara de Rachel Brosnahan, la protagonista, hasta un punto casi patológico. Creo que si vuelvo a ver a esa tía en otra serie apago la tele de momento. Lo siento por ella, porque seguro que es una persona estupenda y una gran actriz, pero es que en mi mente ya ha quedado encasillada para siempre en este personaje insoportablemente papagayístico, que tiene la misma gracia que la picadura de un tábano.

En fin, la liberación llegó anoche, recién empezada la segunda temporada. Estaba viendo la serie junto con mi hijo, y me daba la sensación de que él se estaba aburriendo casi tanto como yo. Y no pude más.

- A ti te está gustando el rollo este?

- A mí una mierda.

- Y si pasamos?

- Aleluyaaaaa!

Por lo visto el chaval estaba como loco esperando que yo tomara la iniciativa porque pensaba que a mí me estaba encantando. Lo que es la falta de comunicación en las familias!

En definitiva, como reflexión final de esta crítica, decir que... no me entra que a esta cosa la llamen maravillosa.

viernes, 4 de marzo de 2022

Alguien está mintiendo (Serie de TV), by Jennifer Morrison

Reconozco que esta crítica podría haber sido francamente positiva si la serie se hubiera quedado en la mitad. Si en lugar de 8 capítulos hubieran sido 4. Ése es uno de los grandes errores de la ficción televisiva, el intentar alargar artificialmente tramas que no dan para más de un determinado metraje. En este sentido yo soy muy fan del famoso lema "menos es más". Siempre es mejor quedarse corto que  pasarse 20 pueblos y dejar a la gente hasta el moño. Porque si no esto podría terminar titulándose "Alguien se aburre un montón con semejante tostón".

Y esto justamente es lo que le pasa a Morrison, porque hay que reconocer que la serie promete en los dos episodios iniciales. Hay una intriga importante y los giros de la trama resultan inquietantes a la par que despistan bastante. Y esto a pesar de que los protagonistas sean cuatro niñatos, a cuál más espeluznante y tontorrón, pero se puede obviar atendiendo al suspense de la historia.  

Hay que reconocer también que una simpatiza bastante con los cuatro posibles asesinos cuando comprueba la asquerosa calaña del asesinado. No es por nada, pero yo sería relativamente benévola con alguien que quita de en medio a un cabrón que va por la vida espiando a los demás e intentando extorsionarles con sacar a relucir episodios de su vida que les pueden joder de forma importante. A ver, no voy a justificar un crimen, pero las cosas como son, el difunto cae como el culo, y eso consigue que los cuatro sospechosos caigan un poquito mejor.

De todas formas, a pesar de lo pesada que se hace, tengo que reconocer que me ha gustado la forma que tiene de representar el agilipollamiento generalizado de la sociedad con el tema de las redes sociales. Quizás eso habría que agradecérselo más a McManus, la autora de la novela. Esa imagen recurrente de los chicos con el móvil en la mano grabando constantemente todo lo que ven, como si la vida fuera una película, me ha parecido muy interesante. Inquietante por lo real. 

Joder, que hoy he visto unos cuantos tiktoks de influencers sobre la guerra de Ucrania. Cómo pintarse las uñas a la vez que conduces un tanque, cómo disparar al adversario con un toque sexi... Todo por un like.

Y espérate que llegue el Metaverso al gran público. Yo es que, de verdad, me piro. Dimito. No me da la vida para esto. Qué pereza!

domingo, 20 de febrero de 2022

Mentiras (Serie de TV), by Curro Novallas, Norberto López Amado

Sabes cuando empiezas a ver una serie y en cuanto te percatas del rollo sabes perfectamente cuál va a ser el final? Pues justamente eso me ha pasado a mí con esta basura.

Tengo que decir que supe el final antes de tiempo porque estaba escuchando la radio y en una tertulia alguien habló de la serie y reveló el desenlace sin el menor reparo. Se ve que aún hay quien no ha caído en la cuenta de que algunos vemos las series en streaming. En definitiva, que el tertuliano en cuestión, para más señas el afamado director José Luis Garci, se explayó sin filtros y contó lo que de todas formas yo ya sabía que iba a pasar. Con lo cual el interés se redujo a cero, pero como la estaba viendo en familia tuve la delicadeza de no decir nada del final y ver los capítulos que me quedaban. En adelante si alguien tiene interés en ver este bodrio que no siga leyendo, porque voy a espoilear. La que avisa no es traidora.

