miércoles, 25 de junio de 2014

Antes del anochecer, by Richard Linklater

Está claro que la trilogía de Linklater tiene muchos adeptos, y eso se nota en la cantidad de críticas inexplicablemente gloriosas que he encontrado también de esta tercera entrega. Y es que los que convirtieron a la parejita protagonista en personajes de culto, ya les echen lo que les echen están dispuestos a flipar con ellos hasta la muerte.

Yo, por hache o por be, no me llegué a enganchar de ninguna de las 2 partes anteriores. La primera, la de Viena, me pareció supergilipollas y los diálogos casi idénticos a los de dos besugos borrachos. La segunda, la del reencuentro en París, infumable, pastelosa y a ratos directamente vomitiva. Donde muchos vieron supuestos diálogos inteligentísimos y naturales como la vida misma yo solo vi un cutre proceso de cortejo más bien torpe por parte de los dos protagonistas. No obstante, no perdí la esperanza y siempre tuve claro que si había un tercer acto también me lo tragaría, más que nada, para darle algún sentido a toda esta sarta de majaderías con pretensiones de originalidad.

Y al final el sentido que tiene es el de todas las historias de amor más o menos largas: la rutina, el aburrimiento, el desinterés, la disfunción eréctil, el dolor de cabeza crónico, la insatisfacción, la decepción, la tensión a punto de estallar... En fin, si algo bueno puedo decir de esta entrega es que, dentro de la inanidad del producto completo, es la más sincera, la más reconocible. Al menos es algo menos flower power que las otras dos.

Pero eso sí, igual de aburrida, o más si cabe. La constante verborrea del personaje neuropático de Julie Delpy a ratos provoca estupor y a ratos horror. De todas formas ya era así en las dos primeras partes, de modo que el marido en el pecado lleva la penitencia. Ya sabía bien con qué clase de loro se juntaba. Pero claro, es lo típico: lo que al principio era más o menos llevadero e incluso simpático de la pareja, al cabo de los años se hace insoportable y desquiciante. Bueno, pero qué os voy a contar?

3 comentarios:

  1. Leyendo tu última "crítica" llego a las dos siguientes conclusiones:

    1- Estás chiflada.
    2- Intentando entender cómo puntúas y valoras las películas que es la única explicación que se me ocurre es que las valoraciones dependen de cómo te encuentres el día en que las hagas. Si un día te levantas con el pie izquierdo y te sientes mal la película ya puede ser excelente que si no no se salva del suspenso; en cambio, cuando tienes un buen día y estás de lujo lo que te pongan delante te parece gloria bendita y le pones notas altas o muy altas. Por ejemplo: El chef, la receta de la felicidad. ¿Cómo se le puede poner un cinco o un seis a una película que duró dos días en cartelera y en la que Reno hace un papel mediocre y sin gracia? Pues o estando muy colocada, muy contenta o ambas cosas. Conclusión: valoras las películas en función de tu estado de ánimo. O éso o haces lo que te sale de... las narices, lo cual sería aún más patético si cabe.

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  2. PD1: Sigo siendo Marcos Pujalte pero me he cambiado de nombre de usuario. Y sí, sigo leyéndote. La razón no la termino de tener clara.

    PD2: Que sepas que este párrafo:
    "Y al final el sentido que tiene es el de todas las historias de amor más o menos largas: la rutina, el aburrimiento, el desinterés, la disfunción eréctil, el dolor de cabeza crónico, la insatisfacción, la decepción, la tensión a punto de estallar... "
    te retrata. Parece que en él describes tu vida amorosa. Espero que tu marido no lea este blog...

    PD3: Ya no escribes tan a menudo como antes. ¿Piensas dejarlo? Si es así, avísame para que lo celebre.

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  3. Jajajaja, qué va, mi marido no lee este blog. Le aburre.

    Más o menos como tú, sólo que él no tiene costumbre de hacer cosas que le aburren.

    Y no, no pienso dejarlo, ni de coña. Más que nada por ti, porque a ver, Puj, qué harías tú sin mi blog? Qué va, no puedo hacerte eso, no soy tan bruja.

    Lo que pasa es que ya cada vez es más difícil ver una peli que no haya visto antes. Lo tengo ya casi todo criticado. Es lo que tiene ser tan prolífica.

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