martes, 21 de febrero de 2023

You (Serie de TV), by Greg Berlanti y Sera Gamble

La cosa prometía los tres primeros capítulos pero... lo siento, no he conseguido pasar de la primera temporada.

El psicópata Joe, un tipo obsesivo, enfermizo y cansino hasta la extenuación, se enamora de una tía sosa, tonta y neurótica a más no poder en el primer episodio, y a partir de ahí no deja de hacer gilipolleces para ligarse a la tipa, alejar de ella a cualquiera que pueda hacerle la más leve sombra y acosarla a todas horas del día, de la noche y de la Internet.

Y mi pregunta principal es: este capullo cuándo coño trabaja? Se pasa la vida persiguiendo a la señora esta y a sus amigas, a su psicólogo, a sus ex novios, a cualquiera que se le acerque. Se planta una gorra y ya pasa desapercibido en todas partes, aunque se ponga a medio metro. Escucha las conversaciones de la novia en mitad de pubs insoportablemente ruidosos aunque esté en el séptimo pino, como si la voz de ella y de sus insufribles superamiguis pudiera traspasar los cientos de decibelios del local para llegar hasta él. 

No sé qué pretenden demostrar Berlanti y Gamble con esta mamarrachada pero conmigo lo único que han conseguido es convertirme en una psicópata mucho peor que el protagonista.  Porque yo me desharía sin el menor reparo de toda esa gentuza sin el menor escrúpulo. No tendría ni que asesinarlos, los mandaría a todos durante un fin de semana a una isla desierta, a ellos solos, y los dejaría devorarse unos a otros, matarse de sopor o volverse locos con sus respectivas neuras de pijos.

El actor protagonista, Penn Badgley, tiene menos carisma que una piedra pómez. Dónde quedaron esos maravillosos psicópatas que nos apasionaban con sus maldades, como Hannibal Lecter? Este tío no da ni miedo, da más risa que otra cosa, cuando no directamente pena, todo el día detrás de la rubia, babeando como un gusano, pelotilleando a las amigas para hacerse simpático... un plasta nivel Dios.

He sido incapaz de pasar de la primera temporada porque no hubiera podido soportar otra sesión de arrastramientos, humillaciones y persecuciones del gorrilla chiflado este. Ni más fiestas de pijas, hipsters e influencers. Ni más bostezos.

En definitiva, amigos, que hasta para ser un loco hay que comerse algo el coco.

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