Pues bien, cuando vi que esto iba de una supuesta violación y de dos versiones contrapuestas, la de la víctima y la del violador, tuve clarísimo que era violación seguro. Y así lo manifesté en casa, ante las dudas de la familia. En tiempos del "Hermana, yo sí te creo" es totalmente impensable que una televisión emita un producto en el que la hermana no haya sido realmente violada. Me lo discutieron un rato, pero yo lo tenía tan claro que no lo dudé ni un minuto. Y sentencié tal que así: "El tío al final va a ser un violador pero la cantidad de trampas que están poniendo en el guión son de escándalo".

El producto está destinado a reforzar ese "Hermana, yo sí te creo" hasta extremos desternillantes. Porque vincular una droga del tipo de la burundanga con un tipo que sale con una chica por la vía natural de la seducción, la invita a cenar, charlan, se ríen y quedan para el día siguiente, y el chaval se ve enamoradito perdido de la muchacha es, como poco, demencial. Todos podemos entender que un violador use este tipo de drogas para anular la voluntad de una chica desconocida en un bar o en una discoteca. Pero qué sentido tendría en una cita que transcurre por los derroteros esperados y que si la chica no cae esa noche va a caer seguro en la siguiente?

Ninguno. Salvo que te inventes una historia en la que el tipo es un psicópata que disfruta grabando sus violaciones a tías desfallecidas e inertes. Que es lo que hacen. No sin antes jugar con el espectador a mostrarle a un tipo totalmente encantador, encandilado con la protagonista, deseoso de entablar una relación afectiva, y completamente anonadado ante la acusación de violación.

O sea, de verdad, nos toman por imbéciles? Pretenden que creamos que los violadores son tíos que quieren entablar con las mujeres relaciones estables y que miran el móvil ilusionados  al día siguiente de una violación? Nos hemos vuelto idiotas o qué?

Una cosa tengo clara, no cuela ni una más de éstas. No me trago otra mierda ni loca. En el momento en el que presienta la jugada, y ésta la presentí desde el minuto cero, conmigo que no cuenten. Todo este absurdo movimiento me parece una falta de delicadeza y de respeto a las mujeres realmente violadas, violadas por tipos que al día siguiente no les mandan mensajes de amor del tipo "Qué bien lo pasamos ayer. No he dejado de pensar en ti ni un minuto, deseando volverte a ver". Te quieres ir por ahí, tío?

Por si acaso me apunto a los dos prendas estos, López Amado y Novalllas, para no ver absolutamente nada más que venga de ellos. Y recomiendo a todo el mundo que no esté abducido por todo este despropósito de ingeniería social que haga igual.

Por cierto, otro detallito chuliprogre es lo de meter a personajes de colectivos minoritarios. Si lo de la novia musulmana y feminista del chaval es para mear y no echar gota, lo de la poli lesbiana ya es de traca. Pero son los cabrones tan sumamente hipócritas que meten a la pareja lesbiana pero no son capaces de poner ni una sola escena de cama entre ellas. Entre los personajes heteros hay besos, magreos y todo tipo de escenas "guarrillas", pero curiosamente entre las lesbianas sólo hay algún que otro casto piquillo casi infantil, de patio de colegio. Diríase que las lesbianas ni se tocan entre ellas, y por supuesto no practican sexo de ninguna especie. Sólo se abrazan con cariño y se dan piquitos.

Este progresismo hipócrita no lo soporto. Hermana, yo no te creo, chúpate ésta y vete al peo.

jueves, 10 de febrero de 2022

Así nos ven (Miniserie de TV), by Ava DuVernay

He leído por ahí que está bastante mal visto decir que te has aburrido o que no te ha gustado una película o una serie con mensaje de denuncia, y tengo que reconocer que estoy totalmente de acuerdo. Queda una como el culo.  Y automáticamente cae sobre ti la sombra de la sospecha. Hostia, no le habrá gustado la serie porque en el fondo es una racista de padre y muy señor mío? O teniendo en cuenta que la creadora, Ava DuVernay,  es mujer, peor me lo pones. Puedo perfectamente ser tachada de racista y de machista al mismo tiempo.

Bueno, pues señores, aún a riesgo de que esa sospecha desluzca mi crítica, tengo que decir bien alto y bien claro que las 4 horas de serie se me han hecho tan largas como 40. Puede que haya influido el hecho de que era incapaz de distinguir las caras de los niños, y que cuando ya empezaba a familiarizarme con ellos van y salen de adultos. Y ya sí que no. Imposibilidad total de relacionar a cada niño con su respectivo adulto, y al mismo tiempo distinguir a unos adultos de otros.

