Richard es un chaval dublinés bastante pijo que cumple con todos los requisitos para ser el hijo que toda madre querría tener y el novio por el que toda chica soñaría. Para que me entendáis, es una especie de Albert Rivera: guapo, deportista, sano, con un brillante porvenir, amable, simpático, sensato, buena gente… Pero en la vida de Richard en un momento dado se cruza una noche tonta de esas que a veces pueden trastocar las vidas de las personas para siempre, y todo se tuerce. El proceso sería más o menos el siguiente:
- Chico conoce a chica y se enamora.
- Empieza a sentir celos de otro chaval.
- Una noche el tema se le va de las manos y la caga.
- Los remordimientos y la mala conciencia no le dejan vivir.
- Chico se ve obligado a tomar una decisión: o su futuro perfecto o su alma tranquila.
Hasta aquí todo muy bien: un tema interesante, unos actores que convencen, una historia con mensaje… Y además Jenny Abrahamson es un director irlandés bastante interesante del que he visto antes alguna cosilla que me ha gustado mucho. Y la peli sería genial si no fuera porque aquí se nos pone superindie y superalternativo, lo que quiere decir que la mayoría de los diálogos entre los chicos son más o menos así:
- Hola.
- Hola.
- Me das fuego?
- No tira.
- Qué rollo, no?
- Vaya.
- Es la piedra.
- Oh.
- Eres de por aquí?
- No, llevo poco tiempo.
- Ah.
Por eso, teniendo en cuenta que la mayoría de las conversaciones entre los dos son de este estilo, no se entiende nada bien que cuando el chico invita a la novia a casa para que la conozcan sus padres, luego por la noche en la cama mantengan el siguiente diálogo:
Él: No has hablado nada.
Ella: Tú crees?
Él: Casi nada.
Ella: Estás enfadado?
Él: No, pero casi no has hablado.
Ella: Es complicado.
Él: Tal vez.
Ella: Debo dormir.
Él: Bien.
Y éste es uno de los diálogos más elaborados de la película. No os digo más.
- Chico conoce a chica y se enamora.
- Empieza a sentir celos de otro chaval.
- Una noche el tema se le va de las manos y la caga.
- Los remordimientos y la mala conciencia no le dejan vivir.
- Chico se ve obligado a tomar una decisión: o su futuro perfecto o su alma tranquila.
Hasta aquí todo muy bien: un tema interesante, unos actores que convencen, una historia con mensaje… Y además Jenny Abrahamson es un director irlandés bastante interesante del que he visto antes alguna cosilla que me ha gustado mucho. Y la peli sería genial si no fuera porque aquí se nos pone superindie y superalternativo, lo que quiere decir que la mayoría de los diálogos entre los chicos son más o menos así:
- Hola.
- Hola.
- Me das fuego?
- No tira.
- Qué rollo, no?
- Vaya.
- Es la piedra.
- Oh.
- Eres de por aquí?
- No, llevo poco tiempo.
- Ah.
Por eso, teniendo en cuenta que la mayoría de las conversaciones entre los dos son de este estilo, no se entiende nada bien que cuando el chico invita a la novia a casa para que la conozcan sus padres, luego por la noche en la cama mantengan el siguiente diálogo:
Él: No has hablado nada.
Ella: Tú crees?
Él: Casi nada.
Ella: Estás enfadado?
Él: No, pero casi no has hablado.
Ella: Es complicado.
Él: Tal vez.
Ella: Debo dormir.
Él: Bien.
Y éste es uno de los diálogos más elaborados de la película. No os digo más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario