jueves, 21 de noviembre de 2013

Headhunters, by Morten Tyldum

1ª PARTE: EL HOMBRECILLO.

El protagonista, interpretado por un actor bastante feo y sin pestañas que atiende por el nombre de Aksel Hennie, empieza diciendo que mide 1’68 y que está casado con una pedazo de bichaca rubia impresionante de 1’80. Conflicto a la vista.

Es el típico caso de individuo que se enrolla con una tía muy por encima de sus posibilidades, y claro, para compensar y tener a la muchacha contenta, se dedica a robar obras de arte. Un lumbreras, vamos.

2ª PARTE: MOMENTO SCAT.

Os acordáis de la escena de “Trainspotting” en la que el protagonista mete la cabeza en un water público lleno de mierda en estado líquido porque se le ha caído dentro una pastilla? Bueno, pues al lado del momento “scat” de esta película eso era “Mary Poppins”.

No puedo decir más pero adelanto que en este instante empieza la parte verdaderamente heavy del filme. Hay que echarle mucho valor y muchas ganas, además de un buen torniquete en el estómago, para poder continuar. Claro que si no sabes lo que viene después aún puedes confiar en que pasará el mal rato y el resto de la peli será normal. Sí, sí.

3ª PARTE: MOMENTO GORE.

Bueno, pues no. Por si no habíamos tenido bastante, una vez superado el momento “scat”, que dura un buen rato y que nos tiene con las tripas en un puño, se produce un accidente de coche y entramos en modo “gore”.

Sangre por aquí, sangre por allá, una cara machacada, unos dedos destrozados, un ojo saltado, carne quemada, un cráneo hecho cachos… Todo muy bonito y edificante, como podréis imaginar.

4ª PARTE: VÓMITO FINAL.

Pero no, si creías que ya habías visto todo, lo mejor lo ha dejado para el final. Después del momento scat y del momento gore aún nos quedaba el momento almíbar glassé, por si algún trozo del estómago aún sobrevivía.

Por supuesto no puedo contaros cómo acaba la historia porque no tengo alma de destripadora. Sólo diré que la dosis de almíbar que Morten Tyldum derrocha en la apoteosis final es tan altamente nociva después de lo ya padecido con anterioridad que el vómito es prácticamente inevitable. Y hasta aquí puedo contar.

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