jueves, 12 de septiembre de 2013

Un conejo sin orejas, by Til Schweiger

Bueno, para ver esta película, lo primero que hay que hacer es partir de una premisa más que cuestionable: que un pedazo tía buena impresionante en el momento en que se pone unas gafas deja de ser una tía buena y se convierte en un adefesio ipso facto.

Quien participe de esta opinión, perfecto, puede gozar viéndola; pero el que no tenga esto demasiado claro mejor que no se aventure a tragarse este truño ideado, escrito, dirigido e interpretado por un sujeto llamado Til Schweiger, que debe de ser la hostia en Alemania para que le hayan dejado hacer la mamarrachada esta y para que encima haya tenido un exitazo importante de público en su país.

Aunque algo bueno tiene la película, y es que viéndola se te quitan todos los complejos de inferioridad que pudieras tener con respecto a nuestros amigos teutones. Definitivamente los alemanes pueden ser tan gilipollas, tan fantoches, tan pamplinosos, tan petardos y tan burdos como nosotros, y mucho más sosos, plastas y singracia (no hay más que ver a Merkel). Eso sí, también son bastante más ricos y eso, por muy imbéciles que sean, algo debe de consolar.

4 comentarios:

  1. No había visto esta película puesto que no soy ningún entusiasta del cine alemán. Después de leer la crítica tengo claro que ya no la veré.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, se me olvidó decir que hay un par de desnudos integrales de la prota bastante interesantes. Y sin gafas.

    Y también hay un cunnilingus.

    Tal vez deberías pensártelo.

    ResponderEliminar
  3. Como veo que me contestas con gilipolleces y te ríes de mí yo no voy a ser menos: ahí te quedas con tu blog de mierda y sin nadie que lea tus penosas y pedantes críticas estúpida imbécil y prepotente.

    ResponderEliminar
  4. Nooooooo, Pujalte por favoooooooor,no me dejeeeeeees, que eres mi único lectoooooooooor! Jajajajaja!

    ResponderEliminar