Sabéis esas pelis en las que te pasas todo el rato preguntando a tus acompañantes... pero ése no era el que... pero quién es la madre... pero si ése había muerto... pero éste no era el hijo del difunto? Y ya, hartos de tanta pregunta, te dejan por caso perdido y ni te contestan. Pues eso justamente me ha pasado a mí con esta serie. Tenía tal confusión de personajes que me ha quedado en la cabeza una historia muy loca que no tiene ningún sentido. La veía y la veía pero nada comprendía.

Por curiosidad me puse a buscar por Internet a los actores, por ejemplo encontré a Jerome Jharrel y fui incapaz de relacionarlo con su personaje. No entiendo por qué todos los actores se parecen tantísimo.  Coño, si no me creéis mirad la puta carátula.

Y no, no es por ser negros, que ya me conozco las suspicacias de la peña.  Es que están caracterizados idénticos, parecen sacados de una fábrica de clones. Al único que logré identificar sin problemas era al latino, que era más fácil de distinguir. Y estoy segura de que no soy la única a la que le ha pasado, aunque la gente estas cosas no las cuente. Por lo mismo que decía al principio.

No dudo de que la serie haya reflejado lo ocurrido con la mayor fidelidad. La putada que les hicieron a estos chicos es de las que marcan época. Es un magnífico ejemplo de cómo a la policía y a la justicia se les va la pinza cuando les entra la prisa por resolver casos muy mediáticos. Pero creo que, dentro de las muchas posibilidades que había de contar esta historia, la directora no opta por la más amena ni por la más clarificadora. Y en mi opinión se queda en un tremendo planchazo que invita al bostezo y al ronquido. Lo siento pero... así os ven y así lo veo.

domingo, 6 de febrero de 2022

Quédate a mi lado (Miniserie de TV), by Daniel O'Hara, Lindy Heymann

Quédate con tu abuelita, que a mí me has dejado frita. Ésa sería mi reflexión final tras haber visto este tremendo bodrio con el que Netflix nos vuelve a obsequiar, con recochineo y alevosía. 

Un montón de despropósitos, crímenes encadenados, personajes infumables y tramas secundarias que harían vomitar a 20 cabras. Policías con cara de búho, además divorciados entre sí. Vamos, que no es que estén divorciados de otras personas, sino entre ellos mismos. No sé en qué cuerpo de policía esto sería mínimamente admisible pero ya de por sí en un guion echa para atrás a los 2 minutos.

Y para remate de la pera tenemos a una pareja de psicópatas que después de asesinar a todo lo que se menea cantan y bailan como si estuvieran en un musical. Sonrisas y lágrimas en versión gore. Me apunto a Heymann y  O'Hara, artífices del engendro, para no ver ya ni medio producto más perpetrado por ellos.

Mención aparte merece el final, pero eso ya va en espoiler.  Atención, quien tenga pensado ver este puto esputo que no lea esto.

La asesina múltiple resulta ser la novia del policía. Bueno, tiene su puntito eso de poner a una señora como psicópata asesina. Lo encuentro muy igualitario. Pero claro, luego viene la inevitable "perspectiva de género". La señora mata maromos a destajo porque un tipo en su día la maltrató y estando embarazada le dio una paliza por la que perdió al bebé que esperaba, de tal manera que terminó matando a este señor y luego decidió que lo mejor que podía hacer es ir por la vida matando a todo tío que viera levantar la voz a una mujer.

Bueno, quienes me lean con frecuencia sabrán que estoy de la puta perspectiva de género hasta el sitio donde el género se define. Vamos, que si tenemos a un psicópata que va matando chicas a cascoporro es que es un degenerado, por más señas aquejado de la enfermedad heteropatriarcal del machismo, pero si la asesina resulta ser mujer siempre hay una explicación racional según la cual el culpable último es un tío. Venga ya, irse a tomar por culo, petardos!

viernes, 21 de enero de 2022

La asistenta (Miniserie de TV), by Molly Smith Metzler

Esto empieza con una tía que tiene una bronca con el marido. Él en mitad de la refriega, bastante borracho, le pega un puñetazo a la pared y le hace un pedazo agujero, y entonces ella se larga con la hija de ambos y sin dar ninguna explicación desaparece. Luego es acogida en una casa para mujeres víctimas de violencia de género en la que le explican que aunque su marido nunca la haya pegado es muy probable que si le dio un puñetazo a la pared algún día pudiera terminar pegándola a ella.

