martes, 3 de diciembre de 2013

Y tu mamá también, by Alfonso Cuarón

ESCENA PRIMERA

El pinche pendejo A aparece follando con una muchacha y justo después aparece el pinche pendejo B en otra habitación follando también. Y les digo pinches pendejos no con ánimo de insultar sino porque así se llaman ellos mismos mutuamente todo el rato. Y mientras follan hablan, hablan constantemente y sin parar, pero no se les entiende nada porque hablan en mexicano profundo y su discurso es prácticamente ininteligible.

Hace tiempo que vengo preguntándome por qué no subtitulan este tipo de películas en las que entre modismos locales, modismos generacionales y tacos nacionales es imposible enterarse de buena parte de los diálogos. Con todo y con eso, haciendo un gran esfuerzo se consigue entender que las novias de los dos pinches pendejos, que además son pijos de morirse y de cagarse, se van de vacaciones a Europa y que ellos se quedan de Rodríguez más contentos que unas pascuas. Fin de la escena.

ESCENA SEGUNDA

Los pinches pendejos dejan a sus novias en el avión y se montan en un coche, por supuesto, hablando sin parar. Tampoco se les entiende ni papa pero por los gestos conseguimos adivinar que uno de los dos ha echado una flatulencia bastante hedionda. Lo adivinamos porque el otro se tapa la nariz poniendo cara de asco y dando grititos mientras abre precipitadamente la ventanilla de su lado.

Al cabo del rato de enigmática charla podemos adivinar que el que antes abrió la ventanilla se tira ahora él un cuesco y es el otro el que pone cara de asco, chilla y se tapa la nariz. Después de eso se van a su casa, que es una mansión, y siempre sin parar de hablar se fuman unos canutos. Fin de la escena.

ESCENA TERCERA

Los dos pinches pendejos están en una boda de mucho postín en la que incluso está presente el presidente de la República. Rodeados de pijos y muy elegantemente vestidos naturalmente, como no podía ser menos, siguen hablando sin parar, copa en mano.

Lo siguiente es que descubren en la boda a Maribel Verdú y acuden a saco como los dos pendejos salidos que son. Lo bueno de esta escena es que ya conseguimos enterarnos de algo por las réplicas de Verdú, que habla con plena corrección y en un tono que permite sin problemas entender su discurso. Así nos enteramos de que los dos pinches pendejos se la pretenden follar llevándosela de viaje a la playa. Ella no dice ni que sí ni que no, se deja querer y les da cuartelillo a los dos prendas. Fin de la escena.

ESCENA CUARTA

Los pinches se encuentran en una piscina, cada uno tumbado en un trampolín, y se están echando sendas pajas. Como es de prever siguen hablando y hablando en su dialecto pendejo y contándose batallitas el uno al otro, y así terminan eyaculando cada uno en su trampolín mientras una cosa blanca y viscosa que se supone que es su semen cae y se disuelve dentro del agua de la piscina.

Y es entonces cuando ya harta de coles, de ver hacer el imbécil a los dos pinches pendejos, de no enterarme ni papa de lo que dicen (aunque no creo que me haya perdido gran cosa, la verdad) y de tener que verlos gasearse a placer y cascársela y correrse en mis narices, cojo el mando a distancia y me tiro al barro pasándome a Intereconomía. Puestos a ver guarradas las prefiero nacionales. Alfonso Cuarón, pinche pendejo, vete a estirarte el pellejo. Fin de la escena.

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