miércoles, 12 de junio de 2013

Charlotte Gray, by Gillian Armstrong

A ver, queridos cocinéfilos, qué cocinaríais vosotros con una cámara medianamente apañadita, vuestra calenturienta imaginación y los siguientes ingredientes:

Un encantador pueblecito de la campiña francesa.

Una inglesa con pinta de femme fatale en la resistencia.

Un jefe de comando guapísimo y sexi a más no poder.

Un par de niños judíos ocultos en un precioso palacete.

Un maestro despechado con bastante mala leche.

Un montón de soldados nazis ávidos de sangre judía.

Y... besos, ternura, qué derroche de amor, cuánta locura.

Pues con todo eso Gillian Armstrong se monta una sosita historia de amor bastante chorra con trasfondo bélico de la que únicamente se salvan, por este orden: la magnífica fotografía, la belleza impecable de Cate Blanchett, y un bomboncito llamado Billy Crudup al que Blanchett se come, como su propio nombre indica, bien crudup. Ay omá qué rico.!!!

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