A ver, igual me falta un poco de "perspectiva de género" cuando veo este tipo de productos televisivos, pero me gustaría entender por qué razón hay que recurrir al rollo del género para justificar que es saludable y recomendable abandonar a una pareja, sea hombre o mujer, que es incapaz de controlar su ira y que recurre sistemáticamente a la violencia verbal, social, física o psicológica. En este caso además concurre la circunstancia del alcoholismo del marido. Por qué esto tiene que ser un asunto de género? Nadie conoce a ninguna mujer alcohólica y/o agresiva?

Igual soy yo la única persona del mundo que ha visto alguna vez en mujeres comportamientos bastante parecidos a los que se ven en esta serie por parte del marido. Mujeres celosas, posesivas, controladoras, irascibles... No, vale, no existen. No existen las mujeres que sospechan de cuernos y tratan de controlar el móvil de la pareja. Ni existen las mujeres que cuando pierden los nervios chillan, tiran cosas, golpean objetos o lanzan miradas asesinas a sus parejas. No existen, nunca las hemos visto, vamos a hacer como que no sabemos que hay mujeres así.

Pero al menos podemos entender que nadie puede desaparecer y llevarse a sus hijos sin decir ni mu, salvo que haya ocurrido algo muy gordo que pueda justificar este comportamiento. Imaginemos un mundo en el que un grito en una discusión, o un golpe en la pared, o un súbito lanzamiento de objetos, o una ofensa verbal (tipo "zorra", "maricón", "hijoputa", "cerda") fueran causa más que suficiente para alejar para siempre a un padre o una madre de sus hijos.

Bueno, pues lo terrorífico es que eso no es ficción, eso ya es algo real. No sé si en los USA pero aquí sí. Hoy por hoy se está intentando aprobar (creo que a estas alturas aún no lo está, pero podría equivocarme) una ley según la cual la mera acusación de una mujer por cualquiera de esos hechos que antes he mencionado sería motivo para alejar a un padre de sus hijos de forma permanente, al menos hasta que la causa se resuelva (y todos sabemos la celeridad de la justicia en este país).

La base de esta legislación estaría en casos terribles de filicidios (ahora denominados violencia vicaria) como los de José Bretón o Tomás Gimeno. Como si no existieran casos exactamente iguales pero perpetrados por mujeres contra sus maridos. Hagamos otra vez como que no existen mujeres que asesinan a sus hijos por venganza. O porque les sobran en sus vidas. O porque no los quieren sin más. Que no hay mujeres malas, que no hay malas madres. Obviemos igualmente que la mayoría de filicidios los comenten las madres.  Eso sí, cuando ocurren siempre es porque estaban muy enfermas, deprimidas, no sabían lo que hacían. 

"Tenemos en el plató a una psiquiatra experta en este tipo de crímenes que nos ayudará a entender cómo esa mujer ha podido... blablablabla". Pero oye, nunca hay psiquiatras expertos que ayuden a entender estas cosas cuando las hace un tío. Y no los hay porque ni falta que hacen. Es violencia de género y punto pelota. Alguien tiene algo que discutir? Ah, vale, seguro que eres de Vox!

Y con este edificante contexto social te pones a ver esta serie. Que, además, va de una tía que se dedica a limpiar casas para sobrevivir. Y ésa es otra. Porque la colega es una auténtica fiera, esta chica es buena pieza en esto de la limpieza. En cada capítulo sale limpiando algo así como dos segundos porque casi siempre hay algo en la casa que llama su atención: o los cajones, o el paisaje, o el contenido del frigorífico, o el ordenador de la dueña. Limpiar, lo que se dice limpiar, limpia más bien poco. Se pasa casi toda la jornada laboral curioseando o dedicada a sus reflexiones personales, pero eso sí, a las dos horas todas las casas están perfectamente recogidas y escamondadas, y las propietarias más contentas que unas pascuas con el trabajo de nuestra amiga.

