jueves, 5 de enero de 2012

Nada que declarar, by Dany Boon

A pesar del planchazo que me pegué en su día con la supertaquillera "Bienvenidos al Norte", y aunque había leído que el localismo volvía a marcar la temática de esta nueva cinta, decidí darle otra oportunidad a Dany Boon. Yo soy así; cuando un tío le parece tan graciosísimo a mucha gente no me rindo tan fácil. Pues nada; como me temía un nuevo batacazo, tal vez algo amortiguado por esperármelo de antemano.

Al parecer los belgas y los franchutes no se pueden ver ni en pintura, algo que yo desconocía y que sirve para explicar todo el argumento de esta película. Igual si fuera belga o gabacha me hubiera partido el culo viéndola, pero volvemos a lo mismo que en "Bienvenidos al Norte": no se puede hacer una película para que sólo se enteren los cuatro que viven por la zona. O sí se puede, pero no es exportable. Es como esas bromas íntimas entre amantes, que sólo las comprenden ellos y si las oye algún extraño se queda a dos velas.

En esta entrega ni siquiera funciona la química entre los actores, que era lo único que se salvaba en la anterior. El tal Poelvoorde, si es que tiene algún carisma humorístico, debe de llevarlo muy en secreto. Y Boon no sólo no mejora con respecto a "Bienvenidos" sino que va a mucho peor.

Del final no puedo hablar porque no terminé de verla; con una hora tuve más que suficiente.

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