martes, 25 de agosto de 2015

La víctima perfecta, by Antti Jokinen

Mira tú por dónde el director de esta película, Antti Jokinen, ha conseguido que yo termine empatizando totalmente con un asesino psicópata.

La verdad es que el tío da un montón de pena desde el principio. El pobre va con su abuelito al hospital y allí se enamora perdidamente de la doctora que les atiende, que no es otra que Hilary Swank en versión guapérrima. Es difícil no enamorarse de esa muchacha, que se pasa el día haciendo running por la ciudad, y al caer la noche llora desconsoladamente por una cornamenta que le puso su último novio, que la trae a maltraer.

Y es que al muchacho le pasa de todo. Primero hay que decir que Jeffrey Dean Morgan, el pirado protagonista, físicamente se parece a Javier Bardem como dos gotas de agua. Así que para empezar el espectador cree que está viendo a Bardem una vez más haciendo de psicópata y se lo imagina con la peluca de "No es país para viejos" y ya empieza a darle la risa. Mal empezamos. Pero es que luego, cuando la criatura se enamora de Swank y se pone a espiarla, resulta que descubre algo impactante e incluso sobrenatural:

Swank no es una persona; es un ente abstracto, un holograma tal vez. Porque, por extraño que parezca, pese a que la espía día y noche y tiene acceso directo a su baño, jamás, en todo el tiempo que la tía pasa en el piso, la ve cagar una sola vez. Pero qué digo cagar????? Ni mear tampoco. Bueno, es que a pesar de que vive completamente sola, la tipa ni siquiera se permite tirarse un mínimo cuesquecillo de nada. Ni al acostarse, en plan alivio. NADA!!!!!

Pero si es que no tiene ni la regla! No se ve un tampax ni una compresa sucia ni nada de nada. Tampoco se limpia los mocos jamás. No hace nada de lo que hacen las personas normales!!! Eso sí, consecuente es como ella sola, el baño sólo lo usa para bañarse. Pero además tutiplén, con sus velitas, su vinito... Vamos, como ya nos gustaría a más de una y más de dos tener tiempo y ocasión de pegarnos un bañito de vez en cuando.

Por tanto, es de extrañar que ese hombre se enamore de ella si jamás la ve hacer ninguna guarrerida propia del ser humano en el baño de su casa? Porque oye, si tú te pones a espiar a una tía y resulta que ni caga ni mea ni se tira peos ni se limpia los mocos ni menstrúa... di la verdad, confiésatelo a ti mismo... no te enamorarías también locamente de ella? No querrías que fuera tuya sí o sí como fuera? Pero dónde ibas a encontrar otra cosa igual?

Así que sí, pasé mucha pena por el pobre muchacho, que una vez que va a dar con un mirlo como ése, la tía va y pasa de él. Y aunque no hubiera sido algo psicópata ya de antes... no es para volverse loco?

Yo sinceramente lo digo: si me pongo a espiar a un tío en su casa y veo que en todo el tiempo ni se tira un cuesco ni eructa ni caga ni mea ni escupe ni ronca... me lo quedo pero ya. Y que nadie se interponga en mi camino, porque ése... ES MÍO.

Por cierto, la peli es un gran truño, un truño como una casa, un truñazo de campeonato... vamos, como el truño que la protagonista podría echar si después de meses sin evacuar alguien le pusiera una lavativa y le dijera: coño, caga!

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