miércoles, 5 de junio de 2013

Insomnio, by Chus Gutiérrez

La comedia urbana lo que tiene es que a los urbanitas de pro nos gusta porque nos identificamos un montón con ella. Si no es un personaje es el otro, si no son cosas que nos pasan a nosotros son cosas que le pasan al vecino o al amigo, pero las ves y estás viendo "la vida".

Difícil no identificarse con esa madre primeriza totalmente abrumada entre el cuidado del bebé y las exigencias de su carrera. Cualquiera que haya tenido hijos podría hablar horas y horas sobre cómo cambia la vida de un día para otro y sobre el difícil reajuste que hay que llevar a cabo para acoplar al mocoso sin que se derrumbe todo el castillo.

Y cómo no verse reflejado o ver reflejado a algún amigo en esa muchacha (qué grande Candela Peña) a la que su novio ha abandonado y no sabe cómo afrontarlo ni ante sí misma ni ante los amigos.

Y quién no va a simpatizar con ese pobre chaval (también fantástico Ernesto Alterio) que se ha visto envuelto sin comerlo ni beberlo en un proyecto de boda a la antigua que ni le interesa ni le convence ni le hace la más mínima ilusión, y que además le ha servido para darse cuenta de que no tiene nada en común con quien se supone que va a compartir su vida.

Todos ellos se cruzan en las escaleras, en los parques, en los bares, en la calle, y tienen algo en común: un insomnio crónico que no les deja ni pensar ni descansar ni vivir. Y Chus Gutiérrez se ha limitado a mirar y a recoger en una película lo que ha visto; y lo ha hecho bastante bien. Lo ha hecho tan bien que yo hasta diría que estamos ante una de las comedias urbanas más logradas de los noventa. Una comedia sobre ti, sobre mí, sobre tu hermano, sobre tu primo, sobre tu compañero de trabajo...en definitiva, sobre gente corriente.

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