miércoles, 27 de julio de 2022

La amiga estupenda (Serie de TV), by Saverio Costanzo

"Historia dulce e inocente;  dos chicas que llevan dentro la fuerza de un tren de mercancías; amistad elástica y duradera; maravillosa amistad inquebrantable entre dos mujeres; esa competitividad, ese anhelo, esa admiración y dependencia mutuas; el espíritu feminista de la obra..." Todo esto son frases literales que he extraído de diferentes críticas a esta serie. De hecho, algunas de ellas fueron las que me indujeron a verla con ferviente entusiasmo. 

Obviamente, hemos debido de ver series distintas.  Porque yo lo único que he visto desde el principio hasta el final es una relación totalmente tóxica entre dos mujeres. Un tipo de relación que, dicho sea de paso, se repite abundantemente en la realidad, por mucho que nos quieran convencer de que las relaciones entre mujeres suelen ser limpias y puras y basadas en la más encomiable sororidad. Aquí hay un esquema muy común en relaciones tóxicas femeninas: la amiga dominante, exigente, manipuladora y con nula capacidad de empatía frente a la amiga comprensiva, sumisa, dependiente y sin voluntad propia. Todo el tiempo se repite este esquema, aunque quizás para dar un poco de verosimilitud a la historia, de vez en cuando durante algún capítulo se cambian un poco las tornas y se deja ver la debilidad de la dominatriz y la fuerza íntima de la sumisa. Pero muy de tarde en tarde.

No he leído las 4 novelas de Elena Ferrante en las que se basa la serie, partamos de ahí. No sé qué parte de la historia se debe a la escritora y qué parte al creador de la serie, Costanzo Saverio. Pero sí sé que lo que yo he visto ha sido una relación de pesadilla. Lila y Lenú en ningún momento se relacionan en condiciones de igualdad. Lila es cruel y tiene un punto de sadismo tremendo tanto con Lenú como con sus otros amigos, su familia, sus amantes, sus pretendientes... Lenú es una mera espectadora de la vida de Lila, siempre en un segundo plano, siempre atenta a sus deseos y caprichos, con pequeñísimos momentos de rebeldía (curiosamente casi siempre provocados por traiciones amorosas de su "amiga"; vaya por Dios, en una serie supuestamente feminista los hombres siempre de por medio). De hecho así es como empieza la serie: alguien llama a Lenú, ya pasada la sesentena, para decirle que Lila ha desaparecido. Y es entonces cuando ella decide contar la historia de ambas. Harta ya de coles, de ser una especie de sombra cuidadora de la amiga díscola y caprichosa, se rebela con este relato de su supuesta "amistad".

He leído también alabanzas múltiples a las dos actrices que interpretan a ambas amigas. Yo no sé si de verdad he visto la misma serie que todo el mundo. Para empezar, el casting es de pura pena. Tenemos a Lila, la sex symbol del barrio. No olvidemos el lugar y la época: Nápoles, años 50. Recordemos las mujeres que en el cine representaban el modelo femenino de los tiempos: Gina Lollobrigida, Anna Magnani, Sofía Loren, Claudia Cardinale... Mujeres rotundas, curvilíneas, potentes, físicamente imponentes... Pues bien, nuestra sex symbol Lila, que tiene enamorados locamente a todos los hombres del barrio, ricos, pobres, altos, bajos, delgados, gordos, calvos o melenudos, por la que todos se pegan de hostias y están dispuestos a matarse entre ellos... es una especie de palo de fregona, un escuerzo sin formas, sin nada que pueda recordar ni lejanamente a ese tipo de mujer que en aquellos tiempos era el referente masculino. En cambio Lenú sí responde a ese referente, pero curiosamente salvo algún despistadillo que no ha caído en la cuenta de la inmensa belleza de la escuálida Lila, nadie se fija en la pobre Lenú. Es como la sombra que se desliza invisible al lado de su mejor amiga. Pasa desapercibida a ojos de todo el barrio, si no es para preguntarle constantemente unos y otros por los avatares vitales de la problemática Lila. Qué sabes de Lila, dónde está Lila, con quién sale Lila, a qué hora crees que llegará Lila?

Todo el tiempo Lila lleva la voz cantante en esa relación. Ella decide, ella marca los tiempos, ella hace y deshace, ella va al volante de la historia. Lenú se limita a seguirla, a perdonar sus desplantes y sus traiciones cual perro fiel, a narrar sus hazañas, sus subidas y sus bajadas a los infiernos y a intentar disculparla y congraciarla con unos y con otros. La actriz que interpreta a Lenú apenas sonríe, mantiene en todo momento una expresión hierática, curiosamente sólo se permite reír y pasarlo bien en las temporadas que se mantiene alejada de su "amiga". Vamos, una relación tóxica de manual. Mientras Lila vive la vida al margen de su mejor amiga, sin importarle un pimiento lo que ella piense o sienta, Lenú está constantemente pendiente de ella, y vuelve una y otra vez a ser su paño de lágrimas, su lazarillo, su salvadora y su asidero vital.

Es cierto que la serie engancha, que mantiene la intriga todo el tiempo, pero no es menos cierto que para nada refleja todo eso que he leído en esas críticas que de algún modo alaban una relación que para mí es totalmente desequilibrada y perversa de principio a fin. A mi modo de ver ambos personajes son odiosos, Lila por su egocentrismo y su falta de empatía, Lenú por su insoportable sometimiento y por su falta de rebeldía. No sería capaz de decir en cada capitulo a cuál de ellas habría abofeteado con más fuerza, porque en todos ellos he terminado subiéndome por las paredes al ver el retorcimiento insano de la una y la estupidez crónica de la otra.  A cuál peor. En definitiva, que esta amiguita estupenda no mola nada a mi menda.

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