lunes, 11 de diciembre de 2023

La Mesías (Miniserie de TV), by Javier Ambrossi y Javier Calvo

La verdad es que no doy crédito al exitazo que tienen los tíos estos. O sí, en un país donde reina el papanatismo en general y el estético en particular cualquiera que haga algo que se salga un pelín de la norma en seguida despierta la admiración del personal.

Calvo y Ambrossi son sin lugar a dudas dos tíos creativos y cachondos, que al igual que en su día hiciera Almodóvar, han sido capaces de hacerse muy identificables en sus trabajos. El común denominador es la locura y la excentricidad. Y eso hasta cierto punto puede resultar divertido. Hasta que se te va la pinza y te conviertes en cansino y aburrido.

Yo reconozco que no había visto antes nada de ellos y, dada la experiencia, es difícil que vuelva a repetir. Cuando empecé esta serie no me gustó, pero a partir del capítulo en el que aparece Lola Dueñas conseguí engancharme. Me parecía divertidísimo el tono que le da al personaje. Me partía el culo viéndola hacer el gesto de comunicación con Dios. Y en serio, esperaba que la tónica siguiera por ahí.

Vana esperanza. No voy a hacer spoiler porque además los dos últimos capítulos me parecieron de una pesadez apabullante. Cuando se hace cargo del personaje mesiánico Carmen Machi, actriz que normalmente no me disgusta, pierde todo el encanto que le daba Dueñas. Ya la acción se disloca por completo y la señora da más pena que otra cosa. Los diálogos dejan de tener el menor sentido, nada de lo que ocurre en esos dos últimos capítulos tiene pizca de verosimilitud. Da la sensación de que los creadores quieren terminar la historia y no saben cómo, y se ponen a dar bandazos de guion alucinantes. Los dos hijos mayores hacen una cantidad de gilipolleces que, incluso dentro del mundo de irrealidad en el que transcurre el relato, son completamente demenciales.

Se les va la olla y se les va la historia de las manos. El personaje protagonista pierde la magia, ya nada es creíble, el tiempo pasa tan lentamente que parece que no pasara, y los bostezos llegan a Mesopotamia.

Y esto es todo lo que puedo decir. Solo puedo finalizar afirmando taxativamente que... aunque a ratillos te rías es un truño la Mesías.

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