lunes, 21 de marzo de 2016

Chico & Rita, by Fernando Trueba, Javier Mariscal, Tono Errando

Película hipermegapremiadísima y en mi opinión bastante supervalorada, al menos por la crítica.

De todas formas no se puede negar que tiene su puntito. La música de Bebo Valdés es una maravilla. Yo diría que solo por ella merece la pena verla.

Los dibujos también son fantásticos, están muy trabajados, tanto en la representación de los personajes como en las localizaciones (La Habana, Nueva York, Las Vegas, París...), llenas de referencias emblemáticas, incluso un poco tópicas si nos ponemos finos, pero bueno, perfectamente conseguidas, que es de lo que se trata.

Ahora bien, comparto con otras críticas la sensación de que la historia es muy flojita. Realmente el único mérito es que es una película de animación, con toda la dificultad de trabajo que ello supone. Pero esto en película normal con actores habría pasado muy probablemente sin pena ni gloria.

La sensación es que esta gente (el trío Mariscal, Trueba y Errando) concibieron la película como reto artístico personal, como una colaboración que iba a ser la polla, y con muchísimas pretensiones de hacer una obra inolvidable de culto. Y en realidad lo consiguieron. Se llevó muchísimos premios en su día y para muchos aficionados a la animación es una película de referencia imprescindible.

Yo como ni soy forofa de los cartoones ni las historias de amor llenas de tópicos me conmueven, no soy un buen público para esta película; si acaso la música sí que me ha encantado, pero pare usted de contar. Y para mí una buena banda sonora es muy difícil que salve una historia si el argumento es pobre y no me convence.

Supongo que en quien sí debió hacer mella en su momento es en las hermanas Kardashian, que decidieron trasplantarse el fantástico culo de Rita y convertirse en una especie de dibujo animado erótico que hace las delicias del público masculino y alegra la vista a todos esos señores a los que un buen culo, por muy inanimado y silicónico que sea, les parece el summum de la felicidad.

Como yo tampoco soy un señor ni los culos exagerados de las señoras me vuelven loca... pues por ahí tampoco.

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