Lo confieso, no soy una experta en limpieza. Pero sí creo que puedo saber que en cuatro horas nadie, salvo que se trate de un superhéroe con poderes paranormales, es capaz de ordenar y dejar como los chorros del oro una mansión de varias plantas que al llegar estaba como una puta mierda.  Mucho menos si te has tirado la mitad del tiempo cotilleando los cajones.  Nada más en limpiar los cristales de las enormes ventanas de esas mansiones te puedes tirar el día entero. Las dotes limpiadoras de esta mujer son sobrehumanas y dejan en bastante mal lugar a prácticamente cualquiera que se dedique a este honrado trabajo. Vamos, que deja a todas las asistentas del mundo a la altura del betún. En fin, creo que la creadora de la serie, una tal Molly Smith Metzler, no ha limpiado una casa en su vida.

En definitiva, entre los vaivenes que se trae con el marido, los rollos con la madre, que está como una cabra (y que, por cierto, es Andie MacDowell, su madre en la vida real, aquel bellezón de "Cuatro bodas y un funeral", pero convertida en vieja loca. Señor, pa lo que hemos quedao!), y lo de la limpieza mágica... aparte de las gilipolleces que la tía hace (por ejemplo, pasar como de la mierda de un tío que bebe los vientos por ella, que es arquitecto,  que le cuida a la niña, que cocina como Dios, que vive en un casoplón,  que le regala un coche, que además está bueno que te cagas... pero que, no se sabe el por qué, no le convence del todo a la muchacha para salir con él)... pues eso, que no hay por dónde pillarla. Entran ganitas de moñearla, de verdad. Y no soy un machirulo heteropatriarcal, que conste. Sólo soy una tía que con un trapo y una escoba es incapaz de hacer milagros y que le jode que le cuenten milongas.

lunes, 17 de enero de 2022

La isla interior, by Félix Sabroso, Dunia Ayaso

Termino de ver una serie, me pongo a zapear con tremenda pereza y me encuentro con esta peli en la 2. La pillo ya empezada pero me quedo flipada al ver el elenco. 

Cuando llego me encuentro de sopetón con Candela Peña. Al momento veo a Antonio de la Torre, y dos segundos después a Alberto San Juan. En la siguiente escena... Geraldine Chaplin. Hossssstia, qué peliculón me estoy perdiendo! Juntar a toda esta gente no debe de ser nada fácil. Aquí me quedo.  Cuanto menos, interesante tiene que ser.

Media hora después estoy hasta el moño de la familia esta. Vale, entiendo que la peli va de salud mental. O más bien, de falta de salud mental. Pero... de verdad es posible que en una misma familia haya tanto... perjudicado, por decirlo finamente? No, muy normal no es. Aunque claro, parece ser que el padre de familia es esquizofrénico. Pero además se ve que le pega también a otras cosillas que no son precisamente propias de este tipo de enfermos. Y la madre, Geraldine, tampoco está muy para acá.  Entre ellos y los hijos podrían documentar todo un tratado de Psiquiatría y no necesitarían a nadie más.

Esta intensidad de insania mental me abruma, hasta el punto de que con mi hipocondría habitual empiezo a notarme síntomas de todas las rarezas de estas personas. Hostia, pues yo también a veces hago tal, o eso que hace ese lo he hecho yo alguna vez... Mira que si estoy como una puta cabra. La sintomatología de cada miembro de la familia se me va pegando. Llega un momento en el que me autodiagnostico de trastorno bipolar, esquizofrenia, TOC varias y ansiedad crónica. Igual no tengo mal nada, pero igual estoy chiflada.

A punto estoy de salir corriendo a Urgencias, cuando termina la peli y veo que hay entrevista después con el director y con Candela Peña. Me entero de que los directores y guionistas son Félix Sabroso y Dunia Ayaso, la famosa pareja y luego expareja y más tarde amigos y compañeros de curro y por último Sabroso ex viudo de Ayaso. Le escucho hablar del trasfondo de la historia, de cómo refleja parte de sus experiencias personales, de lo que significa para él, y ya sí que empatizo lo más grande con este hombre. Termino llorando por la irreparable pérdida de Ayaso, que tuvo que ser una pedazo de tía. Para colmo, Candela habla también de lo tarados que andamos todos por la vida y de que necesitaríamos tratamiento a cascoporro el que más y el que menos.  Y cuenta anécdotas del rodaje que, efectivamente, dan a entender que todos están bastante de aquella manera. A estas alturas la peli adquiere tintes de Máster en Salud Mental.

