domingo, 6 de febrero de 2022

Quédate a mi lado (Miniserie de TV), by Daniel O'Hara, Lindy Heymann

Quédate con tu abuelita, que a mí me has dejado frita. Ésa sería mi reflexión final tras haber visto este tremendo bodrio con el que Netflix nos vuelve a obsequiar, con recochineo y alevosía. 

Un montón de despropósitos, crímenes encadenados, personajes infumables y tramas secundarias que harían vomitar a 20 cabras. Policías con cara de búho, además divorciados entre sí. Vamos, que no es que estén divorciados de otras personas, sino entre ellos mismos. No sé en qué cuerpo de policía esto sería mínimamente admisible pero ya de por sí en un guion echa para atrás a los 2 minutos.

Y para remate de la pera tenemos a una pareja de psicópatas que después de asesinar a todo lo que se menea cantan y bailan como si estuvieran en un musical. Sonrisas y lágrimas en versión gore. Me apunto a Heymann y  O'Hara, artífices del engendro, para no ver ya ni medio producto más perpetrado por ellos.

Mención aparte merece el final, pero eso ya va en espoiler.  Atención, quien tenga pensado ver este puto esputo que no lea esto.

La asesina múltiple resulta ser la novia del policía. Bueno, tiene su puntito eso de poner a una señora como psicópata asesina. Lo encuentro muy igualitario. Pero claro, luego viene la inevitable "perspectiva de género". La señora mata maromos a destajo porque un tipo en su día la maltrató y estando embarazada le dio una paliza por la que perdió al bebé que esperaba, de tal manera que terminó matando a este señor y luego decidió que lo mejor que podía hacer es ir por la vida matando a todo tío que viera levantar la voz a una mujer.

Bueno, quienes me lean con frecuencia sabrán que estoy de la puta perspectiva de género hasta el sitio donde el género se define. Vamos, que si tenemos a un psicópata que va matando chicas a cascoporro es que es un degenerado, por más señas aquejado de la enfermedad heteropatriarcal del machismo, pero si la asesina resulta ser mujer siempre hay una explicación racional según la cual el culpable último es un tío. Venga ya, irse a tomar por culo, petardos!

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