viernes, 22 de octubre de 2021

The White Lotus (Miniserie de TV), by Mike White

Tengo que agradecer a Mike White (que, por cierto, ha decidido titular su serie con su propio apellido, White-White, igual soy yo la única que se ha dado cuenta de este detallito? Jejejejeje!) que me haya recordado algunas cosas muy importantes que ya en su día aprendí pero que tenía olvidadas. Cosas que descubrí viendo pelis infumables como por ejemplo "Lost in translation". Cosas como:

1. Que los ricos sufren, lloran y moquean mogollón.

2. Que aunque tengan de todo siempre quieren algo que no tienen, y por ello lo pasan fatal.

3. Que se drogan como cerdos para olvidar que son tan asquerosamente ricos.

4. Que follan poquísimo, y casi nunca con quien quieren follar. Salvo previo pago, claro.

5. Que son profundamente infelices, estúpidos y desgraciados.

Y agradezco a Mike White esto porque reconforta muchísimo ver a un grupo de ricos gilipollas en un sitio maravilloso al que cualquier persona normal se volvería loca por ir, y los capullos estos se pasan todo el tiempo pasándolo como el culo.

Aprendemos lecciones reconfortantes como que el dinero no da la felicidad, oh bendita y consoladora filosofía; que  a veces incluso es un serio inconveniente, y que ser pobre, dentro de lo que cabe, no está tan mal.

Por eso he disfrutado muchísimo de ver a esta gente pasándolo fatal en un entorno paradisíaco al que ya no tengo la menor ganas de ir, puesto que queda claro que sólo podría encontrarme con tarados como ellos allí. 

Mejor me quedo en mi casa, que aunque no tenga las mismas prestaciones, es mucho más tranquila. Ser rico es un horror. Estoy por pedirle a Hacienda que me retenga el triple, que no me deje ni plantearme jamás lo de irme de vacaciones a resorts de lujo. Por favor, quiero ser asquerosamente pobre pero feliz!

En resumidas cuentas, me tocan bastante el toto los ricos del blanco loto.

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