jueves, 1 de octubre de 2015

Rebelde sin causa, by Nicholas Ray

En “Rebelde sin causa” tenemos muy probablemente:

- A los adolescentes más gilipollas de la historia del cine.

- A los padres más impresentables de la historia del cine.

- A los policías más ineptos de la historia del cine.

Mira que es difícil que en una misma cinta se junte tanto despropósito, pero así es. Estamos con toda probabilidad ante una de las películas más chorras de todos los tiempos.

Os cuento a los que no la hayáis visto: dos chicos problemáticos se conocen una noche y al cabo de unos cinco minutos el uno le declara al otro con toda la seguridad del mundo que ha encontrado a ese amigo del alma al que llevaba toda la vida buscando.

Pero si esto ya os deja anonadados, no os perdáis lo siguiente: la misma noche también conocen a una chica muy mona y muy desgraciada, Natalie Wood, que ipso facto se cuelga de James Dean, al que le suelta tal que así:

- Será esto eso que llaman amor? He estado toda la vida esperando que alguien me quiera y ahora de repente descubro yo lo que es querer a alguien más que a la propia vida.

Pero por favooooooor, que alguien le explique a esa muchacha que en una noche no se puede querer a nadie más que a la propia vida, por diosssss.

Y eso no es todo. Mira que en las películas de adolescentes se dan diálogos demenciales, pero pocos como el de la siguiente escena:

Dos pollinos están a punto de matarse en una carrera de coches de ésas que vas a toda velocidad hasta un acantilado y el que se tire antes del coche es el más cobarde y el que pierde. Los demás hacen apuestas y jalean a los contendientes. Bueno, pues antes de la carrera los dos capullos que van a jugarse el pellejo tan tontamente se fuman un cigarrito mirando al fondo del acantilado al que se van a precipitar y mantienen este cambio de impresiones:

- Oye, por qué hacemos esto?

- Porque algo hay que hacer.

Diosssssssssssss! Habéis escuchado alguna vez algo más estúpido en vuestra vida?

Y ya el remate de la pera de la estulticia va en espoiler.
spoiler:
Al final de la película, después de una noche loca en la que ha muerto un muchacho en esa estúpida carrera de coches, y ante el cuerpo muerto del amigo pirado de James Dean, que ha sido abatido a tiros por la policía, se acerca llorosa Natalie Wood y él la rodea protectoramente por los hombros y les dice a sus padres, que están allí mirando atónitos:

- Papá, mamá, ésta es Judy.

Y así agarraditos echan a andar. Ante lo cual el padre y la madre se miran a los ojos, sonríen beatíficamente y miran a su niño con paternal embeleso… Hala, qué bien, ya tiene novia el niño.

Y el otro pobre, el amigo del alma, allí desangrándose a los pies de todos ellos. Ole ahí final bonito y edificante.

Señor, y que esta patata sea considerada una de las obras cumbres del cine, manda huevos!

1 comentario:

  1. De verdad, tienes una visión única de las películas. Complacerte es complicadísimo, porque por el más mínimo detalle no perdonas y todo el visualizado se te va por el retrete.

    No la he visto, y espero si lo hago no me parezca tan horrible por dios. Es que tú vendes fatal las pelis. Creo que te iría fenomenal desmenuzando campañas de otras empresas, no tendrías precio.

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