martes, 16 de abril de 2024

El método Kominsky (Serie de TV), by Chuck Lorre

Hacía tiempo que no me reía con tantas ganas viendo una serie. El tándem Douglas-Arkin me ha recordado mucho a aquella maravillosa extraña pareja que formaron Jack Lemmom y Walter Matthau y que tan buenos ratos nos hizo pasar.

Igual es que una ya va teniendo una edad y le encuentra a las cosas de viejos mucha más gracia que a las de jóvenes. O quizás el mérito sea del magnífico elenco, no solo los dos protagonistas sino también los secundarios, que están fantásticos. Aunque muy probablemente también tenga que ver que el creador, Chuck Lorre, es el mismo de series tan inolvidables y divertidas como "Dos hombres y medio" o "Big Bang".

No sé lo que es o si es un compendio de todo, pero he disfrutado muchísimo con estos dos prendas. Brillante Michael Douglas, un tío que increíblemente me parece ahora más atractivo que de joven, cuando iba de cachas por la vida. Y genial el punto de Alan Arkin haciendo de amigo cascarrabias y asocial.  De verdad, no tienen nada que envidiar al dúo Lemmon-Matthau.

Cuando sea mayor (más mayor, quiero decir) ya me gustaría a mí tener un colega con el que echar parrafadas tan surrealistas y tan de vuelta de todo como las que echan estos dos. Quiero ser vieja pelleja como esta extraña pareja.

Eso sí, tengo que decir que en el momento en que Arkin desaparece y en su lugar llega Kathleen Turner la cosa pierde un montón porque el principal atractivo de la serie, que es la química entre los dos amigos, se esfuma por completo. 

Y aquella mítica pareja que vimos intentando matarse mutuamente en "La guerra de los Rose" hace 30 años no tiene ya ni mucho menos ese feeling erótico ni ese glamour. Están los dos muy blandiblú, nada que ver con la mala leche de sus personajes de entonces ni tampoco con la que destila Arkin en las dos temporadas que comparte con Douglas.