lunes, 31 de octubre de 2011

Un funeral de muerte, by Frank Oz

Los funerales son divertidos, qué duda cabe. Éste debió de ser el fundamento que animó a Frank Oz (no confundir con el mago del mismo nombre) a realizar este engendro. Imaginemos la escena, un diálogo entre Oz y su señora.

Oz: Ya sé, cari. Voy a hacer una película de risa y la voy a situar en un funeral. La gente se va a partir el culo, ya sabes lo divertidos que suelen ser los funerales.

Mrs. Oz: Una idea genial, amor, pero aparte de situarla en un funeral tendrás que pensar en algunos personajes divertidos, gags, etc., que hay gente a la que le cuesta un huevo reirse aunque sea en un fuenral.

Oz: No problem, cielito. Lo tengo todo pensado. Meteré a un enano, que eso siempre hace descojonarse al personal. Y alguien que le dé diarrea y se cague en mitad de la ceremonia, ya sabes, eso es infalible. También algún personaje que se tome unas pastis y haga muchas muecas y cosas raras con la cara. Con esto tengo cubierto prácticamente todo el amplio espectro del humor inteligente.

Mrs. Oz: Dios mío, Frankie, eres un verdadero genio del humor. Si hay alguien que no se parta el culo con lo del enano, ahí le metes lo de la diarrea (pero que se vea la caquita, amorcito), y si ya ni eso funciona, el tío de las caras, que  a eso no hay quien se resista. Mira cómo se despiporra la peña con Jim Carrey.

Oz.: Ay, mi amor, esto del humor inteligente qué complicado es y lo que tiene uno que pensar para llegar a esas excelsas mentes que verán mi película.

Mrs. Oz: Ya, cielo, pero ten en cuenta que tú tienes un punto a tu favor de entrada: eres británico, y todo el mundo sabe lo buenísimo que es el humor británico. Nadie será capaz de decir jamás que tu humor es burdo. Tú haces nada más y nada menos que HUMOR BRITÁNICO, lo más grande.

Oz: Pozí.

Y así fue muy posiblemente como ocurrió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario