martes, 1 de noviembre de 2011

Los ojos de Julia, by Guillem Morales

Vamos a ver, es verdad que en esta peli se pasan algunos sustillos, no lo negaré. Pero se pasan porque una los quiere pasar, y para ello tiene que hacer de tripas corazón. Estás viendo una gilipollez, y lo sabes, pero te dices "Haz como si no te dieras cuenta de los pegos que hace esta tía y prepárate, que viene susto".

Es un poco lo que le pasa a la prota de la peli, que está ciega y no para de pegarse sustos pero se ve que le gusta y casi que los busca. La tía se pone ciega, y nunca mejor dicho, a base de adrenalinizarse a tope.

Me he pegado tremendo palo con Guillem Morales, que era un tipo que prometía bastante con su opera prima, "El habitante incierto", y que aquí sin embargo nos cuela una sarta increíble de despropósitos. Por su parte Belén Rueda se limita a pasear palmito y modelazos jugando a la gallinita ciega y poniendo cara de susto cuando toca, que es casi todo el rato porque Morales se ceba con ella a gusto; se ve que le deben de poner las tías en estado de canguelo porque en su peli anterior también tenía a la protagonista acojonada todo el tiempo. Y ahora que lo pienso, aquélla era inválida y estaba en silla de ruedas. Ay señor, este hombre es un pervertido.

Se salva algo? Pues sí, Lluís Homar, que es un tío que tiene oficio y se dedica a ejercerlo con seriedad y contención, que pa eso le pagan.

De verdad, si os molan las pelis de tías ciegas que se cagan por la patilla, os recomiendo mucho más que ésta "Sola en la oscuridad", con una maravillosa Audrey Hepburn pegándose trastazos contra los muebles con una categoría, un savoir faire y un saber tropezar que Belén Rueda ni en mil años podría imitar. Eso sí, la Rueda tiene mejores tetas, las cosas como son.

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