jueves, 16 de marzo de 2017

Tarde para la ira, by Raúl Arévalo

Requisitos básicos para hacer un buen thriller a la española:

1. Actor protagonista con cara de póker, que no se le mueva un músculo de la cara, que sonría lo mínimo, a ser posible nada. Una sola sonrisa, una leve mueca, pueden arruinar el resultado final.

2. Diálogos oscuros y a ser posible enunciados en voz muy baja de forma que al espectador le cueste entenderlos. Es un elemento importante perderse un 25% de lo que se dice por que los actores hablan en susurros. Sobre todo en los diálogos de cama es importante que no se entienda ni papa. Ni aunque lo pases para atrás 15 veces y arrugues mucho los ojillos, es esencial que no te enteres de nada. Así además se estimula la imaginación y la perspicacia del espectador.

3. La chica de la discordia. Sin tensión sexual no hay thriller que valga. La chica naturalmente debe sonreir igual de poco o nada que el protagonista. Aunque acaben de echar tremendo polvo tiene que seguir pareciendo que vienen de un funeral. Los polvos tienen que ser tristes, tirando a dramáticos.

4. Un montón de testosterona a punto de explotar. Los tíos tienen que ser muy tíos, muy machotes, y a la sola vista de un cuchillo o una pistola que se les salte la vena y se vea ostensiblemente que están a punto de agarrar el arma y perpetrar una masacre.

5. El elemento sorpresa que hará flipar y correrse de gusto a los amantes de los giros inesperados. Debe descubrirse poco antes del final y dejar con la mandíbula colgante al espectador. No lo bastante sorprendente como para resultar increíble pero sí que sea algo completamente inesperado.

Raúl Arévalo tiene claro cómo es la película que quiere hacer y consigue hacerla, por ese lado chapeau. Probablemente es el cine que le gusta a él y a un montón de gente. Lo que pasa es que para mí este tipo de películas sigue un patrón rígido e inamovible que me resulta muy cansino.

Y ahora creo que es inevitable plantear mi final alternativo a esta sarta de topicazos. Ahí va un posible desenlace almodovariano para esta historia que yo creo que le daría mucha vidilla:

Antonio de la Torre se hace amiguete de Luis Callejo y una noche de luna llena y muchas copas descubren que se gustan, se abalanzan el uno sobre el otro, se comen la boca y consuman su amor. Al día siguiente Antonio se levanta y se lanza a la calle escopetado a comprarse una minifalda, unas plataformas y un pelucón, se afeita la barba y para cuando Callejo se ha despertado está hecho un pedazo travestorro de aquí te espero. Callejo lo flipa e inmediatamente se arrodilla y le pide en matrimonio, no sin antes mear abundantemente porque se acaba de levantar y tiene la vejiga llena a reventar. La chica, después de haber esperado 7 años a que su hombre saliera de la cárcel, se queda compuesta y sin novio y acude al First Date a buscarse otro pidiendo en la solicitud que le lleven a un tío atrozmente feo del que no pueda enamorarse nunca ningún otro cliente de su bar.

6 comentarios:

  1. Buena crítica. Me parece divertida y original y eso que le he puesto un 7 a esta película.

    Me apena advertir que has visto todas las películas nominadas al Goya de la Mejor Película menos 'Que Dios Nos Perdone', de Rodrigo Sorogoyen. Máxime teniendo en cuenta el detalle de que ya te convenció con su ópera prima, la desde mi punto de vista interesante 'Stockholm'.

    Por lo que a mi respecta es un thriller castizo brutal y despiadado. Decir interesante se queda corto. Aparte de la comentada atmósfera opresiva yo destaco la evolución psicológica de los personajes, resulta un auténtico deleite.

    No es que pueda presumir de haber ido incontables veces al cine pero esta fue una de esas ocasiones y no recuerdo cuándo salí más impresionado de una sala de cine. Además tendría interés en ver la manera de la que la comentarías tú con tu punto de vista tan distinto, ácido y satírico, que convence y dificilmente admite réplica.

    Otro asunto por el que quería remitirme a ti tiene que ver con el libro 'Sexo en Nueva York'. Sé que hay una serie muy famosa pero no he visto ni un minuto y dudo de que lo vaya a hacer. El caso es que lo rescaté de entre la mugrienta colección de revistas del mundo del automovilismo (propiedad de mi jefe, sin ninguna duda) que lleva años poblando el estante bajo del mueble del WC de la oficina. A falta de contenido más interesante al que dirigir mi atención los minutos que se lleva el proceso de la evacuación empecé la lectura y enseguida me interesó hasta el punto de tirarme no menos de media hora sentado en el trono. Consciente de que nadie me lo iba a reclamar, me lo adjudiqué y acabé enseguida la lectura, siendo de mi agrado el radiante cinismo con el que engrasa las peripecias de unos personajes situados en un mundo hipócrita y adinerado. En el supuesto de que lo hayas leído, ¿qué opinión te inspira a ti esta obra?

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    1. Hola Román, no lo he leído. En los baños de mi curro no tenemos revistas ni libros, y no se me ocurre ninguna otra situación en la que yo podría querer leer una cosa así.

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    2. ¿Y la peli qué? ¿Te la he vendido lo suficientemente bien como para que al menos, te llame la atención?

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    3. Como vendérmela me la has vendido muy bien; otra cosa es que tenga tiempo y ocasión de verla.

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  2. 5º párrafo, 3ª línea: 'dudo que'*

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