No me gustaría parecer insensible, pero... aunque aceptemos la premisa de que en esta sociedad estamos todos como chotas, realmente era necesario concentrar tal cantidad de taras mentales en estas pobres personas, con la discutible coartada de que la genética se ha cebado maléficamente en ellas, como si de una flecha maldita se tratara? Quizás, y digo quizás, un mínimo de normalidad en algunos de ellos habría ayudado un poco a dar verosimilitud a la historia. Porque, en serio, yo sé de muchas familias muuuuuy perjudicadas, pero, hostia, de verdad... tío, con ésta os habéis pasado 20 pueblos.  

viernes, 7 de enero de 2022

Mujercitas, by Greta Gerwig

Reconozco que lloré con estas mujercitas del mismo modo que he llorado durante toda mi vida con las distintas versiones que he visto, que han sido casi todas.

Reconozco igualmente que creo que Greta Gerwig ha tenido la mejor de las intenciones al abordar esta adaptación de un clásico tan mitificado. Prácticamente todas las generaciones de mujeres premillennials hemos crecido adorando "Mujercitas". 

Y no es fácil enfrentarse a eso. Y hacerlo con el sano propósito de acercar esta historia a gente (básicamente a chicas, seamos sinceros) que de otro modo jamás habrían accedido a un relato con tanta fama de ñoñez y sentimentalismo. Pese a que esa misma generación se ha tragado y se sigue tragando bodrios infumables y vomitivos, edulcorados hasta la náusea, tanto en cine como en televisión, y ya no hablemos de música o de literatura "juvenil".

En fin, Mujercitas arrastra ese sambenito de peli navideña sólo apta para madres y para abuelas muy viejunas. Soy testigo de lo difícil que es intentar convencer a millennials y postmillenials de que vean estos clásicos. Y ya si hablamos de blanco y negro, date por muerta. Eso para ellos es lo peor de lo peor, aunque luego se tiren horas poniendo el filtro de blanco y negro en sus fotos de Instagram.

Son malísimos tiempos para la historia en general; a casi nadie le interesa. Y la del cine en particular yo diría que a nadie.

Y una vez dejado claro que alabo muchísimo las intenciones de Gerwig y que no he dejado de llorar en toda la película, voy ya a poner en marcha el dispositivo de demoliciones.

Por favoooooor! Josephine March no necesitaba nada de eso para ser una tía de la hostia. Siempre, en todas las versiones, fue esa rebelde a la que le importaba un pimiento ser guapa o fea. Que sólo soñaba con ser una gran escritora. Que no necesitaba a nadie, y menos a un hombre, para vivir. 

Jo siempre fue la gran heroína de "Mujercitas", la que todas queríamos ser. Es el personaje principal en todas las versiones. Ninguna chica quería ser la estúpida y frívola Amy, ni la insulsa y bondadosa Beth, ni muchísimo menos la hermana mayor, que por muchas versiones que haya, es un personaje tan soso y tan intrascendente que ni me acuerdo de su nombre. Todas, absolutamente todas, adorábamos a Jo March.

Y daba igual la cara que tuviera esa Jo.  Siempre fue nuestra favorita, nuestro sueño. Ella en sí misma era el mejor alegato feminista que nadie podría concebir. Qué niña de los años 50, 60, 70, 80, no quiso ser Jo March?

Esta versión sólo era necesaria para atraer comercialmente a un público que sólo ve cine actual y que desprecia todo lo rodado antes de los 2000. 

Mejor les hubieran hecho un videojuego sobre las 4 chicas March luchando con bolas de nieve.  Eso les habría llegado al alma. Puede que se pasaran horas intentando esquivar bolazos, superentretenidos. Y a Meryl Streep siempre la puedes meter en algún rol secundario para darle caché a la cosa. Y en la siguiente versión, que Beth conduzca un camión.

No, en serio, si de lo que se trata es de atraerse a un público esquivo, yo en la próxima revisión de la historia pondría directamente a las Kardashian.  Buenos culos, buenas tetas. Y siempre tienen algo que contar en sus stories. Seguro que tendrían seguidores a mansalva y lo petarían en las redes.

Pero por favor, déjennos a las hermanas March tal y como eran cuando fueron creadas.  Dejen que Jo siga siendo nuestra heroína. Así la concibió su creadora y así la hemos recordado durante años y años millones de mujeres, de mujercitas, que no sabíamos qué era esa cosa del heteropatriarcado, pero que comprendíamos perfectamente a esa chica que prefería vestir con pantalones, revolcarse en la nieve, cortarse la melena para ayudar en casa, soñar con otro destino que no fuera tener marido e hijos.

Querida Greta, antes de tu historia, Jo siempre fue Jo. Y todas, o casi todas, quisimos ser ella.