jueves, 3 de diciembre de 2015

El maestro de música, by Gérard Corbiau

Es completamente innegable la belleza visual y acústica de esta película. La música es una delicia y la fotografía no se queda atrás. Todo es puro virtuosismo estético, una delicatessen solo apta para espíritus elevados. Hasta ahí totalmente de acuerdo con las críticas. Chapeau para Gérard Corbiau, artífice de la obra. Me quito el sombrero, caballero.

Ahora bien... qué es de la historia? Qué es lo que pasa aquí? Analizándolo friamente, una vez pasado el shock musical, reconozcámoslo: esto es algo así como una versión decimonónica de "La voz", el exitoso talent show televisivo, solo que circunscrito al ámbito de la lírica.

De hecho la historia es esa: el protagonista tuvo un duelo musical en el pasado con su gran enemigo, duelo que se reproducirá en el presente entre su alumno y el de su contrincante. Exactamente como los duelos de "La voz" pero trasladados al siglo XIX.

Ya, ya, que es ópera, que la peli es muy bonita y que cómo puedo comparar. Pues, amigos, no se echen las manos a la cabeza. Comparo porque es perfectamente comparable. Veamos:

- Tenemos a los coaches, los dos enemigos acérrimos que ya se enfrentaron en su juventud.

- Tenemos a los concursantes, ostensiblemente nerviosos porque se la juegan.

- Tenemos al entusiasta presentador de los jóvenes talentos.

- Tenemos al público, que es el que al final decide.

Falta algo? Nada. La película simplemente cuenta la historia de un talent decimonónico para cantantes líricos.

Hoy en día eso se llama "La voz", lo presenta Jesús Vázquez, los maestros se llaman coaches y en lugar de ser el barítono José van Dam son Malú o Alejandro Sanz, y el público vota electrónicamente.

Salvo eso, tal cual.

Eso sí, es muy bonita. Eso es indiscutible.

2 comentarios:

  1. No ha entendido usted nada. Pero, ¿para qué le explico?

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  2. No ha entendido usted nada. Pero, ¿para qué le explico?

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